الريــم
02-17-2024, 07:18 PM
En el libro m?s desgarrador de su vida, el primero que escribi? cuando era un joven recién exiliado en Suecia (https://www.epe.es/es/cultura/20240217/theodor-kallifatides-nuevo-libro-grecia-hay-guerra-98254162), el escritor griego Theodor Kalifatides (Molaoi, 1938) relata la invasi?n nazi en su pa?s a partir de met?foras que resumen un desastre que llev? a su generaci?n, a la de sus padres, y a la historia de su propio pa?s, a una melancol?a que a?n hoy hiere la memoria de quienes la sufrieron.
Ese desgarro est? en otros libros suyos, como El pasado no es un sue?o, Amor y Morri?a, Un nuevo pa?s al otro lado de mi ventana, y tiene su explicaci?n m?s l?cida, m?s ?ntima, en el primero de los que vio la luz en espa?ol y en catal?n, Otra vida por vivir, publicado en 2019 por Galaxia Gutenberg. Un nuevo pa?s al otro lado de la ventana, uno de los libros m?s recientes de Kallifatides, acaba de ser elogiado por el l?der independentista catal?n Carles Puigdemont (https://www.sport.es/es/temas/carles-puigdemont-1834911) como emblema posible de sus propias ansiedades de libertad para su propio pa?s, Catalu?a.
El director de esta editorial, Joan Tarrida, anunci? este jueves en Estocolmo que Galaxia Gutenberg tendr? los derechos mundiales de los libros de este autor premiado en Espa?a por su obra y editado en todo el mundo. Después de Campesinos y se?ores, presentado esta ?ltima semana en Estocolmo, ser?n publicados en espa?ol El arado y la espada (en mayo) y Una paz cruel (en octubre).
El autor griego se reuni? este jueves con periodistas espa?oles para explicar la ra?z de este libro, traducido del sueco por Carmen Montes Cano y Eva Gamundi Alcaide. Este diario tuvo la oportunidad de conversar con él acerca de esta obra que aun no conocen los griegos, en la que ha volcado toda la rabia, y la nostalgia, de aquellos a?os duros y plomizos.
"A?os queriendo escribir este libro”. También puede decirse “a?os viviendo este libro” y viviendo para este libro y para después de este libro.
Es verdad. La primera vez que tuve la idea de escribirlo fue un d?a muy especial y lo recuerdo como si fuera ayer. Estaba en la calle, en Atenas, paseando. Empez? a llover y encontré refugio en un cine. Estaba ah? esperando que parara la lluvia y de repente ten?a el libro entero en la cabeza. Me dije a m? mismo “alg?n d?a lo tengo que escribir”, pero no lo hice. Pasaron los a?os, vine a Suecia, cambié de vida y de repente, en el verano, lleg? el d?a en que empecé a escribirlo. Tuvimos nuestro primer hijo y yo escrib?a d?a y noche, no pod?a parar. Se despertaba el ni?o, se lo daba a Gunila, ella le daba de comer, él se quedaba mirando lo que yo hac?a. Hab?a trabajado tan intensamente que no pod?a dormir ni comer. Ella llam? al médico y éste me dio unas pastillas para dormir. Cuando lo terminé, qué alivio haberlo hecho. Sab?a que ten?a mucho m?s que escribir, pero estaba agotado. Ten?a que descansar. Todo lo relacionado con este libro fue muy especial. Pasaron los meses, sali? el libro, est?bamos viajando de nuevo al verano de Gotam y le dije a Gunila: hoy es el primer d?a del libro, a ver si escriben algo sobre él. Compré el peri?dico. Hab?a un art?culo enorme: “el nuevo creador ha llegado”. Y punto, as? fue. Fue muy muy especial este libro en mi vida. Luego segu? escribiendo el segundo y el tercer volumen, porque todo estaba en mi cabeza. Y si lo recuerda, de esto ya hablamos porque usted me pregunt? por su amigo…
Mario Vargas Llosa.
Eso es, yo lo hab?a le?do mucho en esa época. Me interesaba la situaci?n en su pa?s, la violencia, me impresionaban mucho él y su libro. No sé si me influy?, eso nunca se sabe. Te crees que todo lo que escribes es tuyo, pero recordaba muy v?vidamente las escenas de los j?venes oficiales y de la escuela militar en aquel libro de Vargas Llosa (https://www.sport.es/es/temas/mario-vargas-llosa-1846920).
Era La ciudad y los perros
Exactamente. As? que… Eso fue… Hab?a escrito una novela corta que a?n no est? publicada en Espa?a, llamada Los extranjeros, que hab?a tenido éxito, pero un éxito sorpresa: alguien llegaba a Suecia y escrib?a bien un libro en el idioma sueco, m?s que por el libro en s?. Pero vendi? bastante e hicieron una pel?cula. Después de eso siempre tuve la sensaci?n de que ten?a que sobrevivir a este libro. He escrito muchos después que han ido bien, pero nunca tan bien como este.
