الريــم
01-12-2024, 03:37 PM
Las primeras palabras de Nick Cave (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/nick-cave-condenado-duelo-hijos-96816047) en ‘Fe, esperanza y carnicer?a’ son: “?Quién quiere dar entrevistas? En general, las entrevistas son una mierda. De verdad. Te consumen. Las detesto”. No est? mal como pre?mbulo de un libro que es, b?sicamente, una entrevista. De 300 p?ginas. Acaso condicionado por la necesidad de buscar algo en que ocupar el tiempo durante el confinamiento, Cave acept? en 2020 la propuesta del periodista norirlandés (y amigo) Séan O’Hagan de mantener una serie de conversaciones telef?nicas hablando sobre sus “preocupaciones actuales” con vistas a la confecci?n de un libro. Las charlas se prolongaron durante un a?o; en total, m?s de 40 horas de grabaciones en las que el cantautor australiano no solo pas? revista a sus 40 a?os en la m?sica sino que abord? con una franqueza bastante brutal los episodios m?s dolorosos de su vida y asuntos como la pérdida, el duelo, la libertad, la espiritualidad, las adicciones y el poder redentor del arte. Una larga y perturbadora confesi?n que la editorial Sexto Piso publica la pr?xima semana en castellano con traducci?n de Eduardo Rabasa.
El asunto central de estas conversaciones, al que Cave vuelve una y otra vez, es la muerte, en 2015, de su hijo Arthur, que a los 15 a?os se despe?? por un acantilado en Brighton después de haber consumido LSD. En el posfacio del libro, O’Hagan admite que se vio sorprendido “constantemente” por la “sinceridad y apertura” del m?sico a la hora de hablar de la tragedia, as? como por “la naturaleza articulada” de sus respuestas. “Es importante hablar de ello, porque la pérdida de mi hijo me define”, dice Cave en un momento de la entrevista.
Algunos pasajes son de una dureza casi insoportable. El cap?tulo en el que el artista rememora la noche en la que muri? Arthur es una lectura sobrecogedora. También lo es el momento en el que asegura que toda su obra de los ?ltimos a?os es una manera de buscar la “absoluci?n”, de pedir perd?n a su hijo por lo que sucedi?. Pero Cave se afana en repetir una y otra vez que aquella inconcebible cat?strofe familiar puso en marcha una transformaci?n personal y creativa que ha dado un sentido m?s pleno a su vida y a su obra. “Desde que Arthur muri? he podido escapar de la fuerza absoluta del dolor y experimentar una especie de alegr?a que es completamente nueva para m?”, asegura. “He vivido muchos m?s periodos de felicidad que antes, a pesar de que ha sido lo m?s devastador que me ha sucedido jam?s. Es el regalo que me dej? Arthur”.
Salir de la oscuridad
En pleno derrumbe existencial y sumidos en la m?s completa oscuridad, Nick Cave y su esposa Susie descubrieron poco a poco que la amabilidad de la gente pod?a ser una fiable fuente de luz y, con el prop?sito de dejar atr?s las tinieblas, se aferraron a la convicci?n de que “el mundo no est? animado por la maldad, como se nos dice tan a menudo, sino por el amor”. En esa certeza hallaron el camino para volver a la vida, pero ya no eran las mismas personas que antes. “Me gustar?a transmitir –dice Cave- un mensaje que tiene que ver con la pregunta que se hace toda la gente que pasa por un duelo: ?te sientes mejor en alg?n momento? Y la respuesta es que s?. Nos volvemos diferentes. Mejores”.
A riesgo de alienar a sus fans m?s escépticos, el artista no oculta que este viaje va ligado a una intensa exploraci?n de su fe religiosa. Es cierto que ese es un interés antiguo que se remonta a los tiempos primigenios y salvajes de The Birthday Party -“ten?a mucha gente con la que drogarme, pero muy poca que me acompa?ase a la iglesia”, apunta sobre aquellos d?as- y que, como fuente de inspiraci?n art?stica, ha estado presente en toda su obra, pero Cave subraya que en los ?ltimos a?os se ha acrecentado su inclinaci?n a aceptar la “verdad poética” de la existencia de Dios. Y va un paso m?s all? al afirmar de manera bastante taxativa que “el ate?smo es malo para el oficio de escribir canciones” por cuanto niega “la dimensi?n sagrada fundamental de la m?sica (https://www.sport.es/es/temas/musica-1836405)”.
