الريــم
02-13-2024, 12:50 PM
Cuando a finales de la década de 1960*Jann Wenner (https://www.epe.es/es/cultura/20240212/robin-green-unica-periodista-rolling-stone-anos-70-97974583)*cre?*'Rolling Stone'*no hab?a nada parecido en Estados Unidos. Por supuesto que exist?an revistas dedicadas a la m?sica o cabeceras como*'Esquire', que estaba dando cabida a los temas y autores que conformar?an el Nuevo Periodismo. Sin embargo, la propuesta de*'Rolling Stone'*resultaba innovadora por su acierto en incluir*temas musicales, pol?ticos y una inmediatez de la que carec?an sus competidoras*porque, al ser quincenal, permit?a acercarse a la actualidad m?s f?cilmente que con las revistas mensuales.
"Adem?s, en los otros medios hab?a que tener mucho cuidado con lo que se dec?a, mantener la objetividad. En*'Rolling Stone', los escritores pod?an decir lo que quisieran o lo que Jann les permitiera. Que, una vez que entrabas a formar parte de la revista, pod?a ser cualquier cosa. En ese sentido,*'Rolling Stone'*dio voz a una cultura juvenil*'baby boomer'*que inclu?a derechos civiles, protestas en Vietnam, desobediencia civil, art?culos sobre bandas de rock ?y la m?sica de entonces! ?Qué gran momento fue para la m?sica! Hab?a un esp?ritu revolucionario y*'Rolling Stone'*lo captur?", recuerda*Robin Green, periodista que, un buen d?a de 1971, se present? en la redacci?n para buscar trabajo. Cuando quiso darse cuenta, se hab?a convertido en la primera mujer redactora de*'Rolling Stone'.
"Ha sido en retrospectiva cuando me he dado cuenta de que era la ?nica chica. A mediados de los a?os 70, las mujeres ya no eran meras oficinistas y dirig?an en gran parte el departamento editorial. En ese sentido no noté nada sexista en la actitud de Jann Wenner hacia m?. De hecho, sent? que estaba contento de haberme dejado escribir para ellos e incluso me invit? a asistir a reuniones editoriales con los hombres. Fue a m? a la que no le gust? esa*competici?n permanente por la atenci?n y el poder", comenta Green, que*niega as? las acusaciones de racista y machista que recibi? Wenner*hace unos meses por dar cabida en las p?ginas de*'Rolling Stone'*?nicamente a hombres blancos.
Image ID:
98114285
Robin Green.
Cedida
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"Nunca consideré que Jann Wenner fuera racista o sexista. Cuando salt? por los aires toda esa mierda sobre él, le envié un correo electr?nico para decirle que, si le serv?a de algo, estaba en contra de toda esta mierda de la cultura de la cancelaci?n. Me respondi? diciendo que a él tampoco le gustaba y calific? a la gente que le acusaba de turba, insensible e indiferente amiga de los linchamientos. Creo que vivimos en una época en la que la gente se sube al carro sin pensarlo bien, sin siquiera mirar detr?s de los titulares jugosos. Si te fijas, en la*'Rolling Stone'*de los 60 fueron portada*Janis Joplin*y*Tina Turner. También es verdad que a finales de los 60 y principios de los 70,*solo el diez por ciento de los lectores eran mujeres, un dato objetivo que probablemente también se reflejase en el contenido. Cuando las mujeres se hicieron m?s numerosas en la redacci?n hacia 1975 o 1976, las cosas cambiaron completamente, pero, hasta donde yo sé, nunca hubo una restricci?n en lo que se refiere a contratar escritoras.
Estrellas del periodismo
Ser redactor de*'Rolling Stone'*a principios de los 70 era poder vivir el sue?o de cualquier joven de la época. El trabajo conllevaba obligaciones como conocer a las estrellas de la m?sica, viajar con ellos, disfrutar del sexo y las drogas para reflejarlo en los textos y encarnar el estilo de vida de la revista, hasta el punto de que, en ocasiones, la persona y el personaje se llegaban a desdibujar.
