الريــم
08-05-2022, 02:53 AM
Son las ocho en punto de la ma?ana y los habitantes de Forès (Conca de Barberà) respiran tranquilos. Acaba de llegar un cami?n cisterna con 25.700 litros de agua que debe durarles al menos dos d?as. El pozo que abastece a los vecinos de este pueblo se sec? en mayo y desde entonces dependen de las cubas de agua para seguir teniendo suministro potable. Lo nunca visto en una zona que conoce demasiado la escasez de lluvias. En el Baix Camp, una comarca mucho menos habituada a la sequ?a extrema, los vecinos también est?n en apuros. "Si ahora que tengo 20 a?os estamos as?, ?qué pasar? cuando tenga 40? Con los amigos lo hablamos, tendremos que irnos del pueblo por el cambio clim?tico", asume Emma Pajares, vecina de Botarell. Mientras, los agricultores temen cambios en cuesti?n de meses. Las olivas de Joan Llebaria est?n tan secas que parecen pasas. "Perderemos esta cosecha y la del a?o que viene", asume desesperado.
Josep Maria Bosch naci? en Forès en 1939 y all? quiere morir. A sus 83 a?os, la falta de agua no es ninguna novedad. "Mi primera ducha me la di con 18 a?os, cuando sal? del pueblo a trabajar", explica el hombre, que volvi? a la Conca ya jubilado. Es normal que, en estos pueblos, en verano escasee el agua. Antes, los habitantes se ba?aban con barre?os y sus casas est?n perfectamente adaptadas a la falta de agua, con cisternas que se llenan con la lluvia de los tejados o la calle. Los pocos jardines municipales del pueblo tienen un dep?sito de agua para aprovechar el exceso de riego. Y no hay ni piscina municipal. "Aqu? no nos podemos permitir este despilfarro", sigue Jaume Farrés, el aguacil de Forès.
"Que no haya agua en verano es normal, pero lo que est? pasando esta vez es extraordinario", asume Bosch. Se quita la gorra y mira al cielo. "Es que no llueve ni un poquito", le responde Farrés. "Si se mueren las plantas mira, les damos un entierro. El problema est? en la gente, en los campos, en las fuentes...", prosigue Bosch. Desde hace m?s de 300 a?os la fuente de Sant Miquel, a unos 200 metros del centro del pueblo, llenaba los lavaderos donde las mujeres iban a hacer la colada. Hoy de la fuente no sale ni un chorrito de agua. "Tuve que sacar los 10 peces que puse en invierno para que se comieran las algas, si no, ya estar?an muertos", muestra el aguacil. Las fuentes est?n cerradas y los vecinos no pueden abrir el agua desde las 11 de la noche hasta las seis de la madrugada. "A m? no me preocupa, si pienso en m? ya estoy bien y al final de todo, pero pienso en mis nietos... ?Qué mundo les hemos dejado, si no llueve? ?D?nde vivir?n?", dice el octogenario pensativo.
Los camiones cisterna no dan abasto
En cuanto Robert Esteve ha llenado los dep?sitos de agua con su cuba se despide de los habitantes de Forès. "No damos abasto", explica. La empresa de transporte Madel, capitaneada por los hermanos Carles y Robert, es la ?nica en la zona acreditada para llevar agua potable. El a?o pasado, en junio y julio, hicieron 80 viajes de abastecimiento. Este 2022 llevan 180, m?s del doble. "Y agosto est? siendo mucho peor, tenemos alcaldes desesperados llamando, pidiendo agua cada d?a", sigue Esteve. Arranca la cisterna en direcci?n a Passanant i Belltall, pueblo vecino con 5 n?cleos donde viven 170 personas. "Este a?o la sequ?a se ha agravado porque tuvimos un incendio y nos pidieron usar el pozo, por eso nos hemos quedado sin agua tres semanas antes de lo que es habitual", explica el alcalde, Mag? Ninot. "Estamos acostumbrados a que falte el agua, no malgastamos ni una gota, aqu? es como el oro", sigue el alcalde, que también ha cerrado las fuentes municipales y ha impuesto restricciones nocturnas de agua.
