الريــم
07-26-2022, 11:54 AM
El informe elaborado por el Instituto Tecnol?gico de Massachusetts para el Club de Roma, publicado en 1972, alertaba de las consecuencias de un crecimiento econ?mico indefinido. Seg?n el informe, de continuar las tendencias de aquel momento se producir?a una cat?strofe planetaria a lo largo del siglo XXI. A pesar de las fuertes cr?ticas recibidas, la idea de la insostenibilidad del crecimiento indefinido ha sido reforzada por estudios posteriores que coinciden en la necesidad de cambios radicales en nuestros sistemas econ?micos.Ram?n Mu?oz-Ch?puli (*)
En marzo de 1972, hace cincuenta a?os, se public? un informe elaborado por un equipo interdisciplinar del Instituto Tecnol?gico de Massachusetts (MIT) dirigido por dos cient?ficos, Donella y Dennis Meadows. Este informe se hab?a elaborado por encargo del Club de Roma, una organizaci?n fundada en 1968 por un grupo de empresarios, cient?ficos y pol?ticos visionarios, conscientes de las amenazas que algunos ya percib?an sobre el futuro de la Humanidad. El Club de Roma solicit? al Grupo de Din?mica de Sistemas del MIT que elaborara un modelo inform?tico predictivo que deb?a considerar cinco variables: poblaci?n, recursos naturales, capital y producci?n, alimentos y contaminaci?n. Se trataba de estudiar c?mo estas variables interaccionaban entre s? y cu?l era el resultado de sus proyecciones hacia el futuro.
Las conclusiones se recogieron en un libro titulado “Los l?mites del crecimiento”, y fueron tan polémicas como inquietantes. Si se manten?an las tendencias de aquel momento, a lo largo del siglo XXI se producir?a un colapso en la producci?n y en la poblaci?n, en otras palabras, una cat?strofe planetaria. Los investigadores realizaron ajustes en las variables, pero en la mayor parte de los casos, el modelo solo predec?a un retraso de algunas décadas en el desastre. La ?nica intervenci?n que permit?a alcanzar una situaci?n de equilibrio consist?a en una estabilizaci?n de la poblaci?n y del crecimiento econ?mico.
Contexto euf?rico
Es necesario situarse en el contexto. En 1972 se viv?a una época de crecimiento de la econom?a y fe en el progreso tecnol?gico sin precedentes. Los americanos hab?an llegado a la Luna, los pa?ses desarrollados crec?an sin interrupciones desde el final de la segunda guerra mundial y faltaba un a?o para que estallara la primera crisis del petr?leo.
No puede sorprendernos que el informe del Club de Roma, cuestionando la viabilidad de un crecimiento ilimitado en un mundo de recursos finitos, fuera recibido con mucho escepticismo. Se critic? que el modelo fuera global, sin considerar la diversidad de situaciones en diferentes partes del mundo. Esto ya hab?a sido asumido por sus autores, que se?alaban la necesidad de elaborar modelos m?s finos del comportamiento de las variables a nivel regional. Se critic? también la falta de confianza en la tecnolog?a, que deber?a ir solucionando los problemas a medida que fueran apareciendo.
Los responsables del informe sostuvieron que el colapso no podr?a ser evitado s?lo con ajustes técnicos. El modelo hab?a revelado la necesidad de un cambio en los objetivos y comportamientos de la sociedad. No obstante, se?alaban los autores del informe, era todav?a posible alcanzar un equilibro global satisfaciendo las necesidades materiales b?sicas, disminuyendo las desigualdades y proporcionando las mismas oportunidades a toda la Humanidad, siempre que se aplicara una estrategia global de transici?n del crecimiento a la estabilidad. El informe afirmaba también, de forma algo ingenua, que esta tarea correspond?a a la generaci?n de aquel momento y no deber?a ser legada a la siguiente.
“En estos momentos todas las medidas urgentes parecen ser las que garanticen el consumo de energ?a necesario para mantener el crecimiento, sea cual sea el precio ambiental que haya que pagar por ello”
Ideas reforzadas
Es evidente que esto no sucedi?. De hecho, las sucesivas revisiones del informe original del Club de Roma realizadas por las siguientes generaciones no han hecho m?s que reforzar la idea general. M?s all? de los l?mites del crecimiento (1992), Los l?mites del crecimiento 30 a?os después (2004) y 2052: pron?stico global para los pr?ximos cuarenta a?os (2012), insisten en las mismas conclusiones: no es sostenible a largo plazo un crecimiento continuo en un planeta de recursos limitados y ambientalmente vulnerable. Para los interesados en un enfoque m?s actual, tienen a su disposici?n Los l?mites del crecimiento retomados (2014) de Ugo Bardi, con pr?logo de Federico Mayor Zaragoza y ep?logo de Jorge Riechmann.
