الريــم
10-27-2023, 09:10 PM
La literatura a veces es tan injusta y arbitraria (https://www.epe.es/es/abril/20231026/jennifer-egan-entrevista-ines-martin-rodrigo-93682052) como la vida. S?lo eso explica que, sobre todo en Espa?a, haya escritores reconocidos por la cr?tica y seguidos por los lectores mientras otros, cuyo talento es igual o superior, pasen todav?a desapercibidos en nuestro pa?s. A ese adverbio temporal cuyo sin?nimo m?s usado es a?n me aferro para confiar en que el nombre de Jennifer Egan (Chicago, 1962) sea dentro de poco tan importante aqu? como los de Paul Auster, Jonathan Safran Foer o Jonathan Franzen.
Ella, con la que tuve la suerte de conversar hace poco en su casa de Brooklyn (Nueva York), est? a la altura de todos ellos. Viene tiempo demostr?ndolo. En 2011 gan? el Pulitzer por El tiempo es un canalla, una fantas?a narrativa sobre la industria musical que la editorial Salamandra acaba de recuperar en Espa?a porque la autora estadounidense ha escrito una secuela que, en realidad, no lo es: La casa de caramelo, una magistral novela en la que Egan cuenta, jugando con el tiempo pasado, el presente y el futuro, una adictiva historia sobre las derivas e implicaciones del mundo digital, la tecnolog?a y las redes sociales.
Echemos la vista atr?s hasta los a?os 90, la época en la que trabaj? para la condesa de Romanones. ?C?mo ha cambiado su vida, en lo personal y en lo literario, desde entonces?
No tengo mucha confianza en m? misma, soy bastante insegura. En mi cabeza siempre escucho una voz muy negativa. Si tengo un mantra es: probablemente no pueda hacerlo, pero lo voy a intentar. Supongo que ahora es m?s f?cil tener esa fe, porque he escrito varios libros, pero, si vuelvo a esos a?os, en los que a?n no hab?a publicado, me pregunto qué cre?a que estaba haciendo. Si fuera uno de mis hijos, le dir?a: ?qué piensas hacer si no funciona?
?Sus padres le dijeron eso?
Mi padre cre?a que era una idea terrible. Era hijo de un polic?a, ven?a de un entorno de clase trabajadora y se convirti? en abogado. Era su hija mayor, y me ve?a trabajando en un bufete. Vio mi decisi?n como un retroceso, le puso nervioso. Decid? tomar ese camino extra?o, pese a que no conoc?a a nadie en ese mundo.
?C?mo fueron sus comienzos?
Empecé muy mal. Mientras estudiaba en Inglaterra con una beca escrib? una novela terrible. Regresé, me instalé en Nueva York y pensé que a la gente le gustar?a mi novela y, entonces, todo fluir?a...
?Y qué pas??
Que la novela era realmente mala y a la gente no le gust?. Me pregunto qué me hizo seguir adelante...
Image ID:
93900172
Jennifer Egan, autora de 'La casa de caramelo'.
PIETER VAN HATTEN
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880
495
?Y qué cree que fue?
Realmente no lo sé. Est? claro que la confianza no… No sab?a lo improbable que era que alg?n d?a tuviera éxito y creo que lo que hizo que siguiera adelante fue sentir que estaba progresando, que sab?a lo que estaba haciendo y por qué lo hac?a. Cuando dejé a la condesa, porque gané una beca que me permiti? vivir un a?o, decid? reescribir aquel primer libro. Me lo public? una editorial, pero a?n no era muy bueno y nos cost? mucho venderlo. Recuerdo que en aquel momento tuve una especie de crisis mental. Pero, de alg?n modo, pude crear una estructura a mi alrededor que me dio sensaci?n de prop?sito, de significado y de organizaci?n.
?Fue por entonces cuando public? su primer art?culo para The New York Times Magazine?
