الريــم
11-18-2023, 11:40 AM
?ngeles Caso vive en un pueblo de Le?n, escribiendo (https://www.epe.es/es/cultura/20231118/angeles-caso-nuevo-libro-las-desheredadas-94648330). Detr?s de sus ojos grandes, que parecen abrazar la pantalla que la junta con el entrevistador, hay una mirada serena y a veces intranquila, la de una mujer que se toma en serio el asunto al que ha dedicado gran parte de su vida: develar la injusticia sufrida por las mujeres, en el arte, en la ciencia, en la cultura y, en general, en la vida.
A todas, a todas, las de cualquier condici?n econ?mica o vital, las hiri? un azote lento, la desconsideraci?n de una sociedad machista a la que se le a?adi?, en un n?mero enorme de casos, la afrenta del analfabetismo, que en Espa?a afect? en alto porcentaje (71% en mujeres) hasta principios del siglo XX y que no fue arrancado hasta los a?os ochenta, avanzada la democracia espa?ola.
Esa falla inmensa, y la evidencia de que la lucha por la igualdad a la que ella pertenece a?n est? en vigor, es la que retrae muchas veces la sonrisa con la que recibe las preguntas, hasta que las respuestas la obligan, otra vez, a cambiar su sesgo.
Ella naci? en Gij?n en 1959. Después de importantes trabajos en la televisi?n se ha dedicado s?lo a la literatura. Gan? el premio Planeta, y otros importantes galardones, antes de dedicarse por entero a lo que ahora ya es una importante saga en favor de las mujeres: Las olvidadas (2005), Ellas mismas. Autorretratos de pintoras (2016), Grandes maestras. Mujeres en el arte occidental (2017) y, ahora, Las desheredadas (Lumen, 2023). A ra?z de este libro conversamos.
P. ?Por qué se dedic? al rescate de las mujeres?
R. Es un proceso lento que empez? cuando hice la carrera de Historia del Arte, que terminé en 1981. Era aquella una historia del arte totalmente androcéntrica… Entonces yo aun no militaba en el feminismo, pero aquellas que eran mayores que yo y ya estaban en ello me daban mucha ca?a. As? que me cuestioné entonces si lo que hab?a estudiado era toda la verdad. Por entonces aparecieron en Francia y en Inglaterra los primeros estudios de género y yo aprovechaba los viajes para hacerme con libros que me ilustraran sobre esa pregunta: ?era verdad lo que hab?a estudiado, eran solo hombres los artistas? ?Para saber de arte me faltaba m?s de la mitad de la poblaci?n que se hab?a dedicado a esto! As? que le? y le? y le?, pero no lo hac?a para escribir, sino para responder a mis interrogantes.
P. Empez? en torno a la fecha que se declara como el fin del analfabetismo entre nosotros…
R. Es terrible todo lo que ocurri? con esa brecha. En Espa?a en particular ?bamos muy por detr?s de la mayor parte de los pa?ses europeos. De 1866 hay un censo seg?n el cual s?lo el 12% de las mujeres estaban alfabetizadas aqu?, mientras que en Francia el porcentaje era del 40%... La lucha por la educaci?n de las mujeres fue una lucha de poder, que realmente se abre cuando ellas van alzando la voz y exigiendo que se las eduque… Yo he estado con mujeres que hasta aquellas fechas de los ochenta eran analfabetas y que hasta muy tarde en la vida no hab?an podido leer un libro. En las casas humildes era as?, pero hasta muy tarde en las clases privilegiadas se cuestionaba también si las mujeres ten?an que instruirse.
La educaci?n de las mujeres se plante? como una lucha de poder, también en el ?mbito de las clases populares. Cuanta m?s educaci?n, m?s posibilidad de reflexionar, de saber, m?s acceso a los conocimientos. M?s libertad"
P. ?Qué consecuencias ha tenido para la vida, y para la vida en libertad, este desastre estad?stico y, sobre todo, humano?
