الريــم
12-26-2023, 11:10 AM
Con su rostro un tanto ani?ado, Luis L?pez Carrasco (https://www.epe.es/es/cultura/20231226/entrevista-luis-lopez-carrasco-cineasta-ganador-premio-herralde-desierto-blanco-96246142) (Murcia, 1981) tiene un divertido punto na?f al explicar el extra?amiento que sinti? cuando, hace unas semanas, le comunicaron que hab?a ganado el Premio Herralde con El desierto blanco (Anagrama (https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/premio-herralde-de-novela/9788433918499/NH_724)). “Siempre se lo dan a novelas de al menos 300 p?ginas, y la m?a es mucho m?s breve”, dice con una sonrisa que expresa una sorpresa sincera. Sin embargo, las 180 p?ginas de su libro encierran una carga de profundidad y un pulso literario en absoluto inocentes y con un arrastre que para s? quisieran muchas obras aparentemente m?s ambiciosas.
Arranca con una especie de juego de rol de supervivencia que es en realidad un proceso de selecci?n laboral, y desde varios momentos temporales diferentes, también en el futuro, tres narradores van desplegando unos relatos personales y colectivos que trazan un retrato poco esperanzador de la Espa?a posterior a la crisis de 2008 y la que est? por venir. Un pa?s marcado por la precariedad de los j?venes, el descontento generalizado y los primeros rasgos de un apocalipsis clim?tico que aqu? se anuncia desde la calma, sin estridencias, haciéndolo quiz? m?s aterrador por lo cercano que parece.
L?pez Carrasco no es nuevo en esto de los premios. Hasta ahora le conoc?amos fundamentalmente por su carrera como cineasta, que le dio un Goya y un Feroz al mejor documental por El a?o del descubrimiento (2020), aunque ya acumulaba algunas nominaciones y triunfos menores por su primer largometraje, El futuro (2013), y por cortos como Aliens (2017). Tampoco son nuevos los elementos de ciencia ficci?n -pocos y bastante sutiles- que encierra esta novela: su primer libro, el volumen de relatos Europa (2014), discurr?a por esos cauces. ?l no tiene claro si quiso ser antes cineasta o escritor: se recuerda adolescente paseando por Murcia, su ciudad, imaginando que era una metr?poli futurista como la de Blade Runner, y aunque lo que le movi? a irse a estudiar a Madrid fue el cine, poco antes de empezar la carrera se apunt? a un curso de escritura creativa. En sus a?os de formaci?n, dice, “esos dos caminos han ido en paralelo”.
P. ?Podemos decir abiertamente que este libro es una distop?a?
R. Es una cosa que todav?a hoy me hace pensar, porque no sé si lo planteé como distop?a. Evidentemente hay un elemento dist?pico, una emigraci?n muy lejana que nos lleva a un ?mbito de ciencia ficci?n, pero toda esa parte crepuscular, de escasez de recursos y abandono de las ciudades, nunca lo pensé en términos dist?picos. Porque de todas las cosas espantosas que pueden llegar a suceder, esta de alguna manera permite una cierta recolocaci?n del lugar que ocupa cada uno. Para m? no es dist?pico, porque me parece tan probable...
P. Precisamente en la narraci?n hay toda una conversaci?n sobre las distop?as en la que participa un guionista. No es el ?nico juego metaliterario de la novela.
P. Yo en ning?n momento intenté romper la cuarta pared y que tengas la sensaci?n de que la novela se est? discutiendo a s? misma. Luego hay cuestiones que fueron introduciéndose de manera m?s y org?nica: yo también he trabajado de guionista, o en unos grandes almacenes, yo he tenido amigos en Berl?n y he vivido all?. Y también me he preguntado, en alguna nochevieja, por qué est?bamos jugando a juegos de rol potencialmente crueles. Todas estas ficciones y reflexiones sobre lo cultural me han ido atravesando, pero no sé si formaba parte de un plan espec?fico.
Este libro no es fragmentario. Pero parece que para mucha gente la lectura tiene que ser m?s lineal. No me imaginaba yo que estaba experimentando tanto"
P. Se ha dicho que este podr?a ser un libro de relatos, porque aunque haya un hilo conductor y personajes comunes, algunos cap?tulos funcionan de forma bastante aut?noma.
