الريــم
11-13-2023, 08:00 AM
Cuando los polic?as de la UDEV Central y la Comisar?a de Jerez de la Frontera fueron a detener a aquel anciano por matar, descuartizar y tirar a un pozo a una mujer, ya sab?an que tras la inocente apariencia del agricultor jubilado de 78 a?os se escond?a un asesino reincidente. Los agentes que llevaban casi dos meses buscando a Buran Forouzan (https://www.epe.es/es/sucesos/20230801/policia-nacional-ayuda-localizar-desaparecida-90546049), una ciudadana iran? desaparecida, hab?an escarbado en el pasado de Miguel, la ?ltima persona que estuvo con ella. Hab?an descubierto que, antes de instalarse en Jerez, en 2019, hab?a pasado 22 a?os en la c?rcel por intentar acabar dos veces con la vida de su exesposa y por matar a un inmigrante en Almer?a.
"Hay alguien en mi cama"
Por eso, cuando el pasado 27 de agosto Miguel les abri? casi sin ropa la puerta de su casa y les dijo: "hay alguien en mi cama", los agentes se temieron lo peor. En la habitaci?n del hombre, también desnuda, metida entre las s?banas y en una postura sugerente, los polic?as encontraron a su acompa?ante: una exuberante mu?eca "sexual hiperrealista", de tez morena, cuyo precio ronda los 2.500 euros.
El jubilado incluso hab?a presentado a su mu?eca a algunos vecinos, que bromeaban con su "pareja" y la llamaban "la muda"
Los investigadores descubrieron la estrecha relaci?n que el asesino manten?a con su mu?eca. El hombre se la hab?a presentado incluso a algunos vecinos que, entre ellos, bromeaban con la "pareja" de Miguel y la llamaban "la muda". Las pesquisas de los agentes también revelaron la fijaci?n del jubilado por mantener relaciones sexuales con mujeres, algunas de ellas prostitutas, en las que prefer?a que estuviera presente su mu?eca.
Una de esas mujeres acudi? a Miguel poco después de la desaparici?n de su amiga Buran, apenada y preocupada por su paradero. La mujer sab?a que, meses atr?s, Miguel hab?a conocido en un bar a la iran?, de 64 a?os, cuando tras una mala racha, ella hab?a quedado en situaci?n de vulnerabilidad y decidi? instalarse en un albergue de Jerez.
"Mucha gente desaparece y no vuelve"
Lejos de consolar a su amiga, el jubilado le respondi?: "Hay mucha gente que desaparece y no vuelve". Las conversaciones de Miguel con esa mujer hicieron que la polic?a estrechara el cerco sobre él, sobre todo después de escuchar c?mo el hombre, sospechosamente seguro de s? mismo, le dec?a a su amiga que la mujer "no ha aparecido, no va a aparecer".
Para entonces, los agentes hab?an averiguado que el 6 de julio, el d?a que se perdi? el rastro, la mujer hab?a salido del albergue para ir a casa de Miguel. Ambos hab?an mantenido encuentros espor?dicos y, seg?n cont? Buran a su hermana, tras una de sus citas la mujer lleg? a temer por su vida.
"Me voy a ver con este hombre"
Por eso, antes de quedar con Miguel aquel d?a de verano decidi? enviarle un mensaje de audio para avisarla: "Me voy a ver con este hombre. Es el que te conté que una vez mat? a su mujer y ha salido de la c?rcel. Yo ya me escapé una vez de él, que me intent? matar. Cuando salga, en una hora como m?ximo, te llamo". Le mand? también una foto de Miguel y la direcci?n de su casa.
La polic?a descubri? que Buran no sali? de aquella casa con vida. Y su teléfono m?vil tampoco. En un principio, Miguel reconoci? a los agentes que Buran y él estuvieron juntos aquel d?a, pero asegur? que la hab?a dejado, sana y salva, junto a El Corte Inglés de Jerez porque la mujer quer?a hacer unas compras. Las c?maras de seguridad desmintieron su versi?n. No hab?a rastro de la mujer desaparecida en esas calles.