R. La educaci?n de las mujeres se plante? como una lucha de poder, también en el ?mbito de las clases populares. Cuanta m?s educaci?n, m?s posibilidad de reflexionar, de saber, m?s acceso a los conocimientos. M?s libertad. Los grandes poderes, incluido el de la Iglesia Cat?lica en Espa?a, tienden al absolutismo y no les interesaba que las mujeres, sobre todo, tuvieran acceso a saber m?s. En Asturias, de donde son mis padres, hubo lugares en los que la escuela lleg? en el siglo XVII para los chicos y la de chicas no se abri? hasta el siglo siguiente. En Europa, en la época feudal, sin embargo, eran las mujeres las que aprend?an porque los hombres iban a la guerra.
https://www.uc-4u.com/clip/876738eb-cede-4704-af84-573c66dd4818_source-aspect-ratio_default_0.jpg
P. En su libro usted cita a do?a Emilio Pardo Baz?n pregunt?ndose qué habr?a sido de su vida si en su tarjeta su nombre hubiera sido Emilio…
R. ?Eso ocurre hoy todav?a! Soy muy consciente de los prejuicios que yo misma he soportado como escritora, como intelectual… Porque yo ten?a el pelo largo y los ojos grandes, hab?a gente que dudaba de mi capacidad intelectual. ?Y en mi casa no se hizo nunca distinciones entre el ?nico var?n y las tres chicas! Yo sacaba buenas notas en Matem?ticas, para llegar luego, cuando ya ten?a m?s de veinte a?os, a sentirme juzgada por mi aspecto. Me llamaban ?o?a o cursi porque era una mujer escribiendo. Eso me dej? fuera de juego y me cost? recuperarme.
Yo nunca hab?a percibido que nadie fuera menospreciada por ser chica. Empecé a percibirlo primero cuando trabajé en televisi?n y después cuando empecé a publicar"
P. ?C?mo se recuper??
R. Con una fuerza de voluntad inmensa, y volviendo a esa seguridad en m? misma que me dieron la infancia y la juventud, ese tesoro que fue aprender la igualdad en casa, en el instituto y en la universidad. Yo nunca hab?a percibido que nadie fuera menospreciada por ser chica. Empecé a percibirlo primero cuando trabajé en televisi?n y después cuando empecé a publicar. Me parec?a ins?lito que me asociaran, siendo una punky, como dice mi hija, con alguien cursi o ?o?o…
P. Si alguien culta como usted llega a tener esas dificultades, imagine el resto que le rodea en peores condiciones…
R. As? es, si yo lo he pasado mal en esta época, imagine lo que pas? con las hermanas Brontë o con la Pardo Baz?n, o Mary Shelley, que tuvo que publicar como ?nonimo su Frankenstein, un mito de la cultura contempor?nea… Me parece que esas vidas son dignas de hero?nas, v?ctimas de irrespeto intelectual por el sexo del que provienen. Es esa injusticia la que he procurado poner de manifiesto en mis libros. Si miramos al pasado a través del relato hist?rico que hemos estudiado vemos que este mundo ha estado protagonizado, para bien y para mal, por hombres. Una historia de hombres enarbolando la espada, mirando por un microscopio o por un telescopio, escribiendo, estableciendo leyes, cortando cabezas… Y, al lado, una masa gris, an?nima, amorfa, que es el género femenino en su conjunto. Todo esto nos cala muy hondo, desde que somos peque?os.
