الريــم
12-27-2023, 03:27 PM
Algunas semanas antes de que se iniciara de facto su exilio en América*Joan Manuel Serrat (https://www.epe.es/es/cultura/20231227/serrat-cumple-80-anos-mediterraneo-96287880)*pas? por Tenerife, fue all? recibido por el silencio habitual de la época, y dos periodistas, Elfidio Alonso y este que ahora lo recuerda, fueron a encontrarlo a la puerta del Hotel Brujas, que ya no existe, en Santa Cruz.
Ha pasado medio siglo, quiz? m?s, y si ahora apareciera Serrat por esa puerta, que entonces lo llevaba a la recepci?n de aquel establecimiento, seguramente mirar?a igual, como un muchacho que, siendo ya famoso, est? all? como para recibirse a s? mismo, extra?ado de reconocerse en la espuma de la fama que le dieron, desde tan chico,*las canciones de la vida.
?l llevaba al hombro una mochila que abarrotaba su espalda. Atendi? a los que lo busc?bamos (Elfidio ya era el l?der de Los Sabande?os, Serrat lo conoc?a), el suyo era el aire habitual en su encuentro con los que le seguimos haciendo preguntas. ?l es otro, no es tan solo el cantante que llega a los sitios, es alguien que lleva consigo una familia enorme de canciones y de nombres propios, una familia inmensa que no ha cesado de crecer en todos los idiomas que tiene el coraz?n del mundo para el que ha compuesto el cancionero de nuestras vidas.
Eso se ve en su cara, se ve?a entonces como si habiendo llegado estuviera a punto de partir también, o como si, impuesto por la querencia familiar, llegara a los sitios que fueron los de la ni?ez de su madre, para escuchar el ritmo, o para catar el vino, que inspir? su autobiograf?a.
La sensaci?n de que eso que nos interesa de él se refiere a otro, que él hace canciones, las interpreta, y después vienen distintos acontecimientos, a veces tan duros como los que le toc? vivir por decir lo que el régimen no pod?a tolerar, estaba impuesta ya en aquel rostro del joven Serrat. Sub?a a la habitaci?n de su hotel, lo que iba a ocurrir ser?a grave, pues él ser?a libre all? y ac? ser?a mal recibido, el régimen era una puerta que se cierra,*cal dir adeu a la porta que es tanca…,*y él estaba all?, yéndose, como un hijo de la mar mediterr?nea que, en el Atl?ntico,*recib?a un adi?s que parec?a pen?ltimo.
Voluntad de contar
Era todav?a aquel muchacho cuyas canciones juntaron el catal?n y el castellano para que el mundo, ac? y all?, sintiera entonces, eso dec?a, que*no hab?a otras fronteras para la m?sica que las que imponen el coraz?n y su ritmo, su voluntad de contar, su libertad de hacer del sentimiento y de su voz una historia personal de la m?sica.
Image ID:
96291403
Joan Manuel Serrat, en el sal?n de su casa en Barcelona.
Ferran Nadeu
/clip/18c0e9cf-bd17-42b1-bb31-c90156ac81b2_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
1200
800
Esa mochila, adem?s de aquella con la que él sub?a a la habitaci?n, era su modo de sentir en la vida, ah? dentro iba el s?mbolo mayor de su m?sica: el sentimiento de encontrar, en los que lo escucharan, parte de lo que él fuera a decir. Su cancionero se llen? de él, y tuvo un sitio grande, ingente, para otros, para*Miguel Hern?ndez, para*Antonio Machado, esas voces amplificadas por su voluntad de m?sico, y de ciudadano, hicieron m?s grande el testimonio la poes?a convertida en el aliento que lleva dentro el abrazo.
Ha sido de tal modo compa?ero de esos nombres, parte de ellos, ha sido de tal manera su propio huésped, que ahora es imposible escuchar esos versos sin sentir la extra?eza y el dolor que transmitieron los poetas en la voz, en el alma, del noi del Poble Sec.
El aire de la curiosidad
Hace un a?o que*dej? de cantar, fue en Barcelona, por estas fechas, y ahora le llega este*cumplea?os redondo. Hace unos d?as, en la SGAE de Madrid, su coet?neo Eduardo Mendoza resumi? su vida de cantante, y de ser humano, con la inteligencia de un compadre, y luego el Noi del Poble Sec se refiri? a s? mismo como si fuera otro, acogiendo las alabanzas que merece con el aire de haberse quitado del hombro una vieja mochila y fuera, otra vez, el muchacho travieso que se hizo en Arag?n y Barcelona los territorios de los que nunca se fue.
Canta de vez en cuando, eso dijo, se encuentra con amigos, desv?a el peso de los a?os, viaja all? de donde lo llaman sus compadres antiguos, y rinde homenaje a los que le han ayudado a amar y a despedirse, como cantante, como ciudadano.*A los 80 a?os hay quienes dicen que lo ven m?s esencial, m?s hecho, que nunca, m?s lleno de ternura también, como si estuviera escribiendo por dentro canciones que nunca se dir?n, quiz?, pero que ahora interpretar?a, también en silencio, con una mirada que ya no viene del escenario sino cara a cara, en las calles y en los bares.
