الريــم
01-25-2024, 10:50 AM
?ltimamente la enfermedad de Parkinson est? experimentando un crecimiento acelerado. Entre 1990 y 2015, la cantidad de pacientes que sufren este trastorno neurodegenerativo se duplic?, superando los 6 millones. Y se estima que este n?mero volver? a multiplicarse por dos en 2040, cuando previsiblemente haya m?s de 12 millones de personas afectadas.
La pérdida gradual de neuronas en el cerebro est? vinculada al mal plegamiento y agrupaci?n de la prote?na alfa-sinucle?na. Estos agregados t?xicos promueven el da?o de las neuronas dopaminérgicas, que est?n especializadas en la producci?n del neurotransmisor dopamina y se ubican en la sustancia negra del cerebro. La pérdida de esas células es la responsable de los s?ntomas del p?rkinson.
Peligro en el ambiente
En cuanto a las causas, aproximadamente el 15% los pacientes tienen antecedentes familiares. Estos casos pueden ser causados por variantes hereditarias (también llamadas mutaciones) en los genes LRRK2, PARK7, PINK1, PRKN o SNCA y por alteraciones genéticas que no han sido identificadas todav?a.
Sin embargo, la mayor?a de los casos se atribuyen a desencadenantes ambientales, factores de riesgo prevenibles que desempe?an un papel crucial en las probabilidades de sufrir p?rkinson. Entre los m?s destacados se encuentran los golpes repetidos en la cabeza, asociados con actividades como el f?tbol americano, y la exposici?n a herbicidas y pesticidas (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/descubren-relacion-pesticida-usado-espana-94106656). A continuaci?n nos centraremos en estos ?ltimos.
Una de las pruebas incriminatorias es que los agricultores son m?s susceptibles de padecer la dolencia en comparaci?n con la poblaci?n en general. De todos modos, tengamos en cuenta que aunque existan muchas personas expuestas de manera regular a pesticidas, solo tendr?n papeletas de contraer p?rkinson las que estén genéticamente predispuestas.
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97285575
Pesticidas y p?rkinson: una conexi?n fuera de toda duda
PEXELS
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Tras la pista de la microbiota
Adem?s de controlar las plagas, los pesticidas pueden da?ar no solo los cultivos, sino también a los animales y las personas. Los cient?ficos han identificado diez productos –incluidos insecticidas, fungicidas y herbicidas– que deterioran significativamente las neuronas implicadas en el desarrollo de la enfermedad de p?rkinson.
?Y qué mecanismos desencadenan estos efectos neurot?xicos? Parece ser que la presencia de los productos antes citados puede perturbar la microbiota, propiciando la acumulaci?n de metabolitos t?xicos y la forma alterada de la alfa-sinucle?na en los intestinos. Se ha demostrado que esta prote?na mal plegada puede ser transportada desde las células enteroendocrinas (las encargadas de regular la ingesta de alimentos y el metabolismo) a través del nervio vago hasta el cerebro. Aqu? se agregan para formar cuerpos de Lewy, dep?sitos asociados con la enfermedad de Parkinson.
Lista de cargos contra los pesticidas
A continuaci?n explicaremos c?mo act?an algunos de los pesticidas y herbicidas que producen toxicidad en las neuronas a la luz de las ?ltimas investigaciones.
El glifosato, el herbicida m?s utilizado en todo el mundo, perturba el equilibrio de las bacterias beneficiosas que colonizan los intestinos humanos. También promueve el aumento de bacterias como los clostridios, que producen niveles elevados de metabolitos perjudiciales para el cerebro. Este fen?meno podr?a contribuir al desarrollo de enfermedades neurol?gicas. Varios experimentos con animales han demostrado que el glifosato provoca cambios en las sustancias transmisoras en el cerebro, reacciones inflamatorias, alteraciones del sistema energético de las células y estrés oxidativo. Adem?s, la exposici?n a este compuesto se asocia con niveles m?s altos de prote?na ligera de neurofilamento urinario, un indicador de da?o neuronal en enfermedades neurodegenerativas.
Otro pesticida cl?sico, la rotenona, ha sido relacionado con la acumulaci?n de la prote?na alfa-sinucle?na en el cerebro. La exposici?n breve a a este producto puede causar manifestaciones similares a las del p?rkinson. Estos s?ntomas empeoran poco a poco con el tiempo e incluyen cambios en la forma de actuar y problemas neurol?gicos. En un estudio con ratones, los investigadores inyectaron rotenona en el col?n de los animales. Meses después, se evidenci? un aumento en la producci?n de una forma perjudicial de alfa-sinucle?na (denominada pS129) en los nervios primarios que abastecen el tracto digestivo y la sustancia negra del cerebro. Esto gener? una degeneraci?n de las neuronas dopaminérgicas y la funci?n motora. Adicionalmente, los an?lisis de secuenciaci?n microbiana revelaron que la rotenona alter? la proporci?n de bacterias Firmicutes y Bacteroidetes. Otro estudio corrobor? este fen?meno al demostrar que los animales presentaban anomal?as motoras meses después de la exposici?n a la rotenona, con una pérdida significativa de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra y una respuesta neuroinflamatoria.
