الريــم
02-13-2024, 09:30 AM
Cristino de Vera es como un santo laico. Aqu? est?, sentado en su sill?n de siempre, cerca de la m?sica gregoriana, mirando con sus ojos heridos c?mo pasa el tiempo por él y por la vida. Vive en el centro de Madrid, ajeno al mundo, buscando en el horizonte opaco todos los colores del aire. Ahora, demediada su vista, mira hacia adentro, busca en las palabras, y en el silencio, la voz que le sigue contando d?nde est? la luz, el aire de su pintura.
No busquen en él piedras, asuntos concretos, él vive pensando en la ética del silencio, y habla como si lo estuviera interpretando. Una vez me dijo: “Habr?a que enfrentar nuestro pobre y limitado lenguaje con la caligraf?a divina que convierte todo en un silencio del m?s grande desierto que es la soledad profunda”.
Es como sus cuadros, n?tidos, dolidos, hechos de tierra y aire, herederos de Zurbar?n o de Luis Fern?ndez, pero sobre todo del silencio que le inspiraron sus maestros. Es, dice Juan Manuel Bonet, cr?tico de arte, “un eremita de la pintura”.
A Bonet se le debe la organizaci?n estética de la exposici?n que Cristino de Vera, tinerfe?o de 92 a?os, abre este 15 de febrero en el Instituto Cervantes de Roma. Auspiciada por la Fundaci?n Caja Canarias y por la Fundaci?n Cristino de Vera (con sede de exposiciones y obra propia en La Laguna), y montada gracias también a otras entidades isle?as, esta muestra supone el regreso del pintor a la ciudad de Roma, donde en 1962 vivi? la escuela italiana del arte con una beca de la Fundaci?n March.
Image ID:
98110240
Cristino de Vera, en su casa de Madrid.
José Luis Roca
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2000
1248
Hablar con Cristino de Vera, que no ha dejado atr?s el acento canario y cuenta como si estuviera recitando poemas o componiendo m?sica, es acercarse a la poes?a que, durante a?os, lo acompa?aba como una guitarra sonando, siempre atento a la inspiraci?n que luego convirtieron sus cuadros en testimonios de un paisaje que parec?a inspirado por Unamuno o por 'Don Quijote', pues la llanura de Castilla y los accidentes isle?os (el Teide, las lejan?as, la Monta?a Pelada del Médano) son su inspiraci?n y su compa??a.
P. Fue becario en Roma, en 1962. Ahora no va usted, pero su pintura s? que va a Roma.
R. Fui a Roma y a muchos sitios. Escrib?a desde all? a la Fundaci?n March, de lo que iba conociendo, de la belleza que ve?a, de lo que iba aprendiendo… Aprend? la belleza de Italia. Es el pa?s que m?s belleza ha acumulado. Vi, por tanto, la Italia acumulada. Atend? al silencio que guarda el esp?ritu del hombre, con las religiones que cuentan lo divino, la energ?a del tiempo… Siempre mantuve algo de fe, a veces se apagaba, pero siempre he tenido relaci?n con lo divino.
Image ID:
98110261
'Muros y dos objetos blancos', de Cristino de Vera (1997).
©Fundaci?n Cristino Vera - Fundaci?n Caja Canarias
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700
858
P. A veces se encend?a esa fe... ?Cu?ndo?
R. Cuando escuchaba la m?sica de Juan Sebasti?n Bach. Esa m?sica me ha ayudado mucho, su coro, sus voces, sus m?sicos, las voces se van diluyendo, se van espiritualizando. Y al final lo que domina en esa m?sica es el silencio. La idea es que por medio del silencio t? llegues al alma de la m?sica, y esa es la grandeza de Bach.
P. El silencio ha sido para usted como una presencia divina.
R. S?, el silencio es como la luz de dentro. Para mi, el silencio es para que el humano se sienta cerca del amanecer, después de ese viaje de la noche. En la India vi una luz que no he visto en ning?n museo, una luz violeta que se iba convirtiendo en azul. Esa atm?sfera casi celeste me recordaba a Fra Angelico. Era la belleza, llevada al grado de la meditaci?n y de la oraci?n. Hay una conexi?n espiritual entre todas las artes, eso es lo que hace con ellas la poes?a, la escritura. Es también el factor que une todas las religiones, no s?lo la cristiana: todas.
