الريــم
01-24-2024, 05:10 PM
Eduardo Mendoza (https://www.epe.es/es/cultura/20240124/eduardo-mendoza-nueva-novela-tres-enigmas-organizacion-franquismo-cataluna-actual-97270129) (Barcelona, 1943), el autor de La verdad sobre el caso Savolta, ha escrito ahora, después de muchas novelas en las que se ha soltado como uno de los narradores m?s brillantes de la lengua espa?ola, una novela con cuya lectura ni él ni nadie puede parar de re?r.
Se trata de Tres enigmas para la Organizaci?n (Seix Barral, como todos sus libros), que transcurre, como gran parte de su obra, en la ciudad donde naci?, e incluye risa y rabia por igual, pues arranca del franquismo, época oscura de la que proviene la Organizaci?n singular que le sirve de centro de la narraci?n, y se ocupa de lo que sigue siendo esta ciudad en la que naci?.
Tanto en el libro, del que declara haberse olvidado cuando lo entrevistamos en el hotel Alma de Barcelona, como en la vida real, en la conversaci?n, él mismo no par? de re?r de las ocurrencias que animan un libro tronchante casi siempre, pero también ocupado de denunciar los vaivenes culturales y pol?ticos de Catalu?a.
El propio inicio de la novela, que tiene 407 p?ginas, ya enuncia el car?cter que el libro ha de tener, hasta el fin, de modo que la risa (en la entrevista también) resulta una extraordinaria manera de burlarse de lo suntuoso que también es de hojalata. “Barcelona, primavera del a?o 2022. En la calle Valencia, a escasos metros del Paseo de Gracia, refulgente de hoteles suntuosos y tiendas lujosas de grandes marcas internacionales, casi enfrente del peque?o pero simp?tico museo de antigüedades egipcias, donde no faltan momias, sarc?fagos y tablillas, as? como un n?mero indeterminado de figuritas, se levanta un edificio estrecho, de estilo decimon?nico, fachada de piedra gris con algunos relieves florales, balcones alargados con barandas de herraje y zagu?n oscuro…”
Esa es la geograf?a urbana de donde parte la trama que luego es un retrato de la ciudad entera, la misma que ha ocupado casi todas sus novelas y que él conoce como la palma de la mano, o de la escritura. Pero, nada m?s sentarse a hablar con el periodista, provisto de las numerosas cajas de Nespresso con las que acaba de satisfacer la pr?xima temporada de un muy cafetero, él declara que no sabe qué libro ha escrito. De hecho le pregunta al periodista qué libro ha escrito, y éste le dice: “Ha escrito usted por lo menos tres libros. Uno trata del franquismo, otro trata de este tiempo y hay uno m?s que trata de la vida cotidiana en una ciudad, que es esta en la que usted habita y escribe”.
- S?, pero mira, a m? me da apuro ahora afrontar todas esas cosas. Y lo paso mal en las entrevistas porque de pronto no tengo nada que decir del libro. En realidad el libro sali? solo. Es un libro hecho por otro. Yo hab?a decidido no escribir m?s, que hay un momento en que se ha de parar… Hay gente que piensa “?por qué no habr? parado ya este hombre?”. “?Qué pena que no haya parado ya, después de su ?ltimo libro, en lugar de ponerse con este, que no s?lo es malo sino que ya es como los anteriores”… Todo eso pensé, y me dije: “No, no voy a escribir m?s”. Y al d?a siguiente, ya ves, pensé a qué iba a dedicar los d?as siguientes y me puse a escribir a lo tonto, a lo tonto. Y cuando me di cuenta estaba metido en la novela. Y no sé qué me ha salido.
- Ya le digo, le han salido tres libros.
- En todo caso, es como si fuera un libro hecho por otro.