La deltametrina es otro insecticida capaz de perturbar la se?alizaci?n de dopamina. Los ratones en contacto con este compuesto experimentaron alteraciones en las v?as de dopamina, pérdida de la capacidad motora y cambios cognitivos. Estos resultados indican que la ingesta de deltametrina en la edad adulta puede producir modificaciones en el intestino y el cerebro relevantes para el desarrollo del p?rkinson.
Finalmente, el fungicida benomyl se ha vinculado con un aumento en el riesgo de sufrir la enfermedad que nos ocupa al inhibir la enzima aldeh?do deshidrogenasa, con consecuencias nocivas para el cerebro. Normalmente, dicha enzima es responsable de metabolizar grasas, prote?nas y toxinas como el alcohol.
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Pesticidas y p?rkinson: una conexi?n fuera de toda duda
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Una regulaci?n controvertida
Es crucial comprender los mecanismos involucrados en la toxicidad de los pesticidas y herbicidas para encontrar nuevas estrategias preventivas y tratamientos. A pesar de que las agencias reguladoras minimizan los riesgos para la salud –la Comisi?n Europea acaba de extender el uso del glifosato (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/bruselas-renovara-diez-anos-autorizacion-94694463) por un per?odo de diez a?os–, investigaciones adicionales respaldan sus efectos nocivos, tanto neurol?gicos como cancer?genos.
Es posible que la toma de estas decisiones esté influida por los intereses comerciales de la industria agroalimentaria. Los factores de riesgo intr?nsecos, como la edad, el sexo y la genética, son inevitables, pero los ambientales no. Las cifras podr?an cambiar con el tiempo, ya sea para mejor o para peor, dependiendo de las acciones y medidas legislativas que se tomen ahora para limpiar el medio ambiente y mejorar los est?ndares de salud y seguridad.
(*) Sonia Villapol es Assistant Professor en el Houston Methodist Research Institute (EEUU)
Art?culo de referencia: https://theconversation.com/pesticidas-y-parkinson-una-conexion-fuera-de-toda-duda-219239
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Contacto de la secci?n de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
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أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/pesticidas-parkinson-conexion-fuera-duda-97324584)
La pérdida gradual de neuronas en el cerebro est? vinculada al mal plegamiento y agrupaci?n de la prote?na alfa-sinucle?na. Estos agregados t?xicos promueven el da?o de las neuronas dopaminérgicas, que est?n especializadas en la producci?n del neurotransmisor dopamina y se ubican en la sustancia negra del cerebro. La pérdida de esas células es la responsable de los s?ntomas del p?rkinson.
Peligro en el ambiente
En cuanto a las causas, aproximadamente el 15% los pacientes tienen antecedentes familiares. Estos casos pueden ser causados por variantes hereditarias (también llamadas mutaciones) en los genes LRRK2, PARK7, PINK1, PRKN o SNCA y por alteraciones genéticas que no han sido identificadas todav?a.
Sin embargo, la mayor?a de los casos se atribuyen a desencadenantes ambientales, factores de riesgo prevenibles que desempe?an un papel crucial en las probabilidades de sufrir p?rkinson. Entre los m?s destacados se encuentran los golpes repetidos en la cabeza, asociados con actividades como el f?tbol americano, y la exposici?n a herbicidas y pesticidas (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/descubren-relacion-pesticida-usado-espana-94106656). A continuaci?n nos centraremos en estos ?ltimos.
Una de las pruebas incriminatorias es que los agricultores son m?s susceptibles de padecer la dolencia en comparaci?n con la poblaci?n en general. De todos modos, tengamos en cuenta que aunque existan muchas personas expuestas de manera regular a pesticidas, solo tendr?n papeletas de contraer p?rkinson las que estén genéticamente predispuestas.
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Pesticidas y p?rkinson: una conexi?n fuera de toda duda
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Tras la pista de la microbiota
Adem?s de controlar las plagas, los pesticidas pueden da?ar no solo los cultivos, sino también a los animales y las personas. Los cient?ficos han identificado diez productos –incluidos insecticidas, fungicidas y herbicidas– que deterioran significativamente las neuronas implicadas en el desarrollo de la enfermedad de p?rkinson.