Mirabas a estos j?venes bien vestidos, bien parecidos, rubios, parec?an ?ngeles, pero al mismo tiempo eran monstruos. Estaban por la ma?ana en el café contando chistes y al d?a siguiente se iban al pueblo de al lado y lo quemaban"
La impresi?n que da, leyendo este libro, es que mientras lo escrib?a usted estaba viendo llegar a los nazis a su pueblo. ?Con qué esp?ritu lo escribi??
Lo que m?s recuerdo es la sensaci?n de la inmensidad del alma humana. No hablemos de los nazis por un momento sino solo del pueblo: lo ten?amos todo. Los traidores, los asesinos, el tonto, el santo del pueblo, gente muy decente, gente no tan decente… Era un pueblecito, pero era un universo. La gente en un momento era maja y amigable y al d?a siguiente se peleaban o incluso mataban a alguien. Lo mismo sucedi? con los alemanes. Mirabas a estos j?venes bien vestidos, bien parecidos, rubios, parec?an ?ngeles, pero al mismo tiempo eran monstruos. Estaban por la ma?ana en el café contando chistes y al d?a siguiente se iban al pueblo de al lado y lo quemaban. Me dec?a: "?C?mo puede dios vivir con esto! Si somos su creaci?n, entonces estos monstruos también lo son..." El libro era un tributo sobre todo a mi padre, que sufri? mucho con la ocupaci?n alemana. Toda mi familia sufri?, pero a mi padre casi lo matan de una paliza. Y yo quer?a contarlo todo.
Usted escribe que el suyo era un pa?s roto, por la amenaza de la ocupaci?n y por la ocupaci?n misma. ?Ese pa?s roto se recuper? alguna vez de ese momento? ?Qué consecuencias hay en Grecia de ese momento?
Las consecuencias en Grecia siguen existiendo hoy. Aunque no tenemos una guerra civil tenemos fanatismo pol?tico, tenemos el mismo cat?logo de personas: los de izquierdas y los de derechas. No son capaces de hablar unos con otros, ni siquiera hoy. Esto atraviesa la sociedad entera, de los trabajadores a los escritores. Recuerdo a Odysséas El?tis, que gan? el Nobel... A m? no me gustaba su poes?a, pero del mismo periodo y de la misma época hab?a otro poeta, Iannis Ritzos, que era de izquierdas, al que no se le consideraba un digno representante. De las situaciones m?s bajas en la sociedad a las m?s altas hay esta distinci?n entre la izquierda y la derecha, las v?ctimas y los otros, y hoy probablemente es evidente porque, entre medias, como muchos otros pa?ses europeos, tienen algo nuevo de lo que preocuparse: la inmigraci?n. Vemos de nuevo lo distinta que es la actitud de las dos mitades de la sociedad griega respecto de la inmigraci?n. Los izquierdistas intentan ayudar a la gente, los de derechas intentan echarles fuera del pa?s. Diré que hay una guerra civil en marcha todo el tiempo, mas o menos intensa.
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98294656
El escritor griego, con su nuevo libro.
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1200
?El odio por esta gente que invadi? Grecia ha ido disminuyendo mientras escrib?a?
Creo que s?. Pero incluso hoy creo que se mantiene una sospecha sobre los alemanes en Grecia. La gente sufri? tanto que no se puede olvidar. Piensas que con el tiempo eso se ir?, y creo que los j?venes no se sienten as?, pero para mi generaci?n y algunas posteriores a la m?a, no. Los alemanes eran enemigos.
Todos sus libros (https://www.sport.es/es/temas/libros-1838545), incluso el m?s popular, Otra vida por vivir, explican sus sentimientos en esa época de su infancia.
Es hora de dejar esto atr?s, pero la situaci?n es dif?cil no solo poque hoy tenemos enormes problemas econ?micos, sino porque hay un mill?n de inmigrantes sin registrar adem?s de los dos millones registrados. Grecia es un pa?s pobre. Y adem?s paga todas las consecuencias de la globalizaci?n, cada vez m?s las grandes empresas dictan c?mo vivir. Antes ten?as una peque?a tienda donde comprar la comida m?s barata, ahora hay que ir a las grandes cadenas... Creo que estar?a dispuesto a estrechar la mano del hijo de aquel que peg? a mi padre. Pero no sé si él lo har?a. No lo sé. Fue tan profundo… Y después de aquello vino nuestra guerra civil, que hizo que todo fuera a?n peor. Ustedes tuvieron una guerra en Espa?a. Tan mala como cualquier guerra. Pero la griega… Fue un lugar en el que los americanos probaron armas nuevas, quemaron monta?as enteras y pueblos con napalm. Eso pas? en la guerra civil griega. Y después Grecia era una ruina. ?C?mo iba la gente a olvidar todo esto?
