الريــم
12-03-2023, 03:00 PM
Antes de ordenarse como monja budista y retirarse al monasterio ourensano Chu Sup Tsang, la coru?esa Tenzing Palmo se llamaba Maripaz Gonz?lez, trabajaba en un estudio de arquitectura y ten?a pareja. Aldina Laredo conjuga su trabajo diario como masajista con la meditaci?n individual y con las pr?cticas colectivas que realiza con sus compa?eros de Sanga en el centro budista Dag Shang Kagyu, en Vigo. Sa?l Estévez, profesor de matem?ticas en un instituto y responsable del Centro Zen Vigo, ha incorporado a su vida desde hace m?s de veinte a?os los aspectos fundamentales de esta milenaria religi?n y filosof?a oriental. Los tres han nacido, se han educado y viven en una sociedad mayoritariamente cat?lica, y han encontrado en el budismo el refugio y las respuestas que buscaban, aunque cada uno de ellos lo practica de manera diferente.
Con 33 a?os, en 2004, Tenzing Palmo (por aquel entonces Maripaz Gonz?lez) encontr? a cinco manzanas de su casa en A Coru?a al gu?a espiritual que, sin saberlo, buscaba desde ni?a cuando se formulaba preguntas – sobre el sentido de la vida y qué sucede después de la muerte – para las que la religi?n cat?lica no le ofrec?a respuestas convincentes. Asisti? a una conferencia del que hoy es su maestro, Gueshe Tenzing Tamding, un lama tibetano procedente del monasterio indio de Ganden, sobrino y sucesor de uno de los primeros lamas que vinieron a Occidente. “No recuerdo mucho de qué hablaba en la charla, pero s? la fuerte conexi?n espiritual con él y con la filosof?a budista; era lo que estaba buscando”, recuerda.
“En el budismo encontré las respuestas que no me daba la religi?n cat?lica”
Tenzing Palmo
Monja y arquitecta
“Yo ten?a lo que se llama semillas de vidas pasadas y no necesité razonamiento, el budismo habla de que todos somos seres diferentes, con conexiones diferentes que te llevan por un camino u otro, por eso hay diversidad de religiones, que para mi maestro son las joyas de este mundo porque sirven para cultivar lo que llamamos las mentes y emociones positivas”, explica Tenzing. “Lo bueno del budismo es que es como un self service, mucha gente no cree en el renacimiento pero puede coger de esta filosof?a herramientas para su vida diaria, como por ejemplo el desarrollo de emociones positivas como la paciencia, la compasi?n, la confianza o la sabidur?a. Ese ser?a el primer nivel. Luego si profundizas m?s, accedes a ense?anzas m?s extensas”, expone esta monja budista.
Antes de encontrar a su lama, Tenzing ya hab?a sentido el impulso de retirarse a una vida espiritual, de ah? que no dudara en ordenarse como monja budista y decidiera dejar su trabajo en un estudio de arquitectura y a su pareja e irse al monasterio Chu Sup Tsang, en Ventoselo- San Amaro (Ourense), donde vive desde hace nueve a?os en una comunidad actualmente integrada por otras cuatro monjas (una de ellas también gallega y el resto asi?ticas), cuatro maestros y un monje.
Un d?a normal en el monasterio comienza alrededor de las ocho de la ma?ana con la meditaci?n particular, antes del desayuno, e incluye m?s de diez horas de trabajo, la mayor parte frente al ordenador traduciendo, editando y publicando las ense?anzas del lama.
El resto del tiempo lo ocupan labores de mantenimiento del monasterio, atenci?n al p?blico que realiza consultas a través de redes sociales o asiste a los retiros puntuales, viajes a otros lugares donde disponga el lama, y en el caso, de Tenzing, que adem?s es secretaria y arquitecta de la fundaci?n que gestiona el monasterio, tr?mites para el proyecto de ampliaci?n del centro, que contempla la construcci?n de una biblioteca en la que habr? treinta mil vol?menes de escritos sobre el budismo y las otras religiones, una sala de meditaci?n para unas cuatrocientas personas, casas de retiro y un monumento de 15 metros de alto que representa la mente iluminada de un buda. La financiaci?n proceder? de préstamos personales y donaciones.
