الريــم
08-16-2022, 09:23 AM
Viene de Campotéjar, en Granada, de donde son sus padres, y llega a la ciudad donde naci? hace 56 a?os. Es de Barcelona, evidentemente, pero estos d?as, y este viaje, la han hecho del origen otra vez, como si tuviera las manos a?n oliendo a aceitunas. Lleva su maleta chica, de viajar y regresar en distancias cortas, pero a ella la han llevado de un sitio para otro las obligaciones de un oficio, el de periodista, del que apenas se hablar? en esta entrevista.
Ha sido corresponsal en varios pa?ses del mundo para El Peri?dico de Catalunya, donde ahora es una importante colaboradora, como lo es también de El Peri?dico de Espa?a y por ello de todos los diarios de Prensa Ibérica. Pero es, casi en silencio, una de las m?s importantes novelistas espa?olas, no s?lo de su generaci?n. Sus libros se leen como ejemplo de maestr?a, pero también de un compromiso, el de contar los huecos que la vida ha dejado en la existencia de los desfavorecidos.
En ese sentido, su ?ltima novela, La forastera, es un ejemplo muy principal de c?mo no es necesario alzar la voz, es decir, impostarla, para contar la met?fora de c?mo el capitalismo ha ahogado a los desfavorecidos.
Esta mujer que llega con sus b?rtulos al calor de Barcelona y se sienta ante el periodista es Olga Merino. Viene cansada del trayecto en avi?n, emocionada del viaje que hizo a visitar a su madre y rendir tributo a los antepasados que ya son memoria de los cementerios y de su vida.
Como en sus libros, este La forastera, pero también en Cenizas Rojas, Espuelas de papel, Perros que ladran en silencio y hasta en Cinco inviernos, que recoge el ramillete de dramas y alegr?as de su corresponsal?a en Rusia, ella habla como si no hubiera adjetivos. Sus sustantivos, como en Hemingway, van poniendo el acento en lo que le preocupa y en lo que recuerda. A veces su timidez le tapa la cara, o baja los ojos hacia su ropa, y se comporta al término como una muchacha que, habiendo conocido, como aquel personaje del citado Hemingway, “la angustia y el dolor, pero no estuvo triste una ma?ana”, se ha empe?ado en contar lo que a los otros concierne. Como es natural, en esta oportunidad el periodista no tuvo m?s remedio que preguntarle por lo que fue su infancia, ese bello monstruo que persigue a todo el mundo.
P. ?Qué postales le manda a usted la infancia?
R. No tuve una infancia excesivamente feliz. Tampoco hubo traumas, eh, pero era una ni?a constantemente asustada, con miedos… Pero recuerdo mucho mi fascinaci?n por las palabras. Enseguida supe que ese era mi mundo: c?mo las letras se juntaban para dar un significado. Adem?s, recuerdo exactamente el momento en que aprend? a leer, c?mo se me atascaban las s?labas y las desatascaba y as? fui aprendiendo a leer. Lo que me daba rabia es que muchas veces me confund?an con un chico. Llevaba el pelo muy corto y yo estaba siempre aclarando que no era un ni?o.
P. ?C?mo eran sus padres?
R. Humildes, sin estudios. Mi madre naci? en un pueblo de Sevilla pero se crio en un pueblo de Granada, es una enorme narradora oral, una mujer muy cari?osa. Pero yo siempre la recuerdo triste. Por circunstancias que ahora no voy a contar, claro. En su tierra hay muchos curanderos y eso. Acabamos de ir a un santero de su pueblo y, al entrar, le dijo que estaba muy bien acompa?ada por sus muertos, por sus padres y por sus abuelos. Pero… a ver: ?ltimamente le estoy notando a mi madre cosas que no me gustan, creo que la tengo que llevar a un neur?logo. Se le olvidan muchas cosas.
P. La vi all?, en una foto, limpiando una tumba.
R. S?. La tumba de mis bisabuelos… Es el n?cleo de la familia y hay que ir.
"Me interesa el no papel de mi generaci?n. La precedente, la tuya, es la de gente muy potente intelectual, pol?tica, socialmente y… parece que nosotros ya no hac?amos falta"