No, eso fue mucho m?s tarde. Aquello fue pura suerte. Un amigo m?o acababa de incorporarse a la revista como editor y buscaba escritores que pudieran hacer trabajos interesantes. Me hizo un encargo y funcion?, pero fue casualidad.
Lo que me lleva a preguntarle: en su trabajo, ?c?mo se relacionan la literatura y el periodismo?
Para m?, est?n muy entrelazados. Hace apenas un mes, publiqué un art?culo en The New Yorker en el que estuve trabajando el a?o pasado.
?Todo el a?o pasado?
S?. Es una pieza larga. Trata de las personas sin hogar en Nueva York. Mi mundo cambi? mientras trabajaba en ese art?culo. He pasado los ?ltimos meses con personas con enfermedades mentales graves, con adicciones... Al escuchar todas esas incre?bles historias, lo que les sucedi? a esas personas, realmente tuve la sensaci?n de estar respirando una especie de ox?geno puro que despertaba cada célula de mi cuerpo. Fue una experiencia tan interesante y atractiva, tan alejada de mi mundo y, sin embargo, conectada a él… Porque todos estamos m?s conectados de lo que creemos. Ese trabajo ha sido una parte tan importante de mi vida durante el ?ltimo a?o que hubo momentos en los que pensé que tal vez era eso, y no la ficci?n, lo que realmente quer?a hacer.
Para m?, en mi trabajo, la literatura y el periodismo est?n muy entrelazados. El ?ltimo art?culo que he escrito para la revista 'New Yorker', sobre las personas sin hogar en Nueva York, cambi? mi mundo
?De verdad se plante? eso?
S?, pero se me pas?. Tengo claro que escribiré ficci?n hasta que ya no pueda hacerlo al nivel que quiero.
?Y cree que hay algo inherente a su voz, sin importar el género literario?
No soy quién para decirlo. Lo que s? es cierto es que debo encontrar una voz distinta para cada libro, porque mis libros son muy diferentes entre s?. Y ese es el gran desaf?o, porque si no tienes la voz, no tienes nada. Pero, una vez que la tengo, no me resulta dif?cil hacerlo.
En ese sentido, ?c?mo es su proceso de escritura? ?Es diferente para cada libro?
No, es el mismo para todos. Escribo a mano los primeros borradores. Y no tengo ni idea de qué va a pasar; de hecho, no necesito saberlo. Normalmente, escribo entre cinco y siete p?ginas diarias. Las leo al d?a siguiente s?lo para volver a entrar, sigo adelante y no miro hacia atr?s, as? que olvido personajes, nombres, todo tipo de cosas... Luego hay un per?odo de agon?a, transcribo, veo lo que la historia me dice, creo un esquema de revisi?n... Y tengo un grupo de escritura con el que me re?no y que es de gran ayuda. La no ficci?n, como el periodismo, la escribo en el ordenador.
Y, durante ese proceso, ?piensa en el lector?
Me preocupa mucho el lector, saber c?mo llegar a él y entretenerlo.
Entretenimiento, esa es la palabra clave en la literatura, ?no cree?
S?, el entretenimiento lo es todo. Entretener es lo ?nico que me importa. Se supone que debe ser divertido. Si leer un libro se convierte en una tarea ardua, hemos terminado. Un libro deber?a ser adictivo.
El entretenimiento lo es todo en la literatura. Si leer se convierte en una tarea ardua, hemos terminado. Un libro deber?a ser adictivo
Hablando de libros adictivos, La casa de caramelo, su ?ltima novela, plantea, de alg?n modo, la desaparici?n de la vida privada. Me pregunto c?mo hemos llegado ah?...
Yo tengo vida privada, y creo que todo el mundo la tiene. Por mucho que la gente la muestre, todav?a tienen vida privada. Somos criaturas inherentemente privadas. No soy muy activa en redes sociales y nunca muestro nada privado en ellas, no tengo ning?n interés. Estoy de acuerdo en que La casa de caramelo trata de eso, pero no entiendo el deseo de revelarlo todo de esa manera, es una especie de locura. Mi generaci?n lo ve como una gran pérdida de tiempo. Y entiendo que la gente obtiene recompensas, porque nadie lo har?a si no las hubiera, m?s all? del factor adicci?n, que es muy real.
