الريــم
03-27-2024, 10:07 AM
Se ha hablado mucho sobre el triste final de Jim Morrison, l?der de la banda The Doors e icono de la contracultura de los a?os 60, que fue encontrado muerto por su novia (https://www.epe.es/es/cultura/20240326/jim-morrison-enemigo-publico-numero-99956188) en un piso de Par?s, en julio de 1971, con solo 27 a?os. Dado que no se realiz? ninguna autopsia a su cad?ver —no era obligatorio en Francia en aquella época—, las especulaciones y los comentarios sobre las causas de su fallecimiento estuvieron a la orden del d?a. Seg?n cuenta a El Peri?dico de Espa?a, del mismo grupo editorial, el periodista Iv?n Reguera, autor de un nuevo libro titulado El Estado de Florida contra James Douglas Morrison (Alrevés), “ayud? mucho” que Ray Manzarek, su compa?ero de banda, se uniera a las diversas teor?as conspirativas. “Si alguien es capaz de fingir su propia muerte y huir a alg?n punto remoto del planeta… ese es Jim Morrison”, lleg? a decir el teclista. Aunque lo m?s probable es que fuese una sobredosis de hero?na lo que en realidad acab? con su débil organismo.
El Rey Lagarto, como él mismo se nombr? para regocijo de la prensa y los fan?ticos, era hijo de militar. Precisamente por la profesi?n de su padre, George Stephen, quien por cierto trataba a sus hijos como si fuesen subordinados soldados a su mando, tuvo una infancia y preadolescencia bastante n?madas. “A los catorce a?os ya hab?a vivido siete mudanzas y en cada una de ellas perd?a a los pocos amigos que consegu?a tener, de ah? que se convirtiese en un ni?o introvertido y solitario dedicado principalmente a la lectura”, explica Reguera. “Devoraba todo tipo de literatura y le gustaba la poes?a, que también escrib?a desde muy peque?o. Adem?s, amaba el cine y su colecci?n de discos, entre los que destacaban los de Elvis Presley (https://www.sport.es/es/temas/elvis-presley-1872304)”.
Corr?a el a?o 1965 cuando Morrison se encontr? en Venice Beach con Manzarek, antiguo compa?ero de la escuela de cine de la UCLA (Universidad de California Los ?ngeles), y después de cantarle algo que hab?a compuesto, ambos decidieron hacer un grupo de rock, al que m?s tarde se unir?an Robby Krieger, guitarra, y John Densmore, bater?a (Ray har?a de teclista). Al principio fueron rechazados por la industria musical, pero su disco de debut, titulado The Doors, super? todas sus expectativas, y no tardar?an mucho en atraer la atenci?n tanto de cr?ticos serios como de adolescentes gritones e histéricos que alababan la ic?nica voz de Morrison y aquella innovadora mezcla de blues, rock y jazz del grupo.
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De izda. a dcha., los miembros de The Doors: Robby Krieger, Ray Manzarek, John Densmore y Jim Morrison.
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En su ef?mera carrera, Morrison se convirti? en una estrella mundial no solo por su m?sica y la poes?a de sus letras, sino también por su postura antisistema y su comportamiento provocador. "Jim Morrison tuvo un padre militar y autoritario y eso lo llev? a odiar con toda su alma la autoridad y las normas”, explica Reguera. “Le horrorizaba la carnicer?a que era la Guerra de Vietnam y particip? en pol?tica. Se neg? a ocultar sus simpat?as pol?ticas y sus ideas de izquierda. Admiraba, por ejemplo, al escritor Norman Mailer, y no dud? en apoyar su campa?a para convertirse en alcalde de Nueva York”.
