الريــم
10-28-2023, 07:50 AM
Los que se proclamaron herederos de la Convergència Democràtica del 'expresident' Jordi Pujol constataran este s?bado, tras innumerables intentos de cambiar de marca, de liderazgo, de mensaje y de aliados, que el partido nacionalista que m?s a?os ha gobernado Catalunya se queda sin hijos pol?ticos. O, quiz?s, los tiene repartidos en otras casas pol?ticas como Junts, ERC o el PSC. Este s?bado los que todav?a pilotan el partido llamado PDECat (que tom? el testigo de CDC) decidir?n si cierran para siempre o simplemente mantienen una estructura m?nima para dar cobertura a los aproximadamente 200 concejales que todav?a responden a estas siglas y se disuelven.
Ser? una lluvia de ideas entre las que, sin duda, habr? la de cerrar definitivamente. El partido es pr?cticamente inexistente: no tiene diputados en el Parlament ni en el Congreso, apenas hay 1.500 militantes al corriente de las cuotas, y se salvar? del concurso de acreedores si logra que sigan pagando dos meses m?s, tras haber hecho un expediente de regulaci?n de empleo de sus trabajadores que finaliza este mes de diciembre.
Una constante confusi?n
Se trata de un partido, asumen en la direcci?n, que ha sometido a sus bases a una "confusi?n brutal", cambiando de nombre de la candidatura electoral, de liderazgo (en pocos a?os han cambiado las caras de los candidatos y dirigentes: David Bonveh?, Marta Pascal, ?ngels Chac?n, Roger Monta?ola, Joana Ortega...) y de socios de coalici?n. La formaci?n se ha rebautizado en ocasiones como Junts per Catalunya, en Convergència, en Centrem, en Espai CiU... y en su entorno han aparecido grupos min?sculos que también han reivindicado la herencia convergente como el Partit Dem?crata, Lliures, Convergents... con un éxito absolutamente nulo.
Ahora la ?nica salida es, como dicen algunos, "bajar la persiana". No sin un gusto amargo: "En la calle, la gente te para y te dice que adelante, que el espacio convergente est? huérfano, pero después no nos vota nadie", resume un dirigente con impotencia. A la pregunta de d?nde est? el esp?ritu convergente hoy, uno de los m?ximos exponentes del partido que fund? Pujol, lo resume con contundencia: "En Junts".
Ciertamente, una de las estocadas m?s grandes que ha sufrido el PDECat fue la OPA interna que le plante? el propio Carles Puigdemont: se llev? consigo a los principales cuadros posconvergentes e incluso se qued? en propiedad la marca que compart?a el PDECat con los independientes que entraron en 2017: Junts per Catalunya. Desde ese momento, el declive del PDECat ha sido todav?a m?s notable.
Si a ello le a?adimos disputas internas por el discurso y una constante operaci?n de Junts de captaci?n de alcaldes y cargos posconvergentes a nivel local, el diagn?stico se hace letal. "Lo hemos intentado todo", asumen con impotencia los que han llevado la nave estos a?os.
Un camino lleno de baches
Los que todav?a militan en el PDECat han tenido que pasar una constante zozobra desde que en el 2016 se cre? el partido para superar la mala imagen de Convergència, lastrada por los casos de corrupci?n y por un liderazgo, el de Pujol, demolido por la confesi?n del 'expresident' de que hab?a ocultado dinero en Andorra durante décadas. Esa marca, CDC, estaba condenada. Pero sus dirigentes quisieron practicar una operaci?n de 'branding': cambiar la marca, actualizar los métodos y mantener el nicho de mercado: centroderecha nacionalista, ahora m?s bien independentista y algo m?s de centro. Pero en la puesta de largo del partido, con ni m?s ni menos que Artur Mas y Carles Puigdemont, ya se vio que el camino ser?a azaroso. El mismo nombre de la formaci?n provoc? una rebeli?n interna y las bases se negaron a seguir los dictados teledirigidos, algo habitual en los c?nclaves de los partidos grandes.
