الريــم
11-05-2023, 02:30 PM
Una pintura inmensa, pero intimista. Un estilo aparentemente sencillo, pero profundo. El pintor estadounidense Mark Rothko (1903-1970) fue un artista de contrastes. La historia del arte lo ha consagrado como uno de los grandes maestros del expresionismo abstracto, junto con Jackson Pollock y Willem de Kooning. Pero a lo largo de su carrera desarroll? un lenguaje pict?rico muy personal, inconfundible. Es una de las lecciones m?s evidentes de la amplia retrospectiva que la Fundaci?n Louis Vuitton (https://www.sport.es/es/temas/louis-vuitton-1866223) le dedica a Rothko.
Esta importante instituci?n cultural privada, ubicada en el bosque de Boulogne (en el oeste de Par?s), expone hasta principios de abril 115 cuadros de uno de los grandes artistas de la segunda mitad del siglo XX. Muchos de ellos han llegado a Europa desde museos estadounidenses y 13 proceden de colecciones privadas. No solo se trata de la muestra m?s ambiciosa dedicada a Rothko en las ?ltimas décadas en Francia, sino también una de las m?s destacadas de este oto?o e invierno en la capital francesa.
Setenta a?os después de haber alcanzado su plenitud art?stica, los cuadros abstractos de Rothko percuten y generan fascinaci?n. Y eso que en su momento hab?an sido menospreciados por la cr?tica. “Una especie de efecto Mondrian de tipo fluido, en el abandono de las l?neas y los contornos”, escrib?a en 1950 con un tono despectivo el cr?tico de arte Howard Devree en el New York Times, en que comparaba sus obras con las del artista neerlandés, otro de los precursores de la abstracci?n pict?rica.
“La eliminaci?n de todos los obst?culos”
Uno de los momentos clave en la trayectoria de Rothko fue el abandono de la figuraci?n humana y de cualquier reminiscencia mimética a la realidad. “El trabajo del pintor evoluciona con el paso del tiempo hacia una mayor claridad, hacia la eliminaci?n de todos los obst?culos entre el pintor (https://www.sport.es/es/temas/pintor-1882214) y la idea, entre la idea y el espectador”, aseguraba en 1949 el artista estadounidense en la revista The Tiger’s Eye. Ese proceso lo llev? a la abstracci?n. Pero antes de alcanzar su madurez art?stica, pas? por un aprendizaje de varias décadas. As? se evidencia en esta retrospectiva en Par?s.
Nacido en 1903 en el seno de una familia jud?a en la ciudad de Dvinsk (actualmente Letonia) en el Imperio Ruso, emigr? con apenas diez a?os a Estados Unidos. All? empez? a estudiar en la universidad de Yale, pero r?pidamente abandon? los estudios universitarios y se fue a vivir a Nueva York para iniciar una carrera como artista. La primera sala de la exposici?n est? dedicada a los primeros cuadros pintados en la década de 1930. Admirador de Matisse, Rothko intentaba retratar la modernidad neoyorkina a través de un estilo figurativo y expresionista. “Formo parte de una generaci?n que se interesa mucho a la figura humana. Pero esta no se adec?a a mis necesidades. Cuando la represento, la mutilo”, escrib?a entonces un frustrado Rothko.
Sus primeros cuadros no eran nada del otro mundo. Tras esa primera etapa expresionista, en la década siguiente se dedic? a un arte mitol?gico, con una evidente influencia por parte de Picasso. Su estilo oscilaba entre el simbolismo y el surrealismo, tan en boga en ese momento. As? se refleja en obras como Ant?gona de 1941 o el Sacrificio de Ifigenia de 1942. Aunque entonces Rothko ya hab?a escrito un tratado sobre el arte, sus creaciones no despuntaban.
De hecho, lo m?s interesante de ese periodo es la constataci?n de que, aunque el estadounidense imitaba estilos ajenos, ya sobresal?an en sus pinturas aquellos rasgos que caracterizar?an su estilo abstracto a?os m?s tarde. Por ejemplo, una cierta predisposici?n por la técnica del sfumato y una pintura difusa. Incluso se podr?a calificar de atmosférica.
