الريــم
03-19-2024, 01:30 PM
Decenas de personas se pararon este lunes delante del aseo femenino de la estaci?n de Pola de Siero, en Asturias, como si todav?a hubiese algo que ver, como si en ese cub?culo hubiese pasado un acontecimiento. "?Fue ah?? ?Fue ah?? ?Podemos entrar a ver?". Y justo ah? hab?a sido, s?. En un espacio min?sculo, donde apenas cabe una persona, con un retrete y nada m?s, naci? hace dos d?as una sierense (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/parto-joven-quince-anos-estacion-asturias-99626881).
Vino al mundo, se ha dicho, un domingo que parec?a como otro cualquiera en un apeadero de tren de Cercan?as de la regi?n, con un servicio menguante, pero con capacidad incluso para albergar un parto, como bromeaban ayer pasajeros en el andén. Un nacimiento en plena estaci?n y en plena crisis de natalidad regional. A ese ba?o entraron tres personas y salieron cuatro. La madre, una joven de quince a?os del concejo de Siero, se encontraba bien tras el alumbramiento; la criatura, una ni?a, también est? en buen estado.
En el municipio todav?a no se da crédito a lo sucedido y quienes vivieron de cerca lo que pas? se frotan los ojos. "Lo cuentas y no lo creen", dicen en la estaci?n. La peripecia acab? con final feliz para ambas, madre e hija, en principio sin secuelas tras un parto fuera de lo com?n. La recién nacida se ape? del tren metida en el vientre de su madre y sali? del apeadero minutos después ya en sus brazos. Todo sucedi? muy r?pido, a primera hora de la tarde.
La estaci?n apenas ten?a actividad, con pocos pasajeros esperando la llegada de un tren al apeadero. El convoy par? sobre las 14.20. No bajaron muchos viajeros, pero hubo tres j?venes especialmente aceleradas: la futura madre, de quince a?os; su hermana mayor, de 19, y una tercera, amiga de ambas. Las tres salieron corriendo del vag?n, saltaron al andén y se metieron al esprint en el edificio de Feve.
Sin necesidad de pasar los tornos –el aseo de mujeres est? a un lado de ellos–, accedieron al ba?o y se encerraron en el peque?o habit?culo, en el que hay un retrete. El habit?culo es muy peque?o, a excepci?n del espacio para minusv?lidos, cerrado con llave. En ese momento, en la estaci?n hab?a ?nicamente un oficial de taquilla que acababa de empezar su turno y auguraba una jornada tranquila. Ocurri? todo lo contrario. Vio entrar a las pasajeras en el servicio, pero no le dio ninguna importancia. Ser? por cosas raras que ve un operario de una estaci?n, debi? pensar. Si esos ba?os hablasen... Mientras tanto, una mujer aguardaba la salida de otro tren, que hab?a sido cancelado. El oficial se ausent? un momento de la pecera para informar a la viajera cuando dos de las chicas salieron disparadas del ba?o. En un visto y no visto, pasaron los tornos y desaparecieron de la vista del ferroviario. Entonces, las alarmas se encendieron. Algo estaba pasando. Fue cuando una se?ora, que se hab?a acercado al ba?o, dio luz al asunto, nunca mejor dicho: "?Una chica est? pariendo, est? pariendo!", clam?.
Los pocos presentes se quedaron p?lidos con lo que estaba pasando. "Lo primero que observé fue un charco de sangre y luego a la joven con su bebé, que estaba morado", dijo uno de los pocos testigos, sobresaltado. Eso sucedi? sobre las 14.30 horas. Es decir: una joven de quince a?os dio a luz en espacio de diez minutos sin m?s ayuda que la de su hermana y la de otra amiga. La realidad superando a la ficci?n. Las chicas que corrieron como si las llevase el diablo hab?an ido a pedir ayuda.
El jefe de taquilla, de los nervios, avis? al centro de gesti?n de Renfe. En cinco minutos llegaron los refuerzos: una ambulancia, el médico del centro de salud –situado a pocos metros de la estaci?n– y una patrulla de la Polic?a Local de Siero. Aunque poco hab?a que hacer, m?s que tranquilizar a la joven. El médico se limit? a cortar el cord?n umbilical. La ambulancia traslad? a la muchacha y al bebé al HUCA para evaluar su estado. El ba?o donde naci? qued? impracticable, con sangre por todo el suelo. Y el oficial de taquilla se qued? con un susto en el cuerpo de los que no se olvidan. "Me pinchan y no sangro", le escucharon decir.
