الريــم
04-14-2024, 11:20 AM
Las elecciones en el Pa?s Vasco del pr?ximo 21 de abril preceden la batalla electoral en Catalu?a del 12 de mayo. Dos comicios en comunidades que mantienen estrechos v?nculos por su condici?n de nacionalidad hist?rica y en cuyos territorios la pulsi?n independentista ha marcado la agenda con consecuencias en la gobernabilidad de Espa?a. Esta es una comparativa entre las dos batallas electorales (https://www.epe.es/es/politica/20240414/21a-12m-pragmatismo-pais-vasco-100972366) y lo que est? en juego.
1. Los candidatos: continuidad en Catalunya, renovaci?n en Euskadi
El impacto de la judicializaci?n del ‘procés’ en Catalunya ha anclado los liderazgos que protagonizaron el 1-O a la primera l?nea y en estas elecciones hay una clara continuidad. Como forma de mantener vivo el pulso con el Estado, Carles Puigdemont ha mantenido el control de Junts –aunque dej? la presidencia del partido en junio de 2022- y Oriol Junqueras, el de ERC, como presidente. Delegaron, eso s?, sus responsabilidades pol?ticas cotidianas en el aparato del partido e incluso Pere Aragonès fue designado por Junqueras como candidato cuando este estaba entre rejas.
El ascenso de Salvador Illa al frente del PSC (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/psc-pide-claridad-resto-partidos-discursos-odio-vox-alianca-catalana-elecciones-100889280) lleg? mientras ejerc?a como ministro de Sanidad en plena pandemia, pero en 2017 ya comandaba las filas socialistas desde la secretar?a de organizaci?n.
En el resto de partidos tampoco hay una renovaci?n respecto al 2021: repiten Jéssica Albiach (Comuns), Alejandro Fern?ndez (PPC), Ignacio Garriga (Vox) y Carlos Carrizosa (Cs). Solo la CUP cambia de cabeza de cartel con Laia Estrada.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
100909848
Las elecciones del 12 de mayo son, para Puigdemont, la ?ltima bala en la rec?mara: mantiene que regresar? a Catalunya el d?a de la investidura y que, si no logra ser presidente, dejar? la pol?tica activa. Plantea los comicios como una oportunidad para su restituci?n como president mientras que Aragonès saldr? debilitado si no consigue amortizar la obra de su gobierno tras romper con Junts. Illa no se juega el primer puesto porque todas las encuestas le auguran la victoria, pero puede ver su liderazgo mermado si en esta segunda ocasi?n vuelve a quedarse a las puertas de la Generalitat porque la falta de aliados le impide gobernar.
Image ID:
101046035
La vicepresidenta de la Generalitat, Laura Vilagrà (d) acompa?? en Sestao (Vizcaya) al candidato por Gipuzkoa de EH Bildu, Arkaitz Rodr?guez.
EFE
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Por el contrario, el nuevo ciclo en Euskadi se visibiliza con el cambio radical de candidatos. El saliente lehendakari, I?igo Urkullu, confiaba en volver a presentarse e intent? resistirse, pero la bicefalia hist?rica en el PNV se impuso y Andoni Ortuzar, jefe de los jeltzales, apost? por Imanol Pradales. ?l es la versi?n rejuvenecida de Urkullu, un hombre preparado, con experiencia de gesti?n en Vizcaya, en la cuarentena y con proyecci?n de futuro que transmite la misma templanza que su predecesor.
El PNV vio la renovaci?n como hito imprescindible para batirse con la nueva era de Bildu, que ya demostr? en las municipales de 2023 que le pisa los talones, y que con el paso atr?s de Arnaldo Otegi buscaba un giro en su proyecci?n. Pello Otxandiano es una cara desconocida para los vascos, un ingeniero alejado de la imagen que ten?an hasta ahora los rostros visibles de la izquierda abertzale, pero lleva tiempo trabajando como ide?logo de la coalici?n y marcando desde la retaguardia el rumbo de las siglas.
El PSE también cambia de candidato, aunque Eneko Andueza ha tenido m?s tiempo para darse a conocer como portavoz del grupo socialista en el parlamento vasco y como secretario general desde 2021.
El PP opt? por Javier de Andrés en sustituci?n de Carlos Iturgaiz a comienzos de a?o, un hombre de larga trayectoria en el partido que viene de haber sido diputado general de ?lava y, por tanto, m?s conocido entre la poblaci?n. Vox (Amaia Mart?nez) y Elkarrekin Podemos (Miren Gorrotxategi) son los ?nicos que repiten y la candidata de Sumar, Alba Garc?a, es la m?s joven y desconocida.