P. ?Qué produce en usted el regreso a ese lugar?
R. Lo he explorado mucho: es el intento de cerrar un ciclo. Yo siempre he estado como escindida. Yo he nacido en Catalu?a, pero los paisajes y la historia de mi familia me llaman mucho. Ahora que he llevado a mi madre la he visto c?mo se ha despedido de su paisaje, un paisaje que yo he explorado bastante en mis libros. Me interesa el no papel de mi generaci?n. La teor?a que tengo es que la generaci?n precedente, la tuya, es la de gente muy potente intelectual, pol?tica socialmente y… parece que nosotros ya no hac?amos falta. Muchos de mi generaci?n no hemos estado en la lucha pol?tica como vosotros simplemente porque no hizo falta. Ya os hab?ais encargado vosotros. Bueno, tal vez mi generaci?n ha aportado la libertad sexual…
https://www.uc-4u.com/clip/f73594b6-5642-45f6-a4cb-ccda842bbf45_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Merino, el d?a de la entrevista en Barcelona. | Elisenda Pons
P. ?C?mo ha ido construyendo su voz literaria al margen de la voz que le ha dado el periodismo?
R. Yo creo que eso todav?a no lo he resuelto bien. Me ha importado tanto la escritura que a veces creo que podr?a haber escrito m?s, haber tenido m?s seguridad en m? misma. No creo que haya sido una gran periodista y sé que los libros han sido mi pasi?n. Pero creo que podr?a haber hecho mucho m?s.
P. En este libro he visto una especie de sed civil de justicia a favor de los perdedores. ?C?mo llega a usted esa reivindicaci?n?
R. Desde muy jovencita he tenido el sentido de justicia. Ahora ven?a acord?ndome de que un d?a mi abuela vio a un vagabundo que buscaba comida en la basura y ella fue y le dio un bocadillo. A m? me educaron con ese tipo de principios. En cuestiones pol?ticas pues… siempre he sido de izquierdas. Aunque, bueno, ahora mismo siento que no hay ni una sombra que me cobije.
P. ?Eso qué significa?
R. Pues una gran decepci?n. Pero sucede aqu? y en toda Europa, eh: la izquierda no est? dando respuestas a problemas concretos. Es que es muy compleja la realidad, también es verdad.
P. ?Y la derecha?
R. ?Qué horror, qué horror! Mira a Vox, no cabe en mi cabeza. Es tremendo.
P. Se ha dicho que su novela asemeja a un 'western', en el que siempre hay gente huyendo de los malos…
R. S?. Pero f?jate que cuando yo me puse a escribir no era muy consciente de eso. Pero mi primer lector, que es un t?o estupendo, Jorge Manzanilla, corrector en la agencia Balcells, es el mismo que también lee primero a Vargas Llosa, se dio cuenta de eso. Y te pones a mirar y… s?, es as?. Ah? est? el territorio, la ley, el peso del paisaje y la gente dividida. Como en un western.
P. La sociedad de hoy es una sociedad cercada y parece que no hay escapatoria.
R. Es que ves las noticias y… piensas que no hay salida. Lo de la ecolog?a es pavoroso. El primo de mi madre me dec?a que este a?o la cosecha de aceituna va a ser catastr?fica. Lo del agua también da miedo. La pol?tica y la manipulaci?n, también. La guerra extra?a entre Ucrania y Rusia... ?uf! O sea: t? ves las noticias y te llenas de pesimismo.
P. ?El argumento de su novela est? basado en cosas que escuch? a lo largo del tiempo?
R. No exactamente. Pero s? que es verdad que en el campo hay cosas que est?n muy presentes: el sentido de propiedad, dejarse de hablar por peleas familiares, esas cosas. Pero no puedo decir que sean cosas, todas, que yo haya visto. Lo de la Guerra Civil lo he o?do mucho. Lo del franquismo también. Y que hoy siga habiendo cad?veres en las cunetas, pues… para m? eso no es de recibo. Luego dicen: ya est?n los rojos recordando y no sé qué. ?Es que eso es tan b?sico para m?! A ver: hubo desmanes por parte de los dos bandos, pero se sabe que la violencia del bando franquista fue cient?ficamente dise?ada para exterminar. Es alucinante. La represi?n fue bestial en el campo, bestial. Y los discursos: “?Se van a enterar!” Madre m?a.
P. Cuando escribe “las casas tienen memoria”, ?qué quiere decir exactamente?
R. Que para m? los espacios son determinantes, que se impregnan de las personas que viven en ellos.
"Aparte de los achaques que uno va teniendo, lo m?s significativo de hacerse mayor es la pérdida de las ilusiones"
P. También escribe: “No sé si soy la misma mujer.”
R. S?. Vamos cambiando, ?no? Por suerte o por desgracia, pero es as?. Aparte de los achaques que uno va teniendo, lo m?s significativo de hacerse mayor es la pérdida de las ilusiones.
