الريــم
12-04-2023, 02:40 PM
El agua no le llamaba la atenci?n. Pese a que su madre amaba la nataci?n, Sabine Hazboun quer?a ser gimnasta. Ya de peque?a hac?a el pino puente y se postulaba ante sus padres como la pr?xima gimnasta palestina que disputar?a unosJuegos Ol?mpicos. Pero, como sabemos, los ni?os cambian mucho de profesiones y, tras probar la esgrima y el baloncesto, se zambull? en la piscina con seis a?os y ya no sali? de all?.
En Belén, en plena guerra, no hab?a piscina ol?mpica y ten?a que entrenar en la del hotel m?s pr?ximo. Al poco se convirti? en una forma de vida, pero los obst?culos y adversidades de una Palestinaen guerra hizo que se quedara sin piscina en la que entrenar con 13 a?os. Ella, sin embargo, no quer?a abandonar y se reinvent? para mantener la forma: hac?a tiradas desde su casa hasta el muro de separaci?n. Una distancia de dos quil?metros que recorri? sin parar cada d?a a las 5 de la ma?ana hasta que el CAR de Sant Cugat se top? con ella.
"Crec? en una familia que me dijo: 'si quieres, puedes'", reivindica Hazboun ante los prejuicios. Convivi? de peque?a con una falta de derechos como persona, m?s all? que como mujer, y pone el foco en la falta de instalaciones, derechos y oportunidades contra las que tuvo que luchar para poder acceder a sus sue?os: competir en unos Juegos Ol?mpicos.
El doble de esfuerzo
Sab?a ad?nde quer?a llegar, pero el mundo que la rodeaba iba rasgando cada vez m?s ese optimismo. "Mis sue?os no van a ser reales. Ahora sé que tuve una depresi?n. Ve?a a través de Facebook c?mo entrenaban otras rivales en EEUU, Espa?a…. Pensaba: 'ojal? tuviese eso'.*M?s adelante, en mi vida, esos momentos me ayudaron, ya que, cuando no pod?a m?s f?sicamente, me acordaba de cuando ni tan siquiera pod?a entrenar para seguir adelante. Para conseguir algo peque?o ten?a que hacer el doble de esfuerzo que otros, que los chicos y que los europeos", rememora
Image ID:
95434449
Sabine Hazboun durante una charla organizada por Diplocat y la Fundaci?n del Barça.
FC Barcelona
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Esas barreras no pudieron con su cabezoner?a y tenacidad y mantuvo su objetivo hasta que lleg? su oportunidad. "Me acordaré siempre, como si fuera ayer. Era febrero de 2011 y el CAR de Sant Cugat visitaba la ciudad en un proyecto para mejorar el deporte en la zona. Fueron al club donde trabajaba mi padre, que resulta que era el rival del que yo formaba parte. Me llamaron para que fuera y me reun? con ellas. No sab?a qué era y me dijeron: '?Te gustar?a irte a entrenar con Mireia Belmonte (https://www.epe.es/es/personajes/mireia-belmonte-5896)?'", explica con una sonrisa en la cara. Acept? enseguida, ella y su padre, que confi? desde un principio en que su hija podr?a cumplir todos sus sue?os.
Cambio de vida
Sali? de la "burbuja" y se mud? a Barcelona, donde empez? a entrenar de manera progresiva para volver a coger el ritmo. Y ya no hubo quien la parase. Pese a no hablar "ni una palabra" de catal?n y castellano, se sent?a genial en su nueva casa. Pod?a entrenar en instalaciones con las que ni ella misma hab?a so?ado y se recordaba cada d?a su plan para llegar a los Juegos.
Donde primero compiti? fue en los Mundiales de Nataci?n del 2008, en Manchester, pero su sue?o de ni?a se hizo realidad en el 2012, en los Juegos de Londres, donde se convirti? en nadadora ol?mpica.
La experiencia fue excepcional a la par que demoledora. "Sent?a que ten?a la presi?n de representar a todas las mujeres, no solo de Palestina sino de todo el mundo. Sufr? mucho estrés y ca? en una depresi?n tras los juegos, una cosa que sucede mucho y de lo que no se habla", confiesa. A partir de ah? se desentendi? de la piscina, la repudi?. Hizo la carrera de traducci?n e interpretaci?n y quiso reorientar su vida, pese a que hab?a algo que la manten?a ligada al deporte. Unos a?os m?s tarde supo por qué.
