الريــم
01-12-2024, 02:00 PM
Confiesa Fernando Aramburu (https://www.epe.es/es/abril/20240111/fernando-aramburu-entrevista-ines-martin-rodrigo-96537908) (San Sebasti?n, 1959), con la honestidad del que cree en el valor de las palabras, de su significado, que la lengua es el juguete que m?s le ha durado en esta vida. Los de la ni?ez los perdi? casi todos, salvo una bola del mundo, hoy todav?a visible, y un tablero de parch?s. Esa actividad gozosa, relacionada con el lenguaje, comenz? a practicarla bien pronto, en el colegio, donde ya pudo comprobar la repercusi?n positiva del dominio de los vocablos.
Luego, en la adolescencia, aquella maestr?a, vocal, escrita, le dio cierta ventaja con las muchachas, convirtiéndole en un chaval "diferente, atractivo". Fue el venturoso inicio de su relaci?n con la que, seg?n dice, ha sido, durante toda su vida, su compa?era "?ntima, cercana, fiel". La lengua le sedujo y le permiti? seducir, adem?s de ofrecerle una v?a para escapar de la realidad social, humilde, de la que proced?a.
Todo ese conocimiento atesorado, la cultura que empez? a descubrir con catorce o quince a?os, sin renunciar nunca al inconformismo que todav?a le define, fue su mejor y m?s efectivo instrumento de liberaci?n. Y lo sigue siendo, aunque ya no escriba versos, pero s? lea los de otros, pues el hombre paciente y bondadoso, enamorado de la m?sica de Chet Baker, que est? detr?s del autor logr? congraciarse, de nuevo, con la poes?a, hasta aceptar que formar? siempre parte de su vida. Prueba de ello es la publicaci?n de Sinfon?a corporal, que recoge su obra poética.
Dice Irazoki en el ep?logo de Sinfon?a corporal que el inconformismo fue su primera gu?a literaria.
El inconformismo forma parte de mi persona y es inevitable que intervenga cuando yo escribo. Con los a?os me he ido serenando. La misma actividad que me estimulaba la rebeld?a me ha ido colmando de una serenidad que me resulta muy grata y que es mi filosof?a de la vida, que es como un largo aprendizaje para aceptar nuestro destino perecedero y para morir con cierta elegancia.
?Se reconoce en el joven que escribi? esos versos en los 70, en los 80?
Yo no niego al joven que fui. De hecho, tengo cierto orgullo de aquel joven que se decant? en la adolescencia por la creaci?n literaria. En Sinfon?a corporal veo al joven que fui buscando suscitar el valor poético con sinceridad y también siento que entre aquel chaval fogoso, que estaba un poco obsesionado por cantar los placeres f?sicos, que pensaba demasiado en la muerte, y el hombre sereno, maduro, apegado a sus rutinas, amante de la monoton?a y del tedio, no ha habido una ruptura, sino un progreso. Y, por tanto, me sigo reflejando en estos poemas.
?Cu?ndo se dio cuenta de que la cultura ser?a su mejor instrumento de liberaci?n?
Muy pronto, y esto fue determinante. Muy pronto quiere decir a los 13 o 14 a?os.
?Tan pronto?
S?, y esto se lo debo al contraejemplo de mi maravilloso padre, que era un obrero raso en una f?brica. Yo no quer?a lo mismo para m?, levantarme toda mi vida a las cinco de la ma?ana, ganar poco y conocer el argumento de tu vida desde el principio hasta el final. Me di cuenta de que el conocimiento de la lengua podr?a proporcionarme una puerta para una vida m?s interesante, m?s rica. Mi agradecimiento al joven aquel que se dio cuenta de que el conocimiento, el estudio, la dedicaci?n a actividades positivas, no s?lo para uno, sino tal vez también para los dem?s, es enorme.
A m? no me gusta ondear la lengua como una bandera que se opone a otras banderas
Siempre percibo en usted un entusiasmo hacia el lenguaje. ?C?mo procura que no se le agote?
