الريــم
09-03-2022, 09:40 AM
Llegar a triunfar en el mundo del f?tbol nunca ha sido f?cil. Miles de ni?os y ni?as juegan a este deporte en una misma ciudad; de estos miles, solo unas pocas decenas llegan a formar parte de la cantera de un club profesional; y de estas pocas decenas, solo los tocados por una varita son los elegidos para debutar en el primer equipo.
M?s informaci?n (Auto)
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Los datos son palmarios: solamente llegan a pisar el césped de un estadio de Primera Divisi?n un 0,05% de los federados, es decir, uno de cada 1.800 jugadores. Todos ellos sue?an con ser el nuevo Leo Messi, pero es pr?cticamente imposible ni siquiera enfundarse la camiseta del club de una peque?a ciudad de 50.000 habitantes como es Vila-real.
Sin embargo, en el f?tbol amateur también existen las clases sociales. Hay quien lo tiene mejor y hay quien sufre para poder practicar a un deporte universal. Las botas no son baratas y las inscripciones, seg?n para qué personas, significan una barrera perversa e insalvable. No todo el mundo dispone de las mismas condiciones econ?micas y sociales ni de las mismas posibilidades para dedicar tiempo libre a jugar.
Pero hay quien, con un esfuerzo ingente, ha llegado a levantar incluso una Champions League. Los dos casos m?s recientes son Eduardo Camavinga y N’Golo Kanté, centrocampistas del Real Madrid y el Chelsea, respectivamente. Su vida no se asemeja, ni de lejos, a la de sus compa?eros de equipo.
Eduardo Camavinga
“He tenido que escapar de una guerra y eso me ha podido ayudar. Pero, sobre todo, mi familia me ha ayudado. Cuando juego, lo hago por ellos. Todos estos problemas me han hecho m?s fuerte”, declar? el medio francés en su presentaci?n con el Real Madrid.
Camavinga naci? en noviembre de 2022 en Miconge, una comuna al noroeste de Angola, un territorio fronterizo con dos pa?ses: la Rep?blica del Congo y la Rep?blica Democr?tica del Congo. Precisamente, el a?o de nacimiento de Camavinga coincide con los ?ltimos coletazos de la Guerra Civil Angole?a, que se ven?a fraguando desde 1975, aunque el pa?s tard? mucho m?s tiempo en desarmarse y en ver terminar los conflictos menores que acabaron también con decenas de vidas. El jugador del Madrid naci? en un campo de refugiados después de que sus padres lograran escapar del epicentro del terror.
Decididos, emprendieron otra fuga. En 2003, cuando Eduardo ten?a solo un a?o de vida, la familia emigr? a Francia. Con sus padres y sus cinco hermanos, Camavinga aterriz? en Lille, pero pronto se marcharon a Fougères, una peque?a localidad bretona de 20.000 habitantes en la que, tras a?os de esfuerzo, volvieron a sufrir otro contratiempo: la casa se incendi? y lo perdieron todo.
“Estaba en el colegio y por la ventana ve?a a los bomberos pasar. Al final de clase los profesores se acercaron a m? y a mi hermana peque?a y nos lo contaron. Nos vino a buscar mi padre y nos llev? hasta all?, estaba todo destruido, todo quemado”, explic? el mismo jugador en una entrevista con la ONG Acnur.
Con la ayuda de los servicios sociales y a través de una colecta, los Camavinga pudieron tirar adelante. Fue en Fougères donde el campe?n de Europa empez? a dar patadas a un bal?n, pero su crecimiento lleg? tras una llamada del Rennes. A los once a?os le ofrecieron participar en un campamento de verano y de all? ya no se mover?a hasta superar todos los récords de la entidad: fue el jugador m?s joven en firmar un contrato profesional, a los 16 a?os; el m?s joven en debutar en primera, el goleador m?s joven y, como colof?n, el jugador internacional m?s joven con la selecci?n francesa en los ?ltimos 50 a?os. El resto ya es historia.
N’Golo Kanté
Al centrocampista del Chelsea también le acompa?a una dura historia de superaci?n. ?l naci? en Par?s en marzo de 1991, pero sus padres emigraron de Mali para dejar atr?s una vida desventurada. Con sus ocho hermanos crecieron como pudieron en el suburbio de Ruieil-Malmaison, con la madre dedic?ndose a la limpieza y su padre recolectando basura y chatarra hasta su temprana muerte.
N’Golo ten?a solamente once a?os cuando el progenitor muri?. Siendo el mayor de los ocho hermanos, el que llegar?a a levantar la Champions con el Chelsea tuvo que ponerse a trabajar para mantener a la familia, emulando la antigua ocupaci?n de su padre, recolector de basura, a la vez que estudiaba en el instituto.
