الريــم
08-14-2022, 02:10 PM
Cuentan los restauradores del Museo del Prado que el d?a que le explicaron durante una visita al entonces ministro de Cultura, Mariano Rajoy Brey, que debajo de los vuelos de la falda de 'La Condesa de Chinch?n' (https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/la-condesa-de-chinchon/bce64b6f-4648-42c0-9883-b08b20c6bf9a)(1800) hab?a dibujados dos rostros masculinos enarc? la ceja y pidi? que se lo explicaran de nuevo.
No terminaba de creérselo, cuentan los que asistieron a aquella visita. Ciertamente si uno no es conocedor de los h?bitos de los pintores, que reciclaban lienzos cada dos por tres, sorprende esta pr?ctica tan extendida, incluso entre los m?s grandes. Un claro ejemplo, relatado en esta serie de EL PERI?DICO DE ESPA?A (https://www.epe.es/), medio del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este diario, sobre Los secretos del Prado, es el de Tiziano, que recicl? un lienzo donde ten?a pintado a Carlos V para retratar a su hijo Felipe II.
'La condesa de Chinch?n -o La Chinchona', como es popularmente conocido- es un retrato "m?s ancho de lo normal", y esto se debe precisamente a que en la pintura primigenia "hab?a un mueble", seg?n explica Gudrun Maurer, conservadora de Pintura Espa?ola del siglo XVIII y de Goya. De ah? que el pintor aragonés seleccionara un lienzo m?s grande de lo habitual, de 216 cent?metros de altura por 144 de ancho.
"La modelo es muy grande, es superior al tama?o natural, y adem?s nos da la sensaci?n de que la postura es un tanto extra?a. Los muslos son largu?simos, salen mucho hacia el espectador y los brazos de la silla parecen colocados a distintas altura. El de la izquierda est? m?s alto que el de la derecha", asegura Miguel Hermoso, doctor en Historia del Arte especializado en pintura barroca espa?ola e italiana y profesor de Arte en la Universidad Complutense de Madrid, que a?ade que Goya siempre ten?a "esos problemas con la anatom?a y la perspectiva", si bien matiza que "a pesar de ello es un buen cuadro".
El retrato utiliza un fondo neutro, y "tiene una armon?a de colores muy simple", con grises y un pardo negruzco un poco verdoso en el fondo, lo que seg?n Hermoso es marca de la casa: "Esta restricci?n voluntaria en los colores también es un signo que usan algunos artistas para demostrar que un cuadro no se hace con mucho colores, sino con talento".
El estudio técnico del cuadro en el a?o 2000, después de su adquisici?n por el Museo por 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros), revel? que fue pintado encima de un lienzo ya usado por Goya. En la radiograf?a se identific? plenamente un retrato en pie de Manuel Godoy, el marido de la condesa, y otro menos visible y subyacente de un caballero joven, que lleva en el pecho la cruz de la orden de San Juan de Malta.
Giro de 180 grados
Ambos fueron cubiertos por esa capa de color beige rosado, utilizada como preparaci?n del retrato final de la condesa, para la que Goya dio la vuelta al lienzo para esconder bajo la falda los otros retratos.
"En el caso del caballero desconocido seguramente fue un personaje importante", precisa Maurer, que se?ala que se desconoce por qué no llegaron a buen puerto los dos retratos anteriores. "El de Godoy no estaba terminado como s? lo estaba el del otro caballero", a?ade.
Las teor?as sobre lo ocurrido son m?ltiples. Desde que a quienes encargaron el cuadro no les gustara el resultado final y se negaran a pagarlo a que, en el caso de Godoy, no le gustara el resultado, pero una vez abonado pidiera que retratara a su mujer, entre las numerosas posibilidades. Lo cierto es que en la época los lienzos eran caros y los pintores no dudaban en reutilizarlos.
"Goya en esta época es el principal pintor de todo Madrid. Cobra unos precios alt?simos. No tiene problemas de material ni de lienzos ni de nada. Quiz? hizo el retrato y a Godoy no le gusto y pens? que no pod?a vendérselo a nadie que no fuera él y lo pint? de nuevo", elucubra el profesor universitario.
Lo que s? est? documentado es que Goya conoc?a a la condesa de Chinch?n desde que era ni?a. Hija del infante Don Luis Antonio de Borb?n, hermano de Carlos III, la hab?a conocido en Arenas de San Pedro, donde su familia hab?a sido apartada de la Corte, y es cuando la casan con el primer ministro de Carlos IV, precisamente por orden de este, cuando la hace el retrato de cuerpo entero.
Excelente retratista
Eran los cuadros m?s caros que pintaba Goya -los retratos-, del que toda la aristocracia madrile?a reclamaba por entonces sus servicios por su fama de excelente retratista, ya que consegu?a muy buenos parecidos de los personajes.