El hecho de que dejara mi pa?s, y esa no era una elecci?n libre, porque no pod?a seguir viviendo all?, eso ha infectado mi vida tan profundamente que en alg?n lugar, en la profundidad de mi alma, sigo enfadado"
En todos estos libros suyos hay un ni?o hablando y escribiendo. ?Qué le dice ahora este ni?o? La guerra incluso le sac? de su pa?s y de su idioma…
Es una pregunta clave porque, como digo, estoy dispuesto a estrechar la mano con el pasado y seguir adelante. Pero no es f?cil. Y en segundo lugar, el hecho de que dejara mi pa?s, y esa no era una elecci?n libre, no pod?a seguir viviendo all?, eso ha infectado mi vida tan profundamente que en alg?n lugar, en la profundidad de mi alma, sigo enfadado, porque no es que yo abandonara mi pa?s, es que me echaron.
Esas consecuencias de las que usted habla afectaron a su generaci?n, pero también a las generaciones siguientes: Italia, Francia, Inglaterra, incluso la URSS, todos esos pa?ses y esas gentes fueron golpeadas por esta guerra. Las consecuencias siguen en marcha.
Por supuesto. Es muy raro para m? ver esta militarizaci?n global. Todo el mundo comprando armas. Tenemos armas que podr?an destruirnos 400 veces, seg?n he le?do. Todo el mundo sospecha. Ahora tenemos esa guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Palestina, que es horrible, las guerras en ?frica. No aprendemos nada. Veamos las ?ltimas elecciones en Europa: ?la gente ha votado m?s guerra, han votado m?s guerra! Est?n contentos con comprar m?s armas, aunque se dejen de pagar escuelas y hospitales, porque todo no se puede tener. Eso ha pasado en Suecia, por ejemplo. Han recortado en escuelas y hospitales para comprar armas producidas por su propia industria. Fabricamos las armas y nos las compramos a nosotros mismos. Esto exactamente es lo que me desespera.
Samuel Beckett escribi? que pensaba que se hab?a ido de Irlanda, “pero nunca me fui de la isla, pobre de m?”, dec?a.
Es verdad. Pero lo que me ha pasado a m?, es que Grecia me abandon? a m?. Porque no sé por qué se fue él de Irlanda a Francia, pero s? sé por qué me fui yo: yo no pod?a vivir en mi pa?s y eso era algo terrible. Yo era una persona trabajadora, inteligente, con buenos estudios… ?por qué no puedo vivir en mi pa?s?
?Cree que aquellas guerras convirtieron a los griegos en exiliados prematuros?
S?, fue un éxodo enorme. El mismo a?o que me fui yo salieron 300.000 j?venes. En ese periodo mucha gente se fue. Y antes se fueron por la pobreza, como en Espa?a o en Suecia. Y el griego emigrante es un personaje en un repertorio de la misma manera que Tartufo es un personaje. Existe en la conciencia de la gente. Hay cientos y cientos de canciones folk sobre abandonar tu vida e irte al extranjero. E incluso de tiempos antiguos. Porque toda estas ciudades griegas fuera de Grecia no eran estados poderosos ocupando regiones, sino pobres dejando sus ciudades y junt?ndose en Marsella, en Espa?a, en Italia, en Ruman?a… Dejaron sus pa?ses por pobreza, por guerras… La historia les ha convertido en invasores, un concepto idealista de lo que sucedi? en realidad. Esto contin?a incluso hoy. Lo que ha pasado hoy es que no solo los pobres abandonan Grecia, también los educados, porque aqu? no encuentran trabajo.
Usted explica al principio del libro lo que la gente estaba diciendo cuando llegaban los nazis: “ya vienen, ya vienen”. Usted era uno de esos ni?os que dec?an “ya vienen”. Ese rumor, ese dicho, ?sigue en su o?do y sus ojos?
Por supuesto est?, lo oigo, porque dijeron lo mismo en otras ocasiones. Por ejemplo si el rey ven?a a ver un pueblo dec?an ya viene, ya viene. Pues ahora vienen ellos. Lo escucho y lo recuerdo y es muy raro, pero algunas cosas no las olvidas. O no sé c?mo se pueden olvidar, es imposible. Recuerdo el d?a cuando los alemanes colgaron a unas personas en el pueblo. Una de las mujeres escuch? que iban a colgar a sus maridos. Empezaron a gritar. Y recuerdo como si fuera ayer el grito de la mujer, los p?jaros de los ?rboles se asustaron y salieron volando, cientos de p?jaros, como si la voz de la mujer les persiguiera. Eso se quedar? conmigo hasta que me muera.