“Es el gran proyecto de nuestro lama, el sue?o de su t?o, por eso desde 2009 impartimos los grandes temas de filosof?a con el objetivo de cambiar estados mentales. Estudiamos ciencia de la mente, los niveles, el camino para alcanzar el estado de buda y luego ense??rselo a los dem?s”, comenta Tenzing Palmo.
"Una persona se convierte en budista cuando toma refugio en el Buda, el Darma y la Sanga. Y de ah?, su pr?ctica principal es evitar las diez acciones negativas"
Para explicar a grades rasgos qué supone ser budista, esta monja coru?esa utiliza la met?fora de la medicina. “Un lama, que significa lleno de realizaciones, es como un médico especialista en la mente que nos imparte la medicina del Darma (la ense?anza de Buda) para que podamos eliminar nuestra emociones negativas (mentes de enga?o) con la asistencia de un equipo de enfermer?a (la Sanga o comunidad). Tenemos la enfermedad del enfado, del odio, de la ignorancia, del ego?smo, del miedo, del apego. Nuestra mente es la loca de la casa, como dec?a la madre Teresa de Calcuta. Una persona se convierte en budista cuando toma refugio en el Buda, el Darma y la Sanga. Y de ah?, su pr?ctica principal es evitar las diez acciones negativas: no matar, no robar, no tener conductas sexuales inapropiadas, no mentir, no difamar, no decir palabras insultantes, no a la charlataner?a, no a la malicia, no a la codicia y no a las visiones err?neas”.
Nueve a?os después de su retiro, Tenzing dice no echar de menos nada de la vida que ha dejado atr?s. “Al revés, antes acababa viendo escaparates de tiendas para llenar mis d?as; ahora estoy satisfecha con lo que hago; para poder ayudar a los dem?s, primero hay que ayudarse uno mismo”. El budismo le ha dado las respuestas que buscaba y ahora cree en el karma y la reencarnaci?n. “La vida no termina en la muerte, para el budismo existe una conciencia que se aloja en un cuerpo hasta que éste caduca y después esa conciencia sale al bardo, que es como un aeropuerto internacional donde espera un lugar para renacer, el cual depende de su karma”.
A Aldina Laredo el budismo lleg? a su vida sin ella hacer ning?n prop?sito. “Antes del a?o 2000 empecé a ir a conferencias cuando ven?a alg?n lama a Galicia. Lo que ve?a como algo ex?tico se fue poco a poco convirtiendo en una ayuda para mi d?a a d?a, era algo que en ese momento me dio las herramientas para encontrar la tranquilidad, la paz mental, el no darle tantas vueltas a las cosas. Después se convirti? en una filosof?a de vida y me dio libertad de pensamiento, con lo cual ahora s? puedo decir que soy budista del linaje Kagyu, que tiene un tipo de meditaci?n que te hace reflexionar y entender mejor, sobre todo el sufrimiento”, expresa Aldina Laredo.
Como integrante del centro budista Dag Shan Kagyu de Vigo, dependiente del monasterio hom?nimo ubicado en Panillo, en pleno Pirineo aragonés, Aldina Laredo acude a las reuniones que la sanga – la comunidad formada por unos 18 socios – celebra cada miércoles en un local de la calle Coru?a para realizar diferentes pr?cticas, como el buda de la compasi?n o el de la medicina, seg?n relata. Los viernes toca meditaci?n o calma mental, una actividad abierta a todo aquel que esté interesado en acercarse al mundo de la meditaci?n. También se dirigen a los no iniciados las charlas y cursos que ofrecen los maestros tibetanos kagyu cuando vienen a Vigo, de hecho el pr?ximo mes de enero vendr? a Vigo el lama Drubgyu Tenpa, presidente espiritual del templo de Panillo.
