الريــم
08-06-2022, 09:01 AM
Alexander es un ruso de gran envergadura y Dean es un francés también de espaldas anchas. Ambos descargan cajas de su furgoneta a las 12 de la ma?ana y en pleno agosto. Van sudando a chorros. Garbanzos, yogures, pollo, lasa?a, bebidas, cartones de leche... Llevan kilos y kilos de alimento y los van entrando al piso que es la sede deAmigos de la Calle, en Valencia, donde les espera Marcela con un listado con las familias que van a venir esa ma?ana a por su comida.
No es normal que un mes de agosto estén tan ajetreados en la sede, pero tampoco es normal que el Banco de Alimentos de la Pobla de Vallbona (que abastece a todas las asociaciones de la provincia y este a?o ha repartido ocho millones de kilos) haya decidido no cerrar ni un d?a. Es un verano especialmente duro. Y la guerra tiene mucho que ver. Mucho. "Las canastas ya no son tan grandes como otros a?os. Por ejemplo, no hay tanta leche", explica Marcela Verme, voluntaria. La guerra se ha comido parte de las raciones.
Pero no solo eso. "Ayer nos quedamos sin aceite y no pudimos repartirlo". El precio se ha triplicado y se ha convertido en un bien escaso, as? que ya no hay. Cualquier empresa que lea esto puede donar a la asociaci?n. También van faltos de papel de aluminio, algo esencial para su trabajo porque también asisten a personas sin hogar. "Ya no encontramos bolsitas de pl?stico de colores por ning?n lado, eso también ha afectado la guerra", dice Verme.
"Las canastas ya no son tan grandes como otros a?os. Por ejemplo, no hay tanta leche", dice Marcela Verme, voluntaria
El pollo de momento no escasea tanto como el aceite, pero se ha notado y mucho. "Antes compr?bamos bandejas de estas que va un pollo entero troceado, ahora ha subido tanto que ya no podemos. Gracias a dios una empresa nos ha donado muchas cajas de pollo que ya est? cocinado, y estamos repartiendo eso. Veremos cuando tengamos que comprar de nuevo", asegura Carmen Allendes, también voluntaria de la entidad que, pese a que reparte por toda València desde el a?o 2007, lucha por ser de utilidad p?blica.
A?ade que hace poco una empresa les ofreci? decenas de palets de lasa?a cocinada porque los iba a tirar, y ella daba saltos de alegr?a. "Creemos en los milagros, hay veces que est?bamos vac?os del todo y de repente una empresa llama de la nada y nos ofrece comida", explica mientras sonr?e.
Familias que se apuntan
Jaime Serra es director del Banco de Alimentos de València, y explica que "este jueves repartimos a 265 familias en Mestalla durante toda la ma?ana". Hasta ah?, todo normal, lo novedoso, y m?s en un mes de agosto, fue que se apuntaron casi 70 familias nuevas al final del reparto. Estos meses suelen ser los menos concurridos e incluso algunas entidades descansan una semana. Este a?o ha sido todo lo contrario.
En Amigos de la Calle también han tenido m?s trabajo que otros a?os. Alexander es ruso y ha comenzado a repartir a much?simas familias afectadas por la guerra de Ucrania, "ha sido una avalancha". Actualmente est?n atendiendo a m?s de 150 familias, unas 500 personas. "Hay familias que vienen y uno de sus miembros tiene trabajo. Eso no nos hab?a pasado antes. Con jornadas de 40 horas a la semana, con una n?mina pero siguen necesitando ayuda de los bancos de alimentos", denuncia Allendes. Con trabajo pero siguen siendo pobres.
"Hay familias que vienen y uno de sus miembros tiene trabajo. Eso no nos hab?a pasado antes", denuncia Allendes.
Cuando Amigos de la Calle naci? lo hizo con el objetivo de morir pronto. Fue en 2007 y atend?an a personas sin hogar y "pensamos que en 2011 o 2012 ya habr?a pasado todo, pero hemos encadenado una crisis con otra hasta aqu?", dice Allendes. La pobreza se ha cronificado y ellos son testigos en primera l?nea. En 2012 abrieron la entrega de alimentos y hay familias que no han faltado desde entonces. Son una asociaci?n totalmente civil y no reciben una sola ayuda, de hecho la sede es el piso de una voluntaria que han transformado hasta convertirlo en un gran almacén y una gran cocina.
