الريــم
07-22-2022, 02:41 AM
La tarde en la que la Comisi?n de Igualdad del Congreso debati? y vot? el dictamen de la ley del 's?lo s? es s?' sucedi? algo tremendamente curioso. Con el aliento y ?nimo de la exvicesecretaria del PSOE Adriana Lastra, las diputadas Laura Berja y Andrea Fern?ndez defendieron hasta el pen?ltimo momento la inclusi?n en el proyecto de una serie de enmiendas destinadas a abolir la prostituci?n. Seg?n fuentes del entorno de ambas, hab?a altas posibilidades de que el PP las apoyara sin poner en riesgo la norma.
Sin embargo, la direcci?n del grupo popular hab?a transmitido a un interlocutor del PSOE que no iban a respaldar ni las enmiendas ni el texto, lo que compromet?a seriamente el futuro de una de las normas emblema de la coalici?n. Los aliados parlamentarios del Gobierno hab?an comunicado, en privado, que con esas enmiendas dentro del texto votar?an en contra. Los n?meros daban la espalda. Mientras los teléfonos de altos cargos socialistas ard?an entre mensajes y llamadas, las representantes de los socios parlamentarios, desde EH Bildu a ERC, hac?an p?blicas sus advertencias en la Comisi?n de Igualdad. Se estaba formando una buena tormenta en el Congreso.
Al final, el PSOE retir? las enmiendas, el dictamen de la ley sali? adelante y la amenaza de diluvio se qued? en eso, en amenaza. Lastra, no obstante, se guard? un ?ltimo recurso para despejar los ecos de la derrota. En una rueda de prensa convocada con escas?sima antelaci?n, anunci? que el grupo socialista llevar?a al pleno una proposici?n de ley con un contenido calcado al de las enmiendas que acababa de apartar. D?as m?s tarde, el grupo parlamentario alter? el orden de su cupo de defensa de propuestas ante el pleno y col? ésta, que corri? feliz suerte, pues fue admitida a tr?mite gracias, qué cosas, al PP.
La secuencia de aquella tarde demostr? dos cosas. Una se hizo m?s o menos notoria: Lastra ten?a mucho poder. La otra se instal? en el subsuelo: las rencillas y recelos que hab?a entre la direcci?n parlamentaria y la direcci?n org?nica del PSOE.
Los ?nimos en las esferas de poder del Gobierno y del PSOE llevaban enturbiados tiempo atr?s. El varapalo sufrido en las elecciones andaluzas ilumin? con tanta intensidad los resquemores que el presidente y secretario general lanz? un “basta ya” en una reuni?n de la Ejecutiva, a puerta cerrada.
Su enfado lo olvidaron pronto. Los entornos se enzarzaron en una sorda batalla de chismes y acusaciones sobre la impericia para comunicar los aciertos pol?ticos y los hitos legislativos. Resulta que un Ejecutivo marcadamente reformista y progresista no estaba sacando partido ni de las reformas ni de su progresismo. Es que en Ferraz no lo cuentan bien; es que en el grupo parlamentario no lo cuentan bien, dec?an unos y otros.
Entre susceptibilidades y mosqueos varios circul? el PSOE por el mes de junio y por la primera quincena de julio. Fue un camino exitoso, pese a todo, porque no s?lo salieron de la C?mara Baja todas las leyes programadas, sino que adem?s se manifestaron se?ales claras de euforia en el debate sobre el estado de la Naci?n. S?nchez manej? a su antojo la rentabilidad medi?tica de las medidas y el grupo parlamentario impuls? todas las resoluciones fijadas de antemano. La rumorolog?a acerca de cambios puntuales o remodelaciones de calado en la estructura del partido se apag?. De hacerse, se har?n después del verano, informaron varios medios.
La dimisi?n de Lastra el lunes; la convocatoria, el martes, de un Comité Federal que tendr? lugar el s?bado; y la publicaci?n del orden del d?a del c?nclave, en el que se habla de cambios en la estructura de la formaci?n y en la de los grupos parlamentarios, han trazado una secuencia angustiosa para la mayor?a de los 120 diputados socialistas, en especial los que forman su direcci?n. El portavoz, Héctor G?mez, nombrado hace menos de un a?o, aparece se?alado.
