الريــم
10-24-2023, 01:00 AM
El Mundial de Francia llega a su fin (https://www.epe.es/es/deportes/20231023/mundial-rugby-analisis-datos-final-nueva-zelanda-sudafrica-inglaterra-argentina-irlanda-francia-93709755) y a falta de dos partidos, los que ordenar?n el podio, podemos dibujar el boceto del rugby que se juega en 2023. Un rugby en el que el campo se ha estrechado porque los jugadores son m?s grandes y m?s r?pidos, pero sobre todo porque ahora se defiende en pie y no se entra al ruck, m?s all? del placador, salvo que las posibilidades de pescar sean muy favorables. En caso contrario la m?xima es quedarse de pie formando as? una tupida cortina defensiva.
Patada a la caja
Se defiende de pie y se abusa de la patada. Concretamente de la patada a la caja. Un tipo de patada que tiene sentido ofensivo cuando la ‘almendra’ toma la suficiente altura para dar tiempo a un compa?ero a llegar a cazarla arriba con la consiguiente ganancia de metros. En caso de no pescarla, al menos disputarla metiéndole presi?n al receptor, o ganar el ruck consiguiente o forzar un retenido. Pero en este Mundial hemos visto centenares de patadas a la caja lanzadas indiscriminadamente a campo rival sin opci?n de competirlas, de forma que se regalan al adversario contragolpes con el falso prop?sito de alejar el peligro de su propia 22.
Y entonces entra la jugada que define al rugby moderno: el placaje. En este rugby de hoy se pueden ganar partidos sin tener la pelota, a base de forzar errores del rival con ella, y se pueden ganar metros placando. Siempre que sean placajes ganadores, dobles placajes o placajes llegando al punto de encuentro lanzado, que te hacen ganar metros. Destaca por encima de todos una Gales que, pese a quedarse en cuartos, lidera la lista de placajes holgadamente con 837 en cinco partidos, para un promedio de 167,5 por encuentro. Segunda es Nueva Zelanda con un partido m?s y 65 grapas menos, rebajando el ratio a 128,6 placajes. Los dragones han construido su identidad de juego en el Mundial desde el primer d?a placando, en este caso a una Fiyi que se qued? a cent?metros de ganarles. En lo individual destacan el argentino Kremer (74 placajes en seis partidos), el samoano Talitui (69 en cuatro), el inglés Earl (65 en seis) y el galés Rowlands (65 en cinco).
La touch, arma ofensiva
Con las defensas de pie, lloviendo patadas a la caja y repartiendo placajes a diestro y siniestro, los partidos se vuelven espesos y las oportunidades de romper las defensas se centran en las fases est?ticas. Para ser m?s concretos en la touch. El line out se ha convertido en la plataforma de relanzamiento m?s utilizada en todas sus variantes. Si es en delantera, con mauls que desordenan a las defensas rivales para entrar arrasando, como meti? Irlanda a Nueva Zelanda en el ensayo de castigo que logr?, o usando el modo trituradora, lento pero seguro, como suelen hacer los georgianos.
La versi?n m?s din?mica es reunir a la defensa en un primer momento, sacando de la ecuaci?n a la delantera, para luego relanzar el ataque con una tres cuarta poderosa. Alternativa esta menos habitual, ya que los mauls suelen acabar con los talonadores posando en primera fase, o con alg?n delantero, como Snyman ante Inglaterra, en una fase contigua. Sin duda, ha sido el arma m?s utilizada en la 22 rival en este Mundial, en el que ante esas defensas que se quedan de pie, el maul es un buen recurso para agruparlas y desordenarlas.
Apoyos y el offload
En este rugby en el que el campo se queda estrecho y se busca altura de la patada para atacar, hay un elemento que se ha convertido en m?s decisivo si cabe: los apoyos. El pase tras contacto, lo que popularmente se conoce como descarga u offload, es un recurso generalizado que ha dejado de ser una virtud polinesia o sure?a para ser un arma generalizada. Pero para eso deben tener un compa?ero que llegue al apoyo, “un amigo que le acompa?e en la excursi?n”. Hoy todos los jugadores son capaces de hacerlo, lo que ha provocado otro de los grandes rasgos del rugby actual: el placaje alto para inmovilizar la pelota. En este aspecto hemos visto c?mo los ?rbitros priorizaban proteger la salud de los jugadores, mostrando amarillas en los choques arriba, como la roja a Tom Curry ante Argentina o la amarilla a Ezebeth tras chocar con Atonio. Siete rojas se han mostrado en este Mundial.