?Usted no olvida nada?
Tengo buena memoria.
?Viene del hecho de que ten?a usted miedo de lo que le estaba pasando a usted y a su familia? ?El miedo le lleva a recordar?
Quiz?, quiz?, por qué no. Tiene que haber una raz?n por la que un ni?o lo recuerda todo y otro no recuerda nada. Probablemente el miedo fuera una de las razones. Pero también escribir, la forma m?s alta de libertad. Y cuando escribo esto me hace recordar. Escribiendo me libero del dolor del pasado, pero debo recordarlo. As? que va de la mano, necesitas memoria para escribir, y para liberarte del dolor del pasado.
Esa ocupaci?n dur? 4 a?os. En su libro lo resume en una l?nea: “La ma?ana después los soldados alemanes estaban en el pueblo, iban a estar cuatro a?os”. Esa frase da miedo.
S?, y también muestra c?mo quiero escribir. Es exactamente as? como quiero escribir, que te toque inmediatamente. No lees un libro y luego te vas a casa y lo piensas: quiero que el libro te toque con violencia en el momento de leerlo.
Usted ha le?do muchos libros de gente que sufre como usted. ?Qué libros son maestros en su forma de ver el dolor?
Soy un gran lector. Leo mucho. Muchos escritores me han influido, los griegos cl?sicos, los tr?gicos, los fil?sofos, los poetas, Safo, tantos, hasta escritores espa?oles, Calder?n, Lorca, Don Quijote… Los rusos, Dostoievski, Tolstoi, Gorki… Los americanos. Hemingway y los dem?s, jud?os como Isaac B. Singer y otros, los franceses… Un profesor me dijo en el colegio que es mejor leer a muchos escritores y dejar que te influyan que dejarte influir por uno solo. Si tienes 100 escritores a quienes amas no los puedes imitar, pero por supuesto que te van a influir. Una de las cosas que considero mas importante en mi escritura es tener cuidado con las palabras. Cada palabra es una historia. Las uso con mucho cuidado y con mucha econom?a. Intento que mi texto sea claro como el agua. El lector no tiene que inventar mi libro, lo leer?. Cuando pienso en esta estética tan simple me viene la idea griega: claridad y brevedad. Decir mucho con pocas palabras.
Todo el mundo debe dejar un testimonio sobre su tiempo en este mundo. Hay que romper el silencio. No es necesario escribir libros, o poemas o m?sica, cuidar tu propia casa también es testimonio de tu tiempo en el mundo"
Tiene esta frase en el libro: “Nada destruye con tanta facilidad como el silencio”. ?Qué es para usted el silencio, qué significa?
Todo el mundo, y quiero decir todo el mundo, debe dejar un testimonio sobre su tiempo en este mundo. Alg?n tipo de testamento. Hay que romper el silencio. No es necesario escribir libros, o poemas o m?sica, no hace falta hacer arte, cuidar tu propia casa también es testimonio de tu tiempo en el mundo. Y no hacerlo, su contrario, es guardar silencio. No dejar se?ales de haber vivido en este planeta.
Este libro es una cr?nica general del miedo.
Lo es.
?Escribir cur? su miedo?
Un poco. El amor no cambia porque escribamos libros. Y al final siempre es la realidad la que prevalece. Hoy tenemos una situaci?n en la que todos estamos preocupados por lo que va a pasar ma?ana. Alivia el dolor un rato, pero no lo elimina, es imposible. Pero como dije, la ?nica manera que tengo de que la vida sea un poco m?s f?cil es escribir sobre ella. No tengo otro medio. Al mismo tiempo, como dije una vez, si tienes nietos tienes que ser optimista, tengo que creer que superaremos estas crisis porque tenemos nietos
Usted le dijo a Carmela Garc?a Prieto, para el suplemento Abril, que le gustar?a escribir un ensayo sobre lo que es Grecia realmente. ?Sigue teniendo esa idea?
