الريــم
07-25-2022, 10:30 AM
La trama Gürtel es una de esas noticias que parecen casi permanentes, como un ruido de fondo, y que desde que estallan hasta que desaparecen van creciendo y menguando por oleadas, dilat?ndose en el tiempo tanto como lo hacen los casos judiciales en Espa?a. El verano de 2017 fue uno de los momentos en que subi? la marea: el 26 de julio, la corrupci?n en el Partido Popular llev? por primera vez a un presidente del Gobierno en ejercicio a declarar como testigo en la Audiencia Nacional.
Antes de llegar a la Moncloa, Mariano Rajoy lo hab?a sido todo en el Partido Popular: vicesecretario general al frente de campa?as electorales, secretario general, presidente… as? hasta sumar tres décadas en el comité ejecutivo del PP, precisamente en los a?os en los que se investigaba una trama de corrupci?n para financiar al partido y a sus dirigentes ilegalmente, que en aquella ma?ana de julio todav?a recib?a el calificativo de “presunta”.
Aunque Rajoy solicit? declarar por videoconferencia, la Sala de lo Penal lo cit? presencialmente en San Fernando de Henares. Ni su agenda, ni el gasto p?blico, ni el despliegue de seguridad que aleg? fueron razones convincentes para el tribunal, al que los populares acusaron de haberse “dejado presionar”.
En la sesi?n 101 de la vista oral del caso Gürtel, pese al est?o, centenares de periodistas se agolpaban desde bien temprano en las inmediaciones del secarral que alberga la sede de la Audiencia. Los esfuerzos por situar la cita dentro de la normalidad democr?tica no impidieron lo inevitable: ver al presidente del Gobierno declarando como testigo no era habitual. Adolfo Su?rez y Felipe Gonz?lez también lo hicieron antes en sendos juicios —el caso Banesto en 1995 y el secuestro de Segundo Marey por los GAL en 1998—, pero ya como expresidentes. El despliegue policial, los manifestantes, la expectaci?n medi?tica… Ni siquiera la llegada al juicio fue habitual: Rajoy us? la prerrogativa reservada a los poderes del Estado de acceder en coche a través del garaje, sin pase?llo ni fotos o declaraciones.
Negar la mayor
A las 10.05 arranc? una declaraci?n que se prolong? algo menos de dos horas. Rajoy lo neg? todo: ni caja B, ni trama de corrupci?n, ni sobres en negro. Insisti? en que él se dedicaba a la pol?tica, no a la contabilidad, y que entre ambas hab?a “una separaci?n n?tida”. El presidente se mostr? altivo, con respuestas cargadas de soberbia: “No parece de un razonamiento muy brillante”, lleg? a decirle a uno de los abogados de la acusaci?n. Pero sobre todo, se mostr? Mariano Rajoy.
Cuando tuvo que enfrentarse a los famosos mensajes que hab?a enviado al tesorero Luis B?rcenas —“Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos”—, respondi?: “Hacemos lo que podemos significa exactamente hacemos lo que podemos, significa que no hicimos nada que pueda perjudicar a ning?n proceso”. Y ante la inconcreci?n de algunas de sus respuestas, espet?: “Las respuestas tienen que ser gallegas, no van a ser riojanas”.
Sus “lo recuerdo perfectamente” serv?an para introducir argumentos en los que descargaba la responsabilidad en el entonces tesorero, ?lvaro Lapuerta —nonagenario y con demencia senil— e incluso en la lideresa madrile?a Esperanza Aguirre —protagonista de muchos de los dolores de cabeza de Rajoy en el pasado— y solo en algunos momentos tir? de desmemoria para responder con un “no lo recuerdo”.
Apenas una hora después de la declaraci?n, Rajoy trataba de recuperar la normalidad d?ndose un ba?o de aplausos con los suyos en un acto sobre el Pacto de Estado contra la Violencia de Género en la sede de Génova. “Estoy contento de haber cumplido con mi obligaci?n”, dijo. Lo que no sab?a entonces es que, en menos de un a?o, la sentencia judicial de aquel juicio desembocar?a en una moci?n de censura que lo desahuciar?a de La Moncloa y de la vida pol?tica.
