الريــم
03-11-2024, 03:20 PM
"Yo que pensé en ganarme la vida de tah?r, imag?nate ahora, ser?a un desastre", se lamentaba Joaquim Jordà en su documental Monos como Becky, después de mostrar ante la c?mara su incapacidad para reconocer los cuatro palos de la baraja espa?ola. El realizador catal?n hab?a sufrido un ictus que le hab?a dejado secuelas cerebrales que le imped?an relacionar los signos con sus significados, lo que limitaba su capacidad de leer, interpretar se?ales y pictogramas o, sencillamente, divertirse.
El caso de Jordà demuestra que, m?s all? de para ganarse la vida o perder la hacienda, las cartas también sirven para desarrollar habilidades que resultar?n ?tiles en la vida cotidiana (https://www.epe.es/es/cultura/20240309/barajas-infantiles-juego-familias-99193875). Algo que se puede adquirir desde la infancia gracias a esas barajas sobre familias del mundo, personajes de tebeo, deportes, pel?culas, autom?viles o hasta la Biblia, dividida en dos entregas, Antiguo y Nuevo Testamento, porque en 42, 44 o 55 naipes no cabe tanta historia sagrada. Divididas también en varios palos que, en lugar de oros o espadas, son la familia esquimal, Mickey, Minnie y sus sobrinos o Mazinger Z y los Brutos mec?nicos, una de las modalidades de juego consist?a en hacer m?s parejas o grupos que los dem?s jugadores.
"Como todo ni?o, mi interés por las barajas infantiles comienza porque son un juego muy vers?til, f?cil de llevar y con el que pod?as iniciar una partida en cualquier sitio con tus amigos y familiares. Adem?s, en mi caso, las barajas infantiles me atra?an por su variedad de tem?ticas, sobre todo las que estaban dedicadas a las series de dibujos animados y personajes famosos de la televisi?n", explica Vicente Pizarro, coleccionista de este tipo de juegos desde que ten?a 10 o 12 a?os que acaba de publicar en la editorial Di?bolo Barajas infantiles. De la familia Bant? a Dragon Ball.
Los a?os 60 y parte de los 70 estaban representados por barajas de corte cultural, de amor por la naturaleza, de historia, de deportes… A mediados de los 70, con la explosi?n de la televisi?n en nuestro pa?s, se empezaron a incluir todas las series juveniles y series de dibujos"
Vicente Pizarro
Autor de 'Barajas infantiles. De la familia Bant? a Dragon Ball'
"Los que ahora estamos en los 40, 50 y casi 60 a?os, hemos aprendido mucho de estos juegos. Adem?s, las barajas infantiles han sido un fiel reflejo de c?mo ha ido cambiando la sociedad, nuestros gustos y nuestra forma de ver la vida. Los a?os 60 y parte de los 70 estaban representados por barajas de corte cultural, de amor por la naturaleza, de historia, de deportes… A mediados de los 70, con la explosi?n de la televisi?n en nuestro pa?s, se empezaron a incluir todas las series juveniles y series de dibujos, pr?cticamente hasta la actualidad".
El hecho de que este tipo de barajas tuvieran en el infantil su p?blico objetivo, hac?a que las empresas fabricantes contasen con un equipo dedicado a la gesti?n de derechos de los personajes favoritos de la infancia, aunque, cuando era necesario, también recurr?an a equipos de educadores e ilustradores propios.
"Hab?a temas muy generales, como los de naturaleza, historia, educaci?n vial o medios de locomoci?n, que eran propuestos por las propias asociaciones de educadores o las personas que formaban los departamentos de marketing, que en aquellos tiempos se llamar?an probablemente de otra forma. Las barajas de personajes famosos o de series de televisi?n depend?an de los éxitos de la peque?a pantalla y, luego, Disney siempre estuvo muy presente en todas las barajas infantiles. En esos casos, los dibujos ven?an ya dise?ados desde la compa??a estadounidense con sus dibujantes adjuntos. En el caso de barajas sobre temas como deporte, autom?viles o historia, las empresas tiraban de ilustradores espa?oles como, por ejemplo, Emilio Freixas, conocido por ser el responsable de las l?minas de dibujo del colegio", explica Pizarro.
La edad de oro de las barajas infantiles se produjo en la década de los sesenta, en plena dictadura franquista. Sin embargo, a diferencia de otros sectores, el régimen apenas aprovech? el medio para hacer propaganda, censurar contenidos o difundir el ideario nacionalcatolicista entre los m?s j?venes.
