الريــم
08-23-2022, 08:54 PM
El repecho que lleva hasta el centro de Laguardia, en el coraz?n de la Rioja alavesa, es mejor subirlo pausadamente, mientras se visitan los bares del pueblo y se degusta el tempranillo. Hasta hay un ascensor en la localidad para no malgastar fuerzas por qué s?. A nadie se le ocurrir?a ascender la cuesta al ritmo infernal de Primoz Roglic. Ya est? de l?der. Se?oras y se?ores. Se acaba de asistir al acto uno del cuarto a?o del ciclista esloveno en la Vuelta.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
?Hab?a dudas? ?Tan grave estaba después del porrazo que se dio en los adoquines del Tour (https://www.sport.es/es/noticias/la-vuelta/equipo-roglic-toma-mando-locura-14314119)? En este deporte, como en el resto, nadie dice la verdad, todo el mundo esconde las cartas porque luego si se habla m?s de la cuenta, como hizo en primavera Tadej Pogacar en un podcast, y los rivales toman nota de sus fragilidades, te sacan los colores en los Alpes.
Posiblemente nunca hubo dudas acerca de que el ciclista esloveno ser?a el l?der del Jumbo y tratar?a de seguir la racha triunfal de su equipo después de ganar el Tour con Jonas Vingegaard. La forma demostrada ayer en Laguardia no se consigue con cuatro entrenamientos. No se gana de forma tan expresiva y tan superior cuando supuestamente no estaba claro si iba a venir aqu? en busca de su cuarto triunfo consecutivo.
Roglic ya est? al mando de la Vuelta, ya viste en rojo, ya consigue hasta las bonificaciones, ya controla con su equipo, lo hace todo. Y todo bien. Aqu? corre c?modo, aqu? tiene la suerte de cara, al contrario de lo que le sucede en el Tour porque cuando se pierde una carrera que aparentemente se tiene ganada a un d?a de Par?s, como le sucedi? en 2020, es muy dif?cil volver a entrar en la din?mica victoriosa de la prueba.
La subida a Laguardia era explosiva y corta. Hace cinco a?os no hubiera habido dudas de quién habr?a sido el vencedor. Alejandro Valverde a los 42 a?os est? en la Vuelta para disfrutar, recoger el cari?o del p?blico y hasta para que se recuerden triunfos suyos en cuestas similares, como cuando gan? a Peter Sagan en Vejer de la Frontera, en 2015.
Ahora el Movistar, su equipo, trabaja para un Enric Mas que se siente revivir en la Vuelta para dejar atr?s los fantasmas que lo atascaron en el Tour, que si tengo miedo a los descensos, que si temo una ca?da, que si el flato me deja fuera de combate en el Galibier.
La cuesta de Laguardia constata que Mas est? de vuelta y en la Vuelta, en la carrera donde se entiende mejor consigo mismo. Segundo en 2018 y el a?o pasado. Por primera vez en muchos meses el conjunto Movistar se pone al frente del pelot?n, tira con José Joaqu?n Rojas, se ven los jerseis blancos que visten este a?o en homenaje precisamente a Valverde.
Y aparece sobre todo Mas, el mismo que el d?a antes de comenzar la Vuelta expone muchas dudas mientras habla con los periodistas para dar la sensaci?n de que quiz? no ha llegado recuperado an?micamente de un Tour que fue para olvidar.
«Poco a poco», repite tras cruzar la meta en tercera posici?n y alcanzar ya la 13? plaza de la general. Pero sabe que ha hecho lo m?s importante que puede puede hacer un jefe de filas y es dar confianza a los gregarios, que vean que el trabajo merece la pena cuando el l?der responde, porque no hay mayor disgusto para un doméstico del pelot?n que fundirse y luego ver que la figura no responde.
Solo fue una cuesta que no lleg? a los dos kil?metros. Pero sirvi? para que se descubrieran cosas como el poder?o de Roglic y la recuperaci?n del ciclista mallorqu?n.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/la-vuelta/roglic-toma-mando-revive-vuelta-14334997)
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?Hab?a dudas? ?Tan grave estaba después del porrazo que se dio en los adoquines del Tour (https://www.sport.es/es/noticias/la-vuelta/equipo-roglic-toma-mando-locura-14314119)? En este deporte, como en el resto, nadie dice la verdad, todo el mundo esconde las cartas porque luego si se habla m?s de la cuenta, como hizo en primavera Tadej Pogacar en un podcast, y los rivales toman nota de sus fragilidades, te sacan los colores en los Alpes.
Posiblemente nunca hubo dudas acerca de que el ciclista esloveno ser?a el l?der del Jumbo y tratar?a de seguir la racha triunfal de su equipo después de ganar el Tour con Jonas Vingegaard. La forma demostrada ayer en Laguardia no se consigue con cuatro entrenamientos. No se gana de forma tan expresiva y tan superior cuando supuestamente no estaba claro si iba a venir aqu? en busca de su cuarto triunfo consecutivo.
Roglic ya est? al mando de la Vuelta, ya viste en rojo, ya consigue hasta las bonificaciones, ya controla con su equipo, lo hace todo. Y todo bien. Aqu? corre c?modo, aqu? tiene la suerte de cara, al contrario de lo que le sucede en el Tour porque cuando se pierde una carrera que aparentemente se tiene ganada a un d?a de Par?s, como le sucedi? en 2020, es muy dif?cil volver a entrar en la din?mica victoriosa de la prueba.
La subida a Laguardia era explosiva y corta. Hace cinco a?os no hubiera habido dudas de quién habr?a sido el vencedor. Alejandro Valverde a los 42 a?os est? en la Vuelta para disfrutar, recoger el cari?o del p?blico y hasta para que se recuerden triunfos suyos en cuestas similares, como cuando gan? a Peter Sagan en Vejer de la Frontera, en 2015.
Ahora el Movistar, su equipo, trabaja para un Enric Mas que se siente revivir en la Vuelta para dejar atr?s los fantasmas que lo atascaron en el Tour, que si tengo miedo a los descensos, que si temo una ca?da, que si el flato me deja fuera de combate en el Galibier.
La cuesta de Laguardia constata que Mas est? de vuelta y en la Vuelta, en la carrera donde se entiende mejor consigo mismo. Segundo en 2018 y el a?o pasado. Por primera vez en muchos meses el conjunto Movistar se pone al frente del pelot?n, tira con José Joaqu?n Rojas, se ven los jerseis blancos que visten este a?o en homenaje precisamente a Valverde.
Y aparece sobre todo Mas, el mismo que el d?a antes de comenzar la Vuelta expone muchas dudas mientras habla con los periodistas para dar la sensaci?n de que quiz? no ha llegado recuperado an?micamente de un Tour que fue para olvidar.
«Poco a poco», repite tras cruzar la meta en tercera posici?n y alcanzar ya la 13? plaza de la general. Pero sabe que ha hecho lo m?s importante que puede puede hacer un jefe de filas y es dar confianza a los gregarios, que vean que el trabajo merece la pena cuando el l?der responde, porque no hay mayor disgusto para un doméstico del pelot?n que fundirse y luego ver que la figura no responde.
Solo fue una cuesta que no lleg? a los dos kil?metros. Pero sirvi? para que se descubrieran cosas como el poder?o de Roglic y la recuperaci?n del ciclista mallorqu?n.*
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