الريــم
02-25-2024, 10:20 AM
La letra de una de las canciones m?s bailadas en cada concierto de Bruce Springsteen, el trallazo rock ‘Dancing in the Dark’, es una cruda descripci?n de la depresi?n y de sentimientos de frustraci?n y aislamiento: “Me levanto por la tarde / y no tengo nada que decir / Llego a casa por la ma?ana / y me acuesto sintiéndome igual / Estoy cansado todo el tiempo / t?o, estoy cansado y aburrido de m? mismo / Hey, cari?o, me ir?a bien un poco de ayuda”.
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98314078
En su autobiograf?a de 2016 titulada ‘Born to run’, Springsteen cont? que fue a terapia para tratar su salud mental durante treinta a?os. ‘Dancing in the Dark’, una canci?n de 1984 incluida en su disco ‘Born in the USA’, narra sus problemas para convivir con el éxito, la presi?n que supone intentar vivir a la altura de las expectativas y la sensaci?n de sentirse aislado de la realidad. La canci?n fue un exitazo en un disco que arras? en ventas, en parte gracias al videoclip rodado por Brian De Palma. El v?deo simula una actuaci?n en directo de ‘Dancing in the Dark’ en la que el Boss invita a bailar al escenario a una jovenc?sima Courteney Cox, famosa a?os después por interpretar a Monica en ‘Friends’. Lo que impacta de ese v?deo, de cada concierto en el que Springsteen toca la canci?n, es el baile, la fiesta, el chute de rock en vena, mientras la letra de la canci?n dice: “Miro mi aspecto en el espejo / Quiero cambiar mi ropa, mi pelo, mi cara / T?o, no voy a ninguna parte / Me limito a vivir en un vertedero”. Lo dicho, bailando en la oscuridad.
Después de meses fintando, asistiendo, reboteando y lanzando en un partido crucial que jugaba a solas consigo mismo, Ricky Rubio ha vuelto a las canchas con la selecci?n espa?ola. Se le vio menos musculado que antes de retirarse para tratar problemas de salud mental, pero m?s afinado de lo esperado: 11 puntos y cinco asistencias (https://www.sport.es/es/noticias/seleccion-basket/letonia-amarga-vuelta-ricky-98524541). Lo de menos, por supuesto, fueron las estad?sticas y el resultado del partido. La espléndida noticia es que Ricky vuelve a ser de la partida.
Benito Floro, entrenador del Real Madrid entre 1992 y 1994, fue de los primeros que incluy? a un psic?logo como parte de su equipo técnico, y fue ridiculizado por esos cavern?colas que se hacen llamar hinchas y que conciben el deporte como la continuaci?n por otros medios del duelo a garrotazos de Goya. Por suerte, el mundo hoy no es el de la década de los 90 en muchos aspectos, pero a la salud mental le sigue rodeando un alto componente de estigma social. Es el miedo que genera lo que no sabemos tratar y, por tanto, nos incomoda.
La imagen de los deportistas de éxito, el cliché, el estereotipo, es la de j?venes multimillonarios a los que la vida ha sonre?do: trabajan de lo que les gusta, son multimillonarios gracias a ello, y el dinero y la fama les abre puertas prohibidas al com?n de los mortales. Es cierto, pero esta vida también tiene su cara B: el aislamiento de la realidad, la presi?n por el éxito, el escrutinio de miles de personas en las canchas y en los estadios y en las pantallas, el miedo a fallar, el p?nico a que la devoci?n de los fans de hoy sea la repulsa de ma?ana. “Aquellos recibimientos en Badalona es algo que fue quedando en el olvido porque quer?a dejar atr?s ese sentimiento. Porque si me hubiera dejado llevar por él, me habr?a destruido. Ten?a 18 a?os, fue algo muy duro para m?”, explic? Ricky en una entrevista a ‘The Atlantic’ en referencia a los abucheos con que fue recibido por los aficionados del Joventut durante su primera etapa en el Barça. Para entenderlo, imaginemos c?mo nos sentir?amos si miles de personas nos increpan en una cancha. A los 18 a?os.
No hay dinero ni fama que blinde a los deportistas de la presi?n que impone su trabajo. El hecho de que sea vocacional y que les divierta, si es as?, no resta fuerza a la presi?n. Cada d?a, entreno tras entreno, llevando su cuerpo al l?mite, conviviendo con la monta?a rusa de las lesiones, perfeccionando la técnica, prepar?ndose para un examen cada pocos d?as en el que se enfrentan de forma directa ante la mirada de miles y miles de personas a compa?eros de profesi?n que son al mismo tiempo adversarios y varas de medir. Y as?, a?o tras a?o. De sentirse como una estrella del rock cuando la bola entra a bailar a solas en la oscuridad cuando no.