Droga y rock and roll
Aunque los asuntos tratados son, como se ve, de cierta gravedad, las p?ginas de ‘Fe, esperanza y carnicer?a’ también brindan unas cuantas satisfacciones a todos aquellos que busquen suculentas historias de sexo, droga y rock and roll. Pese a formular alguna débil queja cada vez que surge el tema de sus adicciones –“me parece cansino y poco interesante”, se?ala-, Cave habla abiertamente de su relaci?n con la hero?na y el alcohol y relata algunos episodios delirantes, como el del d?a en que sali? de su primera estancia en una cl?nica de rehabilitaci?n y la revista ‘New Musical Express’ tuvo la infame ocurrencia de organizarle un encuentro con Shane MacGowan (The Pogues) y Mark E. Smith (The Fall), dos dips?manos irreductibles, ya fallecidos. ?Qué pod?a salir mal? “Estaban ah? sentados metiéndose drogas y bebiendo hasta perderse. No fueron muy emp?ticos con mi situaci?n”, comenta.
Abundan en el libro las reflexiones sobre el tortuoso proceso de componer m?sica –“escribir canciones es un asunto sangriento”, sostiene- y las revelaciones sobre la din?mica interna de los grupos que ha liderado. Respecto a la primera y m?s legendaria formaci?n de The Bad Seeds, apunta que la convivencia en el estudio con el multiinstrumentista Mick Harvey y el guitarrista Blixa Bargeld era “como tener a Hitler, a Stalin y al jodido Mao Zedong tratando de hacer un disco juntos”. Y muestra una divertida perplejidad al evocar el d?a en que el temperamental Bargeld abandon? el grupo en medio de una grabaci?n pronunciando una frase inmortal: “No me met? en el rock and roll para tocar rock and roll”.
Pero incluso a la hora de rememorar escenas hilarantes como esta, el relato de Cave parece estar impregnado de un sentimiento de profunda melancol?a. O’Hagan lo define como una aguda consciencia “de la precariedad de la vida”, presente en todo el libro. De hecho, durante los 12 meses que duraron las conversaciones, el artista perdi? a su madre, a su amigo el productor musical Hal Willner y a Anita Lane, novia de juventud y estrecha colaboradora. Muy poco después, falleci? su hijo mayor Jethro, a los 30 a?os. Demasiada devastaci?n como para no dejar un poso de tristeza hasta en los pasajes m?s aparentemente luminosos. El propio Cave lo admite en una imagen poética de alto vuelo: “La esperanza es optimismo con el coraz?n roto”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/nick-cave-abre-canal-arthur-96816041)
El asunto central de estas conversaciones, al que Cave vuelve una y otra vez, es la muerte, en 2015, de su hijo Arthur, que a los 15 a?os se despe?? por un acantilado en Brighton después de haber consumido LSD. En el posfacio del libro, O’Hagan admite que se vio sorprendido “constantemente” por la “sinceridad y apertura” del m?sico a la hora de hablar de la tragedia, as? como por “la naturaleza articulada” de sus respuestas. “Es importante hablar de ello, porque la pérdida de mi hijo me define”, dice Cave en un momento de la entrevista.
Algunos pasajes son de una dureza casi insoportable. El cap?tulo en el que el artista rememora la noche en la que muri? Arthur es una lectura sobrecogedora. También lo es el momento en el que asegura que toda su obra de los ?ltimos a?os es una manera de buscar la “absoluci?n”, de pedir perd?n a su hijo por lo que sucedi?. Pero Cave se afana en repetir una y otra vez que aquella inconcebible cat?strofe familiar puso en marcha una transformaci?n personal y creativa que ha dado un sentido m?s pleno a su vida y a su obra. “Desde que Arthur muri? he podido escapar de la fuerza absoluta del dolor y experimentar una especie de alegr?a que es completamente nueva para m?”, asegura. “He vivido muchos m?s periodos de felicidad que antes, a pesar de que ha sido lo m?s devastador que me ha sucedido jam?s. Es el regalo que me dej? Arthur”.
