الريــم
01-20-2024, 01:13 AM
Recuerda su infancia en tonos grises, no por las vistas de su pueblo, anclado en un valle y rodeado de monta?as, sino por las historias que su madre, una gran narradora, le contaba: "relatos sobre el hambre, el contrabando, la posguerra...". De ella hered? Patxi Zubizarreta (Ordizia, Guip?zcoa, 1964) su pasi?n por la literatura (https://www.epe.es/es/abril/20240104/patxi-zubizarreta-escribir-ninos-infinitamente-complejo-adultos-96467685), pues su pueblo era tan peque?o "que ni siquiera biblioteca p?blica ten?a, hab?a que ir al de al lado". All? creci? entre las p?ginas de Emilio Salgari, Alejandro Dumas, Julio Verne y otros tantos escritores, hoy considerados "para ni?os" pero entonces "simplemente para todos los p?blicos", que le mostraron el paisaje que hab?a m?s all? del r?o Oria, un mundo que conoci? de primera mano cuando se traslad? a Vitoria a estudiar Filolog?a Vasca.
Crey? entonces que su futuro estaba en la ense?anza pero pronto descubri? que, al igual que las historias de su madre hab?an abonado «las ra?ces» que lo aferraban a su tierra, los libros le hab?an hecho "crecer alas para descubrir otras realidades", y "un poco inconscientemente" lo dej? todo y dio el salto a la literatura profesional. Ahora, después de mil y un proyectos, de escribir para peque?os y grandes, de traducir al euskera cl?sicos como 'El principito' y 'Las mil y una noches', ha visto recompensado los "a?os de bandazos" con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2023 por 'Zerria', un reconocimiento que reafirma su decisi?n y con el que espera "comprar tiempo para seguir leyendo y escribiendo a mano, con ese papel especial, con esa pluma particular", como siempre ha hecho.
"Se aleja de la simplicidad y de los t?picos de la literatura infantil", "convierte la literatura para el p?blico juvenil en una piedra preciosa", "remueve y conmueve nuestra conciencia, nuestra memoria y nuestro presente". Estos son algunos de los elogios que ha recibido 'Zerria', lo que me lleva a preguntarle: ?es realmente la literatura infantil y juvenil un género simple y lleno de t?picos? ?Hay una falta de calidad tan clamorosa como para hacer especial hincapié cuando aparece una "piedra preciosa"?
Como en la literatura para adultos, en la literatura infantil y juvenil hay libros buenos, bien escritos, con buenas historias y bien editados. Pero hay una especie de mirada despectiva respecto a este género, cuando yo he escrito para todos los p?blicos y puedo asegurar que es infinitamente m?s complejo escribir para ni?os y j?venes que para adultos. Cuando los grandes escritores se ponen a escribir para ni?os, enseguida se dan cuenta de la dificultad que eso entra?a. Contaba José Saramago que cuando present? en Italia 'La flor m?s grande del mundo', un ?lbum infantil, un peque?o se le acerc? y le dijo que no lo hab?a entendido. Y él, todo un premio Nobel, le contest?: "Es que yo no sé escribir para ti, es muy complicado". Y a?adi? que escribir para ni?os no solo consiste en buscar la econom?a de las palabras, sino en buscar también la supremac?a de los sentimientos. Todos nos enamoramos y nos desenamoramos, vivimos y morimos, nos alegramos y nos entristecemos, nos enfadamos e incluso odiamos. Pero ?c?mo explicar todas esas emociones a un chico o una chica que est? despertando a la vida?
?C?mo?