R. Desde el principio ten?a la idea de la unidad. Es verdad que la historia del accidente de aviaci?n se me ocurri? hace much?simos a?os, pero cuando yo me pongo a trabajar en el libro, lo primero que escribo es el p?rrafo final. Tal y como est?, eso no lo he tocado. Y me dije: “hostia, voy a escribir una novela que acabe as?”. Cuando dicen que son relatos que podr?an funcionar de manera aut?noma, creo que eso solo es aplicable al segundo. El otro d?a lo hablaba con [el escritor y editor] Luis Magrinyà: este libro no es fragmentario. Pero parece que para mucha gente la lectura tiene que ser m?s lineal. No me imaginaba yo que estaba experimentando tanto [risas].
P. Hay un hilo com?n entre El futuro, El a?o del descubrimiento y también este libro, y es que suele poner su mirada sobre esos momentos en los que parece que se abre un futuro pr?spero para Espa?a y, de repente, esas expectativas se frustran. Es un poco Pepito Grillo.
R. Una funci?n muy chunga, esa de aguafiestas, ?no? [risas] Es verdad que el libro recoge experiencias laborales, o de la emigraci?n, o la idea de una pareja que tiene que irse porque es invivible la ciudad en la que est?n. Pero el foco que se le est? poniendo al libro como radiograf?a de la precariedad me est? sorprendiendo. M?s all? de eso, claro, a m? me preocupan mucho determinadas circunstancias. Y contar c?mo las familias espa?olas o los grupos de amigos han ido somatizando esas circunstancias y los efectos que est?n produciendo. La xenofobia y la ultraderecha han ido creciendo a mi alrededor en los lugares m?s inesperados.
Noto en varias generaciones cansancio y necesidad de certeza. También tengo la sensaci?n de que hay una cierta decepci?n que todav?a no ha salido a la luz"
P. Suele poner el foco en los j?venes. ?Cu?l dir?a que es el rasgo fundamental de la juventud actual, los de menos de 40?
R. En términos generales, lo que noto en varias generaciones a la vez es cansancio y necesidad de certeza. También tengo la sensaci?n de que hay una cierta decepci?n que todav?a no ha salido a la luz. Porque creo que la pandemia, con todo su horror, para mucha gente tuvo algo valioso: la ciudad no ten?a turismo, ni tr?fico. Se abri? la posibilidad de teletrabajar, de ensayar otros modos de vida en relaci?n al trabajo. Y en cambio hemos vuelto con m?s fuerza al turismo extremo, a las jornadas largu?simas, y eso est? produciendo un malestar al que todav?a no se le est? dando nombre.
P. Dice en un momento dado que Madrid es “un regalo a nuestros ojos", pero también "?Quién podr?a vivir dentro de un regalo que no es para uno?”.
R. Veo Madrid invivible para todo el mundo, lo que hace que las personas se vayan desplazando a la periferia, con lo cual quienes est?n en la periferia empiezan a no poder vivir tampoco en sus barrios de toda la vida. Los procesos de gentrificaci?n son m?s fuertes que nunca, y el gobierno auton?mico y el municipal los est?n incentivando al m?ximo. Las declaraciones el otro d?a del consejero hablando de que Madrid es un espect?culo y que es normal que se colapse… Jorge Dioni lo indicaba muy bien: la ciudad es un espect?culo para el que te puedes quedar sin entradas. La ciudad para el que se la pueda permitir, la vida para el que se la pueda pagar.
La nostalgia te puede comer sin darte cuenta"
P. Dice en el libro también: “los recuerdos infantiles hab?an dejado de ser un refugio para convertirse en un estorbo”. ?Tiene alguna utilidad la nostalgia?
R. Desde mi experiencia personal, la nostalgia siempre ha sido algo muy depresivo. Por eso intento diariamente luchar contra ella. Y me preocupa que se haya convertido en el productor de sentido habitual de las series, de los programas de televisi?n y de libros conmemorativos generacionales, como Yo fui a EGB. En el libro intento poner la distancia justa para que no nos coma. La nostalgia te puede comer sin darte cuenta.