La noche del 9 de diciembre de 1967, Jim estaba bes?ndose con una chica en las duchas de la zona detr?s del escenario en New Haven, en Connecticut, cuando fue descubierto por un polic?a. "El agente les orden? salir de las duchas, a lo que Jim contest?: ‘C?memela’", relata Reguera en su libro. "El polic?a lo roci? con gas lacrim?geno, Jim se llev? las manos a los ojos y la muchacha grit? socorro. En segundos, llegaron m?s polic?as y todo se desmadr?, pero permitieron que Jim regresase al escenario". Eso s?, cuando el artista solt? que hab?a sido “atacado por un hombrecito azul con un peque?o sombrero azul, gaseado por un cerdito azul”, la Polic?a detuvo el show y espos? al que en ese momento se erigi? en el primer m?sico (https://www.sport.es/es/temas/musico-1979130) conocido al que deten?an en mitad de un concierto.
Peor fue lo que le pas? en 1969, época en la que los Doors eran ya el grupo de rock m?s importante de Norteamérica y cobraban la nada desde?able cifra de 35.000 d?lares por noche. En marzo de ese a?o, su l?der la li? parda durante un concierto en el Dinner Key Auditorium de Miami, ciudad bastante conservadora entonces situada en el estado de nacimiento del artista, Florida. Seg?n la versi?n de algunos testigos del recital, este lleg? al mismo con retraso y borracho. También hubo quien asegur? que el cantante le dijo a los asistentes que eran “todos una panda de gilipollas”, y se lleg? a bajar la bragueta para masturbarse delante de ellos. Curiosamente, nadie detuvo a Morrison aquella noche, en la que por lo visto los agentes se divirtieron con su actuaci?n y hasta se despidieron de forma afectuosa de la banda.
“El domingo, uno de los peri?dicos de Miami falseaba que Jim hab?a echado del escenario a tres polic?as antes de que otros tres se lo llevaran”, cuenta Alberto Manzano en su libro Cuando la m?sica acabe, apaga las luces. “El martes, todo el mundo quer?a subirse al carro. El presidente de la Comisi?n contra el Crimen de Miami –un antiguo fiscal– reclamaba una investigaci?n del gran jurado; un legislador del estado, presidente del Club de la Bolsa de Miami, escrib?a al alcalde de Jacksonville inst?ndole a suspender el concierto que los Doors ten?an programado para el fin de semana siguiente. Asimismo, el capit?n de la Divisi?n de Seguridad Interna del Departamento de Polic?a dijo que expedir?a una orden de arresto a Jim, y un exjugador de f?tbol americano llamado Mike Levesque empezaba a organizar una cruzada contra la obscenidad desde la redacci?n de un peri?dico cat?lico local”.
Ante semejante campa?a de persecuci?n y desprestigio, no es de extra?ar que un tribunal de Miami imputase varios cargos al cantante, que se acab? entregando al FBI y fue puesto en libertad bajo fianza de cinco mil d?lares. Luego, tras una farsa judicial que dur? varias semanas, el susodicho fue declarado culpable de exposici?n indecente y blasfemia abierta e inocente del delito grave de comportamiento lascivo –la simulaci?n de masturbaci?n y de copulaci?n oral– y embriaguez p?blica. Se pidieron seis meses de prisi?n y una multa de 500 d?lares, aunque Morrison esquiv? la c?rcel con el pago de una fianza de 50.000 d?lares –su abogado apel?, el caso qued? abierto y, sorprendentemente, en el a?o 2010 Florida retir? la demanda contra el cantante–.
Creo que lo que se juzgaba, en realidad, era un estilo de vida, m?s que un incidente concreto [...] Es m?s un esc?ndalo pol?tico que sexual”
Jim Morrison
“Creo que lo que se juzgaba, en realidad, era un estilo de vida, m?s que un incidente concreto”, reflexionar?a Morrison en una entrevista. “Evidentemente, el juez ten?a muchos prejuicios, y lo ?nico que pretend?a era procesarme hasta los l?mites permitidos por la ley. Es m?s un esc?ndalo pol?tico que sexual. Se centraron en el aspecto er?tico porque no hab?a nada pol?tico que pudieran utilizar en mi contra. Es todo muy amorfo. En aquellos d?as, por ejemplo, se estaba representando en Miami la obra Hair, en la que aparec?an muchos actores desnudos en el escenario y estaba permitida la entrada a todos los p?blicos, sin importar la edad”.