Y aterrador.
Es muy insidioso y realmente no es bueno. Crea una falsa sensaci?n de deseo y satisfacci?n que te destruye. Pero, volviendo a la pregunta sobre la vida privada, s? ha desaparecido en cierto sentido y es en el que respecta a los datos. Hay entidades que lo saben todo sobre nosotros y procesan esa informaci?n. Y es sorprendente de qué pocas cosas logramos defendernos con todos esos datos. Si lo sabemos todo, ?por qué nos pillan constantemente por sorpresa como cultura? La elecci?n de Trump: nadie pens? que suceder?a, ni siquiera él. La pandemia pareci? surgir de la nada. El 11-S: la informaci?n estaba ah?, pero si no se pudo interpretar a tiempo para poder actuar, entonces es irrelevante. Toda esa informaci?n son s?lo unos y ceros flotando en el éter.
Si, gracias a los datos, lo sabemos todo, ?por qué nos pillan constantemente por sorpresa como cultura? La elecci?n de Trump, la pandemia, el 11 de septiembre...
La tecnolog?a est? muy presente en la novela. Es curioso c?mo la visi?n ut?pica a la que casi siempre responde la innovaci?n se pierde cuando llega a los consumidores.
Estoy de acuerdo, hay una visi?n ut?pica, desde luego Bix [protagonista de La casa de caramelo, creador de un dispositivo tecnol?gico que permite acceder a nuestros recuerdos y compartirlos] la ten?a cuando empez?.
Pero, al final, de alg?n modo se da cuenta de que se equivoc?…
S?, realmente no le gusta la realidad que ha creado. Pero eso también est? pasando en Silicon Valley. La gente que ha creado esos productos adictivos no permite que sus hijos los usen. Es como si un fabricante de cigarrillos no dejara fumar a sus hijos. Es muy c?nico. En esa visi?n ut?pica hay un convencimiento de que es algo que mejorar? la vida de las personas, har? la vida m?s f?cil, conectar? a la gente... ChatGPT es la primera innovaci?n en la que el miedo y las advertencias se anteponen a la visi?n ut?pica, y eso es algo muy interesante. No puedo entender por qué existe, porque parece que todos pensamos que es una idea terrible. Es fascinante y creo que es un cambio: hemos llegado a tal sensaci?n de cautela respecto a la tecnolog?a que es la primera vez que la cautela se antepone a lo dem?s.
Hablemos ahora de la memoria, que, en mi opini?n, es un personaje invisible del libro. ?Qué opina de la memoria como herramienta literaria, pero también en nuestra vida? ?C?mo cree que funciona?
Es una pregunta interesante. Todo lo que tenemos es memoria. Me interesa la memoria porque me interesa la conciencia, y la conciencia es lo que filtra la experiencia y los datos en bruto que nos rodean. La conciencia es como un dispositivo para contar historias, convierte los datos en una narraci?n. Cuando observamos la memoria lo que realmente vemos es el impulso humano de contar historias. Y las historias son ?tiles porque aportan significado a los acontecimientos en bruto. Lo que desde luego no me interesa es la nostalgia. La nostalgia es una fuerza poderosa, una especie de propaganda en la que todos estamos involucrados a nivel personal, pero para el escritor es muy limitante dejarse llevar por ella.
Cuando observamos la memoria lo que realmente vemos es el impulso humano de contar historias. Y las historias son ?tiles porque aportan significado a los acontecimientos en bruto.
La herramienta que Bix inventa en la novela le permite a usted escribir mirando al pasado y también desde el futuro. Eso me lleva a preguntarle sobre su relaci?n literaria con el tiempo.