“Lo que empez? siendo algo ex?tico se convirti? en una filosof?a de vida que me ha dado libertad de pensamiento y herramientas para encontrar la paz mental”
Aldina Laredo
Masajista
“Una de las cuestiones que m?s me atrajo hacia el budismo en mi b?squeda espiritual es que aqu? hay libertad absoluta, no te imponen en que debes creer, ni siquiera en la reencarnaci?n. En mi caso, las creencias llegaron poco a poco por las meditaciones y las pr?cticas”, explica Laredo, quien suele acudir a encuentros, viajes y actividades de otros linajes del budismo diferentes al que ella practica, tales como la Casa del Tibet en Barcelona, entre otros templos. Al templo de Panillo suele ir una o dos veces al a?o, en la entrada del a?o nuevo tibetano o cuando acude alguno de los lamas a impartir una ense?anza. “Vuelvo con las pilas recargadas y con mucha tranquilidad”, asegura.
Practicar una religi?n minoritaria y en gran medida desconocida en el entorno en que vive nunca ha supuesto un problema para Aldina Laredo. “Mi marido lo ha aceptado desde siempre y cuando vienen los lamas él los lleva y los trae, mis nietos a veces me piden que les explique pero yo quiero darles libertad para que ellos encuentren su camino espiritual, mis amigas al principio me dec?an que me iba a iluminar y en mi trabajo – es masajista estética, de belleza y salud interiores, como ella dice– las clientas que lo saben piensan que por eso soy tan tranquila. Dicen que les doy una perspectiva distinta y algunas se animan a ver al lama cuando viene”, relata.
“Ni promulgo ni oculto que soy budista”, dice el f?sico vigués y profesor de matem?ticas en un instituto Sa?l Estévez. “Somos un grupo abierto pero no nos publicitamos, no siento ansia de compartir, aunque si alguien viene a preguntar, no tengo inconveniente en explicarle qué hacemos y c?mo lo hacemos”, a?ade el responsable del Centro Zen Vigo, quien aclara que oficialmente no es budista, pues recientemente hubo una escisi?n en la escuela zen del templo de la Luz Serena y ya no sigue a su anterior maestro, pero s? se siente como tal.
Su encuentro con la milenaria filosof?a y religi?n originada por la experiencia de Buda se produjo poco después de acabar la carrera universitaria de F?sica. “La religi?n cat?lica – estudié con curas – no llenaba mi necesidad de cubrir ciertos aspectos de mi vida, del sentido y la trascendencia, as? que empecé a buscar respuestas en libros y me llam? la atenci?n uno sobre zen que lleg? a mis manos”, relata. Con el interés ya despertado, acudi? a un retiro en Poio que le permiti? conectar con las ense?anzas de esa rama del budismo en 1997 y desde entonces no ha dejado esa pr?ctica.
Las respuestas que encontr? este vigués no fueron a cuestiones filos?ficas, sino m?s bien a las preguntas que se planteaba sobre el sentido de la vida y la necesidad de encontrar paz y armon?a internas. “Entiendo el budismo como una pr?ctica y una experiencia que aplico a mi d?a a d?a, aunque hay ense?anzas que van m?s all?”, explica Estévez, para quien ser budista “significa, por una parte, adoptar una motivaci?n b?sica en la vida altruista siguiendo una ética basada en no da?ar a los dem?s y ser beneficioso para ellos, y, por otra parte, desarrollar el autoconocimiento, porque el budismo no solo se preocupa de lo que uno dice o hace, sino también de los pensamientos, de las motivaciones que subyacen a los actos. Y para ese ?ltimo aspecto es importante el entrenamiento mental, que es lo que te da la meditaci?n”.
“Cuando hablamos de meditar y autoconocimiento, puede parecer algo de color de rosas y no es as?: uno tiene que confrontarse con cosas que no quiere ver y atravesar capas de sufrimiento”
Sa?l Estévez
F?sico y profesor de instituto
A diferencia del cristianismo, que tiene un enfoque de castigo – “si pecas, Dios te va a castigar” –, el budismo es m?s pr?ctico, seg?n expone Estévez: “Las malas acciones tienen malas consecuencias y al revés;_es el karma, que, simplific?ndolo, es la intenci?n que pones en lo que haces; por tanto trabajar el karma es trabajar la responsabilidad, y la meditaci?n te aporta la sabidur?a para hacerlo”.
