الريــم
02-21-2024, 12:10 AM
Han tenido que pasar doce a?os desde su fallecimiento, transitar el duelo que conlleva la desaparici?n de un creador eterno y esperar a que llegase este momento, la hora de su centenario, para recuperar como se merece la figura de Antoni Tàpies (https://www.epe.es/es/cultura/20240220/reina-sofia-celebra-centenario-tapies-mayor-retrospectiva-98425936), quiz? el nombre m?s importante del arte espa?ol de la segunda mitad del siglo XX. Las celebraciones aparejadas a ese aniversario han tenido su puesta de largo este martes en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof?a, donde se ha presentado Antoni Tàpies. La pr?ctica del arte, la mayor retrospectiva del artista hasta el momento y en la que ejerce como comisario quien ha sido director tanto del museo madrile?o como de la propia Fundaci?n Tàpies de Barcelona, Manuel Borja-Villel.
La exposici?n, que re?ne m?s de 220 obras del artista catal?n, es para el Reina “una fiesta”, como la ha definido el sucesor de Borja-Villel y actual director del centro, Manuel Segade, y permite, seg?n él, “trazar un mapa de las colecciones p?blicas y privadas de todo el mundo que incluyen su trabajo, una extensa geograf?a que demuestra en s? misma el peso del artista a nivel global”. Llega después de pasar el a?o pasado por Bruselas, aprovechando la presidencia espa?ola del Consejo de la UE, y saltar? después a su propia casa, la fundaci?n del artista en la Ciudad Condal, si bien en ambos casos en formatos m?s reducidos que el de Madrid, porque las propias condiciones del Reina permiten aqu? albergar m?s obras, sobre todo las de mayor tama?o. Aunque el centenario de Tàpies se cumpli? el 13 de diciembre pasado, a la capital ha llegado justo a tiempo para los fastos de ARCOmadrid, cuando la ciudad se llena de arte contempor?neo y de los visitantes asociados a la feria, que sin duda reservar?n unos minutos para hacer parada en el museo de Atocha.
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'Autorretrato' (1945) de Tàpies, una de las obras que abre la exposici?n.
/ ARCHIVO FOTOGR?FICO DEL MUSEO REINA SOF?A
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El despliegue est? a la altura de un artista “monumental, enorme”, seg?n Borja-Villel, que tiene una producci?n catalogada de m?s de 9.000 obras y que, desde los a?os 50, ha sido expuesto en los m?s importantes museos y galer?as de arte contempor?neo del mundo. Pocos creadores espa?oles han tenido una presencia tan poderosa m?s all? de nuestras fronteras, y eso se puede constatar en las salas del Reina Sof?a, con obras llegada de todos los rincones del planeta. El visitante podr? contemplar muchas que no se hab?an visto nunca en Espa?a o que no se hab?an visto juntas, desde el Tàpies m?s ?ntimo de la Serie Teresa, la colecci?n de dibujos de temas sexuales y cotidianos de los a?os 60 que traza un retrato de la relaci?n con su mujer, Teresa Barba, y que est?n en manos de una colecci?n privada, al artista m?s p?blico y monumental de sus obras matéricas de grandes dimensiones, algunas de las cuales han cedido organismos p?blicos espa?oles y extranjeros.
Movimientos paralelos
Fue Tàpies un creador reconocido fundamentalmente por sus experimentos con la materia y por su exploraci?n del lenguaje y de lo simb?lico, por sus aproximaciones al arte y a las religiones orientales y por bordear diferentes movimientos de los que a veces fue miembro sin querer y otras anticipador o simplemente contempor?neo. Del informalismo se le considera uno de los principales exponentes mundiales, aunque él no se sintiese c?modo con el término y se considerase un artista m?s realista que abstracto. El arte povera italiano lleg? después de que él comenzase a jugar con los materiales m?s humildes, como en sus enormes d?pticos de cart?n y en tantas obras hechas con deshechos. Y con el pop art comparti? la utilizaci?n de objetos tan cotidianos, siempre reales, como sillas, armarios, vajillas o ropa.
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Vista de la exposici?n con algunas de sus obras de los a?os 60.