"La pinta sentada, que es una posici?n de privilegio, no todo el mundo puede sentarse en la Espa?a del siglo XVIII", se?ala Hermoso sobre un cuadro que parece "pintado con rapidez", explica Maurer, ya que "las brochas y las trazas son r?pidas pero de lejos no lo parecen y sugieren movimiento".
http://www.uc-4u.com/clip/eadd3d53-c535-4daf-b4fd-69c86466e46b_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La sala del Museo del Prado donde est? 'La condesa de Chinch?n', de Francisco de Goya. | EPE
Al acercarse uno al cuadro percibe que las pinceladas est?n "dadas al azar", destaca el doctor en Historia del Arte, "casi como que el pincel fuera en zigzag un poco como a Goya le hubiera parecido, pero si te alejas est? todo en su sitio y da la sensaci?n de esa muselina muy suave que est? cubriendo a la mujer".
"La condesa tiene una postura elegante, cl?sica. El cuerpo mira a un lado y la cabeza para otro, como Mar?a Luisa en La familia de Carlos IV; crea equilibrio en la figura, que est? pensativa", prosigue la restauradora en el an?lisis de un lienzo que tiene muchos detalles, muchos significados.
"Las manos est?n perfectamente sobre su vientre. En aquel momento est? encinta; pocos meses después nace su hija Carlota, que fue apadrinada por los reyes. De ah? que su tocado lleve espigas [emblema de fecundidad, como s?mbolo de la diosa Ceres]. Tiene una expresi?n de felicidad, porque lo era. Es algo que se desprende de sus cartas a la reina [...] Est? sentada casi como una virgen esperando", a?ade Gudrun.
"Por estar embarazada la parte del vientre es la que est? m?s iluminada, se puede decir que es un rayo de luz blanca que est? brillando en el centro", prosigue Hermoso, que también destaca como Goya quiere resaltar "la modestia" del personaje porque "no mira directamente al espectador". "Es casi una representaci?n aleg?rica de la discreci?n, de una buena mujer y una matrona casi romana".
El vestido aun as? es "?ltima moda, ya que es corte imperio", la moda que arranca con la Revoluci?n francesa y que se olvida de los corsés y las faldas de mucho vuelo que se usaban en Espa?a hasta 1780. "El retrato gust? bastante en la época, es muy bonito. Se nota que la modelo le ca?a bien. La familia de su padre, de hecho, le hab?a ayudado much?simo en los inicios de su carrera en Madrid", concluye Hermoso sobre el cuadro cuya intrahistoria dej? de piedra a Rajoy.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/condesa-chinchon-escondia-falda-dejo-14279222)
No terminaba de creérselo, cuentan los que asistieron a aquella visita. Ciertamente si uno no es conocedor de los h?bitos de los pintores, que reciclaban lienzos cada dos por tres, sorprende esta pr?ctica tan extendida, incluso entre los m?s grandes. Un claro ejemplo, relatado en esta serie de EL PERI?DICO DE ESPA?A (https://www.epe.es/), medio del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este diario, sobre Los secretos del Prado, es el de Tiziano, que recicl? un lienzo donde ten?a pintado a Carlos V para retratar a su hijo Felipe II.
'La condesa de Chinch?n -o La Chinchona', como es popularmente conocido- es un retrato "m?s ancho de lo normal", y esto se debe precisamente a que en la pintura primigenia "hab?a un mueble", seg?n explica Gudrun Maurer, conservadora de Pintura Espa?ola del siglo XVIII y de Goya. De ah? que el pintor aragonés seleccionara un lienzo m?s grande de lo habitual, de 216 cent?metros de altura por 144 de ancho.
"La modelo es muy grande, es superior al tama?o natural, y adem?s nos da la sensaci?n de que la postura es un tanto extra?a. Los muslos son largu?simos, salen mucho hacia el espectador y los brazos de la silla parecen colocados a distintas altura. El de la izquierda est? m?s alto que el de la derecha", asegura Miguel Hermoso, doctor en Historia del Arte especializado en pintura barroca espa?ola e italiana y profesor de Arte en la Universidad Complutense de Madrid, que a?ade que Goya siempre ten?a "esos problemas con la anatom?a y la perspectiva", si bien matiza que "a pesar de ello es un buen cuadro".
El retrato utiliza un fondo neutro, y "tiene una armon?a de colores muy simple", con grises y un pardo negruzco un poco verdoso en el fondo, lo que seg?n Hermoso es marca de la casa: "Esta restricci?n voluntaria en los colores también es un signo que usan algunos artistas para demostrar que un cuadro no se hace con mucho colores, sino con talento".
