الريــم
03-01-2024, 12:40 PM
El mundo ideal se parece mucho al de los noventa, donde las redes sociales eran bares o salas recreativas y los ‘influenciadores’ no hablaban todos igual ni posaban todos igual ni se hac?an llamar as? porque solo destacaban por jugar muy bien al f?tbol o llevar la primera bomber o te?irse de amarillo por sorpresa. Eran a?os en los que, hasta el 92 (ese glorioso a?o (https://www.sport.es/es/noticias/champions/primera-champions-barcelona-wembley-1992-4227015)), pod?as ir de paquete sin casco en una Variant o lucir manguitos verdes en la Jog, con la cartera y el paquete de tabaco como ?nicos inquilinos de los bolsillos. Los ‘haters’ eran los del otro grupito y poco m?s. El m?vil era ciencia ficci?n y, por supuesto, para quedar bastaba con un “a las siete en la sala”.
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98833824
Eran a?os con poco glamur y mucho menos postureo, pero m?s auténticos. Una época en la que el mundo adulto quedaba lejos y solo los m?s avispados (los trepas de ayer, hoy, ma?ana y siempre) entend?an el futuro y se lo hac?an suyo pagando un precio demasiado alto, su juventud. El resto aprend?a a base de hostias, de caerse y levantarse, sin m?s apoyo que su propia identidad, muchas veces incompleta porque es imposible entender el mundo cuando a?n no formas parte de él. Los felices noventa est?n ah?, imborrables, eternos. Y fue durante esa maravillosa década cuando, para muchos, naci? el Barça.
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92477064
Romario firm? una obra de arte tras un pase de Michael Laudrup en El Sadar en 1993
JAVI FERRANDIZ
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Con Cruyff naci? el Barça moderno: un club ganador, desacomplejado, firme en sus convicciones y cuya personalidad estall? en todo su esplendor gracias a una esencia destilada gota a gota durante décadas. La historia nos dice que somos lo que fuimos y seremos lo que somos. Johan fue un antes y un después (https://www.sport.es/es/noticias/apuestas-deportivas/cruyff-barcelona-historia-amor-cambio-90901455), s?, pero sin antes no existe el después. Esta premisa obliga a quienes hoy escriben el relato blaugrana a ser fieles al pasado y, al mismo tiempo, responsables ante el futuro.
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68794914
Jon Andoni Goikoetxea con la Copa de Europa de 1992
SPORT
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Ese Barça de los noventa se hizo grande porque ya lo era, sustentado en la identidad que le daba su gente, la que acud?a al estadio, la que fumaba puros, la que luc?a sus colores en cada desplazamiento sin pensar en la foto que colgar?a en Instagram. El Barça es quien es por esa gente de Les Corts, pero también de Lleida, Huelva, Murcia, Extremadura, Girona o Arag?n. Sin ellos, ese nuevo estadio, moderno y capacitado para acoger a m?s de 100.000 personas, ser? solo una obra arquitect?nica majestuosa hecha de cemento y ausente de alma. El Barça no se construye gracias a la visita del turista llegado de Tokio vestido con una camiseta cuyo precio supera los cien euros y consume ‘hot dogs’, el Barça es un club cuya esencia nace del kil?metro cero. Cuiden al guiri, m?menle, pero no m?s que a quienes han hecho del Barça ser lo que es. Sin culés, el Barça no existe.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/cules-barca-existe-98844746)
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Eran a?os con poco glamur y mucho menos postureo, pero m?s auténticos. Una época en la que el mundo adulto quedaba lejos y solo los m?s avispados (los trepas de ayer, hoy, ma?ana y siempre) entend?an el futuro y se lo hac?an suyo pagando un precio demasiado alto, su juventud. El resto aprend?a a base de hostias, de caerse y levantarse, sin m?s apoyo que su propia identidad, muchas veces incompleta porque es imposible entender el mundo cuando a?n no formas parte de él. Los felices noventa est?n ah?, imborrables, eternos. Y fue durante esa maravillosa década cuando, para muchos, naci? el Barça.
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Romario firm? una obra de arte tras un pase de Michael Laudrup en El Sadar en 1993
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Con Cruyff naci? el Barça moderno: un club ganador, desacomplejado, firme en sus convicciones y cuya personalidad estall? en todo su esplendor gracias a una esencia destilada gota a gota durante décadas. La historia nos dice que somos lo que fuimos y seremos lo que somos. Johan fue un antes y un después (https://www.sport.es/es/noticias/apuestas-deportivas/cruyff-barcelona-historia-amor-cambio-90901455), s?, pero sin antes no existe el después. Esta premisa obliga a quienes hoy escriben el relato blaugrana a ser fieles al pasado y, al mismo tiempo, responsables ante el futuro.
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Jon Andoni Goikoetxea con la Copa de Europa de 1992
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Ese Barça de los noventa se hizo grande porque ya lo era, sustentado en la identidad que le daba su gente, la que acud?a al estadio, la que fumaba puros, la que luc?a sus colores en cada desplazamiento sin pensar en la foto que colgar?a en Instagram. El Barça es quien es por esa gente de Les Corts, pero también de Lleida, Huelva, Murcia, Extremadura, Girona o Arag?n. Sin ellos, ese nuevo estadio, moderno y capacitado para acoger a m?s de 100.000 personas, ser? solo una obra arquitect?nica majestuosa hecha de cemento y ausente de alma. El Barça no se construye gracias a la visita del turista llegado de Tokio vestido con una camiseta cuyo precio supera los cien euros y consume ‘hot dogs’, el Barça es un club cuya esencia nace del kil?metro cero. Cuiden al guiri, m?menle, pero no m?s que a quienes han hecho del Barça ser lo que es. Sin culés, el Barça no existe.
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