V?deo ID:
94548353
Un jubilado en forma
Con la esperanza de que el sospechoso diera un paso en falso y les llevara hasta donde ten?a a la mujer, los polic?as vigilaron de cerca al hombre, que apenas hablaba con nadie y disfrutaba de la jubilaci?n cultivando su huerto, a las afueras de la ciudad. Los agentes que siguieron sus pasos descubrieron que, pese a su edad, Miguel estaba en forma. Cada d?a se desplazaba en bicicleta hasta sus tierras y pasaba horas trabajando en ellas. Durante semanas, se sinti? tranquilo y a salvo del radar de la polic?a, hasta que en agosto los investigadores encargados del caso intensificaron la b?squeda de Buran en terrenos y pozos de la localidad.
Entonces Miguel se inquiet? y decidi? ir a comprobar el estado del cad?ver. Sin saberlo, acab? llevando a los polic?as hasta la mujer. Los agentes lo siguieron hasta un camino que rodea el Cortijo de Ducha, al norte de la ciudad y muy cerca del enlace con la carretera de acceso al aeropuerto. Lo vieron merodear frente a un pozo seco, semioculto por la maleza, y luego observaron c?mo lanzaba varias piedras a su interior. Poco después, los agentes recuperar?an de ese pozo los restos de la mujer desaparecida (https://www.epe.es/es/sucesos/20230828/cadaver-mujer-hallado-pozo-jerez-desmembrado-91431275#:~:text=El%20cuerpo%20fue%20hallado%20aye r,de%20Jerez%20de%20la%20Frontera&text=El%20cad%C3%A1ver%20de%20la%20mujer%20hallado %20ayer%20domingo%20en%20un,fuentes%20pr%C3%B3xima s%20a%20la%20investigaci%C3%B3n.), que Miguel hab?a desmembrado, repartido en cuatro bolsas y tapado con escombros.
Image ID:
94376668
La policia registra el pozo, a las afueras de Jerez, donde el asesino tir? los restos de su v?ctima. Luego, los tap? con piedras y escombros.
CASO ABIERTO
/clip/91198eed-6ad5-433a-958b-f49f1c5d6e78_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
1366
768
Sangre en la azotea
En la casa de Miguel, la polic?a encontr? sangre en la azotea. También la machota (maza), el cuchillo y la sierra que, seg?n acab? confesando él mismo a varios curtidos polic?as de la UDEV Central desplazados desde Madrid que lograron que derrotara, utiliz? para quitar la vida a la mujer y trocear su cuerpo. "Cuando ella vino a mi casa, le pagué 50 euros para tener sexo con ella, pero después de hacer el acto me dijo que o le daba 500 euros o me denunciaba por violaci?n. Yo le contesté: 'Mal vas conmigo as?' y le ped? que subiera al ?tico a fumar", declar?. Con una tranquilidad pasmosa, Miguel a?adi? ante los agentes: "entonces yo ya ten?a claro que la iba a matar".
Met?dico y ordenado, Miguel construy? el montacargas con el que se mov?a por las dos plantas de su casa. Guardaba en un armario un mont?n de botellas de whisky, seg?n su versi?n, "por si volv?a el covid". Mientras tanto, cada noche se tomaba "media copita" para dormir tranquilo. También le gustaba guardar zapatos de mujer. Entre los que recuper? la polic?a hab?a unas botas del mismo n?mero que utilizaba su ?ltima v?ctima.
Reconstrucci?n del crimen
Tras su detenci?n, el asesino de Buran acept? reconstruir su crimen acompa?ado de la jueza del caso, su abogado y varios polic?as. En la azotea de su casa les reprodujo c?mo acab? con la vida de la mujer: "Ella estaba ah? sentada, yo cog? la machota y le pegué por detr?s en la cabeza cuatro o cinco veces. Entonces, ella cay? al suelo, pero como no se mor?a, le met? con el cuchillo en el pecho, cerca del coraz?n".