P. Otra frase de su novela: “Puede uno morirse de soledad.”
R. No. Es una frase poética, pero no. Uno no se muere de soledad.
P. ?Hasta qué punto est? usted en este libro?
R. Estoy bastante. No s?lo en la protagonista, también en el pintor, en su pasi?n por la creaci?n art?stica. Me da miedo la mirada del otro ante el que se sale de la norma, c?mo se mira la enfermedad mental… A m? se me solap? una enfermedad que yo creo que me caus? el embarazo, un s?ndrome con el que te vas quedando paral?tico. Lo que fue un shock para m? cuando me iba paralizando, con dolores tremendos, era que llegaba al hospital, dec?a que estaba pre?ada y me dec?an: “Ah, no tiene nada, no tiene nada”. Y eso me marc? much?simo. Porque sent?a que me dec?an: “?Est?s loca!”
P. Hay muchas met?foras aqu?, ?no?
R. S?. Con el tiempo creo que he ido puliendo las met?foras en mi escritura, pero s?: todav?a hay bastantes. Tengo que pulir m?s.
"La vida es violenta. Es dura. En los pueblos hay mucha gente amputada, ?sabes? A uno le falta un dedo, a otro una pierna… A lo mejor por alguna situaci?n violenta y no necesariamente por el trabajo en el campo"
P. Hay muchas evocaciones de la violencia, también.
R. La vida es violenta. Es dura. En los pueblos hay mucha gente amputada, ?sabes? A uno le falta un dedo, a otro una pierna… A lo mejor por alguna situaci?n violenta y no necesariamente por el trabajo en el campo.
P. Hay muchos personajes raros aqu?, en esta novela. ?D?nde los ha visto?
R. En este pa?s. Aqu? salir del armario, por ejemplo, es un drama. O el que fracasa en algo, uf, pobre, la que le espera. Y as? la gente se va recluyendo y luego les dicen raros. El mundo es codicioso y violento. Es as?. Ah? tienes la guerra en Ucrania, tan rara también.
P. Usted ha sido corresponsal en varios lugares. ?Esa experiencia, por ejemplo, le ha ayudado a entender a Rusia?
R. S?. Demasiado. Incluso estos d?as me he sentido inc?moda: Putin es un hijo de puta, pero intentas explicar las cosas y te sientes inc?moda. Que la OTAN quiera acercarse tanto a Rusia es una ofensa para ellos. Da la impresi?n que lo que quieren es desmontar lo que queda del Imperio ruso. Pero eso es algo que me duele, Juan, y prefiero no hablar. También por eso ya casi ni miro las noticias. ****
P. ?De d?nde le viene la sensibilidad que muestra sobre todo lo que ocurre?
R. Pues… es que es algo necesario. La sensibilidad es necesaria siempre. Como ser humano. Y como periodista. El periodismo ahora se est? transformando, pero supongo que la esencia del oficio, esa sensibilidad, permanecer?. Yo soy una persona muy sensible, con mucha empat?a, y quer?a una manera de canalizar eso. Por eso eleg? el periodismo, para interesarme por lo que pasa y tratar de ir m?s all?. Pero es que he visto a m?s gente as?, eh. A Rosa Mar?a Calaf, por ejemplo. A Mart? G?mez. A V?zquez Montalb?n.
https://www.uc-4u.com/clip/a0437ae5-578c-44e3-9ea1-4210b61175a1_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La periodista, durante sus a?os de corresponsal en Mosc?. | Cedida
P. ?Y c?mo es que todo lo que ha visto no la ha convertido en c?nica?
R. Igual lo soy un poco. No lo sé. Es que siempre me he sentido alguien fuera de... Yo entré al periodismo siendo correctora. Acuérdate que hab?a una secci?n de edici?n, rodeados por diccionarios. Recuerdo que hac?amos un c?nclave para ver si dej?bamos un gerundio en una cr?nica o no. Bueno, luego me gané una beca para ir al Reino Unido y a la vuelta ingresé en la secci?n de Internacional y me mandaron a la Rusia en descomposici?n. Luego estuve en Pol?tica, en Sociedad… As?, dando tumbos, sin encontrar bien mi lugar. Pero he disfrutado much?simo. Por eso me gusta el t?tulo de este libro, me gusta la palabra forastera. Pero, mira, creo que he perdido mucho tiempo.
