الريــم
01-07-2024, 05:10 PM
Javier Moreno Luz?n, historiador nacido en Hell?n (Albacete), en 1967, acaba de publicar 'El rey patriota. Alfonso XIII y la naci?n' (Galaxia Gutenberg). Aqu?, como en toda su obra ('Romanones. Caciquismo y pol?tica liberal', 'Restauraci?n y dictadura', 'Centenarioman?a'…), Moreno Luz?n se refiere a los personajes y a la vida de la Espa?a m?s cercana a los hechos que ahora conmueven o interrogan a la vida actual del pa?s que vivimos.
Catedr?tico de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Pol?ticos en la Universidad Complutense de Madrid, tiene maestros de los que reivindica sabidur?a y compromiso con el oficio de historiador, como Santos Juli?, José ?lvarez Junco y Mercedes Cabrera. Con ellos comparte una cualidad (https://www.epe.es/es/cultura/20240106/javier-moreno-luzon-historiador-entrevista-instituciones-espanolas-resisten-96508549): la escritura, el rigor con el que aborda lo que pas? valiéndose también de los argumentos sint?cticos de la literatura actual, de lo que es ejemplo ese volumen que ahora est? en librer?as, su trabajo sobre el antepasado de don Juan Carlos y del actual monarca, Felipe de Borb?n.
Un privilegio del historiador debe ser que sabe lo que pas? e intuye lo que va a pasar.
Sabemos lo que pas? hasta cierto punto. Dependemos por completo de las fuentes, de los vestigios que nos deja el pasado y de las herramientas que tenemos para interrogarlos. Pero cada historiador se plantea preguntas y llega a respuestas distintas, e incluso hay variaciones generacionales. Por eso nunca se acaba de escribir la historia. Eso lleva a debates historiogr?ficos e interpretaciones diferentes, dependiendo de las teor?as y conceptos que manejemos a la hora de investigar. Ahora usamos fuentes orales, que antes no se daban, o recurrimos a los medios de comunicaci?n de masas. La historia siempre est? en evoluci?n, no sabemos exactamente qué ocurri?. Lo que hacemos es construir interpretaciones veros?miles a partir de lo que podemos comprobar.
?Qué responder?a hoy usted mismo si se le preguntara sobre lo que est? pasando?
Est?n pasando much?simas cosas, todas a la vez. Quiz? nosotros, como protagonistas y testigos de lo que ocurre, no seamos los indicados para trazar con cierta calma un panorama general. Ahora mismo desconocemos qué va a predominar o cu?l de las tendencias que est?n en juego va a imponerse. Adem?s, creo que predomina la confusi?n. Las redes sociales no han servido, precisamente, para arrojar claridad sobre nuestra mirada, sino m?s bien para aportar caos. Depende de a qué nos refiramos, a la pol?tica, a la cultura, a determinadas zonas del planeta o a asuntos globales como el cambio clim?tico, las tendencias culturales o la geopol?tica.
La fiesta de la Constituci?n no es la m?s importante del calendario oficial, y habr?a sido muy conveniente que lo fuera, para reivindicar la convivencia ciudadana, con valores como la pluralidad y la democracia, en vez de basarnos en el recuerdo de glorias imperiales"
Estamos hablando, nosotros dos, el d?a de la Constituci?n, en Espa?a. ?Qué le evoca a usted este momento preciso?
Lo primero que dir?a es que lamentablemente el d?a del referéndum constitucional, que fue un plebiscito en 1978, no se ha convertido en la fiesta nacional espa?ola. El Partido Socialista lo propuso, pero a mediados de los 80 se impuso el 12 de octubre, porque se acercaba el quinto centenario del Descubrimiento de América. Los socialistas, entonces en el Gobierno, pensaron que era una buena idea aceptar las propuestas que ven?an del centro derecha. La Fiesta Nacional tiene cierta importancia porque se?ala valores que queremos conmemorar juntos, y por tanto pueden ser la base de la convivencia en nuestra comunidad pol?tica, que normalmente es la naci?n, aunque no siempre. Que fuera el 12 de octubre y no el 6 de diciembre fue una oportunidad perdida, porque el 12 de octubre remite a una historia muy antigua, alude a la epopeya americana, y esa gesta del Descubrimiento no ha sido cohesiva sino divisiva, as? que es muy discutible que tengamos que estar reivindicando ese pasado. La fiesta de la Constituci?n, pues, no es la m?s importante del calendario oficial, y habr?a sido muy conveniente que lo fuera, para reivindicar la convivencia ciudadana, con valores como la pluralidad y la democracia, en vez de basarnos en el recuerdo de glorias imperiales y héroes de la conquista. Los espa?oles apostar?amos as?, con mayor claridad, por fundamentos c?vicos y pol?ticos, m?s que por componentes étnicos o culturales.