Caso Catalu?a
Este pasado jueves, se conoci? que la jueza Stéphanie Garcia ha reactivado la investigaci?n relativa a la querella presentada contra el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy por presuntas presiones a la Banca Privada d'Andorra (BPA) con el objetivo de para obtener informaci?n de pol?ticos catalanes durante el 'procés', entre ellos, los Pujol. La instructora encarg? hace un mes a la polic?a ocuparse de las pesquisas tras ofrecer personarse al expresidente y dos de sus ministros, Jorge Fern?ndez D?az y Crist?bal Montoro.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/cinco-anos-verano-presidente-gobierno-14161005)
Antes de llegar a la Moncloa, Mariano Rajoy lo hab?a sido todo en el Partido Popular: vicesecretario general al frente de campa?as electorales, secretario general, presidente… as? hasta sumar tres décadas en el comité ejecutivo del PP, precisamente en los a?os en los que se investigaba una trama de corrupci?n para financiar al partido y a sus dirigentes ilegalmente, que en aquella ma?ana de julio todav?a recib?a el calificativo de “presunta”.
Aunque Rajoy solicit? declarar por videoconferencia, la Sala de lo Penal lo cit? presencialmente en San Fernando de Henares. Ni su agenda, ni el gasto p?blico, ni el despliegue de seguridad que aleg? fueron razones convincentes para el tribunal, al que los populares acusaron de haberse “dejado presionar”.
En la sesi?n 101 de la vista oral del caso Gürtel, pese al est?o, centenares de periodistas se agolpaban desde bien temprano en las inmediaciones del secarral que alberga la sede de la Audiencia. Los esfuerzos por situar la cita dentro de la normalidad democr?tica no impidieron lo inevitable: ver al presidente del Gobierno declarando como testigo no era habitual. Adolfo Su?rez y Felipe Gonz?lez también lo hicieron antes en sendos juicios —el caso Banesto en 1995 y el secuestro de Segundo Marey por los GAL en 1998—, pero ya como expresidentes. El despliegue policial, los manifestantes, la expectaci?n medi?tica… Ni siquiera la llegada al juicio fue habitual: Rajoy us? la prerrogativa reservada a los poderes del Estado de acceder en coche a través del garaje, sin pase?llo ni fotos o declaraciones.
Negar la mayor
A las 10.05 arranc? una declaraci?n que se prolong? algo menos de dos horas. Rajoy lo neg? todo: ni caja B, ni trama de corrupci?n, ni sobres en negro. Insisti? en que él se dedicaba a la pol?tica, no a la contabilidad, y que entre ambas hab?a “una separaci?n n?tida”. El presidente se mostr? altivo, con respuestas cargadas de soberbia: “No parece de un razonamiento muy brillante”, lleg? a decirle a uno de los abogados de la acusaci?n. Pero sobre todo, se mostr? Mariano Rajoy.
Cuando tuvo que enfrentarse a los famosos mensajes que hab?a enviado al tesorero Luis B?rcenas —“Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos”—, respondi?: “Hacemos lo que podemos significa exactamente hacemos lo que podemos, significa que no hicimos nada que pueda perjudicar a ning?n proceso”. Y ante la inconcreci?n de algunas de sus respuestas, espet?: “Las respuestas tienen que ser gallegas, no van a ser riojanas”.
Sus “lo recuerdo perfectamente” serv?an para introducir argumentos en los que descargaba la responsabilidad en el entonces tesorero, ?lvaro Lapuerta —nonagenario y con demencia senil— e incluso en la lideresa madrile?a Esperanza Aguirre —protagonista de muchos de los dolores de cabeza de Rajoy en el pasado— y solo en algunos momentos tir? de desmemoria para responder con un “no lo recuerdo”.
Apenas una hora después de la declaraci?n, Rajoy trataba de recuperar la normalidad d?ndose un ba?o de aplausos con los suyos en un acto sobre el Pacto de Estado contra la Violencia de Género en la sede de Génova. “Estoy contento de haber cumplido con mi obligaci?n”, dijo. Lo que no sab?a entonces es que, en menos de un a?o, la sentencia judicial de aquel juicio desembocar?a en una moci?n de censura que lo desahuciar?a de La Moncloa y de la vida pol?tica.
Caso Catalu?a
Este pasado jueves, se conoci? que la jueza Stéphanie Garcia ha reactivado la investigaci?n relativa a la querella presentada contra el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy por presuntas presiones a la Banca Privada d'Andorra (BPA) con el objetivo de para obtener informaci?n de pol?ticos catalanes durante el 'procés', entre ellos, los Pujol. La instructora encarg? hace un mes a la polic?a ocuparse de las pesquisas tras ofrecer personarse al expresidente y dos de sus ministros, Jorge Fern?ndez D?az y Crist?bal Montoro.
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