Es interesante pensar en el tiempo y en el espacio. Yo dir?a que toda obra de ficci?n trata sobre el tiempo. Porque, en realidad, el paso del tiempo es fundamental, aunque sea un d?a, un segundo, es lo que permite que suceda la ficci?n, a diferencia de las artes visuales, de una pintura, incluso de un poema. El tiempo transcurrido es algo espec?fico de la ficci?n. El compromiso con el tiempo es lo que distingue a la ficci?n de otras disciplinas art?sticas. Y el espacio también es muy importante. Durante la pandemia, me di cuenta de lo importante que es el espacio en la relaci?n que mantenemos con el mundo que nos rodea.
Porque el espacio contiene historias.
S?, yo saco mis historias de espacios f?sicos. En realidad, esa es mi fuente de inspiraci?n. Cuando digo que tengo una idea para un libro, lo ?nico que quiero decir es que tengo una atm?sfera con la que quiero trabajar. El espacio es fundamental para m? y tengo muy buena memoria espacial. Podr?a dibujar mapas de cada lugar en el que he vivido. De hecho, lo he estado haciendo y escribiendo muchos recuerdos.
En los dos lados de mi familia hay casos de demencia, y es algo que me preocupa mucho. Por eso estoy intentando hacer ahora las cosas dif?ciles, porque no doy por sentado que podré hacerlas dentro de diez o quince a?os
Pero usted nunca escribe de forma autobiogr?fica, ?no?
A?n no. Siento que es un proyecto que debo reservar para cuando ya no pueda hacer otras cosas. De hecho, tengo cientos de p?ginas de recuerdos porque quiero escribirlos mientras pueda. Dar testimonio de tu propia vida es un gran servicio para todos los que te suceder?n, porque, si tienes buena memoria, est?s dando vida a un momento que ser? olvidado, que finalmente desaparecer? de la memoria viva.
Recuerdo una conversaci?n muy emocionante con Anne Tyler en la que me dijo que su mayor temor era perder la memoria, porque su madre muri? de alzhéimer.
En los dos lados de mi familia hay casos de demencia, y es algo que me preocupa mucho. Es una de las razones por las que estoy intentando hacer ahora las cosas dif?ciles, porque simplemente no doy por sentado que podré hacerlas dentro de diez o quince a?os. La memoria es una herramienta crucial y da miedo pensar en perderla.
'La casa de caramelo'
Jennifer Egan
Salamandra
432 p?ginas
23 euros
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/jennifer-egan-nostalgia-interesa-limitante-escritor-93900454)
Ella, con la que tuve la suerte de conversar hace poco en su casa de Brooklyn (Nueva York), est? a la altura de todos ellos. Viene tiempo demostr?ndolo. En 2011 gan? el Pulitzer por El tiempo es un canalla, una fantas?a narrativa sobre la industria musical que la editorial Salamandra acaba de recuperar en Espa?a porque la autora estadounidense ha escrito una secuela que, en realidad, no lo es: La casa de caramelo, una magistral novela en la que Egan cuenta, jugando con el tiempo pasado, el presente y el futuro, una adictiva historia sobre las derivas e implicaciones del mundo digital, la tecnolog?a y las redes sociales.
Echemos la vista atr?s hasta los a?os 90, la época en la que trabaj? para la condesa de Romanones. ?C?mo ha cambiado su vida, en lo personal y en lo literario, desde entonces?
No tengo mucha confianza en m? misma, soy bastante insegura. En mi cabeza siempre escucho una voz muy negativa. Si tengo un mantra es: probablemente no pueda hacerlo, pero lo voy a intentar. Supongo que ahora es m?s f?cil tener esa fe, porque he escrito varios libros, pero, si vuelvo a esos a?os, en los que a?n no hab?a publicado, me pregunto qué cre?a que estaba haciendo. Si fuera uno de mis hijos, le dir?a: ?qué piensas hacer si no funciona?
?Sus padres le dijeron eso?
