الريــم
09-01-2022, 03:50 PM
Tercera ronda de a?os de c?rcel para la banda del Badoo. La Audiencia Provincial de Zaragoza ha vuelto a condenar a dos integrantes de esta organizaci?n delictiva, Mohamed Achraf y Hedangeline Arrieta, a 12 a?os y nueve meses de c?rcel, as? como al pago de 20.650 euros en concepto de indemnizaci?n por secuestrar, lesionar, robar y tratar de extorsionar a Juli?n L. M., un empresario de Tudela con el que la mujer hab?a contactado a través de la aplicaci?n Badoo, para relaciones ?ntimas, en septiembre de 2019.Ambos acusados ya han sido condenados anteriormente a penas que suman 46 a?os por el asesinato de un inform?tico de Guecho y por un robo con violencia a un camionero de La Almunia. Ambos fueron atra?dos hasta su escondite en Luceni haciéndoles creer que hab?an ligado con Hedangeline a través de las redes sociales, con la esperanza de mantener un encuentro de cariz sexual que acab? en una pesadilla.
En el caso ahora juzgado, la Secci?n Primera de la Audiencia de Zaragoza establece como probado que su v?ctima qued? con la mujer en la estaci?n ferroviaria de Luceni. All? la v?ctima, que no se esperaba caer en una trampa, fue golpeado por la espalda con una llave inglesa por el acusado. Trat? de escapar corriendo, pero cay? por un terraplén y fue alcanzado por sus perseguidores. All? fue amenazado por la mujer con una pistola detonadora, bajo la amenaza de “Estate quieto o te mato”.Maniatado y amordazado en un maletero
A continuaci?n, los imputados amordazaron y maniataron a su v?ctima y la introdujeron en el maletero de un Mercedes y lo llevaron a una nave donde le quitaron los objetos de valor y el dinero que llevaba encima, unos 650 euros, as? como su tarjeta bancaria, exigiéndole a punta de pistola el n?mero secreto de la misma.
Luego, tras otro recorrido en el maletero del coche, los acusados, al comprobar que en la cuenta del secuestrado no hab?a dinero, le exigieron que les facilitara teléfonos de familiares con el fin de de pedir un rescate. Al responder Juli?n que su familia no ten?a dinero, la mujer le amenaz? diciéndole: “Si no tienes dinero, te vamos a matar, hijo de puta”.
Finalmente, una vez cometido el robo lo abandonaron amordazado y cubierto con una capucha, pero sin ligaduras en los pies, lo soltaron en un camino rural de noche donde fue auxiliado por un agricultor que pas? en su tractor.
El tribunal considera que los acusados son responsables de un delito de robo con intimidaci?n con uso de medios peligrosos, un delito de lesiones, un delito de detenci?n ilegal y otro de extorsi?n en grado de tentativa. Los 12 a?os y nueve meses impuestos se suman a los 46 ya acumulados por estos dos miembros de la banda.
Mala fe procesal
En sus fundamentos de derecho la sala descarta como “estrategia” y “mala fe procesal” la petici?n de Achraf al comienzo del juicio de un cambio de letrado defensor.
Adem?s, argumenta que en el juicio oral ha servido para acreditar la autor?a de los delitos imputados a los acusado mediante una prueba de cargo v?lida que destruye la presunci?n de inocencia.
Para ello se basa el tribunal en la propia declaraci?n autoinculpatoria del acusado al comienzo de la vista oral, que atribuy? asimismo responsabilidad en los hechos a Hedangeline. Esta, por su parte, manifest? que actu? en todo momento bajo las graves amenazas de Achraf, una versi?n que los jueces descartan.
Sin embargo, la mayor prueba inculpatoria no es la de los acusados, que manten?an relaciones sentimentales, sino la de la v?ctima, cuya versi?n “est? dotada de todos los requisitos de veracidad jurisprudencialmente exigidos”.
De hecho, Juli?n se?al? en su declaraci?n que la mujer, que dec?a ser la “esclava” del coacusado, actu? en todo momento de forma “directa, destacada y eficaz”, hasta el punto de que cuando intent? escapar ella le apunt? con una pistola de apariencia real y le da una patada por detr?s.
Un método brutal para conseguir sus fines
Asimismo la sala da validez a las declaraciones de los agentes e investigadores de la Guardia Civil y a los informes de los médicos.
De hecho, un experto de la Benemérita destac? en el juicio que el modus operandi fue el mismo en todos los casos. Atra?an a las v?ctimas a través de la red social Badoo, haciéndoles creer a través de Candy, que hac?a de gancho, que estaban a punto de iniciar una relaci?n de car?cter ?ntimo.