P. Como cit?bamos antes, dice usted al final de 'Las desheredadas': “Estoy segura de que si Emilia [Pardo Baz?n] se hubiera llamado Emilio, si ellas hubieran sido hombres, nosotras no existir?amos. Eso es lo que les debemos, lo que nos han legado, adem?s de la belleza que crearon y la sabidur?a que fueron capaces de compartir: la conciencia de que debemos seguir luchando para ser totalmente libres e iguales, por todas las que vienen detr?s”. Es como un manifiesto…
R. Es un compromiso, una manera de abrazar lo que estas desheredadas han hecho para que seamos m?s libres y mejores. Eso es lo que nos han legado a las que venimos detr?s.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/angeles-caso-llamaban-nona-o-94784426)
A todas, a todas, las de cualquier condici?n econ?mica o vital, las hiri? un azote lento, la desconsideraci?n de una sociedad machista a la que se le a?adi?, en un n?mero enorme de casos, la afrenta del analfabetismo, que en Espa?a afect? en alto porcentaje (71% en mujeres) hasta principios del siglo XX y que no fue arrancado hasta los a?os ochenta, avanzada la democracia espa?ola.
Esa falla inmensa, y la evidencia de que la lucha por la igualdad a la que ella pertenece a?n est? en vigor, es la que retrae muchas veces la sonrisa con la que recibe las preguntas, hasta que las respuestas la obligan, otra vez, a cambiar su sesgo.
Ella naci? en Gij?n en 1959. Después de importantes trabajos en la televisi?n se ha dedicado s?lo a la literatura. Gan? el premio Planeta, y otros importantes galardones, antes de dedicarse por entero a lo que ahora ya es una importante saga en favor de las mujeres: Las olvidadas (2005), Ellas mismas. Autorretratos de pintoras (2016), Grandes maestras. Mujeres en el arte occidental (2017) y, ahora, Las desheredadas (Lumen, 2023). A ra?z de este libro conversamos.
P. ?Por qué se dedic? al rescate de las mujeres?
R. Es un proceso lento que empez? cuando hice la carrera de Historia del Arte, que terminé en 1981. Era aquella una historia del arte totalmente androcéntrica… Entonces yo aun no militaba en el feminismo, pero aquellas que eran mayores que yo y ya estaban en ello me daban mucha ca?a. As? que me cuestioné entonces si lo que hab?a estudiado era toda la verdad. Por entonces aparecieron en Francia y en Inglaterra los primeros estudios de género y yo aprovechaba los viajes para hacerme con libros que me ilustraran sobre esa pregunta: ?era verdad lo que hab?a estudiado, eran solo hombres los artistas? ?Para saber de arte me faltaba m?s de la mitad de la poblaci?n que se hab?a dedicado a esto! As? que le? y le? y le?, pero no lo hac?a para escribir, sino para responder a mis interrogantes.
P. Empez? en torno a la fecha que se declara como el fin del analfabetismo entre nosotros…
R. Es terrible todo lo que ocurri? con esa brecha. En Espa?a en particular ?bamos muy por detr?s de la mayor parte de los pa?ses europeos. De 1866 hay un censo seg?n el cual s?lo el 12% de las mujeres estaban alfabetizadas aqu?, mientras que en Francia el porcentaje era del 40%... La lucha por la educaci?n de las mujeres fue una lucha de poder, que realmente se abre cuando ellas van alzando la voz y exigiendo que se las eduque… Yo he estado con mujeres que hasta aquellas fechas de los ochenta eran analfabetas y que hasta muy tarde en la vida no hab?an podido leer un libro. En las casas humildes era as?, pero hasta muy tarde en las clases privilegiadas se cuestionaba también si las mujeres ten?an que instruirse.
La educaci?n de las mujeres se plante? como una lucha de poder, también en el ?mbito de las clases populares. Cuanta m?s educaci?n, m?s posibilidad de reflexionar, de saber, m?s acceso a los conocimientos. M?s libertad"
P. ?Qué consecuencias ha tenido para la vida, y para la vida en libertad, este desastre estad?stico y, sobre todo, humano?