En 2015 se dio cuenta de que estaba negando una parte de ella, manteniéndose alejada del deporte y, a través de una beca, entr? en el COI. Tras siete a?os, ahora es la responsable del programa de la Fundaci?n Ol?mpica para los Refugiados. "Me faltaba la parte humana y la encontré en la Fundaci?n. Aqu? siento que todas mis partes encajan", confiesa. Lidera un proyecto con muchas vertientes, que busca dar cobijo a todos los deportistas que se han visto afectados por un desplazamiento. "Hay ocho programas activos en ocho pa?ses. Para m? nunca es suficiente, siempre quiero m?s".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/juegos-olimpicos/palestina-sant-cugat-queria-juegos-95443419)
En Belén, en plena guerra, no hab?a piscina ol?mpica y ten?a que entrenar en la del hotel m?s pr?ximo. Al poco se convirti? en una forma de vida, pero los obst?culos y adversidades de una Palestinaen guerra hizo que se quedara sin piscina en la que entrenar con 13 a?os. Ella, sin embargo, no quer?a abandonar y se reinvent? para mantener la forma: hac?a tiradas desde su casa hasta el muro de separaci?n. Una distancia de dos quil?metros que recorri? sin parar cada d?a a las 5 de la ma?ana hasta que el CAR de Sant Cugat se top? con ella.
"Crec? en una familia que me dijo: 'si quieres, puedes'", reivindica Hazboun ante los prejuicios. Convivi? de peque?a con una falta de derechos como persona, m?s all? que como mujer, y pone el foco en la falta de instalaciones, derechos y oportunidades contra las que tuvo que luchar para poder acceder a sus sue?os: competir en unos Juegos Ol?mpicos.
El doble de esfuerzo
Sab?a ad?nde quer?a llegar, pero el mundo que la rodeaba iba rasgando cada vez m?s ese optimismo. "Mis sue?os no van a ser reales. Ahora sé que tuve una depresi?n. Ve?a a través de Facebook c?mo entrenaban otras rivales en EEUU, Espa?a…. Pensaba: 'ojal? tuviese eso'.*M?s adelante, en mi vida, esos momentos me ayudaron, ya que, cuando no pod?a m?s f?sicamente, me acordaba de cuando ni tan siquiera pod?a entrenar para seguir adelante. Para conseguir algo peque?o ten?a que hacer el doble de esfuerzo que otros, que los chicos y que los europeos", rememora
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Sabine Hazboun durante una charla organizada por Diplocat y la Fundaci?n del Barça.
FC Barcelona
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Esas barreras no pudieron con su cabezoner?a y tenacidad y mantuvo su objetivo hasta que lleg? su oportunidad. "Me acordaré siempre, como si fuera ayer. Era febrero de 2011 y el CAR de Sant Cugat visitaba la ciudad en un proyecto para mejorar el deporte en la zona. Fueron al club donde trabajaba mi padre, que resulta que era el rival del que yo formaba parte. Me llamaron para que fuera y me reun? con ellas. No sab?a qué era y me dijeron: '?Te gustar?a irte a entrenar con Mireia Belmonte (https://www.epe.es/es/personajes/mireia-belmonte-5896)?'", explica con una sonrisa en la cara. Acept? enseguida, ella y su padre, que confi? desde un principio en que su hija podr?a cumplir todos sus sue?os.
Cambio de vida
Sali? de la "burbuja" y se mud? a Barcelona, donde empez? a entrenar de manera progresiva para volver a coger el ritmo. Y ya no hubo quien la parase. Pese a no hablar "ni una palabra" de catal?n y castellano, se sent?a genial en su nueva casa. Pod?a entrenar en instalaciones con las que ni ella misma hab?a so?ado y se recordaba cada d?a su plan para llegar a los Juegos.
Donde primero compiti? fue en los Mundiales de Nataci?n del 2008, en Manchester, pero su sue?o de ni?a se hizo realidad en el 2012, en los Juegos de Londres, donde se convirti? en nadadora ol?mpica.
La experiencia fue excepcional a la par que demoledora. "Sent?a que ten?a la presi?n de representar a todas las mujeres, no solo de Palestina sino de todo el mundo. Sufr? mucho estrés y ca? en una depresi?n tras los juegos, una cosa que sucede mucho y de lo que no se habla", confiesa. A partir de ah? se desentendi? de la piscina, la repudi?. Hizo la carrera de traducci?n e interpretaci?n y quiso reorientar su vida, pese a que hab?a algo que la manten?a ligada al deporte. Unos a?os m?s tarde supo por qué.
En 2015 se dio cuenta de que estaba negando una parte de ella, manteniéndose alejada del deporte y, a través de una beca, entr? en el COI. Tras siete a?os, ahora es la responsable del programa de la Fundaci?n Ol?mpica para los Refugiados. "Me faltaba la parte humana y la encontré en la Fundaci?n. Aqu? siento que todas mis partes encajan", confiesa. Lidera un proyecto con muchas vertientes, que busca dar cobijo a todos los deportistas que se han visto afectados por un desplazamiento. "Hay ocho programas activos en ocho pa?ses. Para m? nunca es suficiente, siempre quiero m?s".
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