Puede que las m?s de 150 entrevistas dadas por el diputado canario desde que fue nombrado y las 60 ruedas de prensa que ha ofrecido, de acuerdo con los datos facilitados a este medio por su equipo, no hayan resultado del todo eficaces. Diputados de grupos alineados con el Gobierno llevan meses alertando de que la distancia entre la aplicaci?n de las medidas y su percepci?n social es cada vez m?s ancha. Se ha hablado de cambio de ciclo y de que S?nchez est? acabado. Sin embargo, el grupo socialista no ha perdido una sola votaci?n importante en el pasado periodo de sesiones (febrero-junio) y la técnica de negociaci?n ha deparado extraordinarios resultados.
Lastra y la influencia
La diputada asturiana ejerci? una portavoc?a muy centrada en la gesti?n pol?tica y completamente alejada de la explicaci?n medi?tica. Supo manejarse bien as? porque mientras estuvo en el puesto, fue los ojos y los o?dos del presidente, con el que hablaba casi a diario. Esa conexi?n la notaron los hom?logos de los grupos aliados, que se percataron enseguida de que lo que hablaran con ella, aterrizaba al segundo en el despacho de S?nchez.
Con Simancas form? un t?ndem perfecto. A ambos se debe la construcci?n de los apoyos a la investidura de la mayor?a de las formaciones parlamentarias. La asturiana fue pieza clave en la negociaci?n con ERC, por ejemplo, que gir? alrededor de una mesa de di?logo previa a la gran mesa sobre la autodeterminaci?n. Su sinton?a con Gabriel Rufi?n salv? al Gobierno de alg?n que otro susto. En la concatenaci?n de las pr?rrogas de los estados de alarma, en aquella época de confinamiento domiciliario, se convirti? en activo a pesar de polémicas y malentendidos, como aquella resoluci?n sobre la derogaci?n de la reforma laboral pactada con EH Bildu que apur? tanto a Yolanda D?az.
Convivi? en la tarea con Carmen Calvo. Hubo tiranteces. Mientras la exvicepresidenta tend?a a pactos m?s moderados, con la mirada en Cs y en PNV, Lastra apost? por la alianza de las izquierdas, con los dos ojos puestos en ERC y en EH Bildu, de los que constat? su predisposici?n a acuerdos sociales. También hubo tensiones con Unidas Podemos, en particular en el territorio del feminismo, en donde la diputada por Asturias se neg? siempre a ceder terreno.
La suerte de Lastra comenz? a cambiar a partir de aquella remodelaci?n amplia acometida por S?nchez en julio de 2021. El presidente le pidi? que pusiera a punto el partido y ella contest? que eso no era compatible con el quehacer parlamentario, y m?s en un Congreso tan fragmentado y poliédrico. El presidente busc? un reemplazo para la portavoc?a del grupo y encontr? en Héctor G?mez el perfil deseado. Quer?a a alguien con presencia y capacidad comunicativa, de lo que hab?a dado muestras en la Comisi?n de Asuntos Exteriores. El reemplazo de Calvo por Félix Bola?os en el Ministerio de Presidencia y Relaciones con las Cortes resulta esencial en esta historia, as? como el ascenso de Simancas a secretario de Estado.
Desde septiembre del a?o pasado, cuando G?mez asumi? la portavoc?a, han cohabitado dos almas en el grupo. La de Lastra y su sector y la de los dem?s. La distancia entre ambas no ha hecho m?s que ensancharse, incluso en cuestiones como la concertaci?n de apariciones en medios de comunicaci?n. Pero lo que m?s molest? fue la pelea por la ocupaci?n de ?reas de influencia parlamentaria. Como dice un diputado de la oposici?n con di?logo diario con el PSOE, “ha habido m?s interlocutores que interlocuci?n”.
La mara?a negociadora que ha funcionado
Las fuentes del Congreso consultadas, tanto del PSOE como de la oposici?n, describen el esquema negociador del Gobierno y de su ala socialista durante el ?ltimo a?o.
Lo primero era clasificar los proyectos legislativos y las proposiciones de ley seg?n el contenido y la predisposici?n mostrada por los grupos, tanto a la izquierda como a la derecha. Salvo Vox, todas las dem?s formaciones han integrado la lista de eventuales respaldos. Quienes se encargaban de iniciar los contactos para confirmar la predisposici?n o el rechazo de los dem?s eran los ministerios del ?rea y los portavoces de las comisiones sectoriales.
Se abr?a as? un periodo de negociaciones, del que se informaba luego a la direcci?n parlamentaria. Esta, a su vez, informaba al Ministerio de Presidencia y al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Si el proyecto aunaba apoyos suficientes, se proced?a a una tramitaci?n r?pida. Si faltaban votos a favor, se abr?a un segundo periodo de negociaciones, ya con intervenciones de Bola?os, Simancas, G?mez y de ministros/as con sobrada solvencia en procesos pol?ticos, en especial una: la titular de Hacienda, Mar?a Jes?s Montero.
