الريــم
11-20-2023, 07:40 PM
El hasta ahora ministro de Inclusi?n, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escriv?, entrega las llaves de la hucha de las pensiones pero no abandona, ni mucho menos, el Gobierno. El arquitecto de la ?ltima reforma del sistema p?blico de prestaciones, que aspira a apuntalar su sostenibilidad durante las pr?ximas décadas, asumir? una nueva cartera, Transformaci?n Digital, con gran parte de las competencias que hasta ahora gestionaba la coordinadora de la pol?tica econ?mica del Ejecutivo: Nadia Calvi?o. A expensas de si esta da o no el salto definitivo a Europa y es elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), en cuyo caso el ministro de las pensiones gana enteros para acabar de absorber su cartera.
José Luis Escriv? Belmonte (Albacete, 1960) ha acometido durante los ?ltimos cuatro a?os la siempre dif?cil y polémica tarea de reformar el sistema p?blico de pensiones. Los efectos del progresivo envejecimiento de la poblaci?n son cada d?a m?s patentes y hoy el Estado abona ya m?s de 10 millones de pensiones contributivas cada mes. Escriv? tuvo que cabalgar entre la reforma previa, que el propio PP desactiv? a medias ante el sonoro rechazo social, y la que él mismo pudo armar, condicionado por los dif?ciles equilibrios dentro de un gobierno en coalici?n y que depend?a de los socios parlamentarios.
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En su curr?culo también figura la creaci?n de la primera renta m?nima de car?cter estatal en la historia de Espa?a: el Ingreso M?nimo Vital (IMV). Un subsidio creado de manera acelerada durante los primeros compases de la pandemia y que combina loas internacionales con cr?ticas internas por las dificultades de acceso que denuncian potenciales receptores, instituciones como la Airef o oenegés.
Funcionario del Banco de Espa?a, estuvo en la sala de m?quinas donde se gest? la transici?n de la peseta al euro, en Fr?ncfort. De all? regres? a Espa?a para dirigir el servicio de estudios del BBVA y, tras un breve paréntesis en el Banco Internacional de Pagos, fue nombrado el primer presidente de la Autoridad Independientemente de Responsabilidad Fiscal (Airef), una especie de ‘Pepito Grillo’ que le dice al erario p?blico como podr?a gastar mejor el dinero de todos.
Y en 2020 Pedro S?nchez lo convenci? para dejar de fiscalizar al Ejecutivo y pasar a comandarlo. Escriv? ha dise?ado y pilotado una reforma de las pensiones que aspira a dejar unos pilares que ning?n otro Ejecutivo deber?a volver a tener que tocar en décadas. Si bien el propio ‘cerebro’ de la operaci?n logr? convencer a Bruselas de ello incluyendo una cl?usula que obligar?, de facto, a futuras reformas.
Escriv? ha mostrado p?blicamente durante esta pasada legislatura el amplio conocimiento econ?mico que ya se le conoc?a en c?rculos m?s reducidos. Una inteligencia que no siempre le ha jugado a favor. Personas que han negociado con él lo definen como una suerte de “cient?fico”, que en su laboratorio encuentra la f?rmula te?rica perfecta que luego chocar con una realidad que debe encajar distintas sensibilidades. M?s técnico que pol?tico, en los dos primeros a?os de legislatura le dimitieron dos secretarios de Estado en la misma semana, vaciados por la exigencia.
M?s técnico que pol?tico
El propio Escriv? ha aprendido a andar entre los vericuetos de la arena pol?tica, a veces a golpe de caerse y con tics propios de alguien poco acostumbrado a las c?maras. El mismo d?a que ten?a que firmar la primera fase de la reforma de las pensiones, para la que obtuvo el apoyo un?nime de patronal y sindicatos, sali? en TVE alimentando el fantasma de futuros recortes en las prestaciones, para sorpresa e incomodo del di?logo social y sus compa?eros de viaje en el Gobierno.
Durante la negociaci?n de los fondos p?blicos de pensiones, una de sus grandes bazas durante la legislatura, casi fracasa en las negociaciones parlamentarias con sus propios socios de Gobierno. Y su pretensi?n de aumentar los a?os cotizados que se computan para calcular la pensi?n, con medias verdades sobre sus planes, le provoc? no pocos encontronazos pol?ticos.
No obstante, su capacidad para adaptarse a los fr?giles equilibrios de la pasada legislatura -aunque no tan fr?giles como los de la actual- le permitieron culminar la primavera pasada el ?ltimo bloque de la reforma de las pensiones. Sorprendi? con un aumento de las obligaciones para las empresas que desnivel? la reforma a favor de las posiciones m?s progresistas y provoc? el rechazo frontal de los empresarios, que durante los pr?ximos a?os ver?n como se les encarecen las contrataciones y que conf?an en que un cambio de ciclo pol?tico evite el m?ximo despliegue de la norma. También ha sido criticada por entidades como la Airef, que él mismo presidi?, ya que entienden que empeora la sostenibilidad del sistema a largo plazo. En el corto, los pensionistas se congratulan que su pensi?n vuelva a subir cada a?o como los precios.