P. La protagonista del libro lucha por la felicidad. ?Qué es para usted la felicidad?
R. La felicidad est? sobrevalorada. ?D?nde est? escrito que tengamos que ser felices? Pero, bueno, para m? la felicidad es la tranquilidad espiritual. Es tener amigos. Es conversar. Es tener libros. Es tener la cabeza clara. Yo creo que esa es la felicidad.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/olga-merino-he-sido-izquierdas-14289373)
Ha sido corresponsal en varios pa?ses del mundo para El Peri?dico de Catalunya, donde ahora es una importante colaboradora, como lo es también de El Peri?dico de Espa?a y por ello de todos los diarios de Prensa Ibérica. Pero es, casi en silencio, una de las m?s importantes novelistas espa?olas, no s?lo de su generaci?n. Sus libros se leen como ejemplo de maestr?a, pero también de un compromiso, el de contar los huecos que la vida ha dejado en la existencia de los desfavorecidos.
En ese sentido, su ?ltima novela, La forastera, es un ejemplo muy principal de c?mo no es necesario alzar la voz, es decir, impostarla, para contar la met?fora de c?mo el capitalismo ha ahogado a los desfavorecidos.
Esta mujer que llega con sus b?rtulos al calor de Barcelona y se sienta ante el periodista es Olga Merino. Viene cansada del trayecto en avi?n, emocionada del viaje que hizo a visitar a su madre y rendir tributo a los antepasados que ya son memoria de los cementerios y de su vida.
Como en sus libros, este La forastera, pero también en Cenizas Rojas, Espuelas de papel, Perros que ladran en silencio y hasta en Cinco inviernos, que recoge el ramillete de dramas y alegr?as de su corresponsal?a en Rusia, ella habla como si no hubiera adjetivos. Sus sustantivos, como en Hemingway, van poniendo el acento en lo que le preocupa y en lo que recuerda. A veces su timidez le tapa la cara, o baja los ojos hacia su ropa, y se comporta al término como una muchacha que, habiendo conocido, como aquel personaje del citado Hemingway, “la angustia y el dolor, pero no estuvo triste una ma?ana”, se ha empe?ado en contar lo que a los otros concierne. Como es natural, en esta oportunidad el periodista no tuvo m?s remedio que preguntarle por lo que fue su infancia, ese bello monstruo que persigue a todo el mundo.
P. ?Qué postales le manda a usted la infancia?
R. No tuve una infancia excesivamente feliz. Tampoco hubo traumas, eh, pero era una ni?a constantemente asustada, con miedos… Pero recuerdo mucho mi fascinaci?n por las palabras. Enseguida supe que ese era mi mundo: c?mo las letras se juntaban para dar un significado. Adem?s, recuerdo exactamente el momento en que aprend? a leer, c?mo se me atascaban las s?labas y las desatascaba y as? fui aprendiendo a leer. Lo que me daba rabia es que muchas veces me confund?an con un chico. Llevaba el pelo muy corto y yo estaba siempre aclarando que no era un ni?o.
P. ?C?mo eran sus padres?
R. Humildes, sin estudios. Mi madre naci? en un pueblo de Sevilla pero se crio en un pueblo de Granada, es una enorme narradora oral, una mujer muy cari?osa. Pero yo siempre la recuerdo triste. Por circunstancias que ahora no voy a contar, claro. En su tierra hay muchos curanderos y eso. Acabamos de ir a un santero de su pueblo y, al entrar, le dijo que estaba muy bien acompa?ada por sus muertos, por sus padres y por sus abuelos. Pero… a ver: ?ltimamente le estoy notando a mi madre cosas que no me gustan, creo que la tengo que llevar a un neur?logo. Se le olvidan muchas cosas.
P. La vi all?, en una foto, limpiando una tumba.
R. S?. La tumba de mis bisabuelos… Es el n?cleo de la familia y hay que ir.
"Me interesa el no papel de mi generaci?n. La precedente, la tuya, es la de gente muy potente intelectual, pol?tica, socialmente y… parece que nosotros ya no hac?amos falta"