Siendo muy exigente a la hora de escribir para ellos. Tienes que ser concreto pero a la vez ser capaz de crear una narraci?n muy visual, casi hipt?nica, que les remueva por dentro. También debes convertir la lectura en una experiencia divertida, porque si no enseguida pierdes al lector. Los ni?os tienen poca paciencia y si algo les aburre lo abandonan r?pidamente, no dan segundas oportunidades. Y hay que hablarles buscando su voz interior, como si les contaras algo al o?do. Cuando escribo me gusta imaginar a alguien que me susurra la historia, como antiguamente alrededor del fuego del hogar, y ese placer ancestral es el que yo quiero transmitirles. Adem?s tienes que mostrarles empat?a. Hace poco le? en una pared del Instituto Miguel de Unamuno de Gasteiz un grafiti: "Dec?s que tengo p?jaros en la cabeza, pero los prefiero a vuestras jaulas". Y yo me siento interpelado con esa frase: les prometemos un mundo lleno de posibilidades y luego les ofrecemos un mundo a la deriva, as? que desconf?an porque piensan que tratamos de aleccionarles, de inculcarles nuestra visi?n de las cosas. Todo ello los convierte en un p?blico dif?cil, pero a la vez mucho m?s agradecido porque si logras que se metan a la historia, que la vivan en primera persona, vuelven a por m?s.
Pero muchos padres se quejan de que sus hijos no leen. ?Qué les aconsejar?a?
Hoy en d?a todo se lo preguntamos a internet: c?mo solucionar el atasco del fregadero, c?mo preparar un pastel de puerros, c?mo llegar a una direcci?n por el camino m?s corto… Buscamos soluciones pr?cticas, f?ciles, r?pidas. Pero para esa pregunta no encontramos respuesta en Google. Porque en realidad no hay ninguna f?rmula m?gica para aumentar la afici?n a la literatura entre los ni?os y los j?venes, m?s que tratar de contagiarles ese entusiasmo. Y eso requiere vocaci?n y a?os de trabajo. Ahora se est? jubilando toda una generaci?n de maestras y maestros que han tenido una gran disposici?n y en su lugar llegan muchos profesores j?venes que est?n intentando transmitir algo que ellos no sienten, porque no tienen esa pasi?n por los libros. Ah? est?n los resultados del Informe PISA que lo demuestran.
"No hay ninguna f?rmula m?gica para aumentar la afici?n a la literatura entre los ni?os y los j?venes, m?s que tratar de contagiarles ese entusiasmo"
?El problema es entonces el colegio?
M?s que el colegio, el sistema. La mayor?a de los profesores est?n corrigiendo textos de alumnos cuando ellos no escriben nada, aparte de wasaps y correos electr?nicos, y leen bien poco. Se limitan a los libros que marca el curr?culo escolar, orientados al examen de turno, lo cual es un error. Convertir un libro en materia de examen es matar ese placer que debe ser la lectura. Si tienen que estar atentos a detalles como la construcci?n de las frases, en vez de disfrutar de lo que leen, es complicado despertar el interés por la literatura.
?Y qué podemos hacer?
Para m? lo primero es empezar a leer con ellos un peque?o texto, intentar que lo comprendan, subrayarlo, descubrir juntos el significado de aquellas palabras que desconocen para que prueben a integrarlas en su bagaje personal. Luego animarles a escribir algo en un papel, una frase, un p?rrafo, aunque sea con faltas de ortograf?a, sin tildes, con palabrotas si lo desean, para que expresen lo que sienten. Y si es necesario, después pueden quemar ese papel o tirarlo por el retrete para preservar su intimidad. De esa manera la literatura no les resultar? ajena, la ver?n como algo que les ayuda a avanzar en su existencia, buscar?n esa complicidad. Ense?arles que la literatura te hace m?s llevadera la vida, porque muchas veces, aunque no te da una soluci?n, te ayuda a relativizar lo que a priori parec?a un problema.
"En la literatura infantil y juvenil hay demasiado dulce, mucha moralina. Y en realidad a los ni?os se les puede explicar todo, también lo cruel, lo monstruoso, lo perverso, solo hay que encontrar la manera"
En ese cambio de sistema, ?qué responsabilidad tienen los escritores?