Ha pasado medio siglo desde estas predicciones que fueron descalificadas como catastrofistas y neomalthusianas. Y han pasado muchas cosas en estos cincuenta a?os. De un lado, los movimientos ecologistas, partidos verdes y activistas por el clima, han asumido el mensaje de que el planeta tiene una capacidad limitada de absorber los impactos de las actividades humanas. Pero quiz? no han insistido en la misma medida en que estas actividades pretenden crecer de forma ilimitada y, por tanto, insostenible.
Por otro lado, muchos rechazan la necesidad de poner l?mites al crecimiento econ?mico, de la misma forma que muchos niegan que el crecimiento provoca un desequilibrio clim?tico, que la desigualdad econ?mica entre pa?ses aumenta o que la escasez de recursos desencadenar? conflictos entre estados.
Pero estas negaciones no parecen ni razonables ni justificadas por la realidad. Seg?n el ?ltimo informe del World Inequality Lab, el 10% de la poblaci?n m?s rica del planeta recibe el 52% de los ingresos econ?micos totales, mientras que la mitad m?s pobre de la poblaci?n solo obtiene el 8.5% del total. Lo que es peor, aunque el ?ndice de desigualdad entre pa?ses ha disminuido en la ?ltima década, la desigualdad econ?mica ha aumentado dentro de los pa?ses. El crecimiento econ?mico no ha hecho mucho por disminuir desequilibrios en el reparto de la riqueza.
https://uc-4u.com/clip/f6fa7f7b-8ba5-459a-9c19-1373a24cdfcf_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La guerra de Ucrania refuerza las tendencias insostenibles. | Efe
Y guerra en Ucrania
Los acontecimientos desencadenados en las ?ltimas semanas por el alza de precios de productos energéticos y la guerra en Ucrania ha revelado muchas cosas acerca de nuestros comportamientos en situaciones de crisis.
Un ejemplo fue la sorprendente propuesta de la Comisi?n Europea para modificar la clasificaci?n de las energ?as a efectos de inversi?n y considerar como verdes la energ?a nuclear y el gas natural. Pero lo m?s revelador es el completo olvido en que han ca?do las conclusiones de las sucesivas “cumbres del clima” que tantos titulares proporcionaron acerca de la “emergencia clim?tica” (recordemos, una emergencia declarada solemnemente por el gobierno espa?ol en enero de 2020) y de la necesidad imperiosa de adoptar medidas urgentes e inaplazables para salvar al planeta. En estos momentos todas las medidas urgentes parecen ser las que garanticen el consumo de energ?a necesario para mantener el crecimiento, sea cual sea el precio ambiental que haya que pagar por ello.
El aniversario de “Los l?mites del crecimiento” transcurre entre la indiferencia y la negaci?n. Pero deber?a hacernos reflexionar si la apuesta por un crecimiento indefinido es sensata, incluso en el caso de que fuera posible, algo m?s que dudoso. Deber?a recordarnos también que estamos gobernados por dirigentes de toda orientaci?n pol?tica que se declaran devotos de la agenda 2030 y sus objetivos de desarrollo sostenible. Pero a pesar de la vistosa puesta en escena que incluye el lucimiento de rosquitos de colores en las solapas, estos gobernantes de todo signo est?n de acuerdo, con su mentalidad cortoplacista, en mantener unas tendencias insostenibles a medio y largo plazo.
Estamos viviendo las primeras décadas de lo que Jorge Riechmann ha llamado “el siglo de la Gran Prueba”. Una gran prueba a la que ya estamos siendo sometidos y que hace cincuenta a?os ya se profetizaba en las gr?ficas implacables de “Los l?mites del crecimiento”. Muchos piensan que ya hemos sobrepasado esos l?mites y que las consecuencias ser?n inevitables. Por desgracia, si no somos capaces de aprender de otra forma, es de temer que estas consecuencias se conviertan en una tr?gica pedagog?a.
(*) Ram?n Mu?oz-Ch?puli (Granada, 1956), vive actualmente en M?laga, donde ha sido Catedr?tico de Biolog?a Animal en la Universidad hasta su reciente jubilaci?n. Ha publicado un centenar de art?culos cient?ficos en revistas nacionales e internacionales. Fue presidente del comité de Ciencias de la Naturaleza de la Comisi?n Nacional de Evaluaci?n de la Actividad Investigadora. Obtuvo el Premio Spin-off de la UMA y el Premio de Investigaci?n del Consejo Social de la Universidad de M?laga y del Parque Tecnol?gico de Andaluc?a. Desempe?? los cargos de Vicedecano de la Facultad de Ciencias y Director de la Escuela de Doctorado de la UMA.