El criterio arbitral
Precisamente esa ha sido una de las grandes controversias de este Mundial: la falta de uniformidad en el criterio arbitral. Mismas jugadas con diferente resoluci?n, dependiendo del origen del colegiado. No pita igual un inglés que un neozelandés. Ni pesa, por lo que parece, lo mismo la camiseta de Fiyi que la de Inglaterra o la de Gales.
Se ha hablado mucho de si se debe hablar del ?rbitro o mantenerlo al margen como se ha hecho en el rugby siempre. Siempre hasta que se les microfon? y se introdujo al TMO, dando al arbitraje un protagonismo que no ten?a anteriormente. Con el foco puesto en ellos no es extra?o que se hable de los diferentes criterios en la toma de decisiones, a lo que se suman las sospechas habituales sobre lo que ocurre en el oscuro mundo del interior de la melé. Es dif?cil encontrar una en la que no se produzca una irregularidad, por no decir varias. Y precisamente en ellas se apoyan los jugadores para generar la superioridad y someter al rival.
En este rugby de 2023 las melés raramente han decidido partidos en este Mundial. Salvo la honrosa excepci?n del épica Inglaterra-Sud?frica, en el que el pilar Ox Nché salt? al campo al minuto 50 para someter a Sinckler y arrancarle un golpe tras otro, lo que permiti? a Pollard meter a los suyos en la 22 inglesa y en el partido. El viejo axioma de ‘No scrum no win’ fue reivindicado en un partido con un rugby de otro tiempo.
También este rugby medi?tico fija su vista en el palco de entrenadores, donde las tablets y los intercoms echan humo y la sobreactuaci?n de los m?nagers disparan los picos de audiencia en las retransmisiones y en las redes sociales. El del Sud?frica es digno del Show de Truman, con Rassie Erasmus en el rol de Jim Carrey. Eddie Jones o Fabien Galthie también son algunos de los preferidos de la c?mara, junto a otros ayudantes reconocibles y con cierta telegenia como el ‘francés’ Shaun Edwards, los ‘kiwis’ Joe Schmidt y James Ryan, el ‘irlandés’ Mike Catt…
?Muchos ensayos? Dos velocidades
Hemos visto 320 ensayos en 46 partidos, lo que arroja una alt?sima cifra de 6,9 ensayos por partido. Una marca que en realidad est? inflada por las palizas producidas en la fase de grupos: Nueva Zelanda-Italia (96-17), Irlanda-Ruman?a (82-8), Nueva Zelanda-Namibia (71-3), Sud?frica-Ruman?a (76-0), Francia-Namibia (96-0), Inglaterra-Chile (71-0), Escocia-Ruman?a (84-0), Nueva Zelanda-Uruguay (73-0), Francia-Italia (60-7)… Una evidencia de que hay dos velocidades en el Mundial. En realidad, lo que hay es dos Mundiales. El de la fase de grupos con el billete para el pr?ximo Mundial en juego y la aparici?n de naciones ‘peque?as’ que le ponen sal y pimiento a torneo, y la de las eliminatorias finales, donde de verdad se compite.
