الريــم
09-01-2022, 11:42 AM
Un amplio estudio paleogenético revela informaci?n sobre los patrones de migraci?n, la expansi?n de la agricultura y el desarrollo del lenguaje desde el C?ucaso hasta el oeste de Asia y el sur de Europa, desde principios de la Edad del Cobre hasta finales de la Edad Media. Todo gira en torno a la cultura Yamna, también conocida como “cultura del sepulcro”.
Durante miles de a?os, los humanos vivieron, trabajaron y crearon reinos en un ?rea llamada "Arco Sur", que abarca el sureste de Europa y el oeste de Asia, y que se cree es la cuna de la civilizaci?n occidental.
Ahora, una nueva investigaci?n ha examinado 777 genomas humanos antiguos de toda esta regi?n, que abarca 11.000 a?os de historia, desde las primeras culturas agr?colas hasta la época posterior a la Edad Media.
Esa historia de las poblaciones humanas que vivieron en el Arco Sur se conoce a través de relatos y del arte, pero no ha sido completamente precisa.
Sin embargo, gracias a la arqueolog?a, la paleobiolog?a y la secuenciaci?n del ADN, se pueden crear l?neas de tiempo hist?ricas m?s precisas.
Es lo que ha hecho un equipo internacional de investigadores, que detallan sus resultados a través de tres art?culos publicados en la revista Science.
Anatolia esteparia
En el primer art?culo, el equipo internacional investiga la patria y la difusi?n de las lenguas anatolias e indoeuropeas que se hablaban durante el primer y segundo milenio a. C. en Asia Menor.
Los resultados genéticos sugieren que la patria de la familia de lenguas indoanatolias estaba en el oeste de Asia, con solo dispersiones secundarias de indoeuropeos no anatolios de la estepa euroasi?tica.
En la primera etapa, hace unos 7.000-5.000 a?os, las personas con ascendencia del C?ucaso se trasladaron al oeste, a Anatolia, y al norte, a la estepa. Algunas de estas personas pueden haber hablado formas ancestrales de lenguas anatolias e indoeuropeas.
Todos los idiomas indoeuropeos hablados (p. ej., griego, armenio y s?nscrito) se remontan a los pastores esteparios de la cultura Yamna, con ascendencia de cazadores-recolectores del C?ucaso y cazadores-recolectores del Este, que hace unos 5.000 a?os iniciaron una cadena de migraciones a través de Eurasia.
Rastro de ADN
Sus expansiones hacia el sur en los Balcanes y Grecia, y hacia el este a través del C?ucaso hacia Armenia, dejaron un rastro en el ADN de la gente de la Edad del Bronce de la regi?n.
A medida que se expandieron, los descendientes de los pastores Yamna se mezclaron de manera diferencial con las poblaciones locales.
El surgimiento de los idiomas griego, paleo-balc?nico y albanés (indoeuropeo) en el sureste de Europa, y del idioma armenio en el oeste de Asia, se form? a partir de inmigrantes de habla indoeuropea de la estepa, que interactuaban con la poblaci?n local, un rastro que se puede rastrear por diferentes formas de evidencia genética.
En el sureste de Europa, el impacto de la cultura Yamna, también conocida como “cultura del sepulcro”, fue profundo y la gente de ascendencia Yamnaya pr?cticamente completa lleg? justo después del comienzo de las migraciones de esta cultura.
https://www.uc-4u.com/clip/5ba3228a-5c99-466b-9603-00fba1e52d0d_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Geograf?a del Arco Sur tal como se describe en esta investigaci?n. Los c?rculos y cuadrados de colores marcan los sitios donde se encontraron individuos antiguos cuyo ADN se analiz? en los estudios. Los puntos amarillos indican genomas estudiados por primera vez. | Lazaridis, Alpaslan-Roodenberg, et al., Science.
Sorpresa en Arco Sur
Algunos de los resultados m?s sorprendentes se encuentran en la regi?n central del Arco Sur, Anatolia, donde los datos a gran escala pintan una rica imagen de los cambios ocurridos a lo largo del tiempo.
