الريــم
02-01-2024, 04:55 PM
Si el episodio del beso a la fuerza del expresidente de la Federaci?n Espa?ola de F?tbol, Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial en Australia puso sobre la mesa la agresi?n sexual y el no consentimiento como una violencia (https://www.sport.es/es/temas/violencia-1836236)normalizada dentro de las jerarqu?as patriarcales en el ?mbito deportivo, las denuncias por presuntos abusos sexuales (https://www.sport.es/es/temas/abusos-sexuales-1836841) contra los cineastas Armando Ravelo y Carlos Vermut han destapado una problem?tica estructural e invisibilizada de acoso sexual y abusos (https://www.sport.es/es/temas/abusos-1842471) de poder en el sector del cine, pero que, como en el primer caso, es trasversal a toda la sociedad.
Los testimonios de cada vez m?s mujeres v?ctimas de relaciones de abuso estos ?ltimos d?as ponen en evidencia la realidad del acoso sexual y psicol?gico como una forma de violencia machista cotidiana y silenciada, que, en numerosos casos, el miedo y la impunidad contribuyen a perpetuar. La psic?loga sanitaria Erica S. Gallego, de Therapy Room Psicolog?a Las Palmas, desgrana algunas claves sobre los patrones de comportamiento de los agresores, as? como sus mecanismos de manipulaci?n y control, toda vez que brinda algunas pautas y herramientas para identificar los hilos de esa telara?a tejida poco a poco sobre el abismo.
?De qué hablamos cuando hablamos de violencia machista?
"Estos casos son una forma m?s de violencia machista, una de las menos visibles y, sin embargo, una de las m?s comunes», afirma la psic?loga Erica S. Gallego. "A veces circunscribimos err?neamente la violencia machista al ?mbito de la pareja o a una agresi?n f?sica, pero este es un tipo de violencia machista que se ejerce a menudo, de forma constante y prolongada, que la sociedad (https://www.sport.es/es/temas/sociedad-1834936)ha tendido a normalizar hist?ricamente y que es ahora, en los ?ltimos a?os, cuando empezamos a denunciarlo como un comportamiento que debe estar rotundamente fuera de la norma".
Modus operandi del agresor
A juicio de la psic?loga, "no tiene por qué haber un modus operandi establecido" en los casos de conductas de abuso, si bien "el tipo de patr?n que se suele repetir es que lo ejercen personas que tienen una posici?n de poder, lo cual facilita bastante que puedan abusar de esa posici?n". "Pero el agresor siempre busca mecanismos de manipulaci?n que le permitan actuar de la manera m?s impune", precisa. "En ese sentido, no existe un perfil ?nico, pero s? hay conductas que se repiten entre personas que manipulan a otras como medio para un fin, en este caso, de abuso sexual: la primera es entablar una relaci?n de colegueo o amistad, como método de protecci?n y de impunidad; la segunda es dirigir la comunicaci?n hacia un ?mbito sexual pero desde la ambivalencia y, desde ah?, tantear si se puede tirar m?s del hilo o, en un momento dado, recoger cable; y la tercera es actuar de una forma muy sibilina, que puede hacer pensar a la v?ctima que es la propia v?ctima quien ha propiciado ese encuentro o esa relaci?n. Y claro, cuanta m?s relaci?n vayamos entablando, m?s te conoceré, m?s informaci?n tendré sobre ti y m?s podré usarla para tratar de llevarte hacia donde a m? me interesa".
Las v?ctimas potenciales
Al igual que en todos los casos de violencia machista, "no considero que exista un perfil com?n entre las v?ctimas de abusos", opina Gallego. "La realidad es que cualquier persona que pueda llamar la atenci?n de la persona que agrede va a ser susceptible de estar en ese punto de mira y ser una posible v?ctima (https://www.sport.es/es/temas/victima-1847777), con independencia de su edad o clase social". "Pero desde el punto de vista pr?ctico del agresor, va a tratar de acercarse a personas que, por la raz?n que sea, estén m?s a su alcance y, en este sentido, siempre le favorecer? mantener una posici?n dominante, ya sea por edad, por conocimiento, o por posici?n social o laboral".
