الريــم
12-25-2023, 05:30 PM
Se fue un 24 de diciembre. Cualquier fecha habr?a resultado igualmente caprichosa porque marcaba en el calendario la fatalidad para un cantante con alma de poeta, el punto final y despedida prematura de un artista honesto que le cantaba a la autenticidad, a veces desde las sombras. “Eras literatura cantada”, dijeron de él en la revista Lumière Noir Musique. El t?tulo de esa publicaci?n parec?a hecho a medida de Germ?n Coppini (https://www.epe.es/es/cultura/20231224/10-anos-sin-german-coppini-siniestro-total-golpes-bajos-alma-movida-96227388) (Santander, 1961-Madrid 2013), como una especie de etiqueta de esas que nos resulta tan imprescindible a veces para clasificar a los m?sicos. Sigue sin ser tarea sencilla a estas alturas, aun diez a?os después de su desaparici?n, la de clasificar a este m?sico de voz inquieta, so?adora y reivindicativa que proyectaba en ocasiones un poso amargo, revestido de resignaci?n y cr?tica, pero que en otras se convert?a en un potente faro del lirismo, de poes?a musicada con letras oscuras, como si cantara con el alma a escondidas.
Coppini transit? desde el gamberrismo juvenil de Siniestro Total hacia una libertad creativa condenada a un ostracismo excesivo por el imperativo del mercado. En aquel grupo vigués palade? el punk rock irreverente, con letras destartaladas y desvergonzadas que instaban a “matar hippies en las C?es”, nos recordaban que “los esqueletos no tienen pilila”, o le dedicaban lo mismo una oda musical a la Nocilla (qué merendilla) que al Ayatollah en aquel disco (Cu?ndo se come aqu?, 1982) que impact? en muchos j?venes y adolescentes espa?oles.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
95747715
Germ?n compaginaba esa participaci?n en Siniestro con otro proyecto que respond?a al nombre de Golpes Bajos. Lo hizo hasta que se hart? de la irracionalidad de parte del p?blico punk de la época durante los conciertos. En una de esas actuaciones en vivo llegaron a herirle en una pierna de un botellazo. Acab? en el hospital. Y dej? Siniestro, también en parte porque él pensaba en otro tipo de canciones, en otras latitudes creativas. Entonces puso todos los sentidos y los sentimientos en ese otro grupo donde se un?a a Teo Cardalda para cantar que eran Malos tiempos para la l?rica (?Como si alguna vez hubiesen sido buenos!). Su voz comenz? a sonar como en medio de una neblina musical, con letras m?s sombr?as, y all? pudo plasmar todo su talento y genio creativo.
El éxito de Golpes Bajos result? fulgurante. Era otro grupo vigués, descendiente de la Movida, gato de la historia musical espa?ola al que no resulta f?cil poner el cascabel por falta de consenso. Fuere lo que fuere aquel surtidor de grupos, precisamente de Coppini alguien dijo que él era el “alma” de esa Movida.
En la breve pero exitosa discograf?a de Golpes Bajos, editada por la discogr?fica Nuevos Medios, fluyeron todas esas inquietudes y aspectos de la personalidad del cantante santanderino atenazadas hasta entonces. Y ahora s?, libre para llevar su voz hacia las escenas y parcelas pretendidas, Germ?n exteriorizaba inevitablemente su timidez, que se bamboleaba en No mires a los ojos de la gente. “Me dan miedo. Siempre mienten”, cantaba. O describ?a una escena familiar costumbrista en Cena recalentada, donde el intimismo quedaba como alumbrado, sometido a la exposici?n ante miradas ajenas. Se pas? por la Fiesta de los maniqu?es y le cont? al mundo que coleccionaba moscas sin que eso supusiera haber ca?do en la locura.
Desde 1983 a 1985 Golpes Bajos sabore? las mieles del éxito, pero la aventura desemboc? en una ruptura abrupta. Como casi siempre pasa en los grupos. Uno quiere ir por aqu?, el otro por all?. Y en esas bifurcaciones est?n las sendas, aspiraciones y prop?sitos musicales irreconciliables que cada uno quiere.
Tras una parada de unos meses retorn? al estudio para grabar con Nacho Cano el maxi-sencillo Edici?n Limitada (Ariola, 1986), que inclu?a Dame un chupito de amor, una delicatesen musical donde Germ?n parec?a volver a sonre?r.
