الريــم
10-31-2023, 12:11 PM
Las grandes ciudades son hoy en d?a una ventana de oportunidades para millones de personas que disfrutan de sus mayores posibilidades laborales y su cat?logo casi inabarcable de actividades culturales y de ocio. Esto, siempre y cuando no se encuentren en la adolescencia. Este colectivo encuentra en las grandes urbes numerosas limitaciones a la hora de disfrutar de su tiempo libre y socializar con sus iguales, puesto que carecen en muchas ocasiones de las infraestructuras adecuadas que satisfagan sus necesidades.
El profesor de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo (https://www.uspceu.com/) Juan Arana considera que “los adolescentes son una pieza perdida en el dise?o de las ciudades” y denuncia que “forman un colectivo que nadie quiere en el espacio p?blico y se asocian con problemas, delincuencia, vandalismo, grafitis…”. Del mismo modo opina Diana Al Azem, educadora y fundadora de la plataforma Adolescencia Positiva (https://adolescenciapositiva.com/), que apunta que los adolescentes “son invisibilizados, no s?lo en las estructuras de las calles ni de las ciudades, sino que, en general, no se tiene en cuenta su opini?n y no se les valora lo suficiente”.
"Los adolescentes son un problema porque en la actualidad el espacio p?blico est? mediado por el consumo"
Juan Arana
profesor de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo
El entorno que se genera en las grandes ciudades, en las que los adultos productivos acaparan pr?cticamente todo el protagonismo, es un espacio que no tiene en cuenta a estos j?venes que no poseen la capacidad econ?mica suficiente para disfrutar de la mayor?a de actividades que se ofertan. En este sentido, el profesor Arana apunta que “los adolescentes son un problema porque en la actualidad el espacio p?blico est? mediado por el consumo que hace que cinco chavales sentados en un banco comiendo pipas se vea como algo problem?tico o peligroso. Hay una desafecci?n con el sistema que les echa la culpa a ellos”.
Sobre esto, Al Azem pone el foco en en la cantidad de lugares de consumo que se pueden encontrar en las ciudades, algo que muchos de estos chavales no pueden permitirse: “Creo que hay demasiados centros comerciales y muy pocos parques y centros c?vicos donde haya unas mesas de ping-pong, una bolera o espacios donde los j?venes se puedan reunir a jugar a juegos de mesa o zonas m?s recreativas para ellos. Porque al final, ves a muchos adolescentes sentados en los portales de los edificios. Algo que no les aporta nada”.
Gran parte del ocio en nuestra sociedad se ha convertido en un lujo al que no todos tienen acceso. “La entrada al cine en Madrid ronda los 10 euros y si compras unas palomitas y una bebida, ya es algo inasumible para un chaval. Un padre que tenga tres hijos gastar?a unos 50 euros en poco m?s de dos horas. Las ciudades no est?n preparadas para los adolescentes ni para las familias con hijos de esas edades. Y el teatro ya, ni pensarlo”, declara la autora de ‘AdolescenteZ, de la A a la Z’.
Todos estos obst?culos empujan a los j?venes a los m?rgenes de la sociedad y lo ?nico que les queda es buscar la manera de divertirse en las calles y plazas de las ciudades, lugares donde tampoco son bienvenidos y no est?n m?nimamente adaptados para ellos. Por no hablar de que, seg?n se?ala Arana, “las calles se ven cada vez m?s como una fuente de problemas. Estar en la calle por estar en la calle cada vez se considera algo m?s extra?o, salvo que estés haciendo deporte o turismo”.
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Imagen de la Plaza Mayor de Madrid, donde no hay bancos para sentarse y s? numeorsas terrazas de bares.
ShutterStock
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As?, los adolescentes buscan su refugio entre las aceras convertidas en lugares de paso y en las plazas, que también se han olvidado de ellos. Algo que queda patente, por ejemplo, en la falta de fuentes potables o en la disposici?n de los bancos para sentarse. “Algo tan simple como colocar los asientos de los parques en c?rculo en lugar de ponerlos tan alejados entre s?, permitir?a que los j?venes se reunieran en grupo”, sostiene Diana Al Azem. Tampoco las aceras son lo suficientemente anchas para poder ir paseando en grupo mientras se comparte una conversaci?n.
