الريــم
12-14-2023, 05:51 PM
En cada cumplea?os, las velas iluminan el pastel, marcando los a?os transcurridos desde nuestro nacimiento. Pero ?reflejan realmente c?mo envejece nuestro cuerpo?
El n?mero de velas solo representa la cantidad de a?os vividos, lo que conocemos como edad cronol?gica. En realidad, esta cifra ofrece escasa informaci?n acerca de los efectos del paso del tiempo en nuestro organismo, ya que la disminuci?n progresiva de las capacidades f?sicas y mentales que conlleva el proceso de envejecimiento puede diferir (y difiere) de una persona a otra. Dos individuos que nazcan a la vez pueden envejecer a un ritmo distinto, y pueden desarrollar enfermedades asociadas a la vejez a diferentes velocidades.
Teniendo esto en cuenta, quiz? deber?amos basar ese concepto que llamamos “edad” no tanto en el tiempo que ha pasado desde que nacimos, sino en el estado funcional de los diferentes ?rganos de nuestro cuerpo frente a un modelo estandarizado. Es lo que se conoce como edad biol?gica. Establecerla, m?s all? de las velas que soplemos el d?a de nuestro cumplea?os, plantea un auténtico desaf?o.
M?s all? de las apariencias
Dado que la influencia del envejecimiento se extiende a pr?cticamente todos los procesos biol?gicos, se han propuesto numerosos biomarcadores como candidatos para medir ese par?metro. Algunos, utilizados desde hace mucho tiempo, se basan en caracter?sticas visibles que todos conocemos: la aparici?n de canas, la ca?da del cabello, el declive de las funciones cognitivas, la pérdida de visi?n y audici?n, las dificultades de movilidad, la atrofia muscular y la presencia de arrugas en la piel.
Sin embargo, otros indicadores obtenidos t?picamente en pruebas médicas ofrecen una visi?n m?s completa de nuestra auténtica edad biol?gica. Es el caso de la presi?n sangu?nea, los niveles de glucosa, insulina y colesterol en sangre, los niveles renales de creatinina y alb?mina y la capacidad pulmonar, entre otros.
Recientemente, y gracias al avance de la biolog?a celular y molecular, hemos a?adido nuevos biomarcadores basados en diferentes claves del envejecimiento. Uno de los m?s conocidos es la longitud de los tel?meros, las estructuras terminales de nuestros cromosomas que se van acortando con el paso del tiempo. Otro de los indicadores moleculares m?s conocidos es el grado de metilaci?n del ADN, una forma de modificaci?n epigenética que puede interferir con las funciones de las células.
Explorando la edad biol?gica a través del reloj epigenético
La metilaci?n –la adici?n de grupos qu?micos llamados metilo al ADN– abre una fascinante ventana hacia el conocimiento de nuestra edad biol?gica. A medida que envejecemos, este proceso disminuye de forma generalizada, aumentando con ello el riesgo de activar la expresi?n de genes relacionados con el deterioro y la pérdida de funcionalidad.
Conocer en qué grado y en qué lugar se encuentra metilado nuestro ADN podr?a servir como herramienta para estimar el grado de decadencia de nuestro organismo. Los an?lisis moleculares que nos permiten cuantificar los niveles de metilaci?n mediante el uso de f?rmulas matem?ticas se conocen como relojes epigenéticos.
En 2013, el investigador Steve Horvath present? un innovador reloj epigenético capaz de predecir con precisi?n la edad biol?gica en diferentes tejidos. Se fundamenta en el estudio de la metilaci?n de 353 posiciones espec?ficas del ADN humano, denominados sitios o islas CpG. Desde entonces, diversos investigadores han desarrollado relojes similares, aportando perspectivas ligeramente distintas.