2. De la unilateralidad al pragmatismo
La gesti?n y la mejora del autogobierno escalan al primer puesto tras a?os de convulsi?n pol?tica en ambas comunidades. El ‘procés’ sigue ocupando buena parte de la pol?tica catalana mientras que en Euskadi la cuesti?n identitaria ha quedado fuera del debate p?blico por expreso deseo de Bildu. Su apuesta por resucitar la discusi?n sobre un nuevo estatus pol?tico para el Pa?s Vasco en la pr?xima legislatura, algo que lleva a?os metido en un caj?n, es lo m?s cercano que se plantea al intento de marcar distancias con el resto del Estado.
El pragmatismo se ha apoderado de Bildu, son conscientes de que tienen que ir de la mano del PNV y crear un frente com?n para cualquier asunto que suponga acercarse al derecho de autodeterminaci?n. De todas formas, el af?n independentista est? en sus horas m?s bajas desde 2015, con apenas un 23% en favor de la independencia seg?n el Soci?metro del Gobierno vasco o incluso un 13%, seg?n el Deustobar?metro. Parad?jicamente, la previsi?n es que los nacionalistas tengan m?s diputados que nunca en el hemiciclo.
Image ID:
101046066
Los candidatos Pere Aragonès (ERC) y Salvador Illa (PSC) en el Palau de la Generalitat.
EFE
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823
En Catalunya se constata también un descenso en el apoyo a la independencia: los contrarios a la desconexi?n se sit?an en el 51%, mientras que los partidarios de la secesi?n se quedan en un 42%, seg?n los datos del Centre d’Estudis d’Opini? (CEO) de marzo.
El levantamiento del veto a los socialistas y la ruptura entre ERC y Junts (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/aragones-sale-tromba-illa-puigdemont-101019816) en el Govern ha propiciado la disoluci?n de los bloques que se cimentaron en 2017 y ahora nadie descarta acuerdos que crucen bancadas. Todo depender? del resultado, pero, tras dar por descontada la victoria del PSC, todas las miradas se centran en si Junts adelantar? a ERC, si los independentistas retienen la mayor?a y si son capaces de resolver su crisis y gobernar juntos o si, en cambio, ERC o Junts se decantan por ungir a Illa con el apoyo de los Comuns.
Al igual que Bildu pilot? ERC su gir? al pragmatismo, a cuya v?a se suma ahora Junts pactando con S?nchez. Tras constatar los estragos de la v?a unilateral, proponen un referéndum acogiéndose al art?culo 92 de la Constituci?n, pero incluso con m?s fuerza irrumpe en esta campa?a la financiaci?n singular. Los republicanos plantean acordar un cupo como el vasco para Catalunya que, a diferencia de Euskadi, s? aportar?a una cuota de "solidaridad" a las arcas estatales.
3. La amnist?a y las acusaciones de terrorismo
La memoria forma parte de ambas campa?as, pero en dimensiones casi opuestas. En Euskadi por su ausencia. Los partidos, igual que la sociedad vasca, han pasado p?gina de la época de violencia, aunque eso no evita que PP y PSE sigan reclamando a Bildu que reconozca el da?o causado y pida perd?n. A esto se agarra el candidato socialista para rechazar una y otra vez un posible acuerdo con Bildu. Pero el terrorismo es apenas un apunte, puntual, de la campa?a, que solo se amplifica cuando la mencionan dirigentes externos a la pol?tica vasca. La ley de amnist?a es algo que directamente no se menciona ni en los debates televisivos.
En Catalunya, ERC y Junts compiten por abanderar su paternidad. Los efectos de la medida de gracia se vaticinan claves para el futuro pol?tico de los l?deres del 1-O, incluso condicionando la gobernabilidad, pero mientras Puigdemont reivindica que regresar? gracias a la medida de gracia, m?s de la mitad de los imputados por terrorismo en la causa de Tsunami Democràtic han fijado su residencia fuera de Espa?a por miedo a ser encarcelados antes de que los jueces apliquen la ley una vez esté aprobada de forma definitiva.
4. El catal?n entra en campa?a, el euskera no
Las lenguas propias han sido durante mucho tiempo un elemento de disputa en las contiendas electorales. En esta, sin embargo, ha quedado relativamente aparcada en el Pa?s Vasco. Todos los candidatos hablan perfecto euskera salvo el candidato del PP, pero a diferencia de lo que ocurr?a anta?o, su hasta ahora n?mero dos puede sustituirle con solvencia en los debates en este idioma. Es una muestra del avance del conocimiento del euskera en los ?ltimos a?os. Normalizado en la calle, s? provoca, en cambio, discrepancias por su nivel de exigencia en el ?mbito de la administraci?n y por ah? sigue col?ndose, pero sin mucho ruido, en la campa?a.
