الريــم
01-25-2024, 11:30 AM
El 25 de enero de 1995, hace 29 a?os, una imagen recorri? las televisiones de todo el mundo. Eric Cantona, ?dolo del United y mejor jugador de la Premier, es expulsado en un partido en el estadio del Crystal Palace. Camino de los vestuarios, se resigna a sufrir la lluvia de improperios t?pica en estos casos.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
4100807
Pero de repente, Cantona lanza una patada voladora a uno de los seguidores que le insultaban. También le da varios pu?etazos, hasta que los miembros de seguridad consiguen llev?rselo.
Luego se supo que el aficionado era Matthew Simmons, que hab?a bajado diez filas en la tribuna para insultar a Cantona, gritarle que volviera a su pa?s y que apestaba a ajo. M?s tarde también se sabr?a que Simmons ten?a antecedentes penales y profesaba ideas racistas.
Cantona fue duramente castigado: la justicia le conden? a 120 horas de trabajos comunitarios y la FA, a ocho meses sin jugar al f?tbol.
“Cuando las gaviotas persiguen al barco pesquero, es porque saben que del barco van a caer sardinas”: fue la ?nica respuesta de Cantona en medio de un vendaval medi?tico.
Mientras, la prensa inglesa lo machacaba. ‘Un genio con mentalidad de hombre de las cavernas’, ‘Cuidado, perro peligroso’, ‘?Que lo descalifiquen a perpetuidad!’, ‘?Que lo devuelvan a Francia!’ fueron algunos de los titulares.*
Han pasado 29 a?os. Lo curioso es que para muchos, el paso del tiempo convirti? aquella patada en un s?mbolo de justicia divina. Lo que en su d?a fue injustificable e imperdonable, hoy se ve como algo que, seg?n desde qué ?ptica, no estuvo mal del todo.
Cabe preguntarse, eso s?, como reaccionar?a hoy la sociedad y el mundo del f?tbol a algo as?: imaginen al mejor jugador de la Premier o de LaLiga lanzando una patada de kung-fu a un aficionado que le insulta desde la grada. Se pedir?an sanciones ejemplares, hist?ricas. Como suelen decir los titulares que buscan ‘clickbaits’, arder?an las redes.*
Y sin embargo, el paso del tiempo parece haber absuelto a Cantona. Quiz? por su indiscutible carisma (retirado del f?tbol, ha destacado como actor), quiz? porque nunca se arrepinti? (“me hubiera encantado patearlo a?n m?s fuerte”, dijo en 2021), pero también porque su patada cambi? de un plumazo la jerarqu?a entre aficionado y jugador. Esa patada vino a demostrar que no todo vale.
La patada revent? la idea que muchos aficionados ten?an: amparados en la masa y en el anonimato, podemos insultar, vejar o humillar a quien nos venga en gana. Era 1995. No exist?an las redes sociales.**
"Cantona no debi? darle esa patada y es normal que lo sancionen", escribi? Javier Mar?as pocos d?as después. “Lo que es m?s discutible es su condena moralista general. Sobre él llueven los insultos y las censuras cuando lo que ha hecho, desde mi punto de vista, ha sido también un acto de coraje e insumisi?n”. Mar?as elogiaba a Cantona por haber sido capaz de “individualizar” a alguien dentro de esa masa “y darle su merecido”.*
Hoy se insulta menos en las gradas (te?ricamente), pero m?s en las redes sociales. Cambia el escenario, pero ah? siguen el odio y las ganas de humillar y despreciar al rival.*
En su d?a, Cantona se rebel?. Le fallaron las formas. Se pas? tres pueblos. Pero mucha gente recuerda ahora esa patada con una media sonrisa en la boca, pensando ?ntimamente algo as? como que 'en el fondo no estuvo tan mal'.*
Los futboleros de una cierta edad recordar?n bien el caso. Los m?s j?venes habr?n o?do hablar, o quiz?s ni eso: en ese caso, conviene recuperar el video y dejarse asombrar. Y luego, preguntarse: si algo as? sucediera hoy, ?qué pasar?a?