/ ARCHIVO FOTOGR?FICO DEL MUSEO REINA SOF?A
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El catal?n fue adem?s un artista de dicotom?as: en él habitan la ciencia y el esp?ritu, el instinto y la reflexi?n m?s intelectual, lo banal y lo sublime, lo figurativo y lo abstracto, la vida (el amor) y la muerte. Visto desde el momento actual, en Tàpies conviven adem?s el pasado y el presente, porque el catal?n es “un artista que explica la historia de este pa?s y la historia de Europa desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, pero también un artista que se puede ver desde hoy en d?a, y cuyas ideas, pulsiones y l?neas de trabajo tienen todo el sentido o m?s en la actualidad, cuando le sacamos el contexto hist?rico”, asegura Borja-Villel. Algo en lo que est? de acuerdo Inma Prieto, actual directora de la Fundaci?n Tàpies, que explicaba a este diario tras la presentaci?n cu?l puede ser una de esas conexiones con el tiempo presente: “Uno de los grandes retos de la contemporaneidad es sin duda el tema medioambiental. Todo el mundo sabe lo que significa reciclaje. Y quiz? Tàpies fue uno de los primeros en llevarlo a cabo, solo que el concepto no exist?a”.
La muestra traza un recorrido cronol?gico por la obra del artista. Aunque sus inicios son quiz? la parte m?s figurativa de su carrera, es curioso que la primera obra con la que se topa el visitante, Caja de cordeles (1946), sea una pieza abstracta en la que el juego es con la propia materia, en este caso textil, anticipando algo que adquirir? protagonismo en su trabajo diez a?os después. Le siguen sus magn?ficos autorretratos, casi todos dibujos, pero con alguna pintura entre ellos que demuestra que, cuando jugaba en terrenos m?s tradicionales, pose?a un dominio de la técnica a la altura de los mejores. En esos comienzos, durante los a?os 40, son evidentes la influencia de Matisse, de Picasso, de Kandinski o de Mir?. Es el Tàpies que se vincula al movimiento Dau al Set, al imbuido de surrealismo v?a Juan Eduardo Cirlot y en el que aparece el aprecio por los objetos africanos, por la magia y por la fantas?a.
Materia y pol?tica
Los a?os 50 est?n marcados por su estancia en Par?s, que le pone en contacto con las diferentes vanguardias internacionales y donde va abandonando la figuraci?n para centrarse en el trabajo con la materia al tiempo que va obteniendo reconocimiento internacional: la Bienal de Venecia o las primeras exposiciones en Francia y en EEUU, a las que seguir?n muchos m?s. Dominan aqu? los ocres, grises o marrones, aparecen los pegotes de pintura, las perforaciones sobre la superficie de la obra, las inscripciones a menudo dif?ciles de descifrar. Esa exploraci?n contin?a a lo largo de la década siguiente, en la que se percibe su interés tanto por las cosas de la vida cotidiana como por el propio cuerpo: su impresionante Materia en forma de pie (1965) o su Materia en forma de axila (1968), vello incluido, son dos ejemplos emblem?ticos. Es también cuando se consolida el Tàpies de los objetos: su Silla y ropa (1970), una silla real cubierta por diferentes prendas también auténticas, es uno de los pocos que recoge esta exposici?n que se ha centrado m?s en la pintura.
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98430058
La obra 'El esp?ritu catal?n' y, a su lado, la 'Pila de platos' de los capuchinos.
/ ARCHIVO FOTOGR?FICO DEL MUSEO REINA SOF?A
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En la década siguiente cristaliza el Tàpies pol?tico que lucha contra el franquismo y por el reconocimiento de la identidad catalana. Una de las salas de la exposici?n alberga sus piezas m?s conocidas de ese periodo. Junto a El esp?ritu catal?n (1971), evocaci?n de la senyera, est?n los platos apilados en los que com?a durante el encierro que el artista mantuvo junto a otros intelectuales en el Convento de los Capuchinos de Sarri?. En los flancos de la sala, A la memoria de Salvador Puig Antich (1974), recuerdo del joven anarquista ejecutado aquel a?o, y 7 de noviembre, en referencia a la Assemblea de Catalunya reunida en esa fecha de 1971, primera plataforma de oposici?n democr?tica a la dictadura que tuvo un apoyo popular masivo. Llegada y consolidada la democracia, los 80 suponen su regreso a los experimentos con la materia, con su serie de cuadros con barnices que parecen miel, y en los 90 y 2000s, cuando el artista anciano sigue trabajando a pesar de los achaques, sus obras est?n profundamente marcadas por el sufrimiento, el dolor y la idea de la muerte, que se hacen muy f?sicos en piezas como Cuerpo y alambre (1996) o Ni puertas ni ventanas (1993), en la que es protagonista el cabecero de una cama de hospital.