Las conclusiones las debe sacar cada uno. ?Es mejor o peor este rugby que el de Mundiales anteriores? Es diferente. Lo volver? a ganar una selecci?n del sur como ocho de los nueve anteriores. Deshaciendo el empate entre Sud?frica y Nueva Zelanda, en lo m?s alto de la tabla con tres t?tulos cada una. Pero si algo hemos aprendido, en caso de que no lo hubiésemos aprendido ya, es que lo que pasa durante los cuatro a?os que van de un Mundial a otro no es vinculante en el torneo, que el rugby es cada vez m?s f?sico, que los campos se hacen m?s estrechos y m?s cortos ante el crecimiento de los jugadores, que se defiende m?s y mejor... Pero al final, todo depende del bote de una pelota, la de rugby, que es como la vida misma: a veces te juega malas pasadas y otras te sonr?e. Y eso te obliga a estar preparado para lo mejor y para lo peor. Bendita almendra. Bendito rugby.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/rugby/mundial-rugby-odio-eterno-rugby-moderno-93710739)
Patada a la caja
Se defiende de pie y se abusa de la patada. Concretamente de la patada a la caja. Un tipo de patada que tiene sentido ofensivo cuando la ‘almendra’ toma la suficiente altura para dar tiempo a un compa?ero a llegar a cazarla arriba con la consiguiente ganancia de metros. En caso de no pescarla, al menos disputarla metiéndole presi?n al receptor, o ganar el ruck consiguiente o forzar un retenido. Pero en este Mundial hemos visto centenares de patadas a la caja lanzadas indiscriminadamente a campo rival sin opci?n de competirlas, de forma que se regalan al adversario contragolpes con el falso prop?sito de alejar el peligro de su propia 22.
Y entonces entra la jugada que define al rugby moderno: el placaje. En este rugby de hoy se pueden ganar partidos sin tener la pelota, a base de forzar errores del rival con ella, y se pueden ganar metros placando. Siempre que sean placajes ganadores, dobles placajes o placajes llegando al punto de encuentro lanzado, que te hacen ganar metros. Destaca por encima de todos una Gales que, pese a quedarse en cuartos, lidera la lista de placajes holgadamente con 837 en cinco partidos, para un promedio de 167,5 por encuentro. Segunda es Nueva Zelanda con un partido m?s y 65 grapas menos, rebajando el ratio a 128,6 placajes. Los dragones han construido su identidad de juego en el Mundial desde el primer d?a placando, en este caso a una Fiyi que se qued? a cent?metros de ganarles. En lo individual destacan el argentino Kremer (74 placajes en seis partidos), el samoano Talitui (69 en cuatro), el inglés Earl (65 en seis) y el galés Rowlands (65 en cinco).
La touch, arma ofensiva
Con las defensas de pie, lloviendo patadas a la caja y repartiendo placajes a diestro y siniestro, los partidos se vuelven espesos y las oportunidades de romper las defensas se centran en las fases est?ticas. Para ser m?s concretos en la touch. El line out se ha convertido en la plataforma de relanzamiento m?s utilizada en todas sus variantes. Si es en delantera, con mauls que desordenan a las defensas rivales para entrar arrasando, como meti? Irlanda a Nueva Zelanda en el ensayo de castigo que logr?, o usando el modo trituradora, lento pero seguro, como suelen hacer los georgianos.
La versi?n m?s din?mica es reunir a la defensa en un primer momento, sacando de la ecuaci?n a la delantera, para luego relanzar el ataque con una tres cuarta poderosa. Alternativa esta menos habitual, ya que los mauls suelen acabar con los talonadores posando en primera fase, o con alg?n delantero, como Snyman ante Inglaterra, en una fase contigua. Sin duda, ha sido el arma m?s utilizada en la 22 rival en este Mundial, en el que ante esas defensas que se quedan de pie, el maul es un buen recurso para agruparlas y desordenarlas.
Apoyos y el offload
En este rugby en el que el campo se queda estrecho y se busca altura de la patada para atacar, hay un elemento que se ha convertido en m?s decisivo si cabe: los apoyos. El pase tras contacto, lo que popularmente se conoce como descarga u offload, es un recurso generalizado que ha dejado de ser una virtud polinesia o sure?a para ser un arma generalizada. Pero para eso deben tener un compa?ero que llegue al apoyo, “un amigo que le acompa?e en la excursi?n”. Hoy todos los jugadores son capaces de hacerlo, lo que ha provocado otro de los grandes rasgos del rugby actual: el placaje alto para inmovilizar la pelota. En este aspecto hemos visto c?mo los ?rbitros priorizaban proteger la salud de los jugadores, mostrando amarillas en los choques arriba, como la roja a Tom Curry ante Argentina o la amarilla a Ezebeth tras chocar con Atonio. Siete rojas se han mostrado en este Mundial.