"Hab?a una cierta sensaci?n de que éramos los mejores.*No sé si los lectores quer?an vivir la vida que vivimos nosotros, pero estoy convencida de que otros periodistas ciertamente envidiaban nuestra libertad y posibilidades de diversi?n. Eso en ocasiones trajo algunos problemas, como en el caso de*Hunter S. Thompson. ?l hab?a creado una personalidad en sus escritos y los lectores esperaban que estuviera a la altura de la misma. Tanto es as?, que una vez afirm? en una entrevista que no sab?a lo que su p?blico esperaba de él: si a él mismo, una persona bastante amable e incluso modesta, o esa voz salvaje, brillante y drogada de sus escritos. En mi caso no sé si la gente esperaba de m? alg?n comportamiento especial, m?s all? de ser inteligente y genial, pero podr?a ser".
Ajena a las estrategias de poder de la redacci?n y a esa pugna por conseguir los temas m?s suculentos, Robin Green decidi? sacar partido a esa inteligencia y genialidad para desarrollar su propio estilo como redactora. "No escrib? grandes historias sobre m?sica, aunque supongo que podr?a haberlo hecho si me las hubieran encargado. Tampoco escrib? sobre pol?tica porque no era de mi interés.*Mi escritura tend?a a la iron?a y se prestaba m?s a desmitificar que a la adoraci?n. Por eso escrib? sobre la grandilocuencia de*Black Sabbath, sobre la sensibler?a de los*Bee Gees*y sobre la estupidez de*David Cassidy*que, sin perder ese toque divertido, también fue un reportaje sobre el negocio de los ?dolos adolescentes".
Necesitada del apoyo de la prensa especializada, la todav?a incipiente industria musical de los a?os 60 y 70 era mucho menos prudente a la hora de exponer a sus artistas en los medios de comunicaci?n. En el caso de David Cassidy, su equipo de relaciones p?blicas pens? que un reportaje en*'Rolling Stone'*reactivar?a su carrera, sin imaginar que, en manos de Robin Green, el ?dolo adolescente aparecer?a retratado con todas sus miserias.
Image ID:
98114244
'La ?nica chica', de Robin Green.
Cedida
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"Aunque tuve algunos remordimientos de conciencia, en realidad*no me avergüenzo de lo que sucedi? con el art?culo de David Cassidy, porque hubo muchos responsables de ello.*Cassidy quer?a desembarazare de su imagen como artista de pop adolescente para ser considerado un rockero de verdad. Para ello, pensaron que la mejor manera de hacerlo era teniendo una portada en Rolling Stone. Sin embargo, ?qué otra cosa podr?a haber dicho la revista sobre él que lo que dije yo? Después de eso, su relaciones p?blicas fue despedido y David se retir? del mundo del espect?culo por un tiempo. Cuando regres? ya como adulto, tuve contacto con él y con su entorno y no me guardaba rencor. Me di cuenta de que ten?a demonios mucho peores con los que lidiar como, por ejemplo, el alcohol".
A pesar de ser una de las colaboradoras m?s importantes de*'Rolling Stone'*con varios art?culos de portada en su haber, Robin Green fue s?bitamente despedida por Jann Wenner por no entregar a tiempo un reportaje sobre los hijos de la familia Kennedy.
En esa época ya estaba cansada de ser una especie de asesina a sueldo de la prensa. ?Es que no ten?an estos chicos y sus familias suficiente dolor como para que yo les a?adiera el de contar aquello que hab?a averiguado sobre ellos?"
"Jann nunca supo el motivo por el que no entregué el art?culo sobre los Kennedy. Lo que sucedi? en realidad fue que me acosté con uno de ellos, que era estudiante de primer a?o de la universidad. En todo caso, esa fue solo una parte de por qué no escrib? el art?culo. En esa época ya*estaba cansada de ser una especie de asesina a sueldo de la prensa.*?Es que no ten?an estos chicos y sus familias suficiente dolor como para que yo les a?adiera el de contar aquello que hab?a averiguado sobre ellos? ?Qué hab?an hecho realmente para merecer atenci?n, aparte de nacer en esa tr?gica familia? Por supuesto, también estaba el asunto de haberme acostado con uno de ellos. Como me enorgullec?a de informar verazmente de los hechos, no me habr?a sentido bien escribiendo una pieza que no mencionase lo sucedido y, como consideraba que no era un asunto que le importase a nadie, ni a los lectores ni a su familia, no escrib? el reportaje", revela Green, que no se arrepiente de su decisi?n ni de que, con ella, se acabase su relaci?n laboral con Rolling Stone.