Mi padre cre?a que era una idea terrible. Era hijo de un polic?a, ven?a de un entorno de clase trabajadora y se convirti? en abogado. Era su hija mayor, y me ve?a trabajando en un bufete. Vio mi decisi?n como un retroceso, le puso nervioso. Decid? tomar ese camino extra?o, pese a que no conoc?a a nadie en ese mundo.
?C?mo fueron sus comienzos?
Empecé muy mal. Mientras estudiaba en Inglaterra con una beca escrib? una novela terrible. Regresé, me instalé en Nueva York y pensé que a la gente le gustar?a mi novela y, entonces, todo fluir?a...
?Y qué pas??
Que la novela era realmente mala y a la gente no le gust?. Me pregunto qué me hizo seguir adelante...
Image ID:
93900172
Jennifer Egan, autora de 'La casa de caramelo'.
PIETER VAN HATTEN
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?Y qué cree que fue?
Realmente no lo sé. Est? claro que la confianza no… No sab?a lo improbable que era que alg?n d?a tuviera éxito y creo que lo que hizo que siguiera adelante fue sentir que estaba progresando, que sab?a lo que estaba haciendo y por qué lo hac?a. Cuando dejé a la condesa, porque gané una beca que me permiti? vivir un a?o, decid? reescribir aquel primer libro. Me lo public? una editorial, pero a?n no era muy bueno y nos cost? mucho venderlo. Recuerdo que en aquel momento tuve una especie de crisis mental. Pero, de alg?n modo, pude crear una estructura a mi alrededor que me dio sensaci?n de prop?sito, de significado y de organizaci?n.
?Fue por entonces cuando public? su primer art?culo para The New York Times Magazine?
No, eso fue mucho m?s tarde. Aquello fue pura suerte. Un amigo m?o acababa de incorporarse a la revista como editor y buscaba escritores que pudieran hacer trabajos interesantes. Me hizo un encargo y funcion?, pero fue casualidad.
Lo que me lleva a preguntarle: en su trabajo, ?c?mo se relacionan la literatura y el periodismo?
Para m?, est?n muy entrelazados. Hace apenas un mes, publiqué un art?culo en The New Yorker en el que estuve trabajando el a?o pasado.
?Todo el a?o pasado?
S?. Es una pieza larga. Trata de las personas sin hogar en Nueva York. Mi mundo cambi? mientras trabajaba en ese art?culo. He pasado los ?ltimos meses con personas con enfermedades mentales graves, con adicciones... Al escuchar todas esas incre?bles historias, lo que les sucedi? a esas personas, realmente tuve la sensaci?n de estar respirando una especie de ox?geno puro que despertaba cada célula de mi cuerpo. Fue una experiencia tan interesante y atractiva, tan alejada de mi mundo y, sin embargo, conectada a él… Porque todos estamos m?s conectados de lo que creemos. Ese trabajo ha sido una parte tan importante de mi vida durante el ?ltimo a?o que hubo momentos en los que pensé que tal vez era eso, y no la ficci?n, lo que realmente quer?a hacer.
Para m?, en mi trabajo, la literatura y el periodismo est?n muy entrelazados. El ?ltimo art?culo que he escrito para la revista 'New Yorker', sobre las personas sin hogar en Nueva York, cambi? mi mundo
?De verdad se plante? eso?
S?, pero se me pas?. Tengo claro que escribiré ficci?n hasta que ya no pueda hacerlo al nivel que quiero.
?Y cree que hay algo inherente a su voz, sin importar el género literario?
No soy quién para decirlo. Lo que s? es cierto es que debo encontrar una voz distinta para cada libro, porque mis libros son muy diferentes entre s?. Y ese es el gran desaf?o, porque si no tienes la voz, no tienes nada. Pero, una vez que la tengo, no me resulta dif?cil hacerlo.
En ese sentido, ?c?mo es su proceso de escritura? ?Es diferente para cada libro?