En 2018, Morgan Levine, Horvath y otros cient?ficos introdujeron el DNAm PhenoAge, un nuevo instrumento que no solo considera patrones de metilaci?n, sino también otras se?ales como los niveles de glucosa en sangre y marcadores de funci?n hep?tica y renal. Esta innovaci?n busca predecir el deterioro en la salud de un individuo y la aparici?n de enfermedades asociadas a la edad. Y otro destacado reloj desarrollado por Horvath y colegas, GrimAge, va m?s all? al prever no solo la edad biol?gica, sino también la esperanza de vida.
En la actualidad, varias compa??as –como Tally Health, Elysium Health o MyDNAge– comercializan test basados en estas herramientas que prometen determinar nuestro grado de decadencia org?nica a partir de simples muestras de sangre, orina o frotis bucal.
?Podemos atrasar el reloj?
Al contrario que las mutaciones, las modificaciones epigenéticas son potencialmente reversibles. Existen evidencias de que la edad biol?gica puede aumentar ante situaciones de estrés, retornando posteriormente a sus niveles originales, lo que indica que es algo modulable. ?Es posible entonces ajustar nuestro reloj epigenético para controlar el ritmo del envejecimiento?
Tanto en modelos animales como en humanos se ha evidenciado que la edad biol?gica puede verse afectada por la presencia de enfermedades, el tratamiento con f?rmacos, el estilo de vida y la exposici?n a diferentes condiciones ambientales, entre otras circunstancias. Estos hallazgos sugieren que las pr?cticas asociadas a h?bitos saludables, como el ejercicio f?sico regular, una alimentaci?n equilibrada y una correcta gesti?n del estrés, podr?an efectivamente mantener nuestro reloj biol?gico a raya.
Seg?n David Sinclair, profesor de Genética de la Escuela de Medicina de Harvard, “la edad biol?gica determina nuestra salud y, en ?ltima instancia, nuestra esperanza de vida. Es el n?mero de velas que deber?amos apagar. En el futuro, con los avances de nuestra habilidad para controlar la edad biol?gica, tal vez tengamos menos velas en el pastel que el a?o anterior”.
De cualquier forma, a?n queda un largo camino por recorrer y muchas preguntas sin respuesta en este fascinante campo de investigaci?n.
https://counter.theconversation.com/content/209149/count.gif?distributor=republish-lightbox-advanced
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/edad-biologica-ponga-carnet-identidad-95838273)
El n?mero de velas solo representa la cantidad de a?os vividos, lo que conocemos como edad cronol?gica. En realidad, esta cifra ofrece escasa informaci?n acerca de los efectos del paso del tiempo en nuestro organismo, ya que la disminuci?n progresiva de las capacidades f?sicas y mentales que conlleva el proceso de envejecimiento puede diferir (y difiere) de una persona a otra. Dos individuos que nazcan a la vez pueden envejecer a un ritmo distinto, y pueden desarrollar enfermedades asociadas a la vejez a diferentes velocidades.
Teniendo esto en cuenta, quiz? deber?amos basar ese concepto que llamamos “edad” no tanto en el tiempo que ha pasado desde que nacimos, sino en el estado funcional de los diferentes ?rganos de nuestro cuerpo frente a un modelo estandarizado. Es lo que se conoce como edad biol?gica. Establecerla, m?s all? de las velas que soplemos el d?a de nuestro cumplea?os, plantea un auténtico desaf?o.
M?s all? de las apariencias
Dado que la influencia del envejecimiento se extiende a pr?cticamente todos los procesos biol?gicos, se han propuesto numerosos biomarcadores como candidatos para medir ese par?metro. Algunos, utilizados desde hace mucho tiempo, se basan en caracter?sticas visibles que todos conocemos: la aparici?n de canas, la ca?da del cabello, el declive de las funciones cognitivas, la pérdida de visi?n y audici?n, las dificultades de movilidad, la atrofia muscular y la presencia de arrugas en la piel.
Sin embargo, otros indicadores obtenidos t?picamente en pruebas médicas ofrecen una visi?n m?s completa de nuestra auténtica edad biol?gica. Es el caso de la presi?n sangu?nea, los niveles de glucosa, insulina y colesterol en sangre, los niveles renales de creatinina y alb?mina y la capacidad pulmonar, entre otros.
