الريــم
10-30-2023, 10:30 AM
“Instigadora”, “obscena”, “furibunda izquierdista”, “incorregible”... Los calificativos que en 1938 y 1939 pod?an llevar a una espa?ola ante el pelot?n de fusilamiento salen de las bocas de Gema y M?nica del Rey, gemelas, artistas y madres del proyecto Art al Quadrat.
En Valencia se les ocurri? extraer palabras acusatorias de los informes que alimentaban los consejos de guerra para las vencidas de la contienda civil. Con el torso desnudo y decorado con esos términos, “enemiga”, “peligrosa”, “instigadora”... declaman el destilado de chivatazos en una de sus creaciones art?sticas ligadas a la memoria hist?rica de las mujeres. La ?ltima vez ha sido en el Museo Thyssen de Madrid, la misma ciudad a la que Art al Quadrat ha llevado también su exposici?n “Yo Soy. Memoria de las Rapadas”, que ha recorrido mucha geograf?a -salvo Catalu?a, donde sus intentos han sido hasta ahora vanos- conmemorando a las republicanas que las tropas franquistas convirtieron en pelonas y purgaron con aceite de ricino.
Las iniciativas de Art al Quadrat forman parte de una cada vez m?s nutrida corriente de investigaci?n en la memoria hist?rica protagonizada por mujeres. Un total de 115 proyectos en marcha de universidades, fundaciones y asociaciones tienen el reconocimiento de la secretar?a de Estado de Memoria Democr?tica en la forma m?s rese?able: la subvenci?n; peque?a, de no m?s de 10.000 euros, pero palpable. De esas incursiones con apoyo estatal concedido en 2022, 17 tienen a las mujeres como objetivo.
Entre esos estudios con ayuda estatal solicitada en 2022, los hay en marcha sobre las mujeres soldado del Ejército Popular de la Rep?blica, o también sobre la aportaci?n femenina en el impulso democr?tico de la Transici?n. Entre 52 proyectos pendientes de subvenci?n este a?o, pero también en marcha, funciona uno sobre localizaci?n de lugares de memoria de las mujeres, o incluso otro de la universidad CEU sobre la represi?n espec?fica a las mujeres en el Madrid de la Guerra Civil.
Hay adem?s una pléyade de otras iniciativas veteranas, como la que en Barcelona recopila y fija con im?genes y voces las vivencias de la prisi?n femenina de Les Corts, o como los paseos por escenarios de la lucha democr?tica que, con ?ptica feminista, montan en Madrid las expertas del colectivo Herst?ricas.
“La Ley de Memoria Democr?tica es una ley feminista -opina el secretario de Estado de Memoria, Fernando Mart?nez-. Brinda atenci?n especial al papel singular de las espa?olas en la conquista de la Democracia y de las libertades en nuestra historia contempor?nea”. Se refiere Mart?nez a que "las mujeres sufrieron humillaciones, violaciones, persecuci?n, violencia o castigos por su actividad pol?tica, pero también por el mero hecho de ser mujeres o por haber sido madres, compa?eras o hijas de perseguidos, represaliados o asesinados".
Dicen las hermanas de Art al Quadrat que volver a hacer sonar aquellas acusaciones es “un ejercicio de empat?a, sororidad y psicomagia”. Declamando viejos sumarios, reviven los nombres de las reas: Elodia Palos, Francisca Puig, Dolores Amiguet… De que no se borren los nombres va todo esto.
Cuesti?n de respeto
Cuando las tejedoras de la f?brica de sujetadores Confecciones ORY de Burgos decidieron ir a la huelga, no fue solo por el bajo salario y los horarios abusivos. Quer?an adem?s que el jefe dejara de llamarlas “chiquilla”.
El paro se prolong? tres meses en 1976, coleando la dictadura. Casi medio siglo después, viejas compa?eras de m?quina de coser se conjuraron para que no se perdiera la memoria de aquello. Y Mar?a ?ngeles Gonz?lez, una de aquellas trabajadoras, comenz? a recoger testimonios para un libro, ‘Una lucha de mujeres’, editado por el Ayuntamiento de Burgos.
