الريــم
11-21-2023, 10:10 AM
Veinte pares de zapatos dan la bienvenida cuando se abre la puerta del piso en el que vive –en el barrio de Collblanc (L’Hospitalet de Llobregat)– un empleado de las obras del Camp Nou. Mamadou es uno de los ocho inquilinos de una vivienda que no supera los 70 metros cuadrados. “Con el dinero que gano es lo ?nico que puedo pagar”, cuenta el joven maliense, de 20 a?os. Como él, los otros trabajadores de las obras del nuevo estadio del Barça entrevistados por El Peri?dico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, comparten similares condiciones de pobreza. “Est? claro que no es la vida que te esperabas en Espa?a, pero no te toca otra que aguantar”, asume Mohamed, que pernocta en un habit?culo abandonado y ruinoso en Manresa (Bages).
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Mohamed, uno de los trabajadores de las obras del Camp Nou, vive entre ruinas.
Manu Mitru / Jordi Otix / Manu Mitru
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Gran parte de los trabajadores de las obras del Camp Nou han huido de ?frica o Asia, escapando de guerras y del hambre, arriesgando su vida en pateras o poniéndolas en las manos de las mafias. Han trabajado sin contrato en el sector ganadero, de jornaleros, en la hosteler?a y en la construcci?n. Viven hacinados en pisos patera o en casas ocupadas ruinosas sin las condiciones m?nimas de higiene. Apenas son conscientes de sus derechos, pero s? tienen la obligaci?n de mantener a sus familias en su pa?s de origen. Por eso tienen miedo de denunciar sus condiciones laborales y perder el empleo.
Una investigaci?n de EL PERI?DICO durante cinco meses ha desvelado la explotaci?n laboral a la que someten a sus trabajadores empresas subcontratadas en las obras del Camp Nou. Pero, ?c?mo son sus vidas? La mayor?a de ellos malviven en la pobreza, a pesar de trabajar m?s de 50 horas semanales. Sus historias, contadas desde el anonimato, reflejan el miedo y los temores, pero también la doble cara de la moneda de la acogida a la inmigraci?n en Espa?a.
Llegada en patera
Mohamed lleg? a Espa?a en patera por la v?a del Atl?ntico. Parti? de Larache (Marruecos) en un cayuco en 1996. Abdala repiti? ese viaje en 1999 desde T?nger. Mamadou, procedente de Mal?, cruz? en cayuco hasta Canarias en 2021. Ibrahim, que también lo hizo en el 2000, parti? desde Dakar (Senegal). Todos lo justifican porque quer?an “una vida mejor”. “So?aba con la vida europea: aqu? hay derechos”, resume Abdala. Mamadou, adem?s, escapaba de la guerra. “Yo era campesino con mi padre en Mal?, pero las guerrillas nos atacaban… Yo solo quer?a escapar de all?, vivir en paz y ayudar a mi familia”, a?ade el joven, veintea?ero, que ha conseguido protecci?n internacional en Barcelona como refugiado.
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La ducha de uno de los obreros del Camp Nou, que no tiene agua corriente y est? en ruinas.
Jordi Otix / Manu Mitru
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El maliense a?n recuerda que su mejor amigo muri? en sus brazos en alta mar. “Estuvimos cinco d?as sin agua ni comida, la gente no aguantaba y acab? muriendo a mi lado”, dice, con los ojos empa?ados. Se encar? al comandante del barco y logr? que el cuerpo de su compa?ero no acabara en el océano. El chico est? enterrado en una fosa en Canarias. ?l mismo fue quien se lo tuvo que comunicar a su madre. “Ha sido de los d?as m?s horrorosos que he vivido”, se sincera.
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Mamadou, en una habitaci?n realquilada, que comparte con otro obrero.
Jordi Otix
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Este joven dej? la escuela a los 8 a?os. Como muchos de los trabajadores de las obras del Camp Nou, que se vieron obligados a trabajar en su pa?s desde ni?os. Muy pocos saben leer en castellano y a?n menos comprender la legislaci?n, cosa que les hace mucho m?s vulnerables a las extorsiones. Abdala y Mohamed, los m?s mayores, han trabajado durante m?s de una década sin papeles ni contrato. Uno ha sido jornalero en Almer?a y en Zaragoza. El otro ha trabajado en granjas y después en la construcci?n.
Extorsiones y accidentes
Mohamed sufri? un accidente laboral en una granja de cerdos en Sant Fruit?s de Bages. Se cay? desde tres metros de altura haciendo una reparaci?n y se clav? un hierro en la pierna. “Me pagaron 200 euros, me dijeron que estuviera calladito y no me volvieron a llamar”. Ni tuvo derecho a la baja ni logr? recuperarse debidamente. Abdala reconoce haber pasado mucha hambre durante los ?ltimos a?os en Espa?a. “No tenemos dinero para pagar un piso ni para nada, solo para comer”, cuenta el hombre, que ha vivido en chabolas y en coches abandonados mientras ha sido pe?n de la construcci?n en Catalunya. Ahora malvive en una casa ocupada (https://www.sport.es/es/temas/ocupacio-1920266) en muy mal estado.