Miguel les explic? con todo lujo de detalles c?mo hab?a descuartizado el cuerpo de su v?ctima: "Tardé treinta o cuarenta minutos, no m?s. Si sabes cortar, pues… Yo la tumbé, le met? el tabl?n ah? debajo y empecé a cortar por los tendones. Met?a un poco y cortaba, met?a y cortaba… y as? hasta el final".
Cuando le preguntaron si alguien le hab?a visto meter el cad?ver de la mujer en el maletero de su coche, Miguel respondi? "?Quién va a sospechar de un viejo?"
Durante el tiempo que estuvo recreando el crimen, el hombre solo se alteraba cuando los polic?as o la jueza le preguntaban por algo que él consideraba evidente, como: "?Por qué sab?a usted que estaba muerta?". ?l responde, visiblemente enfadado: "vamos a ver, porque no se mov?a". También se irrita cuando la magistrada le pregunta por qué se deshizo del cuerpo de la mujer en aquel pozo: "Hombre, no lo iba a dejar en mi casa…". Incluso se permite ironizar cuando tiene que explicar por qué, tras el crimen, volvi? al pozo donde hab?a escondido el cad?ver: "Fui all? a pasear. ?No pensaréis que volv? por si (ella) hab?a vuelto a vivir, no?".
El resto del tiempo en que est? explicando su ?ltimo crimen, Miguel est? sereno, solo se queja cuando tiene que repetir o puntualizar cuestiones que le pide la jueza, que contin?a, firme, su interrogatorio: "?No le vio ning?n vecino meter las bolsas en el maletero de su coche?". Miguel la mira, cansado, y responde: "En verano, a las cuatro de la tarde, no hay nadie en la calle. Y adem?s, ?Quién va a sospechar que un viejo lleva ah? metido un cuerpo? ?Quién va a parar a un viejo?".
Tres a?os en la calle
Aquella fue la ?ltima vez que el asesino de Buran accedi? a hablar. Ya hab?a pasado 22 a?os en la c?rcel, entre 1997 y 2019, por matar a un vecino, un inmigrante con el que discuti? en un bar, y tratar de acabar dos veces con la vida de su ex mujer.
De regreso a prisi?n, apenas tres a?os después de recuperar la libertad y de iniciar una nueva vida con los "40 o 50 mil euros" que ahorr? los m?s de veinte a?os que estuvo entre rejas, no ha vuelto a colaborar con los investigadores. Antes de que se lo llevaran detenido, s? que hizo una ?ltima petici?n a los polic?as que registraron su habitaci?n: "por favor, cuidad de mi mu?eca".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sucesos/asesino-jerez-irani-pozo-muneca-94548450)
"Hay alguien en mi cama"
Por eso, cuando el pasado 27 de agosto Miguel les abri? casi sin ropa la puerta de su casa y les dijo: "hay alguien en mi cama", los agentes se temieron lo peor. En la habitaci?n del hombre, también desnuda, metida entre las s?banas y en una postura sugerente, los polic?as encontraron a su acompa?ante: una exuberante mu?eca "sexual hiperrealista", de tez morena, cuyo precio ronda los 2.500 euros.
El jubilado incluso hab?a presentado a su mu?eca a algunos vecinos, que bromeaban con su "pareja" y la llamaban "la muda"
Los investigadores descubrieron la estrecha relaci?n que el asesino manten?a con su mu?eca. El hombre se la hab?a presentado incluso a algunos vecinos que, entre ellos, bromeaban con la "pareja" de Miguel y la llamaban "la muda". Las pesquisas de los agentes también revelaron la fijaci?n del jubilado por mantener relaciones sexuales con mujeres, algunas de ellas prostitutas, en las que prefer?a que estuviera presente su mu?eca.
Una de esas mujeres acudi? a Miguel poco después de la desaparici?n de su amiga Buran, apenada y preocupada por su paradero. La mujer sab?a que, meses atr?s, Miguel hab?a conocido en un bar a la iran?, de 64 a?os, cuando tras una mala racha, ella hab?a quedado en situaci?n de vulnerabilidad y decidi? instalarse en un albergue de Jerez.