C?mo escapar de la extinci?n humana: art?culos para entender lo que est? pasando con el planeta
Bajo este ep?grafe publicamos una serie de art?culos que analizan de forma cient?ficamente rigurosa la crisis planetaria en sus diferentes dimensiones, as? como explican c?mo afectar? a nuestras vidas y el precio que habremos de pagar para escapar de la cat?strofe que podr?a acabar con la vida en la Tierra.
Ofreceremos una visi?n completa de la problem?tica, siempre en clave divulgativa, que no solo expondr? los ?ltimos conocimientos sobre biolog?a y ecolog?a, sino también las ?ltimas aportaciones desde campos tan dispares como la neurobiolog?a (intentando ver por qué nos comportamos como lo hacemos cuando destruimos nuestro propio ambiente), e incluso desde la econom?a m?s cient?fica.
El objetivo de esta serie de art?culos es que cualquier persona pueda no solo entender lo que est? pasando, sino también, si as? lo desea, comprometerse con el planeta con los conocimientos adecuados que le permitan trascender medidas meramente estéticas.
Como el cambio global que estamos sufriendo es extremadamente complejo, los art?culos que intentan explicarlo van a ser relativamente complejos. Pero vale la pena esforzarse para entender el cambio global, ya que es algo extremadamente grave.
Para ello le invitamos a hacer un viaje largo y complejo, pero también divertido, a través de toda esta serie de art?culos. Solo después de haber le?do muchos de ellos estar? en condiciones de entender bien lo que estamos viviendo como especie y de actuar en consecuencia.
EDUARDO COSTAS
Otros art?culos de esta serie
La crisis planetaria enciende todas las alertas (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/06/28/crisis-planetaria-enciende-alertas-67738564.html)
Los cient?ficos llevan 200 a?os predicando en el desierto la agon?a del planeta (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/06/30/cientificos-llevan-200-anos-predicando-67821791.html)
Denuncia cient?fica: la verdad sobre la crisis del planeta ha sido silenciada (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/04/denuncia-cientifica-crisis-planeta-sido-67949219.html)
Activismo desesperado de los cient?ficos para evitar la extinci?n de la humanidad (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/05/activismo-desesperado-cientificos-evitar-extincion-67985550.html)
La ciencia advierte: la mano invisible del mercado no evitar? la cat?strofe planetaria (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/11/ciencia-advierte-mano-invisible-mercado-68200031.html)
La crisis planetaria es producto de la locura humana (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/12/crisis-planetaria-producto-locura-humana-68236064.html)
La supervivencia de la humanidad est? cuestionada por la ciencia (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/18/supervivencia-humanidad-cuestionada-68446684.html)
El crecimiento ilimitado es una utop?a sin base cient?fica (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/20/crecimiento-ilimitado-utopia-base-cientifica-68525865.html)
La historia de la vida en la Tierra nos advierte sobre lo que est? pasando (https://www.levante-emv.com/tendencias21/2022/07/25/historia-vida-tierra-advierte-pasando-70541813.html)
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/tendencias21/limites-crecimiento-cincuenta-anos-despues-14166109)
En marzo de 1972, hace cincuenta a?os, se public? un informe elaborado por un equipo interdisciplinar del Instituto Tecnol?gico de Massachusetts (MIT) dirigido por dos cient?ficos, Donella y Dennis Meadows. Este informe se hab?a elaborado por encargo del Club de Roma, una organizaci?n fundada en 1968 por un grupo de empresarios, cient?ficos y pol?ticos visionarios, conscientes de las amenazas que algunos ya percib?an sobre el futuro de la Humanidad. El Club de Roma solicit? al Grupo de Din?mica de Sistemas del MIT que elaborara un modelo inform?tico predictivo que deb?a considerar cinco variables: poblaci?n, recursos naturales, capital y producci?n, alimentos y contaminaci?n. Se trataba de estudiar c?mo estas variables interaccionaban entre s? y cu?l era el resultado de sus proyecciones hacia el futuro.