“Colocar los asientos de los parques en c?rculo en lugar de ponerlos tan alejados entre s?, permitir?a que los j?venes se reunieran en grupo”
Diana Al Azem
profesora y fundadora de Adolescencia Positiva
Sedentarismo y problemas con las pantallas
Pero vivir en un entorno que da la espalda a una parte de su poblaci?n no es algo inocuo. De hecho, algunos problemas que padecen en la infancia o la adolescencia las nuevas generaciones se ven agravados, en parte, por las consecuencias de esta circunstancia. “La edad adolescente es una etapa en la que se necesita experimentar y curiosear mucho y si no existen los espacios suficientes para ello, los chavales lo har?n a través de las pantallas, que para ellos son una ventana hacia el mundo exterior”, apunta Al Azem y alerta de que la falta de zonas para estos j?venes provoca que pasen m?s tiempo delante de los dispositivos electr?nicos.
Sara Jiménez Sancho, educadora social, terapeuta familiar y psicoterapeuta infanto-juvenil, advierte adem?s del f?cil acceso que tienen los adolescentes a ofertas poco saludables que ofrecen grandes cadenas como McDonald’s y lamenta que no existan oportunidades as? que permitan desarrollar otro tipo de "actividades m?s proactivas y que ayudasen a su desarrollo evolutivo”.
Y es que, seg?n Jiménez Sancho, fundadora de la empresa ‘Influye Bienestar (https://influyebienestar.com/)’, esta parte de la poblaci?n “necesita espacios para hablar de sus problemas, para socializar, adquirir habilidades sociales y sentirse que pertenecen al grupo de una manera sana”. De lo contrario, advierte “toda esa energ?a que les caracteriza se canaliza a otras actividades perjudiciales, como el consumo de alcohol, drogas o peque?os hurtos. Todas ella, acciones que les generan emociones que no pueden sentir en un entorno que no mira por ellos”.
Un eslab?n invisible
En los ?ltimos a?os, las ciudades espa?olas y europeas vienen realizando un trabajo para incluir espacios pensados para los m?s peque?os. “Los ni?os est?n casi desaparecidos en la ciudad, aunque se ha hecho un esfuerzo muy grande para incluirlos. En cambio, no se ha puesto el foco en los adolescentes, que son un eslab?n entre la infancia y la adultez”, lamenta el profesor de Arquitectura.
“Los ni?os tienen actividades en familia. Pero los adolescentes necesitan cierta privacidad, un entorno seguro y autonom?a”, apunta Arana y subraya que “la percepci?n de este colectivo en el espacio p?blico es un problema porque tiene limitada su participaci?n, su movilidad, porque no puede conducir y tiene una capacidad de consumo menor que los adultos y las familias”.
Para Jiménez Sancho, este sector de la poblaci?n es el m?s olvidado de la sociedad y no se invierte en él lo suficiente, algo que contribuye a que los datos de salud mental y suicidios en la adolescencia sean “devastadores”. “Otros grupos, como la tercera edad, los adultos, las mujeres o la infancia est?n mejor atendidos por las entidades p?blicas, con actividades adaptadas, deportivas, culturales, de ocio…”, denuncia la educadora.
“Proyectos dirigidos para fomentar las discusiones sobre las cosas que les preocupan, talleres para trabajar la aceptaci?n social, la seguridad en s? mismos, la propia identidad, proyectos que les ayuden a desarrollar adecuadamente las habilidades sociales y a resolver conflictos emocionales”, son actividades muy demandadas por muchos adolescentes, que adem?s necesitan espacios para crear grupos de amigos, puesto que hay muchos j?venes que se sienten solos”, describe la terapeuta familiar.
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Jiménez Sancho alerta de que los datos de salud mental y suicidios en la adolescencia son “devastadores”.
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1600
El pueblo como entorno
Los chavales de la ciudad, queman las etapas muy r?pido, incluso demasiado"
Diana Al Azem
profesora y fundadora de Adolescencia Positiva
En entornos m?s peque?os, con menor n?mero de poblaci?n, los adolescentes se desarrollan con ciertas diferencias que pueden ser influyentes en su comportamiento y educaci?n. Para Diana Al Azem, en estos lugares donde todo el mundo se conoce, hay m?s zonas verdes y amplias, los adolescentes pueden tener una infancia m?s sana: “Veo una gran diferencia entre los adolescentes de la ciudad y los de los pueblos. Los chavales de la ciudad, queman las etapas muy r?pido, incluso demasiado. Empiezan a fumar antes, se relacionan con parejas a m?s temprana edad o comienzan a beber alcohol siendo m?s j?venes”, se?ala. Esto, se debe, seg?n Al Azem, a que en las ciudades hay m?s bares y centros comerciales y no existen espacios para disfrutar m?s del tiempo de la infancia.
