الريــم
02-18-2024, 11:10 AM
En un pa?s donde la estabilidad pol?tica se ha vuelto imposible (desde 2015 se han celebrado en Espa?a 19 procesos electorales, entre legislativas, auton?micas y municipales), Galicia (https://www.sport.es/es/temas/incendios-en-galicia-1952974) acude hoy a las urnas. Y lo hace en medio de una gran incertidumbre respecto a los resultados, lo que también desde 2015 se ha convertido en una constante. La din?mica de bloques instalada en la pol?tica espa?ola ha provocado una intensa polarizaci?n, pero también ha hecho que, a despecho de encuestas, cada comicio esté abierto a la sorpresa. Cuando la primac?a no se decide entre dos grandes partidos, sino entre dos grandes bloques, las posibilidades de cambio se multiplican. El momento de efervescencia de los nacionalismos periféricos, de un lado, y el renacido nacionalismo espa?ol, del otro, no ha hecho sino solidificar esa divisi?n en bloques, que ya no se mueven solo en el eje tradicional derecha e izquierda (Junts y el PNV forman parte de la mayor?a que mantiene a Pedro S?nchez en La Moncloa), pero tampoco se definen por el enfrentamiento entre los de arriba y los de abajo, como pregonaba el extinto Pablo Iglesias. Todo es mucho m?s complejo. En todo caso, ya no se trata nunca en unas elecciones de ganar a la opci?n rival, sino de impedir a toda costa que ésta gobierne. Parece lo mismo, pero no lo es.
La mayor?a de las encuestas publicadas coinciden en pronosticar una merma de esca?os del PP, que dispone ahora de 42 diputados, un crecimiento del BNG (https://www.sport.es/es/temas/bng-1861487)y una ca?da de los socialistas, que no salen de la tercera plaza a la que descendieron en 2016. En un sistema electoral menos duro que el valenciano, pero que a?n as? pone el list?n para entrar en el Parlamento muy alto (5% de los votos de una provincia), otras fuerzas (Sumar, Podemos, Vox) tienen muy dif?cil lograr representaci?n. S?lo Democracia Ourensana acaricia la posibilidad, remota pero real, de obtener un diputado que, de ser elegido, podr?a acabar siendo decisivo. Sus l?deres, ojo al dato, han declarado textualmente estar dispuestos a pactar “con el diablo”. Si llega el caso, habr? que ver a quién le ven la capa y el rabo.
Esos mismos sondeos también se?alan que el PP conserva notables posibilidades, aun reduciendo su representaci?n, de mantener la mayor?a absoluta, fijada en 38 diputados. Pero, aunque sea menos probable, cabe que el PP no llegue a esos 38 esca?os y la suma de BNG y los socialistas dé para investir a la l?der nacionalista, Ana Pont?n, como nueva presidenta gallega. Los efectos de ese se?smo, que har?a que por primera vez las tres comunidades hist?ricas (Catalu?a, Pa?s Vasco y Galicia) estuvieran gobernadas por nacionalistas con el auxilio, directo o indirecto pero efectivo en todos los casos, del PSOE, son dif?ciles de predecir. Pero sin duda volver?an a cambiarlo todo. Vayamos por partes:
Pase lo que pase, estas elecciones ratificar?n el cainismo que convierte a la izquierda extramuros del PSOE en cada vez m?s irrelevante, tanto a la hora de posibles alianzas como para sus propios votantes. Dec?amos antes que en Espa?a, elecci?n a elecci?n, no se trata tanto de ganar como de que el otro no gobierne. En el caso de Sumar (https://www.sport.es/es/temas/sumar-1837791)yPodemos (https://www.sport.es/es/temas/podemos-1836263), no compiten por ganarle a la derecha sino por exterminar al mayor n?mero de camaradas posible, en la m?s pura tradici?n estalinista. La guerra civil cobra mayor relevancia por el hecho de que Galicia es la tierra de Yolanda D?az. Y arroja a los socialistas, m?s a?n si cabe, en brazos de los nacionalistas.