?Y qué mecanismos desencadenan estos efectos neurot?xicos? Parece ser que la presencia de los productos antes citados puede perturbar la microbiota, propiciando la acumulaci?n de metabolitos t?xicos y la forma alterada de la alfa-sinucle?na en los intestinos. Se ha demostrado que esta prote?na mal plegada puede ser transportada desde las células enteroendocrinas (las encargadas de regular la ingesta de alimentos y el metabolismo) a través del nervio vago hasta el cerebro. Aqu? se agregan para formar cuerpos de Lewy, dep?sitos asociados con la enfermedad de Parkinson.
Lista de cargos contra los pesticidas
A continuaci?n explicaremos c?mo act?an algunos de los pesticidas y herbicidas que producen toxicidad en las neuronas a la luz de las ?ltimas investigaciones.
El glifosato, el herbicida m?s utilizado en todo el mundo, perturba el equilibrio de las bacterias beneficiosas que colonizan los intestinos humanos. También promueve el aumento de bacterias como los clostridios, que producen niveles elevados de metabolitos perjudiciales para el cerebro. Este fen?meno podr?a contribuir al desarrollo de enfermedades neurol?gicas. Varios experimentos con animales han demostrado que el glifosato provoca cambios en las sustancias transmisoras en el cerebro, reacciones inflamatorias, alteraciones del sistema energético de las células y estrés oxidativo. Adem?s, la exposici?n a este compuesto se asocia con niveles m?s altos de prote?na ligera de neurofilamento urinario, un indicador de da?o neuronal en enfermedades neurodegenerativas.
Otro pesticida cl?sico, la rotenona, ha sido relacionado con la acumulaci?n de la prote?na alfa-sinucle?na en el cerebro. La exposici?n breve a a este producto puede causar manifestaciones similares a las del p?rkinson. Estos s?ntomas empeoran poco a poco con el tiempo e incluyen cambios en la forma de actuar y problemas neurol?gicos. En un estudio con ratones, los investigadores inyectaron rotenona en el col?n de los animales. Meses después, se evidenci? un aumento en la producci?n de una forma perjudicial de alfa-sinucle?na (denominada pS129) en los nervios primarios que abastecen el tracto digestivo y la sustancia negra del cerebro. Esto gener? una degeneraci?n de las neuronas dopaminérgicas y la funci?n motora. Adicionalmente, los an?lisis de secuenciaci?n microbiana revelaron que la rotenona alter? la proporci?n de bacterias Firmicutes y Bacteroidetes. Otro estudio corrobor? este fen?meno al demostrar que los animales presentaban anomal?as motoras meses después de la exposici?n a la rotenona, con una pérdida significativa de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra y una respuesta neuroinflamatoria.
La deltametrina es otro insecticida capaz de perturbar la se?alizaci?n de dopamina. Los ratones en contacto con este compuesto experimentaron alteraciones en las v?as de dopamina, pérdida de la capacidad motora y cambios cognitivos. Estos resultados indican que la ingesta de deltametrina en la edad adulta puede producir modificaciones en el intestino y el cerebro relevantes para el desarrollo del p?rkinson.
Finalmente, el fungicida benomyl se ha vinculado con un aumento en el riesgo de sufrir la enfermedad que nos ocupa al inhibir la enzima aldeh?do deshidrogenasa, con consecuencias nocivas para el cerebro. Normalmente, dicha enzima es responsable de metabolizar grasas, prote?nas y toxinas como el alcohol.
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Pesticidas y p?rkinson: una conexi?n fuera de toda duda
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Una regulaci?n controvertida
Es crucial comprender los mecanismos involucrados en la toxicidad de los pesticidas y herbicidas para encontrar nuevas estrategias preventivas y tratamientos. A pesar de que las agencias reguladoras minimizan los riesgos para la salud –la Comisi?n Europea acaba de extender el uso del glifosato (https://www.sport.es/es/noticias/medio-ambiente/bruselas-renovara-diez-anos-autorizacion-94694463) por un per?odo de diez a?os–, investigaciones adicionales respaldan sus efectos nocivos, tanto neurol?gicos como cancer?genos.
Es posible que la toma de estas decisiones esté influida por los intereses comerciales de la industria agroalimentaria. Los factores de riesgo intr?nsecos, como la edad, el sexo y la genética, son inevitables, pero los ambientales no. Las cifras podr?an cambiar con el tiempo, ya sea para mejor o para peor, dependiendo de las acciones y medidas legislativas que se tomen ahora para limpiar el medio ambiente y mejorar los est?ndares de salud y seguridad.
(*) Sonia Villapol es Assistant Professor en el Houston Methodist Research Institute (EEUU)
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Contacto de la secci?n de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
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