Para empezar, ese entusiasmo no est? asociado a un trabajo ingrate. La lengua, la actividad relacionada con las palabras, supone para m? un juguete, es el juguete que m?s me ha durado en esta vida. Muy pronto pude comprobar la repercusi?n positiva que ten?a el dominio de las palabras. La lengua ha sido mi compa?era ?ntima, cercana, fiel durante toda mi vida, y no dejo de aprenderla. Lo que no admito es que la lengua me proporcione identidad.
?Y qué le proporciona la lengua?
La lengua me proporciona, sobre todo, la posibilidad de comunicarme con los dem?s y de disfrutar de su sonoridad, de sus ritmos, de la posibilidad de inventar, de imaginar. A m? no me gusta ondear la lengua como una bandera que se opone a otras banderas.
Yo creo, por lo poco que le conozco, que no le interesan las banderas.
Nada, nada, no me interesan. Yo he vivido con la condici?n de extranjero durante tres décadas y la idea de la naci?n en mi vida privada no tiene ninguna vigencia. Yo entiendo que desde un punto de vista administrativo s? tiene sentido que alguien sea nacional o extranjero. Pero en mi vida, si yo soy un pa?s, ese pa?s es de todos. Parcelar el planeta y considerar ajeno, extra?o, a un ser humano no cuadra con mis principios éticos.
Yo he vivido con la condici?n de extranjero durante tres décadas y la idea de la naci?n en mi vida privada no tiene ninguna vigencia
Volviendo a la literatura, ?es posible despoetizarse?
Yo lo intenté y pensé que lo hab?a conseguido, pero no es verdad. Lo que consegu? fue desprenderme, por medio de la escritura de un libro, feo, cacof?nico, malsonante adrede, de las man?as de poeta.
?Ahora escribe versos?
No, de momento no.
Dice de momento...
Es que cuando leo la poes?a de otros a menudo me viene un calorcillo a los dedos, se me pasa enseguida, unas ganitas otra vez... Lo que no me gustar?a es caer otra vez en la automatizaci?n del poema o atender a la realidad con poemas. Por otro lado, una de mis grandes no sé si obsesiones o aficiones es el comportamiento humano, y el comportamiento humano, no el m?o, sino el de mucha gente a la que observo, me lleva directamente a la narrativa.
En sus poemas hay muchas alusiones al mar, a ese mar del que vive alejado desde hace décadas.
El mar no es para m? un elemento meramente decorativo o paisaj?stico. Yo nac? a quinientos metros del mar y ha sido durante muchos a?os una compa??a grata que, de alguna manera, me permit?a, ya en la ni?ez, situarme en el mundo. Probablemente, los que no creemos en el cielo hallamos un suced?neo en el mar como extensi?n muy grande que no cambia. De manera que cuando visito mi ciudad y contemplo el mar tengo la sensaci?n de estar viendo lo mismo que otros seres humanos hace cinco, diez mil, veinte mil a?os. Y esta sensaci?n es algo que me estimula, que me induce a conversar, no voy a decir a rezar, pero s? a tratar de comunicarme con esta extensi?n que sé que me precede y que me suceder?. Yo vivo desde hace muchos a?os en una ciudad sin mar, y he intentado enga?arme imaginando que el mar es sustituible por el bosque. Entonces, el bosque ha tomado esta dimensi?n grande ante la cual, desnudo y humilde, me sit?o, medito, observo.
Probablemente, los que no creemos en el cielo hallamos un suced?neo en el mar como extensi?n muy grande que no cambia
?Y sigue siendo la vida "una turbaci?n confusa"?
[R?e] De esto estoy seguro, s?. Aunque yo hago una vida muy retirada y soy muy hogare?o, en cuanto pongo un pie en la calle ya oigo la turbaci?n, el ruido, el debate, el conflicto, la polémica, el esc?ndalo. Esto creo que va con los genes del ser humano. Cambia el vestuario, el resto sigue siendo igual.
Le cito: "No se hizo para m? el vocablo tierno de quien a solas reza". ?Qué vocablo se hizo, entonces, para usted?
Pues se hicieron muchos. Pero yo recib? una educaci?n religiosa y lleg? un momento en que dejé de creer y de rezar y acepté el estoicismo.
En el libro hay un poema largo dedicado a eso, Perla candente.