Por el contrario, la lengua catalana, debido a los datos de los ?ltimos a?os que confirman un descenso en el uso especialmente entre los j?venes catalanes y en la ciudad de Barcelona, s? ha entrado en la ri?a pol?tica e incluso Aragonès ha prometido una conselleria espec?fica si vuelve a ser president. En los actos preelectorales también se juega con el uso de la lengua: los soberanistas hablan ?ntegramente en catal?n, mientras que el resto altera su uso con el castellano.
5. El impacto sobre el Gobierno de S?nchez
Los catorce votos de ERC y Junts en el Congreso son indispensables para la continuidad del Gobierno. Tanto como el apoyo del PNV y EH Bildu. Los socialistas saben que ser?n claves para la gobernabilidad en las dos autonom?as y que la elecci?n de uno u otro aliado soberanista puede poner en jaque a S?nchez. En el caso catal?n, siempre que no haya una suma independentista que lo evite.
La presi?n es tanta que Puigdemont ya ha advertido al PSOE de que el PSC debe facilitar su investidura si gana y carece de apoyos. ERC mantiene la prudencia, consciente de que Illa ha ayudado a la continuidad de su Govern en minor?a, pese a las cr?ticas.
Image ID:
101046188
El candidato del PSE, Eneko Andueza (i), y el del PNV, Imanol Pradales (d), podr?an convertirse en socios de Gobierno tras el 21A.
EFE
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800
El impacto del resultado del Pa?s Vasco en el Congreso se atisba m?s borroso, pero menos catastr?fico. Los de Otegi siguen con su “paciencia estratégica” y eso implica hacer cualquier cosa que les permita presentarse como dique de contenci?n de la derecha en Euskadi y en Madrid, pero pueden jugar con la estabilidad del gobierno foral navarro y presionar?n para seguir ganando puntos entre los suyos como el otro partido vasco ?til.
No est? tan claro, en cambio, cu?l puede ser la actitud del PNV si los n?meros o el PSE le fallan. No pueden echarse en manos de Feij?o mientras Vox sea imprescindible, pero eso puede cambiar si S?nchez sale debilitado de las catalanas y europeas. Entonces su apoyo ser? cada vez m?s caro para demostrar, frente al eventual 'sorpasso' de Bildu, que siguen siendo el partido que m?s beneficios logra para Euskadi.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/pais-vasco-puigdemont-elecciones-vascas-catalanas-cataluna-101046243)
1. Los candidatos: continuidad en Catalunya, renovaci?n en Euskadi
El impacto de la judicializaci?n del ‘procés’ en Catalunya ha anclado los liderazgos que protagonizaron el 1-O a la primera l?nea y en estas elecciones hay una clara continuidad. Como forma de mantener vivo el pulso con el Estado, Carles Puigdemont ha mantenido el control de Junts –aunque dej? la presidencia del partido en junio de 2022- y Oriol Junqueras, el de ERC, como presidente. Delegaron, eso s?, sus responsabilidades pol?ticas cotidianas en el aparato del partido e incluso Pere Aragonès fue designado por Junqueras como candidato cuando este estaba entre rejas.
El ascenso de Salvador Illa al frente del PSC (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/psc-pide-claridad-resto-partidos-discursos-odio-vox-alianca-catalana-elecciones-100889280) lleg? mientras ejerc?a como ministro de Sanidad en plena pandemia, pero en 2017 ya comandaba las filas socialistas desde la secretar?a de organizaci?n.
En el resto de partidos tampoco hay una renovaci?n respecto al 2021: repiten Jéssica Albiach (Comuns), Alejandro Fern?ndez (PPC), Ignacio Garriga (Vox) y Carlos Carrizosa (Cs). Solo la CUP cambia de cabeza de cartel con Laia Estrada.
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Las elecciones del 12 de mayo son, para Puigdemont, la ?ltima bala en la rec?mara: mantiene que regresar? a Catalunya el d?a de la investidura y que, si no logra ser presidente, dejar? la pol?tica activa. Plantea los comicios como una oportunidad para su restituci?n como president mientras que Aragonès saldr? debilitado si no consigue amortizar la obra de su gobierno tras romper con Junts. Illa no se juega el primer puesto porque todas las encuestas le auguran la victoria, pero puede ver su liderazgo mermado si en esta segunda ocasi?n vuelve a quedarse a las puertas de la Generalitat porque la falta de aliados le impide gobernar.