Gran parte, por no decir toda. Los escritores deben ofrecerles libros que, sin renunciar a la calidad, les enganchen. Yo, que soy muy goloso, soy también muy consciente de que en la literatura infantil y juvenil hay demasiado dulce, mucha moralina, se trata a los lectores con demasiada condescendencia. Y en realidad a los ni?os se les puede explicar todo, también lo cruel, lo monstruoso, lo perverso, solo hay que encontrar la manera. Dec?a Carmen Mart?n Gaite: "Cuando no sabes c?mo explicarles una situaci?n, cuéntales un cuento". Y yo he hecho m?o ese consejo a la hora de acercarme incluso al conflicto vasco. En 2008, cuando ETA a?n exist?a, publiqué 'Pikolo', un libro que hac?a tiempo que me rondaba en la cabeza y cuya escritura se aceler? a ra?z del coche bomba que la banda hizo explotar contra la casa cuartel de Legutiano, en ?lava, en la que viv?an menores. El protagonista es un ni?o que llega de Extremadura a Euskadi con su padre, que es guardia civil. En la escuela otro alumno empieza a llamarle «picoleto» y le exige un euro para dejarle cruzar el puente que separa el cuartel del pueblo, pero también se hace amigo de la hija de un preso de la banda. Y en ese marco, se produce un atentado. Es un libro espinoso, delicado en muchos sentidos, pero creo que en ese momento también era necesario.
'Zerria' tampoco es dulce ni amable. Habla de un infanticidio.
S?, de un cerdo que logra entrar en una casa y mata a un ni?o de pecho, y por ese crimen es juzgado, condenado y ajusticiado en la plaza del pueblo, ante el resto de la piara, para dar ejemplo. Es un hecho real, sucedi? en Francia, un suceso atroz que también se puede contar a los ni?os si sabes c?mo. 'La isla del tesoro', 'Las aventuras de Tom Sawyer', 'Viaje al centro de la Tierra', 'Los tres mosqueteros'… hoy son considerados libros juveniles pero no se escribieron para ni?os. Antes las historias eran para todos, peque?os y grandes. En realidad la literatura infantil y juvenil no existi? hasta que alguien lo decidi?.
"La literatura literatura infantil y juvenil no existi? hasta que alguien lo decidi?. 'La isla del tesoro', 'Las aventuras de Tom Sawyer', 'Viaje al centro de la Tierra'... hoy son considerados libros juveniles pero no se escribieron para ni?os"
?Alguien?
S?, los editores y las editoriales. Hay muchos adultos que piensan que los ni?os son…
?Simples?
S?, simples, b?sicos o idiotas, as? de claro. Y que no pueden llegar a comprender historias oscuras, duras o crueles. Que hay que d?rselo todo masticado. Cuando los hermanos Grimm empezaron a poner negro sobre blanco los relatos orales m?s populares, se vieron obligados a cambiar ciertos detalles ante las cr?ticas por su crueldad. Aunque ellos argumentaban que no escrib?an para ni?os, finalmente tuvieron que autocensurarse. Después lleg? Disney y sus finales siempre felices. ?Si hasta cambiaron el nombre de Jasm?n en 'Aladd?n!' Ning?n ni?o sabe que en realidad la hija del sult?n se llamaba Badrul Budur, un nombre dif?cil pero que quiz? habr?a funcionado igual de bien. Pero tampoco hace falta irse tan atr?s en el tiempo: los editores de Roald Dahl, por ejemplo, han introducido recientemente cambios en sus obras y adjetivos como 'feo' y 'gordo' han sido eliminados de algunas ediciones para convertirlas en pol?ticamente correctas.
Los 'oompa loompas' ya no son tampoco pigmeos tra?dos de ?frica, como en la primera edici?n de Charlie y la f?brica de chocolate, sino "personas peque?as" para elimibar la diferencia de género.