Dado que les gusta tanto recurrir a la Historia, aunque sea para manipularla a voluntad, habr? que decir que Vox (https://www.sport.es/es/temas/vox-1834855) es un fen?meno que se circunscribe al territorio de la antigua Corona de Castilla. Fuera de ese per?metro, existe s?lo de forma muy limitada. All? donde el PP est? fuerte, la ultraderecha de Santiago Abascal flaquea. Y en Catalu?a, Pa?s Vasco o Galicia su avance est? muy comprometido. Eso no significa que no puedan, en un momento determinado, tener la manija. Ha pasado en Baleares o en la Comunitat Valenciana, territorios ambos con lengua y cultura propias y parte de la antigua Corona de Arag?n. Pero todo indica que eso, sobre todo en Valencia, ser? flor de una legislatura. Galicia, si contin?a sin representaci?n, puede marcar el definitivo declive de Vox. Lo que no significa que la ultraderecha que representa no encuentre otras v?as para seguir incidiendo en la pol?tica espa?ola.
Los socialistas est?n en un proceso de transformaci?n no debatido ni aprobado en ninguno de sus congresos. Alfonso Guerra siempre se declar? jacobino. Pero el verdadero centralista ha resultado ser Pedro S?nchez (https://www.sport.es/es/temas/pedro-sanchez-1834922). M?s all? del habitual error de la izquierda espa?ola de confundir nacionalismo con progresismo por el mero hecho de que también los nacionalistas sufrieron persecuci?n durante el franquismo (hubo curas represaliados, pero a la izquierda nunca se le ha ocurrido considerar por eso “progresista” a la Iglesia de Roma), S?nchez ha hecho una ecuaci?n sencilla: convertir al PSOE en fuerza auxiliar de los nacionalistas en la “periferia” a cambio de que éstos lo sean de él en Madrid. ?Acaso eso no hab?a sido as? antes? Claro: Gonz?lez, Aznar, Zapatero y el propio Rajoy jugaron a ese juego. Pero el PSOE, a diferencia del PP, nunca hab?a renunciado a ser actor principal en todos y cada uno de los territorios como lo est? haciendo ahora, donde en todas las comunidades la acci?n del partido est? s?lo supeditada a la c?pula de Madrid. Lo ocurrido en el PSPV, con Ferraz decidiendo su futuro, es s?lo un s?ntoma. M?s llamativo (e importante) es lo que est? pasando en Catalu?a. ?Alguien sabe algo del PSC y de su l?der, Salvador Illa, desaparecidos por completo del debate pol?tico justo cuando Catalu?a es el alfa y omega de todo?
El nacionalismo est? también en un continuo proceso de resignificaci?n, ahora que est? de moda el palabro. Y con ello, se reposiciona. Pont?n, la l?der del BNG, no ha hecho una campa?a “identitaria”. No ha dicho, “v?tenme, que soy gallega”. Ha dicho: “v?tenme, que puedo hacer mejor las cosas y soy la ?nica que puede cambiarlas”. Eso le ampl?a *sobremanera el horizonte: ahora pueden votarle todos los descontentos con el PP, sean nacionalistas o no. Buen negocio.