Las conclusiones se recogieron en un libro titulado “Los l?mites del crecimiento”, y fueron tan polémicas como inquietantes. Si se manten?an las tendencias de aquel momento, a lo largo del siglo XXI se producir?a un colapso en la producci?n y en la poblaci?n, en otras palabras, una cat?strofe planetaria. Los investigadores realizaron ajustes en las variables, pero en la mayor parte de los casos, el modelo solo predec?a un retraso de algunas décadas en el desastre. La ?nica intervenci?n que permit?a alcanzar una situaci?n de equilibrio consist?a en una estabilizaci?n de la poblaci?n y del crecimiento econ?mico.
Contexto euf?rico
Es necesario situarse en el contexto. En 1972 se viv?a una época de crecimiento de la econom?a y fe en el progreso tecnol?gico sin precedentes. Los americanos hab?an llegado a la Luna, los pa?ses desarrollados crec?an sin interrupciones desde el final de la segunda guerra mundial y faltaba un a?o para que estallara la primera crisis del petr?leo.
No puede sorprendernos que el informe del Club de Roma, cuestionando la viabilidad de un crecimiento ilimitado en un mundo de recursos finitos, fuera recibido con mucho escepticismo. Se critic? que el modelo fuera global, sin considerar la diversidad de situaciones en diferentes partes del mundo. Esto ya hab?a sido asumido por sus autores, que se?alaban la necesidad de elaborar modelos m?s finos del comportamiento de las variables a nivel regional. Se critic? también la falta de confianza en la tecnolog?a, que deber?a ir solucionando los problemas a medida que fueran apareciendo.
Los responsables del informe sostuvieron que el colapso no podr?a ser evitado s?lo con ajustes técnicos. El modelo hab?a revelado la necesidad de un cambio en los objetivos y comportamientos de la sociedad. No obstante, se?alaban los autores del informe, era todav?a posible alcanzar un equilibro global satisfaciendo las necesidades materiales b?sicas, disminuyendo las desigualdades y proporcionando las mismas oportunidades a toda la Humanidad, siempre que se aplicara una estrategia global de transici?n del crecimiento a la estabilidad. El informe afirmaba también, de forma algo ingenua, que esta tarea correspond?a a la generaci?n de aquel momento y no deber?a ser legada a la siguiente.
“En estos momentos todas las medidas urgentes parecen ser las que garanticen el consumo de energ?a necesario para mantener el crecimiento, sea cual sea el precio ambiental que haya que pagar por ello”
Ideas reforzadas
Es evidente que esto no sucedi?. De hecho, las sucesivas revisiones del informe original del Club de Roma realizadas por las siguientes generaciones no han hecho m?s que reforzar la idea general. M?s all? de los l?mites del crecimiento (1992), Los l?mites del crecimiento 30 a?os después (2004) y 2052: pron?stico global para los pr?ximos cuarenta a?os (2012), insisten en las mismas conclusiones: no es sostenible a largo plazo un crecimiento continuo en un planeta de recursos limitados y ambientalmente vulnerable. Para los interesados en un enfoque m?s actual, tienen a su disposici?n Los l?mites del crecimiento retomados (2014) de Ugo Bardi, con pr?logo de Federico Mayor Zaragoza y ep?logo de Jorge Riechmann.
Ha pasado medio siglo desde estas predicciones que fueron descalificadas como catastrofistas y neomalthusianas. Y han pasado muchas cosas en estos cincuenta a?os. De un lado, los movimientos ecologistas, partidos verdes y activistas por el clima, han asumido el mensaje de que el planeta tiene una capacidad limitada de absorber los impactos de las actividades humanas. Pero quiz? no han insistido en la misma medida en que estas actividades pretenden crecer de forma ilimitada y, por tanto, insostenible.
Por otro lado, muchos rechazan la necesidad de poner l?mites al crecimiento econ?mico, de la misma forma que muchos niegan que el crecimiento provoca un desequilibrio clim?tico, que la desigualdad econ?mica entre pa?ses aumenta o que la escasez de recursos desencadenar? conflictos entre estados.
Pero estas negaciones no parecen ni razonables ni justificadas por la realidad. Seg?n el ?ltimo informe del World Inequality Lab, el 10% de la poblaci?n m?s rica del planeta recibe el 52% de los ingresos econ?micos totales, mientras que la mitad m?s pobre de la poblaci?n solo obtiene el 8.5% del total. Lo que es peor, aunque el ?ndice de desigualdad entre pa?ses ha disminuido en la ?ltima década, la desigualdad econ?mica ha aumentado dentro de los pa?ses. El crecimiento econ?mico no ha hecho mucho por disminuir desequilibrios en el reparto de la riqueza.
https://uc-4u.com/clip/f6fa7f7b-8ba5-459a-9c19-1373a24cdfcf_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La guerra de Ucrania refuerza las tendencias insostenibles. | Efe
Y guerra en Ucrania
Los acontecimientos desencadenados en las ?ltimas semanas por el alza de precios de productos energéticos y la guerra en Ucrania ha revelado muchas cosas acerca de nuestros comportamientos en situaciones de crisis.