"Mucha gente desaparece y no vuelve"
Lejos de consolar a su amiga, el jubilado le respondi?: "Hay mucha gente que desaparece y no vuelve". Las conversaciones de Miguel con esa mujer hicieron que la polic?a estrechara el cerco sobre él, sobre todo después de escuchar c?mo el hombre, sospechosamente seguro de s? mismo, le dec?a a su amiga que la mujer "no ha aparecido, no va a aparecer".
Para entonces, los agentes hab?an averiguado que el 6 de julio, el d?a que se perdi? el rastro, la mujer hab?a salido del albergue para ir a casa de Miguel. Ambos hab?an mantenido encuentros espor?dicos y, seg?n cont? Buran a su hermana, tras una de sus citas la mujer lleg? a temer por su vida.
"Me voy a ver con este hombre"
Por eso, antes de quedar con Miguel aquel d?a de verano decidi? enviarle un mensaje de audio para avisarla: "Me voy a ver con este hombre. Es el que te conté que una vez mat? a su mujer y ha salido de la c?rcel. Yo ya me escapé una vez de él, que me intent? matar. Cuando salga, en una hora como m?ximo, te llamo". Le mand? también una foto de Miguel y la direcci?n de su casa.
La polic?a descubri? que Buran no sali? de aquella casa con vida. Y su teléfono m?vil tampoco. En un principio, Miguel reconoci? a los agentes que Buran y él estuvieron juntos aquel d?a, pero asegur? que la hab?a dejado, sana y salva, junto a El Corte Inglés de Jerez porque la mujer quer?a hacer unas compras. Las c?maras de seguridad desmintieron su versi?n. No hab?a rastro de la mujer desaparecida en esas calles.
V?deo ID:
94548353
Un jubilado en forma
Con la esperanza de que el sospechoso diera un paso en falso y les llevara hasta donde ten?a a la mujer, los polic?as vigilaron de cerca al hombre, que apenas hablaba con nadie y disfrutaba de la jubilaci?n cultivando su huerto, a las afueras de la ciudad. Los agentes que siguieron sus pasos descubrieron que, pese a su edad, Miguel estaba en forma. Cada d?a se desplazaba en bicicleta hasta sus tierras y pasaba horas trabajando en ellas. Durante semanas, se sinti? tranquilo y a salvo del radar de la polic?a, hasta que en agosto los investigadores encargados del caso intensificaron la b?squeda de Buran en terrenos y pozos de la localidad.
Entonces Miguel se inquiet? y decidi? ir a comprobar el estado del cad?ver. Sin saberlo, acab? llevando a los polic?as hasta la mujer. Los agentes lo siguieron hasta un camino que rodea el Cortijo de Ducha, al norte de la ciudad y muy cerca del enlace con la carretera de acceso al aeropuerto. Lo vieron merodear frente a un pozo seco, semioculto por la maleza, y luego observaron c?mo lanzaba varias piedras a su interior. Poco después, los agentes recuperar?an de ese pozo los restos de la mujer desaparecida (https://www.epe.es/es/sucesos/20230828/cadaver-mujer-hallado-pozo-jerez-desmembrado-91431275#:~:text=El%20cuerpo%20fue%20hallado%20aye r,de%20Jerez%20de%20la%20Frontera&text=El%20cad%C3%A1ver%20de%20la%20mujer%20hallado %20ayer%20domingo%20en%20un,fuentes%20pr%C3%B3xima s%20a%20la%20investigaci%C3%B3n.), que Miguel hab?a desmembrado, repartido en cuatro bolsas y tapado con escombros.
Image ID:
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La policia registra el pozo, a las afueras de Jerez, donde el asesino tir? los restos de su v?ctima. Luego, los tap? con piedras y escombros.