Un lenguaje pict?rico ?nico pero universal
Fue a partir de la década de 1950 en que Rothko abandon? completamente la figuraci?n y adopt? su distintivo estilo abstracto. Pint? decenas y decenas de composiciones con tres rect?ngulos horizontales sobre un fondo con otra variaci?n crom?tica. Esos cuadros ganaron en tama?o, se volvieron m?s inmensos. Al mismo tiempo, dej? de ponerles un t?tulo. En la Fundaci?n Louis Vuitton se pueden observar decenas de obras de este periodo calificado de “cl?sico” por los especialistas de Rothko. Al artista estadounidense, en cambio, no le gustaba hablar sobre sus obras. Prefer?a que estas se comunicaran directamente con el espectador.
Los cuadros para el Four Seasons
“He encerrado la violencia m?s absoluta en cada cent?metro delimitado de su superficie”, escrib?a Rothko en plena madurez art?stica. En esa cita, recordada en la exposici?n, parec?a resumir la famosa dualidad entre lo apol?neo (el orden y la simetr?a) y lo dionis?aco (éxtasis y violencia) sobre la que reflexion? Friedrich Nietzsche. El artista estadounidense también fue en esos a?os un lector asiduo del te?logo danés Soren Kierkegaard, uno de los precursores en el siglo XIX del pensamiento existencialista. Con su arte abstracto, Rothko no buscaba la autenticidad formal, sino interpelar sobre la condici?n humana. Sus cuadros resultan m?sica pict?rica. Ofrecen un viaje contemplativo sugerente tanto para las mentes creyentes como para los esp?ritus profanos sensibles.
Otro acierto de la exposici?n es mostrar las variaciones y cambios que hubo durante esa etapa “cl?sica”. Una de las salas est? dedicada a los monumentales cuadros que Rothko pint? para el restaurante neoyorkino The Four Seasons, pero que al final terminaron expuestos en una sala espec?fica en la Tate Modern de Londres, donde se los compara con el arte de William Turner (1775-1851, al que tanto admiraba el estadounidense.
Estos lienzos pintados con rect?ngulos verticales negros y distintas graduaciones del granate son de los m?s potentes de toda la muestra, as? como otra sala con lienzos pintados ?nicamente con variaciones del negro y el marr?n. Sin duda, una demostraci?n del talento de Rothko, capaz de desarrollar un lenguaje pict?rico universal. Todo un genio al que se podr? contemplar en Par?s hasta el 2 de abril.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/paris-sumerge-espiritualidad-pictorica-mark-rothko-94232860)
Esta importante instituci?n cultural privada, ubicada en el bosque de Boulogne (en el oeste de Par?s), expone hasta principios de abril 115 cuadros de uno de los grandes artistas de la segunda mitad del siglo XX. Muchos de ellos han llegado a Europa desde museos estadounidenses y 13 proceden de colecciones privadas. No solo se trata de la muestra m?s ambiciosa dedicada a Rothko en las ?ltimas décadas en Francia, sino también una de las m?s destacadas de este oto?o e invierno en la capital francesa.
Setenta a?os después de haber alcanzado su plenitud art?stica, los cuadros abstractos de Rothko percuten y generan fascinaci?n. Y eso que en su momento hab?an sido menospreciados por la cr?tica. “Una especie de efecto Mondrian de tipo fluido, en el abandono de las l?neas y los contornos”, escrib?a en 1950 con un tono despectivo el cr?tico de arte Howard Devree en el New York Times, en que comparaba sus obras con las del artista neerlandés, otro de los precursores de la abstracci?n pict?rica.
“La eliminaci?n de todos los obst?culos”
Uno de los momentos clave en la trayectoria de Rothko fue el abandono de la figuraci?n humana y de cualquier reminiscencia mimética a la realidad. “El trabajo del pintor evoluciona con el paso del tiempo hacia una mayor claridad, hacia la eliminaci?n de todos los obst?culos entre el pintor (https://www.sport.es/es/temas/pintor-1882214) y la idea, entre la idea y el espectador”, aseguraba en 1949 el artista estadounidense en la revista The Tiger’s Eye. Ese proceso lo llev? a la abstracci?n. Pero antes de alcanzar su madurez art?stica, pas? por un aprendizaje de varias décadas. As? se evidencia en esta retrospectiva en Par?s.