Operaban en cada momento varios circuitos de comunicaci?n. Por un lado, el interno, en donde han sido fundamentales Rafi Cresp?n e Isaura Leal, partes sustanciales de la direcci?n parlamentaria; por otro, el de Unidas Podemos, que a diario han enjuagado Simancas y la propia Cresp?n con el secretario general de los “morados”, Txema Guijarro, y m?s ocasionalmente, G?mez y Pablo Echenique. Y un tercero con la oposici?n, en donde los papeles se repart?an.
El objetivo ha sido siempre el mismo: aprobar las leyes. El objetivo se ha cumplido porque ni una ha ca?do, m?s all? del fiasco en la Junta de Portavoces a cuenta de las comparecencia del presidente por la relaci?n con Marruecos. De hecho, ha habido algunas normas cruciales a punto de quebrarse, como el decreto de la reforma laboral o el primero hecho para atajar los efectos de la guerra de Ucrania. La ley audiovisual sali? de milagro por la abstenci?n del PP; la de los planes de pensiones, otro tanto, o la de memoria democr?tica. En un contexto en el que ERC est? m?s fuera que dentro del sector que secunda las leyes, la tarea se ha hecho tit?nica, pero, s?, ha funcionado.
Es m?s que probable que si las elecciones andaluzas no hubieran sido tan devastadoras, las rencillas y recelos internos, con las consiguientes disonancias de funcionamiento, no hubieran salido a la luz. Pero el 19-J ha sido letal. Todo se ha precipitado. Cuenta una fuente a este medio que S?nchez est? muy enfadado por esa pelea por ?reas y cuotas de poder, pues ha comprobado cu?nto han arraigado en el partido y en el grupo parlamentario. Y cu?nto han enrarecido el ambiente. No le gustan nada al l?der los chismorreos y las batallas subterr?neas de desgaste, y se dispone el s?bado a dar un rotundo golpe de autoridad. Nada garantiza que le salga bien, y no s?lo por la tendencia demosc?pica, sino por puro equilibrio interno. Al fin y al cabo, el grupo parlamentario ha logrado cumplir todos y cada uno de los objetivos marcados. Lo que se le avecina a Patxi L?pez, ?nico lehendakari socialista hasta la fecha, no es sencillo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/recelos-chismes-objetivos-cumplidos-paisaje-14138268)
Sin embargo, la direcci?n del grupo popular hab?a transmitido a un interlocutor del PSOE que no iban a respaldar ni las enmiendas ni el texto, lo que compromet?a seriamente el futuro de una de las normas emblema de la coalici?n. Los aliados parlamentarios del Gobierno hab?an comunicado, en privado, que con esas enmiendas dentro del texto votar?an en contra. Los n?meros daban la espalda. Mientras los teléfonos de altos cargos socialistas ard?an entre mensajes y llamadas, las representantes de los socios parlamentarios, desde EH Bildu a ERC, hac?an p?blicas sus advertencias en la Comisi?n de Igualdad. Se estaba formando una buena tormenta en el Congreso.
Al final, el PSOE retir? las enmiendas, el dictamen de la ley sali? adelante y la amenaza de diluvio se qued? en eso, en amenaza. Lastra, no obstante, se guard? un ?ltimo recurso para despejar los ecos de la derrota. En una rueda de prensa convocada con escas?sima antelaci?n, anunci? que el grupo socialista llevar?a al pleno una proposici?n de ley con un contenido calcado al de las enmiendas que acababa de apartar. D?as m?s tarde, el grupo parlamentario alter? el orden de su cupo de defensa de propuestas ante el pleno y col? ésta, que corri? feliz suerte, pues fue admitida a tr?mite gracias, qué cosas, al PP.
La secuencia de aquella tarde demostr? dos cosas. Una se hizo m?s o menos notoria: Lastra ten?a mucho poder. La otra se instal? en el subsuelo: las rencillas y recelos que hab?a entre la direcci?n parlamentaria y la direcci?n org?nica del PSOE.
Los ?nimos en las esferas de poder del Gobierno y del PSOE llevaban enturbiados tiempo atr?s. El varapalo sufrido en las elecciones andaluzas ilumin? con tanta intensidad los resquemores que el presidente y secretario general lanz? un “basta ya” en una reuni?n de la Ejecutiva, a puerta cerrada.