S?, es un poema en el que expongo mi concepci?n de la vida humana. Yo tengo el convencimiento de que hemos nacido por casualidad, lo cual no quiere decir que no tengamos que darle un sentido a este cupo de a?os que nos corresponde. Yo estoy muy agradecido a la vida.
En cuanto pongo un pie en la calle ya oigo la turbaci?n, el ruido, el debate, el conflicto, la polémica, el esc?ndalo. Va con los genes del ser humano
Que cantaba Violeta Parra.
S?, esa es una canci?n que yo cantaba a mis hijas cuando eran peque?as como una nana. La filosof?a que est? introducida en esa canci?n la comparto, la sigo compartiendo.
?Le habitan todav?a "inciertos reclusos cuyo oficio es padecer las llagas de su due?o"?
Bueno, ah? andan, ah? andan. También creo que eso es muy humano, la impostura, dar una imagen social que luego no se corresponde con la privada, postular el feminismo, la paz, el abrazo y luego, en la vida privada, ser un malvado. Es probable que algo as? aliente detr?s de estos versos. Pero yo esto lo puedo aceptar como novelista que finge historias, que quiere provocar o hacer re?r. Pero en poes?a no, mi poes?a recoge mi peque?a verdad personal.
?Y cu?l es su verdad?
Una verdad positiva, de postulaci?n del abrazo, de indignaci?n ante la injusticia y el derramamiento de sangre, la belleza, la armon?a, es decir, todo aquello que hace de la vida algo mejor.
En otro poema escribe algo as? como que "no son m?os los ojos que contemplan lo que temo". ?Cu?les son ahora sus temores?
Yo no soy un ente aut?nomo. Yo estoy unido familiarmente a otras personas y socialmente a otros grupos. Entonces, la desarmon?a, los conflictos, considerando, adem?s, la tierra de la que yo procedo, me causan vivo temor. Eso es un temor constante que me lleva a la reflexi?n. Hay otros temores relacionados con la salud, no s?lo con la m?a, también con la salud de los m?os. No me veo como un se?or sentado apaciblemente en un sill?n, sino que el temor es un ingrediente que afortunadamente no se apodera de toda mi psicolog?a pero que est? ah?, haciéndome advertencias. No temo a la muerte, por ejemplo.
Me gustar?a vivir un poco m?s, pero tengo perfectamente aceptada la muerte, no la temo. S? temo el dolor
?No?
No, no. Me gustar?a vivir un poco m?s, porque todav?a quiero poner un par de huevos en el nido, pero la tengo perfectamente aceptada. S? temo el dolor. El dolor principalmente me enfada, pero después termina efectivamente desanim?ndome.
Otro poema muy emocionante es Hija. Creo que esto nunca se lo he preguntado a un escritor, s? a una escritora, pero no a un escritor: ?cambia la paternidad a un escritor?
Pero totalmente, totalmente. La paternidad a m? me ha dado otros ojos, otros o?dos, sobre todo me llen? el cuerpo de empat?a. De repente, mi yo pas? a un segundo plano. Es de las cosas m?s bonitas que me han pasado en la vida, no exenta de problemas, porque hay enfermedades, ca?das, preocupaciones, pero desconozco la soledad. Y lo que yo m?s agradezco a la paternidad no es solamente la posibilidad de ejercer un amor que no busca recompensa, sino que me ha permitido un poco librarme del ancla del yo, de estar ocupado siempre en m?, en lo m?o. Pero, adem?s, todo mi trabajo literario se ve de pronto justificado, el horizonte ?ltimo de mi esfuerzo literario ya no es el éxito o el aplauso o las buenas cr?ticas, sino un poco contribuir al bienestar de la familia. Es decir, que yo también trabajo para echar una mano, tal vez econ?mica, a la familia y, entonces, eso me libra de la pereza, de escribir cuando me vengan las ideas y en cierto modo acabé profesionalizando la actividad. Ahora mismo, yo no ser?a comprensible sin la paternidad. Y la paternidad se corresponde con la maternidad, y esta uni?n eleva la convivencia con la otra persona a un plano maravilloso.