Otra reforma que lleva su sello es la del nuevo sistema de cuotas para los trabajadores aut?nomos, que pretende introducir una cierta progresividad -a m?s beneficio, m?s cotizaci?n-. Este no ha acabado de entusiasmar al colectivo, ya que la bajada para los que menos ingresan es suave y la subida para los que m?s, escasa.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/economia/jose-luis-escriva-arquitecto-pensiones-94854075)
José Luis Escriv? Belmonte (Albacete, 1960) ha acometido durante los ?ltimos cuatro a?os la siempre dif?cil y polémica tarea de reformar el sistema p?blico de pensiones. Los efectos del progresivo envejecimiento de la poblaci?n son cada d?a m?s patentes y hoy el Estado abona ya m?s de 10 millones de pensiones contributivas cada mes. Escriv? tuvo que cabalgar entre la reforma previa, que el propio PP desactiv? a medias ante el sonoro rechazo social, y la que él mismo pudo armar, condicionado por los dif?ciles equilibrios dentro de un gobierno en coalici?n y que depend?a de los socios parlamentarios.
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En su curr?culo también figura la creaci?n de la primera renta m?nima de car?cter estatal en la historia de Espa?a: el Ingreso M?nimo Vital (IMV). Un subsidio creado de manera acelerada durante los primeros compases de la pandemia y que combina loas internacionales con cr?ticas internas por las dificultades de acceso que denuncian potenciales receptores, instituciones como la Airef o oenegés.
Funcionario del Banco de Espa?a, estuvo en la sala de m?quinas donde se gest? la transici?n de la peseta al euro, en Fr?ncfort. De all? regres? a Espa?a para dirigir el servicio de estudios del BBVA y, tras un breve paréntesis en el Banco Internacional de Pagos, fue nombrado el primer presidente de la Autoridad Independientemente de Responsabilidad Fiscal (Airef), una especie de ‘Pepito Grillo’ que le dice al erario p?blico como podr?a gastar mejor el dinero de todos.
Y en 2020 Pedro S?nchez lo convenci? para dejar de fiscalizar al Ejecutivo y pasar a comandarlo. Escriv? ha dise?ado y pilotado una reforma de las pensiones que aspira a dejar unos pilares que ning?n otro Ejecutivo deber?a volver a tener que tocar en décadas. Si bien el propio ‘cerebro’ de la operaci?n logr? convencer a Bruselas de ello incluyendo una cl?usula que obligar?, de facto, a futuras reformas.
Escriv? ha mostrado p?blicamente durante esta pasada legislatura el amplio conocimiento econ?mico que ya se le conoc?a en c?rculos m?s reducidos. Una inteligencia que no siempre le ha jugado a favor. Personas que han negociado con él lo definen como una suerte de “cient?fico”, que en su laboratorio encuentra la f?rmula te?rica perfecta que luego chocar con una realidad que debe encajar distintas sensibilidades. M?s técnico que pol?tico, en los dos primeros a?os de legislatura le dimitieron dos secretarios de Estado en la misma semana, vaciados por la exigencia.
M?s técnico que pol?tico
El propio Escriv? ha aprendido a andar entre los vericuetos de la arena pol?tica, a veces a golpe de caerse y con tics propios de alguien poco acostumbrado a las c?maras. El mismo d?a que ten?a que firmar la primera fase de la reforma de las pensiones, para la que obtuvo el apoyo un?nime de patronal y sindicatos, sali? en TVE alimentando el fantasma de futuros recortes en las prestaciones, para sorpresa e incomodo del di?logo social y sus compa?eros de viaje en el Gobierno.
Durante la negociaci?n de los fondos p?blicos de pensiones, una de sus grandes bazas durante la legislatura, casi fracasa en las negociaciones parlamentarias con sus propios socios de Gobierno. Y su pretensi?n de aumentar los a?os cotizados que se computan para calcular la pensi?n, con medias verdades sobre sus planes, le provoc? no pocos encontronazos pol?ticos.
No obstante, su capacidad para adaptarse a los fr?giles equilibrios de la pasada legislatura -aunque no tan fr?giles como los de la actual- le permitieron culminar la primavera pasada el ?ltimo bloque de la reforma de las pensiones. Sorprendi? con un aumento de las obligaciones para las empresas que desnivel? la reforma a favor de las posiciones m?s progresistas y provoc? el rechazo frontal de los empresarios, que durante los pr?ximos a?os ver?n como se les encarecen las contrataciones y que conf?an en que un cambio de ciclo pol?tico evite el m?ximo despliegue de la norma. También ha sido criticada por entidades como la Airef, que él mismo presidi?, ya que entienden que empeora la sostenibilidad del sistema a largo plazo. En el corto, los pensionistas se congratulan que su pensi?n vuelva a subir cada a?o como los precios.
Otra reforma que lleva su sello es la del nuevo sistema de cuotas para los trabajadores aut?nomos, que pretende introducir una cierta progresividad -a m?s beneficio, m?s cotizaci?n-. Este no ha acabado de entusiasmar al colectivo, ya que la bajada para los que menos ingresan es suave y la subida para los que m?s, escasa.
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