*Feij?o (https://www.sport.es/es/temas/alberto-nunez-feijoo-1834841). Ay. El PP es el partido que se juega de verdad algo en las elecciones que se celebran hoy en Galicia, la tierra de la que procede el l?der de los populares. Si el PP retrocede, aunque conserve el gobierno, malo. Pero si pierde la Xunta, para los populares ser? una cat?strofe. En los ?ltimos d?as, el PP gallego ha dado muestras evidentes de nerviosismo, agarr?ndose a clavos ardiendo como el de que el resultado del BNG no va a ser tan bueno como pronostican las encuestas porque una parte importante de su voto procede de los j?venes y los j?venes, como se sabe, a la hora de la verdad son los que m?s se abstienen. Bueno. Vale. Pero, en todo caso, no es Alfonso Rueda, ocurra lo que ocurra, el que est? en cuesti?n. Es Feij?o. El expresidente gallego, catapultado sin demasiado convencimiento y sin equipo al escenario nacional, ha roto la campa?a con sus incre?blemente extempor?neas*confesiones a una legi?n de periodistas con los que a diario convive en Madrid, pero a los que invit? a comer en Galicia para decirles, en definitiva, que él también pactar?a con Puigdemont. Eso, en s? mismo, no creo que influya demasiado en el voto de los gallegos. Pero ha hecho imposible la segunda semana de campa?a a Rueda, ahora que las campa?as electorales vuelven a ser decisivas. Si, pese a todo, el PP mantiene la mayor?a absoluta, ser? una buena noticia no s?lo para los populares, sino para la pol?tica espa?ola en general: significar? que el PP puede empezar a desprenderse del corsé de Vox y adoptar un discurso m?s razonable, sin miedo a perder por ello. Pero si no es as?, Feij?o caer? irremisiblemente y la derecha espa?ola volver? a entrar en una crisis de la que nada bueno se puede esperar.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/llueve-galicia-empapa-98318955)
La mayor?a de las encuestas publicadas coinciden en pronosticar una merma de esca?os del PP, que dispone ahora de 42 diputados, un crecimiento del BNG (https://www.sport.es/es/temas/bng-1861487)y una ca?da de los socialistas, que no salen de la tercera plaza a la que descendieron en 2016. En un sistema electoral menos duro que el valenciano, pero que a?n as? pone el list?n para entrar en el Parlamento muy alto (5% de los votos de una provincia), otras fuerzas (Sumar, Podemos, Vox) tienen muy dif?cil lograr representaci?n. S?lo Democracia Ourensana acaricia la posibilidad, remota pero real, de obtener un diputado que, de ser elegido, podr?a acabar siendo decisivo. Sus l?deres, ojo al dato, han declarado textualmente estar dispuestos a pactar “con el diablo”. Si llega el caso, habr? que ver a quién le ven la capa y el rabo.
Esos mismos sondeos también se?alan que el PP conserva notables posibilidades, aun reduciendo su representaci?n, de mantener la mayor?a absoluta, fijada en 38 diputados. Pero, aunque sea menos probable, cabe que el PP no llegue a esos 38 esca?os y la suma de BNG y los socialistas dé para investir a la l?der nacionalista, Ana Pont?n, como nueva presidenta gallega. Los efectos de ese se?smo, que har?a que por primera vez las tres comunidades hist?ricas (Catalu?a, Pa?s Vasco y Galicia) estuvieran gobernadas por nacionalistas con el auxilio, directo o indirecto pero efectivo en todos los casos, del PSOE, son dif?ciles de predecir. Pero sin duda volver?an a cambiarlo todo. Vayamos por partes:
Pase lo que pase, estas elecciones ratificar?n el cainismo que convierte a la izquierda extramuros del PSOE en cada vez m?s irrelevante, tanto a la hora de posibles alianzas como para sus propios votantes. Dec?amos antes que en Espa?a, elecci?n a elecci?n, no se trata tanto de ganar como de que el otro no gobierne. En el caso de Sumar (https://www.sport.es/es/temas/sumar-1837791)yPodemos (https://www.sport.es/es/temas/podemos-1836263), no compiten por ganarle a la derecha sino por exterminar al mayor n?mero de camaradas posible, en la m?s pura tradici?n estalinista. La guerra civil cobra mayor relevancia por el hecho de que Galicia es la tierra de Yolanda D?az. Y arroja a los socialistas, m?s a?n si cabe, en brazos de los nacionalistas.
Dado que les gusta tanto recurrir a la Historia, aunque sea para manipularla a voluntad, habr? que decir que Vox (https://www.sport.es/es/temas/vox-1834855) es un fen?meno que se circunscribe al territorio de la antigua Corona de Castilla. Fuera de ese per?metro, existe s?lo de forma muy limitada. All? donde el PP est? fuerte, la ultraderecha de Santiago Abascal flaquea. Y en Catalu?a, Pa?s Vasco o Galicia su avance est? muy comprometido. Eso no significa que no puedan, en un momento determinado, tener la manija. Ha pasado en Baleares o en la Comunitat Valenciana, territorios ambos con lengua y cultura propias y parte de la antigua Corona de Arag?n. Pero todo indica que eso, sobre todo en Valencia, ser? flor de una legislatura. Galicia, si contin?a sin representaci?n, puede marcar el definitivo declive de Vox. Lo que no significa que la ultraderecha que representa no encuentre otras v?as para seguir incidiendo en la pol?tica espa?ola.