Emprendi? entonces una carrera en solitario repleta de altibajos y ese tr?nsito estuvo repleto de asperezas y sinsabores. No goz? de focos medi?ticos. Tampoco los buscaba. En una entrevista en el blog El Giradiscos dir?a: “Aquella época ser solista no era nada c?modo. Tengo a gala decir que soy el primer solista que ven?a de grupos noveles, cuando en aquella época todos sol?an ser horteras y romanticones. Después llegaron todos los dem?s Urrutias y Bunburys. Incluso las compa??as por esa época no sab?an muy bien qué hacer conmigo (...) Llegué a acabar hasta los huevos de la m?sica”.
Su discograf?a en solitario incluye, entre otros, El ladr?n de Bagdad (Hispavox, 1987), Flechas Negras (Hispavox, 1989) o Las canciones del limbo (La Ecléctica Madrile?a, Nuevos Medios, 2006). El ?ltimo de sus discos, América herida (Lemuria Music, 2013), publicado tan solo unos meses antes de su muerte, fue un recorrido por las venas abiertas -que dir?a Eduardo Galeano- de América Latina, con 17 canciones que transitaban por Cuba, Nicaragua, México, Chile o Uruguay, sometidas al mestizaje del rock con las ra?ces populares y ya denotando en su interpretaci?n una madurez que beb?a de la conciencia de hombre comprometido y reivindicativo. Coppini cantaba esas canciones firmadas por V?ctor Jara, Carlos Mej?a Godoy, Atahualpa Yupanqui o Mario Benedetti con la pasi?n y la contundencia de sentir esas heridas como propias. No en vano, él fue un hombre militante (miembro del PCE marxista-leninista), defensor de la Rep?blica y candidato, incluso, al Congreso de los Diputados en las listas de Federaci?n de Republicanos.
Su mirada musical fue una constante b?squeda de nuevos territorios y nunca ocult? que él siempre reneg? de la nostalgia. “?Germ?n fue quiz? el cantante m?s ecléctico que ha habido en Espa?a!", dijo Juli?n Hern?ndez, l?der de aquel Siniestro Total con el que no lleg? a congeniar musicalmente. “Nunca pretendi? ser una estrellona y, al mismo tiempo, lo era”, apostillaba en 2013, al conocer el fallecimiento del que hab?a sido vocalista de su banda.
Coppini, quiz?, a lo que aspirara, como él mismo cantaba en su primer trabajo como solista, era a “ser superhombre, ser un lobo de mar, luego quise ser comanche y por ti guerrear, pero de todos mi preferido, el papel que me va, propio de un hombre enamorado, es el ladr?n de Bagdad”. Lo que ten?a claro era que él no quer?a parecer un “m?sico caducado”. Y ese fue su gran logro, porque hoy, una década después de que un fulminante c?ncer de h?gado se llevase “el alma de la Movida” a otra parte, su m?sica y su voz, aunque sigan siendo, como de costumbre, malos tiempos para la l?rica, siguen vigentes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/10-anos-german-coppini-voz-96242847)
Coppini transit? desde el gamberrismo juvenil de Siniestro Total hacia una libertad creativa condenada a un ostracismo excesivo por el imperativo del mercado. En aquel grupo vigués palade? el punk rock irreverente, con letras destartaladas y desvergonzadas que instaban a “matar hippies en las C?es”, nos recordaban que “los esqueletos no tienen pilila”, o le dedicaban lo mismo una oda musical a la Nocilla (qué merendilla) que al Ayatollah en aquel disco (Cu?ndo se come aqu?, 1982) que impact? en muchos j?venes y adolescentes espa?oles.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
95747715
Germ?n compaginaba esa participaci?n en Siniestro con otro proyecto que respond?a al nombre de Golpes Bajos. Lo hizo hasta que se hart? de la irracionalidad de parte del p?blico punk de la época durante los conciertos. En una de esas actuaciones en vivo llegaron a herirle en una pierna de un botellazo. Acab? en el hospital. Y dej? Siniestro, también en parte porque él pensaba en otro tipo de canciones, en otras latitudes creativas. Entonces puso todos los sentidos y los sentimientos en ese otro grupo donde se un?a a Teo Cardalda para cantar que eran Malos tiempos para la l?rica (?Como si alguna vez hubiesen sido buenos!). Su voz comenz? a sonar como en medio de una neblina musical, con letras m?s sombr?as, y all? pudo plasmar todo su talento y genio creativo.
El éxito de Golpes Bajos result? fulgurante. Era otro grupo vigués, descendiente de la Movida, gato de la historia musical espa?ola al que no resulta f?cil poner el cascabel por falta de consenso. Fuere lo que fuere aquel surtidor de grupos, precisamente de Coppini alguien dijo que él era el “alma” de esa Movida.