Los resultados muestran que, a diferencia de los Balcanes y el C?ucaso, Anatolia apenas se vio afectada por las migraciones de la cultura Yamna.
No se puede establecer ning?n v?nculo con la estepa para los hablantes de lenguas de Anatolia (por ejemplo, hitita, luvita), debido a la ausencia de ascendencia de cazadores-recolectores orientales en Anatolia, en contraste con todas las dem?s regiones donde se hablaban lenguas indoeuropeas.
En comparaci?n con la sorprendente impermeabilidad de Anatolia a las migraciones esteparias, el sur del C?ucaso se vio afectado varias veces por estos movimientos demogr?fricos, incluso antes de las migraciones de la cultura Yamna.
Las primeras sociedades agr?colas
El segundo art?culo detalla c?mo se formaron las primeras poblaciones neol?ticas del mundo (hace unos 12.000 a?os).
"Los resultados genéticos respaldan el escenario de una red de contactos panregionales entre las primeras comunidades agr?colas. También brindan nueva evidencia de que la transici?n neol?tica fue un proceso complejo que no ocurri? solo en una regi?n central, sino en Anatolia y en el resto del Cercano Oriente", explica Ron Pinhasi, uno de los firmantes de este art?culo.
Recoge los primeros datos de ADN antiguo de agricultores del Neol?tico anterior a la cer?mica del lado del Tigris en el norte de Mesopotamia, tanto en el este de Turqu?a como en el norte de Irak, una regi?n clave de los or?genes de la agricultura.
También presenta el primer ADN antiguo de los agricultores anteriores a la cer?mica de la isla de Chipre, que fue testigo de la primera expansi?n mar?tima de los agricultores del Mediterr?neo oriental. Adem?s, proporciona nuevos datos para los primeros agricultores neol?ticos del noroeste de Zagros, junto con los primeros datos de la Armenia neol?tica.
Mezcla de fuentes
Al llenar estos vac?os, los autores pudieron estudiar la historia genética de estas sociedades, para las cuales la investigaci?n arqueol?gica document? interacciones econ?micas y culturales complejas, pero no pudieron rastrear sistemas de apareamiento e interacciones que no dejan rastros materiales visibles.
Los resultados revelan una mezcla de fuentes preneol?ticas relacionadas con los cazadores-recolectores de Anatolia, el C?ucaso y el Levante, y muestran que estas primeras culturas agr?colas formaron un continuo de ascendencia que refleja la geograf?a de Asia occidental.
Los resultados también trazan al menos dos pulsos de migraci?n desde el coraz?n de la MediaLuna Fértil hasta los primeros agricultores de Anatolia.
El per?odo hist?rico
Finalmente, el tercer art?culo revela c?mo las entidades pol?ticas del antiguo mundo mediterr?neo conservaron los contrastes de ascendencia desde la Edad del Bronce, aunque estaban unidas por la migraci?n.
Los resultados muestran que la ascendencia de las personas que viv?an alrededor de Roma en el per?odo imperial, era casi idéntica a la de los individuos romanos/bizantinos de Anatolia, tanto en su media como en el patr?n de variaci?n, mientras que los italianos antes del per?odo imperial ten?an una distribuci?n muy diferente.
Esto sugiere que el Imperio Romano, tanto en su parte occidental de vida m?s corta, como en la parte oriental de mayor duraci?n centrada en Anatolia, ten?a una poblaci?n diversa pero similar, plausiblemente extra?da en gran medida de fuentes preimperiales de Anatolia.
Referencias
The genetic history of the Southern Arc: A bridge between West Asia and Europe. Iosif Lazaridis et al. Science, 26 Aug 2022; Vol 377, Issue 6609. DOI: 10.1126/science.abm4247
Ancient DNA from Mesopotamia suggests distinct Pre-Pottery and Pottery Neolithic migrations into Anatolia. Iosif Lazaridis et al. Science, 25 Aug 2022; Vol 377, Issue 6609, pp. 982-987. DOI:10.1126/science.abq076
A genetic probe into the ancient and medieval history of Southern Europe and West Asia. Iosif Lazaridis et al. Science, 25 Aug 2022; Vol 377, Issue 6609, pp. 940-951. DOI:10.1126/science.abq0755
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Durante miles de a?os, los humanos vivieron, trabajaron y crearon reinos en un ?rea llamada "Arco Sur", que abarca el sureste de Europa y el oeste de Asia, y que se cree es la cuna de la civilizaci?n occidental.