"Después de eso volv? a escribir para peri?dicos, revistas y, durante un tiempo, fui responsable de una publicaci?n mensual antes de empezar a trabajar en televisi?n que, a diferencia del periodismo que es m?s intelectual, tiene una faceta emocional y dram?tica. A pesar de todo, en absoluto result? m?s f?cil:*en lo que se refiere al sexismo, hab?a jefes gilipollas pero ninguno como para formar parte del MeToo; desde el punto de vista laboral, hab?a plazos, presi?n y, cuando me convert? en productora ejecutiva de programas y me necesitaban en el set, ten?a que dedicarle muchas, muchas horas. Ahora que lo pienso, la televisi?n tiene bastantes similitudes con Rolling Stone. Son trabajos que se acaban convirtiendo en tu vida porque, como sol?a decir Kesey cuando iba en el autob?s con los Merry Pranksters, forman parte de un gigante cultural que avanza a toda velocidad".
Patricia Godes, la ?nica chica del periodismo musical espa?ol
Tradicionalmente, las encargadas de escribir las notas de sociedad de los peri?dicos, las cr?nicas de las fiestas y de los conciertos, eran las mujeres que, por lo que se ve, no pod?an escribir sobre pol?tica internacional o sucesos. A pesar de ese antecedente, la presencia de mujeres en las redacciones espa?olas vinculadas a la m?sica no ha sido demasiado habitual hasta fechas recientes. Esto convierte a Patricia Godes en, si no "la ?nica chica", s? en una de las pioneras en las secciones de m?sica de los peri?dicos y de las revistas especializadas de los 80.
"El machismo est? en la sociedad y por supuesto que lo he sufrido en mi trabajo. No ganaba menos sueldo que mis compa?eros, porque cobr?bamos todos una porquer?a, pero s? que recib?a m?s cr?ticas que mis colegas hombres. Adem?s, mientras que no han querido matar nunca a ninguno de mis compa?eros, yo he recibido tanto propuestas sexuales como amenazas de muerte", recuerda Godes, que considera que ese machismo no solo est? en los comportamientos de compa?eros y lectores sino en la forma misma de escribir sobre m?sica.
"La escala de valores de la cr?tica musical es muy masculina, en el mal sentido. Es como un partido de f?tbol: los m?os contra los dem?s; mi tribu contra la otra. En mi caso, como sé un poco m?s de m?sica, de c?mo se graba y de c?mo se tocan casi todos los instrumentos menos los de percusi?n, las entrevistas con los m?sicos siempre han estado bien. Otros compa?eros, sin embargo, como no saben de m?sica y tampoco acostumbran a leer las revistas profesionales, hacen una cr?tica que no es m?s que una excusa literaria para encontrar un lenguaje que defina esos valores que quieren defender y que son muy masculinos. Por ejemplo, que todo sea m?s caro, m?s r?pido, m?s exclusivo, m?s ruidoso… Una actitud que ha hecho, por ejemplo, que la m?sica bonita, dulce, m?s ligera y m?s mel?dica haya sido despreciada por babosa".
Aunque en la actualidad el n?mero de mujeres en las redacciones ha aumentado, en opini?n de Godes, ese sesgo masculino sigue estando en los escritos de cr?tica musical. "Estoy encantada de que estén todas estas chavalas, que ya no son tan chavalas porque llevan ya veinte a?os escribiendo. Todas me caen muy bien, son estupendas, saben much?simo de m?sica, son muy divertidas, pero es gente que, me atrever?a a decir, aunque no lo puedo asegurar, vienen de la facultad de periodismo. Si no vienen de ah?, han le?do mucha prensa musical, que sigue siendo un entorno muy masculino. De hecho, al principio yo también imitaba esa erudici?n falsa, pero luego encontré mi propio lenguaje y eso a la gente le sent? muy mal", explica Godes, que considera que esa hegemon?a masculina ha aumentado respecto a la época en la que ella comenz? a trabajar.