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Sangre en la azotea
En la casa de Miguel, la polic?a encontr? sangre en la azotea. También la machota (maza), el cuchillo y la sierra que, seg?n acab? confesando él mismo a varios curtidos polic?as de la UDEV Central desplazados desde Madrid que lograron que derrotara, utiliz? para quitar la vida a la mujer y trocear su cuerpo. "Cuando ella vino a mi casa, le pagué 50 euros para tener sexo con ella, pero después de hacer el acto me dijo que o le daba 500 euros o me denunciaba por violaci?n. Yo le contesté: 'Mal vas conmigo as?' y le ped? que subiera al ?tico a fumar", declar?. Con una tranquilidad pasmosa, Miguel a?adi? ante los agentes: "entonces yo ya ten?a claro que la iba a matar".
Met?dico y ordenado, Miguel construy? el montacargas con el que se mov?a por las dos plantas de su casa. Guardaba en un armario un mont?n de botellas de whisky, seg?n su versi?n, "por si volv?a el covid". Mientras tanto, cada noche se tomaba "media copita" para dormir tranquilo. También le gustaba guardar zapatos de mujer. Entre los que recuper? la polic?a hab?a unas botas del mismo n?mero que utilizaba su ?ltima v?ctima.
Reconstrucci?n del crimen
Tras su detenci?n, el asesino de Buran acept? reconstruir su crimen acompa?ado de la jueza del caso, su abogado y varios polic?as. En la azotea de su casa les reprodujo c?mo acab? con la vida de la mujer: "Ella estaba ah? sentada, yo cog? la machota y le pegué por detr?s en la cabeza cuatro o cinco veces. Entonces, ella cay? al suelo, pero como no se mor?a, le met? con el cuchillo en el pecho, cerca del coraz?n".
Miguel les explic? con todo lujo de detalles c?mo hab?a descuartizado el cuerpo de su v?ctima: "Tardé treinta o cuarenta minutos, no m?s. Si sabes cortar, pues… Yo la tumbé, le met? el tabl?n ah? debajo y empecé a cortar por los tendones. Met?a un poco y cortaba, met?a y cortaba… y as? hasta el final".
Cuando le preguntaron si alguien le hab?a visto meter el cad?ver de la mujer en el maletero de su coche, Miguel respondi? "?Quién va a sospechar de un viejo?"
Durante el tiempo que estuvo recreando el crimen, el hombre solo se alteraba cuando los polic?as o la jueza le preguntaban por algo que él consideraba evidente, como: "?Por qué sab?a usted que estaba muerta?". ?l responde, visiblemente enfadado: "vamos a ver, porque no se mov?a". También se irrita cuando la magistrada le pregunta por qué se deshizo del cuerpo de la mujer en aquel pozo: "Hombre, no lo iba a dejar en mi casa…". Incluso se permite ironizar cuando tiene que explicar por qué, tras el crimen, volvi? al pozo donde hab?a escondido el cad?ver: "Fui all? a pasear. ?No pensaréis que volv? por si (ella) hab?a vuelto a vivir, no?".
El resto del tiempo en que est? explicando su ?ltimo crimen, Miguel est? sereno, solo se queja cuando tiene que repetir o puntualizar cuestiones que le pide la jueza, que contin?a, firme, su interrogatorio: "?No le vio ning?n vecino meter las bolsas en el maletero de su coche?". Miguel la mira, cansado, y responde: "En verano, a las cuatro de la tarde, no hay nadie en la calle. Y adem?s, ?Quién va a sospechar que un viejo lleva ah? metido un cuerpo? ?Quién va a parar a un viejo?".
Tres a?os en la calle
Aquella fue la ?ltima vez que el asesino de Buran accedi? a hablar. Ya hab?a pasado 22 a?os en la c?rcel, entre 1997 y 2019, por matar a un vecino, un inmigrante con el que discuti? en un bar, y tratar de acabar dos veces con la vida de su ex mujer.
De regreso a prisi?n, apenas tres a?os después de recuperar la libertad y de iniciar una nueva vida con los "40 o 50 mil euros" que ahorr? los m?s de veinte a?os que estuvo entre rejas, no ha vuelto a colaborar con los investigadores. Antes de que se lo llevaran detenido, s? que hizo una ?ltima petici?n a los polic?as que registraron su habitaci?n: "por favor, cuidad de mi mu?eca".
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