En el momento en que el autor atribuy? a otro la escritura de su ?ltima obra, vienen los cafés y el periodista apaga el grabador, y cuando éste vuelve a funcionar ya no graba nada. Traicionado el redactor por la tecnolog?a, Mendoza tuvo la gentileza luego de responderle a las preguntas que siguen. Puede formar parte este episodio en concreto de los sucesos que, en la novela, convocan a la risa… o al llanto. He aqu?, pues, la conversaci?n seguida por cuestionario.
A lo largo de toda la novela la escritura combina s?tira y alegr?a. Y desde el principio usted no deja de hacer re?r, y de re?r. Como si estuviera acompa?ado por la inspiraci?n de Azcona, Mihura, Berlanga o, por ejemplo, Mortadelo y Filemon.
Todos esos est?n muy presentes. Fueron parte de mi educaci?n sentimental y literaria y nunca los he abandonado. Mihura es un referente, injustamente olvidado. Mortadelo ya me pill? crecido. Yo soy de la generaci?n anterior: Don P?o, el rep?rter Tribulete, Do?a Urraca. Siempre se vuelve al primer amor, como dice el tango.
"Yo no puedo tomarme las cosas tan a la ligera. Por eso me desahogo escribiendo lo que me gustar?a decir, hacer y pensar"
Est? lleno de jaculatorias que no abandonan nunca el terreno, y también el terreno pol?tico, que pisa. Entre esas jaculatorias le cito alguna. Por ejemplo, referido a un personaje citado: “La situaci?n pol?tica de Catalu?a se la pasa por el forro”.
Eso hace uno de mis personajes. Me gustar?a poder decir lo mismo. Es la actitud que recomiendo. Yo no puedo tomarme las cosas tan a la ligera. Por eso me desahogo escribiendo lo que me gustar?a decir, hacer y pensar.
Barcelona est? de lleno en el libro, desde que empieza hasta que acaba. Esa Barcelona que describe es la de ahora, pero arranca de la que ya est? en El Caso Savolta. ?Qué parte de la evoluci?n ha dejado sin su rostro a Barcelona?
Es un diagn?stico que no me atrevo a hacer. La Barcelona que yo descubr?, en la que me crie, ya es cosa del pasado. Hoy hay otra Barcelona. Mejor o peor no es un juicio de valor que una persona pueda hacer. Todo depende de lo que uno busque y lo que uno sea capaz de aportar. Sé que hay gente nueva, distinta, en barrios nuevos. Yo prefiero quedarme en casa.
La Organizaci?n a la que usted alude nace del franquismo, y hasta 2022, como se dice al principio, se mantiene ah?. ?Qué permanece de Barcelona, qué se ha roto?
Espero que del franquismo quede poco. Pero algo queda, sin duda. La corrupci?n, supongo, aunque no creo que eso sea herencia del franquismo. M?s bien el franquismo es herencia de la corrupci?n. Y los viejos intereses y los viejos impulsos que llevaron a Franco al poder y a gobernar cuatro décadas siguen ah?, claro.
"[Lo que pas? en Catalu?a en 2017] dio origen a una grave fractura social, mucho sufrimiento y mucha energ?a malgastada. Quiero creer que el tiempo ha suavizado las aristas"
Entre los sucesos que marcan la ciudad est? todo lo que pas? en torno a 2016. ?Se ha diluido aquel fen?meno? ?Qué huella ha dejado?
Otra pregunta que no me atrevo a contestar. Sé lo que sabe todo el mundo. No estoy en contacto con el mundo pol?tico. Lo que sucedi? el 2017 es una mala reacci?n a un problema que lleva ah? desde hace siglos. Mal entendido y mal gestionado por todas las partes interesadas. En su momento dio origen a una grave fractura social, mucho sufrimiento y mucha energ?a malgastada. Quiero creer que el tiempo ha suavizado las aristas.
Image ID:
97297604
El escritor Eduardo Mendoza, el d?a de la entrevista.
Elisenda Pons
/clip/0355d959-c0af-428e-b1d4-6d9959df7495_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
1200
798
Son 407 p?ginas turbulentas. Ahora que ya es evidente que es su libro, en el que hay franquismo, ciudad y tiempo, ?entiende también que est? escrito con un humor que s? es el suyo?