Image ID:
96254971
L?pez Carrasco, el d?a de la entrevista.
ALBA VIGARAY
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1200
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P. Hay juego por todas partes en el libro: el juego inicial de la entrevista de trabajo, el juego de rol entre amigos, los videojuegos... ?Es muy jugador?
R. Yo creo que pude superar la pubertad gracias a los videojuegos... Me cambiaron de clase en el colegio, y de los 11 a los 14 sobreviv? con unos pocos amigos y refugi?ndome en los videojuegos. Luego en el instituto jugué much?simo a rol y a juegos de estrategia tipo Warhammer. Eran espacios de felicidad pura. Es verdad que en el libro no todos los juegos tienen un final feliz. En el caso de la primera ficci?n, me hace gracia que esos espacios de despreocupaci?n acaben siendo instrumentalizados para la pura competitividad de la b?squeda de empleo. Pero las generaciones que no han jugado a videojuegos creo que no son conscientes de cu?n profunda, a diferencia del cine o de otras narrativas, puede ser la inmersi?n que supone. Eso evidentemente es sanador. Pero claro, también tiene su parte adictiva y problem?tica. Aunque no me gusta hacer juicios de valor superbinomiales, en plan: esto es malo, esto es bueno.
P. En uno de los cap?tulos, el poder se esconde tras unos espejos gigantes que ocultan sus edificios y donde los ciudadanos ven reflejada su imagen. ?Es dif?cil hoy en d?a percibir desde d?nde se ejerce el dominio?
R. Me parec?a una imagen bonita, la de que los hoteles de lujo y las instituciones y zonas de vivienda de los poderes, como la casa de la alcaldesa, disponen de esos inhibidores lum?nicos que les permiten una especie de anonimato. Me viene a la mente la parte final de La comuna, la pel?cula de Peter Watkins, en la que se recrea c?mo el pueblo de Par?s en 1871 est? defendiéndose de las tropas gubernamentales, pero les preguntan a los actores y a las actrices si se pondr?an delante de una barricada en el a?o en el que se rod? la pel?cula, el 2000, y una de las actrices, que es gente del vecindario, dice “es que ya no sé d?nde est? el enemigo”. El enemigo est? por todos lados.
P. En el libro no aparece expl?citamente el 15M, pero de alguna manera es una novela marcada por ese momento. ?Particip? activamente?
R. En el primer cap?tulo vemos la Puerta del Sol justo antes del 15M, y me pareci? interesante recoger esa rabia y ese hartazgo en el mon?logo de Aitana, cuando la echan del trabajo por un caso claro de nepotismo en una cadena de radio, adem?s, supuestamente progresista. Ah? s? que hay un peque?o dardo. Yo no llegué a acampar, pero estuve todo lo activo que pude. Tanto que me acuerdo que, junto a Javi y Natalia [sus compa?eros en el colectivo cinematogr?fico Los hijos], éramos incapaces de grabar nada porque quer?amos poner toda la atenci?n en las comisiones y en todo lo que estuviera sucediendo.
P. ?Qué queda de todo aquello?
R. Yo creo que el 15M realmente fue important?simo, una respuesta a una crisis enormemente injusta, y nos permiti? a toda una generaci?n pensar que se pod?a hacer algo, porque hasta entonces parec?a que el mundo era inmutable, al menos desde el pensamiento mayoritario.Y eso ha politizado a la gente de maneras muy diversas. Pero ahora estamos recibiendo la ola reaccionaria que sucede siempre que hay un movimiento de impugnaci?n. Y eso ha anulado la imaginaci?n pol?tica de casi toda la izquierda, a la que veo solamente ofrecer recetas socialdem?cratas cl?sicas con poco recorrido.