Para el gobierno franquista eran juegos de cartas inofensivos, sin ning?n tipo de intento de llevar a los ni?os hac?a una forma de pensar contrario al régimen, sin tintes religiosos o pol?ticos. Adem?s, como las series de dibujos eran muy familiares, no hubo censura en las barajas"
Vicente Pizarro
Autor de 'Barajas infantiles. De la familia Bant? a Dragon Ball'
"Durante los a?os que coincidieron con la dictadura los t?tulos que sal?an al mercado estaban dirigidos a que los ni?os adquirieran conocimientos casi como en la escuela. Para el gobierno eran juegos de cartas inofensivos, sin ning?n tipo de intento de llevar a los ni?os hac?a una forma de pensar contrario al régimen, sin tintes religiosos o pol?ticos. Adem?s, como las series de dibujos eran muy familiares, no hubo censura en las barajas. Por otro lado, la empresa Heraclio Fournier, que era quién m?s presupuesto ten?a para comprar derechos y licencias y, por lo tanto, quién sacaba m?s t?tulos al mercado de naipes, ten?a una mente muy abierta y muy europea para aquellos a?os. Por eso, no creo que se dejasen influenciar por ning?n régimen dictatorial a la hora de decidir las tem?ticas de sus barajas", explica Vicente Pizarro.
En todo caso, es innegable que, como productos vinculados al esp?ritu de su época, algunas de las barajas infantiles m?s populares, como Familias de 7 pa?ses, reprodujeron durante a?os estereotipos de género y raza, herederos de las pol?ticas colonialistas de muchos pa?ses europeos, entre ellos Espa?a.
"No creo que los estereotipos de género que hab?a en aquellos momentos llevasen ning?n mensaje subliminal para los que éramos ni?os entonces. Hoy en d?a, igual se cuestionan un poco, pero tenemos que ponernos en otros tiempos y, en mi opini?n, no llevaban ning?n tipo de malicia para generarnos un debate sociol?gico en nuestras cabezas", reconoce Vicente Pizarro que apunta que, "hoy en d?a, la baraja de familias, con varias reediciones a lo largo de los a?os, se sigue viendo como una baraja muy tierna y entra?able, en la que distinguimos distintas tribus y pa?ses, sin pensar si unos llevan taparrabos o si otros tienen los ojos demasiados rasgados. Simplemente jugamos de nuevo con nuestros hijos, formamos las familias y nos divertimos sin m?s».
El de los estereotipos tampoco ha sido un tema que haya quitado el sue?o a los responsables de Heraclio Fournier. De hecho, cuando la compa??a vitoriana decidi? modernizar la baraja de las familias, no fue para retocar rasgos f?sicos, vestimentas o escenarios, sino para incorporar una nueva familia, para lo que tuvo que tomar una decisi?n que no gust? a todo el mundo.
"Se intent? hacer el mismo formato de baraja, pero con ocho pa?ses, en vez de los siete originales. Eso oblig? a cambiar el n?mero de cartas que compon?an la baraja y se decidi? quitar a los abuelos para meter un nuevo pa?s con su familia. Al final la propuesta fue bastante criticada, no solo por lo de los abuelos, sino porque la nueva familia no ten?a el mismo estilo de dibujo que la original y no tuvo mucho éxito en el mercado. Definitivamente, la familia vikinga no fue bienvenida", explica Pizarro, que aprovecha para comentar que solo Familias de 7 pa?ses se sigue comercializando en la actualidad por parte de Heraclio Fournier, la ?nica empresa que, en los ?ltimos tiempos, produc?a este tipo de barajas.