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'El estado de Florida contra James Douglas Morrison', de Iv?n Reguera.
ALREV?S
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Por otro lado, Morrison consideraba que todo el proceso estaba siendo “una valiosa experiencia” para él, porque, antes del juicio, ten?a una visi?n demasiado “irreal” sobre el sistema judicial americano: “Ahora mis ojos se han abierto un poco. All? ve?a cada d?a a t?os negros que iban a la c?rcel antes que yo. Los juicios duraban cinco minutos, y eran condenados a veinte o veinticinco a?os de prisi?n. Si yo no hubiera tenido suficiente dinero para seguir luchando por mi caso, presentado alegaciones y alegaciones, ya me habr?an condenado a tres a?os de prisi?n. Si no tienes dinero, vas directo a la c?rcel”.
Desde luego, aquel absurdo acoso pol?tico, judicial, policial y medi?tico pas? factura a Morrison, que pag? el ‘incidente’ de Miami con su dinero y, sobre todo, su salud mental. “La cancelaci?n que afectaba al bolsillo de los Doors era, sobre todo, la de los conciertos”, apunta Reguera. “Fueron cancelados de norte a sur y eso casi los lleva a la ruina. Los miembros de la Asociaci?n de directores de Salas de Conciertos se reunieron para declarar a Morrison un riesgo para su negocio. Esto hizo, adem?s, que en el mundo del rock cundiese el p?nico. Los Grateful Dead, por ejemplo, también fueron cancelados en el auditorio de Miami en el que Morrison provoc? su calvario porque el tipo que lo gestionaba dijo que eran ‘el mismo tipo de personas y tocan el mismo tipo de m?sica que los Doors’”.
En El Estado de Florida contra James Douglas Morrison se expone igualmente que uno de los principales promotores de aquella campa?a de desprestigio contra Morrison fue John Edgar Hoover, director del FBI desde hac?a varias décadas y bajo el mandato sucesivo de los presidentes Coolidge, Hoover, Roosevelt, Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon, recién nombrado. "Hoover estaba obsesionado con la m?sica, con el poder que ten?a sobre la juventud norteamericana", aclara el autor. “Llevaba siguiendo a Frank Sinatra desde 1938, a Jimi Hendrix desde 1961 y a Aretha Franklin desde 1966 por estar conectada con el movimiento de derechos civiles. Morrison fue perseguido porque representaba un peligro para lo que Hoover y Nixon consideraban la América decente. Luego se supo el tipo de gentuza que fueron los dos".
Morrison no quer?a ser famoso, ir a fiestas de gente rica, tener una mansi?n, un avi?n privado y hacer anuncios de coches. Morrison quer?a ser poeta, dramaturgo, novelista, actor y director de cine"
Iv?n Reguera
Autor de 'El estado de Florida contra James Douglas Morrison'
En marzo de 1971, Morrison abandon? los Estados Unidos para instalarse en Par?s, donde le esperaba su novia, una yonqui pelirroja, de nombre Pamela Susan Courson, a la que dicen que adoraba. Seg?n su ?ltimo bi?grafo, los excesos con el alcohol hab?an alterado gravemente la salud y la fisonom?a del artista, que en cierto momento empez? a hincharse y se dej? crecer una barba larga y descuidada: “Ya no quedaba ni rastro de su juvenil y pasmosa hermosura. Su rizada cabellera ahora era pajosa, horrible. Solo cuatro a?os atr?s, esa melena, entonces de vivo color casta?o, se hab?a convertido en icono del rock por el joven fot?grafo Joel Brodsky, autor de una sesi?n de fotos que le cambi? la vida y le sirvi? de carta de presentaci?n para el mercado discogr?fico, en el que acab? creando portadas para Van Morrison, The Stooges o Isaac Hayes”.