Un ejemplo fue la sorprendente propuesta de la Comisi?n Europea para modificar la clasificaci?n de las energ?as a efectos de inversi?n y considerar como verdes la energ?a nuclear y el gas natural. Pero lo m?s revelador es el completo olvido en que han ca?do las conclusiones de las sucesivas “cumbres del clima” que tantos titulares proporcionaron acerca de la “emergencia clim?tica” (recordemos, una emergencia declarada solemnemente por el gobierno espa?ol en enero de 2020) y de la necesidad imperiosa de adoptar medidas urgentes e inaplazables para salvar al planeta. En estos momentos todas las medidas urgentes parecen ser las que garanticen el consumo de energ?a necesario para mantener el crecimiento, sea cual sea el precio ambiental que haya que pagar por ello.
El aniversario de “Los l?mites del crecimiento” transcurre entre la indiferencia y la negaci?n. Pero deber?a hacernos reflexionar si la apuesta por un crecimiento indefinido es sensata, incluso en el caso de que fuera posible, algo m?s que dudoso. Deber?a recordarnos también que estamos gobernados por dirigentes de toda orientaci?n pol?tica que se declaran devotos de la agenda 2030 y sus objetivos de desarrollo sostenible. Pero a pesar de la vistosa puesta en escena que incluye el lucimiento de rosquitos de colores en las solapas, estos gobernantes de todo signo est?n de acuerdo, con su mentalidad cortoplacista, en mantener unas tendencias insostenibles a medio y largo plazo.
Estamos viviendo las primeras décadas de lo que Jorge Riechmann ha llamado “el siglo de la Gran Prueba”. Una gran prueba a la que ya estamos siendo sometidos y que hace cincuenta a?os ya se profetizaba en las gr?ficas implacables de “Los l?mites del crecimiento”. Muchos piensan que ya hemos sobrepasado esos l?mites y que las consecuencias ser?n inevitables. Por desgracia, si no somos capaces de aprender de otra forma, es de temer que estas consecuencias se conviertan en una tr?gica pedagog?a.
(*) Ram?n Mu?oz-Ch?puli (Granada, 1956), vive actualmente en M?laga, donde ha sido Catedr?tico de Biolog?a Animal en la Universidad hasta su reciente jubilaci?n. Ha publicado un centenar de art?culos cient?ficos en revistas nacionales e internacionales. Fue presidente del comité de Ciencias de la Naturaleza de la Comisi?n Nacional de Evaluaci?n de la Actividad Investigadora. Obtuvo el Premio Spin-off de la UMA y el Premio de Investigaci?n del Consejo Social de la Universidad de M?laga y del Parque Tecnol?gico de Andaluc?a. Desempe?? los cargos de Vicedecano de la Facultad de Ciencias y Director de la Escuela de Doctorado de la UMA.
C?mo escapar de la extinci?n humana: art?culos para entender lo que est? pasando con el planeta
Bajo este ep?grafe publicamos una serie de art?culos que analizan de forma cient?ficamente rigurosa la crisis planetaria en sus diferentes dimensiones, as? como explican c?mo afectar? a nuestras vidas y el precio que habremos de pagar para escapar de la cat?strofe que podr?a acabar con la vida en la Tierra.
Ofreceremos una visi?n completa de la problem?tica, siempre en clave divulgativa, que no solo expondr? los ?ltimos conocimientos sobre biolog?a y ecolog?a, sino también las ?ltimas aportaciones desde campos tan dispares como la neurobiolog?a (intentando ver por qué nos comportamos como lo hacemos cuando destruimos nuestro propio ambiente), e incluso desde la econom?a m?s cient?fica.
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Como el cambio global que estamos sufriendo es extremadamente complejo, los art?culos que intentan explicarlo van a ser relativamente complejos. Pero vale la pena esforzarse para entender el cambio global, ya que es algo extremadamente grave.
Para ello le invitamos a hacer un viaje largo y complejo, pero también divertido, a través de toda esta serie de art?culos. Solo después de haber le?do muchos de ellos estar? en condiciones de entender bien lo que estamos viviendo como especie y de actuar en consecuencia.
EDUARDO COSTAS
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