"Ese canon pesa m?s que cuando yo empecé y el machismo ha crecido en progresi?n geométrica. A tres compa?eros m?os les he comentado ideas y los tres han hecho libros con ellas sin preguntarme si los quer?a hacer yo, sin decirme que los iban a hacer y sin acordarse de que eran ideas m?as. También tuve que quitar de la web los programas de m?sica que hac?a en una radio, después de que cuatro o cinco se?oros sacaran libros con el mismo nombre, entrevistaran a los mismos personajes, hicieran la misma f?rmula o repitieran las mismas entrevistas… ?utilizando mis guiones! Esto, lo siento mucho, no pasaba en los 80. Ni siquiera en los 70".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/robin-green-periodista-rolling-stone-98114413)
"Adem?s, en los otros medios hab?a que tener mucho cuidado con lo que se dec?a, mantener la objetividad. En*'Rolling Stone', los escritores pod?an decir lo que quisieran o lo que Jann les permitiera. Que, una vez que entrabas a formar parte de la revista, pod?a ser cualquier cosa. En ese sentido,*'Rolling Stone'*dio voz a una cultura juvenil*'baby boomer'*que inclu?a derechos civiles, protestas en Vietnam, desobediencia civil, art?culos sobre bandas de rock ?y la m?sica de entonces! ?Qué gran momento fue para la m?sica! Hab?a un esp?ritu revolucionario y*'Rolling Stone'*lo captur?", recuerda*Robin Green, periodista que, un buen d?a de 1971, se present? en la redacci?n para buscar trabajo. Cuando quiso darse cuenta, se hab?a convertido en la primera mujer redactora de*'Rolling Stone'.
"Ha sido en retrospectiva cuando me he dado cuenta de que era la ?nica chica. A mediados de los a?os 70, las mujeres ya no eran meras oficinistas y dirig?an en gran parte el departamento editorial. En ese sentido no noté nada sexista en la actitud de Jann Wenner hacia m?. De hecho, sent? que estaba contento de haberme dejado escribir para ellos e incluso me invit? a asistir a reuniones editoriales con los hombres. Fue a m? a la que no le gust? esa*competici?n permanente por la atenci?n y el poder", comenta Green, que*niega as? las acusaciones de racista y machista que recibi? Wenner*hace unos meses por dar cabida en las p?ginas de*'Rolling Stone'*?nicamente a hombres blancos.
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Robin Green.
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"Nunca consideré que Jann Wenner fuera racista o sexista. Cuando salt? por los aires toda esa mierda sobre él, le envié un correo electr?nico para decirle que, si le serv?a de algo, estaba en contra de toda esta mierda de la cultura de la cancelaci?n. Me respondi? diciendo que a él tampoco le gustaba y calific? a la gente que le acusaba de turba, insensible e indiferente amiga de los linchamientos. Creo que vivimos en una época en la que la gente se sube al carro sin pensarlo bien, sin siquiera mirar detr?s de los titulares jugosos. Si te fijas, en la*'Rolling Stone'*de los 60 fueron portada*Janis Joplin*y*Tina Turner. También es verdad que a finales de los 60 y principios de los 70,*solo el diez por ciento de los lectores eran mujeres, un dato objetivo que probablemente también se reflejase en el contenido. Cuando las mujeres se hicieron m?s numerosas en la redacci?n hacia 1975 o 1976, las cosas cambiaron completamente, pero, hasta donde yo sé, nunca hubo una restricci?n en lo que se refiere a contratar escritoras.
Estrellas del periodismo
Ser redactor de*'Rolling Stone'*a principios de los 70 era poder vivir el sue?o de cualquier joven de la época. El trabajo conllevaba obligaciones como conocer a las estrellas de la m?sica, viajar con ellos, disfrutar del sexo y las drogas para reflejarlo en los textos y encarnar el estilo de vida de la revista, hasta el punto de que, en ocasiones, la persona y el personaje se llegaban a desdibujar.
"Hab?a una cierta sensaci?n de que éramos los mejores.*No sé si los lectores quer?an vivir la vida que vivimos nosotros, pero estoy convencida de que otros periodistas ciertamente envidiaban nuestra libertad y posibilidades de diversi?n. Eso en ocasiones trajo algunos problemas, como en el caso de*Hunter S. Thompson. ?l hab?a creado una personalidad en sus escritos y los lectores esperaban que estuviera a la altura de la misma. Tanto es as?, que una vez afirm? en una entrevista que no sab?a lo que su p?blico esperaba de él: si a él mismo, una persona bastante amable e incluso modesta, o esa voz salvaje, brillante y drogada de sus escritos. En mi caso no sé si la gente esperaba de m? alg?n comportamiento especial, m?s all? de ser inteligente y genial, pero podr?a ser".