“Cuando un artista fallece, cuando desaparece f?sicamente, su obra queda un poco en segundo plano”, comentaba Antoni Tàpies hijo a este peri?dico rodeado por obras monumentales de su padre. “Este centenario va a ser muy importante para volverlo a poner en primer plano y que nuevas generaciones la conozcan”. ?Con qué se encontrar?n? “Pueden descubrir muchas cosas. Pero la obra de mi padre sigue siendo muy actual. Ya en su momento él se planteaba cuestiones como la falta de democracia, las guerras horrorosas… Por desgracia, esto no ha terminado”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/reina-sofia-celebra-centenario-tapies-artista-catalan-98430134)
La exposici?n, que re?ne m?s de 220 obras del artista catal?n, es para el Reina “una fiesta”, como la ha definido el sucesor de Borja-Villel y actual director del centro, Manuel Segade, y permite, seg?n él, “trazar un mapa de las colecciones p?blicas y privadas de todo el mundo que incluyen su trabajo, una extensa geograf?a que demuestra en s? misma el peso del artista a nivel global”. Llega después de pasar el a?o pasado por Bruselas, aprovechando la presidencia espa?ola del Consejo de la UE, y saltar? después a su propia casa, la fundaci?n del artista en la Ciudad Condal, si bien en ambos casos en formatos m?s reducidos que el de Madrid, porque las propias condiciones del Reina permiten aqu? albergar m?s obras, sobre todo las de mayor tama?o. Aunque el centenario de Tàpies se cumpli? el 13 de diciembre pasado, a la capital ha llegado justo a tiempo para los fastos de ARCOmadrid, cuando la ciudad se llena de arte contempor?neo y de los visitantes asociados a la feria, que sin duda reservar?n unos minutos para hacer parada en el museo de Atocha.
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'Autorretrato' (1945) de Tàpies, una de las obras que abre la exposici?n.
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El despliegue est? a la altura de un artista “monumental, enorme”, seg?n Borja-Villel, que tiene una producci?n catalogada de m?s de 9.000 obras y que, desde los a?os 50, ha sido expuesto en los m?s importantes museos y galer?as de arte contempor?neo del mundo. Pocos creadores espa?oles han tenido una presencia tan poderosa m?s all? de nuestras fronteras, y eso se puede constatar en las salas del Reina Sof?a, con obras llegada de todos los rincones del planeta. El visitante podr? contemplar muchas que no se hab?an visto nunca en Espa?a o que no se hab?an visto juntas, desde el Tàpies m?s ?ntimo de la Serie Teresa, la colecci?n de dibujos de temas sexuales y cotidianos de los a?os 60 que traza un retrato de la relaci?n con su mujer, Teresa Barba, y que est?n en manos de una colecci?n privada, al artista m?s p?blico y monumental de sus obras matéricas de grandes dimensiones, algunas de las cuales han cedido organismos p?blicos espa?oles y extranjeros.
Movimientos paralelos
Fue Tàpies un creador reconocido fundamentalmente por sus experimentos con la materia y por su exploraci?n del lenguaje y de lo simb?lico, por sus aproximaciones al arte y a las religiones orientales y por bordear diferentes movimientos de los que a veces fue miembro sin querer y otras anticipador o simplemente contempor?neo. Del informalismo se le considera uno de los principales exponentes mundiales, aunque él no se sintiese c?modo con el término y se considerase un artista m?s realista que abstracto. El arte povera italiano lleg? después de que él comenzase a jugar con los materiales m?s humildes, como en sus enormes d?pticos de cart?n y en tantas obras hechas con deshechos. Y con el pop art comparti? la utilizaci?n de objetos tan cotidianos, siempre reales, como sillas, armarios, vajillas o ropa.
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Vista de la exposici?n con algunas de sus obras de los a?os 60.
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El catal?n fue adem?s un artista de dicotom?as: en él habitan la ciencia y el esp?ritu, el instinto y la reflexi?n m?s intelectual, lo banal y lo sublime, lo figurativo y lo abstracto, la vida (el amor) y la muerte. Visto desde el momento actual, en Tàpies conviven adem?s el pasado y el presente, porque el catal?n es “un artista que explica la historia de este pa?s y la historia de Europa desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, pero también un artista que se puede ver desde hoy en d?a, y cuyas ideas, pulsiones y l?neas de trabajo tienen todo el sentido o m?s en la actualidad, cuando le sacamos el contexto hist?rico”, asegura Borja-Villel. Algo en lo que est? de acuerdo Inma Prieto, actual directora de la Fundaci?n Tàpies, que explicaba a este diario tras la presentaci?n cu?l puede ser una de esas conexiones con el tiempo presente: “Uno de los grandes retos de la contemporaneidad es sin duda el tema medioambiental. Todo el mundo sabe lo que significa reciclaje. Y quiz? Tàpies fue uno de los primeros en llevarlo a cabo, solo que el concepto no exist?a”.