Exacto, y es absurdo. Para que haya una literatura infantil y juvenil de calidad es necesaria la complicidad de los editores. Pero hoy la figura del editor se est? sustituyendo por la del gestor, alguien que busca el rédito r?pido, lo que se traduce en libros sin alma.
?Y qué es para usted un libro sin alma?
Un libro que te entretiene sin m?s, olvidable. Plano, sin ambici?n alguna. En cierta manera es como la telebasura: te permite evadirte pero no te emociona, no te deja ning?n poso. Y yo, lo que busco en la buena literatura, y ahora lo digo sin diferenciar por edades, son los matices. Por ejemplo, cuando Naguib Mahfuz quiere decir "acércate", no escribe "le orden?" o "le mand?". Escribe: "Y la mir? con ojos de deseo". Hablan los ojos. Eso es para m? un libro con alma. Pero para que a las librer?as lleguen libros con alma son necesarios editores insurrectos, enamorados de su trabajo, conscientes de que su papel no es vender m?s, sino crear un mundo diferente para nuestros ni?os y nuestros j?venes, no una simple copia del que ya tenemos.
?Y qué importancia tiene la lengua en ese mundo que como escritor ayuda a construir? Porque Zerria es un libro en euskera [Edelvives lo publicar? en castellano en primavera con el t?tulo 'Porcus'], una lengua minoritaria, y el p?blico es muy limitado.
Yo creo que mi estilo hoy en d?a est? en euskera. En mi caso, adem?s, es una peque?a conquista, porque hasta que no entré en la universidad para estudiar Filolog?a Vasca apenas tuve contacto con el euskera. En mi familia habl?bamos en castellano, la educaci?n hasta entonces la hab?a recibido en castellano, la televisi?n entr? en mi casa en castellano… Tampoco en Vitoria se o?a hablar euskera. Con los a?os el paisaje lingü?stico ha cambiado much?simo, al menos en la calle, pero las lenguas siguen siendo… monumentos invisibles. Son la mayor riqueza que nos ha dado nuestra evoluci?n, pero las ignoramos. Y cuando hablamos de ellas es porque se convierten en un problema, como ha quedado reflejado en el Congreso. ?Por qué hemos tardado 45 a?os en escuchar hablar en euskera, catal?n y gallego de una forma normalizada en la que es la casa de todos? Para m? es simplemente una cuesti?n de convivencia, de mostrar interés por el otro.
'Zerria'
Autor: Patxi Zubizarreta
Ilustraciones: Antton Olariaga
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/patxi-zubizarreta-escritor-infinitamente-complejo-97125873)
Crey? entonces que su futuro estaba en la ense?anza pero pronto descubri? que, al igual que las historias de su madre hab?an abonado «las ra?ces» que lo aferraban a su tierra, los libros le hab?an hecho "crecer alas para descubrir otras realidades", y "un poco inconscientemente" lo dej? todo y dio el salto a la literatura profesional. Ahora, después de mil y un proyectos, de escribir para peque?os y grandes, de traducir al euskera cl?sicos como 'El principito' y 'Las mil y una noches', ha visto recompensado los "a?os de bandazos" con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2023 por 'Zerria', un reconocimiento que reafirma su decisi?n y con el que espera "comprar tiempo para seguir leyendo y escribiendo a mano, con ese papel especial, con esa pluma particular", como siempre ha hecho.
"Se aleja de la simplicidad y de los t?picos de la literatura infantil", "convierte la literatura para el p?blico juvenil en una piedra preciosa", "remueve y conmueve nuestra conciencia, nuestra memoria y nuestro presente". Estos son algunos de los elogios que ha recibido 'Zerria', lo que me lleva a preguntarle: ?es realmente la literatura infantil y juvenil un género simple y lleno de t?picos? ?Hay una falta de calidad tan clamorosa como para hacer especial hincapié cuando aparece una "piedra preciosa"?