La gente piensa que la religi?n es para que los ni?os hagan la primera comuni?n, y no profundizan en esa luz que a veces te llega por las ma?anas y que es un mensaje divino envuelto en una luz blanca"
P. Su vida es un largo viaje interior…
R. Yo he ido detr?s de todos esos misterios que te pueden devolver la fe. La gente piensa que la religi?n es para que los ni?os hagan la primera comuni?n, y no profundizan en esa luz que a veces te llega por las ma?anas y que es un mensaje divino envuelto en una luz blanca.
P. ?De d?nde viene esa luz interior que impulsa su arte, su vida?
R. Todovienede la parte divina de la que dispone el alma, el esp?ritu… Vuelvo a Bach: su m?sica se va diluyendo y va convirtiendo esa belleza incre?ble en un milagro de silencio.
P. Ahora va su pintura a Roma. ?Qué tendr?an que buscar los que vayan all? a ver sus cuadros?
R. Que busquen lo que yo mismo busqué. Lo que busqué en el Prado, el aroma del silencio, la austeridad, la calma. Ese aire monacal que tiene el silencio… El silencio es un di?logo, rozando en lo divino. Te explica lo que no puede explicar ning?n idioma, amplifica la raz?n, es como un diamante que hay que cuidar como se cultivan las flores de un jard?n.
P. Dice Juan Manuel Bonet que la esencia de su pintura es la luz, la influencia de Zurbar?n, del Greco, de Piero de la Francesca... ?l nombra también a Luis Fern?ndez, a V?zquez D?az…
R. Todos est?n buscando la misma filosof?a, la misma m?sica, como si ésta te acompa?ara a lo oculto, al silencio del desierto, sin miedo y en el silencio.
El misterio de la luz es la noche, pero no importa d?nde esté el paisaje: lo que te lleva a pintarlo es el silencio que transmite"
P. Usted es pintor de Castilla y también de Canarias, mundos tan dis?miles…
R. Mi padre, como mi abuelo, era de Granadilla, all? queda algo misterioso del guanche. Conoc? la Cueva Pintada de Gran Canaria. Castilla es esa llanura que convoca el silencio de Unamuno, del Quijote. Todos los paisajes remiten a la quietud, al silencio. El aire se serena, el viento se paraliza, las monta?as lejanas nos mandan un eco misterioso, y luego la luz del d?a se va organizando. El misterio de la luz es la noche, pero no importa d?nde esté el paisaje: lo que te lleva a pintarlo es el silencio que transmite. En mi primera exposici?n en Madrid hab?a poetas, como José Hierro; me llamaban m?stico, y algo de eso ha habido. He ido siempre detr?s de lo misterioso, tratando de penetrar en ello.
P. Hace a?os usted dijo que quer?a que sus cuadros fueran un romance de paz en el universo. M?s que una frase, era un deseo.
R. Nosotros hemos pasado una guerra civil. Hubo tantos a?os de muertes, de enfermedad, de tuberculosis en Canarias, tantos compa?eros del Bachillerato murieron porque no hab?a comida: hab?a papas, tomates, cualquier catarro tumbaba a los chicos…
Image ID:
98110284
Cristino de Vera inaugura exposici?n en Roma este 15 de febrero.
José Luis Roca
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1262
P. ?Qué es Canarias para usted? Quiz? un poema.
R. Un poema, s?. Quiz? el ?ltimo poema… Yo te miro, Monta?a Roja. Yo miro tus playas, tu silencio, los contornos del mar cuando te irrumpe con la agresi?n de las olas. Miro los barcos, yo te miro, Monta?a Roja…
P. ?Qué cuadros suyos viajan a Roma?
R. La ?ltima parte de mi pintura. La m?s esencial. 'Paisaje con horizonte', 'Cristo y Castilla', 'Teide, nubes y tazas blancas', 'Cr?neos'…As? lo eligi? Bonet, y él es muy sabio.