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/patada-cantona-29-anos-despues-97307657)
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Pero de repente, Cantona lanza una patada voladora a uno de los seguidores que le insultaban. También le da varios pu?etazos, hasta que los miembros de seguridad consiguen llev?rselo.
Luego se supo que el aficionado era Matthew Simmons, que hab?a bajado diez filas en la tribuna para insultar a Cantona, gritarle que volviera a su pa?s y que apestaba a ajo. M?s tarde también se sabr?a que Simmons ten?a antecedentes penales y profesaba ideas racistas.
Cantona fue duramente castigado: la justicia le conden? a 120 horas de trabajos comunitarios y la FA, a ocho meses sin jugar al f?tbol.
“Cuando las gaviotas persiguen al barco pesquero, es porque saben que del barco van a caer sardinas”: fue la ?nica respuesta de Cantona en medio de un vendaval medi?tico.
Mientras, la prensa inglesa lo machacaba. ‘Un genio con mentalidad de hombre de las cavernas’, ‘Cuidado, perro peligroso’, ‘?Que lo descalifiquen a perpetuidad!’, ‘?Que lo devuelvan a Francia!’ fueron algunos de los titulares.*
Han pasado 29 a?os. Lo curioso es que para muchos, el paso del tiempo convirti? aquella patada en un s?mbolo de justicia divina. Lo que en su d?a fue injustificable e imperdonable, hoy se ve como algo que, seg?n desde qué ?ptica, no estuvo mal del todo.
Cabe preguntarse, eso s?, como reaccionar?a hoy la sociedad y el mundo del f?tbol a algo as?: imaginen al mejor jugador de la Premier o de LaLiga lanzando una patada de kung-fu a un aficionado que le insulta desde la grada. Se pedir?an sanciones ejemplares, hist?ricas. Como suelen decir los titulares que buscan ‘clickbaits’, arder?an las redes.*
Y sin embargo, el paso del tiempo parece haber absuelto a Cantona. Quiz? por su indiscutible carisma (retirado del f?tbol, ha destacado como actor), quiz? porque nunca se arrepinti? (“me hubiera encantado patearlo a?n m?s fuerte”, dijo en 2021), pero también porque su patada cambi? de un plumazo la jerarqu?a entre aficionado y jugador. Esa patada vino a demostrar que no todo vale.
La patada revent? la idea que muchos aficionados ten?an: amparados en la masa y en el anonimato, podemos insultar, vejar o humillar a quien nos venga en gana. Era 1995. No exist?an las redes sociales.**
"Cantona no debi? darle esa patada y es normal que lo sancionen", escribi? Javier Mar?as pocos d?as después. “Lo que es m?s discutible es su condena moralista general. Sobre él llueven los insultos y las censuras cuando lo que ha hecho, desde mi punto de vista, ha sido también un acto de coraje e insumisi?n”. Mar?as elogiaba a Cantona por haber sido capaz de “individualizar” a alguien dentro de esa masa “y darle su merecido”.*
Hoy se insulta menos en las gradas (te?ricamente), pero m?s en las redes sociales. Cambia el escenario, pero ah? siguen el odio y las ganas de humillar y despreciar al rival.*
En su d?a, Cantona se rebel?. Le fallaron las formas. Se pas? tres pueblos. Pero mucha gente recuerda ahora esa patada con una media sonrisa en la boca, pensando ?ntimamente algo as? como que 'en el fondo no estuvo tan mal'.*
Los futboleros de una cierta edad recordar?n bien el caso. Los m?s j?venes habr?n o?do hablar, o quiz?s ni eso: en ese caso, conviene recuperar el video y dejarse asombrar. Y luego, preguntarse: si algo as? sucediera hoy, ?qué pasar?a?
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