Ajena a las estrategias de poder de la redacci?n y a esa pugna por conseguir los temas m?s suculentos, Robin Green decidi? sacar partido a esa inteligencia y genialidad para desarrollar su propio estilo como redactora. "No escrib? grandes historias sobre m?sica, aunque supongo que podr?a haberlo hecho si me las hubieran encargado. Tampoco escrib? sobre pol?tica porque no era de mi interés.*Mi escritura tend?a a la iron?a y se prestaba m?s a desmitificar que a la adoraci?n. Por eso escrib? sobre la grandilocuencia de*Black Sabbath, sobre la sensibler?a de los*Bee Gees*y sobre la estupidez de*David Cassidy*que, sin perder ese toque divertido, también fue un reportaje sobre el negocio de los ?dolos adolescentes".
Necesitada del apoyo de la prensa especializada, la todav?a incipiente industria musical de los a?os 60 y 70 era mucho menos prudente a la hora de exponer a sus artistas en los medios de comunicaci?n. En el caso de David Cassidy, su equipo de relaciones p?blicas pens? que un reportaje en*'Rolling Stone'*reactivar?a su carrera, sin imaginar que, en manos de Robin Green, el ?dolo adolescente aparecer?a retratado con todas sus miserias.
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'La ?nica chica', de Robin Green.
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"Aunque tuve algunos remordimientos de conciencia, en realidad*no me avergüenzo de lo que sucedi? con el art?culo de David Cassidy, porque hubo muchos responsables de ello.*Cassidy quer?a desembarazare de su imagen como artista de pop adolescente para ser considerado un rockero de verdad. Para ello, pensaron que la mejor manera de hacerlo era teniendo una portada en Rolling Stone. Sin embargo, ?qué otra cosa podr?a haber dicho la revista sobre él que lo que dije yo? Después de eso, su relaciones p?blicas fue despedido y David se retir? del mundo del espect?culo por un tiempo. Cuando regres? ya como adulto, tuve contacto con él y con su entorno y no me guardaba rencor. Me di cuenta de que ten?a demonios mucho peores con los que lidiar como, por ejemplo, el alcohol".
A pesar de ser una de las colaboradoras m?s importantes de*'Rolling Stone'*con varios art?culos de portada en su haber, Robin Green fue s?bitamente despedida por Jann Wenner por no entregar a tiempo un reportaje sobre los hijos de la familia Kennedy.
En esa época ya estaba cansada de ser una especie de asesina a sueldo de la prensa. ?Es que no ten?an estos chicos y sus familias suficiente dolor como para que yo les a?adiera el de contar aquello que hab?a averiguado sobre ellos?"
"Jann nunca supo el motivo por el que no entregué el art?culo sobre los Kennedy. Lo que sucedi? en realidad fue que me acosté con uno de ellos, que era estudiante de primer a?o de la universidad. En todo caso, esa fue solo una parte de por qué no escrib? el art?culo. En esa época ya*estaba cansada de ser una especie de asesina a sueldo de la prensa.*?Es que no ten?an estos chicos y sus familias suficiente dolor como para que yo les a?adiera el de contar aquello que hab?a averiguado sobre ellos? ?Qué hab?an hecho realmente para merecer atenci?n, aparte de nacer en esa tr?gica familia? Por supuesto, también estaba el asunto de haberme acostado con uno de ellos. Como me enorgullec?a de informar verazmente de los hechos, no me habr?a sentido bien escribiendo una pieza que no mencionase lo sucedido y, como consideraba que no era un asunto que le importase a nadie, ni a los lectores ni a su familia, no escrib? el reportaje", revela Green, que no se arrepiente de su decisi?n ni de que, con ella, se acabase su relaci?n laboral con Rolling Stone.