Los socialistas est?n en un proceso de transformaci?n no debatido ni aprobado en ninguno de sus congresos. Alfonso Guerra siempre se declar? jacobino. Pero el verdadero centralista ha resultado ser Pedro S?nchez (https://www.sport.es/es/temas/pedro-sanchez-1834922). M?s all? del habitual error de la izquierda espa?ola de confundir nacionalismo con progresismo por el mero hecho de que también los nacionalistas sufrieron persecuci?n durante el franquismo (hubo curas represaliados, pero a la izquierda nunca se le ha ocurrido considerar por eso “progresista” a la Iglesia de Roma), S?nchez ha hecho una ecuaci?n sencilla: convertir al PSOE en fuerza auxiliar de los nacionalistas en la “periferia” a cambio de que éstos lo sean de él en Madrid. ?Acaso eso no hab?a sido as? antes? Claro: Gonz?lez, Aznar, Zapatero y el propio Rajoy jugaron a ese juego. Pero el PSOE, a diferencia del PP, nunca hab?a renunciado a ser actor principal en todos y cada uno de los territorios como lo est? haciendo ahora, donde en todas las comunidades la acci?n del partido est? s?lo supeditada a la c?pula de Madrid. Lo ocurrido en el PSPV, con Ferraz decidiendo su futuro, es s?lo un s?ntoma. M?s llamativo (e importante) es lo que est? pasando en Catalu?a. ?Alguien sabe algo del PSC y de su l?der, Salvador Illa, desaparecidos por completo del debate pol?tico justo cuando Catalu?a es el alfa y omega de todo?
El nacionalismo est? también en un continuo proceso de resignificaci?n, ahora que est? de moda el palabro. Y con ello, se reposiciona. Pont?n, la l?der del BNG, no ha hecho una campa?a “identitaria”. No ha dicho, “v?tenme, que soy gallega”. Ha dicho: “v?tenme, que puedo hacer mejor las cosas y soy la ?nica que puede cambiarlas”. Eso le ampl?a *sobremanera el horizonte: ahora pueden votarle todos los descontentos con el PP, sean nacionalistas o no. Buen negocio.
*Feij?o (https://www.sport.es/es/temas/alberto-nunez-feijoo-1834841). Ay. El PP es el partido que se juega de verdad algo en las elecciones que se celebran hoy en Galicia, la tierra de la que procede el l?der de los populares. Si el PP retrocede, aunque conserve el gobierno, malo. Pero si pierde la Xunta, para los populares ser? una cat?strofe. En los ?ltimos d?as, el PP gallego ha dado muestras evidentes de nerviosismo, agarr?ndose a clavos ardiendo como el de que el resultado del BNG no va a ser tan bueno como pronostican las encuestas porque una parte importante de su voto procede de los j?venes y los j?venes, como se sabe, a la hora de la verdad son los que m?s se abstienen. Bueno. Vale. Pero, en todo caso, no es Alfonso Rueda, ocurra lo que ocurra, el que est? en cuesti?n. Es Feij?o. El expresidente gallego, catapultado sin demasiado convencimiento y sin equipo al escenario nacional, ha roto la campa?a con sus incre?blemente extempor?neas*confesiones a una legi?n de periodistas con los que a diario convive en Madrid, pero a los que invit? a comer en Galicia para decirles, en definitiva, que él también pactar?a con Puigdemont. Eso, en s? mismo, no creo que influya demasiado en el voto de los gallegos. Pero ha hecho imposible la segunda semana de campa?a a Rueda, ahora que las campa?as electorales vuelven a ser decisivas. Si, pese a todo, el PP mantiene la mayor?a absoluta, ser? una buena noticia no s?lo para los populares, sino para la pol?tica espa?ola en general: significar? que el PP puede empezar a desprenderse del corsé de Vox y adoptar un discurso m?s razonable, sin miedo a perder por ello. Pero si no es as?, Feij?o caer? irremisiblemente y la derecha espa?ola volver? a entrar en una crisis de la que nada bueno se puede esperar.*
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