الريــم
02-25-2024, 10:30 PM
Dios se ha vuelto a morir. Dios nos ha dejado de nuevo. El ‘t?o Manolo’, el ?ltimo de los nueve hermanos Pérez de Rozas S?enz de Tejada, acaba de dejarnos. Y lo ha hecho con el silencio, la resignaci?n y la humildad con la que vivi? ?mierda! sus 99 a?os y diez meses, pues en abril cumpl?a, s?, los 100 a?os de historia period?stica, de historia de la fotograf?a (https://www.sport.es/es/temas/fotografias-1842232), de historia de los reporteros Pérez de Rozas.
Manolo era el Pérez de Rozas silencioso, el Pérez de Rozas desconocido, el Pérez de Rozas que nadie conoc?a porque se pas? la vida, 80 de esos 100 a?os, metido, escondido, en el laboratorio gigante del 3? 2? de la Ronda Universidad, 23, la legendaria y ya desaparecida ‘la Ronda’.
Todo el mundo conoc?a (y hasta demasiado) a pap?, al ‘patillas’, a Carlos Pérez de Rozas. Todo el mundo conoc?a a Kike Pérez de Rozas, el guapo de la familia, el pijo, el guay, el moderno de ellos, el de los coches deportivos, el de las fotos deportivas, el amigo de Manolo Santana. Todo el mundo conoc?a al mayor, José Luis, cineasta y hotelero en Mallorca. Pocos se olvidaron de Julio, el c?mara de grandes directores de cine. Y nadie olvidar? jam?s a Rafael, el jefazo de Cifra Gr?fica, el departamento de fotograf?a de la Agendia EFE.
El mago silencioso
Pero nadie, nadie, nadie conoc?a al ‘t?o Manolo', que era el genio, el guardian, el protector, el salvador de todos ellos. ?Por qué?, porque Manolo era el mago del laboratorio, era el genio, el rey de la alquimia, el qu?mico, de afici?n, que elaboraba con sus propios productos los l?quidos para revelar los negativos, las pel?culas de Kodak Plus y Tri-X y, a continuaci?n, hacer magia con sus manos, provocando las sombras que convert?an nuestras fotos defectuosas (algunas, solo algunas) que hab?amos hecho todos los Pérez de Rozas.
El ‘t?o Manolo’ que se ha ido rodeado de sus hijos, Ana y Manuel, de sus nietos y bisnietos, que se ha ido despidiéndose de todos nosotros, eso s?, hace algunos d?as (llevaba d?as que no estaba con nosotros), era el padre, el abuelo y el bisabuelo m?s maravilloso que se puede tener en esta vida. Yo lo puedo decir y ustedes han de creerme: el ‘t?o Manolo’ fue muuuuucho m?s padre de todos nosotros, de los nueve hijos que tuvieron Carlos y Rosario, que nuestro propio padre.
?Por qué?, porque el ‘t?o Manolo’ llegaba a ‘la Ronda’ a las ocho de la ma?ana, nos ayudaba a desayunar, a arreglar nuestras mochilas y a desearnos que el d?a en el colegio, en los colegios, tanto en los Sagrados Corazones (ellos) como en las Franciscanas de la Plaza Universidad (ellas) nos fuera bien. Y, en la medida que curas y/o monjas no nos educaba, nos ense?aba él. Pap? y Kike, su otro hermanos, estaban todo el d?a en danza, haciendo fotos y fotos y fotos por Barcelona.
"Ni?os, me importa poco que se?is ingenieros nucleares: quiero que se?is buena gente"
El ‘t?o Manolo’ nos castigaba (poco, muy poco) en cualquiera de los sillones de la entrada de ‘la Ronda’ cuando se enteraba o comprobaba que hab?amos hecho una trastada o, sobre todo, nos hab?amos comportado mal con un hermano y/o amigo. Mientras sal?a y entraba del cuarto oscuro, mientras extend?a las copias de ‘La Vanguardia’, Cifra Gr?fica, ‘La Soli’ y ‘La Prensa’ sobre nuestras camas, sobre nuestras literas, vigilaba que hiciésemos los deberes.
Por eso digo que se ha ido Dios, de nuevo. El ‘t?o Manolo’ era el protector de sus hermanos. ?l, que manejaba la Leica M3 o la poderosa Hasselblad con la misma habilidad y calidad de pap? o Kike, jam?s sali? a la calle a hacer una foto. ?l era quien mimaba el material de los Pérez de Rozas, ese que permanece a disposici?n de todo el mundo en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona . Eran las manos, sus sombras, sus segundos de exposici?n, sus u?as marrones de tanto manipular las copias en la cubeta del revelador las que convert?an en arte las fotograf?as captadas por los hermanos y sobrinos Pérez de Rozas.
El ‘t?o Manolo’ se ha ido mucho m?s tarde (por suerte) de lo que él hubiese querido. Durante los ?ltimos a?os, pese a mantener su cerebro intacto, prodigioso, sufr?a porque quer?a irse. "Estoy molestando, Emilio, Dios se est? portando muy mal conmigo". Por eso, cuando lo abrazabas para despedirte, te dec?a. “Emilio, t? debes conocer a alguien que arregle esto, que consiga que me acueste y ya no me despierte. Yo estoy estorbando aqu?".