Nacido en 1903 en el seno de una familia jud?a en la ciudad de Dvinsk (actualmente Letonia) en el Imperio Ruso, emigr? con apenas diez a?os a Estados Unidos. All? empez? a estudiar en la universidad de Yale, pero r?pidamente abandon? los estudios universitarios y se fue a vivir a Nueva York para iniciar una carrera como artista. La primera sala de la exposici?n est? dedicada a los primeros cuadros pintados en la década de 1930. Admirador de Matisse, Rothko intentaba retratar la modernidad neoyorkina a través de un estilo figurativo y expresionista. “Formo parte de una generaci?n que se interesa mucho a la figura humana. Pero esta no se adec?a a mis necesidades. Cuando la represento, la mutilo”, escrib?a entonces un frustrado Rothko.
Sus primeros cuadros no eran nada del otro mundo. Tras esa primera etapa expresionista, en la década siguiente se dedic? a un arte mitol?gico, con una evidente influencia por parte de Picasso. Su estilo oscilaba entre el simbolismo y el surrealismo, tan en boga en ese momento. As? se refleja en obras como Ant?gona de 1941 o el Sacrificio de Ifigenia de 1942. Aunque entonces Rothko ya hab?a escrito un tratado sobre el arte, sus creaciones no despuntaban.
De hecho, lo m?s interesante de ese periodo es la constataci?n de que, aunque el estadounidense imitaba estilos ajenos, ya sobresal?an en sus pinturas aquellos rasgos que caracterizar?an su estilo abstracto a?os m?s tarde. Por ejemplo, una cierta predisposici?n por la técnica del sfumato y una pintura difusa. Incluso se podr?a calificar de atmosférica.
Un lenguaje pict?rico ?nico pero universal
Fue a partir de la década de 1950 en que Rothko abandon? completamente la figuraci?n y adopt? su distintivo estilo abstracto. Pint? decenas y decenas de composiciones con tres rect?ngulos horizontales sobre un fondo con otra variaci?n crom?tica. Esos cuadros ganaron en tama?o, se volvieron m?s inmensos. Al mismo tiempo, dej? de ponerles un t?tulo. En la Fundaci?n Louis Vuitton se pueden observar decenas de obras de este periodo calificado de “cl?sico” por los especialistas de Rothko. Al artista estadounidense, en cambio, no le gustaba hablar sobre sus obras. Prefer?a que estas se comunicaran directamente con el espectador.
Los cuadros para el Four Seasons
“He encerrado la violencia m?s absoluta en cada cent?metro delimitado de su superficie”, escrib?a Rothko en plena madurez art?stica. En esa cita, recordada en la exposici?n, parec?a resumir la famosa dualidad entre lo apol?neo (el orden y la simetr?a) y lo dionis?aco (éxtasis y violencia) sobre la que reflexion? Friedrich Nietzsche. El artista estadounidense también fue en esos a?os un lector asiduo del te?logo danés Soren Kierkegaard, uno de los precursores en el siglo XIX del pensamiento existencialista. Con su arte abstracto, Rothko no buscaba la autenticidad formal, sino interpelar sobre la condici?n humana. Sus cuadros resultan m?sica pict?rica. Ofrecen un viaje contemplativo sugerente tanto para las mentes creyentes como para los esp?ritus profanos sensibles.
Otro acierto de la exposici?n es mostrar las variaciones y cambios que hubo durante esa etapa “cl?sica”. Una de las salas est? dedicada a los monumentales cuadros que Rothko pint? para el restaurante neoyorkino The Four Seasons, pero que al final terminaron expuestos en una sala espec?fica en la Tate Modern de Londres, donde se los compara con el arte de William Turner (1775-1851, al que tanto admiraba el estadounidense.
Estos lienzos pintados con rect?ngulos verticales negros y distintas graduaciones del granate son de los m?s potentes de toda la muestra, as? como otra sala con lienzos pintados ?nicamente con variaciones del negro y el marr?n. Sin duda, una demostraci?n del talento de Rothko, capaz de desarrollar un lenguaje pict?rico universal. Todo un genio al que se podr? contemplar en Par?s hasta el 2 de abril.
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