El libro muestra que, por desgracia para la estrella, aquel intento de cambio de aires acab? resultando poco id?lico. “Morrison no quer?a ser famoso, ir a fiestas de gente rica, tener una mansi?n, un avi?n privado y hacer anuncios de coches”, apostilla el periodista. “Morrison quer?a ser poeta, dramaturgo, novelista, actor y director de cine (https://www.sport.es/es/temas/director-de-cine-1889272). El fen?meno Doors le daba igual y, de hecho, en Miami se carg? a su alter ego, el Rey Lagarto, pues estaba harto de todo ese rollo del pantal?n de cuero y las fans gritonas. Lo malo es que lo hizo en Miami, un estado reaccionario en el que lo crucificaron legal y medi?ticamente. Eso le llev? a la depresi?n y el agotamiento mental. Y mezclar eso con su profundo alcoholismo result? mortal”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/jim-morrison-enemigo-publico-numero-uno-america-nixon-100018439)
El Rey Lagarto, como él mismo se nombr? para regocijo de la prensa y los fan?ticos, era hijo de militar. Precisamente por la profesi?n de su padre, George Stephen, quien por cierto trataba a sus hijos como si fuesen subordinados soldados a su mando, tuvo una infancia y preadolescencia bastante n?madas. “A los catorce a?os ya hab?a vivido siete mudanzas y en cada una de ellas perd?a a los pocos amigos que consegu?a tener, de ah? que se convirtiese en un ni?o introvertido y solitario dedicado principalmente a la lectura”, explica Reguera. “Devoraba todo tipo de literatura y le gustaba la poes?a, que también escrib?a desde muy peque?o. Adem?s, amaba el cine y su colecci?n de discos, entre los que destacaban los de Elvis Presley (https://www.sport.es/es/temas/elvis-presley-1872304)”.
Corr?a el a?o 1965 cuando Morrison se encontr? en Venice Beach con Manzarek, antiguo compa?ero de la escuela de cine de la UCLA (Universidad de California Los ?ngeles), y después de cantarle algo que hab?a compuesto, ambos decidieron hacer un grupo de rock, al que m?s tarde se unir?an Robby Krieger, guitarra, y John Densmore, bater?a (Ray har?a de teclista). Al principio fueron rechazados por la industria musical, pero su disco de debut, titulado The Doors, super? todas sus expectativas, y no tardar?an mucho en atraer la atenci?n tanto de cr?ticos serios como de adolescentes gritones e histéricos que alababan la ic?nica voz de Morrison y aquella innovadora mezcla de blues, rock y jazz del grupo.
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De izda. a dcha., los miembros de The Doors: Robby Krieger, Ray Manzarek, John Densmore y Jim Morrison.
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En su ef?mera carrera, Morrison se convirti? en una estrella mundial no solo por su m?sica y la poes?a de sus letras, sino también por su postura antisistema y su comportamiento provocador. "Jim Morrison tuvo un padre militar y autoritario y eso lo llev? a odiar con toda su alma la autoridad y las normas”, explica Reguera. “Le horrorizaba la carnicer?a que era la Guerra de Vietnam y particip? en pol?tica. Se neg? a ocultar sus simpat?as pol?ticas y sus ideas de izquierda. Admiraba, por ejemplo, al escritor Norman Mailer, y no dud? en apoyar su campa?a para convertirse en alcalde de Nueva York”.
La noche del 9 de diciembre de 1967, Jim estaba bes?ndose con una chica en las duchas de la zona detr?s del escenario en New Haven, en Connecticut, cuando fue descubierto por un polic?a. "El agente les orden? salir de las duchas, a lo que Jim contest?: ‘C?memela’", relata Reguera en su libro. "El polic?a lo roci? con gas lacrim?geno, Jim se llev? las manos a los ojos y la muchacha grit? socorro. En segundos, llegaron m?s polic?as y todo se desmadr?, pero permitieron que Jim regresase al escenario". Eso s?, cuando el artista solt? que hab?a sido “atacado por un hombrecito azul con un peque?o sombrero azul, gaseado por un cerdito azul”, la Polic?a detuvo el show y espos? al que en ese momento se erigi? en el primer m?sico (https://www.sport.es/es/temas/musico-1979130) conocido al que deten?an en mitad de un concierto.