Recientemente, y gracias al avance de la biolog?a celular y molecular, hemos a?adido nuevos biomarcadores basados en diferentes claves del envejecimiento. Uno de los m?s conocidos es la longitud de los tel?meros, las estructuras terminales de nuestros cromosomas que se van acortando con el paso del tiempo. Otro de los indicadores moleculares m?s conocidos es el grado de metilaci?n del ADN, una forma de modificaci?n epigenética que puede interferir con las funciones de las células.
Explorando la edad biol?gica a través del reloj epigenético
La metilaci?n –la adici?n de grupos qu?micos llamados metilo al ADN– abre una fascinante ventana hacia el conocimiento de nuestra edad biol?gica. A medida que envejecemos, este proceso disminuye de forma generalizada, aumentando con ello el riesgo de activar la expresi?n de genes relacionados con el deterioro y la pérdida de funcionalidad.
Conocer en qué grado y en qué lugar se encuentra metilado nuestro ADN podr?a servir como herramienta para estimar el grado de decadencia de nuestro organismo. Los an?lisis moleculares que nos permiten cuantificar los niveles de metilaci?n mediante el uso de f?rmulas matem?ticas se conocen como relojes epigenéticos.
En 2013, el investigador Steve Horvath present? un innovador reloj epigenético capaz de predecir con precisi?n la edad biol?gica en diferentes tejidos. Se fundamenta en el estudio de la metilaci?n de 353 posiciones espec?ficas del ADN humano, denominados sitios o islas CpG. Desde entonces, diversos investigadores han desarrollado relojes similares, aportando perspectivas ligeramente distintas.
En 2018, Morgan Levine, Horvath y otros cient?ficos introdujeron el DNAm PhenoAge, un nuevo instrumento que no solo considera patrones de metilaci?n, sino también otras se?ales como los niveles de glucosa en sangre y marcadores de funci?n hep?tica y renal. Esta innovaci?n busca predecir el deterioro en la salud de un individuo y la aparici?n de enfermedades asociadas a la edad. Y otro destacado reloj desarrollado por Horvath y colegas, GrimAge, va m?s all? al prever no solo la edad biol?gica, sino también la esperanza de vida.
En la actualidad, varias compa??as –como Tally Health, Elysium Health o MyDNAge– comercializan test basados en estas herramientas que prometen determinar nuestro grado de decadencia org?nica a partir de simples muestras de sangre, orina o frotis bucal.
?Podemos atrasar el reloj?
Al contrario que las mutaciones, las modificaciones epigenéticas son potencialmente reversibles. Existen evidencias de que la edad biol?gica puede aumentar ante situaciones de estrés, retornando posteriormente a sus niveles originales, lo que indica que es algo modulable. ?Es posible entonces ajustar nuestro reloj epigenético para controlar el ritmo del envejecimiento?
Tanto en modelos animales como en humanos se ha evidenciado que la edad biol?gica puede verse afectada por la presencia de enfermedades, el tratamiento con f?rmacos, el estilo de vida y la exposici?n a diferentes condiciones ambientales, entre otras circunstancias. Estos hallazgos sugieren que las pr?cticas asociadas a h?bitos saludables, como el ejercicio f?sico regular, una alimentaci?n equilibrada y una correcta gesti?n del estrés, podr?an efectivamente mantener nuestro reloj biol?gico a raya.
Seg?n David Sinclair, profesor de Genética de la Escuela de Medicina de Harvard, “la edad biol?gica determina nuestra salud y, en ?ltima instancia, nuestra esperanza de vida. Es el n?mero de velas que deber?amos apagar. En el futuro, con los avances de nuestra habilidad para controlar la edad biol?gica, tal vez tengamos menos velas en el pastel que el a?o anterior”.
De cualquier forma, a?n queda un largo camino por recorrer y muchas preguntas sin respuesta en este fascinante campo de investigaci?n.
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