A los 80 a?os que hoy cumple*no hay en el rictus de su rostro sensaci?n de tiempo*sino el aire de la curiosidad con la que se enfrentaba a la incertidumbre del auditorio. Hoy, como dir?a su maestro andaluz, es siempre todav?a para Joan Manuel Serrat.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/joan-manuel-serrat-80-aniversario-96291480)
Ha pasado medio siglo, quiz? m?s, y si ahora apareciera Serrat por esa puerta, que entonces lo llevaba a la recepci?n de aquel establecimiento, seguramente mirar?a igual, como un muchacho que, siendo ya famoso, est? all? como para recibirse a s? mismo, extra?ado de reconocerse en la espuma de la fama que le dieron, desde tan chico,*las canciones de la vida.
?l llevaba al hombro una mochila que abarrotaba su espalda. Atendi? a los que lo busc?bamos (Elfidio ya era el l?der de Los Sabande?os, Serrat lo conoc?a), el suyo era el aire habitual en su encuentro con los que le seguimos haciendo preguntas. ?l es otro, no es tan solo el cantante que llega a los sitios, es alguien que lleva consigo una familia enorme de canciones y de nombres propios, una familia inmensa que no ha cesado de crecer en todos los idiomas que tiene el coraz?n del mundo para el que ha compuesto el cancionero de nuestras vidas.
Eso se ve en su cara, se ve?a entonces como si habiendo llegado estuviera a punto de partir también, o como si, impuesto por la querencia familiar, llegara a los sitios que fueron los de la ni?ez de su madre, para escuchar el ritmo, o para catar el vino, que inspir? su autobiograf?a.
La sensaci?n de que eso que nos interesa de él se refiere a otro, que él hace canciones, las interpreta, y después vienen distintos acontecimientos, a veces tan duros como los que le toc? vivir por decir lo que el régimen no pod?a tolerar, estaba impuesta ya en aquel rostro del joven Serrat. Sub?a a la habitaci?n de su hotel, lo que iba a ocurrir ser?a grave, pues él ser?a libre all? y ac? ser?a mal recibido, el régimen era una puerta que se cierra,*cal dir adeu a la porta que es tanca…,*y él estaba all?, yéndose, como un hijo de la mar mediterr?nea que, en el Atl?ntico,*recib?a un adi?s que parec?a pen?ltimo.
Voluntad de contar
Era todav?a aquel muchacho cuyas canciones juntaron el catal?n y el castellano para que el mundo, ac? y all?, sintiera entonces, eso dec?a, que*no hab?a otras fronteras para la m?sica que las que imponen el coraz?n y su ritmo, su voluntad de contar, su libertad de hacer del sentimiento y de su voz una historia personal de la m?sica.
Image ID:
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Joan Manuel Serrat, en el sal?n de su casa en Barcelona.
Ferran Nadeu
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Esa mochila, adem?s de aquella con la que él sub?a a la habitaci?n, era su modo de sentir en la vida, ah? dentro iba el s?mbolo mayor de su m?sica: el sentimiento de encontrar, en los que lo escucharan, parte de lo que él fuera a decir. Su cancionero se llen? de él, y tuvo un sitio grande, ingente, para otros, para*Miguel Hern?ndez, para*Antonio Machado, esas voces amplificadas por su voluntad de m?sico, y de ciudadano, hicieron m?s grande el testimonio la poes?a convertida en el aliento que lleva dentro el abrazo.
Ha sido de tal modo compa?ero de esos nombres, parte de ellos, ha sido de tal manera su propio huésped, que ahora es imposible escuchar esos versos sin sentir la extra?eza y el dolor que transmitieron los poetas en la voz, en el alma, del noi del Poble Sec.
El aire de la curiosidad
Hace un a?o que*dej? de cantar, fue en Barcelona, por estas fechas, y ahora le llega este*cumplea?os redondo. Hace unos d?as, en la SGAE de Madrid, su coet?neo Eduardo Mendoza resumi? su vida de cantante, y de ser humano, con la inteligencia de un compadre, y luego el Noi del Poble Sec se refiri? a s? mismo como si fuera otro, acogiendo las alabanzas que merece con el aire de haberse quitado del hombro una vieja mochila y fuera, otra vez, el muchacho travieso que se hizo en Arag?n y Barcelona los territorios de los que nunca se fue.
Canta de vez en cuando, eso dijo, se encuentra con amigos, desv?a el peso de los a?os, viaja all? de donde lo llaman sus compadres antiguos, y rinde homenaje a los que le han ayudado a amar y a despedirse, como cantante, como ciudadano.*A los 80 a?os hay quienes dicen que lo ven m?s esencial, m?s hecho, que nunca, m?s lleno de ternura también, como si estuviera escribiendo por dentro canciones que nunca se dir?n, quiz?, pero que ahora interpretar?a, también en silencio, con una mirada que ya no viene del escenario sino cara a cara, en las calles y en los bares.
A los 80 a?os que hoy cumple*no hay en el rictus de su rostro sensaci?n de tiempo*sino el aire de la curiosidad con la que se enfrentaba a la incertidumbre del auditorio. Hoy, como dir?a su maestro andaluz, es siempre todav?a para Joan Manuel Serrat.*
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