En su libro sobre Alfonso XIII, usted recoge una frase del embajador de Espa?a en Roma en tiempos del exilio del monarca tras la Guerra Civil. Dice algo que ahora se repite también en las manifestaciones ultras en la calle Ferraz. Ahora se dice “Espa?a se rompe”, y el embajador hablaba de la “comprometida existencia de Espa?a”. ?Qué est? pasando para que Espa?a sea un objeto tan maleable?
Creo que estamos asistiendo a un episodio m?s del resurgimiento del nacionalismo espa?ol, que se puede apreciar desde finales del siglo XX, pero que ha experimentado, a mi juicio, un desarrollo extraordinario a partir del procés independentista catal?n. Este es el principal motor de crecimiento de la extrema derecha, que también tiene otros elementos, como la xenofobia y la oposici?n a los avances feministas o de los derechos civiles. Lo que le ha dado fuerza a Vox ha sido la reacci?n frente al intento de los independentistas catalanes de separarse del Estado. Vox parec?a estar perdiendo vigor, y de hecho tuvo peores resultados en julio de 2023 que en las anteriores elecciones, aunque sigue siendo la tercera fuerza pol?tica en el Congreso de los Diputados. Pero el acuerdo del Partido Socialista con Junts ha insuflado nuevas energ?as a esa ola nacionalista espa?ola. Han renacido las posiciones esencialistas en torno a la naci?n y aparecido grupos fascistas e incluso integristas cat?licos, que se dedican a pedir a la Virgen por la unidad de Espa?a, cosas que cre?amos ya desaparecidas del panorama pol?tico. Los discursos partidistas se van alejando del centro y se van hacia los extremos, y en eso desgraciadamente ha entrado de lleno el Partido Popular, porque piensa que le puede favorecer desde el punto de vista electoral, lo cual le lleva a afirmar, por ejemplo, que estamos entrando en una dictadura.
Estas entrevistas que comenzamos con usted tienen como lema 'La sensatez y la historia'.Desde su punto de vista de historiador, ?d?nde falla hoy la sensatez?
Desde finales del siglo XX y comienzos de éste, se puso en jaque la interpretaci?n dominante de la Transici?n, que subrayaba el éxito de los acuerdos de 1978. Hasta entonces era habitual que los académicos consideraran el caso espa?ol un modelo del paso de una dictadura a una democracia, parec?a que los espa?oles ten?amos algo que ense?ar a los dem?s. Era, evidentemente, un relato parcial, corregido cuando se puso de relieve también la enorme violencia que hubo en aquellos a?os, o que la Transici?n no hab?a sido s?lo cosa de unos cuantos personajes, como el rey, Adolfo Su?rez o Santiago Carrillo, sino algo m?s complejo, en lo que participaron muchos m?s actores. La nueva izquierda, que desembocar?a luego en Podemos, hizo una enmienda a la totalidad y se puso de moda el término 'régimen del 78'.Que no es una denominaci?n inocente, porque al franquismo ya se sabe que se le llamaba el 'régimen', as? que se lanzaba la idea de que no hab?a cambios sustanciales entre aquella dictadura y el orden democr?tico. Creo que eso hizo mucho da?o. Pero no se lleg? a una ruptura: Podemos se integr? sin problemas en el sistema pol?tico, ha gobernado y no hay en sus medidas gubernamentales nada que ataque de lleno al texto constitucional… Ahora ya es una fuerza marginal, que ha quedado en una posici?n muy desairada. A esa reticencia hacia la democracia espa?ola, nacida en las nuevas generaciones, se ha sumado recientemente una extrema derecha que supone un reto para nuestra democracia. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con la idea de que VOX sea un partido constitucional, porque pone en solfa algunos de los principios b?sicos de la Constituci?n. Uno es, desde luego, que la soberan?a reside en el pueblo espa?ol, y no, como ellos dicen, en una naci?n compuesta por los espa?oles que fueron, por los espa?oles que viven hoy y por los que vendr?n. Ese es el concepto de naci?n que aparec?a en la ley franquista de principios del Movimiento. Otro de esos principios es el estado de las autonom?as, parte substancial de los pactos del 78, que ellos rechazan. En fin, lo que pasa es que ya no hay un acuerdo tan amplio como antes, sobre el significado de la Constituci?n y de estos 45 a?os de historia democr?tica. Lo sensato ser?a rehacer ese marco com?n.