P. En el libro se apunta a muchas de las angustias que nos acechan: la competitividad y la precariedad laboral, la conectividad permanente, la cat?strofe clim?tica… ?C?mo lleva esas ansiedades?
https://www.uc-4u.com/clip/f3946b9b-4d0d-41b4-890a-26d87edf15da_woman-libre-1200_default_0.webp
R. A mi el calentamiento global, y por otro lado la emergencia ultrareaccionaria, son cosas que me preocupan profundamente. Probablemente viva con mucha m?s angustia de lo que la novela transmite. Digamos que el verdadero activismo a partir de ahora s?lo puede ser medioambiental y clim?tico. Evidentemente, siempre con la mirada puesta en la igualdad. Pero s?, después de leer a [el poeta y ensayista ecologista] Jorge Riechmann es muy dif?cil volver a dormir tranquilamente por la noche.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/luis-lopez-carrasco-cineasta-ganador-96255056)
Arranca con una especie de juego de rol de supervivencia que es en realidad un proceso de selecci?n laboral, y desde varios momentos temporales diferentes, también en el futuro, tres narradores van desplegando unos relatos personales y colectivos que trazan un retrato poco esperanzador de la Espa?a posterior a la crisis de 2008 y la que est? por venir. Un pa?s marcado por la precariedad de los j?venes, el descontento generalizado y los primeros rasgos de un apocalipsis clim?tico que aqu? se anuncia desde la calma, sin estridencias, haciéndolo quiz? m?s aterrador por lo cercano que parece.
L?pez Carrasco no es nuevo en esto de los premios. Hasta ahora le conoc?amos fundamentalmente por su carrera como cineasta, que le dio un Goya y un Feroz al mejor documental por El a?o del descubrimiento (2020), aunque ya acumulaba algunas nominaciones y triunfos menores por su primer largometraje, El futuro (2013), y por cortos como Aliens (2017). Tampoco son nuevos los elementos de ciencia ficci?n -pocos y bastante sutiles- que encierra esta novela: su primer libro, el volumen de relatos Europa (2014), discurr?a por esos cauces. ?l no tiene claro si quiso ser antes cineasta o escritor: se recuerda adolescente paseando por Murcia, su ciudad, imaginando que era una metr?poli futurista como la de Blade Runner, y aunque lo que le movi? a irse a estudiar a Madrid fue el cine, poco antes de empezar la carrera se apunt? a un curso de escritura creativa. En sus a?os de formaci?n, dice, “esos dos caminos han ido en paralelo”.
P. ?Podemos decir abiertamente que este libro es una distop?a?
R. Es una cosa que todav?a hoy me hace pensar, porque no sé si lo planteé como distop?a. Evidentemente hay un elemento dist?pico, una emigraci?n muy lejana que nos lleva a un ?mbito de ciencia ficci?n, pero toda esa parte crepuscular, de escasez de recursos y abandono de las ciudades, nunca lo pensé en términos dist?picos. Porque de todas las cosas espantosas que pueden llegar a suceder, esta de alguna manera permite una cierta recolocaci?n del lugar que ocupa cada uno. Para m? no es dist?pico, porque me parece tan probable...
P. Precisamente en la narraci?n hay toda una conversaci?n sobre las distop?as en la que participa un guionista. No es el ?nico juego metaliterario de la novela.
P. Yo en ning?n momento intenté romper la cuarta pared y que tengas la sensaci?n de que la novela se est? discutiendo a s? misma. Luego hay cuestiones que fueron introduciéndose de manera m?s y org?nica: yo también he trabajado de guionista, o en unos grandes almacenes, yo he tenido amigos en Berl?n y he vivido all?. Y también me he preguntado, en alguna nochevieja, por qué est?bamos jugando a juegos de rol potencialmente crueles. Todas estas ficciones y reflexiones sobre lo cultural me han ido atravesando, pero no sé si formaba parte de un plan espec?fico.
Este libro no es fragmentario. Pero parece que para mucha gente la lectura tiene que ser m?s lineal. No me imaginaba yo que estaba experimentando tanto"
P. Se ha dicho que este podr?a ser un libro de relatos, porque aunque haya un hilo conductor y personajes comunes, algunos cap?tulos funcionan de forma bastante aut?noma.