La vergüenza y la culpa
"La responsabilidad siempre, siempre, siempre es de la persona que abusa y agrede. Esto debemos repetirlo hasta la saciedad como un dogma de fe", afirma la psic?loga. Sin embargo, advierte que "desde el ?mbito terapéutico, me encuentro con que la culpabilizaci?n de las v?ctimas e incluso la vergüenza por esa misma culpa perdura much?simo tiempo y hay que trabajarla mucho, porque, adem?s, toca muchas partes muy sensibles, como la autoestima, la sensaci?n de control o la visi?n del mundo, que pasa de ser un lugar seguro a un lugar hostil. Y el proceso de reorganizar todo esto es complejo". No obstante, remarca que, a nivel psicol?gico, hay una diferencia clara entre responsabilidad y culpa: "yo puedo sentirme responsable de algo, pero no sentirme culpable por ello. Yo puedo ser consciente de que he sido part?cipe o he tomado iniciativa en algo que he realizado, pero que no tengo la culpa». "Sin embargo, las personas tenemos la tendencia a atribuirnos a nosotros mismos ese negativo en lo que nos vemos envueltos. Y en casos de abuso, lo habitual es que nos pille totalmente por sorpresa esa agresi?n, porque nunca esperamos que algo as? nos pueda pasar y el cerebro tarda en asimilar toda esa informaci?n. Luego, cuando lo vemos todo con distancia y claridad, no entendemos c?mo es posible que no nos diéramos cuenta de lo que estaba sucediendo. Pensamos que deber?amos haber sido conscientes, haber dicho que no y haber parado".
"La responsabilidad siempre, siempre, siempre es de la persona que abusa y agrede. Esto debemos repetirlo hasta la saciedad como un dogma de fe"
El papel de las psicopatolog?as
La tendencia a patologizar la violencia, atribuyendo sus acciones a estados mentales o adicciones, suele calar en el imaginario colectivo «por lo dif?cil que es aceptar esta conducta de da?o consciente a otros por parte de personas sanas y funcionales». Aun as?, suele esgrimirse a menudo para eximir de responsabilidades. «Lo que me parece fundamental es que podamos diferenciar entre posibles patolog?as que puedan estar subyacentes en el agresor y, por otra parte, su capacidad para diferenciar lo que est? bien y lo que est? mal. El agresor puede sufrir una psicopatolog?a, pero eso no hace que su juicio se nuble hasta el punto de no discernir entre lo que est? bien y mal».
"El abuso no es algo en lo que t? te dejas, es algo que sucede"
Herramientas de psicoeducaci?n
Los aspectos que Gallego suele trabajar en el ?mbito profesional con personas que han sido v?ctimas de abusos suelen incidir "en el poco conocimiento que tenemos sobre c?mo funciona la manipulaci?n; por qué tiene tanto poder y por qué es un abuso". "Sobre todo, es importante desarmar ese discurso en que la persona que ha sido v?ctima se culpa por haber sufrido esa manipulaci?n, cuando el abuso no es algo en lo que t? te dejas, es algo que sucede". En esta l?nea, insiste en «la claridad que brinda la psicoeducaci?n", que es la raz?n por la que celebrar? un taller en el que «proporcionar herramientas y claves sobre c?mo funciona nuestro cerebro y c?mo trabajar sobre la culpa y la responsabilidad, la vergüenza o el miedo al juicio".