Esta polarizaci?n y ruptura del entendimiento me parece que nace en marzo de 2004, cuando el gobierno de Aznar reaccion? ante el atentado de Atocha culpando a ETA y no al grupo islamista que lo cometi?. Eso quebr? la unidad contra el terrorismo. Y se puso en duda la legitimidad de los resultados electorales"
El ?ltimo eslogan m?s cantado es que Espa?a se rompe…
ero no se rompe, ?verdad? Para empezar, la Constituci?n est? ah?, en vigor. Otra cosa es que se cumplan todos sus art?culos o que no necesite reformas. Pero est? en vigor. Los gobiernos que hemos tenido han hablado siempre en nombre de los principios constitucionales, y por tanto no ha habido quiebra del sistema. Han surgido, eso s?, nuevos protagonistas de la vida pol?tica, y un intento muy serio de romper el Estado, con el proceso soberanista catal?n. Pero eso también ha fallado. Pese a todo lo que se dice, las instituciones resisten. Lo que s? hay es una radicalizaci?n de los discursos, ese af?n de lanzar todos los d?as mensajes, a cada cual m?s fuerte, para descalificar al adversario. Esta polarizaci?n proviene de la divisi?n en dos bloques: el Partido Popular s?lo puede pactar con Vox, el Socialista con todos los dem?s. Y se ha creado una din?mica perversa, contraria a los mecanismos deliberativos que deber?an funcionar en una democracia parlamentaria como la nuestra. Esta ruptura del entendimiento me parece que nace en un momento decisivo, en marzo de 2004, cuando el gobierno de Aznar reaccion? ante el atentado de Atocha culpando a ETA y no al grupo islamista que lo cometi?. Eso quebr? la unidad que hab?a antes contra el terrorismo. A partir de ese momento se puso en duda la legitimidad de los resultados de las elecciones que gan? el PSOE. No se rompieron las reglas del juego, pero se deterior? un elemento b?sico de la democracia, que es reconocer la victoria del adversario cuando ésta se produce en unas elecciones limpias y leg?timas.
Usted es un historiador, estudia lo que pas?. En el caso de la vida pol?tica actual, ?saber le inspira sosiego?
Tiendo a quitarle importancia a algunos asuntos de la actualidad inmediata, pues a menudo parecen muy relevantes pero luego pasan sin pena ni gloria… A mi lo que me preocupa como historiador, quiz?, es el abuso de la historia, que se use como arma pol?tica. Eso no afecta s?lo a los profesionales de la pol?tica, sino también a colegas m?os dispuestos a ponerse al servicio de causas partidistas, traicionando as? los principios deontol?gicos del oficio con planteamientos presentistas, olvid?ndose de las fuentes, manipulando el pasado. Esto lo veo constantemente y no me gusta en absoluto. Es triste que esto se haga tergiversando lo que se sabe, por ejemplo cuando se trata de participar en el enfrentamiento entre nacionalismos subestatales y nacionalismo espa?ol.
Su libro sobre Alfonso XIII roza en alg?n momento la actualidad, cuando se evoca la sombra que aquel rey depuesto podr?a tener sobre la monarqu?a que naci? de 1978.