Asimismo, Juan Arana menciona el problema de la sobreprotecci?n de los padres en las urbes. “Mentalmente, un ni?o con doce a?os o incluso antes es perfectamente capaz de moverse por la ciudad y tomar sus propias decisiones. Sin embargo, los padres no les permiten salir por s? solos hasta que tienen catorce a?os y un m?vil. Cuando nuestros abuelos eran ni?os ten?an un rango de acci?n de manera aut?noma mucho m?s amplio”, manifiesta.
Del mismo modo opina Sara Jiménez, que remarca que los adolescentes en la actualidad est?n geolocalizados y bajo el control exhaustivo de sus padres y madres. “Los pueblos son ideales para la etapa de la infancia, pero, bajo mi punto de vista, en la adolescencia necesitan algo m?s. Necesitan vivir nuevas experiencias y para ello requieren de nuevos est?mulos y recursos”, detalla.
“Los pueblos son ideales para la etapa de la infancia, pero en la adolescencia necesitan vivir nuevas experiencias y para ello requieren de nuevos est?mulos y recursos”
Sara Jiménez Sancho
educadora social
La ciudad de los 15 minutos
A pesar de que los adolescentes no aparezcan en el radar de organismos que estudian la forma de mejorar el dise?o de las urbes, el concepto de la ciudad de los 15 minutos podr?a resultar beneficioso para este colectivo social. Este planteamiento urban?stico propone que la mayor?a de las necesidades y servicios de los ciudadanos se sit?en a distancias caminables o en bicicleta de no m?s de 15 minutos desde cualquier punto de la urbe. En el modelo de esta visi?n policéntrica de la urbe, el trabajo, la compra, la educaci?n, los centros de salud o el ocio son accesibles sin necesidad del uso de ning?n transporte.
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94011354
La ciudad de los 15 minutos propone que la mayor?a de las necesidades se sit?en a distancias caminables o en bicicleta de no m?s de 15 minutos desde cualquier punto de la urbe.
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Para Juan Arana, este modelo de ciudad ser?a muy positivo para los adolescentes, porque trabaja sobre los entornos escolares, que es el primer espacio en el que los adolescentes comienzan a hacer una vida aut?noma. “Poner el énfasis en los barrios, facilitar la peatonalidad y la movilidad ser?a beneficioso”, apunta y remarca la importancia de emplear los centros educativos m?s all? de las horas de colegio. “Una propuesta de la ciudad de los 15 minutos es que los centros escolares, en los horarios que no estén en uso (por las tardes o los fines de semana), se puedan convertir en centros de actividad para el barrio y lugares de reuni?n”. La misma idea defiende Diana Al Azem, que admite ver a chavales saltando las vallas de los colegios y los institutos para jugar al f?tbol o al baloncesto: “Estos centros podr?an dejar la parte exterior abierta para que los j?venes pudieran aprovecharlas”.
Escuchar a los adolescentes
Cada vez resulta m?s trascendental fijar la atenci?n en las necesidades de los diversos ciudadanos que componen una ciudad, pues la poblaci?n en estas grandes urbes contin?a su crecimiento y todo apunta a que as? seguir? siendo en los pr?ximos a?os.
Tal y como se?alan varios estudios, el 70% de la poblaci?n mundial se concentrar? en espacios urbanos en el a?o 2050. Esto significa que 6.790 de los 9.700 millones de personas que habitar?n el planeta lo har?n viviendo en ciudades superpobladas. A d?a de hoy, un tercio de la poblaci?n en Espa?a se concentra en ciudades con una poblaci?n superior a los 100.000 habitantes. Esto refleja un patr?n de urbanizaci?n significativo en nuestro pa?s.