R. Desde el principio ten?a la idea de la unidad. Es verdad que la historia del accidente de aviaci?n se me ocurri? hace much?simos a?os, pero cuando yo me pongo a trabajar en el libro, lo primero que escribo es el p?rrafo final. Tal y como est?, eso no lo he tocado. Y me dije: “hostia, voy a escribir una novela que acabe as?”. Cuando dicen que son relatos que podr?an funcionar de manera aut?noma, creo que eso solo es aplicable al segundo. El otro d?a lo hablaba con [el escritor y editor] Luis Magrinyà: este libro no es fragmentario. Pero parece que para mucha gente la lectura tiene que ser m?s lineal. No me imaginaba yo que estaba experimentando tanto [risas].
P. Hay un hilo com?n entre El futuro, El a?o del descubrimiento y también este libro, y es que suele poner su mirada sobre esos momentos en los que parece que se abre un futuro pr?spero para Espa?a y, de repente, esas expectativas se frustran. Es un poco Pepito Grillo.
R. Una funci?n muy chunga, esa de aguafiestas, ?no? [risas] Es verdad que el libro recoge experiencias laborales, o de la emigraci?n, o la idea de una pareja que tiene que irse porque es invivible la ciudad en la que est?n. Pero el foco que se le est? poniendo al libro como radiograf?a de la precariedad me est? sorprendiendo. M?s all? de eso, claro, a m? me preocupan mucho determinadas circunstancias. Y contar c?mo las familias espa?olas o los grupos de amigos han ido somatizando esas circunstancias y los efectos que est?n produciendo. La xenofobia y la ultraderecha han ido creciendo a mi alrededor en los lugares m?s inesperados.
Noto en varias generaciones cansancio y necesidad de certeza. También tengo la sensaci?n de que hay una cierta decepci?n que todav?a no ha salido a la luz"
P. Suele poner el foco en los j?venes. ?Cu?l dir?a que es el rasgo fundamental de la juventud actual, los de menos de 40?
R. En términos generales, lo que noto en varias generaciones a la vez es cansancio y necesidad de certeza. También tengo la sensaci?n de que hay una cierta decepci?n que todav?a no ha salido a la luz. Porque creo que la pandemia, con todo su horror, para mucha gente tuvo algo valioso: la ciudad no ten?a turismo, ni tr?fico. Se abri? la posibilidad de teletrabajar, de ensayar otros modos de vida en relaci?n al trabajo. Y en cambio hemos vuelto con m?s fuerza al turismo extremo, a las jornadas largu?simas, y eso est? produciendo un malestar al que todav?a no se le est? dando nombre.
P. Dice en un momento dado que Madrid es “un regalo a nuestros ojos", pero también "?Quién podr?a vivir dentro de un regalo que no es para uno?”.
R. Veo Madrid invivible para todo el mundo, lo que hace que las personas se vayan desplazando a la periferia, con lo cual quienes est?n en la periferia empiezan a no poder vivir tampoco en sus barrios de toda la vida. Los procesos de gentrificaci?n son m?s fuertes que nunca, y el gobierno auton?mico y el municipal los est?n incentivando al m?ximo. Las declaraciones el otro d?a del consejero hablando de que Madrid es un espect?culo y que es normal que se colapse… Jorge Dioni lo indicaba muy bien: la ciudad es un espect?culo para el que te puedes quedar sin entradas. La ciudad para el que se la pueda permitir, la vida para el que se la pueda pagar.
La nostalgia te puede comer sin darte cuenta"
P. Dice en el libro también: “los recuerdos infantiles hab?an dejado de ser un refugio para convertirse en un estorbo”. ?Tiene alguna utilidad la nostalgia?
R. Desde mi experiencia personal, la nostalgia siempre ha sido algo muy depresivo. Por eso intento diariamente luchar contra ella. Y me preocupa que se haya convertido en el productor de sentido habitual de las series, de los programas de televisi?n y de libros conmemorativos generacionales, como Yo fui a EGB. En el libro intento poner la distancia justa para que no nos coma. La nostalgia te puede comer sin darte cuenta.
Image ID:
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L?pez Carrasco, el d?a de la entrevista.
ALBA VIGARAY
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P. Hay juego por todas partes en el libro: el juego inicial de la entrevista de trabajo, el juego de rol entre amigos, los videojuegos... ?Es muy jugador?