La importancia de verbalizar
El paso de verbalizar y denunciar es valiente e importante, pero en paralelo se produce también el fen?meno de la "revictimizaci?n o victimizaci?n secundaria", que abarca "toda la carga ps?quica y emocional de tener que recordar, repetir y rememorar una y otra vez los episodios de abusos, cuando ya supone un trabajo potente tener que transitarlos, ya sea en un proceso de denuncia, de terapia, de hablar con los medios o con una amiga". "Entonces, aunque dar voz y testimonio es importante y puede ser revolucionario, también es importante entender que no todas las personas tienen por qué estar preparadas o en el punto de denunciar su vivencia, y esto debe de ser respetable. Que cada quien haga uso de su espacio y sea due?a del proceso que est? viviendo para transitarlo como considera o como necesita", concluye la psic?loga.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/funcionan-acoso-sexual-psicologico-victimas-97617373)
Los testimonios de cada vez m?s mujeres v?ctimas de relaciones de abuso estos ?ltimos d?as ponen en evidencia la realidad del acoso sexual y psicol?gico como una forma de violencia machista cotidiana y silenciada, que, en numerosos casos, el miedo y la impunidad contribuyen a perpetuar. La psic?loga sanitaria Erica S. Gallego, de Therapy Room Psicolog?a Las Palmas, desgrana algunas claves sobre los patrones de comportamiento de los agresores, as? como sus mecanismos de manipulaci?n y control, toda vez que brinda algunas pautas y herramientas para identificar los hilos de esa telara?a tejida poco a poco sobre el abismo.
?De qué hablamos cuando hablamos de violencia machista?
"Estos casos son una forma m?s de violencia machista, una de las menos visibles y, sin embargo, una de las m?s comunes», afirma la psic?loga Erica S. Gallego. "A veces circunscribimos err?neamente la violencia machista al ?mbito de la pareja o a una agresi?n f?sica, pero este es un tipo de violencia machista que se ejerce a menudo, de forma constante y prolongada, que la sociedad (https://www.sport.es/es/temas/sociedad-1834936)ha tendido a normalizar hist?ricamente y que es ahora, en los ?ltimos a?os, cuando empezamos a denunciarlo como un comportamiento que debe estar rotundamente fuera de la norma".
Modus operandi del agresor
A juicio de la psic?loga, "no tiene por qué haber un modus operandi establecido" en los casos de conductas de abuso, si bien "el tipo de patr?n que se suele repetir es que lo ejercen personas que tienen una posici?n de poder, lo cual facilita bastante que puedan abusar de esa posici?n". "Pero el agresor siempre busca mecanismos de manipulaci?n que le permitan actuar de la manera m?s impune", precisa. "En ese sentido, no existe un perfil ?nico, pero s? hay conductas que se repiten entre personas que manipulan a otras como medio para un fin, en este caso, de abuso sexual: la primera es entablar una relaci?n de colegueo o amistad, como método de protecci?n y de impunidad; la segunda es dirigir la comunicaci?n hacia un ?mbito sexual pero desde la ambivalencia y, desde ah?, tantear si se puede tirar m?s del hilo o, en un momento dado, recoger cable; y la tercera es actuar de una forma muy sibilina, que puede hacer pensar a la v?ctima que es la propia v?ctima quien ha propiciado ese encuentro o esa relaci?n. Y claro, cuanta m?s relaci?n vayamos entablando, m?s te conoceré, m?s informaci?n tendré sobre ti y m?s podré usarla para tratar de llevarte hacia donde a m? me interesa".
Las v?ctimas potenciales
Al igual que en todos los casos de violencia machista, "no considero que exista un perfil com?n entre las v?ctimas de abusos", opina Gallego. "La realidad es que cualquier persona que pueda llamar la atenci?n de la persona que agrede va a ser susceptible de estar en ese punto de mira y ser una posible v?ctima (https://www.sport.es/es/temas/victima-1847777), con independencia de su edad o clase social". "Pero desde el punto de vista pr?ctico del agresor, va a tratar de acercarse a personas que, por la raz?n que sea, estén m?s a su alcance y, en este sentido, siempre le favorecer? mantener una posici?n dominante, ya sea por edad, por conocimiento, o por posici?n social o laboral".