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La vicepresidenta de la Generalitat, Laura Vilagrà (d) acompa?? en Sestao (Vizcaya) al candidato por Gipuzkoa de EH Bildu, Arkaitz Rodr?guez.
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Por el contrario, el nuevo ciclo en Euskadi se visibiliza con el cambio radical de candidatos. El saliente lehendakari, I?igo Urkullu, confiaba en volver a presentarse e intent? resistirse, pero la bicefalia hist?rica en el PNV se impuso y Andoni Ortuzar, jefe de los jeltzales, apost? por Imanol Pradales. ?l es la versi?n rejuvenecida de Urkullu, un hombre preparado, con experiencia de gesti?n en Vizcaya, en la cuarentena y con proyecci?n de futuro que transmite la misma templanza que su predecesor.
El PNV vio la renovaci?n como hito imprescindible para batirse con la nueva era de Bildu, que ya demostr? en las municipales de 2023 que le pisa los talones, y que con el paso atr?s de Arnaldo Otegi buscaba un giro en su proyecci?n. Pello Otxandiano es una cara desconocida para los vascos, un ingeniero alejado de la imagen que ten?an hasta ahora los rostros visibles de la izquierda abertzale, pero lleva tiempo trabajando como ide?logo de la coalici?n y marcando desde la retaguardia el rumbo de las siglas.
El PSE también cambia de candidato, aunque Eneko Andueza ha tenido m?s tiempo para darse a conocer como portavoz del grupo socialista en el parlamento vasco y como secretario general desde 2021.
El PP opt? por Javier de Andrés en sustituci?n de Carlos Iturgaiz a comienzos de a?o, un hombre de larga trayectoria en el partido que viene de haber sido diputado general de ?lava y, por tanto, m?s conocido entre la poblaci?n. Vox (Amaia Mart?nez) y Elkarrekin Podemos (Miren Gorrotxategi) son los ?nicos que repiten y la candidata de Sumar, Alba Garc?a, es la m?s joven y desconocida.
2. De la unilateralidad al pragmatismo
La gesti?n y la mejora del autogobierno escalan al primer puesto tras a?os de convulsi?n pol?tica en ambas comunidades. El ‘procés’ sigue ocupando buena parte de la pol?tica catalana mientras que en Euskadi la cuesti?n identitaria ha quedado fuera del debate p?blico por expreso deseo de Bildu. Su apuesta por resucitar la discusi?n sobre un nuevo estatus pol?tico para el Pa?s Vasco en la pr?xima legislatura, algo que lleva a?os metido en un caj?n, es lo m?s cercano que se plantea al intento de marcar distancias con el resto del Estado.
El pragmatismo se ha apoderado de Bildu, son conscientes de que tienen que ir de la mano del PNV y crear un frente com?n para cualquier asunto que suponga acercarse al derecho de autodeterminaci?n. De todas formas, el af?n independentista est? en sus horas m?s bajas desde 2015, con apenas un 23% en favor de la independencia seg?n el Soci?metro del Gobierno vasco o incluso un 13%, seg?n el Deustobar?metro. Parad?jicamente, la previsi?n es que los nacionalistas tengan m?s diputados que nunca en el hemiciclo.
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Los candidatos Pere Aragonès (ERC) y Salvador Illa (PSC) en el Palau de la Generalitat.
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En Catalunya se constata también un descenso en el apoyo a la independencia: los contrarios a la desconexi?n se sit?an en el 51%, mientras que los partidarios de la secesi?n se quedan en un 42%, seg?n los datos del Centre d’Estudis d’Opini? (CEO) de marzo.
El levantamiento del veto a los socialistas y la ruptura entre ERC y Junts (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/aragones-sale-tromba-illa-puigdemont-101019816) en el Govern ha propiciado la disoluci?n de los bloques que se cimentaron en 2017 y ahora nadie descarta acuerdos que crucen bancadas. Todo depender? del resultado, pero, tras dar por descontada la victoria del PSC, todas las miradas se centran en si Junts adelantar? a ERC, si los independentistas retienen la mayor?a y si son capaces de resolver su crisis y gobernar juntos o si, en cambio, ERC o Junts se decantan por ungir a Illa con el apoyo de los Comuns.
