الريــم
02-11-2024, 12:08 AM
El Madrid aplast? a un desconocido Girona, un equipo que no compareci? en el Bernabéu.*Qued? arrastrado por la magia de Vinicius, las llegadas demoledoras de Bellinghan y las torpezas defensivas de Yan Couto,*que apareci? en los cuatro goles blancos, dos de ellos nacieron de pérdidas absurdas. Y provoc? el penalti en el ?ltimo suspiro el lateral brasile?o, aunque el lanzamiento de Joselu fue repelido por el poste derecho de Gazzaniga evitando la manita blanca.
No existi? para el equipo del sancionado M?chel mayor castigo que no estar a la altura de lo que es, incapaz de aprovechar las tremendas bajas defensivas que angustiaban a Ancelotti. Era un an?nimo e irreconocible Girona, que a la hora de partido hab?a encajado la mayor goleada de la temporada. Se fue del gran partido sin un solo disparo a puerta.
Los c?nticos del Bernabéu
En el Bernabéu, entretanto, con el sosiego que da tener la Liga cada vez m?s cerca (cinco puntas de renta sobre el segundo), comenz? a desplegar su cat?logo de cantos euf?ricos: ‘??As?, as?, as? gana el Madrid!!’. Pero le faltaba otro grito lleno de iron?a: '??Xavi, qued?te, Xavi qued?te!!".
Le sobr? media hora a Ancelotti. Media hora para ir dando descanso a jugadores, mientras el enfado de M?chel aumentaba porque su equipo no tuvo respuestas ante el poder?o del Madrid.*Cre?a el Girona al inicio que estaba en Montilivi. Ten?a el bal?n. Ten?a el control. Al menos, en los primeros cinco minutos Y no es poco siendo el Bernabéu. Pero no basta.
De error en error
Una pérdida de Yan Couto con todos sus compa?eros iniciando la fase ofensiva desencaden? el golazo de Vinicius, quien, tal vez, escaldado por el ruido de Mbappé, ese ruido que no cesa, se invent? un derechazo imponente. No hab?a nada antes. Ni tampoco después. Antes, si acaso, ese error de Couto, pero a casi 60 metros del marco de Gazzaniga.
Un latifundio por donde el Madrid cabalg? luego con toda la calma del mundo pillando con el pie cambiado al equipo de M?chel, quien se confundi?.*Y en ese fallo lleg? el tanto de Vinicius.*Un gol que era un monumento a la precisi?n. Y, al mismo tiempo, a la belleza.
Eso ejerci? un efecto devastador para el Girona, quien continu? teniendo la posesi?n (era de un aplastante 70% en el primer cuarto, del 59% en la media hora inicial y acab? a los 45 minutos con 51%), pero de nada le serv?a. En la banda izquierda, eje del juego ofensivo dise?ado por M?chel, todo iba al revés. Savinho no desbordaba, mientras Miguel, m?s t?mido que de costumbre, viv?a m?s cerca de Gazzaniga que de Lunin. Mal asunto.*
Malo porque el Madrid, recostado en ese 1-0 de Vinicius, se sent?a tranquilo. ?Y el Girona? Inc?modo. Con el bal?n en los pies, pero siendo su posesi?n tan inanimada como estéril, justo antes de que Vinicius, con una asistencia sensacional –el golpeo con el exterior de su pie derecho- para que Bellingham, de nuevo, galopara rasgando a Eric Garc?a y castigando la terrible duda de Gazzaniga.
Ni se qued? el meta argentino bajo los palos, que no deb?a, ni atac? el bal?n a la espalda de los centrales con la determinaci?n que s? deb?a haber hecho. Poco m?s de media hora y el Madrid dominaba con un inapelable ejercicio de contundencia: cuatro remates, tres a puerta y dos goles.*
?Y el Girona? Nada. Ni dispar? a puerta, mientras M?chel, desde una cabina en las alturas del Bernabéu, ordenaba calentar a Pablo Torre y Arnau antes incluso de terminar la primera mitad certificando que su plan inicial no funcion?. Ancelotti, en cambio, y una vez conocida la baja de ?ltima hora de Rüdiger, orden? una pareja de centrales, pero con roles distintos. Puso a Tchouaméni en la derecha y disfraz? a Carvajal de central zurdo. Ni se despein? el Madrid.