No, es el mismo para todos. Escribo a mano los primeros borradores. Y no tengo ni idea de qué va a pasar; de hecho, no necesito saberlo. Normalmente, escribo entre cinco y siete p?ginas diarias. Las leo al d?a siguiente s?lo para volver a entrar, sigo adelante y no miro hacia atr?s, as? que olvido personajes, nombres, todo tipo de cosas... Luego hay un per?odo de agon?a, transcribo, veo lo que la historia me dice, creo un esquema de revisi?n... Y tengo un grupo de escritura con el que me re?no y que es de gran ayuda. La no ficci?n, como el periodismo, la escribo en el ordenador.
Y, durante ese proceso, ?piensa en el lector?
Me preocupa mucho el lector, saber c?mo llegar a él y entretenerlo.
Entretenimiento, esa es la palabra clave en la literatura, ?no cree?
S?, el entretenimiento lo es todo. Entretener es lo ?nico que me importa. Se supone que debe ser divertido. Si leer un libro se convierte en una tarea ardua, hemos terminado. Un libro deber?a ser adictivo.
El entretenimiento lo es todo en la literatura. Si leer se convierte en una tarea ardua, hemos terminado. Un libro deber?a ser adictivo
Hablando de libros adictivos, La casa de caramelo, su ?ltima novela, plantea, de alg?n modo, la desaparici?n de la vida privada. Me pregunto c?mo hemos llegado ah?...
Yo tengo vida privada, y creo que todo el mundo la tiene. Por mucho que la gente la muestre, todav?a tienen vida privada. Somos criaturas inherentemente privadas. No soy muy activa en redes sociales y nunca muestro nada privado en ellas, no tengo ning?n interés. Estoy de acuerdo en que La casa de caramelo trata de eso, pero no entiendo el deseo de revelarlo todo de esa manera, es una especie de locura. Mi generaci?n lo ve como una gran pérdida de tiempo. Y entiendo que la gente obtiene recompensas, porque nadie lo har?a si no las hubiera, m?s all? del factor adicci?n, que es muy real.
Y aterrador.
Es muy insidioso y realmente no es bueno. Crea una falsa sensaci?n de deseo y satisfacci?n que te destruye. Pero, volviendo a la pregunta sobre la vida privada, s? ha desaparecido en cierto sentido y es en el que respecta a los datos. Hay entidades que lo saben todo sobre nosotros y procesan esa informaci?n. Y es sorprendente de qué pocas cosas logramos defendernos con todos esos datos. Si lo sabemos todo, ?por qué nos pillan constantemente por sorpresa como cultura? La elecci?n de Trump: nadie pens? que suceder?a, ni siquiera él. La pandemia pareci? surgir de la nada. El 11-S: la informaci?n estaba ah?, pero si no se pudo interpretar a tiempo para poder actuar, entonces es irrelevante. Toda esa informaci?n son s?lo unos y ceros flotando en el éter.
Si, gracias a los datos, lo sabemos todo, ?por qué nos pillan constantemente por sorpresa como cultura? La elecci?n de Trump, la pandemia, el 11 de septiembre...
La tecnolog?a est? muy presente en la novela. Es curioso c?mo la visi?n ut?pica a la que casi siempre responde la innovaci?n se pierde cuando llega a los consumidores.
Estoy de acuerdo, hay una visi?n ut?pica, desde luego Bix [protagonista de La casa de caramelo, creador de un dispositivo tecnol?gico que permite acceder a nuestros recuerdos y compartirlos] la ten?a cuando empez?.
Pero, al final, de alg?n modo se da cuenta de que se equivoc?…
S?, realmente no le gusta la realidad que ha creado. Pero eso también est? pasando en Silicon Valley. La gente que ha creado esos productos adictivos no permite que sus hijos los usen. Es como si un fabricante de cigarrillos no dejara fumar a sus hijos. Es muy c?nico. En esa visi?n ut?pica hay un convencimiento de que es algo que mejorar? la vida de las personas, har? la vida m?s f?cil, conectar? a la gente... ChatGPT es la primera innovaci?n en la que el miedo y las advertencias se anteponen a la visi?n ut?pica, y eso es algo muy interesante. No puedo entender por qué existe, porque parece que todos pensamos que es una idea terrible. Es fascinante y creo que es un cambio: hemos llegado a tal sensaci?n de cautela respecto a la tecnolog?a que es la primera vez que la cautela se antepone a lo dem?s.