Aquella movilizaci?n en ORY, con una de las primeras asambleas de mujeres obreras de la Transici?n, es parte de los nuevos rescates de historia femenina. Lo ha emprendido la Fundaci?n Jes?s Pereda, una de las que en CCOO se dedican a tareas de Memoria.
“Las luchas de las mujeres son una parte soslayada de la historiograf?a”, opina Ana Pe?a, archivera de la fundaci?n. Ahora se trata de “equilibrar”, explica esta investigadora, inmersa en una carrera contra el tiempo, pues poco a poco van muriendo las protagonistas.
Image ID:
93985242
Dos fotos del archivo de CCOO sobre la lucha obrera femenina en Castilla y Le?n en los 70.
ARCHIVO FUNDACI?N JES?S PEREDA
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880
495
El proyecto de la fundaci?n, como los de otros entes de Comisiones Obreras que van mirando a su historia femenina, no es sencillo: “El franquismo quiso devolverlas a las casas, convertir en ‘?ngel del hogar’ a la mujer que hab?a accedido al mercado laboral en la Rep?blica. De ah? la instituci?n de la dote que conced?a el Estado, que incentivaba a las que dejaban el trabajo para casarse”, recuerda Pe?a.
Por eso rebusca a veces en archivos que son p?ramos, pues el sindicalismo clandestino de la época en Castilla y Le?n est? lleno de hombres, mineros, operarios de f?bricas de automoci?n y nudos ferroviarios, y las luchas laborales de las mujeres eran tratadas por el franquismo -y también por sus propios compa?eros- con paternalismo.
“Los sindicatos -apunta Pe?a- estaban muy masculinizados”, hasta el punto de eclipsar las cuitas de las trabajadoras. En el fondo, aquellas huelguistas de Burgos ped?an respeto.
Separadas del tren
A Adela Trilles Salvador, de 31 a?os, taquillera en la estaci?n de tren de Tortosa, la despidieron por haber sido “persona de ideas extremistas, anticat?lica, afiliada al Sindicato Nacional Ferroviario, al Partido Socialista Unificado y a la organizaci?n separatista ‘La dona a la retaguardia’”.
La descripci?n est? contenida en la Propuesta de Separaci?n Definitiva (del empleo) que el 11 de julio de 1941 emiti? la recién creada Renfe. Y se incluy? en las Diligencias de Depuraci?n 62/4181, que fueron elevadas a “Marcote”. As? firmaba el por entonces Delegado de Depuraci?n del sistema ferroviario.
La roja Trilles se libr? del pared?n cuando le conmutaron la pena de muerte por otra de reclusi?n, pero la metieron en uno de los 93.711 expedientes que el franquismo abri? a la plantilla de las compa??as ferroviarias tras ganar la Guerra Civil. Por juicios particulares y ante tribunales de empresa pasaron todos los empleados; también ellas: 4.479. De estas, 779 fueron “separadas” como la tarraconense.
Image ID:
93985275
Informes Adela Trilles.
FUNDACI?N FERROCARRILES ESPA?OLES
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Los expedientes se conservan bien, con sus resoluciones e informes de conducta redactados por alcaldes, mandos de Falange, p?rrocos y jefes de puesto de la Guardia Civil; una monta?a documental que explora la Fundaci?n de los Ferrocarriles Espa?oles (FFE). Tras una primera fase de identificaci?n -iniciada en 2004-, la Fundaci?n pone ahora un foco cualitativo en la represi?n espec?fica a las mujeres. La pasada semana ha llevado una ponencia al IX Congreso de Historia Ferroviaria, celebrado en Matar? por cumplirse 175 a?os de la primera l?nea peninsular de tren, entre Barcelona y esa ciudad del Maresme.