La paternidad a m? me ha dado otros ojos, otros o?dos, me llen? el cuerpo de empat?a, mi yo pas? a un segundo plano. Ahora mismo, yo no ser?a comprensible sin la paternidad
Poema muerto es la evidencia de que el escritor no puede vivir de espaldas a la historia. Y eso también es la demostraci?n de que la escritura es un compromiso, ?no cree?
Bueno, no soy muy aficionado a la palabra compromiso, porque creo que es inherente al hecho de que uno se exprese para los dem?s. Y porque, adem?s, huele a cierta tendencia ideol?gica que ya parece como que te la imponen. Pero mal ir? un escritor, poeta, novelista, que dé la espalda a la realidad social en la que vive. El mundo se extiende m?s all? de la habitaci?n donde uno est?, hay otras personas, hay conflictos, hay guerras. En el poema que ha citado est? la conciencia de que uno, en cierto modo, es resultado de la historia, también. Uno nace aqu? o all? o no nace dependiendo del destino de sus antecedentes. Yo perd? a mi abuelo en la Guerra Civil combatiendo con estas personas del bando contrario que destruyeron Ir?n. Me pareci? que deb?a expresarme por medio de un poema cuando lo hice, pero luego no voy a la calle diciendo, eh, que yo también estoy comprometido. Buscar esos salvoconductos culturales a m? no me gusta. Yo necesitaba escribir ese poema, yo he necesitado escribir sobre o contra el terrorismo y lo he hecho por muchas razones, entre otras porque tengo una conciencia moral que me pide: "Muchacho, ?aqu? no tienes nada que decir? Est?s ante una injusticia, ante unos horrores, aqu? hay gente que est? lanzando misiles, ?no tienes nada que decir, sigues con tus mariposas y con tus hojas de roble de oto?o?". Pero eso es un compromiso que yo adquiero, que yo admito, no es simplemente que me agrego a una tendencia.
Es triste lo que dice, porque es verdad. Al final, la palabra compromiso ha terminado pervirtiéndose.
S? y, adem?s, ha terminado significando algo demasiado simple que tiene que ver solamente con el tema de lo que se escribe. Y olvidamos que las palabras también tienen connotaciones, tienen musicalidad y que incluso el compromiso deber?a ser eficaz y para eso no deber?a estar exento de una escritura esmerada o arm?nica, que cualquier porquer?a no vale por el hecho de que coincida con una protesta.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/fernando-aramburu-entrevista-sinfonia-corporal-96811511)
Luego, en la adolescencia, aquella maestr?a, vocal, escrita, le dio cierta ventaja con las muchachas, convirtiéndole en un chaval "diferente, atractivo". Fue el venturoso inicio de su relaci?n con la que, seg?n dice, ha sido, durante toda su vida, su compa?era "?ntima, cercana, fiel". La lengua le sedujo y le permiti? seducir, adem?s de ofrecerle una v?a para escapar de la realidad social, humilde, de la que proced?a.
Todo ese conocimiento atesorado, la cultura que empez? a descubrir con catorce o quince a?os, sin renunciar nunca al inconformismo que todav?a le define, fue su mejor y m?s efectivo instrumento de liberaci?n. Y lo sigue siendo, aunque ya no escriba versos, pero s? lea los de otros, pues el hombre paciente y bondadoso, enamorado de la m?sica de Chet Baker, que est? detr?s del autor logr? congraciarse, de nuevo, con la poes?a, hasta aceptar que formar? siempre parte de su vida. Prueba de ello es la publicaci?n de Sinfon?a corporal, que recoge su obra poética.
Dice Irazoki en el ep?logo de Sinfon?a corporal que el inconformismo fue su primera gu?a literaria.
El inconformismo forma parte de mi persona y es inevitable que intervenga cuando yo escribo. Con los a?os me he ido serenando. La misma actividad que me estimulaba la rebeld?a me ha ido colmando de una serenidad que me resulta muy grata y que es mi filosof?a de la vida, que es como un largo aprendizaje para aceptar nuestro destino perecedero y para morir con cierta elegancia.
?Se reconoce en el joven que escribi? esos versos en los 70, en los 80?