"Después de eso volv? a escribir para peri?dicos, revistas y, durante un tiempo, fui responsable de una publicaci?n mensual antes de empezar a trabajar en televisi?n que, a diferencia del periodismo que es m?s intelectual, tiene una faceta emocional y dram?tica. A pesar de todo, en absoluto result? m?s f?cil:*en lo que se refiere al sexismo, hab?a jefes gilipollas pero ninguno como para formar parte del MeToo; desde el punto de vista laboral, hab?a plazos, presi?n y, cuando me convert? en productora ejecutiva de programas y me necesitaban en el set, ten?a que dedicarle muchas, muchas horas. Ahora que lo pienso, la televisi?n tiene bastantes similitudes con Rolling Stone. Son trabajos que se acaban convirtiendo en tu vida porque, como sol?a decir Kesey cuando iba en el autob?s con los Merry Pranksters, forman parte de un gigante cultural que avanza a toda velocidad".
Patricia Godes, la ?nica chica del periodismo musical espa?ol
Tradicionalmente, las encargadas de escribir las notas de sociedad de los peri?dicos, las cr?nicas de las fiestas y de los conciertos, eran las mujeres que, por lo que se ve, no pod?an escribir sobre pol?tica internacional o sucesos. A pesar de ese antecedente, la presencia de mujeres en las redacciones espa?olas vinculadas a la m?sica no ha sido demasiado habitual hasta fechas recientes. Esto convierte a Patricia Godes en, si no "la ?nica chica", s? en una de las pioneras en las secciones de m?sica de los peri?dicos y de las revistas especializadas de los 80.
"El machismo est? en la sociedad y por supuesto que lo he sufrido en mi trabajo. No ganaba menos sueldo que mis compa?eros, porque cobr?bamos todos una porquer?a, pero s? que recib?a m?s cr?ticas que mis colegas hombres. Adem?s, mientras que no han querido matar nunca a ninguno de mis compa?eros, yo he recibido tanto propuestas sexuales como amenazas de muerte", recuerda Godes, que considera que ese machismo no solo est? en los comportamientos de compa?eros y lectores sino en la forma misma de escribir sobre m?sica.
"La escala de valores de la cr?tica musical es muy masculina, en el mal sentido. Es como un partido de f?tbol: los m?os contra los dem?s; mi tribu contra la otra. En mi caso, como sé un poco m?s de m?sica, de c?mo se graba y de c?mo se tocan casi todos los instrumentos menos los de percusi?n, las entrevistas con los m?sicos siempre han estado bien. Otros compa?eros, sin embargo, como no saben de m?sica y tampoco acostumbran a leer las revistas profesionales, hacen una cr?tica que no es m?s que una excusa literaria para encontrar un lenguaje que defina esos valores que quieren defender y que son muy masculinos. Por ejemplo, que todo sea m?s caro, m?s r?pido, m?s exclusivo, m?s ruidoso… Una actitud que ha hecho, por ejemplo, que la m?sica bonita, dulce, m?s ligera y m?s mel?dica haya sido despreciada por babosa".
Aunque en la actualidad el n?mero de mujeres en las redacciones ha aumentado, en opini?n de Godes, ese sesgo masculino sigue estando en los escritos de cr?tica musical. "Estoy encantada de que estén todas estas chavalas, que ya no son tan chavalas porque llevan ya veinte a?os escribiendo. Todas me caen muy bien, son estupendas, saben much?simo de m?sica, son muy divertidas, pero es gente que, me atrever?a a decir, aunque no lo puedo asegurar, vienen de la facultad de periodismo. Si no vienen de ah?, han le?do mucha prensa musical, que sigue siendo un entorno muy masculino. De hecho, al principio yo también imitaba esa erudici?n falsa, pero luego encontré mi propio lenguaje y eso a la gente le sent? muy mal", explica Godes, que considera que esa hegemon?a masculina ha aumentado respecto a la época en la que ella comenz? a trabajar.
"Ese canon pesa m?s que cuando yo empecé y el machismo ha crecido en progresi?n geométrica. A tres compa?eros m?os les he comentado ideas y los tres han hecho libros con ellas sin preguntarme si los quer?a hacer yo, sin decirme que los iban a hacer y sin acordarse de que eran ideas m?as. También tuve que quitar de la web los programas de m?sica que hac?a en una radio, después de que cuatro o cinco se?oros sacaran libros con el mismo nombre, entrevistaran a los mismos personajes, hicieran la misma f?rmula o repitieran las mismas entrevistas… ?utilizando mis guiones! Esto, lo siento mucho, no pasaba en los 80. Ni siquiera en los 70".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/robin-green-periodista-rolling-stone-98114413)