Estoy intentando escribirlo, ya veré qué pasa. Pero una cosa que puedo decirle ya es que es imposible librarse de Grecia, incluso aunque no seas griego, solo siendo humano. Si miras al cielo, la mitad es griego. Las estrellas tienen nombres griegos, las historias sobre las estrellas son griegas, la medicina, la poes?a, la pol?tica, Grecia est? por todas partes, no puedes librarte de ella, aunque no seas griego. Y esto es doloroso comprenderlo, pero al mismo tiempo es doloroso comprender que no hay manera para m? de decir “ya no soy griego”. Es imposible. No puedo hacerlo. Y esto me preocupa. Me gustar?a ser libre de decir “pues ahora soy espa?ol”. Pero no, estoy atrapado en este idioma (https://www.sport.es/es/temas/idiomas-1850403) donde quiera que voy: la mitolog?a, los conceptos, las palabras, todo a tu alrededor. Es una fortaleza, claro, al mismo tiempo, y no lo digo por nacionalismo, no para reclamar ninguna superioridad. Es solo un hecho. S?, me gustar?a decir un par de cosas sobre ello, no sé si podré. Lo intentaré.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/theodor-kallifatides-grecia-hay-guerra-civil-98294770)
Ese desgarro est? en otros libros suyos, como El pasado no es un sue?o, Amor y Morri?a, Un nuevo pa?s al otro lado de mi ventana, y tiene su explicaci?n m?s l?cida, m?s ?ntima, en el primero de los que vio la luz en espa?ol y en catal?n, Otra vida por vivir, publicado en 2019 por Galaxia Gutenberg. Un nuevo pa?s al otro lado de la ventana, uno de los libros m?s recientes de Kallifatides, acaba de ser elogiado por el l?der independentista catal?n Carles Puigdemont (https://www.sport.es/es/temas/carles-puigdemont-1834911) como emblema posible de sus propias ansiedades de libertad para su propio pa?s, Catalu?a.
El director de esta editorial, Joan Tarrida, anunci? este jueves en Estocolmo que Galaxia Gutenberg tendr? los derechos mundiales de los libros de este autor premiado en Espa?a por su obra y editado en todo el mundo. Después de Campesinos y se?ores, presentado esta ?ltima semana en Estocolmo, ser?n publicados en espa?ol El arado y la espada (en mayo) y Una paz cruel (en octubre).
El autor griego se reuni? este jueves con periodistas espa?oles para explicar la ra?z de este libro, traducido del sueco por Carmen Montes Cano y Eva Gamundi Alcaide. Este diario tuvo la oportunidad de conversar con él acerca de esta obra que aun no conocen los griegos, en la que ha volcado toda la rabia, y la nostalgia, de aquellos a?os duros y plomizos.
"A?os queriendo escribir este libro”. También puede decirse “a?os viviendo este libro” y viviendo para este libro y para después de este libro.
Es verdad. La primera vez que tuve la idea de escribirlo fue un d?a muy especial y lo recuerdo como si fuera ayer. Estaba en la calle, en Atenas, paseando. Empez? a llover y encontré refugio en un cine. Estaba ah? esperando que parara la lluvia y de repente ten?a el libro entero en la cabeza. Me dije a m? mismo “alg?n d?a lo tengo que escribir”, pero no lo hice. Pasaron los a?os, vine a Suecia, cambié de vida y de repente, en el verano, lleg? el d?a en que empecé a escribirlo. Tuvimos nuestro primer hijo y yo escrib?a d?a y noche, no pod?a parar. Se despertaba el ni?o, se lo daba a Gunila, ella le daba de comer, él se quedaba mirando lo que yo hac?a. Hab?a trabajado tan intensamente que no pod?a dormir ni comer. Ella llam? al médico y éste me dio unas pastillas para dormir. Cuando lo terminé, qué alivio haberlo hecho. Sab?a que ten?a mucho m?s que escribir, pero estaba agotado. Ten?a que descansar. Todo lo relacionado con este libro fue muy especial. Pasaron los meses, sali? el libro, est?bamos viajando de nuevo al verano de Gotam y le dije a Gunila: hoy es el primer d?a del libro, a ver si escriben algo sobre él. Compré el peri?dico. Hab?a un art?culo enorme: “el nuevo creador ha llegado”. Y punto, as? fue. Fue muy muy especial este libro en mi vida. Luego segu? escribiendo el segundo y el tercer volumen, porque todo estaba en mi cabeza. Y si lo recuerda, de esto ya hablamos porque usted me pregunt? por su amigo…
Mario Vargas Llosa.
Eso es, yo lo hab?a le?do mucho en esa época. Me interesaba la situaci?n en su pa?s, la violencia, me impresionaban mucho él y su libro. No sé si me influy?, eso nunca se sabe. Te crees que todo lo que escribes es tuyo, pero recordaba muy v?vidamente las escenas de los j?venes oficiales y de la escuela militar en aquel libro de Vargas Llosa (https://www.sport.es/es/temas/mario-vargas-llosa-1846920).
Era La ciudad y los perros
Exactamente. As? que… Eso fue… Hab?a escrito una novela corta que a?n no est? publicada en Espa?a, llamada Los extranjeros, que hab?a tenido éxito, pero un éxito sorpresa: alguien llegaba a Suecia y escrib?a bien un libro en el idioma sueco, m?s que por el libro en s?. Pero vendi? bastante e hicieron una pel?cula. Después de eso siempre tuve la sensaci?n de que ten?a que sobrevivir a este libro. He escrito muchos después que han ido bien, pero nunca tan bien como este.