A la cocina
A las ferroviarias les ca?a encima el doble castigo de la dictadura “por su género y por ser trabajadoras”, recuerda Miguel Mu?oz, historiador y director del Archivo Hist?rico Ferroviario. Y una tercera imputaci?n, adem?s, por la tendencia de maridos e hijos a hacerse de izquierdas. “El régimen las consideraba responsables de la moralidad de los hijos”, a?ade Mu?oz.
Se aplic? a aquellas mujeres el principio general que impregnaba la Ley de Responsabilidades Pol?ticas del “primer a?o triunfal”: el deber de demostrar que no hab?a apoyado a la Rep?blica ni por acci?n ni por omisi?n. En los juicios que se montaban en cada empresa, el proceso empezaba con un exhaustivo cuestionario. “Ten?an que contestar hasta qué hicieron el 18 de julio de 1936, hora por hora”, apunta el historiador.
Aquella represi?n llovi? sobre un contingente de guardesas de cruces de tren, limpiadoras de estaciones y oficinistas, muchedumbre sometida después al principio nacionalcat?lico de que no hay mejor trabajo para la mujer que la cocina y el cuidado de los hijos.
Los primeros votos
Estas nuevas l?neas de investigaci?n son tres de las que tratan de fijar el recuerdo de aquella violencia pol?tica de género de la dictadura.
Las gemelas Del Rey envuelven su exposici?n de las rapadas para llev?rsela a la Bienal Sur, en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile, su pr?ximo destino, en la misma semana en que, en Valladolid, prepara Ana Pe?a citas para grabar en v?deo a veteranas sindicalistas de la clandestinidad, y mientras en Matar? aportaba Miguel Mu?oz estad?sticas de depuraci?n de guardagujas empobrecidas.
Pero no todo es actividad en el flanco de la Memoria femenina y feminista. El pasado 11 de septiembre, la Asociaci?n para la Recuperaci?n de la Memoria Hist?rica pidi? al Ayuntamiento de Madrid la cesi?n de un espacio p?blico para un acto de conmemoraci?n. Es que el 19 de noviembre pr?ximo se cumplen 90 a?os de los primeros comicios en los que pudieron votar las espa?olas. Pasado mes y medio, el consistorio sigue sin contestar.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/mujeres-ferroviarias-tejedoras-huelga-memoria-93985299)
En Valencia se les ocurri? extraer palabras acusatorias de los informes que alimentaban los consejos de guerra para las vencidas de la contienda civil. Con el torso desnudo y decorado con esos términos, “enemiga”, “peligrosa”, “instigadora”... declaman el destilado de chivatazos en una de sus creaciones art?sticas ligadas a la memoria hist?rica de las mujeres. La ?ltima vez ha sido en el Museo Thyssen de Madrid, la misma ciudad a la que Art al Quadrat ha llevado también su exposici?n “Yo Soy. Memoria de las Rapadas”, que ha recorrido mucha geograf?a -salvo Catalu?a, donde sus intentos han sido hasta ahora vanos- conmemorando a las republicanas que las tropas franquistas convirtieron en pelonas y purgaron con aceite de ricino.
Las iniciativas de Art al Quadrat forman parte de una cada vez m?s nutrida corriente de investigaci?n en la memoria hist?rica protagonizada por mujeres. Un total de 115 proyectos en marcha de universidades, fundaciones y asociaciones tienen el reconocimiento de la secretar?a de Estado de Memoria Democr?tica en la forma m?s rese?able: la subvenci?n; peque?a, de no m?s de 10.000 euros, pero palpable. De esas incursiones con apoyo estatal concedido en 2022, 17 tienen a las mujeres como objetivo.
Entre esos estudios con ayuda estatal solicitada en 2022, los hay en marcha sobre las mujeres soldado del Ejército Popular de la Rep?blica, o también sobre la aportaci?n femenina en el impulso democr?tico de la Transici?n. Entre 52 proyectos pendientes de subvenci?n este a?o, pero también en marcha, funciona uno sobre localizaci?n de lugares de memoria de las mujeres, o incluso otro de la universidad CEU sobre la represi?n espec?fica a las mujeres en el Madrid de la Guerra Civil.