El humor es m?o, s?. O yo soy suyo. Es el cauce natural de mi expresi?n literaria. A veces me he propuesto escribir en otra clave y al cabo de poco me he encontrado metido en esta atm?sfera de humor. Supongo que es mi manera de ver las cosas.
Juan Marsé es un compa?ero y un antecedente de este modo de fijarse en los personajes.
Juan Marsé me ense?? muchas cosas. Una forma de narrar que en aquellos a?os no estaba de moda, pero era la que a m? me gustaba. Marsé ten?a los mismos referentes que yo, y que muchos de mi generaci?n: los tebeos, las pel?culas del cine de barrio. Recuerdo haber comentado con él nuestro amor sin l?mites por Fu Manch?. También ten?a un o?do muy fino para el lenguaje de la gente. Con la forma de hablar de la gente de la calle pod?a contar la historia ?ntima de esa gente. Siempre he intentado hacer eso.
"En mi formaci?n literaria est?n muy presentes los humoristas. Los de mon?logo, micr?fono en mano. Gila, Eugenio, Cassen. Y los grandes humoristas americanos vi en Nueva York cuando viv? all?"
Este periodista ha subrayado algunas frases que son desternillantes. Espero que usted lo corrobore, o en todo caso, d?game cu?l es el grado de risa que usted se otorga a la hora de escribirlas. "En una boda que se precie, en el Sud?n no puede faltar una lata de berberechos Fern?ndez?" “Como soy de familia acomodada me divierte un mont?n la vida de los pobres. ?Cu?nto tiempo lleva el yate?” “?T? con quién te identificas, con S?crates o con James Bond?”
Me gustan las frases lapidarias y absurdas. En mi formaci?n literaria est?n muy presentes los humoristas. Los de mon?logo, micr?fono en mano. Gila, Eugenio, Cassen. Y los grandes humoristas americanos que tuve la suerte de ver en Nueva York en la época en que viv? all?.
Esa risa a la que usted nos somete surge también con solemnidades presentes, como el f?tbol, Eurovisi?n, el Barça… ?Se est?n rompiendo pasados de oro y ahora todo tiende a ser de hojalata?
No lo sé. S?lo sé que la hojalata est? muy presente. Y es tan f?cil consumir comida-basura que hay que hacer un gran esfuerzo para desenterrar un oro que nadie valora. No quiero caer en un discurso pesimista, pero me temo que hoy la educaci?n (y no me refiero s?lo a las escuelas y universidades) no hacen diferencias y se gu?an por la ley del m?nimo esfuerzo.
Hay zonas del libro que alternan la risa con hechos que son m?s serios o preocupantes. El racismo, el supremacismo, y hay también alusiones a lo que la ultraderecha de la que proviene la Organizaci?n ha hecho de nuevo presente: que hay que limpiar Espa?a, o que se rompe Espa?a… La presente conversaci?n nacional forma parte del libro. ?C?mo ve usted este tiempo, o temporal?
No me gusta. El griter?o, el insulto y el descrédito como argumento pol?tico me produce urticaria. No tanto que lo usen los pol?ticos, sino que lo usen porque eso es lo que les da dividendos. Porque es lo que la gente quiere o?r. Si a todos nos reventara esa actitud, los pol?ticos tendr?an otra.
“Barcelona”, dice el jefe de los personajes de la Organizaci?n, “recupera moment?neamente su antigua imagen: la ciudad provinciana, insana, s?rdida, y petulante de mi juventud”, y acaba: “No nos dejemos llevar por la nostalgia. Lo mejor es enemigo de lo bueno y quejarse por lo que no tiene remedio es propio de viejos, es propio de idiotas”. ?En qué momento est?, Mendoza, esta ciudad de la que es mejor no guardar nostalgias?