La muestra traza un recorrido cronol?gico por la obra del artista. Aunque sus inicios son quiz? la parte m?s figurativa de su carrera, es curioso que la primera obra con la que se topa el visitante, Caja de cordeles (1946), sea una pieza abstracta en la que el juego es con la propia materia, en este caso textil, anticipando algo que adquirir? protagonismo en su trabajo diez a?os después. Le siguen sus magn?ficos autorretratos, casi todos dibujos, pero con alguna pintura entre ellos que demuestra que, cuando jugaba en terrenos m?s tradicionales, pose?a un dominio de la técnica a la altura de los mejores. En esos comienzos, durante los a?os 40, son evidentes la influencia de Matisse, de Picasso, de Kandinski o de Mir?. Es el Tàpies que se vincula al movimiento Dau al Set, al imbuido de surrealismo v?a Juan Eduardo Cirlot y en el que aparece el aprecio por los objetos africanos, por la magia y por la fantas?a.
Materia y pol?tica
Los a?os 50 est?n marcados por su estancia en Par?s, que le pone en contacto con las diferentes vanguardias internacionales y donde va abandonando la figuraci?n para centrarse en el trabajo con la materia al tiempo que va obteniendo reconocimiento internacional: la Bienal de Venecia o las primeras exposiciones en Francia y en EEUU, a las que seguir?n muchos m?s. Dominan aqu? los ocres, grises o marrones, aparecen los pegotes de pintura, las perforaciones sobre la superficie de la obra, las inscripciones a menudo dif?ciles de descifrar. Esa exploraci?n contin?a a lo largo de la década siguiente, en la que se percibe su interés tanto por las cosas de la vida cotidiana como por el propio cuerpo: su impresionante Materia en forma de pie (1965) o su Materia en forma de axila (1968), vello incluido, son dos ejemplos emblem?ticos. Es también cuando se consolida el Tàpies de los objetos: su Silla y ropa (1970), una silla real cubierta por diferentes prendas también auténticas, es uno de los pocos que recoge esta exposici?n que se ha centrado m?s en la pintura.
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La obra 'El esp?ritu catal?n' y, a su lado, la 'Pila de platos' de los capuchinos.
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En la década siguiente cristaliza el Tàpies pol?tico que lucha contra el franquismo y por el reconocimiento de la identidad catalana. Una de las salas de la exposici?n alberga sus piezas m?s conocidas de ese periodo. Junto a El esp?ritu catal?n (1971), evocaci?n de la senyera, est?n los platos apilados en los que com?a durante el encierro que el artista mantuvo junto a otros intelectuales en el Convento de los Capuchinos de Sarri?. En los flancos de la sala, A la memoria de Salvador Puig Antich (1974), recuerdo del joven anarquista ejecutado aquel a?o, y 7 de noviembre, en referencia a la Assemblea de Catalunya reunida en esa fecha de 1971, primera plataforma de oposici?n democr?tica a la dictadura que tuvo un apoyo popular masivo. Llegada y consolidada la democracia, los 80 suponen su regreso a los experimentos con la materia, con su serie de cuadros con barnices que parecen miel, y en los 90 y 2000s, cuando el artista anciano sigue trabajando a pesar de los achaques, sus obras est?n profundamente marcadas por el sufrimiento, el dolor y la idea de la muerte, que se hacen muy f?sicos en piezas como Cuerpo y alambre (1996) o Ni puertas ni ventanas (1993), en la que es protagonista el cabecero de una cama de hospital.
“Cuando un artista fallece, cuando desaparece f?sicamente, su obra queda un poco en segundo plano”, comentaba Antoni Tàpies hijo a este peri?dico rodeado por obras monumentales de su padre. “Este centenario va a ser muy importante para volverlo a poner en primer plano y que nuevas generaciones la conozcan”. ?Con qué se encontrar?n? “Pueden descubrir muchas cosas. Pero la obra de mi padre sigue siendo muy actual. Ya en su momento él se planteaba cuestiones como la falta de democracia, las guerras horrorosas… Por desgracia, esto no ha terminado”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/reina-sofia-celebra-centenario-tapies-artista-catalan-98430134)