Hay adem?s una pléyade de otras iniciativas veteranas, como la que en Barcelona recopila y fija con im?genes y voces las vivencias de la prisi?n femenina de Les Corts, o como los paseos por escenarios de la lucha democr?tica que, con ?ptica feminista, montan en Madrid las expertas del colectivo Herst?ricas.
“La Ley de Memoria Democr?tica es una ley feminista -opina el secretario de Estado de Memoria, Fernando Mart?nez-. Brinda atenci?n especial al papel singular de las espa?olas en la conquista de la Democracia y de las libertades en nuestra historia contempor?nea”. Se refiere Mart?nez a que "las mujeres sufrieron humillaciones, violaciones, persecuci?n, violencia o castigos por su actividad pol?tica, pero también por el mero hecho de ser mujeres o por haber sido madres, compa?eras o hijas de perseguidos, represaliados o asesinados".
Dicen las hermanas de Art al Quadrat que volver a hacer sonar aquellas acusaciones es “un ejercicio de empat?a, sororidad y psicomagia”. Declamando viejos sumarios, reviven los nombres de las reas: Elodia Palos, Francisca Puig, Dolores Amiguet… De que no se borren los nombres va todo esto.
Cuesti?n de respeto
Cuando las tejedoras de la f?brica de sujetadores Confecciones ORY de Burgos decidieron ir a la huelga, no fue solo por el bajo salario y los horarios abusivos. Quer?an adem?s que el jefe dejara de llamarlas “chiquilla”.
El paro se prolong? tres meses en 1976, coleando la dictadura. Casi medio siglo después, viejas compa?eras de m?quina de coser se conjuraron para que no se perdiera la memoria de aquello. Y Mar?a ?ngeles Gonz?lez, una de aquellas trabajadoras, comenz? a recoger testimonios para un libro, ‘Una lucha de mujeres’, editado por el Ayuntamiento de Burgos.
Aquella movilizaci?n en ORY, con una de las primeras asambleas de mujeres obreras de la Transici?n, es parte de los nuevos rescates de historia femenina. Lo ha emprendido la Fundaci?n Jes?s Pereda, una de las que en CCOO se dedican a tareas de Memoria.
“Las luchas de las mujeres son una parte soslayada de la historiograf?a”, opina Ana Pe?a, archivera de la fundaci?n. Ahora se trata de “equilibrar”, explica esta investigadora, inmersa en una carrera contra el tiempo, pues poco a poco van muriendo las protagonistas.
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Dos fotos del archivo de CCOO sobre la lucha obrera femenina en Castilla y Le?n en los 70.
ARCHIVO FUNDACI?N JES?S PEREDA
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El proyecto de la fundaci?n, como los de otros entes de Comisiones Obreras que van mirando a su historia femenina, no es sencillo: “El franquismo quiso devolverlas a las casas, convertir en ‘?ngel del hogar’ a la mujer que hab?a accedido al mercado laboral en la Rep?blica. De ah? la instituci?n de la dote que conced?a el Estado, que incentivaba a las que dejaban el trabajo para casarse”, recuerda Pe?a.
Por eso rebusca a veces en archivos que son p?ramos, pues el sindicalismo clandestino de la época en Castilla y Le?n est? lleno de hombres, mineros, operarios de f?bricas de automoci?n y nudos ferroviarios, y las luchas laborales de las mujeres eran tratadas por el franquismo -y también por sus propios compa?eros- con paternalismo.
“Los sindicatos -apunta Pe?a- estaban muy masculinizados”, hasta el punto de eclipsar las cuitas de las trabajadoras. En el fondo, aquellas huelguistas de Burgos ped?an respeto.
Separadas del tren
A Adela Trilles Salvador, de 31 a?os, taquillera en la estaci?n de tren de Tortosa, la despidieron por haber sido “persona de ideas extremistas, anticat?lica, afiliada al Sindicato Nacional Ferroviario, al Partido Socialista Unificado y a la organizaci?n separatista ‘La dona a la retaguardia’”.