Ante este escenario, resulta imprescindible poner la atenci?n en los adolescentes y sus necesidades y para ello, tal y como defiende la educadora Sara Jiménez, es esencial preguntarles a los propios j?venes y escucharlos con atenci?n. S?lo as? comprenderemos c?mo les gustar?a estudiar en los institutos y vivir en los barrios. Y de paso, lograr?amos que se sintieran escuchados, valorados y vieran que su existencia en el mundo es importante para el resto.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/adolescentes-invisibilizados-ciudad-hay-centros-94030583)
El profesor de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo (https://www.uspceu.com/) Juan Arana considera que “los adolescentes son una pieza perdida en el dise?o de las ciudades” y denuncia que “forman un colectivo que nadie quiere en el espacio p?blico y se asocian con problemas, delincuencia, vandalismo, grafitis…”. Del mismo modo opina Diana Al Azem, educadora y fundadora de la plataforma Adolescencia Positiva (https://adolescenciapositiva.com/), que apunta que los adolescentes “son invisibilizados, no s?lo en las estructuras de las calles ni de las ciudades, sino que, en general, no se tiene en cuenta su opini?n y no se les valora lo suficiente”.
"Los adolescentes son un problema porque en la actualidad el espacio p?blico est? mediado por el consumo"
Juan Arana
profesor de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo
El entorno que se genera en las grandes ciudades, en las que los adultos productivos acaparan pr?cticamente todo el protagonismo, es un espacio que no tiene en cuenta a estos j?venes que no poseen la capacidad econ?mica suficiente para disfrutar de la mayor?a de actividades que se ofertan. En este sentido, el profesor Arana apunta que “los adolescentes son un problema porque en la actualidad el espacio p?blico est? mediado por el consumo que hace que cinco chavales sentados en un banco comiendo pipas se vea como algo problem?tico o peligroso. Hay una desafecci?n con el sistema que les echa la culpa a ellos”.
Sobre esto, Al Azem pone el foco en en la cantidad de lugares de consumo que se pueden encontrar en las ciudades, algo que muchos de estos chavales no pueden permitirse: “Creo que hay demasiados centros comerciales y muy pocos parques y centros c?vicos donde haya unas mesas de ping-pong, una bolera o espacios donde los j?venes se puedan reunir a jugar a juegos de mesa o zonas m?s recreativas para ellos. Porque al final, ves a muchos adolescentes sentados en los portales de los edificios. Algo que no les aporta nada”.
Gran parte del ocio en nuestra sociedad se ha convertido en un lujo al que no todos tienen acceso. “La entrada al cine en Madrid ronda los 10 euros y si compras unas palomitas y una bebida, ya es algo inasumible para un chaval. Un padre que tenga tres hijos gastar?a unos 50 euros en poco m?s de dos horas. Las ciudades no est?n preparadas para los adolescentes ni para las familias con hijos de esas edades. Y el teatro ya, ni pensarlo”, declara la autora de ‘AdolescenteZ, de la A a la Z’.
Todos estos obst?culos empujan a los j?venes a los m?rgenes de la sociedad y lo ?nico que les queda es buscar la manera de divertirse en las calles y plazas de las ciudades, lugares donde tampoco son bienvenidos y no est?n m?nimamente adaptados para ellos. Por no hablar de que, seg?n se?ala Arana, “las calles se ven cada vez m?s como una fuente de problemas. Estar en la calle por estar en la calle cada vez se considera algo m?s extra?o, salvo que estés haciendo deporte o turismo”.
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Imagen de la Plaza Mayor de Madrid, donde no hay bancos para sentarse y s? numeorsas terrazas de bares.
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As?, los adolescentes buscan su refugio entre las aceras convertidas en lugares de paso y en las plazas, que también se han olvidado de ellos. Algo que queda patente, por ejemplo, en la falta de fuentes potables o en la disposici?n de los bancos para sentarse. “Algo tan simple como colocar los asientos de los parques en c?rculo en lugar de ponerlos tan alejados entre s?, permitir?a que los j?venes se reunieran en grupo”, sostiene Diana Al Azem. Tampoco las aceras son lo suficientemente anchas para poder ir paseando en grupo mientras se comparte una conversaci?n.