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Mohamed, uno de los obreros del Camp Nou, en su precaria vivienda.
Manu Mitru / Jordi Otix / Manu Mitru
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Hoy, y después de cinco meses trabajando en las obras, Mohamed se quita las botas de trabajo y los pies le tiemblan. “Me duelen mucho”, lamenta, tras diez horas de trabajo y un viaje en tren de dos m?s hasta Manresa. Vive en una casa que se cae a pedazos, donde no hay luz ni agua corriente. Se ducha con garrafas de la fuente entre escombros que hace a?os formaban parte de una pared. La cocina est? mugrienta y la ropa del trabajo se esconde tras montones de basura. “Es que llego tan cansado que solo quiero dormir. Y ma?ana igual”, cuenta el hombre, que se alimenta de bocadillos y latas.
Dormir en el suelo y pagar gastos familiares
Mamadou dice que no puede aguantar m?s las condiciones en las que vive. “A m? me gustar?a tener un cuarto para m? solo”, explica. Desde que sali? del programa estatal de refugio y asilo, comparte una habitaci?n de dos metros cuadrados con un compatriota maliense en Collblanc. “Es muy duro, no puedo descansar con otra persona al lado”. A veces, dice, duerme en el suelo. Unas condiciones muy similares a las que sufren hombres paquistan?s u otros pa?ses asi?ticos que también trabajan en el Camp Nou. “En mi piso vivimos 10 personas”, explica un chico de la India que vive en Santa Coloma de Gramenet. “A m? no me parece mal cobrar mil euros al mes en las obras del Barça: en un bar me pagaban mucho menos, sin contrato, y trabajaba 12 horas al d?a”, se?ala.
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Uno de los obreros del Camp Nou env?a dinero a su familia en ?frica.
Manu Mitru
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Para entender su historia es importante conocer los lazos que les unen con sus or?genes. Todos ellos tienen una deuda con su familia. Cada mes les env?an una peque?a parte de lo poco que ganan. Abdala sufre por su hija, a la que deben practicar una operaci?n ocular, aunqueen casa apenas pueden sufragar la medicaci?n que precisa la ni?a. Mohamed tiene un ni?o diabético y cada mes env?a 500 euros para pagar la insulina que necesita. Mamadou también manda 300 euros mensuales a Mal?. “De m? dependen 47 personas, al menos as? pueden comprar arroz y comer cada d?a”.
Todos son conscientes de que esta no era la vida so?ada que pensaban al llegar a Europa, pero asumen que no tienen escapatoria. “Si lo denuncias, si pides que te paguen m?s, te quedas sin trabajo y a?n es peor”, explica Mohamed. Mamadou sufre por si tiene un accidente y aquellas semanas su familia no puede comer. “No puedo parar de trabajar, ya sé que me va a tocar sufrir. Pero en un tiempo estaré mejor”, dice, esperanzado, el joven, que lleva dos a?os en Espa?a. Mohamed y Abdala, con m?s de 20 a?os en las mismas condiciones, asumen que esto no va a cambiar. “Nos toca aguantar, porque no hay otra opci?n. Si tienes trabajo, puedes sobrevivir. Si no lo tienes, no vives. Esta es la vida en Espa?a para la gente como nosotros”.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/trabajar-obras-camp-nou-vivir-94890170)
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Mohamed, uno de los trabajadores de las obras del Camp Nou, vive entre ruinas.
Manu Mitru / Jordi Otix / Manu Mitru
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Gran parte de los trabajadores de las obras del Camp Nou han huido de ?frica o Asia, escapando de guerras y del hambre, arriesgando su vida en pateras o poniéndolas en las manos de las mafias. Han trabajado sin contrato en el sector ganadero, de jornaleros, en la hosteler?a y en la construcci?n. Viven hacinados en pisos patera o en casas ocupadas ruinosas sin las condiciones m?nimas de higiene. Apenas son conscientes de sus derechos, pero s? tienen la obligaci?n de mantener a sus familias en su pa?s de origen. Por eso tienen miedo de denunciar sus condiciones laborales y perder el empleo.
Una investigaci?n de EL PERI?DICO durante cinco meses ha desvelado la explotaci?n laboral a la que someten a sus trabajadores empresas subcontratadas en las obras del Camp Nou. Pero, ?c?mo son sus vidas? La mayor?a de ellos malviven en la pobreza, a pesar de trabajar m?s de 50 horas semanales. Sus historias, contadas desde el anonimato, reflejan el miedo y los temores, pero también la doble cara de la moneda de la acogida a la inmigraci?n en Espa?a.