La descripci?n est? contenida en la Propuesta de Separaci?n Definitiva (del empleo) que el 11 de julio de 1941 emiti? la recién creada Renfe. Y se incluy? en las Diligencias de Depuraci?n 62/4181, que fueron elevadas a “Marcote”. As? firmaba el por entonces Delegado de Depuraci?n del sistema ferroviario.
La roja Trilles se libr? del pared?n cuando le conmutaron la pena de muerte por otra de reclusi?n, pero la metieron en uno de los 93.711 expedientes que el franquismo abri? a la plantilla de las compa??as ferroviarias tras ganar la Guerra Civil. Por juicios particulares y ante tribunales de empresa pasaron todos los empleados; también ellas: 4.479. De estas, 779 fueron “separadas” como la tarraconense.
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Informes Adela Trilles.
FUNDACI?N FERROCARRILES ESPA?OLES
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Los expedientes se conservan bien, con sus resoluciones e informes de conducta redactados por alcaldes, mandos de Falange, p?rrocos y jefes de puesto de la Guardia Civil; una monta?a documental que explora la Fundaci?n de los Ferrocarriles Espa?oles (FFE). Tras una primera fase de identificaci?n -iniciada en 2004-, la Fundaci?n pone ahora un foco cualitativo en la represi?n espec?fica a las mujeres. La pasada semana ha llevado una ponencia al IX Congreso de Historia Ferroviaria, celebrado en Matar? por cumplirse 175 a?os de la primera l?nea peninsular de tren, entre Barcelona y esa ciudad del Maresme.
A la cocina
A las ferroviarias les ca?a encima el doble castigo de la dictadura “por su género y por ser trabajadoras”, recuerda Miguel Mu?oz, historiador y director del Archivo Hist?rico Ferroviario. Y una tercera imputaci?n, adem?s, por la tendencia de maridos e hijos a hacerse de izquierdas. “El régimen las consideraba responsables de la moralidad de los hijos”, a?ade Mu?oz.
Se aplic? a aquellas mujeres el principio general que impregnaba la Ley de Responsabilidades Pol?ticas del “primer a?o triunfal”: el deber de demostrar que no hab?a apoyado a la Rep?blica ni por acci?n ni por omisi?n. En los juicios que se montaban en cada empresa, el proceso empezaba con un exhaustivo cuestionario. “Ten?an que contestar hasta qué hicieron el 18 de julio de 1936, hora por hora”, apunta el historiador.
Aquella represi?n llovi? sobre un contingente de guardesas de cruces de tren, limpiadoras de estaciones y oficinistas, muchedumbre sometida después al principio nacionalcat?lico de que no hay mejor trabajo para la mujer que la cocina y el cuidado de los hijos.
Los primeros votos
Estas nuevas l?neas de investigaci?n son tres de las que tratan de fijar el recuerdo de aquella violencia pol?tica de género de la dictadura.
Las gemelas Del Rey envuelven su exposici?n de las rapadas para llev?rsela a la Bienal Sur, en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile, su pr?ximo destino, en la misma semana en que, en Valladolid, prepara Ana Pe?a citas para grabar en v?deo a veteranas sindicalistas de la clandestinidad, y mientras en Matar? aportaba Miguel Mu?oz estad?sticas de depuraci?n de guardagujas empobrecidas.
Pero no todo es actividad en el flanco de la Memoria femenina y feminista. El pasado 11 de septiembre, la Asociaci?n para la Recuperaci?n de la Memoria Hist?rica pidi? al Ayuntamiento de Madrid la cesi?n de un espacio p?blico para un acto de conmemoraci?n. Es que el 19 de noviembre pr?ximo se cumplen 90 a?os de los primeros comicios en los que pudieron votar las espa?olas. Pasado mes y medio, el consistorio sigue sin contestar.
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