Cualquier cosa menos la nostalgia. El jefe de la Organizaci?n es hombre de t?picos y banalidades. Yo también, pero menos. Las ciudades cambian. No como nos gustar?a. La pela es la pela. Pero yo le he sacado mucho provecho a esta ciudad. Ahora vivo m?s retirado. Otros vendr?n que dir?n c?mo es este momento.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/eduardo-mendoza-tres-enigmas-organizacion-97297696)
Se trata de Tres enigmas para la Organizaci?n (Seix Barral, como todos sus libros), que transcurre, como gran parte de su obra, en la ciudad donde naci?, e incluye risa y rabia por igual, pues arranca del franquismo, época oscura de la que proviene la Organizaci?n singular que le sirve de centro de la narraci?n, y se ocupa de lo que sigue siendo esta ciudad en la que naci?.
Tanto en el libro, del que declara haberse olvidado cuando lo entrevistamos en el hotel Alma de Barcelona, como en la vida real, en la conversaci?n, él mismo no par? de re?r de las ocurrencias que animan un libro tronchante casi siempre, pero también ocupado de denunciar los vaivenes culturales y pol?ticos de Catalu?a.
El propio inicio de la novela, que tiene 407 p?ginas, ya enuncia el car?cter que el libro ha de tener, hasta el fin, de modo que la risa (en la entrevista también) resulta una extraordinaria manera de burlarse de lo suntuoso que también es de hojalata. “Barcelona, primavera del a?o 2022. En la calle Valencia, a escasos metros del Paseo de Gracia, refulgente de hoteles suntuosos y tiendas lujosas de grandes marcas internacionales, casi enfrente del peque?o pero simp?tico museo de antigüedades egipcias, donde no faltan momias, sarc?fagos y tablillas, as? como un n?mero indeterminado de figuritas, se levanta un edificio estrecho, de estilo decimon?nico, fachada de piedra gris con algunos relieves florales, balcones alargados con barandas de herraje y zagu?n oscuro…”
Esa es la geograf?a urbana de donde parte la trama que luego es un retrato de la ciudad entera, la misma que ha ocupado casi todas sus novelas y que él conoce como la palma de la mano, o de la escritura. Pero, nada m?s sentarse a hablar con el periodista, provisto de las numerosas cajas de Nespresso con las que acaba de satisfacer la pr?xima temporada de un muy cafetero, él declara que no sabe qué libro ha escrito. De hecho le pregunta al periodista qué libro ha escrito, y éste le dice: “Ha escrito usted por lo menos tres libros. Uno trata del franquismo, otro trata de este tiempo y hay uno m?s que trata de la vida cotidiana en una ciudad, que es esta en la que usted habita y escribe”.
- S?, pero mira, a m? me da apuro ahora afrontar todas esas cosas. Y lo paso mal en las entrevistas porque de pronto no tengo nada que decir del libro. En realidad el libro sali? solo. Es un libro hecho por otro. Yo hab?a decidido no escribir m?s, que hay un momento en que se ha de parar… Hay gente que piensa “?por qué no habr? parado ya este hombre?”. “?Qué pena que no haya parado ya, después de su ?ltimo libro, en lugar de ponerse con este, que no s?lo es malo sino que ya es como los anteriores”… Todo eso pensé, y me dije: “No, no voy a escribir m?s”. Y al d?a siguiente, ya ves, pensé a qué iba a dedicar los d?as siguientes y me puse a escribir a lo tonto, a lo tonto. Y cuando me di cuenta estaba metido en la novela. Y no sé qué me ha salido.
- Ya le digo, le han salido tres libros.
- En todo caso, es como si fuera un libro hecho por otro.
En el momento en que el autor atribuy? a otro la escritura de su ?ltima obra, vienen los cafés y el periodista apaga el grabador, y cuando éste vuelve a funcionar ya no graba nada. Traicionado el redactor por la tecnolog?a, Mendoza tuvo la gentileza luego de responderle a las preguntas que siguen. Puede formar parte este episodio en concreto de los sucesos que, en la novela, convocan a la risa… o al llanto. He aqu?, pues, la conversaci?n seguida por cuestionario.