Los bancos de alimentos son el mejor term?metro social. Y ahora mismo todos prevén que este va a ser un invierno muy duro. "Yo dir?a que las Navidades m?s calientes en décadas en València", pronostica Jaime Serra, que lleva muchos a?os en este trabajo. Creen que el golpetazo puede llegar en los meses de octubre o noviembre, ya se preparan, aunque acumulan 600.000 kilos de alimento.
Aunque ellos reciben much?simas donaciones, la guerra también se nota. "Este a?o nos hemos gastado 300.000 euros en comida, claro que todos lo notamos", se?ala. Adem?s apunta que el incremento de gente es muy grande en un mes en el que, a semanas, no suelen ni abrir en a?os normales.
"No hace falta irse fuera para ayudar"
"Mucha gente se hace viajes caros y se va a echar una mano pagando. No hace falta que te vayas fuera, en el barrio de al lado puedes ayudar, cuanta m?s gente mejor". Carmen habla de los barrios periféricos de la ciudad, de la iglesia de San José Obrero, de muchos lugares donde algunas personas arriman el hombro. Porque, remarca Dean, "esto le puede pasar a cualquiera". No exagera. "Mucha gente no se lo cree, pero hay muchas personas que lo disimulan vistiendo bien, pero est?n necesitados aunque no se lo hagan ver a sus vecinos, y no lo ven hasta que vienen".
Ni Alexander, ni Dean, ni Carmen, ni Marcela paran en ning?n momento de la entrevista. Hay mucho trabajo y se puede hablar mientras cargan y descargan cajas. Ahora preparan los sombreros y las botellas de agua heladas que repartir?n el domingo entre personas sin hogar que también acusan -y mucho- la ola de calor.
A veces les llegan colonias en formato grande, que se las dan a las familias. Los pa?uelos son para la gente que vive en la calle "la higiene es s?per importante para ellos", el kit kat también es para subir la moral a los sin techo, "ellos lo agradecen mucho porque tienen la moral por los suelos, y al menos ven alguien que les cuida". A veces les han donado gominolas, y en ese caso, se las reservan a los ni?os para darles una alegr?a. "Esto le puede pasar a cualquiera".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/guerra-come-raciones-bancos-alimentos-14233934)
No es normal que un mes de agosto estén tan ajetreados en la sede, pero tampoco es normal que el Banco de Alimentos de la Pobla de Vallbona (que abastece a todas las asociaciones de la provincia y este a?o ha repartido ocho millones de kilos) haya decidido no cerrar ni un d?a. Es un verano especialmente duro. Y la guerra tiene mucho que ver. Mucho. "Las canastas ya no son tan grandes como otros a?os. Por ejemplo, no hay tanta leche", explica Marcela Verme, voluntaria. La guerra se ha comido parte de las raciones.
Pero no solo eso. "Ayer nos quedamos sin aceite y no pudimos repartirlo". El precio se ha triplicado y se ha convertido en un bien escaso, as? que ya no hay. Cualquier empresa que lea esto puede donar a la asociaci?n. También van faltos de papel de aluminio, algo esencial para su trabajo porque también asisten a personas sin hogar. "Ya no encontramos bolsitas de pl?stico de colores por ning?n lado, eso también ha afectado la guerra", dice Verme.
"Las canastas ya no son tan grandes como otros a?os. Por ejemplo, no hay tanta leche", dice Marcela Verme, voluntaria
El pollo de momento no escasea tanto como el aceite, pero se ha notado y mucho. "Antes compr?bamos bandejas de estas que va un pollo entero troceado, ahora ha subido tanto que ya no podemos. Gracias a dios una empresa nos ha donado muchas cajas de pollo que ya est? cocinado, y estamos repartiendo eso. Veremos cuando tengamos que comprar de nuevo", asegura Carmen Allendes, también voluntaria de la entidad que, pese a que reparte por toda València desde el a?o 2007, lucha por ser de utilidad p?blica.