P. Su arte nace y vive en el sobrecogimiento.
R. El sufrimiento entra dentro de las artes y del dolor humano. Filosofar es aprender a morir. El mundo es muy fugaz, como el tiempo que vives. Tienes un vergel, pero has de cultivarlo. Has de aprender a meditar, a pactar con el silencio, no pensar… Esa quietud que buscas va limpiando las cosas que te han ense?ado y que no te sirven para nada.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/cristino-vera-pintor-he-ido-98110328)
No busquen en él piedras, asuntos concretos, él vive pensando en la ética del silencio, y habla como si lo estuviera interpretando. Una vez me dijo: “Habr?a que enfrentar nuestro pobre y limitado lenguaje con la caligraf?a divina que convierte todo en un silencio del m?s grande desierto que es la soledad profunda”.
Es como sus cuadros, n?tidos, dolidos, hechos de tierra y aire, herederos de Zurbar?n o de Luis Fern?ndez, pero sobre todo del silencio que le inspiraron sus maestros. Es, dice Juan Manuel Bonet, cr?tico de arte, “un eremita de la pintura”.
A Bonet se le debe la organizaci?n estética de la exposici?n que Cristino de Vera, tinerfe?o de 92 a?os, abre este 15 de febrero en el Instituto Cervantes de Roma. Auspiciada por la Fundaci?n Caja Canarias y por la Fundaci?n Cristino de Vera (con sede de exposiciones y obra propia en La Laguna), y montada gracias también a otras entidades isle?as, esta muestra supone el regreso del pintor a la ciudad de Roma, donde en 1962 vivi? la escuela italiana del arte con una beca de la Fundaci?n March.
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Cristino de Vera, en su casa de Madrid.
José Luis Roca
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Hablar con Cristino de Vera, que no ha dejado atr?s el acento canario y cuenta como si estuviera recitando poemas o componiendo m?sica, es acercarse a la poes?a que, durante a?os, lo acompa?aba como una guitarra sonando, siempre atento a la inspiraci?n que luego convirtieron sus cuadros en testimonios de un paisaje que parec?a inspirado por Unamuno o por 'Don Quijote', pues la llanura de Castilla y los accidentes isle?os (el Teide, las lejan?as, la Monta?a Pelada del Médano) son su inspiraci?n y su compa??a.
P. Fue becario en Roma, en 1962. Ahora no va usted, pero su pintura s? que va a Roma.
R. Fui a Roma y a muchos sitios. Escrib?a desde all? a la Fundaci?n March, de lo que iba conociendo, de la belleza que ve?a, de lo que iba aprendiendo… Aprend? la belleza de Italia. Es el pa?s que m?s belleza ha acumulado. Vi, por tanto, la Italia acumulada. Atend? al silencio que guarda el esp?ritu del hombre, con las religiones que cuentan lo divino, la energ?a del tiempo… Siempre mantuve algo de fe, a veces se apagaba, pero siempre he tenido relaci?n con lo divino.
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'Muros y dos objetos blancos', de Cristino de Vera (1997).
©Fundaci?n Cristino Vera - Fundaci?n Caja Canarias
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P. A veces se encend?a esa fe... ?Cu?ndo?
R. Cuando escuchaba la m?sica de Juan Sebasti?n Bach. Esa m?sica me ha ayudado mucho, su coro, sus voces, sus m?sicos, las voces se van diluyendo, se van espiritualizando. Y al final lo que domina en esa m?sica es el silencio. La idea es que por medio del silencio t? llegues al alma de la m?sica, y esa es la grandeza de Bach.
P. El silencio ha sido para usted como una presencia divina.
R. S?, el silencio es como la luz de dentro. Para mi, el silencio es para que el humano se sienta cerca del amanecer, después de ese viaje de la noche. En la India vi una luz que no he visto en ning?n museo, una luz violeta que se iba convirtiendo en azul. Esa atm?sfera casi celeste me recordaba a Fra Angelico. Era la belleza, llevada al grado de la meditaci?n y de la oraci?n. Hay una conexi?n espiritual entre todas las artes, eso es lo que hace con ellas la poes?a, la escritura. Es también el factor que une todas las religiones, no s?lo la cristiana: todas.