Llegada en patera
Mohamed lleg? a Espa?a en patera por la v?a del Atl?ntico. Parti? de Larache (Marruecos) en un cayuco en 1996. Abdala repiti? ese viaje en 1999 desde T?nger. Mamadou, procedente de Mal?, cruz? en cayuco hasta Canarias en 2021. Ibrahim, que también lo hizo en el 2000, parti? desde Dakar (Senegal). Todos lo justifican porque quer?an “una vida mejor”. “So?aba con la vida europea: aqu? hay derechos”, resume Abdala. Mamadou, adem?s, escapaba de la guerra. “Yo era campesino con mi padre en Mal?, pero las guerrillas nos atacaban… Yo solo quer?a escapar de all?, vivir en paz y ayudar a mi familia”, a?ade el joven, veintea?ero, que ha conseguido protecci?n internacional en Barcelona como refugiado.
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La ducha de uno de los obreros del Camp Nou, que no tiene agua corriente y est? en ruinas.
Jordi Otix / Manu Mitru
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El maliense a?n recuerda que su mejor amigo muri? en sus brazos en alta mar. “Estuvimos cinco d?as sin agua ni comida, la gente no aguantaba y acab? muriendo a mi lado”, dice, con los ojos empa?ados. Se encar? al comandante del barco y logr? que el cuerpo de su compa?ero no acabara en el océano. El chico est? enterrado en una fosa en Canarias. ?l mismo fue quien se lo tuvo que comunicar a su madre. “Ha sido de los d?as m?s horrorosos que he vivido”, se sincera.
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Mamadou, en una habitaci?n realquilada, que comparte con otro obrero.
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Extorsiones y accidentes
Mohamed sufri? un accidente laboral en una granja de cerdos en Sant Fruit?s de Bages. Se cay? desde tres metros de altura haciendo una reparaci?n y se clav? un hierro en la pierna. “Me pagaron 200 euros, me dijeron que estuviera calladito y no me volvieron a llamar”. Ni tuvo derecho a la baja ni logr? recuperarse debidamente. Abdala reconoce haber pasado mucha hambre durante los ?ltimos a?os en Espa?a. “No tenemos dinero para pagar un piso ni para nada, solo para comer”, cuenta el hombre, que ha vivido en chabolas y en coches abandonados mientras ha sido pe?n de la construcci?n en Catalunya. Ahora malvive en una casa ocupada (https://www.sport.es/es/temas/ocupacio-1920266) en muy mal estado.
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Mohamed, uno de los obreros del Camp Nou, en su precaria vivienda.
Manu Mitru / Jordi Otix / Manu Mitru
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Dormir en el suelo y pagar gastos familiares
Mamadou dice que no puede aguantar m?s las condiciones en las que vive. “A m? me gustar?a tener un cuarto para m? solo”, explica. Desde que sali? del programa estatal de refugio y asilo, comparte una habitaci?n de dos metros cuadrados con un compatriota maliense en Collblanc. “Es muy duro, no puedo descansar con otra persona al lado”. A veces, dice, duerme en el suelo. Unas condiciones muy similares a las que sufren hombres paquistan?s u otros pa?ses asi?ticos que también trabajan en el Camp Nou. “En mi piso vivimos 10 personas”, explica un chico de la India que vive en Santa Coloma de Gramenet. “A m? no me parece mal cobrar mil euros al mes en las obras del Barça: en un bar me pagaban mucho menos, sin contrato, y trabajaba 12 horas al d?a”, se?ala.
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Uno de los obreros del Camp Nou env?a dinero a su familia en ?frica.
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Para entender su historia es importante conocer los lazos que les unen con sus or?genes. Todos ellos tienen una deuda con su familia. Cada mes les env?an una peque?a parte de lo poco que ganan. Abdala sufre por su hija, a la que deben practicar una operaci?n ocular, aunqueen casa apenas pueden sufragar la medicaci?n que precisa la ni?a. Mohamed tiene un ni?o diabético y cada mes env?a 500 euros para pagar la insulina que necesita. Mamadou también manda 300 euros mensuales a Mal?. “De m? dependen 47 personas, al menos as? pueden comprar arroz y comer cada d?a”.
Todos son conscientes de que esta no era la vida so?ada que pensaban al llegar a Europa, pero asumen que no tienen escapatoria. “Si lo denuncias, si pides que te paguen m?s, te quedas sin trabajo y a?n es peor”, explica Mohamed. Mamadou sufre por si tiene un accidente y aquellas semanas su familia no puede comer. “No puedo parar de trabajar, ya sé que me va a tocar sufrir. Pero en un tiempo estaré mejor”, dice, esperanzado, el joven, que lleva dos a?os en Espa?a. Mohamed y Abdala, con m?s de 20 a?os en las mismas condiciones, asumen que esto no va a cambiar. “Nos toca aguantar, porque no hay otra opci?n. Si tienes trabajo, puedes sobrevivir. Si no lo tienes, no vives. Esta es la vida en Espa?a para la gente como nosotros”.
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