Yo no niego al joven que fui. De hecho, tengo cierto orgullo de aquel joven que se decant? en la adolescencia por la creaci?n literaria. En Sinfon?a corporal veo al joven que fui buscando suscitar el valor poético con sinceridad y también siento que entre aquel chaval fogoso, que estaba un poco obsesionado por cantar los placeres f?sicos, que pensaba demasiado en la muerte, y el hombre sereno, maduro, apegado a sus rutinas, amante de la monoton?a y del tedio, no ha habido una ruptura, sino un progreso. Y, por tanto, me sigo reflejando en estos poemas.
?Cu?ndo se dio cuenta de que la cultura ser?a su mejor instrumento de liberaci?n?
Muy pronto, y esto fue determinante. Muy pronto quiere decir a los 13 o 14 a?os.
?Tan pronto?
S?, y esto se lo debo al contraejemplo de mi maravilloso padre, que era un obrero raso en una f?brica. Yo no quer?a lo mismo para m?, levantarme toda mi vida a las cinco de la ma?ana, ganar poco y conocer el argumento de tu vida desde el principio hasta el final. Me di cuenta de que el conocimiento de la lengua podr?a proporcionarme una puerta para una vida m?s interesante, m?s rica. Mi agradecimiento al joven aquel que se dio cuenta de que el conocimiento, el estudio, la dedicaci?n a actividades positivas, no s?lo para uno, sino tal vez también para los dem?s, es enorme.
A m? no me gusta ondear la lengua como una bandera que se opone a otras banderas
Siempre percibo en usted un entusiasmo hacia el lenguaje. ?C?mo procura que no se le agote?
Para empezar, ese entusiasmo no est? asociado a un trabajo ingrate. La lengua, la actividad relacionada con las palabras, supone para m? un juguete, es el juguete que m?s me ha durado en esta vida. Muy pronto pude comprobar la repercusi?n positiva que ten?a el dominio de las palabras. La lengua ha sido mi compa?era ?ntima, cercana, fiel durante toda mi vida, y no dejo de aprenderla. Lo que no admito es que la lengua me proporcione identidad.
?Y qué le proporciona la lengua?
La lengua me proporciona, sobre todo, la posibilidad de comunicarme con los dem?s y de disfrutar de su sonoridad, de sus ritmos, de la posibilidad de inventar, de imaginar. A m? no me gusta ondear la lengua como una bandera que se opone a otras banderas.
Yo creo, por lo poco que le conozco, que no le interesan las banderas.
Nada, nada, no me interesan. Yo he vivido con la condici?n de extranjero durante tres décadas y la idea de la naci?n en mi vida privada no tiene ninguna vigencia. Yo entiendo que desde un punto de vista administrativo s? tiene sentido que alguien sea nacional o extranjero. Pero en mi vida, si yo soy un pa?s, ese pa?s es de todos. Parcelar el planeta y considerar ajeno, extra?o, a un ser humano no cuadra con mis principios éticos.
Yo he vivido con la condici?n de extranjero durante tres décadas y la idea de la naci?n en mi vida privada no tiene ninguna vigencia
Volviendo a la literatura, ?es posible despoetizarse?
Yo lo intenté y pensé que lo hab?a conseguido, pero no es verdad. Lo que consegu? fue desprenderme, por medio de la escritura de un libro, feo, cacof?nico, malsonante adrede, de las man?as de poeta.
?Ahora escribe versos?
No, de momento no.
Dice de momento...
Es que cuando leo la poes?a de otros a menudo me viene un calorcillo a los dedos, se me pasa enseguida, unas ganitas otra vez... Lo que no me gustar?a es caer otra vez en la automatizaci?n del poema o atender a la realidad con poemas. Por otro lado, una de mis grandes no sé si obsesiones o aficiones es el comportamiento humano, y el comportamiento humano, no el m?o, sino el de mucha gente a la que observo, me lleva directamente a la narrativa.
En sus poemas hay muchas alusiones al mar, a ese mar del que vive alejado desde hace décadas.