En mi libro no me refiero exactamente a la actualidad, aunque lo que cuento puede ayudar a reflexionar sobre el presente. La sombra de Alfonso XIII suele evocarse para comparar su vida personal, o su implicaci?n en algunos esc?ndalos, con la conducta de su nieto Juan Carlos I, como si éste fuera una especie de Alfonso XIII redivivo. Siendo as? en algunos aspectos, esta es una parte muy peque?a de la cuesti?n, porque si algo puede decirse de la Corona desde 1978 es que ha tenido un papel pol?tico completamente distinto al que represent? en los a?os 20 del pasado siglo. La nuestra es ahora una monarqu?a parlamentaria en la que el rey tiene un papel b?sicamente representativo y simb?lico, mientras que la de Alfonso XIII era una monarqu?a constitucional en la que, como pasaba en otros pa?ses, el rey ten?a un poder pol?tico efectivo, que Alfonso ejerc?a con gran entusiasmo. Aquel monarca acept? el golpe de Estado de Primo de Rivera, y el 23 de febrero de 1981 el rey Juan Carlos tom? la decisi?n contraria y apost? por defender el orden constitucional. Hay paralelismos, pero también diferencias muy significativas.
?Hay, en la historia presente, sobre la que usted trabaja, nombres propios que resulten inolvidables, por su actitud, por su sensatez?
La historia de Espa?a, como la de otros pa?ses europeos, fue extremadamente violenta en el siglo XX. La guerra y la posguerra espa?olas lo fueron, tenemos una historia llena de ejemplos de una violencia insoportable. En la Transici?n hubo gente sensata que ven?a de una experiencia vital dur?sima y estuvo dispuesta a hablar con sus enemigos del d?a anterior, con tal de traer la democracia. Recordemos aquella imagen de Santiago Carrillo cuando exhibi? la bandera roja y gualda… Me parece muy injusto que se acuse a los comunistas de entonces –como Carrillo o como Jordi Solé Tura, padre de la Constituci?n—de haber traicionado sus principios. Gracias a su actitud, y la de otros muchos, vivimos en un sistema democr?tico. Entre las personalidades que merecer?a la pena recordar, por su sensatez y buen hacer, citar?a a Manuel Garc?a Pelayo, un antiguo republicano que volvi? de América para presidir el Tribunal Constitucional. Y también a Francisco Tom?s y Valiente, otro gran jurista que habr?a que releer, asesinado por ETA en un terrible atentado que adem?s tuvo gran importancia en la conciencia p?blica. En su momento, para mi generaci?n, aquel movimiento de Manos Blancas fue crucial, decisivo en el rechazo de la violencia terrorista. Quiz? fue el principio del fin de ETA, que acab? siendo un grupo puramente marginal. Al principio habl?bamos del D?a de la Constituci?n. Pues aquellas personas representan, a mi juicio, el esp?ritu de ese 6 de diciembre de 1978 que ahora se acaba de conmemorar.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/javier-moreno-luzon-historiador-pese-96625753)
Catedr?tico de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Pol?ticos en la Universidad Complutense de Madrid, tiene maestros de los que reivindica sabidur?a y compromiso con el oficio de historiador, como Santos Juli?, José ?lvarez Junco y Mercedes Cabrera. Con ellos comparte una cualidad (https://www.epe.es/es/cultura/20240106/javier-moreno-luzon-historiador-entrevista-instituciones-espanolas-resisten-96508549): la escritura, el rigor con el que aborda lo que pas? valiéndose también de los argumentos sint?cticos de la literatura actual, de lo que es ejemplo ese volumen que ahora est? en librer?as, su trabajo sobre el antepasado de don Juan Carlos y del actual monarca, Felipe de Borb?n.
Un privilegio del historiador debe ser que sabe lo que pas? e intuye lo que va a pasar.
Sabemos lo que pas? hasta cierto punto. Dependemos por completo de las fuentes, de los vestigios que nos deja el pasado y de las herramientas que tenemos para interrogarlos. Pero cada historiador se plantea preguntas y llega a respuestas distintas, e incluso hay variaciones generacionales. Por eso nunca se acaba de escribir la historia. Eso lleva a debates historiogr?ficos e interpretaciones diferentes, dependiendo de las teor?as y conceptos que manejemos a la hora de investigar. Ahora usamos fuentes orales, que antes no se daban, o recurrimos a los medios de comunicaci?n de masas. La historia siempre est? en evoluci?n, no sabemos exactamente qué ocurri?. Lo que hacemos es construir interpretaciones veros?miles a partir de lo que podemos comprobar.
?Qué responder?a hoy usted mismo si se le preguntara sobre lo que est? pasando?