“Colocar los asientos de los parques en c?rculo en lugar de ponerlos tan alejados entre s?, permitir?a que los j?venes se reunieran en grupo”
Diana Al Azem
profesora y fundadora de Adolescencia Positiva
Sedentarismo y problemas con las pantallas
Pero vivir en un entorno que da la espalda a una parte de su poblaci?n no es algo inocuo. De hecho, algunos problemas que padecen en la infancia o la adolescencia las nuevas generaciones se ven agravados, en parte, por las consecuencias de esta circunstancia. “La edad adolescente es una etapa en la que se necesita experimentar y curiosear mucho y si no existen los espacios suficientes para ello, los chavales lo har?n a través de las pantallas, que para ellos son una ventana hacia el mundo exterior”, apunta Al Azem y alerta de que la falta de zonas para estos j?venes provoca que pasen m?s tiempo delante de los dispositivos electr?nicos.
Sara Jiménez Sancho, educadora social, terapeuta familiar y psicoterapeuta infanto-juvenil, advierte adem?s del f?cil acceso que tienen los adolescentes a ofertas poco saludables que ofrecen grandes cadenas como McDonald’s y lamenta que no existan oportunidades as? que permitan desarrollar otro tipo de "actividades m?s proactivas y que ayudasen a su desarrollo evolutivo”.
Y es que, seg?n Jiménez Sancho, fundadora de la empresa ‘Influye Bienestar (https://influyebienestar.com/)’, esta parte de la poblaci?n “necesita espacios para hablar de sus problemas, para socializar, adquirir habilidades sociales y sentirse que pertenecen al grupo de una manera sana”. De lo contrario, advierte “toda esa energ?a que les caracteriza se canaliza a otras actividades perjudiciales, como el consumo de alcohol, drogas o peque?os hurtos. Todas ella, acciones que les generan emociones que no pueden sentir en un entorno que no mira por ellos”.
Un eslab?n invisible
En los ?ltimos a?os, las ciudades espa?olas y europeas vienen realizando un trabajo para incluir espacios pensados para los m?s peque?os. “Los ni?os est?n casi desaparecidos en la ciudad, aunque se ha hecho un esfuerzo muy grande para incluirlos. En cambio, no se ha puesto el foco en los adolescentes, que son un eslab?n entre la infancia y la adultez”, lamenta el profesor de Arquitectura.
“Los ni?os tienen actividades en familia. Pero los adolescentes necesitan cierta privacidad, un entorno seguro y autonom?a”, apunta Arana y subraya que “la percepci?n de este colectivo en el espacio p?blico es un problema porque tiene limitada su participaci?n, su movilidad, porque no puede conducir y tiene una capacidad de consumo menor que los adultos y las familias”.
Para Jiménez Sancho, este sector de la poblaci?n es el m?s olvidado de la sociedad y no se invierte en él lo suficiente, algo que contribuye a que los datos de salud mental y suicidios en la adolescencia sean “devastadores”. “Otros grupos, como la tercera edad, los adultos, las mujeres o la infancia est?n mejor atendidos por las entidades p?blicas, con actividades adaptadas, deportivas, culturales, de ocio…”, denuncia la educadora.
“Proyectos dirigidos para fomentar las discusiones sobre las cosas que les preocupan, talleres para trabajar la aceptaci?n social, la seguridad en s? mismos, la propia identidad, proyectos que les ayuden a desarrollar adecuadamente las habilidades sociales y a resolver conflictos emocionales”, son actividades muy demandadas por muchos adolescentes, que adem?s necesitan espacios para crear grupos de amigos, puesto que hay muchos j?venes que se sienten solos”, describe la terapeuta familiar.
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Jiménez Sancho alerta de que los datos de salud mental y suicidios en la adolescencia son “devastadores”.
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El pueblo como entorno
Los chavales de la ciudad, queman las etapas muy r?pido, incluso demasiado"
Diana Al Azem
profesora y fundadora de Adolescencia Positiva
En entornos m?s peque?os, con menor n?mero de poblaci?n, los adolescentes se desarrollan con ciertas diferencias que pueden ser influyentes en su comportamiento y educaci?n. Para Diana Al Azem, en estos lugares donde todo el mundo se conoce, hay m?s zonas verdes y amplias, los adolescentes pueden tener una infancia m?s sana: “Veo una gran diferencia entre los adolescentes de la ciudad y los de los pueblos. Los chavales de la ciudad, queman las etapas muy r?pido, incluso demasiado. Empiezan a fumar antes, se relacionan con parejas a m?s temprana edad o comienzan a beber alcohol siendo m?s j?venes”, se?ala. Esto, se debe, seg?n Al Azem, a que en las ciudades hay m?s bares y centros comerciales y no existen espacios para disfrutar m?s del tiempo de la infancia.