El mar no es para m? un elemento meramente decorativo o paisaj?stico. Yo nac? a quinientos metros del mar y ha sido durante muchos a?os una compa??a grata que, de alguna manera, me permit?a, ya en la ni?ez, situarme en el mundo. Probablemente, los que no creemos en el cielo hallamos un suced?neo en el mar como extensi?n muy grande que no cambia. De manera que cuando visito mi ciudad y contemplo el mar tengo la sensaci?n de estar viendo lo mismo que otros seres humanos hace cinco, diez mil, veinte mil a?os. Y esta sensaci?n es algo que me estimula, que me induce a conversar, no voy a decir a rezar, pero s? a tratar de comunicarme con esta extensi?n que sé que me precede y que me suceder?. Yo vivo desde hace muchos a?os en una ciudad sin mar, y he intentado enga?arme imaginando que el mar es sustituible por el bosque. Entonces, el bosque ha tomado esta dimensi?n grande ante la cual, desnudo y humilde, me sit?o, medito, observo.
Probablemente, los que no creemos en el cielo hallamos un suced?neo en el mar como extensi?n muy grande que no cambia
?Y sigue siendo la vida "una turbaci?n confusa"?
[R?e] De esto estoy seguro, s?. Aunque yo hago una vida muy retirada y soy muy hogare?o, en cuanto pongo un pie en la calle ya oigo la turbaci?n, el ruido, el debate, el conflicto, la polémica, el esc?ndalo. Esto creo que va con los genes del ser humano. Cambia el vestuario, el resto sigue siendo igual.
Le cito: "No se hizo para m? el vocablo tierno de quien a solas reza". ?Qué vocablo se hizo, entonces, para usted?
Pues se hicieron muchos. Pero yo recib? una educaci?n religiosa y lleg? un momento en que dejé de creer y de rezar y acepté el estoicismo.
En el libro hay un poema largo dedicado a eso, Perla candente.
S?, es un poema en el que expongo mi concepci?n de la vida humana. Yo tengo el convencimiento de que hemos nacido por casualidad, lo cual no quiere decir que no tengamos que darle un sentido a este cupo de a?os que nos corresponde. Yo estoy muy agradecido a la vida.
En cuanto pongo un pie en la calle ya oigo la turbaci?n, el ruido, el debate, el conflicto, la polémica, el esc?ndalo. Va con los genes del ser humano
Que cantaba Violeta Parra.
S?, esa es una canci?n que yo cantaba a mis hijas cuando eran peque?as como una nana. La filosof?a que est? introducida en esa canci?n la comparto, la sigo compartiendo.
?Le habitan todav?a "inciertos reclusos cuyo oficio es padecer las llagas de su due?o"?
Bueno, ah? andan, ah? andan. También creo que eso es muy humano, la impostura, dar una imagen social que luego no se corresponde con la privada, postular el feminismo, la paz, el abrazo y luego, en la vida privada, ser un malvado. Es probable que algo as? aliente detr?s de estos versos. Pero yo esto lo puedo aceptar como novelista que finge historias, que quiere provocar o hacer re?r. Pero en poes?a no, mi poes?a recoge mi peque?a verdad personal.
?Y cu?l es su verdad?
Una verdad positiva, de postulaci?n del abrazo, de indignaci?n ante la injusticia y el derramamiento de sangre, la belleza, la armon?a, es decir, todo aquello que hace de la vida algo mejor.
En otro poema escribe algo as? como que "no son m?os los ojos que contemplan lo que temo". ?Cu?les son ahora sus temores?
Yo no soy un ente aut?nomo. Yo estoy unido familiarmente a otras personas y socialmente a otros grupos. Entonces, la desarmon?a, los conflictos, considerando, adem?s, la tierra de la que yo procedo, me causan vivo temor. Eso es un temor constante que me lleva a la reflexi?n. Hay otros temores relacionados con la salud, no s?lo con la m?a, también con la salud de los m?os. No me veo como un se?or sentado apaciblemente en un sill?n, sino que el temor es un ingrediente que afortunadamente no se apodera de toda mi psicolog?a pero que est? ah?, haciéndome advertencias. No temo a la muerte, por ejemplo.
Me gustar?a vivir un poco m?s, pero tengo perfectamente aceptada la muerte, no la temo. S? temo el dolor
?No?