Est?n pasando much?simas cosas, todas a la vez. Quiz? nosotros, como protagonistas y testigos de lo que ocurre, no seamos los indicados para trazar con cierta calma un panorama general. Ahora mismo desconocemos qué va a predominar o cu?l de las tendencias que est?n en juego va a imponerse. Adem?s, creo que predomina la confusi?n. Las redes sociales no han servido, precisamente, para arrojar claridad sobre nuestra mirada, sino m?s bien para aportar caos. Depende de a qué nos refiramos, a la pol?tica, a la cultura, a determinadas zonas del planeta o a asuntos globales como el cambio clim?tico, las tendencias culturales o la geopol?tica.
La fiesta de la Constituci?n no es la m?s importante del calendario oficial, y habr?a sido muy conveniente que lo fuera, para reivindicar la convivencia ciudadana, con valores como la pluralidad y la democracia, en vez de basarnos en el recuerdo de glorias imperiales"
Estamos hablando, nosotros dos, el d?a de la Constituci?n, en Espa?a. ?Qué le evoca a usted este momento preciso?
Lo primero que dir?a es que lamentablemente el d?a del referéndum constitucional, que fue un plebiscito en 1978, no se ha convertido en la fiesta nacional espa?ola. El Partido Socialista lo propuso, pero a mediados de los 80 se impuso el 12 de octubre, porque se acercaba el quinto centenario del Descubrimiento de América. Los socialistas, entonces en el Gobierno, pensaron que era una buena idea aceptar las propuestas que ven?an del centro derecha. La Fiesta Nacional tiene cierta importancia porque se?ala valores que queremos conmemorar juntos, y por tanto pueden ser la base de la convivencia en nuestra comunidad pol?tica, que normalmente es la naci?n, aunque no siempre. Que fuera el 12 de octubre y no el 6 de diciembre fue una oportunidad perdida, porque el 12 de octubre remite a una historia muy antigua, alude a la epopeya americana, y esa gesta del Descubrimiento no ha sido cohesiva sino divisiva, as? que es muy discutible que tengamos que estar reivindicando ese pasado. La fiesta de la Constituci?n, pues, no es la m?s importante del calendario oficial, y habr?a sido muy conveniente que lo fuera, para reivindicar la convivencia ciudadana, con valores como la pluralidad y la democracia, en vez de basarnos en el recuerdo de glorias imperiales y héroes de la conquista. Los espa?oles apostar?amos as?, con mayor claridad, por fundamentos c?vicos y pol?ticos, m?s que por componentes étnicos o culturales.
En su libro sobre Alfonso XIII, usted recoge una frase del embajador de Espa?a en Roma en tiempos del exilio del monarca tras la Guerra Civil. Dice algo que ahora se repite también en las manifestaciones ultras en la calle Ferraz. Ahora se dice “Espa?a se rompe”, y el embajador hablaba de la “comprometida existencia de Espa?a”. ?Qué est? pasando para que Espa?a sea un objeto tan maleable?
Creo que estamos asistiendo a un episodio m?s del resurgimiento del nacionalismo espa?ol, que se puede apreciar desde finales del siglo XX, pero que ha experimentado, a mi juicio, un desarrollo extraordinario a partir del procés independentista catal?n. Este es el principal motor de crecimiento de la extrema derecha, que también tiene otros elementos, como la xenofobia y la oposici?n a los avances feministas o de los derechos civiles. Lo que le ha dado fuerza a Vox ha sido la reacci?n frente al intento de los independentistas catalanes de separarse del Estado. Vox parec?a estar perdiendo vigor, y de hecho tuvo peores resultados en julio de 2023 que en las anteriores elecciones, aunque sigue siendo la tercera fuerza pol?tica en el Congreso de los Diputados. Pero el acuerdo del Partido Socialista con Junts ha insuflado nuevas energ?as a esa ola nacionalista espa?ola. Han renacido las posiciones esencialistas en torno a la naci?n y aparecido grupos fascistas e incluso integristas cat?licos, que se dedican a pedir a la Virgen por la unidad de Espa?a, cosas que cre?amos ya desaparecidas del panorama pol?tico. Los discursos partidistas se van alejando del centro y se van hacia los extremos, y en eso desgraciadamente ha entrado de lleno el Partido Popular, porque piensa que le puede favorecer desde el punto de vista electoral, lo cual le lleva a afirmar, por ejemplo, que estamos entrando en una dictadura.