Peor fue lo que le pas? en 1969, época en la que los Doors eran ya el grupo de rock m?s importante de Norteamérica y cobraban la nada desde?able cifra de 35.000 d?lares por noche. En marzo de ese a?o, su l?der la li? parda durante un concierto en el Dinner Key Auditorium de Miami, ciudad bastante conservadora entonces situada en el estado de nacimiento del artista, Florida. Seg?n la versi?n de algunos testigos del recital, este lleg? al mismo con retraso y borracho. También hubo quien asegur? que el cantante le dijo a los asistentes que eran “todos una panda de gilipollas”, y se lleg? a bajar la bragueta para masturbarse delante de ellos. Curiosamente, nadie detuvo a Morrison aquella noche, en la que por lo visto los agentes se divirtieron con su actuaci?n y hasta se despidieron de forma afectuosa de la banda.
“El domingo, uno de los peri?dicos de Miami falseaba que Jim hab?a echado del escenario a tres polic?as antes de que otros tres se lo llevaran”, cuenta Alberto Manzano en su libro Cuando la m?sica acabe, apaga las luces. “El martes, todo el mundo quer?a subirse al carro. El presidente de la Comisi?n contra el Crimen de Miami –un antiguo fiscal– reclamaba una investigaci?n del gran jurado; un legislador del estado, presidente del Club de la Bolsa de Miami, escrib?a al alcalde de Jacksonville inst?ndole a suspender el concierto que los Doors ten?an programado para el fin de semana siguiente. Asimismo, el capit?n de la Divisi?n de Seguridad Interna del Departamento de Polic?a dijo que expedir?a una orden de arresto a Jim, y un exjugador de f?tbol americano llamado Mike Levesque empezaba a organizar una cruzada contra la obscenidad desde la redacci?n de un peri?dico cat?lico local”.
Ante semejante campa?a de persecuci?n y desprestigio, no es de extra?ar que un tribunal de Miami imputase varios cargos al cantante, que se acab? entregando al FBI y fue puesto en libertad bajo fianza de cinco mil d?lares. Luego, tras una farsa judicial que dur? varias semanas, el susodicho fue declarado culpable de exposici?n indecente y blasfemia abierta e inocente del delito grave de comportamiento lascivo –la simulaci?n de masturbaci?n y de copulaci?n oral– y embriaguez p?blica. Se pidieron seis meses de prisi?n y una multa de 500 d?lares, aunque Morrison esquiv? la c?rcel con el pago de una fianza de 50.000 d?lares –su abogado apel?, el caso qued? abierto y, sorprendentemente, en el a?o 2010 Florida retir? la demanda contra el cantante–.
Creo que lo que se juzgaba, en realidad, era un estilo de vida, m?s que un incidente concreto [...] Es m?s un esc?ndalo pol?tico que sexual”
Jim Morrison
“Creo que lo que se juzgaba, en realidad, era un estilo de vida, m?s que un incidente concreto”, reflexionar?a Morrison en una entrevista. “Evidentemente, el juez ten?a muchos prejuicios, y lo ?nico que pretend?a era procesarme hasta los l?mites permitidos por la ley. Es m?s un esc?ndalo pol?tico que sexual. Se centraron en el aspecto er?tico porque no hab?a nada pol?tico que pudieran utilizar en mi contra. Es todo muy amorfo. En aquellos d?as, por ejemplo, se estaba representando en Miami la obra Hair, en la que aparec?an muchos actores desnudos en el escenario y estaba permitida la entrada a todos los p?blicos, sin importar la edad”.
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'El estado de Florida contra James Douglas Morrison', de Iv?n Reguera.
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Por otro lado, Morrison consideraba que todo el proceso estaba siendo “una valiosa experiencia” para él, porque, antes del juicio, ten?a una visi?n demasiado “irreal” sobre el sistema judicial americano: “Ahora mis ojos se han abierto un poco. All? ve?a cada d?a a t?os negros que iban a la c?rcel antes que yo. Los juicios duraban cinco minutos, y eran condenados a veinte o veinticinco a?os de prisi?n. Si yo no hubiera tenido suficiente dinero para seguir luchando por mi caso, presentado alegaciones y alegaciones, ya me habr?an condenado a tres a?os de prisi?n. Si no tienes dinero, vas directo a la c?rcel”.