Adem?s, esos encuentros ten?an siempre lugar en pueblos de la provincia de Zaragoza y en todos ellos la v?ctima era golpeada, atada y amordazada antes de ser salvajemente golpeada con el fin de que facilitara las claves de sus tarjetas bancarias. La trasladaban de un lugar a otro, en busca de cajeros, encajadas de mala manera en el maletero de un coche, sin ninguna preocupaci?n por su seguridad y bienestar.
Una vez logrado ese objetivo, “soltaban a sus v?ctimas cerca del lugar del secuestro”, salvo en el caso del inform?tico de Guecho, al que mataron y enterraron todav?a con vida en una fosa que cavaron en una zona de campos de Pedrola.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/banda-badoo-condenada-12-anos-14395334)
En el caso ahora juzgado, la Secci?n Primera de la Audiencia de Zaragoza establece como probado que su v?ctima qued? con la mujer en la estaci?n ferroviaria de Luceni. All? la v?ctima, que no se esperaba caer en una trampa, fue golpeado por la espalda con una llave inglesa por el acusado. Trat? de escapar corriendo, pero cay? por un terraplén y fue alcanzado por sus perseguidores. All? fue amenazado por la mujer con una pistola detonadora, bajo la amenaza de “Estate quieto o te mato”.Maniatado y amordazado en un maletero
A continuaci?n, los imputados amordazaron y maniataron a su v?ctima y la introdujeron en el maletero de un Mercedes y lo llevaron a una nave donde le quitaron los objetos de valor y el dinero que llevaba encima, unos 650 euros, as? como su tarjeta bancaria, exigiéndole a punta de pistola el n?mero secreto de la misma.
Luego, tras otro recorrido en el maletero del coche, los acusados, al comprobar que en la cuenta del secuestrado no hab?a dinero, le exigieron que les facilitara teléfonos de familiares con el fin de de pedir un rescate. Al responder Juli?n que su familia no ten?a dinero, la mujer le amenaz? diciéndole: “Si no tienes dinero, te vamos a matar, hijo de puta”.
Finalmente, una vez cometido el robo lo abandonaron amordazado y cubierto con una capucha, pero sin ligaduras en los pies, lo soltaron en un camino rural de noche donde fue auxiliado por un agricultor que pas? en su tractor.
El tribunal considera que los acusados son responsables de un delito de robo con intimidaci?n con uso de medios peligrosos, un delito de lesiones, un delito de detenci?n ilegal y otro de extorsi?n en grado de tentativa. Los 12 a?os y nueve meses impuestos se suman a los 46 ya acumulados por estos dos miembros de la banda.
Mala fe procesal
En sus fundamentos de derecho la sala descarta como “estrategia” y “mala fe procesal” la petici?n de Achraf al comienzo del juicio de un cambio de letrado defensor.
Adem?s, argumenta que en el juicio oral ha servido para acreditar la autor?a de los delitos imputados a los acusado mediante una prueba de cargo v?lida que destruye la presunci?n de inocencia.
Para ello se basa el tribunal en la propia declaraci?n autoinculpatoria del acusado al comienzo de la vista oral, que atribuy? asimismo responsabilidad en los hechos a Hedangeline. Esta, por su parte, manifest? que actu? en todo momento bajo las graves amenazas de Achraf, una versi?n que los jueces descartan.
Sin embargo, la mayor prueba inculpatoria no es la de los acusados, que manten?an relaciones sentimentales, sino la de la v?ctima, cuya versi?n “est? dotada de todos los requisitos de veracidad jurisprudencialmente exigidos”.
De hecho, Juli?n se?al? en su declaraci?n que la mujer, que dec?a ser la “esclava” del coacusado, actu? en todo momento de forma “directa, destacada y eficaz”, hasta el punto de que cuando intent? escapar ella le apunt? con una pistola de apariencia real y le da una patada por detr?s.
Un método brutal para conseguir sus fines
Asimismo la sala da validez a las declaraciones de los agentes e investigadores de la Guardia Civil y a los informes de los médicos.
De hecho, un experto de la Benemérita destac? en el juicio que el modus operandi fue el mismo en todos los casos. Atra?an a las v?ctimas a través de la red social Badoo, haciéndoles creer a través de Candy, que hac?a de gancho, que estaban a punto de iniciar una relaci?n de car?cter ?ntimo.
Adem?s, esos encuentros ten?an siempre lugar en pueblos de la provincia de Zaragoza y en todos ellos la v?ctima era golpeada, atada y amordazada antes de ser salvajemente golpeada con el fin de que facilitara las claves de sus tarjetas bancarias. La trasladaban de un lugar a otro, en busca de cajeros, encajadas de mala manera en el maletero de un coche, sin ninguna preocupaci?n por su seguridad y bienestar.
Una vez logrado ese objetivo, “soltaban a sus v?ctimas cerca del lugar del secuestro”, salvo en el caso del inform?tico de Guecho, al que mataron y enterraron todav?a con vida en una fosa que cavaron en una zona de campos de Pedrola.
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