"A lo largo de m?s de sesenta a?os, marcas como Ediciones Recreativas, Naipes Comas o Editorial Zaragozano, entre otras, sacaron t?tulos muy interesantes que intentaban hacer competencia a la todopoderosa Heraclio Fournier que, hasta el a?o 2021, fue la ?nica que sigui? apostando por editar sus barajas infantiles. Aunque se segu?an vendiendo muy bien, por decisiones comerciales que a veces se escapan de nuestra l?gica, lamentablemente dej? de fabricarlas. Las barajas infantiles, en principio, han llegado a su fin, quiz? por los nuevos modelos de ocio, quiz? porque ya les tocaba", se lamenta Vicente Pizarro que, aunque apunta que hay marcas extranjeras asociadas a Fournier que siguen comercializando algunas barajas semejantes a las que recopila en su libro, los formatos y la mec?nica de juego son diferentes y en su opini?n "sin ning?n encanto".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/barajas-infantiles-juego-familias-99326071)
El caso de Jordà demuestra que, m?s all? de para ganarse la vida o perder la hacienda, las cartas también sirven para desarrollar habilidades que resultar?n ?tiles en la vida cotidiana (https://www.epe.es/es/cultura/20240309/barajas-infantiles-juego-familias-99193875). Algo que se puede adquirir desde la infancia gracias a esas barajas sobre familias del mundo, personajes de tebeo, deportes, pel?culas, autom?viles o hasta la Biblia, dividida en dos entregas, Antiguo y Nuevo Testamento, porque en 42, 44 o 55 naipes no cabe tanta historia sagrada. Divididas también en varios palos que, en lugar de oros o espadas, son la familia esquimal, Mickey, Minnie y sus sobrinos o Mazinger Z y los Brutos mec?nicos, una de las modalidades de juego consist?a en hacer m?s parejas o grupos que los dem?s jugadores.
"Como todo ni?o, mi interés por las barajas infantiles comienza porque son un juego muy vers?til, f?cil de llevar y con el que pod?as iniciar una partida en cualquier sitio con tus amigos y familiares. Adem?s, en mi caso, las barajas infantiles me atra?an por su variedad de tem?ticas, sobre todo las que estaban dedicadas a las series de dibujos animados y personajes famosos de la televisi?n", explica Vicente Pizarro, coleccionista de este tipo de juegos desde que ten?a 10 o 12 a?os que acaba de publicar en la editorial Di?bolo Barajas infantiles. De la familia Bant? a Dragon Ball.
Los a?os 60 y parte de los 70 estaban representados por barajas de corte cultural, de amor por la naturaleza, de historia, de deportes… A mediados de los 70, con la explosi?n de la televisi?n en nuestro pa?s, se empezaron a incluir todas las series juveniles y series de dibujos"
Vicente Pizarro
Autor de 'Barajas infantiles. De la familia Bant? a Dragon Ball'
"Los que ahora estamos en los 40, 50 y casi 60 a?os, hemos aprendido mucho de estos juegos. Adem?s, las barajas infantiles han sido un fiel reflejo de c?mo ha ido cambiando la sociedad, nuestros gustos y nuestra forma de ver la vida. Los a?os 60 y parte de los 70 estaban representados por barajas de corte cultural, de amor por la naturaleza, de historia, de deportes… A mediados de los 70, con la explosi?n de la televisi?n en nuestro pa?s, se empezaron a incluir todas las series juveniles y series de dibujos, pr?cticamente hasta la actualidad".
El hecho de que este tipo de barajas tuvieran en el infantil su p?blico objetivo, hac?a que las empresas fabricantes contasen con un equipo dedicado a la gesti?n de derechos de los personajes favoritos de la infancia, aunque, cuando era necesario, también recurr?an a equipos de educadores e ilustradores propios.
"Hab?a temas muy generales, como los de naturaleza, historia, educaci?n vial o medios de locomoci?n, que eran propuestos por las propias asociaciones de educadores o las personas que formaban los departamentos de marketing, que en aquellos tiempos se llamar?an probablemente de otra forma. Las barajas de personajes famosos o de series de televisi?n depend?an de los éxitos de la peque?a pantalla y, luego, Disney siempre estuvo muy presente en todas las barajas infantiles. En esos casos, los dibujos ven?an ya dise?ados desde la compa??a estadounidense con sus dibujantes adjuntos. En el caso de barajas sobre temas como deporte, autom?viles o historia, las empresas tiraban de ilustradores espa?oles como, por ejemplo, Emilio Freixas, conocido por ser el responsable de las l?minas de dibujo del colegio", explica Pizarro.
La edad de oro de las barajas infantiles se produjo en la década de los sesenta, en plena dictadura franquista. Sin embargo, a diferencia de otros sectores, el régimen apenas aprovech? el medio para hacer propaganda, censurar contenidos o difundir el ideario nacionalcatolicista entre los m?s j?venes.