En la breve pero exitosa discograf?a de Golpes Bajos, editada por la discogr?fica Nuevos Medios, fluyeron todas esas inquietudes y aspectos de la personalidad del cantante santanderino atenazadas hasta entonces. Y ahora s?, libre para llevar su voz hacia las escenas y parcelas pretendidas, Germ?n exteriorizaba inevitablemente su timidez, que se bamboleaba en No mires a los ojos de la gente. “Me dan miedo. Siempre mienten”, cantaba. O describ?a una escena familiar costumbrista en Cena recalentada, donde el intimismo quedaba como alumbrado, sometido a la exposici?n ante miradas ajenas. Se pas? por la Fiesta de los maniqu?es y le cont? al mundo que coleccionaba moscas sin que eso supusiera haber ca?do en la locura.
Desde 1983 a 1985 Golpes Bajos sabore? las mieles del éxito, pero la aventura desemboc? en una ruptura abrupta. Como casi siempre pasa en los grupos. Uno quiere ir por aqu?, el otro por all?. Y en esas bifurcaciones est?n las sendas, aspiraciones y prop?sitos musicales irreconciliables que cada uno quiere.
Tras una parada de unos meses retorn? al estudio para grabar con Nacho Cano el maxi-sencillo Edici?n Limitada (Ariola, 1986), que inclu?a Dame un chupito de amor, una delicatesen musical donde Germ?n parec?a volver a sonre?r.
Emprendi? entonces una carrera en solitario repleta de altibajos y ese tr?nsito estuvo repleto de asperezas y sinsabores. No goz? de focos medi?ticos. Tampoco los buscaba. En una entrevista en el blog El Giradiscos dir?a: “Aquella época ser solista no era nada c?modo. Tengo a gala decir que soy el primer solista que ven?a de grupos noveles, cuando en aquella época todos sol?an ser horteras y romanticones. Después llegaron todos los dem?s Urrutias y Bunburys. Incluso las compa??as por esa época no sab?an muy bien qué hacer conmigo (...) Llegué a acabar hasta los huevos de la m?sica”.
Su discograf?a en solitario incluye, entre otros, El ladr?n de Bagdad (Hispavox, 1987), Flechas Negras (Hispavox, 1989) o Las canciones del limbo (La Ecléctica Madrile?a, Nuevos Medios, 2006). El ?ltimo de sus discos, América herida (Lemuria Music, 2013), publicado tan solo unos meses antes de su muerte, fue un recorrido por las venas abiertas -que dir?a Eduardo Galeano- de América Latina, con 17 canciones que transitaban por Cuba, Nicaragua, México, Chile o Uruguay, sometidas al mestizaje del rock con las ra?ces populares y ya denotando en su interpretaci?n una madurez que beb?a de la conciencia de hombre comprometido y reivindicativo. Coppini cantaba esas canciones firmadas por V?ctor Jara, Carlos Mej?a Godoy, Atahualpa Yupanqui o Mario Benedetti con la pasi?n y la contundencia de sentir esas heridas como propias. No en vano, él fue un hombre militante (miembro del PCE marxista-leninista), defensor de la Rep?blica y candidato, incluso, al Congreso de los Diputados en las listas de Federaci?n de Republicanos.
Su mirada musical fue una constante b?squeda de nuevos territorios y nunca ocult? que él siempre reneg? de la nostalgia. “?Germ?n fue quiz? el cantante m?s ecléctico que ha habido en Espa?a!", dijo Juli?n Hern?ndez, l?der de aquel Siniestro Total con el que no lleg? a congeniar musicalmente. “Nunca pretendi? ser una estrellona y, al mismo tiempo, lo era”, apostillaba en 2013, al conocer el fallecimiento del que hab?a sido vocalista de su banda.
Coppini, quiz?, a lo que aspirara, como él mismo cantaba en su primer trabajo como solista, era a “ser superhombre, ser un lobo de mar, luego quise ser comanche y por ti guerrear, pero de todos mi preferido, el papel que me va, propio de un hombre enamorado, es el ladr?n de Bagdad”. Lo que ten?a claro era que él no quer?a parecer un “m?sico caducado”. Y ese fue su gran logro, porque hoy, una década después de que un fulminante c?ncer de h?gado se llevase “el alma de la Movida” a otra parte, su m?sica y su voz, aunque sigan siendo, como de costumbre, malos tiempos para la l?rica, siguen vigentes.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/10-anos-german-coppini-voz-96242847)