Su enfado lo olvidaron pronto. Los entornos se enzarzaron en una sorda batalla de chismes y acusaciones sobre la impericia para comunicar los aciertos pol?ticos y los hitos legislativos. Resulta que un Ejecutivo marcadamente reformista y progresista no estaba sacando partido ni de las reformas ni de su progresismo. Es que en Ferraz no lo cuentan bien; es que en el grupo parlamentario no lo cuentan bien, dec?an unos y otros.
Entre susceptibilidades y mosqueos varios circul? el PSOE por el mes de junio y por la primera quincena de julio. Fue un camino exitoso, pese a todo, porque no s?lo salieron de la C?mara Baja todas las leyes programadas, sino que adem?s se manifestaron se?ales claras de euforia en el debate sobre el estado de la Naci?n. S?nchez manej? a su antojo la rentabilidad medi?tica de las medidas y el grupo parlamentario impuls? todas las resoluciones fijadas de antemano. La rumorolog?a acerca de cambios puntuales o remodelaciones de calado en la estructura del partido se apag?. De hacerse, se har?n después del verano, informaron varios medios.
La dimisi?n de Lastra el lunes; la convocatoria, el martes, de un Comité Federal que tendr? lugar el s?bado; y la publicaci?n del orden del d?a del c?nclave, en el que se habla de cambios en la estructura de la formaci?n y en la de los grupos parlamentarios, han trazado una secuencia angustiosa para la mayor?a de los 120 diputados socialistas, en especial los que forman su direcci?n. El portavoz, Héctor G?mez, nombrado hace menos de un a?o, aparece se?alado.
Puede que las m?s de 150 entrevistas dadas por el diputado canario desde que fue nombrado y las 60 ruedas de prensa que ha ofrecido, de acuerdo con los datos facilitados a este medio por su equipo, no hayan resultado del todo eficaces. Diputados de grupos alineados con el Gobierno llevan meses alertando de que la distancia entre la aplicaci?n de las medidas y su percepci?n social es cada vez m?s ancha. Se ha hablado de cambio de ciclo y de que S?nchez est? acabado. Sin embargo, el grupo socialista no ha perdido una sola votaci?n importante en el pasado periodo de sesiones (febrero-junio) y la técnica de negociaci?n ha deparado extraordinarios resultados.
Lastra y la influencia
La diputada asturiana ejerci? una portavoc?a muy centrada en la gesti?n pol?tica y completamente alejada de la explicaci?n medi?tica. Supo manejarse bien as? porque mientras estuvo en el puesto, fue los ojos y los o?dos del presidente, con el que hablaba casi a diario. Esa conexi?n la notaron los hom?logos de los grupos aliados, que se percataron enseguida de que lo que hablaran con ella, aterrizaba al segundo en el despacho de S?nchez.
Con Simancas form? un t?ndem perfecto. A ambos se debe la construcci?n de los apoyos a la investidura de la mayor?a de las formaciones parlamentarias. La asturiana fue pieza clave en la negociaci?n con ERC, por ejemplo, que gir? alrededor de una mesa de di?logo previa a la gran mesa sobre la autodeterminaci?n. Su sinton?a con Gabriel Rufi?n salv? al Gobierno de alg?n que otro susto. En la concatenaci?n de las pr?rrogas de los estados de alarma, en aquella época de confinamiento domiciliario, se convirti? en activo a pesar de polémicas y malentendidos, como aquella resoluci?n sobre la derogaci?n de la reforma laboral pactada con EH Bildu que apur? tanto a Yolanda D?az.
Convivi? en la tarea con Carmen Calvo. Hubo tiranteces. Mientras la exvicepresidenta tend?a a pactos m?s moderados, con la mirada en Cs y en PNV, Lastra apost? por la alianza de las izquierdas, con los dos ojos puestos en ERC y en EH Bildu, de los que constat? su predisposici?n a acuerdos sociales. También hubo tensiones con Unidas Podemos, en particular en el territorio del feminismo, en donde la diputada por Asturias se neg? siempre a ceder terreno.
La suerte de Lastra comenz? a cambiar a partir de aquella remodelaci?n amplia acometida por S?nchez en julio de 2021. El presidente le pidi? que pusiera a punto el partido y ella contest? que eso no era compatible con el quehacer parlamentario, y m?s en un Congreso tan fragmentado y poliédrico. El presidente busc? un reemplazo para la portavoc?a del grupo y encontr? en Héctor G?mez el perfil deseado. Quer?a a alguien con presencia y capacidad comunicativa, de lo que hab?a dado muestras en la Comisi?n de Asuntos Exteriores. El reemplazo de Calvo por Félix Bola?os en el Ministerio de Presidencia y Relaciones con las Cortes resulta esencial en esta historia, as? como el ascenso de Simancas a secretario de Estado.
