الريــم
12-08-2023, 09:20 AM
Y s?lo lo sabe él.
Los culés “som uns patidors”, y no nos enga?emos, nos encanta serlo. El socio azulgrana es un sufridor empedernido que gusta de adelantarse a problemas que no tiene, conflictos que no existen y debates que tienen menos recorrido que escoger entre Araujo y Koundé como central corrector…
Aceptando esta losa hist?rica, y refiriéndome a un tema que ya va de boca en boca, lejos de ilusionarnos por el momento que atraviesan Cancelo o Félix, ya nos rasgamos las vestiduras lamentado que, llegado el momento, no los podremos retener. ?Y es realmente as?? ?Calma! Félix ya tiene precio y ese precio no lo decidir? ni Gil Mar?n, ni Cerezo, ni el osito, ni el madro?o. Lo decidir? él mismo.
Miren, en cualquier mercado ya sea tradicional o emergente, el precio de un producto, bien o servicio lo establece el coste de producci?n, gasto de promoci?n, margen, oferta y finalmente, demanda, pero no en el caprichoso mundo del futbol donde existe una premisa superior: La dictadura del futbolista.
?A que nos referimos? Lo primero que debe darse es que Joao Félix quiera quedarse, que desee establecer ra?ces en el club, la ciudad, el pa?s y su cultura, y a partir de ah? priorizar su felicidad personal por encima del nivel de obesidad de sus cuentas bancarias, y parece que vamos bien. Hablamos de seducci?n, y en ese terreno, el presidente Laporta no solo es un gal?n, es todo un genio. Si se trata de regalar estima y complicidad, Laporta es ?nico porque no sabe fingir, él es as?, y puede llegar a ser m?s influyente y conseguidor que la mism?sima reina Alexandra Fiodorovna. H?ganme caso: Laporta lo conquistar?, y no ganar? la puja por el precio, sino por el aprecio.
Ya es habitual ver a Joao paseando por las calles de la ciudad, rondando como un aficionado m?s por la grada del Palau siguiendo a sus compa?eros de hockey, balonmano o b?sket, y eso, amigos m?os, es un s?ntoma inequ?voco de integraci?n no a un equipo, sino a una forma de vivir la vida y abrazar unos colores, colores que ya empieza a sentir como inequ?vocamente propios.
?Y por qué hablo de “dictadura”? Porque dictadura también viene de “dictado”, de fuerza y de dominio, y aqu? se?ores, quién dicta el devenir de su futuro es quién lo vive y lo protagoniza: El jugador.
Si Joao queda cautivado y solo contempla jugar el Barça, se quedar?. Los equipos saben que los conflictos que se enquistan no favorecen a nadie, y tanto el Atleti como el Barça vivir?n la condena de tenerse que entender. Poco importa que el precio de partida sea 30, 60 o 90. Si Félix se enamora del Barça y el Barça de Félix, que ya lo est?, se pagar? lo que valga, pero en estima.
Y es que el amor se mide en besos, no en ingresos.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/opinion/joao-felix-precio-95564100)
Los culés “som uns patidors”, y no nos enga?emos, nos encanta serlo. El socio azulgrana es un sufridor empedernido que gusta de adelantarse a problemas que no tiene, conflictos que no existen y debates que tienen menos recorrido que escoger entre Araujo y Koundé como central corrector…
Aceptando esta losa hist?rica, y refiriéndome a un tema que ya va de boca en boca, lejos de ilusionarnos por el momento que atraviesan Cancelo o Félix, ya nos rasgamos las vestiduras lamentado que, llegado el momento, no los podremos retener. ?Y es realmente as?? ?Calma! Félix ya tiene precio y ese precio no lo decidir? ni Gil Mar?n, ni Cerezo, ni el osito, ni el madro?o. Lo decidir? él mismo.
Miren, en cualquier mercado ya sea tradicional o emergente, el precio de un producto, bien o servicio lo establece el coste de producci?n, gasto de promoci?n, margen, oferta y finalmente, demanda, pero no en el caprichoso mundo del futbol donde existe una premisa superior: La dictadura del futbolista.
?A que nos referimos? Lo primero que debe darse es que Joao Félix quiera quedarse, que desee establecer ra?ces en el club, la ciudad, el pa?s y su cultura, y a partir de ah? priorizar su felicidad personal por encima del nivel de obesidad de sus cuentas bancarias, y parece que vamos bien. Hablamos de seducci?n, y en ese terreno, el presidente Laporta no solo es un gal?n, es todo un genio. Si se trata de regalar estima y complicidad, Laporta es ?nico porque no sabe fingir, él es as?, y puede llegar a ser m?s influyente y conseguidor que la mism?sima reina Alexandra Fiodorovna. H?ganme caso: Laporta lo conquistar?, y no ganar? la puja por el precio, sino por el aprecio.
Ya es habitual ver a Joao paseando por las calles de la ciudad, rondando como un aficionado m?s por la grada del Palau siguiendo a sus compa?eros de hockey, balonmano o b?sket, y eso, amigos m?os, es un s?ntoma inequ?voco de integraci?n no a un equipo, sino a una forma de vivir la vida y abrazar unos colores, colores que ya empieza a sentir como inequ?vocamente propios.
?Y por qué hablo de “dictadura”? Porque dictadura también viene de “dictado”, de fuerza y de dominio, y aqu? se?ores, quién dicta el devenir de su futuro es quién lo vive y lo protagoniza: El jugador.
Si Joao queda cautivado y solo contempla jugar el Barça, se quedar?. Los equipos saben que los conflictos que se enquistan no favorecen a nadie, y tanto el Atleti como el Barça vivir?n la condena de tenerse que entender. Poco importa que el precio de partida sea 30, 60 o 90. Si Félix se enamora del Barça y el Barça de Félix, que ya lo est?, se pagar? lo que valga, pero en estima.
Y es que el amor se mide en besos, no en ingresos.
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