Ajos como pelotas de pimp?n
La Agrupaci?n del Ajo de Belltall sabe bien que significa la escasez de agua. Naci? para seguir plantando la variedad t?pica de esta zona, mantener la semilla y no olvidarse de las ra?ces. Este fin de semana montan una feria para vender los ajos de este a?o. "Tenemos un problema, han salido ajos peque??simos porque apenas ha llovido, perderemos dinero", cuenta la presidenta de la entidad, Montse S?nchez. Las cabezas de ajos son como pelotitas de pimp?n, y las olivas como pasas. "Perderemos la cosecha de este a?o, pero sobre todo la del a?o que viene, los pocos payeses que quedamos aqu? estamos acabados", lamenta Joan Llaberia, presidente de la asociaci?n de regantes de Riudecanyes (Baix Camp), el pantano de Siurana-Riudecanyes y la cooperativa de aceite de Escornalbou.
La peor sequ?a en 60 a?os
El pantano de Riudecanyes se abastece del 'hermano mayor' de Siurana (Priorat), que redirige el r?o Siurana hacia la costa para que los 3.000 regantes de la zona puedan regar los campos de olivos y avellanas. "El caudal del r?o ha bajado a 5 litros por segundo, cuando lo normal era de 20, 50 o 100", sigue Llaveria. Los regantes han visto reducido un 60% el uso de agua, que se est? priorizando para consumo de boca. "Normalmente reg?bamos tres horas al d?a, ahora solo podemos hacerlo una. Solo hubo un a?o peor que este, 1948, cuando los regantes no pudieron usar nada de agua", cuenta mientras muestra como los olivos, huérfanos de agua, sueltan el fruto antes de tiempo "para no morir de sed". "Este a?o perderemos el 80% de la cosecha, pero el a?o que viene no brotar? nada, eso es lo peor", prevé el agricultor, harto de ver como la denominaci?n de origen va perdiendo productores porque el negocio no sale a cuenta.
13 horas sin agua por las piscinas privadas
En Botarell (Baix Camp) el alcalde Llu?s Escoda implora poder abastecerse con el agua de este pantano. La mina y los dos pozos que dan agua a este n?cleo han ca?do un 75% de su capacidad habitual. "Ahora acaban de venir las cubas y tenemos los dep?sitos a la mitad: 400 metros c?bicos para vivir", explica el alcalde. El d?a m?s grave, de momento, lo vivieron el fin de semana del 30 de julio. "Empezaba la fiesta mayor y vino mucha gente a su segunda residencia. El dep?sito se nos vaci? en un solo d?a porque, sospechamos, llenaron las piscinas a tope", sigue Escoda. Tuvieron que cortar el agua dos horas al mediod?a (de 11 a 1) y de cuatro de la tarde hasta las siete, sumados a los cortes habituales de las 23 horas a las 6. "Yo no puedo prohibir las piscinas, pero deber?a poder, hay que cerrar todas las piscinas y que la gente venga a la piscina municipal". Lamento de alcalde.
"La piscina se llen?, la gente no ten?a agua para ducharse", explica Emma Pajares una joven de 22 a?os que ahora trabaja en el bar de la piscina municipal. "A m? esto de la sequ?a me da bastante miedo, porque si ahora que tengo 22 ya estamos as?, ?qué pasar? cuando tenga 40? A veces con los amigos lo hablamos, tendremos que irnos del pueblo porque la sequ?a se agravar? con la crisis clim?tica", dice la chica, que a?ade una demanda bastante concreta. "F?jate que los que siempre pillamos primero somos los pueblos peque?os, los m?s olvidados".