Para el gobierno franquista eran juegos de cartas inofensivos, sin ning?n tipo de intento de llevar a los ni?os hac?a una forma de pensar contrario al régimen, sin tintes religiosos o pol?ticos. Adem?s, como las series de dibujos eran muy familiares, no hubo censura en las barajas"
Vicente Pizarro
Autor de 'Barajas infantiles. De la familia Bant? a Dragon Ball'
"Durante los a?os que coincidieron con la dictadura los t?tulos que sal?an al mercado estaban dirigidos a que los ni?os adquirieran conocimientos casi como en la escuela. Para el gobierno eran juegos de cartas inofensivos, sin ning?n tipo de intento de llevar a los ni?os hac?a una forma de pensar contrario al régimen, sin tintes religiosos o pol?ticos. Adem?s, como las series de dibujos eran muy familiares, no hubo censura en las barajas. Por otro lado, la empresa Heraclio Fournier, que era quién m?s presupuesto ten?a para comprar derechos y licencias y, por lo tanto, quién sacaba m?s t?tulos al mercado de naipes, ten?a una mente muy abierta y muy europea para aquellos a?os. Por eso, no creo que se dejasen influenciar por ning?n régimen dictatorial a la hora de decidir las tem?ticas de sus barajas", explica Vicente Pizarro.
En todo caso, es innegable que, como productos vinculados al esp?ritu de su época, algunas de las barajas infantiles m?s populares, como Familias de 7 pa?ses, reprodujeron durante a?os estereotipos de género y raza, herederos de las pol?ticas colonialistas de muchos pa?ses europeos, entre ellos Espa?a.
"No creo que los estereotipos de género que hab?a en aquellos momentos llevasen ning?n mensaje subliminal para los que éramos ni?os entonces. Hoy en d?a, igual se cuestionan un poco, pero tenemos que ponernos en otros tiempos y, en mi opini?n, no llevaban ning?n tipo de malicia para generarnos un debate sociol?gico en nuestras cabezas", reconoce Vicente Pizarro que apunta que, "hoy en d?a, la baraja de familias, con varias reediciones a lo largo de los a?os, se sigue viendo como una baraja muy tierna y entra?able, en la que distinguimos distintas tribus y pa?ses, sin pensar si unos llevan taparrabos o si otros tienen los ojos demasiados rasgados. Simplemente jugamos de nuevo con nuestros hijos, formamos las familias y nos divertimos sin m?s».
El de los estereotipos tampoco ha sido un tema que haya quitado el sue?o a los responsables de Heraclio Fournier. De hecho, cuando la compa??a vitoriana decidi? modernizar la baraja de las familias, no fue para retocar rasgos f?sicos, vestimentas o escenarios, sino para incorporar una nueva familia, para lo que tuvo que tomar una decisi?n que no gust? a todo el mundo.
"Se intent? hacer el mismo formato de baraja, pero con ocho pa?ses, en vez de los siete originales. Eso oblig? a cambiar el n?mero de cartas que compon?an la baraja y se decidi? quitar a los abuelos para meter un nuevo pa?s con su familia. Al final la propuesta fue bastante criticada, no solo por lo de los abuelos, sino porque la nueva familia no ten?a el mismo estilo de dibujo que la original y no tuvo mucho éxito en el mercado. Definitivamente, la familia vikinga no fue bienvenida", explica Pizarro, que aprovecha para comentar que solo Familias de 7 pa?ses se sigue comercializando en la actualidad por parte de Heraclio Fournier, la ?nica empresa que, en los ?ltimos tiempos, produc?a este tipo de barajas.
"A lo largo de m?s de sesenta a?os, marcas como Ediciones Recreativas, Naipes Comas o Editorial Zaragozano, entre otras, sacaron t?tulos muy interesantes que intentaban hacer competencia a la todopoderosa Heraclio Fournier que, hasta el a?o 2021, fue la ?nica que sigui? apostando por editar sus barajas infantiles. Aunque se segu?an vendiendo muy bien, por decisiones comerciales que a veces se escapan de nuestra l?gica, lamentablemente dej? de fabricarlas. Las barajas infantiles, en principio, han llegado a su fin, quiz? por los nuevos modelos de ocio, quiz? porque ya les tocaba", se lamenta Vicente Pizarro que, aunque apunta que hay marcas extranjeras asociadas a Fournier que siguen comercializando algunas barajas semejantes a las que recopila en su libro, los formatos y la mec?nica de juego son diferentes y en su opini?n "sin ning?n encanto".
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