الريــم
11-02-2023, 07:20 PM
Apenas se conoc?an cuando, la madrugada del pasado 15 de octubre, se montaron en una patera abarrotada en la costa de Argelia. Haber estado juntos al filo de la muerte les ha unido de por vida. Mohamadou O., Ibrahim, Mohamadou G., Mamadou, Mahamadou y Didugouba son seis j?venes de 20 a 35 a?os procedentes de Mal? que llegaron a Espa?a en patera y fueron sido reubicados en Catalu?a hace dos semanas. Ellos no vienen de las Islas Canarias, sino que desembarcaron en las Baleares, la otra gran ruta de acceso a Europa. Pero su pesar es el mismo: el miedo les invade al pensar que en dos semanas se tendr?n que ir a la calle porque les resulta imposible pedir asilo en Barcelona. Solo les consuela pensar que en su pa?s podr?an estar?an muertos.
Catalu?a no est? acogiendo tan solo a migrantes procedentes de las Islas Canarias. Tambien lo hace con los que llegan a Baleares. Este a?o ya son m?s de 2.000 los que han llegado a Europa a través de la moral ruta que une Argelia con las islas. No todos los consiguieron, como demostr? el cuerpo de la peque?a Lilia, hallado este verano en la playa de Roda de Berà. "La patera es una de las cosas m?s duras que he vivido: pensé que me morir?a", se sincera Momahadiu O. al recordar los tres d?as em alta mar. No es que no pudiera dormir ni que tuviera miedo de perderse a la deriva. "En menos de 24 horas nos quedamos sin gasoil, sin agua y sin comida. No sé c?mo aguanté pero cuando llegamos apenas pod?a andar", aclara el mismo joven, de 23 a?os.
Image ID:
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Mohamadou O., Ibrahim, Mahamadou G., Mamadou, Mohamadou G y Diougouba, procedentes de Mali, conversando cerca de la playa de Badalona este miércoles.
Jordi Cotrina
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"No sé muy bien c?mo, pero sobrevivimos", a?ade Ibrahim, nacido en 2001. Los dos chicos abrazan y se miran con sonrisas c?mplices cuando recuerdan el barco de Salvamento Mar?timo que los intercept? a la deriva y los llev? hasta Palma de Mallorca, una ciudad que muchos de ellos confunden con Las Palmas de Gran Canaria, de ah? la confusi?n. También inolvidable la primera llamada a casa al pisar tierra europea. Algunos de los j?venes escaparon de Mal? sin explicar que se iban a jugar la vida en el mar. La familia ya los daba por muertos. Otros reconocen que su destino ya estaba escrito. "Al hermano mayor le toca migrar a Europa para ayudar a la familia", dice Mamadou.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Apenas hablan francés, ninguno de ellos ha podido ir a la escuela ni estudiar porque en casa no sobraba el dinero. Desde peque?os trabajan en el campo o en la construcci?n. Se expresan en 'soninke' y gracias a un compatriota logran hacerse entender en espa?ol. El que traduce les escucha con el coraz?n en un pu?o. ?l tuvo que presenciar la muerte de su mejor amigo en un cayuco camino a Las Canarias hace dos a?os. O?r ahora otra vez las mismas historias le revuelve el est?mago.
Image ID:
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Los seis jovenes malienses cruzan las v?as del tren en Badalona.
Jordi Cotrina
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"Nos duele mucho hablar de esto pero es la ?nica forma que tenemos para que alguien nos ayude", insiste Mohamadou G., el mayor del grupo. Es el ?nico que se atrave a explicar su traves?a en el desierto del Sahel y del S?hara. "Nos met?an a todos los negros en un autob?s: nos robaban y nos dec?an, que si no hac?amos lo que quer?an, nos matar?an", cuenta el mayor. Hay un recuerdo que le rompe: cuando lo amenazaron con un cuchillo: "Me dijeron que me iban a degollar como a un animal".