Ahora, una nueva investigaci?n ha examinado 777 genomas humanos antiguos de toda esta regi?n, que abarca 11.000 a?os de historia, desde las primeras culturas agr?colas hasta la época posterior a la Edad Media.
Esa historia de las poblaciones humanas que vivieron en el Arco Sur se conoce a través de relatos y del arte, pero no ha sido completamente precisa.
Sin embargo, gracias a la arqueolog?a, la paleobiolog?a y la secuenciaci?n del ADN, se pueden crear l?neas de tiempo hist?ricas m?s precisas.
Es lo que ha hecho un equipo internacional de investigadores, que detallan sus resultados a través de tres art?culos publicados en la revista Science.
Anatolia esteparia
En el primer art?culo, el equipo internacional investiga la patria y la difusi?n de las lenguas anatolias e indoeuropeas que se hablaban durante el primer y segundo milenio a. C. en Asia Menor.
Los resultados genéticos sugieren que la patria de la familia de lenguas indoanatolias estaba en el oeste de Asia, con solo dispersiones secundarias de indoeuropeos no anatolios de la estepa euroasi?tica.
En la primera etapa, hace unos 7.000-5.000 a?os, las personas con ascendencia del C?ucaso se trasladaron al oeste, a Anatolia, y al norte, a la estepa. Algunas de estas personas pueden haber hablado formas ancestrales de lenguas anatolias e indoeuropeas.
Todos los idiomas indoeuropeos hablados (p. ej., griego, armenio y s?nscrito) se remontan a los pastores esteparios de la cultura Yamna, con ascendencia de cazadores-recolectores del C?ucaso y cazadores-recolectores del Este, que hace unos 5.000 a?os iniciaron una cadena de migraciones a través de Eurasia.
Rastro de ADN
Sus expansiones hacia el sur en los Balcanes y Grecia, y hacia el este a través del C?ucaso hacia Armenia, dejaron un rastro en el ADN de la gente de la Edad del Bronce de la regi?n.
A medida que se expandieron, los descendientes de los pastores Yamna se mezclaron de manera diferencial con las poblaciones locales.
El surgimiento de los idiomas griego, paleo-balc?nico y albanés (indoeuropeo) en el sureste de Europa, y del idioma armenio en el oeste de Asia, se form? a partir de inmigrantes de habla indoeuropea de la estepa, que interactuaban con la poblaci?n local, un rastro que se puede rastrear por diferentes formas de evidencia genética.
En el sureste de Europa, el impacto de la cultura Yamna, también conocida como “cultura del sepulcro”, fue profundo y la gente de ascendencia Yamnaya pr?cticamente completa lleg? justo después del comienzo de las migraciones de esta cultura.
https://www.uc-4u.com/clip/5ba3228a-5c99-466b-9603-00fba1e52d0d_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Geograf?a del Arco Sur tal como se describe en esta investigaci?n. Los c?rculos y cuadrados de colores marcan los sitios donde se encontraron individuos antiguos cuyo ADN se analiz? en los estudios. Los puntos amarillos indican genomas estudiados por primera vez. | Lazaridis, Alpaslan-Roodenberg, et al., Science.
Sorpresa en Arco Sur
Algunos de los resultados m?s sorprendentes se encuentran en la regi?n central del Arco Sur, Anatolia, donde los datos a gran escala pintan una rica imagen de los cambios ocurridos a lo largo del tiempo.
Los resultados muestran que, a diferencia de los Balcanes y el C?ucaso, Anatolia apenas se vio afectada por las migraciones de la cultura Yamna.