El estudio técnico del cuadro en el a?o 2000, después de su adquisici?n por el Museo por 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros), revel? que fue pintado encima de un lienzo ya usado por Goya. En la radiograf?a se identific? plenamente un retrato en pie de Manuel Godoy, el marido de la condesa, y otro menos visible y subyacente de un caballero joven, que lleva en el pecho la cruz de la orden de San Juan de Malta.
Giro de 180 grados
Ambos fueron cubiertos por esa capa de color beige rosado, utilizada como preparaci?n del retrato final de la condesa, para la que Goya dio la vuelta al lienzo para esconder bajo la falda los otros retratos.
"En el caso del caballero desconocido seguramente fue un personaje importante", precisa Maurer, que se?ala que se desconoce por qué no llegaron a buen puerto los dos retratos anteriores. "El de Godoy no estaba terminado como s? lo estaba el del otro caballero", a?ade.
Las teor?as sobre lo ocurrido son m?ltiples. Desde que a quienes encargaron el cuadro no les gustara el resultado final y se negaran a pagarlo a que, en el caso de Godoy, no le gustara el resultado, pero una vez abonado pidiera que retratara a su mujer, entre las numerosas posibilidades. Lo cierto es que en la época los lienzos eran caros y los pintores no dudaban en reutilizarlos.
"Goya en esta época es el principal pintor de todo Madrid. Cobra unos precios alt?simos. No tiene problemas de material ni de lienzos ni de nada. Quiz? hizo el retrato y a Godoy no le gusto y pens? que no pod?a vendérselo a nadie que no fuera él y lo pint? de nuevo", elucubra el profesor universitario.
Lo que s? est? documentado es que Goya conoc?a a la condesa de Chinch?n desde que era ni?a. Hija del infante Don Luis Antonio de Borb?n, hermano de Carlos III, la hab?a conocido en Arenas de San Pedro, donde su familia hab?a sido apartada de la Corte, y es cuando la casan con el primer ministro de Carlos IV, precisamente por orden de este, cuando la hace el retrato de cuerpo entero.
Excelente retratista
Eran los cuadros m?s caros que pintaba Goya -los retratos-, del que toda la aristocracia madrile?a reclamaba por entonces sus servicios por su fama de excelente retratista, ya que consegu?a muy buenos parecidos de los personajes.
"La pinta sentada, que es una posici?n de privilegio, no todo el mundo puede sentarse en la Espa?a del siglo XVIII", se?ala Hermoso sobre un cuadro que parece "pintado con rapidez", explica Maurer, ya que "las brochas y las trazas son r?pidas pero de lejos no lo parecen y sugieren movimiento".
http://www.uc-4u.com/clip/eadd3d53-c535-4daf-b4fd-69c86466e46b_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La sala del Museo del Prado donde est? 'La condesa de Chinch?n', de Francisco de Goya. | EPE
Al acercarse uno al cuadro percibe que las pinceladas est?n "dadas al azar", destaca el doctor en Historia del Arte, "casi como que el pincel fuera en zigzag un poco como a Goya le hubiera parecido, pero si te alejas est? todo en su sitio y da la sensaci?n de esa muselina muy suave que est? cubriendo a la mujer".
"La condesa tiene una postura elegante, cl?sica. El cuerpo mira a un lado y la cabeza para otro, como Mar?a Luisa en La familia de Carlos IV; crea equilibrio en la figura, que est? pensativa", prosigue la restauradora en el an?lisis de un lienzo que tiene muchos detalles, muchos significados.
"Las manos est?n perfectamente sobre su vientre. En aquel momento est? encinta; pocos meses después nace su hija Carlota, que fue apadrinada por los reyes. De ah? que su tocado lleve espigas [emblema de fecundidad, como s?mbolo de la diosa Ceres]. Tiene una expresi?n de felicidad, porque lo era. Es algo que se desprende de sus cartas a la reina [...] Est? sentada casi como una virgen esperando", a?ade Gudrun.
"Por estar embarazada la parte del vientre es la que est? m?s iluminada, se puede decir que es un rayo de luz blanca que est? brillando en el centro", prosigue Hermoso, que también destaca como Goya quiere resaltar "la modestia" del personaje porque "no mira directamente al espectador". "Es casi una representaci?n aleg?rica de la discreci?n, de una buena mujer y una matrona casi romana".
El vestido aun as? es "?ltima moda, ya que es corte imperio", la moda que arranca con la Revoluci?n francesa y que se olvida de los corsés y las faldas de mucho vuelo que se usaban en Espa?a hasta 1780. "El retrato gust? bastante en la época, es muy bonito. Se nota que la modelo le ca?a bien. La familia de su padre, de hecho, le hab?a ayudado much?simo en los inicios de su carrera en Madrid", concluye Hermoso sobre el cuadro cuya intrahistoria dej? de piedra a Rajoy.
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