M?s informaci?n (Auto)
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Después del drama en el desierto vino el del mar. Pero dice que aquellos miedos ya los ha dejado atr?s. Ahora Mohamadou G. tiene otro temor: de quedarse en la calle en Barcelona. "Llevamos dos semanas en Catalunya y no hay manera de conseguir cita para pedir asilo, en dos semanas la Cruz Roja nos echa a la calle y no sé qué puedo hacer. Ya est? empezando el fr?o". Ninguno de ellos tiene familiares o amigos en Catalunya. Solo se arropan entre ellos, inseparables.
"?T? puedes conseguir que no nos quedemos en la calle?", insiste Mohamadou. Didugouba , otro compa?ero maliense, le mira a los ojos. Su respuesta hiela la sangre. "No pasa nada, yo prefiero dormir en la calle en Espa?a que quedarme en Mal?. Aqu? al menos no nos matar?n". El resto del grupo asiente. Todos ellos han escapado del pa?s huyendo del conflicto armado que persiste desde hace a?os. "All? no estamos seguros: hay armas, hay guerra. Cuando sales de casa no sabes si vas a volver. Yo sé que aqu? no me van a matar, aunque esté en la calle", sigue.
Su historia vuelve a mostrar el doble rasero para los solicitantes de asilo y protecci?n internacional en Espa?a. Muy evidente si se compara con las v?ctimas de la guerra de Ucrania. Entonces, pr?cticamente todos los refugiados entraron en el proyecto estatal de acogida. Consiguieron permiso de trabajo y de residencia, adem?s de la posibilidad de acceder a un alojamiento y acompa?amiento social, educativo y laboral. Ahora, el colapso de la red es enorme y es pr?cticamente imposible conseguir una plaza, al menos en Barcelona.
Image ID:
94129571
Los migrantes conversan en Barcelona.
Jordi Cotrina
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Los colectivos sociales que acogen a los migrantes de forma informal lo corroboran. La plataforma Obrim Fronteres se?ala el caso de un joven que ya acumula m?s de mil llamadas para conseguir una cita en Extranjer?a. "Desde que implantaron el sistema de cita previa ya no podemos ni quedarnos a dormir delante de las oficinas para conseguir una cita", lamentan desde la entidad, que cuentan que lo mismo ocurre en Girona, Lleida y Tarragona. Los activistas incluso han intentado hacer el mismo tr?mite en Arag?n o Valencia, donde la demanda y el colapso es menor. Pero, dicen, vuelve a ser imposible porque les piden documentaci?n como el empadronamiento en la comunidad aut?noma. "Los rescatamos del mar y les decimos que tienen derecho a pedir asilon pero luego las administraciones los dejan colgados: es un sinsentido", reflexionan los activistas.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/sobrevivir-patera-prefiero-vivir-calle-94129787)
Catalu?a no est? acogiendo tan solo a migrantes procedentes de las Islas Canarias. Tambien lo hace con los que llegan a Baleares. Este a?o ya son m?s de 2.000 los que han llegado a Europa a través de la moral ruta que une Argelia con las islas. No todos los consiguieron, como demostr? el cuerpo de la peque?a Lilia, hallado este verano en la playa de Roda de Berà. "La patera es una de las cosas m?s duras que he vivido: pensé que me morir?a", se sincera Momahadiu O. al recordar los tres d?as em alta mar. No es que no pudiera dormir ni que tuviera miedo de perderse a la deriva. "En menos de 24 horas nos quedamos sin gasoil, sin agua y sin comida. No sé c?mo aguanté pero cuando llegamos apenas pod?a andar", aclara el mismo joven, de 23 a?os.
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Mohamadou O., Ibrahim, Mahamadou G., Mamadou, Mohamadou G y Diougouba, procedentes de Mali, conversando cerca de la playa de Badalona este miércoles.