Hablemos ahora de la memoria, que, en mi opini?n, es un personaje invisible del libro. ?Qué opina de la memoria como herramienta literaria, pero también en nuestra vida? ?C?mo cree que funciona?
Es una pregunta interesante. Todo lo que tenemos es memoria. Me interesa la memoria porque me interesa la conciencia, y la conciencia es lo que filtra la experiencia y los datos en bruto que nos rodean. La conciencia es como un dispositivo para contar historias, convierte los datos en una narraci?n. Cuando observamos la memoria lo que realmente vemos es el impulso humano de contar historias. Y las historias son ?tiles porque aportan significado a los acontecimientos en bruto. Lo que desde luego no me interesa es la nostalgia. La nostalgia es una fuerza poderosa, una especie de propaganda en la que todos estamos involucrados a nivel personal, pero para el escritor es muy limitante dejarse llevar por ella.
Cuando observamos la memoria lo que realmente vemos es el impulso humano de contar historias. Y las historias son ?tiles porque aportan significado a los acontecimientos en bruto.
La herramienta que Bix inventa en la novela le permite a usted escribir mirando al pasado y también desde el futuro. Eso me lleva a preguntarle sobre su relaci?n literaria con el tiempo.
Es interesante pensar en el tiempo y en el espacio. Yo dir?a que toda obra de ficci?n trata sobre el tiempo. Porque, en realidad, el paso del tiempo es fundamental, aunque sea un d?a, un segundo, es lo que permite que suceda la ficci?n, a diferencia de las artes visuales, de una pintura, incluso de un poema. El tiempo transcurrido es algo espec?fico de la ficci?n. El compromiso con el tiempo es lo que distingue a la ficci?n de otras disciplinas art?sticas. Y el espacio también es muy importante. Durante la pandemia, me di cuenta de lo importante que es el espacio en la relaci?n que mantenemos con el mundo que nos rodea.
Porque el espacio contiene historias.
S?, yo saco mis historias de espacios f?sicos. En realidad, esa es mi fuente de inspiraci?n. Cuando digo que tengo una idea para un libro, lo ?nico que quiero decir es que tengo una atm?sfera con la que quiero trabajar. El espacio es fundamental para m? y tengo muy buena memoria espacial. Podr?a dibujar mapas de cada lugar en el que he vivido. De hecho, lo he estado haciendo y escribiendo muchos recuerdos.
En los dos lados de mi familia hay casos de demencia, y es algo que me preocupa mucho. Por eso estoy intentando hacer ahora las cosas dif?ciles, porque no doy por sentado que podré hacerlas dentro de diez o quince a?os
Pero usted nunca escribe de forma autobiogr?fica, ?no?
A?n no. Siento que es un proyecto que debo reservar para cuando ya no pueda hacer otras cosas. De hecho, tengo cientos de p?ginas de recuerdos porque quiero escribirlos mientras pueda. Dar testimonio de tu propia vida es un gran servicio para todos los que te suceder?n, porque, si tienes buena memoria, est?s dando vida a un momento que ser? olvidado, que finalmente desaparecer? de la memoria viva.
Recuerdo una conversaci?n muy emocionante con Anne Tyler en la que me dijo que su mayor temor era perder la memoria, porque su madre muri? de alzhéimer.
En los dos lados de mi familia hay casos de demencia, y es algo que me preocupa mucho. Es una de las razones por las que estoy intentando hacer ahora las cosas dif?ciles, porque simplemente no doy por sentado que podré hacerlas dentro de diez o quince a?os. La memoria es una herramienta crucial y da miedo pensar en perderla.
'La casa de caramelo'
Jennifer Egan
Salamandra
432 p?ginas
23 euros
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