Estas entrevistas que comenzamos con usted tienen como lema 'La sensatez y la historia'.Desde su punto de vista de historiador, ?d?nde falla hoy la sensatez?
Desde finales del siglo XX y comienzos de éste, se puso en jaque la interpretaci?n dominante de la Transici?n, que subrayaba el éxito de los acuerdos de 1978. Hasta entonces era habitual que los académicos consideraran el caso espa?ol un modelo del paso de una dictadura a una democracia, parec?a que los espa?oles ten?amos algo que ense?ar a los dem?s. Era, evidentemente, un relato parcial, corregido cuando se puso de relieve también la enorme violencia que hubo en aquellos a?os, o que la Transici?n no hab?a sido s?lo cosa de unos cuantos personajes, como el rey, Adolfo Su?rez o Santiago Carrillo, sino algo m?s complejo, en lo que participaron muchos m?s actores. La nueva izquierda, que desembocar?a luego en Podemos, hizo una enmienda a la totalidad y se puso de moda el término 'régimen del 78'.Que no es una denominaci?n inocente, porque al franquismo ya se sabe que se le llamaba el 'régimen', as? que se lanzaba la idea de que no hab?a cambios sustanciales entre aquella dictadura y el orden democr?tico. Creo que eso hizo mucho da?o. Pero no se lleg? a una ruptura: Podemos se integr? sin problemas en el sistema pol?tico, ha gobernado y no hay en sus medidas gubernamentales nada que ataque de lleno al texto constitucional… Ahora ya es una fuerza marginal, que ha quedado en una posici?n muy desairada. A esa reticencia hacia la democracia espa?ola, nacida en las nuevas generaciones, se ha sumado recientemente una extrema derecha que supone un reto para nuestra democracia. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con la idea de que VOX sea un partido constitucional, porque pone en solfa algunos de los principios b?sicos de la Constituci?n. Uno es, desde luego, que la soberan?a reside en el pueblo espa?ol, y no, como ellos dicen, en una naci?n compuesta por los espa?oles que fueron, por los espa?oles que viven hoy y por los que vendr?n. Ese es el concepto de naci?n que aparec?a en la ley franquista de principios del Movimiento. Otro de esos principios es el estado de las autonom?as, parte substancial de los pactos del 78, que ellos rechazan. En fin, lo que pasa es que ya no hay un acuerdo tan amplio como antes, sobre el significado de la Constituci?n y de estos 45 a?os de historia democr?tica. Lo sensato ser?a rehacer ese marco com?n.
Esta polarizaci?n y ruptura del entendimiento me parece que nace en marzo de 2004, cuando el gobierno de Aznar reaccion? ante el atentado de Atocha culpando a ETA y no al grupo islamista que lo cometi?. Eso quebr? la unidad contra el terrorismo. Y se puso en duda la legitimidad de los resultados electorales"
El ?ltimo eslogan m?s cantado es que Espa?a se rompe…
ero no se rompe, ?verdad? Para empezar, la Constituci?n est? ah?, en vigor. Otra cosa es que se cumplan todos sus art?culos o que no necesite reformas. Pero est? en vigor. Los gobiernos que hemos tenido han hablado siempre en nombre de los principios constitucionales, y por tanto no ha habido quiebra del sistema. Han surgido, eso s?, nuevos protagonistas de la vida pol?tica, y un intento muy serio de romper el Estado, con el proceso soberanista catal?n. Pero eso también ha fallado. Pese a todo lo que se dice, las instituciones resisten. Lo que s? hay es una radicalizaci?n de los discursos, ese af?n de lanzar todos los d?as mensajes, a cada cual m?s fuerte, para descalificar al adversario. Esta polarizaci?n proviene de la divisi?n en dos bloques: el Partido Popular s?lo puede pactar con Vox, el Socialista con todos los dem?s. Y se ha creado una din?mica perversa, contraria a los mecanismos deliberativos que deber?an funcionar en una democracia parlamentaria como la nuestra. Esta ruptura del entendimiento me parece que nace en un momento decisivo, en marzo de 2004, cuando el gobierno de Aznar reaccion? ante el atentado de Atocha culpando a ETA y no al grupo islamista que lo cometi?. Eso quebr? la unidad que hab?a antes contra el terrorismo. A partir de ese momento se puso en duda la legitimidad de los resultados de las elecciones que gan? el PSOE. No se rompieron las reglas del juego, pero se deterior? un elemento b?sico de la democracia, que es reconocer la victoria del adversario cuando ésta se produce en unas elecciones limpias y leg?timas.