Jordi Cotrina
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"No sé muy bien c?mo, pero sobrevivimos", a?ade Ibrahim, nacido en 2001. Los dos chicos abrazan y se miran con sonrisas c?mplices cuando recuerdan el barco de Salvamento Mar?timo que los intercept? a la deriva y los llev? hasta Palma de Mallorca, una ciudad que muchos de ellos confunden con Las Palmas de Gran Canaria, de ah? la confusi?n. También inolvidable la primera llamada a casa al pisar tierra europea. Algunos de los j?venes escaparon de Mal? sin explicar que se iban a jugar la vida en el mar. La familia ya los daba por muertos. Otros reconocen que su destino ya estaba escrito. "Al hermano mayor le toca migrar a Europa para ayudar a la familia", dice Mamadou.
M?s informaci?n (Auto)
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Apenas hablan francés, ninguno de ellos ha podido ir a la escuela ni estudiar porque en casa no sobraba el dinero. Desde peque?os trabajan en el campo o en la construcci?n. Se expresan en 'soninke' y gracias a un compatriota logran hacerse entender en espa?ol. El que traduce les escucha con el coraz?n en un pu?o. ?l tuvo que presenciar la muerte de su mejor amigo en un cayuco camino a Las Canarias hace dos a?os. O?r ahora otra vez las mismas historias le revuelve el est?mago.
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Los seis jovenes malienses cruzan las v?as del tren en Badalona.
Jordi Cotrina
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M?s informaci?n (Auto)
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Después del drama en el desierto vino el del mar. Pero dice que aquellos miedos ya los ha dejado atr?s. Ahora Mohamadou G. tiene otro temor: de quedarse en la calle en Barcelona. "Llevamos dos semanas en Catalunya y no hay manera de conseguir cita para pedir asilo, en dos semanas la Cruz Roja nos echa a la calle y no sé qué puedo hacer. Ya est? empezando el fr?o". Ninguno de ellos tiene familiares o amigos en Catalunya. Solo se arropan entre ellos, inseparables.
"?T? puedes conseguir que no nos quedemos en la calle?", insiste Mohamadou. Didugouba , otro compa?ero maliense, le mira a los ojos. Su respuesta hiela la sangre. "No pasa nada, yo prefiero dormir en la calle en Espa?a que quedarme en Mal?. Aqu? al menos no nos matar?n". El resto del grupo asiente. Todos ellos han escapado del pa?s huyendo del conflicto armado que persiste desde hace a?os. "All? no estamos seguros: hay armas, hay guerra. Cuando sales de casa no sabes si vas a volver. Yo sé que aqu? no me van a matar, aunque esté en la calle", sigue.
Su historia vuelve a mostrar el doble rasero para los solicitantes de asilo y protecci?n internacional en Espa?a. Muy evidente si se compara con las v?ctimas de la guerra de Ucrania. Entonces, pr?cticamente todos los refugiados entraron en el proyecto estatal de acogida. Consiguieron permiso de trabajo y de residencia, adem?s de la posibilidad de acceder a un alojamiento y acompa?amiento social, educativo y laboral. Ahora, el colapso de la red es enorme y es pr?cticamente imposible conseguir una plaza, al menos en Barcelona.
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Los migrantes conversan en Barcelona.
Jordi Cotrina
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Los colectivos sociales que acogen a los migrantes de forma informal lo corroboran. La plataforma Obrim Fronteres se?ala el caso de un joven que ya acumula m?s de mil llamadas para conseguir una cita en Extranjer?a. "Desde que implantaron el sistema de cita previa ya no podemos ni quedarnos a dormir delante de las oficinas para conseguir una cita", lamentan desde la entidad, que cuentan que lo mismo ocurre en Girona, Lleida y Tarragona. Los activistas incluso han intentado hacer el mismo tr?mite en Arag?n o Valencia, donde la demanda y el colapso es menor. Pero, dicen, vuelve a ser imposible porque les piden documentaci?n como el empadronamiento en la comunidad aut?noma. "Los rescatamos del mar y les decimos que tienen derecho a pedir asilon pero luego las administraciones los dejan colgados: es un sinsentido", reflexionan los activistas.
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