El criterio arbitral
Precisamente esa ha sido una de las grandes controversias de este Mundial: la falta de uniformidad en el criterio arbitral. Mismas jugadas con diferente resoluci?n, dependiendo del origen del colegiado. No pita igual un inglés que un neozelandés. Ni pesa, por lo que parece, lo mismo la camiseta de Fiyi que la de Inglaterra o la de Gales.
Se ha hablado mucho de si se debe hablar del ?rbitro o mantenerlo al margen como se ha hecho en el rugby siempre. Siempre hasta que se les microfon? y se introdujo al TMO, dando al arbitraje un protagonismo que no ten?a anteriormente. Con el foco puesto en ellos no es extra?o que se hable de los diferentes criterios en la toma de decisiones, a lo que se suman las sospechas habituales sobre lo que ocurre en el oscuro mundo del interior de la melé. Es dif?cil encontrar una en la que no se produzca una irregularidad, por no decir varias. Y precisamente en ellas se apoyan los jugadores para generar la superioridad y someter al rival.
En este rugby de 2023 las melés raramente han decidido partidos en este Mundial. Salvo la honrosa excepci?n del épica Inglaterra-Sud?frica, en el que el pilar Ox Nché salt? al campo al minuto 50 para someter a Sinckler y arrancarle un golpe tras otro, lo que permiti? a Pollard meter a los suyos en la 22 inglesa y en el partido. El viejo axioma de ‘No scrum no win’ fue reivindicado en un partido con un rugby de otro tiempo.
También este rugby medi?tico fija su vista en el palco de entrenadores, donde las tablets y los intercoms echan humo y la sobreactuaci?n de los m?nagers disparan los picos de audiencia en las retransmisiones y en las redes sociales. El del Sud?frica es digno del Show de Truman, con Rassie Erasmus en el rol de Jim Carrey. Eddie Jones o Fabien Galthie también son algunos de los preferidos de la c?mara, junto a otros ayudantes reconocibles y con cierta telegenia como el ‘francés’ Shaun Edwards, los ‘kiwis’ Joe Schmidt y James Ryan, el ‘irlandés’ Mike Catt…
?Muchos ensayos? Dos velocidades
Hemos visto 320 ensayos en 46 partidos, lo que arroja una alt?sima cifra de 6,9 ensayos por partido. Una marca que en realidad est? inflada por las palizas producidas en la fase de grupos: Nueva Zelanda-Italia (96-17), Irlanda-Ruman?a (82-8), Nueva Zelanda-Namibia (71-3), Sud?frica-Ruman?a (76-0), Francia-Namibia (96-0), Inglaterra-Chile (71-0), Escocia-Ruman?a (84-0), Nueva Zelanda-Uruguay (73-0), Francia-Italia (60-7)… Una evidencia de que hay dos velocidades en el Mundial. En realidad, lo que hay es dos Mundiales. El de la fase de grupos con el billete para el pr?ximo Mundial en juego y la aparici?n de naciones ‘peque?as’ que le ponen sal y pimiento a torneo, y la de las eliminatorias finales, donde de verdad se compite.
Las conclusiones las debe sacar cada uno. ?Es mejor o peor este rugby que el de Mundiales anteriores? Es diferente. Lo volver? a ganar una selecci?n del sur como ocho de los nueve anteriores. Deshaciendo el empate entre Sud?frica y Nueva Zelanda, en lo m?s alto de la tabla con tres t?tulos cada una. Pero si algo hemos aprendido, en caso de que no lo hubiésemos aprendido ya, es que lo que pasa durante los cuatro a?os que van de un Mundial a otro no es vinculante en el torneo, que el rugby es cada vez m?s f?sico, que los campos se hacen m?s estrechos y m?s cortos ante el crecimiento de los jugadores, que se defiende m?s y mejor... Pero al final, todo depende del bote de una pelota, la de rugby, que es como la vida misma: a veces te juega malas pasadas y otras te sonr?e. Y eso te obliga a estar preparado para lo mejor y para lo peor. Bendita almendra. Bendito rugby.
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