P. ?Qué produce en usted el regreso a ese lugar?
R. Lo he explorado mucho: es el intento de cerrar un ciclo. Yo siempre he estado como escindida. Yo he nacido en Catalu?a, pero los paisajes y la historia de mi familia me llaman mucho. Ahora que he llevado a mi madre la he visto c?mo se ha despedido de su paisaje, un paisaje que yo he explorado bastante en mis libros. Me interesa el no papel de mi generaci?n. La teor?a que tengo es que la generaci?n precedente, la tuya, es la de gente muy potente intelectual, pol?tica socialmente y… parece que nosotros ya no hac?amos falta. Muchos de mi generaci?n no hemos estado en la lucha pol?tica como vosotros simplemente porque no hizo falta. Ya os hab?ais encargado vosotros. Bueno, tal vez mi generaci?n ha aportado la libertad sexual…
https://www.uc-4u.com/clip/f73594b6-5642-45f6-a4cb-ccda842bbf45_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Merino, el d?a de la entrevista en Barcelona. | Elisenda Pons
P. ?C?mo ha ido construyendo su voz literaria al margen de la voz que le ha dado el periodismo?
R. Yo creo que eso todav?a no lo he resuelto bien. Me ha importado tanto la escritura que a veces creo que podr?a haber escrito m?s, haber tenido m?s seguridad en m? misma. No creo que haya sido una gran periodista y sé que los libros han sido mi pasi?n. Pero creo que podr?a haber hecho mucho m?s.
P. En este libro he visto una especie de sed civil de justicia a favor de los perdedores. ?C?mo llega a usted esa reivindicaci?n?
R. Desde muy jovencita he tenido el sentido de justicia. Ahora ven?a acord?ndome de que un d?a mi abuela vio a un vagabundo que buscaba comida en la basura y ella fue y le dio un bocadillo. A m? me educaron con ese tipo de principios. En cuestiones pol?ticas pues… siempre he sido de izquierdas. Aunque, bueno, ahora mismo siento que no hay ni una sombra que me cobije.
P. ?Eso qué significa?
R. Pues una gran decepci?n. Pero sucede aqu? y en toda Europa, eh: la izquierda no est? dando respuestas a problemas concretos. Es que es muy compleja la realidad, también es verdad.
P. ?Y la derecha?
R. ?Qué horror, qué horror! Mira a Vox, no cabe en mi cabeza. Es tremendo.
P. Se ha dicho que su novela asemeja a un 'western', en el que siempre hay gente huyendo de los malos…
R. S?. Pero f?jate que cuando yo me puse a escribir no era muy consciente de eso. Pero mi primer lector, que es un t?o estupendo, Jorge Manzanilla, corrector en la agencia Balcells, es el mismo que también lee primero a Vargas Llosa, se dio cuenta de eso. Y te pones a mirar y… s?, es as?. Ah? est? el territorio, la ley, el peso del paisaje y la gente dividida. Como en un western.
P. La sociedad de hoy es una sociedad cercada y parece que no hay escapatoria.
R. Es que ves las noticias y… piensas que no hay salida. Lo de la ecolog?a es pavoroso. El primo de mi madre me dec?a que este a?o la cosecha de aceituna va a ser catastr?fica. Lo del agua también da miedo. La pol?tica y la manipulaci?n, también. La guerra extra?a entre Ucrania y Rusia... ?uf! O sea: t? ves las noticias y te llenas de pesimismo.
P. ?El argumento de su novela est? basado en cosas que escuch? a lo largo del tiempo?
R. No exactamente. Pero s? que es verdad que en el campo hay cosas que est?n muy presentes: el sentido de propiedad, dejarse de hablar por peleas familiares, esas cosas. Pero no puedo decir que sean cosas, todas, que yo haya visto. Lo de la Guerra Civil lo he o?do mucho. Lo del franquismo también. Y que hoy siga habiendo cad?veres en las cunetas, pues… para m? eso no es de recibo. Luego dicen: ya est?n los rojos recordando y no sé qué. ?Es que eso es tan b?sico para m?! A ver: hubo desmanes por parte de los dos bandos, pero se sabe que la violencia del bando franquista fue cient?ficamente dise?ada para exterminar. Es alucinante. La represi?n fue bestial en el campo, bestial. Y los discursos: “?Se van a enterar!” Madre m?a.
P. Cuando escribe “las casas tienen memoria”, ?qué quiere decir exactamente?
R. Que para m? los espacios son determinantes, que se impregnan de las personas que viven en ellos.
"Aparte de los achaques que uno va teniendo, lo m?s significativo de hacerse mayor es la pérdida de las ilusiones"
P. También escribe: “No sé si soy la misma mujer.”
R. S?. Vamos cambiando, ?no? Por suerte o por desgracia, pero es as?. Aparte de los achaques que uno va teniendo, lo m?s significativo de hacerse mayor es la pérdida de las ilusiones.