Este budista gallego advierte de que hay visiones erradas sobre diversos aspectos relacionados con el budismo. “Cuando hablamos de meditar y conocerse a uno mismo puede parecer muy bonito y de color de rosas, como estar en un balneario, pero no siempre es as?. Uno tiene que confrontarse con cosas que no quiere ver, atravesar todas sus capas de dolor y sufrimiento para sanarlas. Y eso no es f?cil, es como cuando tienes una contractura y el fisioterapeuta te la manipula para deshacértela”.
Aceptar el mundo tal y como es, m?xima que preconiza el budismo, no es sin?nimo de ser pasivo. “Antes de querer cambiar a los dem?s, es preferible sanarse a uno mismo y tal vez entonces cambie tu percepci?n sobre el mundo”, afirma. De hecho, uno de los principales cambios personales que ha experimentando al refugiarse en el budismo tiene que ver con ello. “Antes era muy nervioso, ahora soy m?s tranquilo, uno aprende a evitar guerras y a elegir en qué asuntos meterse, a no ir con actitud de guerrero a una situaci?n, sino con actitud de concordia, de intentar entender al otro”.
El budismo, entendido como una medicina para el sufrimiento existencial, no evita ni mucho menos el dolor. “No puedo decir que ya no sufra, la vida es din?mica y los problemas siguen surgiendo. Lo que s? te da es cierta distancia para llevarlos de otra manera porque uno de los aprendizajes que uno adquiere con la pr?ctica de la meditaci?n es que uno tiene la capacidad para experimentar dolor y al mismo tiempo aceptarlo. Y eso no quiere decir que te quedes pasivo, pero s? saber a que a veces hay situaciones vitales que no puedes evitar, as? que en lugar de pelearte es mejor aceptarlo tratando de buscar una salida”.
Otro concepto que se usa de manera equivocada es, seg?n se?ala Estévez, el del karma. “Se entiende como destino y es m?s las consecuencias de la intenci?n que pones a tus actos”. Tampoco es exactamente una religi?n que exija creer en un dios, pues Buda no lo fue y “aunque hay ramas del budismo que deifican su figura, no es la que me inspira a m?”, explica Estévez. Aceptar la reencarnaci?n como verdad absoluta tampoco es necesario. “Ni creo ni dejo de creer en ella. Ni la descarto ni pongo la mano en el fuego. Adem?s lo que la gente entiende por reencarnaci?n no es lo que dice el budismo; no hay un alma que se transmite de un ser humano a otro, lo de la transmigraci?n es algo m?s complejo que sostiene que cuando uno muere queda una informaci?n que vuelve a influir a un nuevo ser, pero ese nuevo ser no es el anterior reencarnado”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/budismo-acento-gallego-95411783)
Con 33 a?os, en 2004, Tenzing Palmo (por aquel entonces Maripaz Gonz?lez) encontr? a cinco manzanas de su casa en A Coru?a al gu?a espiritual que, sin saberlo, buscaba desde ni?a cuando se formulaba preguntas – sobre el sentido de la vida y qué sucede después de la muerte – para las que la religi?n cat?lica no le ofrec?a respuestas convincentes. Asisti? a una conferencia del que hoy es su maestro, Gueshe Tenzing Tamding, un lama tibetano procedente del monasterio indio de Ganden, sobrino y sucesor de uno de los primeros lamas que vinieron a Occidente. “No recuerdo mucho de qué hablaba en la charla, pero s? la fuerte conexi?n espiritual con él y con la filosof?a budista; era lo que estaba buscando”, recuerda.
“En el budismo encontré las respuestas que no me daba la religi?n cat?lica”
Tenzing Palmo
Monja y arquitecta
“Yo ten?a lo que se llama semillas de vidas pasadas y no necesité razonamiento, el budismo habla de que todos somos seres diferentes, con conexiones diferentes que te llevan por un camino u otro, por eso hay diversidad de religiones, que para mi maestro son las joyas de este mundo porque sirven para cultivar lo que llamamos las mentes y emociones positivas”, explica Tenzing. “Lo bueno del budismo es que es como un self service, mucha gente no cree en el renacimiento pero puede coger de esta filosof?a herramientas para su vida diaria, como por ejemplo el desarrollo de emociones positivas como la paciencia, la compasi?n, la confianza o la sabidur?a. Ese ser?a el primer nivel. Luego si profundizas m?s, accedes a ense?anzas m?s extensas”, expone esta monja budista.