A lo largo de toda la novela la escritura combina s?tira y alegr?a. Y desde el principio usted no deja de hacer re?r, y de re?r. Como si estuviera acompa?ado por la inspiraci?n de Azcona, Mihura, Berlanga o, por ejemplo, Mortadelo y Filemon.
Todos esos est?n muy presentes. Fueron parte de mi educaci?n sentimental y literaria y nunca los he abandonado. Mihura es un referente, injustamente olvidado. Mortadelo ya me pill? crecido. Yo soy de la generaci?n anterior: Don P?o, el rep?rter Tribulete, Do?a Urraca. Siempre se vuelve al primer amor, como dice el tango.
"Yo no puedo tomarme las cosas tan a la ligera. Por eso me desahogo escribiendo lo que me gustar?a decir, hacer y pensar"
Est? lleno de jaculatorias que no abandonan nunca el terreno, y también el terreno pol?tico, que pisa. Entre esas jaculatorias le cito alguna. Por ejemplo, referido a un personaje citado: “La situaci?n pol?tica de Catalu?a se la pasa por el forro”.
Eso hace uno de mis personajes. Me gustar?a poder decir lo mismo. Es la actitud que recomiendo. Yo no puedo tomarme las cosas tan a la ligera. Por eso me desahogo escribiendo lo que me gustar?a decir, hacer y pensar.
Barcelona est? de lleno en el libro, desde que empieza hasta que acaba. Esa Barcelona que describe es la de ahora, pero arranca de la que ya est? en El Caso Savolta. ?Qué parte de la evoluci?n ha dejado sin su rostro a Barcelona?
Es un diagn?stico que no me atrevo a hacer. La Barcelona que yo descubr?, en la que me crie, ya es cosa del pasado. Hoy hay otra Barcelona. Mejor o peor no es un juicio de valor que una persona pueda hacer. Todo depende de lo que uno busque y lo que uno sea capaz de aportar. Sé que hay gente nueva, distinta, en barrios nuevos. Yo prefiero quedarme en casa.
La Organizaci?n a la que usted alude nace del franquismo, y hasta 2022, como se dice al principio, se mantiene ah?. ?Qué permanece de Barcelona, qué se ha roto?
Espero que del franquismo quede poco. Pero algo queda, sin duda. La corrupci?n, supongo, aunque no creo que eso sea herencia del franquismo. M?s bien el franquismo es herencia de la corrupci?n. Y los viejos intereses y los viejos impulsos que llevaron a Franco al poder y a gobernar cuatro décadas siguen ah?, claro.
"[Lo que pas? en Catalu?a en 2017] dio origen a una grave fractura social, mucho sufrimiento y mucha energ?a malgastada. Quiero creer que el tiempo ha suavizado las aristas"
Entre los sucesos que marcan la ciudad est? todo lo que pas? en torno a 2016. ?Se ha diluido aquel fen?meno? ?Qué huella ha dejado?
Otra pregunta que no me atrevo a contestar. Sé lo que sabe todo el mundo. No estoy en contacto con el mundo pol?tico. Lo que sucedi? el 2017 es una mala reacci?n a un problema que lleva ah? desde hace siglos. Mal entendido y mal gestionado por todas las partes interesadas. En su momento dio origen a una grave fractura social, mucho sufrimiento y mucha energ?a malgastada. Quiero creer que el tiempo ha suavizado las aristas.
Image ID:
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El escritor Eduardo Mendoza, el d?a de la entrevista.
Elisenda Pons
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Son 407 p?ginas turbulentas. Ahora que ya es evidente que es su libro, en el que hay franquismo, ciudad y tiempo, ?entiende también que est? escrito con un humor que s? es el suyo?
El humor es m?o, s?. O yo soy suyo. Es el cauce natural de mi expresi?n literaria. A veces me he propuesto escribir en otra clave y al cabo de poco me he encontrado metido en esta atm?sfera de humor. Supongo que es mi manera de ver las cosas.