Poco tard? el PDECat en ver que Puigdemont no se ce?ir?a al partido. Al contrario, oblig? a la formaci?n en el 2017 a cambiar toda la lista electoral e incorporar a fichajes dictados a dedo por el president. El resultado electoral sonri?, pero la convivencia interna comenz? a ser un infierno en términos pol?ticos y también econ?micos. Y ya lo hab?a sido entre los dirigentes -Marta Pascal y David Bonveh?, que ganaron contra pron?stico a un convergente de toda la vida como Jordi Turull- y el propio Puigdemont, nada c?modo con la disciplina de partido y que demostr? mano de hierro para forzar cambios de candidaturas y de decisiones pol?ticas, aunque no siempre lo logr? como en el caso del apoyo del partido a la moci?n de censura de Pedro S?nchez contra Mariano Rajoy.
La impotencia del PDECat ha ido en aumento cuando ha constatado que su peso electoral era exactamente cero. En las elecciones catalanas de 2021 no logr? ni un solo diputado y logr? menos papeletas que Duran Lleida cuando se present? con Uni? en las auton?micas del 2015. Y en las generales de junio de este a?o -a las que se present? in extremis para aprovechar los derechos electorales- se qued? de nuevo a cero (con un candidato procedente de Uni?, Roger Monta?ola) e incluso el partido animalista logr? m?s votos que la posconvergencia.
La directora del instituto GESOP, ?ngels Pont, recuerda dos factores clave: uno, que el espacio convergente mayoritariamente est? en Junts y este partido tampoco es el m?s votado. Y dos, que los catalanes que se identifican como de centroderecha nacionalista son pocos, hoy por hoy, en un mapa pol?tico todav?a muy polarizado. De hecho, seg?n el bar?metro de Opini?n Pol?tica del Centre d'Estudis d'Opini? de este a?o, de centro a la derecha solo se definen los votantes de Ciudadanos, el PP y Vox. Y ning?n votante de los principales partidos se ubica en el centro-derecha catalanista. Los de Junts se ubican en el centro y en un grado de catalanismo de 8 sobre 10. Pont concluye: "El PDECat no ha cuajado, entre otras cosas, porque la derecha se ha identificado mucho con el espa?olismo y el independentismo se ubica al margen del eje izquierda- derecha; la gente que se identifica con el espacio de CDC est? en Junts".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/pdecat-disuelve-jordi-pujol-pierde-93913702)
Ser? una lluvia de ideas entre las que, sin duda, habr? la de cerrar definitivamente. El partido es pr?cticamente inexistente: no tiene diputados en el Parlament ni en el Congreso, apenas hay 1.500 militantes al corriente de las cuotas, y se salvar? del concurso de acreedores si logra que sigan pagando dos meses m?s, tras haber hecho un expediente de regulaci?n de empleo de sus trabajadores que finaliza este mes de diciembre.
Una constante confusi?n
Se trata de un partido, asumen en la direcci?n, que ha sometido a sus bases a una "confusi?n brutal", cambiando de nombre de la candidatura electoral, de liderazgo (en pocos a?os han cambiado las caras de los candidatos y dirigentes: David Bonveh?, Marta Pascal, ?ngels Chac?n, Roger Monta?ola, Joana Ortega...) y de socios de coalici?n. La formaci?n se ha rebautizado en ocasiones como Junts per Catalunya, en Convergència, en Centrem, en Espai CiU... y en su entorno han aparecido grupos min?sculos que también han reivindicado la herencia convergente como el Partit Dem?crata, Lliures, Convergents... con un éxito absolutamente nulo.
Ahora la ?nica salida es, como dicen algunos, "bajar la persiana". No sin un gusto amargo: "En la calle, la gente te para y te dice que adelante, que el espacio convergente est? huérfano, pero después no nos vota nadie", resume un dirigente con impotencia. A la pregunta de d?nde est? el esp?ritu convergente hoy, uno de los m?ximos exponentes del partido que fund? Pujol, lo resume con contundencia: "En Junts".