Su tiempo libre lo dedicaba a practicar el f?tbol en el Jeunesse Sportive Suresnes de Par?s. Termin? el bachillerato sin haberse integrado en ning?n club profesional e incluso empez? la carrera de contabilidad, aunque en esa etapa ya empezaba a despuntar.
En 2010, con 19 a?os, fich? por el segundo equipo del Boulogne gracias a la intermediaci?n del presidente del Suresnes, viejo conocido de los m?ximos responsables del club rojinegro en el que a?os atr?s hab?a brillado un jovenc?simo Franck Ribéry.
En el Boulogne ya no tuvo freno. A los tres a?os fich? por el Caen, con el que ascendi? a la Ligue 1, para luego coger un vuelo hacia la Premier League, donde le esperaba el hist?rico Leicester City de Claudio Ranieri, campe?n en 2015-16. En 12 a?os, desde que sali? de Par?s a los 19, lo consigui? todo: convertirse en profesional, jugar en primera divisi?n, ganar la Premier League y la guinda del pastel, ser campe?n del mundo con Francia y campe?n de Europa con el Chelsea.
Rio Mavuba
Este centrocampista, ya retirado, no ha ganado tantos t?tulos como los dos anteriores. Pero su historia impacta incluso m?s que las de Camavinga y Kanté.
Mavuba es ap?trida, es decir, que no tiene pa?s de origen. Naci? en aguas internacionales en marzo de 1984, dentro de una patera con decenas de personas y en un lugar sin determinar de la costa africana cuando sus padres hu?an del mismo conflicto que golpe? a los Camavinga, la Guerra Civil Angole?a.
Aunque su padre, Mafuila Mavuba, fue futbolista profesional y lleg? a jugar el Mundial de 1974 con Zaire -actual Rep?blica Democr?tica del Congo-, a Rio no le esperaba un vida de lujos ni bonanza. De hecho, su padre le llam? Rio en homenaje al agua.
El desembarco en Marsella fue tranquilizador para la familia, pero nada iba a ser como esperaban. Los 12 hermanos perdieron a su madre a los dos a?os de llegar a Francia -ya en Burdeos- y, una década después, a su padre.
Rio se qued? huérfano siendo ap?trida, sin papeles y con graves problemas para acceder a la atenci?n médica. “Obtuve la nacionalidad en 2004, con 20 a?os”, cuenta Mavuba en una entrevista con Acnur. En esa época ya hab?a debutado con el Girondins de Burdeos en la Ligue 1, el equipo con el que empez? a jugar desde muy joven. Sus cualidades hicieron que su carrera deportiva fuera r?pidamente hacia arriba, un regalo inmejorable para una familia golpeada por el dolor. “El deporte es una buena manera de olvidar los problemas”, dijo Mavuba.**
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Los datos son palmarios: solamente llegan a pisar el césped de un estadio de Primera Divisi?n un 0,05% de los federados, es decir, uno de cada 1.800 jugadores. Todos ellos sue?an con ser el nuevo Leo Messi, pero es pr?cticamente imposible ni siquiera enfundarse la camiseta del club de una peque?a ciudad de 50.000 habitantes como es Vila-real.
Sin embargo, en el f?tbol amateur también existen las clases sociales. Hay quien lo tiene mejor y hay quien sufre para poder practicar a un deporte universal. Las botas no son baratas y las inscripciones, seg?n para qué personas, significan una barrera perversa e insalvable. No todo el mundo dispone de las mismas condiciones econ?micas y sociales ni de las mismas posibilidades para dedicar tiempo libre a jugar.
Pero hay quien, con un esfuerzo ingente, ha llegado a levantar incluso una Champions League. Los dos casos m?s recientes son Eduardo Camavinga y N’Golo Kanté, centrocampistas del Real Madrid y el Chelsea, respectivamente. Su vida no se asemeja, ni de lejos, a la de sus compa?eros de equipo.
Eduardo Camavinga
“He tenido que escapar de una guerra y eso me ha podido ayudar. Pero, sobre todo, mi familia me ha ayudado. Cuando juego, lo hago por ellos. Todos estos problemas me han hecho m?s fuerte”, declar? el medio francés en su presentaci?n con el Real Madrid.
Camavinga naci? en noviembre de 2022 en Miconge, una comuna al noroeste de Angola, un territorio fronterizo con dos pa?ses: la Rep?blica del Congo y la Rep?blica Democr?tica del Congo. Precisamente, el a?o de nacimiento de Camavinga coincide con los ?ltimos coletazos de la Guerra Civil Angole?a, que se ven?a fraguando desde 1975, aunque el pa?s tard? mucho m?s tiempo en desarmarse y en ver terminar los conflictos menores que acabaron también con decenas de vidas. El jugador del Madrid naci? en un campo de refugiados después de que sus padres lograran escapar del epicentro del terror.