Antes de encontrar a su lama, Tenzing ya hab?a sentido el impulso de retirarse a una vida espiritual, de ah? que no dudara en ordenarse como monja budista y decidiera dejar su trabajo en un estudio de arquitectura y a su pareja e irse al monasterio Chu Sup Tsang, en Ventoselo- San Amaro (Ourense), donde vive desde hace nueve a?os en una comunidad actualmente integrada por otras cuatro monjas (una de ellas también gallega y el resto asi?ticas), cuatro maestros y un monje.
Un d?a normal en el monasterio comienza alrededor de las ocho de la ma?ana con la meditaci?n particular, antes del desayuno, e incluye m?s de diez horas de trabajo, la mayor parte frente al ordenador traduciendo, editando y publicando las ense?anzas del lama.
El resto del tiempo lo ocupan labores de mantenimiento del monasterio, atenci?n al p?blico que realiza consultas a través de redes sociales o asiste a los retiros puntuales, viajes a otros lugares donde disponga el lama, y en el caso, de Tenzing, que adem?s es secretaria y arquitecta de la fundaci?n que gestiona el monasterio, tr?mites para el proyecto de ampliaci?n del centro, que contempla la construcci?n de una biblioteca en la que habr? treinta mil vol?menes de escritos sobre el budismo y las otras religiones, una sala de meditaci?n para unas cuatrocientas personas, casas de retiro y un monumento de 15 metros de alto que representa la mente iluminada de un buda. La financiaci?n proceder? de préstamos personales y donaciones.
“Es el gran proyecto de nuestro lama, el sue?o de su t?o, por eso desde 2009 impartimos los grandes temas de filosof?a con el objetivo de cambiar estados mentales. Estudiamos ciencia de la mente, los niveles, el camino para alcanzar el estado de buda y luego ense??rselo a los dem?s”, comenta Tenzing Palmo.
"Una persona se convierte en budista cuando toma refugio en el Buda, el Darma y la Sanga. Y de ah?, su pr?ctica principal es evitar las diez acciones negativas"
Para explicar a grades rasgos qué supone ser budista, esta monja coru?esa utiliza la met?fora de la medicina. “Un lama, que significa lleno de realizaciones, es como un médico especialista en la mente que nos imparte la medicina del Darma (la ense?anza de Buda) para que podamos eliminar nuestra emociones negativas (mentes de enga?o) con la asistencia de un equipo de enfermer?a (la Sanga o comunidad). Tenemos la enfermedad del enfado, del odio, de la ignorancia, del ego?smo, del miedo, del apego. Nuestra mente es la loca de la casa, como dec?a la madre Teresa de Calcuta. Una persona se convierte en budista cuando toma refugio en el Buda, el Darma y la Sanga. Y de ah?, su pr?ctica principal es evitar las diez acciones negativas: no matar, no robar, no tener conductas sexuales inapropiadas, no mentir, no difamar, no decir palabras insultantes, no a la charlataner?a, no a la malicia, no a la codicia y no a las visiones err?neas”.
Nueve a?os después de su retiro, Tenzing dice no echar de menos nada de la vida que ha dejado atr?s. “Al revés, antes acababa viendo escaparates de tiendas para llenar mis d?as; ahora estoy satisfecha con lo que hago; para poder ayudar a los dem?s, primero hay que ayudarse uno mismo”. El budismo le ha dado las respuestas que buscaba y ahora cree en el karma y la reencarnaci?n. “La vida no termina en la muerte, para el budismo existe una conciencia que se aloja en un cuerpo hasta que éste caduca y después esa conciencia sale al bardo, que es como un aeropuerto internacional donde espera un lugar para renacer, el cual depende de su karma”.