No, no. Me gustar?a vivir un poco m?s, porque todav?a quiero poner un par de huevos en el nido, pero la tengo perfectamente aceptada. S? temo el dolor. El dolor principalmente me enfada, pero después termina efectivamente desanim?ndome.
Otro poema muy emocionante es Hija. Creo que esto nunca se lo he preguntado a un escritor, s? a una escritora, pero no a un escritor: ?cambia la paternidad a un escritor?
Pero totalmente, totalmente. La paternidad a m? me ha dado otros ojos, otros o?dos, sobre todo me llen? el cuerpo de empat?a. De repente, mi yo pas? a un segundo plano. Es de las cosas m?s bonitas que me han pasado en la vida, no exenta de problemas, porque hay enfermedades, ca?das, preocupaciones, pero desconozco la soledad. Y lo que yo m?s agradezco a la paternidad no es solamente la posibilidad de ejercer un amor que no busca recompensa, sino que me ha permitido un poco librarme del ancla del yo, de estar ocupado siempre en m?, en lo m?o. Pero, adem?s, todo mi trabajo literario se ve de pronto justificado, el horizonte ?ltimo de mi esfuerzo literario ya no es el éxito o el aplauso o las buenas cr?ticas, sino un poco contribuir al bienestar de la familia. Es decir, que yo también trabajo para echar una mano, tal vez econ?mica, a la familia y, entonces, eso me libra de la pereza, de escribir cuando me vengan las ideas y en cierto modo acabé profesionalizando la actividad. Ahora mismo, yo no ser?a comprensible sin la paternidad. Y la paternidad se corresponde con la maternidad, y esta uni?n eleva la convivencia con la otra persona a un plano maravilloso.
La paternidad a m? me ha dado otros ojos, otros o?dos, me llen? el cuerpo de empat?a, mi yo pas? a un segundo plano. Ahora mismo, yo no ser?a comprensible sin la paternidad
Poema muerto es la evidencia de que el escritor no puede vivir de espaldas a la historia. Y eso también es la demostraci?n de que la escritura es un compromiso, ?no cree?
Bueno, no soy muy aficionado a la palabra compromiso, porque creo que es inherente al hecho de que uno se exprese para los dem?s. Y porque, adem?s, huele a cierta tendencia ideol?gica que ya parece como que te la imponen. Pero mal ir? un escritor, poeta, novelista, que dé la espalda a la realidad social en la que vive. El mundo se extiende m?s all? de la habitaci?n donde uno est?, hay otras personas, hay conflictos, hay guerras. En el poema que ha citado est? la conciencia de que uno, en cierto modo, es resultado de la historia, también. Uno nace aqu? o all? o no nace dependiendo del destino de sus antecedentes. Yo perd? a mi abuelo en la Guerra Civil combatiendo con estas personas del bando contrario que destruyeron Ir?n. Me pareci? que deb?a expresarme por medio de un poema cuando lo hice, pero luego no voy a la calle diciendo, eh, que yo también estoy comprometido. Buscar esos salvoconductos culturales a m? no me gusta. Yo necesitaba escribir ese poema, yo he necesitado escribir sobre o contra el terrorismo y lo he hecho por muchas razones, entre otras porque tengo una conciencia moral que me pide: "Muchacho, ?aqu? no tienes nada que decir? Est?s ante una injusticia, ante unos horrores, aqu? hay gente que est? lanzando misiles, ?no tienes nada que decir, sigues con tus mariposas y con tus hojas de roble de oto?o?". Pero eso es un compromiso que yo adquiero, que yo admito, no es simplemente que me agrego a una tendencia.
Es triste lo que dice, porque es verdad. Al final, la palabra compromiso ha terminado pervirtiéndose.
S? y, adem?s, ha terminado significando algo demasiado simple que tiene que ver solamente con el tema de lo que se escribe. Y olvidamos que las palabras también tienen connotaciones, tienen musicalidad y que incluso el compromiso deber?a ser eficaz y para eso no deber?a estar exento de una escritura esmerada o arm?nica, que cualquier porquer?a no vale por el hecho de que coincida con una protesta.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/fernando-aramburu-entrevista-sinfonia-corporal-96811511)