Mirabas a estos j?venes bien vestidos, bien parecidos, rubios, parec?an ?ngeles, pero al mismo tiempo eran monstruos. Estaban por la ma?ana en el café contando chistes y al d?a siguiente se iban al pueblo de al lado y lo quemaban"
La impresi?n que da, leyendo este libro, es que mientras lo escrib?a usted estaba viendo llegar a los nazis a su pueblo. ?Con qué esp?ritu lo escribi??
Lo que m?s recuerdo es la sensaci?n de la inmensidad del alma humana. No hablemos de los nazis por un momento sino solo del pueblo: lo ten?amos todo. Los traidores, los asesinos, el tonto, el santo del pueblo, gente muy decente, gente no tan decente… Era un pueblecito, pero era un universo. La gente en un momento era maja y amigable y al d?a siguiente se peleaban o incluso mataban a alguien. Lo mismo sucedi? con los alemanes. Mirabas a estos j?venes bien vestidos, bien parecidos, rubios, parec?an ?ngeles, pero al mismo tiempo eran monstruos. Estaban por la ma?ana en el café contando chistes y al d?a siguiente se iban al pueblo de al lado y lo quemaban. Me dec?a: "?C?mo puede dios vivir con esto! Si somos su creaci?n, entonces estos monstruos también lo son..." El libro era un tributo sobre todo a mi padre, que sufri? mucho con la ocupaci?n alemana. Toda mi familia sufri?, pero a mi padre casi lo matan de una paliza. Y yo quer?a contarlo todo.
Usted escribe que el suyo era un pa?s roto, por la amenaza de la ocupaci?n y por la ocupaci?n misma. ?Ese pa?s roto se recuper? alguna vez de ese momento? ?Qué consecuencias hay en Grecia de ese momento?
Las consecuencias en Grecia siguen existiendo hoy. Aunque no tenemos una guerra civil tenemos fanatismo pol?tico, tenemos el mismo cat?logo de personas: los de izquierdas y los de derechas. No son capaces de hablar unos con otros, ni siquiera hoy. Esto atraviesa la sociedad entera, de los trabajadores a los escritores. Recuerdo a Odysséas El?tis, que gan? el Nobel... A m? no me gustaba su poes?a, pero del mismo periodo y de la misma época hab?a otro poeta, Iannis Ritzos, que era de izquierdas, al que no se le consideraba un digno representante. De las situaciones m?s bajas en la sociedad a las m?s altas hay esta distinci?n entre la izquierda y la derecha, las v?ctimas y los otros, y hoy probablemente es evidente porque, entre medias, como muchos otros pa?ses europeos, tienen algo nuevo de lo que preocuparse: la inmigraci?n. Vemos de nuevo lo distinta que es la actitud de las dos mitades de la sociedad griega respecto de la inmigraci?n. Los izquierdistas intentan ayudar a la gente, los de derechas intentan echarles fuera del pa?s. Diré que hay una guerra civil en marcha todo el tiempo, mas o menos intensa.
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El escritor griego, con su nuevo libro.
GALAXIA GUTENBERG
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?El odio por esta gente que invadi? Grecia ha ido disminuyendo mientras escrib?a?
Creo que s?. Pero incluso hoy creo que se mantiene una sospecha sobre los alemanes en Grecia. La gente sufri? tanto que no se puede olvidar. Piensas que con el tiempo eso se ir?, y creo que los j?venes no se sienten as?, pero para mi generaci?n y algunas posteriores a la m?a, no. Los alemanes eran enemigos.
Todos sus libros (https://www.sport.es/es/temas/libros-1838545), incluso el m?s popular, Otra vida por vivir, explican sus sentimientos en esa época de su infancia.
Es hora de dejar esto atr?s, pero la situaci?n es dif?cil no solo poque hoy tenemos enormes problemas econ?micos, sino porque hay un mill?n de inmigrantes sin registrar adem?s de los dos millones registrados. Grecia es un pa?s pobre. Y adem?s paga todas las consecuencias de la globalizaci?n, cada vez m?s las grandes empresas dictan c?mo vivir. Antes ten?as una peque?a tienda donde comprar la comida m?s barata, ahora hay que ir a las grandes cadenas... Creo que estar?a dispuesto a estrechar la mano del hijo de aquel que peg? a mi padre. Pero no sé si él lo har?a. No lo sé. Fue tan profundo… Y después de aquello vino nuestra guerra civil, que hizo que todo fuera a?n peor. Ustedes tuvieron una guerra en Espa?a. Tan mala como cualquier guerra. Pero la griega… Fue un lugar en el que los americanos probaron armas nuevas, quemaron monta?as enteras y pueblos con napalm. Eso pas? en la guerra civil griega. Y después Grecia era una ruina. ?C?mo iba la gente a olvidar todo esto?