?Estorbar?, él era nuestro padre, el padre de todos, el abuelo, el bisabuelo, el ignorado pero vital, necesario, fundamental Pérez de Rozas. ?l era Dios. ?l nos ense?? a ser buena gente. A él le importaba un pimiento que sus hijos, nietos, bisnietos o sobrinos fuesen genios de algo, ingenieros nucleares, solo quer?a que fuesen “buena gente, Emilio, buena gente”. Lo que fue él: un ignorado, un olvidado, el secreto mejor guardado de los Pérez de Rozas, que si en algo fueron buenos fue en mantener vivo al mejor de ellos, al mago de los l?quidos, al padre protector de todos, de las ocho de la ma?ana a las diez de la noche, los 365 d?as del a?o, los 100 a?os de su existencia.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/ido-tio-manolo-ultimo-desconocido-98650758)
Manolo era el Pérez de Rozas silencioso, el Pérez de Rozas desconocido, el Pérez de Rozas que nadie conoc?a porque se pas? la vida, 80 de esos 100 a?os, metido, escondido, en el laboratorio gigante del 3? 2? de la Ronda Universidad, 23, la legendaria y ya desaparecida ‘la Ronda’.
Todo el mundo conoc?a (y hasta demasiado) a pap?, al ‘patillas’, a Carlos Pérez de Rozas. Todo el mundo conoc?a a Kike Pérez de Rozas, el guapo de la familia, el pijo, el guay, el moderno de ellos, el de los coches deportivos, el de las fotos deportivas, el amigo de Manolo Santana. Todo el mundo conoc?a al mayor, José Luis, cineasta y hotelero en Mallorca. Pocos se olvidaron de Julio, el c?mara de grandes directores de cine. Y nadie olvidar? jam?s a Rafael, el jefazo de Cifra Gr?fica, el departamento de fotograf?a de la Agendia EFE.
El mago silencioso
Pero nadie, nadie, nadie conoc?a al ‘t?o Manolo', que era el genio, el guardian, el protector, el salvador de todos ellos. ?Por qué?, porque Manolo era el mago del laboratorio, era el genio, el rey de la alquimia, el qu?mico, de afici?n, que elaboraba con sus propios productos los l?quidos para revelar los negativos, las pel?culas de Kodak Plus y Tri-X y, a continuaci?n, hacer magia con sus manos, provocando las sombras que convert?an nuestras fotos defectuosas (algunas, solo algunas) que hab?amos hecho todos los Pérez de Rozas.
El ‘t?o Manolo’ que se ha ido rodeado de sus hijos, Ana y Manuel, de sus nietos y bisnietos, que se ha ido despidiéndose de todos nosotros, eso s?, hace algunos d?as (llevaba d?as que no estaba con nosotros), era el padre, el abuelo y el bisabuelo m?s maravilloso que se puede tener en esta vida. Yo lo puedo decir y ustedes han de creerme: el ‘t?o Manolo’ fue muuuuucho m?s padre de todos nosotros, de los nueve hijos que tuvieron Carlos y Rosario, que nuestro propio padre.
?Por qué?, porque el ‘t?o Manolo’ llegaba a ‘la Ronda’ a las ocho de la ma?ana, nos ayudaba a desayunar, a arreglar nuestras mochilas y a desearnos que el d?a en el colegio, en los colegios, tanto en los Sagrados Corazones (ellos) como en las Franciscanas de la Plaza Universidad (ellas) nos fuera bien. Y, en la medida que curas y/o monjas no nos educaba, nos ense?aba él. Pap? y Kike, su otro hermanos, estaban todo el d?a en danza, haciendo fotos y fotos y fotos por Barcelona.
"Ni?os, me importa poco que se?is ingenieros nucleares: quiero que se?is buena gente"
El ‘t?o Manolo’ nos castigaba (poco, muy poco) en cualquiera de los sillones de la entrada de ‘la Ronda’ cuando se enteraba o comprobaba que hab?amos hecho una trastada o, sobre todo, nos hab?amos comportado mal con un hermano y/o amigo. Mientras sal?a y entraba del cuarto oscuro, mientras extend?a las copias de ‘La Vanguardia’, Cifra Gr?fica, ‘La Soli’ y ‘La Prensa’ sobre nuestras camas, sobre nuestras literas, vigilaba que hiciésemos los deberes.
Por eso digo que se ha ido Dios, de nuevo. El ‘t?o Manolo’ era el protector de sus hermanos. ?l, que manejaba la Leica M3 o la poderosa Hasselblad con la misma habilidad y calidad de pap? o Kike, jam?s sali? a la calle a hacer una foto. ?l era quien mimaba el material de los Pérez de Rozas, ese que permanece a disposici?n de todo el mundo en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona . Eran las manos, sus sombras, sus segundos de exposici?n, sus u?as marrones de tanto manipular las copias en la cubeta del revelador las que convert?an en arte las fotograf?as captadas por los hermanos y sobrinos Pérez de Rozas.
El ‘t?o Manolo’ se ha ido mucho m?s tarde (por suerte) de lo que él hubiese querido. Durante los ?ltimos a?os, pese a mantener su cerebro intacto, prodigioso, sufr?a porque quer?a irse. "Estoy molestando, Emilio, Dios se est? portando muy mal conmigo". Por eso, cuando lo abrazabas para despedirte, te dec?a. “Emilio, t? debes conocer a alguien que arregle esto, que consiga que me acueste y ya no me despierte. Yo estoy estorbando aqu?".
?Estorbar?, él era nuestro padre, el padre de todos, el abuelo, el bisabuelo, el ignorado pero vital, necesario, fundamental Pérez de Rozas. ?l era Dios. ?l nos ense?? a ser buena gente. A él le importaba un pimiento que sus hijos, nietos, bisnietos o sobrinos fuesen genios de algo, ingenieros nucleares, solo quer?a que fuesen “buena gente, Emilio, buena gente”. Lo que fue él: un ignorado, un olvidado, el secreto mejor guardado de los Pérez de Rozas, que si en algo fueron buenos fue en mantener vivo al mejor de ellos, al mago de los l?quidos, al padre protector de todos, de las ocho de la ma?ana a las diez de la noche, los 365 d?as del a?o, los 100 a?os de su existencia.
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