Desde septiembre del a?o pasado, cuando G?mez asumi? la portavoc?a, han cohabitado dos almas en el grupo. La de Lastra y su sector y la de los dem?s. La distancia entre ambas no ha hecho m?s que ensancharse, incluso en cuestiones como la concertaci?n de apariciones en medios de comunicaci?n. Pero lo que m?s molest? fue la pelea por la ocupaci?n de ?reas de influencia parlamentaria. Como dice un diputado de la oposici?n con di?logo diario con el PSOE, “ha habido m?s interlocutores que interlocuci?n”.
La mara?a negociadora que ha funcionado
Las fuentes del Congreso consultadas, tanto del PSOE como de la oposici?n, describen el esquema negociador del Gobierno y de su ala socialista durante el ?ltimo a?o.
Lo primero era clasificar los proyectos legislativos y las proposiciones de ley seg?n el contenido y la predisposici?n mostrada por los grupos, tanto a la izquierda como a la derecha. Salvo Vox, todas las dem?s formaciones han integrado la lista de eventuales respaldos. Quienes se encargaban de iniciar los contactos para confirmar la predisposici?n o el rechazo de los dem?s eran los ministerios del ?rea y los portavoces de las comisiones sectoriales.
Se abr?a as? un periodo de negociaciones, del que se informaba luego a la direcci?n parlamentaria. Esta, a su vez, informaba al Ministerio de Presidencia y al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. Si el proyecto aunaba apoyos suficientes, se proced?a a una tramitaci?n r?pida. Si faltaban votos a favor, se abr?a un segundo periodo de negociaciones, ya con intervenciones de Bola?os, Simancas, G?mez y de ministros/as con sobrada solvencia en procesos pol?ticos, en especial una: la titular de Hacienda, Mar?a Jes?s Montero.
Operaban en cada momento varios circuitos de comunicaci?n. Por un lado, el interno, en donde han sido fundamentales Rafi Cresp?n e Isaura Leal, partes sustanciales de la direcci?n parlamentaria; por otro, el de Unidas Podemos, que a diario han enjuagado Simancas y la propia Cresp?n con el secretario general de los “morados”, Txema Guijarro, y m?s ocasionalmente, G?mez y Pablo Echenique. Y un tercero con la oposici?n, en donde los papeles se repart?an.
El objetivo ha sido siempre el mismo: aprobar las leyes. El objetivo se ha cumplido porque ni una ha ca?do, m?s all? del fiasco en la Junta de Portavoces a cuenta de las comparecencia del presidente por la relaci?n con Marruecos. De hecho, ha habido algunas normas cruciales a punto de quebrarse, como el decreto de la reforma laboral o el primero hecho para atajar los efectos de la guerra de Ucrania. La ley audiovisual sali? de milagro por la abstenci?n del PP; la de los planes de pensiones, otro tanto, o la de memoria democr?tica. En un contexto en el que ERC est? m?s fuera que dentro del sector que secunda las leyes, la tarea se ha hecho tit?nica, pero, s?, ha funcionado.
Es m?s que probable que si las elecciones andaluzas no hubieran sido tan devastadoras, las rencillas y recelos internos, con las consiguientes disonancias de funcionamiento, no hubieran salido a la luz. Pero el 19-J ha sido letal. Todo se ha precipitado. Cuenta una fuente a este medio que S?nchez est? muy enfadado por esa pelea por ?reas y cuotas de poder, pues ha comprobado cu?nto han arraigado en el partido y en el grupo parlamentario. Y cu?nto han enrarecido el ambiente. No le gustan nada al l?der los chismorreos y las batallas subterr?neas de desgaste, y se dispone el s?bado a dar un rotundo golpe de autoridad. Nada garantiza que le salga bien, y no s?lo por la tendencia demosc?pica, sino por puro equilibrio interno. Al fin y al cabo, el grupo parlamentario ha logrado cumplir todos y cada uno de los objetivos marcados. Lo que se le avecina a Patxi L?pez, ?nico lehendakari socialista hasta la fecha, no es sencillo.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/recelos-chismes-objetivos-cumplidos-paisaje-14138268)