Ciertamente, una de las estocadas m?s grandes que ha sufrido el PDECat fue la OPA interna que le plante? el propio Carles Puigdemont: se llev? consigo a los principales cuadros posconvergentes e incluso se qued? en propiedad la marca que compart?a el PDECat con los independientes que entraron en 2017: Junts per Catalunya. Desde ese momento, el declive del PDECat ha sido todav?a m?s notable.
Si a ello le a?adimos disputas internas por el discurso y una constante operaci?n de Junts de captaci?n de alcaldes y cargos posconvergentes a nivel local, el diagn?stico se hace letal. "Lo hemos intentado todo", asumen con impotencia los que han llevado la nave estos a?os.
Un camino lleno de baches
Los que todav?a militan en el PDECat han tenido que pasar una constante zozobra desde que en el 2016 se cre? el partido para superar la mala imagen de Convergència, lastrada por los casos de corrupci?n y por un liderazgo, el de Pujol, demolido por la confesi?n del 'expresident' de que hab?a ocultado dinero en Andorra durante décadas. Esa marca, CDC, estaba condenada. Pero sus dirigentes quisieron practicar una operaci?n de 'branding': cambiar la marca, actualizar los métodos y mantener el nicho de mercado: centroderecha nacionalista, ahora m?s bien independentista y algo m?s de centro. Pero en la puesta de largo del partido, con ni m?s ni menos que Artur Mas y Carles Puigdemont, ya se vio que el camino ser?a azaroso. El mismo nombre de la formaci?n provoc? una rebeli?n interna y las bases se negaron a seguir los dictados teledirigidos, algo habitual en los c?nclaves de los partidos grandes.
Poco tard? el PDECat en ver que Puigdemont no se ce?ir?a al partido. Al contrario, oblig? a la formaci?n en el 2017 a cambiar toda la lista electoral e incorporar a fichajes dictados a dedo por el president. El resultado electoral sonri?, pero la convivencia interna comenz? a ser un infierno en términos pol?ticos y también econ?micos. Y ya lo hab?a sido entre los dirigentes -Marta Pascal y David Bonveh?, que ganaron contra pron?stico a un convergente de toda la vida como Jordi Turull- y el propio Puigdemont, nada c?modo con la disciplina de partido y que demostr? mano de hierro para forzar cambios de candidaturas y de decisiones pol?ticas, aunque no siempre lo logr? como en el caso del apoyo del partido a la moci?n de censura de Pedro S?nchez contra Mariano Rajoy.
La impotencia del PDECat ha ido en aumento cuando ha constatado que su peso electoral era exactamente cero. En las elecciones catalanas de 2021 no logr? ni un solo diputado y logr? menos papeletas que Duran Lleida cuando se present? con Uni? en las auton?micas del 2015. Y en las generales de junio de este a?o -a las que se present? in extremis para aprovechar los derechos electorales- se qued? de nuevo a cero (con un candidato procedente de Uni?, Roger Monta?ola) e incluso el partido animalista logr? m?s votos que la posconvergencia.
La directora del instituto GESOP, ?ngels Pont, recuerda dos factores clave: uno, que el espacio convergente mayoritariamente est? en Junts y este partido tampoco es el m?s votado. Y dos, que los catalanes que se identifican como de centroderecha nacionalista son pocos, hoy por hoy, en un mapa pol?tico todav?a muy polarizado. De hecho, seg?n el bar?metro de Opini?n Pol?tica del Centre d'Estudis d'Opini? de este a?o, de centro a la derecha solo se definen los votantes de Ciudadanos, el PP y Vox. Y ning?n votante de los principales partidos se ubica en el centro-derecha catalanista. Los de Junts se ubican en el centro y en un grado de catalanismo de 8 sobre 10. Pont concluye: "El PDECat no ha cuajado, entre otras cosas, porque la derecha se ha identificado mucho con el espa?olismo y el independentismo se ubica al margen del eje izquierda- derecha; la gente que se identifica con el espacio de CDC est? en Junts".
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