Como en la literatura para adultos, en la literatura infantil y juvenil hay libros buenos, bien escritos, con buenas historias y bien editados. Pero hay una especie de mirada despectiva respecto a este género, cuando yo he escrito para todos los p?blicos y puedo asegurar que es infinitamente m?s complejo escribir para ni?os y j?venes que para adultos. Cuando los grandes escritores se ponen a escribir para ni?os, enseguida se dan cuenta de la dificultad que eso entra?a. Contaba José Saramago que cuando present? en Italia 'La flor m?s grande del mundo', un ?lbum infantil, un peque?o se le acerc? y le dijo que no lo hab?a entendido. Y él, todo un premio Nobel, le contest?: "Es que yo no sé escribir para ti, es muy complicado". Y a?adi? que escribir para ni?os no solo consiste en buscar la econom?a de las palabras, sino en buscar también la supremac?a de los sentimientos. Todos nos enamoramos y nos desenamoramos, vivimos y morimos, nos alegramos y nos entristecemos, nos enfadamos e incluso odiamos. Pero ?c?mo explicar todas esas emociones a un chico o una chica que est? despertando a la vida?
?C?mo?
Siendo muy exigente a la hora de escribir para ellos. Tienes que ser concreto pero a la vez ser capaz de crear una narraci?n muy visual, casi hipt?nica, que les remueva por dentro. También debes convertir la lectura en una experiencia divertida, porque si no enseguida pierdes al lector. Los ni?os tienen poca paciencia y si algo les aburre lo abandonan r?pidamente, no dan segundas oportunidades. Y hay que hablarles buscando su voz interior, como si les contaras algo al o?do. Cuando escribo me gusta imaginar a alguien que me susurra la historia, como antiguamente alrededor del fuego del hogar, y ese placer ancestral es el que yo quiero transmitirles. Adem?s tienes que mostrarles empat?a. Hace poco le? en una pared del Instituto Miguel de Unamuno de Gasteiz un grafiti: "Dec?s que tengo p?jaros en la cabeza, pero los prefiero a vuestras jaulas". Y yo me siento interpelado con esa frase: les prometemos un mundo lleno de posibilidades y luego les ofrecemos un mundo a la deriva, as? que desconf?an porque piensan que tratamos de aleccionarles, de inculcarles nuestra visi?n de las cosas. Todo ello los convierte en un p?blico dif?cil, pero a la vez mucho m?s agradecido porque si logras que se metan a la historia, que la vivan en primera persona, vuelven a por m?s.
Pero muchos padres se quejan de que sus hijos no leen. ?Qué les aconsejar?a?
Hoy en d?a todo se lo preguntamos a internet: c?mo solucionar el atasco del fregadero, c?mo preparar un pastel de puerros, c?mo llegar a una direcci?n por el camino m?s corto… Buscamos soluciones pr?cticas, f?ciles, r?pidas. Pero para esa pregunta no encontramos respuesta en Google. Porque en realidad no hay ninguna f?rmula m?gica para aumentar la afici?n a la literatura entre los ni?os y los j?venes, m?s que tratar de contagiarles ese entusiasmo. Y eso requiere vocaci?n y a?os de trabajo. Ahora se est? jubilando toda una generaci?n de maestras y maestros que han tenido una gran disposici?n y en su lugar llegan muchos profesores j?venes que est?n intentando transmitir algo que ellos no sienten, porque no tienen esa pasi?n por los libros. Ah? est?n los resultados del Informe PISA que lo demuestran.
"No hay ninguna f?rmula m?gica para aumentar la afici?n a la literatura entre los ni?os y los j?venes, m?s que tratar de contagiarles ese entusiasmo"
?El problema es entonces el colegio?