R. La educaci?n de las mujeres se plante? como una lucha de poder, también en el ?mbito de las clases populares. Cuanta m?s educaci?n, m?s posibilidad de reflexionar, de saber, m?s acceso a los conocimientos. M?s libertad. Los grandes poderes, incluido el de la Iglesia Cat?lica en Espa?a, tienden al absolutismo y no les interesaba que las mujeres, sobre todo, tuvieran acceso a saber m?s. En Asturias, de donde son mis padres, hubo lugares en los que la escuela lleg? en el siglo XVII para los chicos y la de chicas no se abri? hasta el siglo siguiente. En Europa, en la época feudal, sin embargo, eran las mujeres las que aprend?an porque los hombres iban a la guerra.
https://www.uc-4u.com/clip/876738eb-cede-4704-af84-573c66dd4818_source-aspect-ratio_default_0.jpg
P. En su libro usted cita a do?a Emilio Pardo Baz?n pregunt?ndose qué habr?a sido de su vida si en su tarjeta su nombre hubiera sido Emilio…
R. ?Eso ocurre hoy todav?a! Soy muy consciente de los prejuicios que yo misma he soportado como escritora, como intelectual… Porque yo ten?a el pelo largo y los ojos grandes, hab?a gente que dudaba de mi capacidad intelectual. ?Y en mi casa no se hizo nunca distinciones entre el ?nico var?n y las tres chicas! Yo sacaba buenas notas en Matem?ticas, para llegar luego, cuando ya ten?a m?s de veinte a?os, a sentirme juzgada por mi aspecto. Me llamaban ?o?a o cursi porque era una mujer escribiendo. Eso me dej? fuera de juego y me cost? recuperarme.
Yo nunca hab?a percibido que nadie fuera menospreciada por ser chica. Empecé a percibirlo primero cuando trabajé en televisi?n y después cuando empecé a publicar"
P. ?C?mo se recuper??
R. Con una fuerza de voluntad inmensa, y volviendo a esa seguridad en m? misma que me dieron la infancia y la juventud, ese tesoro que fue aprender la igualdad en casa, en el instituto y en la universidad. Yo nunca hab?a percibido que nadie fuera menospreciada por ser chica. Empecé a percibirlo primero cuando trabajé en televisi?n y después cuando empecé a publicar. Me parec?a ins?lito que me asociaran, siendo una punky, como dice mi hija, con alguien cursi o ?o?o…
P. Si alguien culta como usted llega a tener esas dificultades, imagine el resto que le rodea en peores condiciones…
R. As? es, si yo lo he pasado mal en esta época, imagine lo que pas? con las hermanas Brontë o con la Pardo Baz?n, o Mary Shelley, que tuvo que publicar como ?nonimo su Frankenstein, un mito de la cultura contempor?nea… Me parece que esas vidas son dignas de hero?nas, v?ctimas de irrespeto intelectual por el sexo del que provienen. Es esa injusticia la que he procurado poner de manifiesto en mis libros. Si miramos al pasado a través del relato hist?rico que hemos estudiado vemos que este mundo ha estado protagonizado, para bien y para mal, por hombres. Una historia de hombres enarbolando la espada, mirando por un microscopio o por un telescopio, escribiendo, estableciendo leyes, cortando cabezas… Y, al lado, una masa gris, an?nima, amorfa, que es el género femenino en su conjunto. Todo esto nos cala muy hondo, desde que somos peque?os.
P. Como cit?bamos antes, dice usted al final de 'Las desheredadas': “Estoy segura de que si Emilia [Pardo Baz?n] se hubiera llamado Emilio, si ellas hubieran sido hombres, nosotras no existir?amos. Eso es lo que les debemos, lo que nos han legado, adem?s de la belleza que crearon y la sabidur?a que fueron capaces de compartir: la conciencia de que debemos seguir luchando para ser totalmente libres e iguales, por todas las que vienen detr?s”. Es como un manifiesto…
R. Es un compromiso, una manera de abrazar lo que estas desheredadas han hecho para que seamos m?s libres y mejores. Eso es lo que nos han legado a las que venimos detr?s.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/angeles-caso-llamaban-nona-o-94784426)