P. Otra frase de su novela: “Puede uno morirse de soledad.”
R. No. Es una frase poética, pero no. Uno no se muere de soledad.
P. ?Hasta qué punto est? usted en este libro?
R. Estoy bastante. No s?lo en la protagonista, también en el pintor, en su pasi?n por la creaci?n art?stica. Me da miedo la mirada del otro ante el que se sale de la norma, c?mo se mira la enfermedad mental… A m? se me solap? una enfermedad que yo creo que me caus? el embarazo, un s?ndrome con el que te vas quedando paral?tico. Lo que fue un shock para m? cuando me iba paralizando, con dolores tremendos, era que llegaba al hospital, dec?a que estaba pre?ada y me dec?an: “Ah, no tiene nada, no tiene nada”. Y eso me marc? much?simo. Porque sent?a que me dec?an: “?Est?s loca!”
P. Hay muchas met?foras aqu?, ?no?
R. S?. Con el tiempo creo que he ido puliendo las met?foras en mi escritura, pero s?: todav?a hay bastantes. Tengo que pulir m?s.
"La vida es violenta. Es dura. En los pueblos hay mucha gente amputada, ?sabes? A uno le falta un dedo, a otro una pierna… A lo mejor por alguna situaci?n violenta y no necesariamente por el trabajo en el campo"
P. Hay muchas evocaciones de la violencia, también.
R. La vida es violenta. Es dura. En los pueblos hay mucha gente amputada, ?sabes? A uno le falta un dedo, a otro una pierna… A lo mejor por alguna situaci?n violenta y no necesariamente por el trabajo en el campo.
P. Hay muchos personajes raros aqu?, en esta novela. ?D?nde los ha visto?
R. En este pa?s. Aqu? salir del armario, por ejemplo, es un drama. O el que fracasa en algo, uf, pobre, la que le espera. Y as? la gente se va recluyendo y luego les dicen raros. El mundo es codicioso y violento. Es as?. Ah? tienes la guerra en Ucrania, tan rara también.
P. Usted ha sido corresponsal en varios lugares. ?Esa experiencia, por ejemplo, le ha ayudado a entender a Rusia?
R. S?. Demasiado. Incluso estos d?as me he sentido inc?moda: Putin es un hijo de puta, pero intentas explicar las cosas y te sientes inc?moda. Que la OTAN quiera acercarse tanto a Rusia es una ofensa para ellos. Da la impresi?n que lo que quieren es desmontar lo que queda del Imperio ruso. Pero eso es algo que me duele, Juan, y prefiero no hablar. También por eso ya casi ni miro las noticias. ****
P. ?De d?nde le viene la sensibilidad que muestra sobre todo lo que ocurre?
R. Pues… es que es algo necesario. La sensibilidad es necesaria siempre. Como ser humano. Y como periodista. El periodismo ahora se est? transformando, pero supongo que la esencia del oficio, esa sensibilidad, permanecer?. Yo soy una persona muy sensible, con mucha empat?a, y quer?a una manera de canalizar eso. Por eso eleg? el periodismo, para interesarme por lo que pasa y tratar de ir m?s all?. Pero es que he visto a m?s gente as?, eh. A Rosa Mar?a Calaf, por ejemplo. A Mart? G?mez. A V?zquez Montalb?n.
https://www.uc-4u.com/clip/a0437ae5-578c-44e3-9ea1-4210b61175a1_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La periodista, durante sus a?os de corresponsal en Mosc?. | Cedida
P. ?Y c?mo es que todo lo que ha visto no la ha convertido en c?nica?
R. Igual lo soy un poco. No lo sé. Es que siempre me he sentido alguien fuera de... Yo entré al periodismo siendo correctora. Acuérdate que hab?a una secci?n de edici?n, rodeados por diccionarios. Recuerdo que hac?amos un c?nclave para ver si dej?bamos un gerundio en una cr?nica o no. Bueno, luego me gané una beca para ir al Reino Unido y a la vuelta ingresé en la secci?n de Internacional y me mandaron a la Rusia en descomposici?n. Luego estuve en Pol?tica, en Sociedad… As?, dando tumbos, sin encontrar bien mi lugar. Pero he disfrutado much?simo. Por eso me gusta el t?tulo de este libro, me gusta la palabra forastera. Pero, mira, creo que he perdido mucho tiempo.
P. La protagonista del libro lucha por la felicidad. ?Qué es para usted la felicidad?
R. La felicidad est? sobrevalorada. ?D?nde est? escrito que tengamos que ser felices? Pero, bueno, para m? la felicidad es la tranquilidad espiritual. Es tener amigos. Es conversar. Es tener libros. Es tener la cabeza clara. Yo creo que esa es la felicidad.*
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