Noche pl?cida para Lunin
A Lunin se le vio jugando siempre con el pie. Podr?a haber llevado las manos en los bolsillos. No las necesit? para nada, si acaso para atrapar alg?n que otro sencillo bal?n aéreo. Al Girona le hab?an quitado las alas en ataque –ni rastro de Couto, Miguel, Tsygankov, Savinho…- por lo que fue un equipo inofensivo.
Mucho bal?n, que provoc? hasta impacientes pitos del Bernabéu, poco veneno. Parec?a que estaba vacunado. ?Era el Girona? O una copia mala de ese grupo de atrevidos jugadores que asombraban en la Liga. Acabada la primera mitad no hac?a falta que ninguno levantara la vista hacia el techo cubierto del reluciente y modern?simo Bernabéu. Hab?an sido aplastados por un Madrid demoledor. Y, sobre todo, por su incomparecencia.
No existe peor derrota que ésa. No ser quien es o quien hab?as sido hasta venir a Madrid. M?chel asumi? su error con el primer cambio ya que sac? a Portu y puso a Pablo Torre. Algo cambi? entonces, pero dur? poco. Demasiado poco. Y a los 50 minutos lleg? el primer buen centro de Savinho, que no encontr? a Dovbyk, limitado como se le ve?a por esos problemas f?sicos en la rodilla que solo le dejaron entrenar con el grupo el pasado viernes.
Y el Bernabéu, que empez? nervioso, acab? la noche con saludos y c?nticos entre el Fondo Norte y el Fondo Sur. Vinicius, a lo suyo. Castigando la debilidad de Yan Couto para transformarse en la estrella del gran partido. El tercer gol es de Bellingham, al igual que el segundo. Pero ninguno se entender?a sin la magia previa del brasile?o. Fue él quien desfigur? a un irreconocible Girona, sintetizado en la triste figura de Couto, ‘autor pasivo e ideol?gico’ porque aparece en las cuatro fotos de los cuatro goles del Madrid. Y en la del penalti que cometi?.
Mof?ndose, adem?s, el Bernabéu del futuro de Xavi sintiendo que la Liga que es a?n ya del Barça ya les pertenece. Y el Girona ni vino a Madrid.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/real-madrid/vinicius-bellingham-silencian-desfiguran-anonimo-98015305)
No existi? para el equipo del sancionado M?chel mayor castigo que no estar a la altura de lo que es, incapaz de aprovechar las tremendas bajas defensivas que angustiaban a Ancelotti. Era un an?nimo e irreconocible Girona, que a la hora de partido hab?a encajado la mayor goleada de la temporada. Se fue del gran partido sin un solo disparo a puerta.
Los c?nticos del Bernabéu
En el Bernabéu, entretanto, con el sosiego que da tener la Liga cada vez m?s cerca (cinco puntas de renta sobre el segundo), comenz? a desplegar su cat?logo de cantos euf?ricos: ‘??As?, as?, as? gana el Madrid!!’. Pero le faltaba otro grito lleno de iron?a: '??Xavi, qued?te, Xavi qued?te!!".
Le sobr? media hora a Ancelotti. Media hora para ir dando descanso a jugadores, mientras el enfado de M?chel aumentaba porque su equipo no tuvo respuestas ante el poder?o del Madrid.*Cre?a el Girona al inicio que estaba en Montilivi. Ten?a el bal?n. Ten?a el control. Al menos, en los primeros cinco minutos Y no es poco siendo el Bernabéu. Pero no basta.
De error en error
Una pérdida de Yan Couto con todos sus compa?eros iniciando la fase ofensiva desencaden? el golazo de Vinicius, quien, tal vez, escaldado por el ruido de Mbappé, ese ruido que no cesa, se invent? un derechazo imponente. No hab?a nada antes. Ni tampoco después. Antes, si acaso, ese error de Couto, pero a casi 60 metros del marco de Gazzaniga.