El hecho de que dejara mi pa?s, y esa no era una elecci?n libre, porque no pod?a seguir viviendo all?, eso ha infectado mi vida tan profundamente que en alg?n lugar, en la profundidad de mi alma, sigo enfadado"
En todos estos libros suyos hay un ni?o hablando y escribiendo. ?Qué le dice ahora este ni?o? La guerra incluso le sac? de su pa?s y de su idioma…
Es una pregunta clave porque, como digo, estoy dispuesto a estrechar la mano con el pasado y seguir adelante. Pero no es f?cil. Y en segundo lugar, el hecho de que dejara mi pa?s, y esa no era una elecci?n libre, no pod?a seguir viviendo all?, eso ha infectado mi vida tan profundamente que en alg?n lugar, en la profundidad de mi alma, sigo enfadado, porque no es que yo abandonara mi pa?s, es que me echaron.
Esas consecuencias de las que usted habla afectaron a su generaci?n, pero también a las generaciones siguientes: Italia, Francia, Inglaterra, incluso la URSS, todos esos pa?ses y esas gentes fueron golpeadas por esta guerra. Las consecuencias siguen en marcha.
Por supuesto. Es muy raro para m? ver esta militarizaci?n global. Todo el mundo comprando armas. Tenemos armas que podr?an destruirnos 400 veces, seg?n he le?do. Todo el mundo sospecha. Ahora tenemos esa guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Palestina, que es horrible, las guerras en ?frica. No aprendemos nada. Veamos las ?ltimas elecciones en Europa: ?la gente ha votado m?s guerra, han votado m?s guerra! Est?n contentos con comprar m?s armas, aunque se dejen de pagar escuelas y hospitales, porque todo no se puede tener. Eso ha pasado en Suecia, por ejemplo. Han recortado en escuelas y hospitales para comprar armas producidas por su propia industria. Fabricamos las armas y nos las compramos a nosotros mismos. Esto exactamente es lo que me desespera.
Samuel Beckett escribi? que pensaba que se hab?a ido de Irlanda, “pero nunca me fui de la isla, pobre de m?”, dec?a.
Es verdad. Pero lo que me ha pasado a m?, es que Grecia me abandon? a m?. Porque no sé por qué se fue él de Irlanda a Francia, pero s? sé por qué me fui yo: yo no pod?a vivir en mi pa?s y eso era algo terrible. Yo era una persona trabajadora, inteligente, con buenos estudios… ?por qué no puedo vivir en mi pa?s?
?Cree que aquellas guerras convirtieron a los griegos en exiliados prematuros?
S?, fue un éxodo enorme. El mismo a?o que me fui yo salieron 300.000 j?venes. En ese periodo mucha gente se fue. Y antes se fueron por la pobreza, como en Espa?a o en Suecia. Y el griego emigrante es un personaje en un repertorio de la misma manera que Tartufo es un personaje. Existe en la conciencia de la gente. Hay cientos y cientos de canciones folk sobre abandonar tu vida e irte al extranjero. E incluso de tiempos antiguos. Porque toda estas ciudades griegas fuera de Grecia no eran estados poderosos ocupando regiones, sino pobres dejando sus ciudades y junt?ndose en Marsella, en Espa?a, en Italia, en Ruman?a… Dejaron sus pa?ses por pobreza, por guerras… La historia les ha convertido en invasores, un concepto idealista de lo que sucedi? en realidad. Esto contin?a incluso hoy. Lo que ha pasado hoy es que no solo los pobres abandonan Grecia, también los educados, porque aqu? no encuentran trabajo.
Usted explica al principio del libro lo que la gente estaba diciendo cuando llegaban los nazis: “ya vienen, ya vienen”. Usted era uno de esos ni?os que dec?an “ya vienen”. Ese rumor, ese dicho, ?sigue en su o?do y sus ojos?
Por supuesto est?, lo oigo, porque dijeron lo mismo en otras ocasiones. Por ejemplo si el rey ven?a a ver un pueblo dec?an ya viene, ya viene. Pues ahora vienen ellos. Lo escucho y lo recuerdo y es muy raro, pero algunas cosas no las olvidas. O no sé c?mo se pueden olvidar, es imposible. Recuerdo el d?a cuando los alemanes colgaron a unas personas en el pueblo. Una de las mujeres escuch? que iban a colgar a sus maridos. Empezaron a gritar. Y recuerdo como si fuera ayer el grito de la mujer, los p?jaros de los ?rboles se asustaron y salieron volando, cientos de p?jaros, como si la voz de la mujer les persiguiera. Eso se quedar? conmigo hasta que me muera.
?Usted no olvida nada?
Tengo buena memoria.
?Viene del hecho de que ten?a usted miedo de lo que le estaba pasando a usted y a su familia? ?El miedo le lleva a recordar?