Esperando el trasvase del Ebro
Los pueblos que dependen de las cubas de agua y que est?n m?s expuestos a la sequ?a son los que no forman parte de la red de abastecimiento del Consocio de Aguas de Tarragona, que se abastece del Ebro. En la Conca de Barberà, ocho pueblos que piden desde hace a?os integrarse en la red. "La licitaci?n se ha atrasado un a?o, y lo necesitamos urgentemente para no sufrir", implora Ninot. Escoda también lo ha pedido, pero reza que la incorporaci?n no se retrase m?s de dos a?os. Mientras, le toca pagar las cubas que, a d?a de hoy, permiten subsistir a los vecinos. La Generalitat solo subvenciona el 75% del coste del transporte, pero no el precio del agua. "Si tenemos que estar cuatro y cinco semanas as? no lo podemos pagar. Nos costar? 30.000 o 40.000 euros y nosotros solo tenemos 10.000 para imprevistos", suspira Escoda.
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Josep Maria Bosch naci? en Forès en 1939 y all? quiere morir. A sus 83 a?os, la falta de agua no es ninguna novedad. "Mi primera ducha me la di con 18 a?os, cuando sal? del pueblo a trabajar", explica el hombre, que volvi? a la Conca ya jubilado. Es normal que, en estos pueblos, en verano escasee el agua. Antes, los habitantes se ba?aban con barre?os y sus casas est?n perfectamente adaptadas a la falta de agua, con cisternas que se llenan con la lluvia de los tejados o la calle. Los pocos jardines municipales del pueblo tienen un dep?sito de agua para aprovechar el exceso de riego. Y no hay ni piscina municipal. "Aqu? no nos podemos permitir este despilfarro", sigue Jaume Farrés, el aguacil de Forès.
"Que no haya agua en verano es normal, pero lo que est? pasando esta vez es extraordinario", asume Bosch. Se quita la gorra y mira al cielo. "Es que no llueve ni un poquito", le responde Farrés. "Si se mueren las plantas mira, les damos un entierro. El problema est? en la gente, en los campos, en las fuentes...", prosigue Bosch. Desde hace m?s de 300 a?os la fuente de Sant Miquel, a unos 200 metros del centro del pueblo, llenaba los lavaderos donde las mujeres iban a hacer la colada. Hoy de la fuente no sale ni un chorrito de agua. "Tuve que sacar los 10 peces que puse en invierno para que se comieran las algas, si no, ya estar?an muertos", muestra el aguacil. Las fuentes est?n cerradas y los vecinos no pueden abrir el agua desde las 11 de la noche hasta las seis de la madrugada. "A m? no me preocupa, si pienso en m? ya estoy bien y al final de todo, pero pienso en mis nietos... ?Qué mundo les hemos dejado, si no llueve? ?D?nde vivir?n?", dice el octogenario pensativo.
Los camiones cisterna no dan abasto
En cuanto Robert Esteve ha llenado los dep?sitos de agua con su cuba se despide de los habitantes de Forès. "No damos abasto", explica. La empresa de transporte Madel, capitaneada por los hermanos Carles y Robert, es la ?nica en la zona acreditada para llevar agua potable. El a?o pasado, en junio y julio, hicieron 80 viajes de abastecimiento. Este 2022 llevan 180, m?s del doble. "Y agosto est? siendo mucho peor, tenemos alcaldes desesperados llamando, pidiendo agua cada d?a", sigue Esteve. Arranca la cisterna en direcci?n a Passanant i Belltall, pueblo vecino con 5 n?cleos donde viven 170 personas. "Este a?o la sequ?a se ha agravado porque tuvimos un incendio y nos pidieron usar el pozo, por eso nos hemos quedado sin agua tres semanas antes de lo que es habitual", explica el alcalde, Mag? Ninot. "Estamos acostumbrados a que falte el agua, no malgastamos ni una gota, aqu? es como el oro", sigue el alcalde, que también ha cerrado las fuentes municipales y ha impuesto restricciones nocturnas de agua.
Ajos como pelotas de pimp?n
La Agrupaci?n del Ajo de Belltall sabe bien que significa la escasez de agua. Naci? para seguir plantando la variedad t?pica de esta zona, mantener la semilla y no olvidarse de las ra?ces. Este fin de semana montan una feria para vender los ajos de este a?o. "Tenemos un problema, han salido ajos peque??simos porque apenas ha llovido, perderemos dinero", cuenta la presidenta de la entidad, Montse S?nchez. Las cabezas de ajos son como pelotitas de pimp?n, y las olivas como pasas. "Perderemos la cosecha de este a?o, pero sobre todo la del a?o que viene, los pocos payeses que quedamos aqu? estamos acabados", lamenta Joan Llaberia, presidente de la asociaci?n de regantes de Riudecanyes (Baix Camp), el pantano de Siurana-Riudecanyes y la cooperativa de aceite de Escornalbou.