Juan Marsé es un compa?ero y un antecedente de este modo de fijarse en los personajes.
Juan Marsé me ense?? muchas cosas. Una forma de narrar que en aquellos a?os no estaba de moda, pero era la que a m? me gustaba. Marsé ten?a los mismos referentes que yo, y que muchos de mi generaci?n: los tebeos, las pel?culas del cine de barrio. Recuerdo haber comentado con él nuestro amor sin l?mites por Fu Manch?. También ten?a un o?do muy fino para el lenguaje de la gente. Con la forma de hablar de la gente de la calle pod?a contar la historia ?ntima de esa gente. Siempre he intentado hacer eso.
"En mi formaci?n literaria est?n muy presentes los humoristas. Los de mon?logo, micr?fono en mano. Gila, Eugenio, Cassen. Y los grandes humoristas americanos vi en Nueva York cuando viv? all?"
Este periodista ha subrayado algunas frases que son desternillantes. Espero que usted lo corrobore, o en todo caso, d?game cu?l es el grado de risa que usted se otorga a la hora de escribirlas. "En una boda que se precie, en el Sud?n no puede faltar una lata de berberechos Fern?ndez?" “Como soy de familia acomodada me divierte un mont?n la vida de los pobres. ?Cu?nto tiempo lleva el yate?” “?T? con quién te identificas, con S?crates o con James Bond?”
Me gustan las frases lapidarias y absurdas. En mi formaci?n literaria est?n muy presentes los humoristas. Los de mon?logo, micr?fono en mano. Gila, Eugenio, Cassen. Y los grandes humoristas americanos que tuve la suerte de ver en Nueva York en la época en que viv? all?.
Esa risa a la que usted nos somete surge también con solemnidades presentes, como el f?tbol, Eurovisi?n, el Barça… ?Se est?n rompiendo pasados de oro y ahora todo tiende a ser de hojalata?
No lo sé. S?lo sé que la hojalata est? muy presente. Y es tan f?cil consumir comida-basura que hay que hacer un gran esfuerzo para desenterrar un oro que nadie valora. No quiero caer en un discurso pesimista, pero me temo que hoy la educaci?n (y no me refiero s?lo a las escuelas y universidades) no hacen diferencias y se gu?an por la ley del m?nimo esfuerzo.
Hay zonas del libro que alternan la risa con hechos que son m?s serios o preocupantes. El racismo, el supremacismo, y hay también alusiones a lo que la ultraderecha de la que proviene la Organizaci?n ha hecho de nuevo presente: que hay que limpiar Espa?a, o que se rompe Espa?a… La presente conversaci?n nacional forma parte del libro. ?C?mo ve usted este tiempo, o temporal?
No me gusta. El griter?o, el insulto y el descrédito como argumento pol?tico me produce urticaria. No tanto que lo usen los pol?ticos, sino que lo usen porque eso es lo que les da dividendos. Porque es lo que la gente quiere o?r. Si a todos nos reventara esa actitud, los pol?ticos tendr?an otra.
“Barcelona”, dice el jefe de los personajes de la Organizaci?n, “recupera moment?neamente su antigua imagen: la ciudad provinciana, insana, s?rdida, y petulante de mi juventud”, y acaba: “No nos dejemos llevar por la nostalgia. Lo mejor es enemigo de lo bueno y quejarse por lo que no tiene remedio es propio de viejos, es propio de idiotas”. ?En qué momento est?, Mendoza, esta ciudad de la que es mejor no guardar nostalgias?
Cualquier cosa menos la nostalgia. El jefe de la Organizaci?n es hombre de t?picos y banalidades. Yo también, pero menos. Las ciudades cambian. No como nos gustar?a. La pela es la pela. Pero yo le he sacado mucho provecho a esta ciudad. Ahora vivo m?s retirado. Otros vendr?n que dir?n c?mo es este momento.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/eduardo-mendoza-tres-enigmas-organizacion-97297696)