El parto llega a la Junta
El inusual parto en Pola de Siero se trat? ayer en la Junta General del Principado, en el marco de una reuni?n de la Federaci?n de Asociaciones de Matronas de Espa?a (Fame) con Juan Cofi?o, presidente del Parlamento y representantes de los otros grupos. "Un parto deber? estar controlado por profesionales adecuados, porque puede entra?ar riesgos. Estamos hablando de una menor, por lo que incidimos en la necesidad de una adecuada educaci?n sexo afectiva. A esa edad un cuerpo puede estar en desarrollo y el embarazo puede tener riesgos", dijo Salomé ?lvarez, presidenta de la referida asociaci?n.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/charco-sangre-parto-expres-estacion-asturias-joven-99672012)
Vino al mundo, se ha dicho, un domingo que parec?a como otro cualquiera en un apeadero de tren de Cercan?as de la regi?n, con un servicio menguante, pero con capacidad incluso para albergar un parto, como bromeaban ayer pasajeros en el andén. Un nacimiento en plena estaci?n y en plena crisis de natalidad regional. A ese ba?o entraron tres personas y salieron cuatro. La madre, una joven de quince a?os del concejo de Siero, se encontraba bien tras el alumbramiento; la criatura, una ni?a, también est? en buen estado.
En el municipio todav?a no se da crédito a lo sucedido y quienes vivieron de cerca lo que pas? se frotan los ojos. "Lo cuentas y no lo creen", dicen en la estaci?n. La peripecia acab? con final feliz para ambas, madre e hija, en principio sin secuelas tras un parto fuera de lo com?n. La recién nacida se ape? del tren metida en el vientre de su madre y sali? del apeadero minutos después ya en sus brazos. Todo sucedi? muy r?pido, a primera hora de la tarde.
La estaci?n apenas ten?a actividad, con pocos pasajeros esperando la llegada de un tren al apeadero. El convoy par? sobre las 14.20. No bajaron muchos viajeros, pero hubo tres j?venes especialmente aceleradas: la futura madre, de quince a?os; su hermana mayor, de 19, y una tercera, amiga de ambas. Las tres salieron corriendo del vag?n, saltaron al andén y se metieron al esprint en el edificio de Feve.
Sin necesidad de pasar los tornos –el aseo de mujeres est? a un lado de ellos–, accedieron al ba?o y se encerraron en el peque?o habit?culo, en el que hay un retrete. El habit?culo es muy peque?o, a excepci?n del espacio para minusv?lidos, cerrado con llave. En ese momento, en la estaci?n hab?a ?nicamente un oficial de taquilla que acababa de empezar su turno y auguraba una jornada tranquila. Ocurri? todo lo contrario. Vio entrar a las pasajeras en el servicio, pero no le dio ninguna importancia. Ser? por cosas raras que ve un operario de una estaci?n, debi? pensar. Si esos ba?os hablasen... Mientras tanto, una mujer aguardaba la salida de otro tren, que hab?a sido cancelado. El oficial se ausent? un momento de la pecera para informar a la viajera cuando dos de las chicas salieron disparadas del ba?o. En un visto y no visto, pasaron los tornos y desaparecieron de la vista del ferroviario. Entonces, las alarmas se encendieron. Algo estaba pasando. Fue cuando una se?ora, que se hab?a acercado al ba?o, dio luz al asunto, nunca mejor dicho: "?Una chica est? pariendo, est? pariendo!", clam?.
Los pocos presentes se quedaron p?lidos con lo que estaba pasando. "Lo primero que observé fue un charco de sangre y luego a la joven con su bebé, que estaba morado", dijo uno de los pocos testigos, sobresaltado. Eso sucedi? sobre las 14.30 horas. Es decir: una joven de quince a?os dio a luz en espacio de diez minutos sin m?s ayuda que la de su hermana y la de otra amiga. La realidad superando a la ficci?n. Las chicas que corrieron como si las llevase el diablo hab?an ido a pedir ayuda.
El jefe de taquilla, de los nervios, avis? al centro de gesti?n de Renfe. En cinco minutos llegaron los refuerzos: una ambulancia, el médico del centro de salud –situado a pocos metros de la estaci?n– y una patrulla de la Polic?a Local de Siero. Aunque poco hab?a que hacer, m?s que tranquilizar a la joven. El médico se limit? a cortar el cord?n umbilical. La ambulancia traslad? a la muchacha y al bebé al HUCA para evaluar su estado. El ba?o donde naci? qued? impracticable, con sangre por todo el suelo. Y el oficial de taquilla se qued? con un susto en el cuerpo de los que no se olvidan. "Me pinchan y no sangro", le escucharon decir.
El parto llega a la Junta
El inusual parto en Pola de Siero se trat? ayer en la Junta General del Principado, en el marco de una reuni?n de la Federaci?n de Asociaciones de Matronas de Espa?a (Fame) con Juan Cofi?o, presidente del Parlamento y representantes de los otros grupos. "Un parto deber? estar controlado por profesionales adecuados, porque puede entra?ar riesgos. Estamos hablando de una menor, por lo que incidimos en la necesidad de una adecuada educaci?n sexo afectiva. A esa edad un cuerpo puede estar en desarrollo y el embarazo puede tener riesgos", dijo Salomé ?lvarez, presidenta de la referida asociaci?n.
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