Decididos, emprendieron otra fuga. En 2003, cuando Eduardo ten?a solo un a?o de vida, la familia emigr? a Francia. Con sus padres y sus cinco hermanos, Camavinga aterriz? en Lille, pero pronto se marcharon a Fougères, una peque?a localidad bretona de 20.000 habitantes en la que, tras a?os de esfuerzo, volvieron a sufrir otro contratiempo: la casa se incendi? y lo perdieron todo.
“Estaba en el colegio y por la ventana ve?a a los bomberos pasar. Al final de clase los profesores se acercaron a m? y a mi hermana peque?a y nos lo contaron. Nos vino a buscar mi padre y nos llev? hasta all?, estaba todo destruido, todo quemado”, explic? el mismo jugador en una entrevista con la ONG Acnur.
Con la ayuda de los servicios sociales y a través de una colecta, los Camavinga pudieron tirar adelante. Fue en Fougères donde el campe?n de Europa empez? a dar patadas a un bal?n, pero su crecimiento lleg? tras una llamada del Rennes. A los once a?os le ofrecieron participar en un campamento de verano y de all? ya no se mover?a hasta superar todos los récords de la entidad: fue el jugador m?s joven en firmar un contrato profesional, a los 16 a?os; el m?s joven en debutar en primera, el goleador m?s joven y, como colof?n, el jugador internacional m?s joven con la selecci?n francesa en los ?ltimos 50 a?os. El resto ya es historia.
N’Golo Kanté
Al centrocampista del Chelsea también le acompa?a una dura historia de superaci?n. ?l naci? en Par?s en marzo de 1991, pero sus padres emigraron de Mali para dejar atr?s una vida desventurada. Con sus ocho hermanos crecieron como pudieron en el suburbio de Ruieil-Malmaison, con la madre dedic?ndose a la limpieza y su padre recolectando basura y chatarra hasta su temprana muerte.
N’Golo ten?a solamente once a?os cuando el progenitor muri?. Siendo el mayor de los ocho hermanos, el que llegar?a a levantar la Champions con el Chelsea tuvo que ponerse a trabajar para mantener a la familia, emulando la antigua ocupaci?n de su padre, recolector de basura, a la vez que estudiaba en el instituto.
Su tiempo libre lo dedicaba a practicar el f?tbol en el Jeunesse Sportive Suresnes de Par?s. Termin? el bachillerato sin haberse integrado en ning?n club profesional e incluso empez? la carrera de contabilidad, aunque en esa etapa ya empezaba a despuntar.
En 2010, con 19 a?os, fich? por el segundo equipo del Boulogne gracias a la intermediaci?n del presidente del Suresnes, viejo conocido de los m?ximos responsables del club rojinegro en el que a?os atr?s hab?a brillado un jovenc?simo Franck Ribéry.
En el Boulogne ya no tuvo freno. A los tres a?os fich? por el Caen, con el que ascendi? a la Ligue 1, para luego coger un vuelo hacia la Premier League, donde le esperaba el hist?rico Leicester City de Claudio Ranieri, campe?n en 2015-16. En 12 a?os, desde que sali? de Par?s a los 19, lo consigui? todo: convertirse en profesional, jugar en primera divisi?n, ganar la Premier League y la guinda del pastel, ser campe?n del mundo con Francia y campe?n de Europa con el Chelsea.
Rio Mavuba
Este centrocampista, ya retirado, no ha ganado tantos t?tulos como los dos anteriores. Pero su historia impacta incluso m?s que las de Camavinga y Kanté.
Mavuba es ap?trida, es decir, que no tiene pa?s de origen. Naci? en aguas internacionales en marzo de 1984, dentro de una patera con decenas de personas y en un lugar sin determinar de la costa africana cuando sus padres hu?an del mismo conflicto que golpe? a los Camavinga, la Guerra Civil Angole?a.
Aunque su padre, Mafuila Mavuba, fue futbolista profesional y lleg? a jugar el Mundial de 1974 con Zaire -actual Rep?blica Democr?tica del Congo-, a Rio no le esperaba un vida de lujos ni bonanza. De hecho, su padre le llam? Rio en homenaje al agua.
El desembarco en Marsella fue tranquilizador para la familia, pero nada iba a ser como esperaban. Los 12 hermanos perdieron a su madre a los dos a?os de llegar a Francia -ya en Burdeos- y, una década después, a su padre.
Rio se qued? huérfano siendo ap?trida, sin papeles y con graves problemas para acceder a la atenci?n médica. “Obtuve la nacionalidad en 2004, con 20 a?os”, cuenta Mavuba en una entrevista con Acnur. En esa época ya hab?a debutado con el Girondins de Burdeos en la Ligue 1, el equipo con el que empez? a jugar desde muy joven. Sus cualidades hicieron que su carrera deportiva fuera r?pidamente hacia arriba, un regalo inmejorable para una familia golpeada por el dolor. “El deporte es una buena manera de olvidar los problemas”, dijo Mavuba.**
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