Al igual que Bildu pilot? ERC su gir? al pragmatismo, a cuya v?a se suma ahora Junts pactando con S?nchez. Tras constatar los estragos de la v?a unilateral, proponen un referéndum acogiéndose al art?culo 92 de la Constituci?n, pero incluso con m?s fuerza irrumpe en esta campa?a la financiaci?n singular. Los republicanos plantean acordar un cupo como el vasco para Catalunya que, a diferencia de Euskadi, s? aportar?a una cuota de "solidaridad" a las arcas estatales.
3. La amnist?a y las acusaciones de terrorismo
La memoria forma parte de ambas campa?as, pero en dimensiones casi opuestas. En Euskadi por su ausencia. Los partidos, igual que la sociedad vasca, han pasado p?gina de la época de violencia, aunque eso no evita que PP y PSE sigan reclamando a Bildu que reconozca el da?o causado y pida perd?n. A esto se agarra el candidato socialista para rechazar una y otra vez un posible acuerdo con Bildu. Pero el terrorismo es apenas un apunte, puntual, de la campa?a, que solo se amplifica cuando la mencionan dirigentes externos a la pol?tica vasca. La ley de amnist?a es algo que directamente no se menciona ni en los debates televisivos.
En Catalunya, ERC y Junts compiten por abanderar su paternidad. Los efectos de la medida de gracia se vaticinan claves para el futuro pol?tico de los l?deres del 1-O, incluso condicionando la gobernabilidad, pero mientras Puigdemont reivindica que regresar? gracias a la medida de gracia, m?s de la mitad de los imputados por terrorismo en la causa de Tsunami Democràtic han fijado su residencia fuera de Espa?a por miedo a ser encarcelados antes de que los jueces apliquen la ley una vez esté aprobada de forma definitiva.
4. El catal?n entra en campa?a, el euskera no
Las lenguas propias han sido durante mucho tiempo un elemento de disputa en las contiendas electorales. En esta, sin embargo, ha quedado relativamente aparcada en el Pa?s Vasco. Todos los candidatos hablan perfecto euskera salvo el candidato del PP, pero a diferencia de lo que ocurr?a anta?o, su hasta ahora n?mero dos puede sustituirle con solvencia en los debates en este idioma. Es una muestra del avance del conocimiento del euskera en los ?ltimos a?os. Normalizado en la calle, s? provoca, en cambio, discrepancias por su nivel de exigencia en el ?mbito de la administraci?n y por ah? sigue col?ndose, pero sin mucho ruido, en la campa?a.
Por el contrario, la lengua catalana, debido a los datos de los ?ltimos a?os que confirman un descenso en el uso especialmente entre los j?venes catalanes y en la ciudad de Barcelona, s? ha entrado en la ri?a pol?tica e incluso Aragonès ha prometido una conselleria espec?fica si vuelve a ser president. En los actos preelectorales también se juega con el uso de la lengua: los soberanistas hablan ?ntegramente en catal?n, mientras que el resto altera su uso con el castellano.
5. El impacto sobre el Gobierno de S?nchez
Los catorce votos de ERC y Junts en el Congreso son indispensables para la continuidad del Gobierno. Tanto como el apoyo del PNV y EH Bildu. Los socialistas saben que ser?n claves para la gobernabilidad en las dos autonom?as y que la elecci?n de uno u otro aliado soberanista puede poner en jaque a S?nchez. En el caso catal?n, siempre que no haya una suma independentista que lo evite.
La presi?n es tanta que Puigdemont ya ha advertido al PSOE de que el PSC debe facilitar su investidura si gana y carece de apoyos. ERC mantiene la prudencia, consciente de que Illa ha ayudado a la continuidad de su Govern en minor?a, pese a las cr?ticas.
Image ID:
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El candidato del PSE, Eneko Andueza (i), y el del PNV, Imanol Pradales (d), podr?an convertirse en socios de Gobierno tras el 21A.
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El impacto del resultado del Pa?s Vasco en el Congreso se atisba m?s borroso, pero menos catastr?fico. Los de Otegi siguen con su “paciencia estratégica” y eso implica hacer cualquier cosa que les permita presentarse como dique de contenci?n de la derecha en Euskadi y en Madrid, pero pueden jugar con la estabilidad del gobierno foral navarro y presionar?n para seguir ganando puntos entre los suyos como el otro partido vasco ?til.
No est? tan claro, en cambio, cu?l puede ser la actitud del PNV si los n?meros o el PSE le fallan. No pueden echarse en manos de Feij?o mientras Vox sea imprescindible, pero eso puede cambiar si S?nchez sale debilitado de las catalanas y europeas. Entonces su apoyo ser? cada vez m?s caro para demostrar, frente al eventual 'sorpasso' de Bildu, que siguen siendo el partido que m?s beneficios logra para Euskadi.
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