Un latifundio por donde el Madrid cabalg? luego con toda la calma del mundo pillando con el pie cambiado al equipo de M?chel, quien se confundi?.*Y en ese fallo lleg? el tanto de Vinicius.*Un gol que era un monumento a la precisi?n. Y, al mismo tiempo, a la belleza.
Eso ejerci? un efecto devastador para el Girona, quien continu? teniendo la posesi?n (era de un aplastante 70% en el primer cuarto, del 59% en la media hora inicial y acab? a los 45 minutos con 51%), pero de nada le serv?a. En la banda izquierda, eje del juego ofensivo dise?ado por M?chel, todo iba al revés. Savinho no desbordaba, mientras Miguel, m?s t?mido que de costumbre, viv?a m?s cerca de Gazzaniga que de Lunin. Mal asunto.*
Malo porque el Madrid, recostado en ese 1-0 de Vinicius, se sent?a tranquilo. ?Y el Girona? Inc?modo. Con el bal?n en los pies, pero siendo su posesi?n tan inanimada como estéril, justo antes de que Vinicius, con una asistencia sensacional –el golpeo con el exterior de su pie derecho- para que Bellingham, de nuevo, galopara rasgando a Eric Garc?a y castigando la terrible duda de Gazzaniga.
Ni se qued? el meta argentino bajo los palos, que no deb?a, ni atac? el bal?n a la espalda de los centrales con la determinaci?n que s? deb?a haber hecho. Poco m?s de media hora y el Madrid dominaba con un inapelable ejercicio de contundencia: cuatro remates, tres a puerta y dos goles.*
?Y el Girona? Nada. Ni dispar? a puerta, mientras M?chel, desde una cabina en las alturas del Bernabéu, ordenaba calentar a Pablo Torre y Arnau antes incluso de terminar la primera mitad certificando que su plan inicial no funcion?. Ancelotti, en cambio, y una vez conocida la baja de ?ltima hora de Rüdiger, orden? una pareja de centrales, pero con roles distintos. Puso a Tchouaméni en la derecha y disfraz? a Carvajal de central zurdo. Ni se despein? el Madrid.
Noche pl?cida para Lunin
A Lunin se le vio jugando siempre con el pie. Podr?a haber llevado las manos en los bolsillos. No las necesit? para nada, si acaso para atrapar alg?n que otro sencillo bal?n aéreo. Al Girona le hab?an quitado las alas en ataque –ni rastro de Couto, Miguel, Tsygankov, Savinho…- por lo que fue un equipo inofensivo.
Mucho bal?n, que provoc? hasta impacientes pitos del Bernabéu, poco veneno. Parec?a que estaba vacunado. ?Era el Girona? O una copia mala de ese grupo de atrevidos jugadores que asombraban en la Liga. Acabada la primera mitad no hac?a falta que ninguno levantara la vista hacia el techo cubierto del reluciente y modern?simo Bernabéu. Hab?an sido aplastados por un Madrid demoledor. Y, sobre todo, por su incomparecencia.
No existe peor derrota que ésa. No ser quien es o quien hab?as sido hasta venir a Madrid. M?chel asumi? su error con el primer cambio ya que sac? a Portu y puso a Pablo Torre. Algo cambi? entonces, pero dur? poco. Demasiado poco. Y a los 50 minutos lleg? el primer buen centro de Savinho, que no encontr? a Dovbyk, limitado como se le ve?a por esos problemas f?sicos en la rodilla que solo le dejaron entrenar con el grupo el pasado viernes.
Y el Bernabéu, que empez? nervioso, acab? la noche con saludos y c?nticos entre el Fondo Norte y el Fondo Sur. Vinicius, a lo suyo. Castigando la debilidad de Yan Couto para transformarse en la estrella del gran partido. El tercer gol es de Bellingham, al igual que el segundo. Pero ninguno se entender?a sin la magia previa del brasile?o. Fue él quien desfigur? a un irreconocible Girona, sintetizado en la triste figura de Couto, ‘autor pasivo e ideol?gico’ porque aparece en las cuatro fotos de los cuatro goles del Madrid. Y en la del penalti que cometi?.
Mof?ndose, adem?s, el Bernabéu del futuro de Xavi sintiendo que la Liga que es a?n ya del Barça ya les pertenece. Y el Girona ni vino a Madrid.
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