No se puede establecer ning?n v?nculo con la estepa para los hablantes de lenguas de Anatolia (por ejemplo, hitita, luvita), debido a la ausencia de ascendencia de cazadores-recolectores orientales en Anatolia, en contraste con todas las dem?s regiones donde se hablaban lenguas indoeuropeas.
En comparaci?n con la sorprendente impermeabilidad de Anatolia a las migraciones esteparias, el sur del C?ucaso se vio afectado varias veces por estos movimientos demogr?fricos, incluso antes de las migraciones de la cultura Yamna.
Las primeras sociedades agr?colas
El segundo art?culo detalla c?mo se formaron las primeras poblaciones neol?ticas del mundo (hace unos 12.000 a?os).
"Los resultados genéticos respaldan el escenario de una red de contactos panregionales entre las primeras comunidades agr?colas. También brindan nueva evidencia de que la transici?n neol?tica fue un proceso complejo que no ocurri? solo en una regi?n central, sino en Anatolia y en el resto del Cercano Oriente", explica Ron Pinhasi, uno de los firmantes de este art?culo.
Recoge los primeros datos de ADN antiguo de agricultores del Neol?tico anterior a la cer?mica del lado del Tigris en el norte de Mesopotamia, tanto en el este de Turqu?a como en el norte de Irak, una regi?n clave de los or?genes de la agricultura.
También presenta el primer ADN antiguo de los agricultores anteriores a la cer?mica de la isla de Chipre, que fue testigo de la primera expansi?n mar?tima de los agricultores del Mediterr?neo oriental. Adem?s, proporciona nuevos datos para los primeros agricultores neol?ticos del noroeste de Zagros, junto con los primeros datos de la Armenia neol?tica.
Mezcla de fuentes
Al llenar estos vac?os, los autores pudieron estudiar la historia genética de estas sociedades, para las cuales la investigaci?n arqueol?gica document? interacciones econ?micas y culturales complejas, pero no pudieron rastrear sistemas de apareamiento e interacciones que no dejan rastros materiales visibles.
Los resultados revelan una mezcla de fuentes preneol?ticas relacionadas con los cazadores-recolectores de Anatolia, el C?ucaso y el Levante, y muestran que estas primeras culturas agr?colas formaron un continuo de ascendencia que refleja la geograf?a de Asia occidental.
Los resultados también trazan al menos dos pulsos de migraci?n desde el coraz?n de la MediaLuna Fértil hasta los primeros agricultores de Anatolia.
El per?odo hist?rico
Finalmente, el tercer art?culo revela c?mo las entidades pol?ticas del antiguo mundo mediterr?neo conservaron los contrastes de ascendencia desde la Edad del Bronce, aunque estaban unidas por la migraci?n.
Los resultados muestran que la ascendencia de las personas que viv?an alrededor de Roma en el per?odo imperial, era casi idéntica a la de los individuos romanos/bizantinos de Anatolia, tanto en su media como en el patr?n de variaci?n, mientras que los italianos antes del per?odo imperial ten?an una distribuci?n muy diferente.
Esto sugiere que el Imperio Romano, tanto en su parte occidental de vida m?s corta, como en la parte oriental de mayor duraci?n centrada en Anatolia, ten?a una poblaci?n diversa pero similar, plausiblemente extra?da en gran medida de fuentes preimperiales de Anatolia.
Referencias
The genetic history of the Southern Arc: A bridge between West Asia and Europe. Iosif Lazaridis et al. Science, 26 Aug 2022; Vol 377, Issue 6609. DOI: 10.1126/science.abm4247
Ancient DNA from Mesopotamia suggests distinct Pre-Pottery and Pottery Neolithic migrations into Anatolia. Iosif Lazaridis et al. Science, 25 Aug 2022; Vol 377, Issue 6609, pp. 982-987. DOI:10.1126/science.abq076
A genetic probe into the ancient and medieval history of Southern Europe and West Asia. Iosif Lazaridis et al. Science, 25 Aug 2022; Vol 377, Issue 6609, pp. 940-951. DOI:10.1126/science.abq0755
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