La vergüenza y la culpa
"La responsabilidad siempre, siempre, siempre es de la persona que abusa y agrede. Esto debemos repetirlo hasta la saciedad como un dogma de fe", afirma la psic?loga. Sin embargo, advierte que "desde el ?mbito terapéutico, me encuentro con que la culpabilizaci?n de las v?ctimas e incluso la vergüenza por esa misma culpa perdura much?simo tiempo y hay que trabajarla mucho, porque, adem?s, toca muchas partes muy sensibles, como la autoestima, la sensaci?n de control o la visi?n del mundo, que pasa de ser un lugar seguro a un lugar hostil. Y el proceso de reorganizar todo esto es complejo". No obstante, remarca que, a nivel psicol?gico, hay una diferencia clara entre responsabilidad y culpa: "yo puedo sentirme responsable de algo, pero no sentirme culpable por ello. Yo puedo ser consciente de que he sido part?cipe o he tomado iniciativa en algo que he realizado, pero que no tengo la culpa». "Sin embargo, las personas tenemos la tendencia a atribuirnos a nosotros mismos ese negativo en lo que nos vemos envueltos. Y en casos de abuso, lo habitual es que nos pille totalmente por sorpresa esa agresi?n, porque nunca esperamos que algo as? nos pueda pasar y el cerebro tarda en asimilar toda esa informaci?n. Luego, cuando lo vemos todo con distancia y claridad, no entendemos c?mo es posible que no nos diéramos cuenta de lo que estaba sucediendo. Pensamos que deber?amos haber sido conscientes, haber dicho que no y haber parado".
"La responsabilidad siempre, siempre, siempre es de la persona que abusa y agrede. Esto debemos repetirlo hasta la saciedad como un dogma de fe"
El papel de las psicopatolog?as
La tendencia a patologizar la violencia, atribuyendo sus acciones a estados mentales o adicciones, suele calar en el imaginario colectivo «por lo dif?cil que es aceptar esta conducta de da?o consciente a otros por parte de personas sanas y funcionales». Aun as?, suele esgrimirse a menudo para eximir de responsabilidades. «Lo que me parece fundamental es que podamos diferenciar entre posibles patolog?as que puedan estar subyacentes en el agresor y, por otra parte, su capacidad para diferenciar lo que est? bien y lo que est? mal. El agresor puede sufrir una psicopatolog?a, pero eso no hace que su juicio se nuble hasta el punto de no discernir entre lo que est? bien y mal».
"El abuso no es algo en lo que t? te dejas, es algo que sucede"
Herramientas de psicoeducaci?n
Los aspectos que Gallego suele trabajar en el ?mbito profesional con personas que han sido v?ctimas de abusos suelen incidir "en el poco conocimiento que tenemos sobre c?mo funciona la manipulaci?n; por qué tiene tanto poder y por qué es un abuso". "Sobre todo, es importante desarmar ese discurso en que la persona que ha sido v?ctima se culpa por haber sufrido esa manipulaci?n, cuando el abuso no es algo en lo que t? te dejas, es algo que sucede". En esta l?nea, insiste en «la claridad que brinda la psicoeducaci?n", que es la raz?n por la que celebrar? un taller en el que «proporcionar herramientas y claves sobre c?mo funciona nuestro cerebro y c?mo trabajar sobre la culpa y la responsabilidad, la vergüenza o el miedo al juicio".
La importancia de verbalizar
El paso de verbalizar y denunciar es valiente e importante, pero en paralelo se produce también el fen?meno de la "revictimizaci?n o victimizaci?n secundaria", que abarca "toda la carga ps?quica y emocional de tener que recordar, repetir y rememorar una y otra vez los episodios de abusos, cuando ya supone un trabajo potente tener que transitarlos, ya sea en un proceso de denuncia, de terapia, de hablar con los medios o con una amiga". "Entonces, aunque dar voz y testimonio es importante y puede ser revolucionario, también es importante entender que no todas las personas tienen por qué estar preparadas o en el punto de denunciar su vivencia, y esto debe de ser respetable. Que cada quien haga uso de su espacio y sea due?a del proceso que est? viviendo para transitarlo como considera o como necesita", concluye la psic?loga.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/funcionan-acoso-sexual-psicologico-victimas-97617373)