Desde luego, aquel absurdo acoso pol?tico, judicial, policial y medi?tico pas? factura a Morrison, que pag? el ‘incidente’ de Miami con su dinero y, sobre todo, su salud mental. “La cancelaci?n que afectaba al bolsillo de los Doors era, sobre todo, la de los conciertos”, apunta Reguera. “Fueron cancelados de norte a sur y eso casi los lleva a la ruina. Los miembros de la Asociaci?n de directores de Salas de Conciertos se reunieron para declarar a Morrison un riesgo para su negocio. Esto hizo, adem?s, que en el mundo del rock cundiese el p?nico. Los Grateful Dead, por ejemplo, también fueron cancelados en el auditorio de Miami en el que Morrison provoc? su calvario porque el tipo que lo gestionaba dijo que eran ‘el mismo tipo de personas y tocan el mismo tipo de m?sica que los Doors’”.
En El Estado de Florida contra James Douglas Morrison se expone igualmente que uno de los principales promotores de aquella campa?a de desprestigio contra Morrison fue John Edgar Hoover, director del FBI desde hac?a varias décadas y bajo el mandato sucesivo de los presidentes Coolidge, Hoover, Roosevelt, Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon, recién nombrado. "Hoover estaba obsesionado con la m?sica, con el poder que ten?a sobre la juventud norteamericana", aclara el autor. “Llevaba siguiendo a Frank Sinatra desde 1938, a Jimi Hendrix desde 1961 y a Aretha Franklin desde 1966 por estar conectada con el movimiento de derechos civiles. Morrison fue perseguido porque representaba un peligro para lo que Hoover y Nixon consideraban la América decente. Luego se supo el tipo de gentuza que fueron los dos".
Morrison no quer?a ser famoso, ir a fiestas de gente rica, tener una mansi?n, un avi?n privado y hacer anuncios de coches. Morrison quer?a ser poeta, dramaturgo, novelista, actor y director de cine"
Iv?n Reguera
Autor de 'El estado de Florida contra James Douglas Morrison'
En marzo de 1971, Morrison abandon? los Estados Unidos para instalarse en Par?s, donde le esperaba su novia, una yonqui pelirroja, de nombre Pamela Susan Courson, a la que dicen que adoraba. Seg?n su ?ltimo bi?grafo, los excesos con el alcohol hab?an alterado gravemente la salud y la fisonom?a del artista, que en cierto momento empez? a hincharse y se dej? crecer una barba larga y descuidada: “Ya no quedaba ni rastro de su juvenil y pasmosa hermosura. Su rizada cabellera ahora era pajosa, horrible. Solo cuatro a?os atr?s, esa melena, entonces de vivo color casta?o, se hab?a convertido en icono del rock por el joven fot?grafo Joel Brodsky, autor de una sesi?n de fotos que le cambi? la vida y le sirvi? de carta de presentaci?n para el mercado discogr?fico, en el que acab? creando portadas para Van Morrison, The Stooges o Isaac Hayes”.
El libro muestra que, por desgracia para la estrella, aquel intento de cambio de aires acab? resultando poco id?lico. “Morrison no quer?a ser famoso, ir a fiestas de gente rica, tener una mansi?n, un avi?n privado y hacer anuncios de coches”, apostilla el periodista. “Morrison quer?a ser poeta, dramaturgo, novelista, actor y director de cine (https://www.sport.es/es/temas/director-de-cine-1889272). El fen?meno Doors le daba igual y, de hecho, en Miami se carg? a su alter ego, el Rey Lagarto, pues estaba harto de todo ese rollo del pantal?n de cuero y las fans gritonas. Lo malo es que lo hizo en Miami, un estado reaccionario en el que lo crucificaron legal y medi?ticamente. Eso le llev? a la depresi?n y el agotamiento mental. Y mezclar eso con su profundo alcoholismo result? mortal”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/jim-morrison-enemigo-publico-numero-uno-america-nixon-100018439)