M?s que el colegio, el sistema. La mayor?a de los profesores est?n corrigiendo textos de alumnos cuando ellos no escriben nada, aparte de wasaps y correos electr?nicos, y leen bien poco. Se limitan a los libros que marca el curr?culo escolar, orientados al examen de turno, lo cual es un error. Convertir un libro en materia de examen es matar ese placer que debe ser la lectura. Si tienen que estar atentos a detalles como la construcci?n de las frases, en vez de disfrutar de lo que leen, es complicado despertar el interés por la literatura.
?Y qué podemos hacer?
Para m? lo primero es empezar a leer con ellos un peque?o texto, intentar que lo comprendan, subrayarlo, descubrir juntos el significado de aquellas palabras que desconocen para que prueben a integrarlas en su bagaje personal. Luego animarles a escribir algo en un papel, una frase, un p?rrafo, aunque sea con faltas de ortograf?a, sin tildes, con palabrotas si lo desean, para que expresen lo que sienten. Y si es necesario, después pueden quemar ese papel o tirarlo por el retrete para preservar su intimidad. De esa manera la literatura no les resultar? ajena, la ver?n como algo que les ayuda a avanzar en su existencia, buscar?n esa complicidad. Ense?arles que la literatura te hace m?s llevadera la vida, porque muchas veces, aunque no te da una soluci?n, te ayuda a relativizar lo que a priori parec?a un problema.
"En la literatura infantil y juvenil hay demasiado dulce, mucha moralina. Y en realidad a los ni?os se les puede explicar todo, también lo cruel, lo monstruoso, lo perverso, solo hay que encontrar la manera"
En ese cambio de sistema, ?qué responsabilidad tienen los escritores?
Gran parte, por no decir toda. Los escritores deben ofrecerles libros que, sin renunciar a la calidad, les enganchen. Yo, que soy muy goloso, soy también muy consciente de que en la literatura infantil y juvenil hay demasiado dulce, mucha moralina, se trata a los lectores con demasiada condescendencia. Y en realidad a los ni?os se les puede explicar todo, también lo cruel, lo monstruoso, lo perverso, solo hay que encontrar la manera. Dec?a Carmen Mart?n Gaite: "Cuando no sabes c?mo explicarles una situaci?n, cuéntales un cuento". Y yo he hecho m?o ese consejo a la hora de acercarme incluso al conflicto vasco. En 2008, cuando ETA a?n exist?a, publiqué 'Pikolo', un libro que hac?a tiempo que me rondaba en la cabeza y cuya escritura se aceler? a ra?z del coche bomba que la banda hizo explotar contra la casa cuartel de Legutiano, en ?lava, en la que viv?an menores. El protagonista es un ni?o que llega de Extremadura a Euskadi con su padre, que es guardia civil. En la escuela otro alumno empieza a llamarle «picoleto» y le exige un euro para dejarle cruzar el puente que separa el cuartel del pueblo, pero también se hace amigo de la hija de un preso de la banda. Y en ese marco, se produce un atentado. Es un libro espinoso, delicado en muchos sentidos, pero creo que en ese momento también era necesario.
'Zerria' tampoco es dulce ni amable. Habla de un infanticidio.
S?, de un cerdo que logra entrar en una casa y mata a un ni?o de pecho, y por ese crimen es juzgado, condenado y ajusticiado en la plaza del pueblo, ante el resto de la piara, para dar ejemplo. Es un hecho real, sucedi? en Francia, un suceso atroz que también se puede contar a los ni?os si sabes c?mo. 'La isla del tesoro', 'Las aventuras de Tom Sawyer', 'Viaje al centro de la Tierra', 'Los tres mosqueteros'… hoy son considerados libros juveniles pero no se escribieron para ni?os. Antes las historias eran para todos, peque?os y grandes. En realidad la literatura infantil y juvenil no existi? hasta que alguien lo decidi?.
"La literatura literatura infantil y juvenil no existi? hasta que alguien lo decidi?. 'La isla del tesoro', 'Las aventuras de Tom Sawyer', 'Viaje al centro de la Tierra'... hoy son considerados libros juveniles pero no se escribieron para ni?os"
?Alguien?