La peor sequ?a en 60 a?os
El pantano de Riudecanyes se abastece del 'hermano mayor' de Siurana (Priorat), que redirige el r?o Siurana hacia la costa para que los 3.000 regantes de la zona puedan regar los campos de olivos y avellanas. "El caudal del r?o ha bajado a 5 litros por segundo, cuando lo normal era de 20, 50 o 100", sigue Llaveria. Los regantes han visto reducido un 60% el uso de agua, que se est? priorizando para consumo de boca. "Normalmente reg?bamos tres horas al d?a, ahora solo podemos hacerlo una. Solo hubo un a?o peor que este, 1948, cuando los regantes no pudieron usar nada de agua", cuenta mientras muestra como los olivos, huérfanos de agua, sueltan el fruto antes de tiempo "para no morir de sed". "Este a?o perderemos el 80% de la cosecha, pero el a?o que viene no brotar? nada, eso es lo peor", prevé el agricultor, harto de ver como la denominaci?n de origen va perdiendo productores porque el negocio no sale a cuenta.
13 horas sin agua por las piscinas privadas
En Botarell (Baix Camp) el alcalde Llu?s Escoda implora poder abastecerse con el agua de este pantano. La mina y los dos pozos que dan agua a este n?cleo han ca?do un 75% de su capacidad habitual. "Ahora acaban de venir las cubas y tenemos los dep?sitos a la mitad: 400 metros c?bicos para vivir", explica el alcalde. El d?a m?s grave, de momento, lo vivieron el fin de semana del 30 de julio. "Empezaba la fiesta mayor y vino mucha gente a su segunda residencia. El dep?sito se nos vaci? en un solo d?a porque, sospechamos, llenaron las piscinas a tope", sigue Escoda. Tuvieron que cortar el agua dos horas al mediod?a (de 11 a 1) y de cuatro de la tarde hasta las siete, sumados a los cortes habituales de las 23 horas a las 6. "Yo no puedo prohibir las piscinas, pero deber?a poder, hay que cerrar todas las piscinas y que la gente venga a la piscina municipal". Lamento de alcalde.
"La piscina se llen?, la gente no ten?a agua para ducharse", explica Emma Pajares una joven de 22 a?os que ahora trabaja en el bar de la piscina municipal. "A m? esto de la sequ?a me da bastante miedo, porque si ahora que tengo 22 ya estamos as?, ?qué pasar? cuando tenga 40? A veces con los amigos lo hablamos, tendremos que irnos del pueblo porque la sequ?a se agravar? con la crisis clim?tica", dice la chica, que a?ade una demanda bastante concreta. "F?jate que los que siempre pillamos primero somos los pueblos peque?os, los m?s olvidados".
Esperando el trasvase del Ebro
Los pueblos que dependen de las cubas de agua y que est?n m?s expuestos a la sequ?a son los que no forman parte de la red de abastecimiento del Consocio de Aguas de Tarragona, que se abastece del Ebro. En la Conca de Barberà, ocho pueblos que piden desde hace a?os integrarse en la red. "La licitaci?n se ha atrasado un a?o, y lo necesitamos urgentemente para no sufrir", implora Ninot. Escoda también lo ha pedido, pero reza que la incorporaci?n no se retrase m?s de dos a?os. Mientras, le toca pagar las cubas que, a d?a de hoy, permiten subsistir a los vecinos. La Generalitat solo subvenciona el 75% del coste del transporte, pero no el precio del agua. "Si tenemos que estar cuatro y cinco semanas as? no lo podemos pagar. Nos costar? 30.000 o 40.000 euros y nosotros solo tenemos 10.000 para imprevistos", suspira Escoda.
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