Quiz?, quiz?, por qué no. Tiene que haber una raz?n por la que un ni?o lo recuerda todo y otro no recuerda nada. Probablemente el miedo fuera una de las razones. Pero también escribir, la forma m?s alta de libertad. Y cuando escribo esto me hace recordar. Escribiendo me libero del dolor del pasado, pero debo recordarlo. As? que va de la mano, necesitas memoria para escribir, y para liberarte del dolor del pasado.
Esa ocupaci?n dur? 4 a?os. En su libro lo resume en una l?nea: “La ma?ana después los soldados alemanes estaban en el pueblo, iban a estar cuatro a?os”. Esa frase da miedo.
S?, y también muestra c?mo quiero escribir. Es exactamente as? como quiero escribir, que te toque inmediatamente. No lees un libro y luego te vas a casa y lo piensas: quiero que el libro te toque con violencia en el momento de leerlo.
Usted ha le?do muchos libros de gente que sufre como usted. ?Qué libros son maestros en su forma de ver el dolor?
Soy un gran lector. Leo mucho. Muchos escritores me han influido, los griegos cl?sicos, los tr?gicos, los fil?sofos, los poetas, Safo, tantos, hasta escritores espa?oles, Calder?n, Lorca, Don Quijote… Los rusos, Dostoievski, Tolstoi, Gorki… Los americanos. Hemingway y los dem?s, jud?os como Isaac B. Singer y otros, los franceses… Un profesor me dijo en el colegio que es mejor leer a muchos escritores y dejar que te influyan que dejarte influir por uno solo. Si tienes 100 escritores a quienes amas no los puedes imitar, pero por supuesto que te van a influir. Una de las cosas que considero mas importante en mi escritura es tener cuidado con las palabras. Cada palabra es una historia. Las uso con mucho cuidado y con mucha econom?a. Intento que mi texto sea claro como el agua. El lector no tiene que inventar mi libro, lo leer?. Cuando pienso en esta estética tan simple me viene la idea griega: claridad y brevedad. Decir mucho con pocas palabras.
Todo el mundo debe dejar un testimonio sobre su tiempo en este mundo. Hay que romper el silencio. No es necesario escribir libros, o poemas o m?sica, cuidar tu propia casa también es testimonio de tu tiempo en el mundo"
Tiene esta frase en el libro: “Nada destruye con tanta facilidad como el silencio”. ?Qué es para usted el silencio, qué significa?
Todo el mundo, y quiero decir todo el mundo, debe dejar un testimonio sobre su tiempo en este mundo. Alg?n tipo de testamento. Hay que romper el silencio. No es necesario escribir libros, o poemas o m?sica, no hace falta hacer arte, cuidar tu propia casa también es testimonio de tu tiempo en el mundo. Y no hacerlo, su contrario, es guardar silencio. No dejar se?ales de haber vivido en este planeta.
Este libro es una cr?nica general del miedo.
Lo es.
?Escribir cur? su miedo?
Un poco. El amor no cambia porque escribamos libros. Y al final siempre es la realidad la que prevalece. Hoy tenemos una situaci?n en la que todos estamos preocupados por lo que va a pasar ma?ana. Alivia el dolor un rato, pero no lo elimina, es imposible. Pero como dije, la ?nica manera que tengo de que la vida sea un poco m?s f?cil es escribir sobre ella. No tengo otro medio. Al mismo tiempo, como dije una vez, si tienes nietos tienes que ser optimista, tengo que creer que superaremos estas crisis porque tenemos nietos
Usted le dijo a Carmela Garc?a Prieto, para el suplemento Abril, que le gustar?a escribir un ensayo sobre lo que es Grecia realmente. ?Sigue teniendo esa idea?
Estoy intentando escribirlo, ya veré qué pasa. Pero una cosa que puedo decirle ya es que es imposible librarse de Grecia, incluso aunque no seas griego, solo siendo humano. Si miras al cielo, la mitad es griego. Las estrellas tienen nombres griegos, las historias sobre las estrellas son griegas, la medicina, la poes?a, la pol?tica, Grecia est? por todas partes, no puedes librarte de ella, aunque no seas griego. Y esto es doloroso comprenderlo, pero al mismo tiempo es doloroso comprender que no hay manera para m? de decir “ya no soy griego”. Es imposible. No puedo hacerlo. Y esto me preocupa. Me gustar?a ser libre de decir “pues ahora soy espa?ol”. Pero no, estoy atrapado en este idioma (https://www.sport.es/es/temas/idiomas-1850403) donde quiera que voy: la mitolog?a, los conceptos, las palabras, todo a tu alrededor. Es una fortaleza, claro, al mismo tiempo, y no lo digo por nacionalismo, no para reclamar ninguna superioridad. Es solo un hecho. S?, me gustar?a decir un par de cosas sobre ello, no sé si podré. Lo intentaré.
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