A?ade que hace poco una empresa les ofreci? decenas de palets de lasa?a cocinada porque los iba a tirar, y ella daba saltos de alegr?a. "Creemos en los milagros, hay veces que est?bamos vac?os del todo y de repente una empresa llama de la nada y nos ofrece comida", explica mientras sonr?e.
Familias que se apuntan
Jaime Serra es director del Banco de Alimentos de València, y explica que "este jueves repartimos a 265 familias en Mestalla durante toda la ma?ana". Hasta ah?, todo normal, lo novedoso, y m?s en un mes de agosto, fue que se apuntaron casi 70 familias nuevas al final del reparto. Estos meses suelen ser los menos concurridos e incluso algunas entidades descansan una semana. Este a?o ha sido todo lo contrario.
En Amigos de la Calle también han tenido m?s trabajo que otros a?os. Alexander es ruso y ha comenzado a repartir a much?simas familias afectadas por la guerra de Ucrania, "ha sido una avalancha". Actualmente est?n atendiendo a m?s de 150 familias, unas 500 personas. "Hay familias que vienen y uno de sus miembros tiene trabajo. Eso no nos hab?a pasado antes. Con jornadas de 40 horas a la semana, con una n?mina pero siguen necesitando ayuda de los bancos de alimentos", denuncia Allendes. Con trabajo pero siguen siendo pobres.
"Hay familias que vienen y uno de sus miembros tiene trabajo. Eso no nos hab?a pasado antes", denuncia Allendes.
Cuando Amigos de la Calle naci? lo hizo con el objetivo de morir pronto. Fue en 2007 y atend?an a personas sin hogar y "pensamos que en 2011 o 2012 ya habr?a pasado todo, pero hemos encadenado una crisis con otra hasta aqu?", dice Allendes. La pobreza se ha cronificado y ellos son testigos en primera l?nea. En 2012 abrieron la entrega de alimentos y hay familias que no han faltado desde entonces. Son una asociaci?n totalmente civil y no reciben una sola ayuda, de hecho la sede es el piso de una voluntaria que han transformado hasta convertirlo en un gran almacén y una gran cocina.
Los bancos de alimentos son el mejor term?metro social. Y ahora mismo todos prevén que este va a ser un invierno muy duro. "Yo dir?a que las Navidades m?s calientes en décadas en València", pronostica Jaime Serra, que lleva muchos a?os en este trabajo. Creen que el golpetazo puede llegar en los meses de octubre o noviembre, ya se preparan, aunque acumulan 600.000 kilos de alimento.
Aunque ellos reciben much?simas donaciones, la guerra también se nota. "Este a?o nos hemos gastado 300.000 euros en comida, claro que todos lo notamos", se?ala. Adem?s apunta que el incremento de gente es muy grande en un mes en el que, a semanas, no suelen ni abrir en a?os normales.
"No hace falta irse fuera para ayudar"
"Mucha gente se hace viajes caros y se va a echar una mano pagando. No hace falta que te vayas fuera, en el barrio de al lado puedes ayudar, cuanta m?s gente mejor". Carmen habla de los barrios periféricos de la ciudad, de la iglesia de San José Obrero, de muchos lugares donde algunas personas arriman el hombro. Porque, remarca Dean, "esto le puede pasar a cualquiera". No exagera. "Mucha gente no se lo cree, pero hay muchas personas que lo disimulan vistiendo bien, pero est?n necesitados aunque no se lo hagan ver a sus vecinos, y no lo ven hasta que vienen".
Ni Alexander, ni Dean, ni Carmen, ni Marcela paran en ning?n momento de la entrevista. Hay mucho trabajo y se puede hablar mientras cargan y descargan cajas. Ahora preparan los sombreros y las botellas de agua heladas que repartir?n el domingo entre personas sin hogar que también acusan -y mucho- la ola de calor.
A veces les llegan colonias en formato grande, que se las dan a las familias. Los pa?uelos son para la gente que vive en la calle "la higiene es s?per importante para ellos", el kit kat también es para subir la moral a los sin techo, "ellos lo agradecen mucho porque tienen la moral por los suelos, y al menos ven alguien que les cuida". A veces les han donado gominolas, y en ese caso, se las reservan a los ni?os para darles una alegr?a. "Esto le puede pasar a cualquiera".
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