S?, los editores y las editoriales. Hay muchos adultos que piensan que los ni?os son…
?Simples?
S?, simples, b?sicos o idiotas, as? de claro. Y que no pueden llegar a comprender historias oscuras, duras o crueles. Que hay que d?rselo todo masticado. Cuando los hermanos Grimm empezaron a poner negro sobre blanco los relatos orales m?s populares, se vieron obligados a cambiar ciertos detalles ante las cr?ticas por su crueldad. Aunque ellos argumentaban que no escrib?an para ni?os, finalmente tuvieron que autocensurarse. Después lleg? Disney y sus finales siempre felices. ?Si hasta cambiaron el nombre de Jasm?n en 'Aladd?n!' Ning?n ni?o sabe que en realidad la hija del sult?n se llamaba Badrul Budur, un nombre dif?cil pero que quiz? habr?a funcionado igual de bien. Pero tampoco hace falta irse tan atr?s en el tiempo: los editores de Roald Dahl, por ejemplo, han introducido recientemente cambios en sus obras y adjetivos como 'feo' y 'gordo' han sido eliminados de algunas ediciones para convertirlas en pol?ticamente correctas.
Los 'oompa loompas' ya no son tampoco pigmeos tra?dos de ?frica, como en la primera edici?n de Charlie y la f?brica de chocolate, sino "personas peque?as" para elimibar la diferencia de género.
Exacto, y es absurdo. Para que haya una literatura infantil y juvenil de calidad es necesaria la complicidad de los editores. Pero hoy la figura del editor se est? sustituyendo por la del gestor, alguien que busca el rédito r?pido, lo que se traduce en libros sin alma.
?Y qué es para usted un libro sin alma?
Un libro que te entretiene sin m?s, olvidable. Plano, sin ambici?n alguna. En cierta manera es como la telebasura: te permite evadirte pero no te emociona, no te deja ning?n poso. Y yo, lo que busco en la buena literatura, y ahora lo digo sin diferenciar por edades, son los matices. Por ejemplo, cuando Naguib Mahfuz quiere decir "acércate", no escribe "le orden?" o "le mand?". Escribe: "Y la mir? con ojos de deseo". Hablan los ojos. Eso es para m? un libro con alma. Pero para que a las librer?as lleguen libros con alma son necesarios editores insurrectos, enamorados de su trabajo, conscientes de que su papel no es vender m?s, sino crear un mundo diferente para nuestros ni?os y nuestros j?venes, no una simple copia del que ya tenemos.
?Y qué importancia tiene la lengua en ese mundo que como escritor ayuda a construir? Porque Zerria es un libro en euskera [Edelvives lo publicar? en castellano en primavera con el t?tulo 'Porcus'], una lengua minoritaria, y el p?blico es muy limitado.
Yo creo que mi estilo hoy en d?a est? en euskera. En mi caso, adem?s, es una peque?a conquista, porque hasta que no entré en la universidad para estudiar Filolog?a Vasca apenas tuve contacto con el euskera. En mi familia habl?bamos en castellano, la educaci?n hasta entonces la hab?a recibido en castellano, la televisi?n entr? en mi casa en castellano… Tampoco en Vitoria se o?a hablar euskera. Con los a?os el paisaje lingü?stico ha cambiado much?simo, al menos en la calle, pero las lenguas siguen siendo… monumentos invisibles. Son la mayor riqueza que nos ha dado nuestra evoluci?n, pero las ignoramos. Y cuando hablamos de ellas es porque se convierten en un problema, como ha quedado reflejado en el Congreso. ?Por qué hemos tardado 45 a?os en escuchar hablar en euskera, catal?n y gallego de una forma normalizada en la que es la casa de todos? Para m? es simplemente una cuesti?n de convivencia, de mostrar interés por el otro.
'Zerria'
Autor: Patxi Zubizarreta
Ilustraciones: Antton Olariaga
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