La gente piensa que la religi?n es para que los ni?os hagan la primera comuni?n, y no profundizan en esa luz que a veces te llega por las ma?anas y que es un mensaje divino envuelto en una luz blanca"
P. Su vida es un largo viaje interior…
R. Yo he ido detr?s de todos esos misterios que te pueden devolver la fe. La gente piensa que la religi?n es para que los ni?os hagan la primera comuni?n, y no profundizan en esa luz que a veces te llega por las ma?anas y que es un mensaje divino envuelto en una luz blanca.
P. ?De d?nde viene esa luz interior que impulsa su arte, su vida?
R. Todovienede la parte divina de la que dispone el alma, el esp?ritu… Vuelvo a Bach: su m?sica se va diluyendo y va convirtiendo esa belleza incre?ble en un milagro de silencio.
P. Ahora va su pintura a Roma. ?Qué tendr?an que buscar los que vayan all? a ver sus cuadros?
R. Que busquen lo que yo mismo busqué. Lo que busqué en el Prado, el aroma del silencio, la austeridad, la calma. Ese aire monacal que tiene el silencio… El silencio es un di?logo, rozando en lo divino. Te explica lo que no puede explicar ning?n idioma, amplifica la raz?n, es como un diamante que hay que cuidar como se cultivan las flores de un jard?n.
P. Dice Juan Manuel Bonet que la esencia de su pintura es la luz, la influencia de Zurbar?n, del Greco, de Piero de la Francesca... ?l nombra también a Luis Fern?ndez, a V?zquez D?az…
R. Todos est?n buscando la misma filosof?a, la misma m?sica, como si ésta te acompa?ara a lo oculto, al silencio del desierto, sin miedo y en el silencio.
El misterio de la luz es la noche, pero no importa d?nde esté el paisaje: lo que te lleva a pintarlo es el silencio que transmite"
P. Usted es pintor de Castilla y también de Canarias, mundos tan dis?miles…
R. Mi padre, como mi abuelo, era de Granadilla, all? queda algo misterioso del guanche. Conoc? la Cueva Pintada de Gran Canaria. Castilla es esa llanura que convoca el silencio de Unamuno, del Quijote. Todos los paisajes remiten a la quietud, al silencio. El aire se serena, el viento se paraliza, las monta?as lejanas nos mandan un eco misterioso, y luego la luz del d?a se va organizando. El misterio de la luz es la noche, pero no importa d?nde esté el paisaje: lo que te lleva a pintarlo es el silencio que transmite. En mi primera exposici?n en Madrid hab?a poetas, como José Hierro; me llamaban m?stico, y algo de eso ha habido. He ido siempre detr?s de lo misterioso, tratando de penetrar en ello.
P. Hace a?os usted dijo que quer?a que sus cuadros fueran un romance de paz en el universo. M?s que una frase, era un deseo.
R. Nosotros hemos pasado una guerra civil. Hubo tantos a?os de muertes, de enfermedad, de tuberculosis en Canarias, tantos compa?eros del Bachillerato murieron porque no hab?a comida: hab?a papas, tomates, cualquier catarro tumbaba a los chicos…
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Cristino de Vera inaugura exposici?n en Roma este 15 de febrero.
José Luis Roca
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P. ?Qué es Canarias para usted? Quiz? un poema.
R. Un poema, s?. Quiz? el ?ltimo poema… Yo te miro, Monta?a Roja. Yo miro tus playas, tu silencio, los contornos del mar cuando te irrumpe con la agresi?n de las olas. Miro los barcos, yo te miro, Monta?a Roja…
P. ?Qué cuadros suyos viajan a Roma?
R. La ?ltima parte de mi pintura. La m?s esencial. 'Paisaje con horizonte', 'Cristo y Castilla', 'Teide, nubes y tazas blancas', 'Cr?neos'…As? lo eligi? Bonet, y él es muy sabio.
P. Su arte nace y vive en el sobrecogimiento.
R. El sufrimiento entra dentro de las artes y del dolor humano. Filosofar es aprender a morir. El mundo es muy fugaz, como el tiempo que vives. Tienes un vergel, pero has de cultivarlo. Has de aprender a meditar, a pactar con el silencio, no pensar… Esa quietud que buscas va limpiando las cosas que te han ense?ado y que no te sirven para nada.
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