Bienvenido, Ricky, es una alegr?a tenerte de nuevo en las canchas. ?nimo y fuerza.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/ricky-rubio-bailando-oscuridad-98603365)
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En su autobiograf?a de 2016 titulada ‘Born to run’, Springsteen cont? que fue a terapia para tratar su salud mental durante treinta a?os. ‘Dancing in the Dark’, una canci?n de 1984 incluida en su disco ‘Born in the USA’, narra sus problemas para convivir con el éxito, la presi?n que supone intentar vivir a la altura de las expectativas y la sensaci?n de sentirse aislado de la realidad. La canci?n fue un exitazo en un disco que arras? en ventas, en parte gracias al videoclip rodado por Brian De Palma. El v?deo simula una actuaci?n en directo de ‘Dancing in the Dark’ en la que el Boss invita a bailar al escenario a una jovenc?sima Courteney Cox, famosa a?os después por interpretar a Monica en ‘Friends’. Lo que impacta de ese v?deo, de cada concierto en el que Springsteen toca la canci?n, es el baile, la fiesta, el chute de rock en vena, mientras la letra de la canci?n dice: “Miro mi aspecto en el espejo / Quiero cambiar mi ropa, mi pelo, mi cara / T?o, no voy a ninguna parte / Me limito a vivir en un vertedero”. Lo dicho, bailando en la oscuridad.
Después de meses fintando, asistiendo, reboteando y lanzando en un partido crucial que jugaba a solas consigo mismo, Ricky Rubio ha vuelto a las canchas con la selecci?n espa?ola. Se le vio menos musculado que antes de retirarse para tratar problemas de salud mental, pero m?s afinado de lo esperado: 11 puntos y cinco asistencias (https://www.sport.es/es/noticias/seleccion-basket/letonia-amarga-vuelta-ricky-98524541). Lo de menos, por supuesto, fueron las estad?sticas y el resultado del partido. La espléndida noticia es que Ricky vuelve a ser de la partida.
Benito Floro, entrenador del Real Madrid entre 1992 y 1994, fue de los primeros que incluy? a un psic?logo como parte de su equipo técnico, y fue ridiculizado por esos cavern?colas que se hacen llamar hinchas y que conciben el deporte como la continuaci?n por otros medios del duelo a garrotazos de Goya. Por suerte, el mundo hoy no es el de la década de los 90 en muchos aspectos, pero a la salud mental le sigue rodeando un alto componente de estigma social. Es el miedo que genera lo que no sabemos tratar y, por tanto, nos incomoda.
La imagen de los deportistas de éxito, el cliché, el estereotipo, es la de j?venes multimillonarios a los que la vida ha sonre?do: trabajan de lo que les gusta, son multimillonarios gracias a ello, y el dinero y la fama les abre puertas prohibidas al com?n de los mortales. Es cierto, pero esta vida también tiene su cara B: el aislamiento de la realidad, la presi?n por el éxito, el escrutinio de miles de personas en las canchas y en los estadios y en las pantallas, el miedo a fallar, el p?nico a que la devoci?n de los fans de hoy sea la repulsa de ma?ana. “Aquellos recibimientos en Badalona es algo que fue quedando en el olvido porque quer?a dejar atr?s ese sentimiento. Porque si me hubiera dejado llevar por él, me habr?a destruido. Ten?a 18 a?os, fue algo muy duro para m?”, explic? Ricky en una entrevista a ‘The Atlantic’ en referencia a los abucheos con que fue recibido por los aficionados del Joventut durante su primera etapa en el Barça. Para entenderlo, imaginemos c?mo nos sentir?amos si miles de personas nos increpan en una cancha. A los 18 a?os.
No hay dinero ni fama que blinde a los deportistas de la presi?n que impone su trabajo. El hecho de que sea vocacional y que les divierta, si es as?, no resta fuerza a la presi?n. Cada d?a, entreno tras entreno, llevando su cuerpo al l?mite, conviviendo con la monta?a rusa de las lesiones, perfeccionando la técnica, prepar?ndose para un examen cada pocos d?as en el que se enfrentan de forma directa ante la mirada de miles y miles de personas a compa?eros de profesi?n que son al mismo tiempo adversarios y varas de medir. Y as?, a?o tras a?o. De sentirse como una estrella del rock cuando la bola entra a bailar a solas en la oscuridad cuando no.
Bienvenido, Ricky, es una alegr?a tenerte de nuevo en las canchas. ?nimo y fuerza.
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