A Aldina Laredo el budismo lleg? a su vida sin ella hacer ning?n prop?sito. “Antes del a?o 2000 empecé a ir a conferencias cuando ven?a alg?n lama a Galicia. Lo que ve?a como algo ex?tico se fue poco a poco convirtiendo en una ayuda para mi d?a a d?a, era algo que en ese momento me dio las herramientas para encontrar la tranquilidad, la paz mental, el no darle tantas vueltas a las cosas. Después se convirti? en una filosof?a de vida y me dio libertad de pensamiento, con lo cual ahora s? puedo decir que soy budista del linaje Kagyu, que tiene un tipo de meditaci?n que te hace reflexionar y entender mejor, sobre todo el sufrimiento”, expresa Aldina Laredo.
Como integrante del centro budista Dag Shan Kagyu de Vigo, dependiente del monasterio hom?nimo ubicado en Panillo, en pleno Pirineo aragonés, Aldina Laredo acude a las reuniones que la sanga – la comunidad formada por unos 18 socios – celebra cada miércoles en un local de la calle Coru?a para realizar diferentes pr?cticas, como el buda de la compasi?n o el de la medicina, seg?n relata. Los viernes toca meditaci?n o calma mental, una actividad abierta a todo aquel que esté interesado en acercarse al mundo de la meditaci?n. También se dirigen a los no iniciados las charlas y cursos que ofrecen los maestros tibetanos kagyu cuando vienen a Vigo, de hecho el pr?ximo mes de enero vendr? a Vigo el lama Drubgyu Tenpa, presidente espiritual del templo de Panillo.
“Lo que empez? siendo algo ex?tico se convirti? en una filosof?a de vida que me ha dado libertad de pensamiento y herramientas para encontrar la paz mental”
Aldina Laredo
Masajista
“Una de las cuestiones que m?s me atrajo hacia el budismo en mi b?squeda espiritual es que aqu? hay libertad absoluta, no te imponen en que debes creer, ni siquiera en la reencarnaci?n. En mi caso, las creencias llegaron poco a poco por las meditaciones y las pr?cticas”, explica Laredo, quien suele acudir a encuentros, viajes y actividades de otros linajes del budismo diferentes al que ella practica, tales como la Casa del Tibet en Barcelona, entre otros templos. Al templo de Panillo suele ir una o dos veces al a?o, en la entrada del a?o nuevo tibetano o cuando acude alguno de los lamas a impartir una ense?anza. “Vuelvo con las pilas recargadas y con mucha tranquilidad”, asegura.
Practicar una religi?n minoritaria y en gran medida desconocida en el entorno en que vive nunca ha supuesto un problema para Aldina Laredo. “Mi marido lo ha aceptado desde siempre y cuando vienen los lamas él los lleva y los trae, mis nietos a veces me piden que les explique pero yo quiero darles libertad para que ellos encuentren su camino espiritual, mis amigas al principio me dec?an que me iba a iluminar y en mi trabajo – es masajista estética, de belleza y salud interiores, como ella dice– las clientas que lo saben piensan que por eso soy tan tranquila. Dicen que les doy una perspectiva distinta y algunas se animan a ver al lama cuando viene”, relata.
“Ni promulgo ni oculto que soy budista”, dice el f?sico vigués y profesor de matem?ticas en un instituto Sa?l Estévez. “Somos un grupo abierto pero no nos publicitamos, no siento ansia de compartir, aunque si alguien viene a preguntar, no tengo inconveniente en explicarle qué hacemos y c?mo lo hacemos”, a?ade el responsable del Centro Zen Vigo, quien aclara que oficialmente no es budista, pues recientemente hubo una escisi?n en la escuela zen del templo de la Luz Serena y ya no sigue a su anterior maestro, pero s? se siente como tal.
Su encuentro con la milenaria filosof?a y religi?n originada por la experiencia de Buda se produjo poco después de acabar la carrera universitaria de F?sica. “La religi?n cat?lica – estudié con curas – no llenaba mi necesidad de cubrir ciertos aspectos de mi vida, del sentido y la trascendencia, as? que empecé a buscar respuestas en libros y me llam? la atenci?n uno sobre zen que lleg? a mis manos”, relata. Con el interés ya despertado, acudi? a un retiro en Poio que le permiti? conectar con las ense?anzas de esa rama del budismo en 1997 y desde entonces no ha dejado esa pr?ctica.