Asimismo, Juan Arana menciona el problema de la sobreprotecci?n de los padres en las urbes. “Mentalmente, un ni?o con doce a?os o incluso antes es perfectamente capaz de moverse por la ciudad y tomar sus propias decisiones. Sin embargo, los padres no les permiten salir por s? solos hasta que tienen catorce a?os y un m?vil. Cuando nuestros abuelos eran ni?os ten?an un rango de acci?n de manera aut?noma mucho m?s amplio”, manifiesta.
Del mismo modo opina Sara Jiménez, que remarca que los adolescentes en la actualidad est?n geolocalizados y bajo el control exhaustivo de sus padres y madres. “Los pueblos son ideales para la etapa de la infancia, pero, bajo mi punto de vista, en la adolescencia necesitan algo m?s. Necesitan vivir nuevas experiencias y para ello requieren de nuevos est?mulos y recursos”, detalla.
“Los pueblos son ideales para la etapa de la infancia, pero en la adolescencia necesitan vivir nuevas experiencias y para ello requieren de nuevos est?mulos y recursos”
Sara Jiménez Sancho
educadora social
La ciudad de los 15 minutos
A pesar de que los adolescentes no aparezcan en el radar de organismos que estudian la forma de mejorar el dise?o de las urbes, el concepto de la ciudad de los 15 minutos podr?a resultar beneficioso para este colectivo social. Este planteamiento urban?stico propone que la mayor?a de las necesidades y servicios de los ciudadanos se sit?en a distancias caminables o en bicicleta de no m?s de 15 minutos desde cualquier punto de la urbe. En el modelo de esta visi?n policéntrica de la urbe, el trabajo, la compra, la educaci?n, los centros de salud o el ocio son accesibles sin necesidad del uso de ning?n transporte.
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La ciudad de los 15 minutos propone que la mayor?a de las necesidades se sit?en a distancias caminables o en bicicleta de no m?s de 15 minutos desde cualquier punto de la urbe.
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Para Juan Arana, este modelo de ciudad ser?a muy positivo para los adolescentes, porque trabaja sobre los entornos escolares, que es el primer espacio en el que los adolescentes comienzan a hacer una vida aut?noma. “Poner el énfasis en los barrios, facilitar la peatonalidad y la movilidad ser?a beneficioso”, apunta y remarca la importancia de emplear los centros educativos m?s all? de las horas de colegio. “Una propuesta de la ciudad de los 15 minutos es que los centros escolares, en los horarios que no estén en uso (por las tardes o los fines de semana), se puedan convertir en centros de actividad para el barrio y lugares de reuni?n”. La misma idea defiende Diana Al Azem, que admite ver a chavales saltando las vallas de los colegios y los institutos para jugar al f?tbol o al baloncesto: “Estos centros podr?an dejar la parte exterior abierta para que los j?venes pudieran aprovecharlas”.
Escuchar a los adolescentes
Cada vez resulta m?s trascendental fijar la atenci?n en las necesidades de los diversos ciudadanos que componen una ciudad, pues la poblaci?n en estas grandes urbes contin?a su crecimiento y todo apunta a que as? seguir? siendo en los pr?ximos a?os.
Tal y como se?alan varios estudios, el 70% de la poblaci?n mundial se concentrar? en espacios urbanos en el a?o 2050. Esto significa que 6.790 de los 9.700 millones de personas que habitar?n el planeta lo har?n viviendo en ciudades superpobladas. A d?a de hoy, un tercio de la poblaci?n en Espa?a se concentra en ciudades con una poblaci?n superior a los 100.000 habitantes. Esto refleja un patr?n de urbanizaci?n significativo en nuestro pa?s.
Ante este escenario, resulta imprescindible poner la atenci?n en los adolescentes y sus necesidades y para ello, tal y como defiende la educadora Sara Jiménez, es esencial preguntarles a los propios j?venes y escucharlos con atenci?n. S?lo as? comprenderemos c?mo les gustar?a estudiar en los institutos y vivir en los barrios. Y de paso, lograr?amos que se sintieran escuchados, valorados y vieran que su existencia en el mundo es importante para el resto.
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