Salir de la oscuridad
En pleno derrumbe existencial y sumidos en la m?s completa oscuridad, Nick Cave y su esposa Susie descubrieron poco a poco que la amabilidad de la gente pod?a ser una fiable fuente de luz y, con el prop?sito de dejar atr?s las tinieblas, se aferraron a la convicci?n de que “el mundo no est? animado por la maldad, como se nos dice tan a menudo, sino por el amor”. En esa certeza hallaron el camino para volver a la vida, pero ya no eran las mismas personas que antes. “Me gustar?a transmitir –dice Cave- un mensaje que tiene que ver con la pregunta que se hace toda la gente que pasa por un duelo: ?te sientes mejor en alg?n momento? Y la respuesta es que s?. Nos volvemos diferentes. Mejores”.
A riesgo de alienar a sus fans m?s escépticos, el artista no oculta que este viaje va ligado a una intensa exploraci?n de su fe religiosa. Es cierto que ese es un interés antiguo que se remonta a los tiempos primigenios y salvajes de The Birthday Party -“ten?a mucha gente con la que drogarme, pero muy poca que me acompa?ase a la iglesia”, apunta sobre aquellos d?as- y que, como fuente de inspiraci?n art?stica, ha estado presente en toda su obra, pero Cave subraya que en los ?ltimos a?os se ha acrecentado su inclinaci?n a aceptar la “verdad poética” de la existencia de Dios. Y va un paso m?s all? al afirmar de manera bastante taxativa que “el ate?smo es malo para el oficio de escribir canciones” por cuanto niega “la dimensi?n sagrada fundamental de la m?sica (https://www.sport.es/es/temas/musica-1836405)”.
Droga y rock and roll
Aunque los asuntos tratados son, como se ve, de cierta gravedad, las p?ginas de ‘Fe, esperanza y carnicer?a’ también brindan unas cuantas satisfacciones a todos aquellos que busquen suculentas historias de sexo, droga y rock and roll. Pese a formular alguna débil queja cada vez que surge el tema de sus adicciones –“me parece cansino y poco interesante”, se?ala-, Cave habla abiertamente de su relaci?n con la hero?na y el alcohol y relata algunos episodios delirantes, como el del d?a en que sali? de su primera estancia en una cl?nica de rehabilitaci?n y la revista ‘New Musical Express’ tuvo la infame ocurrencia de organizarle un encuentro con Shane MacGowan (The Pogues) y Mark E. Smith (The Fall), dos dips?manos irreductibles, ya fallecidos. ?Qué pod?a salir mal? “Estaban ah? sentados metiéndose drogas y bebiendo hasta perderse. No fueron muy emp?ticos con mi situaci?n”, comenta.
Abundan en el libro las reflexiones sobre el tortuoso proceso de componer m?sica –“escribir canciones es un asunto sangriento”, sostiene- y las revelaciones sobre la din?mica interna de los grupos que ha liderado. Respecto a la primera y m?s legendaria formaci?n de The Bad Seeds, apunta que la convivencia en el estudio con el multiinstrumentista Mick Harvey y el guitarrista Blixa Bargeld era “como tener a Hitler, a Stalin y al jodido Mao Zedong tratando de hacer un disco juntos”. Y muestra una divertida perplejidad al evocar el d?a en que el temperamental Bargeld abandon? el grupo en medio de una grabaci?n pronunciando una frase inmortal: “No me met? en el rock and roll para tocar rock and roll”.
Pero incluso a la hora de rememorar escenas hilarantes como esta, el relato de Cave parece estar impregnado de un sentimiento de profunda melancol?a. O’Hagan lo define como una aguda consciencia “de la precariedad de la vida”, presente en todo el libro. De hecho, durante los 12 meses que duraron las conversaciones, el artista perdi? a su madre, a su amigo el productor musical Hal Willner y a Anita Lane, novia de juventud y estrecha colaboradora. Muy poco después, falleci? su hijo mayor Jethro, a los 30 a?os. Demasiada devastaci?n como para no dejar un poso de tristeza hasta en los pasajes m?s aparentemente luminosos. El propio Cave lo admite en una imagen poética de alto vuelo: “La esperanza es optimismo con el coraz?n roto”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/nick-cave-abre-canal-arthur-96816041)