Las respuestas que encontr? este vigués no fueron a cuestiones filos?ficas, sino m?s bien a las preguntas que se planteaba sobre el sentido de la vida y la necesidad de encontrar paz y armon?a internas. “Entiendo el budismo como una pr?ctica y una experiencia que aplico a mi d?a a d?a, aunque hay ense?anzas que van m?s all?”, explica Estévez, para quien ser budista “significa, por una parte, adoptar una motivaci?n b?sica en la vida altruista siguiendo una ética basada en no da?ar a los dem?s y ser beneficioso para ellos, y, por otra parte, desarrollar el autoconocimiento, porque el budismo no solo se preocupa de lo que uno dice o hace, sino también de los pensamientos, de las motivaciones que subyacen a los actos. Y para ese ?ltimo aspecto es importante el entrenamiento mental, que es lo que te da la meditaci?n”.
“Cuando hablamos de meditar y autoconocimiento, puede parecer algo de color de rosas y no es as?: uno tiene que confrontarse con cosas que no quiere ver y atravesar capas de sufrimiento”
Sa?l Estévez
F?sico y profesor de instituto
A diferencia del cristianismo, que tiene un enfoque de castigo – “si pecas, Dios te va a castigar” –, el budismo es m?s pr?ctico, seg?n expone Estévez: “Las malas acciones tienen malas consecuencias y al revés;_es el karma, que, simplific?ndolo, es la intenci?n que pones en lo que haces; por tanto trabajar el karma es trabajar la responsabilidad, y la meditaci?n te aporta la sabidur?a para hacerlo”.
Este budista gallego advierte de que hay visiones erradas sobre diversos aspectos relacionados con el budismo. “Cuando hablamos de meditar y conocerse a uno mismo puede parecer muy bonito y de color de rosas, como estar en un balneario, pero no siempre es as?. Uno tiene que confrontarse con cosas que no quiere ver, atravesar todas sus capas de dolor y sufrimiento para sanarlas. Y eso no es f?cil, es como cuando tienes una contractura y el fisioterapeuta te la manipula para deshacértela”.
Aceptar el mundo tal y como es, m?xima que preconiza el budismo, no es sin?nimo de ser pasivo. “Antes de querer cambiar a los dem?s, es preferible sanarse a uno mismo y tal vez entonces cambie tu percepci?n sobre el mundo”, afirma. De hecho, uno de los principales cambios personales que ha experimentando al refugiarse en el budismo tiene que ver con ello. “Antes era muy nervioso, ahora soy m?s tranquilo, uno aprende a evitar guerras y a elegir en qué asuntos meterse, a no ir con actitud de guerrero a una situaci?n, sino con actitud de concordia, de intentar entender al otro”.
El budismo, entendido como una medicina para el sufrimiento existencial, no evita ni mucho menos el dolor. “No puedo decir que ya no sufra, la vida es din?mica y los problemas siguen surgiendo. Lo que s? te da es cierta distancia para llevarlos de otra manera porque uno de los aprendizajes que uno adquiere con la pr?ctica de la meditaci?n es que uno tiene la capacidad para experimentar dolor y al mismo tiempo aceptarlo. Y eso no quiere decir que te quedes pasivo, pero s? saber a que a veces hay situaciones vitales que no puedes evitar, as? que en lugar de pelearte es mejor aceptarlo tratando de buscar una salida”.
Otro concepto que se usa de manera equivocada es, seg?n se?ala Estévez, el del karma. “Se entiende como destino y es m?s las consecuencias de la intenci?n que pones a tus actos”. Tampoco es exactamente una religi?n que exija creer en un dios, pues Buda no lo fue y “aunque hay ramas del budismo que deifican su figura, no es la que me inspira a m?”, explica Estévez. Aceptar la reencarnaci?n como verdad absoluta tampoco es necesario. “Ni creo ni dejo de creer en ella. Ni la descarto ni pongo la mano en el fuego. Adem?s lo que la gente entiende por reencarnaci?n no es lo que dice el budismo; no hay un alma que se transmite de un ser humano a otro, lo de la transmigraci?n es algo m?s complejo que sostiene que cuando uno muere queda una informaci?n que vuelve a influir a un nuevo ser, pero ese nuevo ser no es el anterior reencarnado”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/budismo-acento-gallego-95411783)