Usted es un historiador, estudia lo que pas?. En el caso de la vida pol?tica actual, ?saber le inspira sosiego?
Tiendo a quitarle importancia a algunos asuntos de la actualidad inmediata, pues a menudo parecen muy relevantes pero luego pasan sin pena ni gloria… A mi lo que me preocupa como historiador, quiz?, es el abuso de la historia, que se use como arma pol?tica. Eso no afecta s?lo a los profesionales de la pol?tica, sino también a colegas m?os dispuestos a ponerse al servicio de causas partidistas, traicionando as? los principios deontol?gicos del oficio con planteamientos presentistas, olvid?ndose de las fuentes, manipulando el pasado. Esto lo veo constantemente y no me gusta en absoluto. Es triste que esto se haga tergiversando lo que se sabe, por ejemplo cuando se trata de participar en el enfrentamiento entre nacionalismos subestatales y nacionalismo espa?ol.
Su libro sobre Alfonso XIII roza en alg?n momento la actualidad, cuando se evoca la sombra que aquel rey depuesto podr?a tener sobre la monarqu?a que naci? de 1978.
En mi libro no me refiero exactamente a la actualidad, aunque lo que cuento puede ayudar a reflexionar sobre el presente. La sombra de Alfonso XIII suele evocarse para comparar su vida personal, o su implicaci?n en algunos esc?ndalos, con la conducta de su nieto Juan Carlos I, como si éste fuera una especie de Alfonso XIII redivivo. Siendo as? en algunos aspectos, esta es una parte muy peque?a de la cuesti?n, porque si algo puede decirse de la Corona desde 1978 es que ha tenido un papel pol?tico completamente distinto al que represent? en los a?os 20 del pasado siglo. La nuestra es ahora una monarqu?a parlamentaria en la que el rey tiene un papel b?sicamente representativo y simb?lico, mientras que la de Alfonso XIII era una monarqu?a constitucional en la que, como pasaba en otros pa?ses, el rey ten?a un poder pol?tico efectivo, que Alfonso ejerc?a con gran entusiasmo. Aquel monarca acept? el golpe de Estado de Primo de Rivera, y el 23 de febrero de 1981 el rey Juan Carlos tom? la decisi?n contraria y apost? por defender el orden constitucional. Hay paralelismos, pero también diferencias muy significativas.
?Hay, en la historia presente, sobre la que usted trabaja, nombres propios que resulten inolvidables, por su actitud, por su sensatez?
La historia de Espa?a, como la de otros pa?ses europeos, fue extremadamente violenta en el siglo XX. La guerra y la posguerra espa?olas lo fueron, tenemos una historia llena de ejemplos de una violencia insoportable. En la Transici?n hubo gente sensata que ven?a de una experiencia vital dur?sima y estuvo dispuesta a hablar con sus enemigos del d?a anterior, con tal de traer la democracia. Recordemos aquella imagen de Santiago Carrillo cuando exhibi? la bandera roja y gualda… Me parece muy injusto que se acuse a los comunistas de entonces –como Carrillo o como Jordi Solé Tura, padre de la Constituci?n—de haber traicionado sus principios. Gracias a su actitud, y la de otros muchos, vivimos en un sistema democr?tico. Entre las personalidades que merecer?a la pena recordar, por su sensatez y buen hacer, citar?a a Manuel Garc?a Pelayo, un antiguo republicano que volvi? de América para presidir el Tribunal Constitucional. Y también a Francisco Tom?s y Valiente, otro gran jurista que habr?a que releer, asesinado por ETA en un terrible atentado que adem?s tuvo gran importancia en la conciencia p?blica. En su momento, para mi generaci?n, aquel movimiento de Manos Blancas fue crucial, decisivo en el rechazo de la violencia terrorista. Quiz? fue el principio del fin de ETA, que acab? siendo un grupo puramente marginal. Al principio habl?bamos del D?a de la Constituci?n. Pues aquellas personas representan, a mi juicio, el esp?ritu de ese 6 de diciembre de 1978 que ahora se acaba de conmemorar.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/javier-moreno-luzon-historiador-pese-96625753)