R. Yo creo que pude superar la pubertad gracias a los videojuegos... Me cambiaron de clase en el colegio, y de los 11 a los 14 sobreviv? con unos pocos amigos y refugi?ndome en los videojuegos. Luego en el instituto jugué much?simo a rol y a juegos de estrategia tipo Warhammer. Eran espacios de felicidad pura. Es verdad que en el libro no todos los juegos tienen un final feliz. En el caso de la primera ficci?n, me hace gracia que esos espacios de despreocupaci?n acaben siendo instrumentalizados para la pura competitividad de la b?squeda de empleo. Pero las generaciones que no han jugado a videojuegos creo que no son conscientes de cu?n profunda, a diferencia del cine o de otras narrativas, puede ser la inmersi?n que supone. Eso evidentemente es sanador. Pero claro, también tiene su parte adictiva y problem?tica. Aunque no me gusta hacer juicios de valor superbinomiales, en plan: esto es malo, esto es bueno.
P. En uno de los cap?tulos, el poder se esconde tras unos espejos gigantes que ocultan sus edificios y donde los ciudadanos ven reflejada su imagen. ?Es dif?cil hoy en d?a percibir desde d?nde se ejerce el dominio?
R. Me parec?a una imagen bonita, la de que los hoteles de lujo y las instituciones y zonas de vivienda de los poderes, como la casa de la alcaldesa, disponen de esos inhibidores lum?nicos que les permiten una especie de anonimato. Me viene a la mente la parte final de La comuna, la pel?cula de Peter Watkins, en la que se recrea c?mo el pueblo de Par?s en 1871 est? defendiéndose de las tropas gubernamentales, pero les preguntan a los actores y a las actrices si se pondr?an delante de una barricada en el a?o en el que se rod? la pel?cula, el 2000, y una de las actrices, que es gente del vecindario, dice “es que ya no sé d?nde est? el enemigo”. El enemigo est? por todos lados.
P. En el libro no aparece expl?citamente el 15M, pero de alguna manera es una novela marcada por ese momento. ?Particip? activamente?
R. En el primer cap?tulo vemos la Puerta del Sol justo antes del 15M, y me pareci? interesante recoger esa rabia y ese hartazgo en el mon?logo de Aitana, cuando la echan del trabajo por un caso claro de nepotismo en una cadena de radio, adem?s, supuestamente progresista. Ah? s? que hay un peque?o dardo. Yo no llegué a acampar, pero estuve todo lo activo que pude. Tanto que me acuerdo que, junto a Javi y Natalia [sus compa?eros en el colectivo cinematogr?fico Los hijos], éramos incapaces de grabar nada porque quer?amos poner toda la atenci?n en las comisiones y en todo lo que estuviera sucediendo.
P. ?Qué queda de todo aquello?
R. Yo creo que el 15M realmente fue important?simo, una respuesta a una crisis enormemente injusta, y nos permiti? a toda una generaci?n pensar que se pod?a hacer algo, porque hasta entonces parec?a que el mundo era inmutable, al menos desde el pensamiento mayoritario.Y eso ha politizado a la gente de maneras muy diversas. Pero ahora estamos recibiendo la ola reaccionaria que sucede siempre que hay un movimiento de impugnaci?n. Y eso ha anulado la imaginaci?n pol?tica de casi toda la izquierda, a la que veo solamente ofrecer recetas socialdem?cratas cl?sicas con poco recorrido.
P. En el libro se apunta a muchas de las angustias que nos acechan: la competitividad y la precariedad laboral, la conectividad permanente, la cat?strofe clim?tica… ?C?mo lleva esas ansiedades?
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R. A mi el calentamiento global, y por otro lado la emergencia ultrareaccionaria, son cosas que me preocupan profundamente. Probablemente viva con mucha m?s angustia de lo que la novela transmite. Digamos que el verdadero activismo a partir de ahora s?lo puede ser medioambiental y clim?tico. Evidentemente, siempre con la mirada puesta en la igualdad. Pero s?, después de leer a [el poeta y ensayista ecologista] Jorge Riechmann es muy dif?cil volver a dormir tranquilamente por la noche.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/luis-lopez-carrasco-cineasta-ganador-96255056)